Nulla. The Past Should Stay Buried
NULLA ━━━━ September 1976.
Rosalie se despertó, atormentada por lo que vio. Las velas brillaban en su dormitorio, una mezcla de naranja y amarillo. Todas las chicas del dormitorio dormían profundamente, los ronquidos eran suaves mientras las cortinas que bloquean la luz de la luna se agitan con el viento.
Quería quemarse, prender fuego a toda la habitación hasta que lo único que pueda ver sea una luz cegadora. Tal vez sus ojos ya no puedan ver, tal vez sus sueños dejen de golpear su cabeza, marcando círculos oscuros bajo sus ojos, tal ve entonces nunca sienta dolor, porque en estos ciertos sueños, siempre es un fantasma, incapaz de moverse pero sintiendo el dolor de las personas que la rodean.
Rosalie se quedó en su cama, sentada. Recordó la voz de su madre en su cabeza: Respira. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
Lo hizo. El aire llenó sus pulmones, antes de salir. Nada cambió. Rosalie todavía quería que todo ardiera.
De hecho, ha intentado todo lo que ha podido para hacer que los sueños abandonen su cabeza. Ha pasado noches estudiando o escribiendo en su diario marrón podrido, solo para que las visiones atormenten sus pensamientos, en lugar de dormir. Había molestado a Sirius Black para sentirse mejor, pero solo es una solución temporal, las visiones continuaban regresando.
(Ahora, su diario de visiones se encontraba en su escritorio, marchitándose por el uso constante. Rosalue había escrito allí cada detalle de sus visiones. Era un ciclo doloroso, aunque Rosalie confiaba en ellos para obtener información importante a veces).
Son una rutina, pero no por ello son menos dolorosas. Sintió el giro de un cuchillo, cada emoción, cada ramita quebrada, cada puñalada en la espalda. Sintió, oyó, vio tocó y lo hizo todo. Hoy, es un niño torturado por Voldemort, que grita pidiendo ayuda (a cualquiera) mientras cuchillos metafóricos le sacan sangre, se le re retuercen la carne, un reloj de pata robado con números romanos de bronce aplastado en la palma de su mano.
Levantó su edredón y se le pone la piel de gallina en las piernas mientras Rosalie se ponía de pie y se dirigía suavemente hacia su escritorio. Su bolígrafo muggle rasca lentamente el papel fino del diario mientras garabateaba todo lo que recordaba, antes de salir de puntillas por la puerta.
Abajo, la chimenea de la sala común ardía. Algunos alumnos de sexto y séptimo año están estudiando, envolviéndose el cuerpo con mantas, con los ojos entrecerrados por la concentración mientras hay un pergamino en el suelo. Entre ellos están Drake Wilkins y Acacia Abbott, los dos mejores amigos de Rosalie. Tumbados sobre la cómoda alfombra amarilla entre el fuego y el sofá, los alumnos de sexto año discutían mientras mojaban sus plumas en tinta húmeda, garabateando palabras en un pergamino arrugado.
―Hola, chicos.―dijo Rosalie, sentándose en la alfombra junto a ellos. Su dolor de cabeza se ahogó con la discusión que hay delante de ella.
Drake saludó brevemente, con la corbata de Slytherin apretada sobre su camisa con cuello. A pesar de pertenecer a la casa de las serpientes, Drake es considerado un "Hufflepuff honorario", y una de las únicas personas fuera de Hufflepuff a las que se les permitía entrar a la sala común, sin importar cuánto protestó Acacia cuando Rosalie lo dejó entrar por primera vez.
Rosalie incluso tuvo una pequeña ceremonia con los elfos domésticos, que incluyó una corona de flores, un tejón de peluche y un plato de comida que Acacia preparó a regañadientes. Drake se veía increíblemente molesto, y calificó a ceremonia de idiota, pero Rosalie sabía que le encantaba.
―Oye, Ros.―dijo Acacia, levantando la vista de su pergamino. Sus ojos lucen atroces, como si fuera un fantasma, o tal vez Peeves el Poltergeist, le había chupado toda la vida.―¿Menta para el aliento?
―Uh... ¿Claro?―Rosalie dijo, aunque su tono era más interrogativo y se divirtió con los apodos aleatorios de Acacia, que van desde "Ro" hasta "Rosalind mal escrita". Acacia sacó una menta fresca de su bolsillo y se la entregó.―Gracias, Ace.
Acacia asintió, frunciendo el ceño antes de mirar su pergamino, que estaba prácticamente en blanco. Drake la está mirando, probablemente tratando de encontrar algo que insultar. O tal vez, pensó Rosalie, tratando de no reírse, él está...
―Si necesitas un refrigerio, Ali.―dijo Acacia.―Tengo algunas galletas de los elfos domésticos. Las recogí esta tarde de las cocinas después de nuestra primera lección de regreso a la escuela.
―Los elfos no son estudiantes, ya sabes.―dijo Drake con voz monótona, dándole a Acacia una sonrisa sardónica cuando ella lo fulminó con la mirada.―Solo digo.
―¿Cómo van las lecciones, de todos modos?―preguntó Rosalie, haciendo estallar su menta para el mal aliento. ―Ahora están aprendiendo a escribir oraciones, ¿verdad?
En lugar de molestar a los elfos domésticos para que se vayan, algo que Rosalie ya intentó, las chicas decidieron el año pasado enseñarles sobre su propia monotonía y libertad. Tomar sus propias decisiones de dejar la esclavitud y descubrir cosas nuevas en el mundo debería parecer fácil, pero los elfos domésticos no estaban contentos con la idea al principio. Cuando es todo lo que conocen, ¿cómo pueden irse?
Acacia asintió con orgullo, todo su rostro se iluminó. Drake la miró con aburrimiento antes de volver a su ensayo.
―Ellos también están leyendo.―dijo Acacia alegremente, aparentemente olvidándose del ensayo.―Milly ha hecho el mayor progreso, incluso le estoy dejando tomar prestados libros viejos de mi hermana.
―¡Eso es genial!―Rosalie sonrió.―Me aseguraré de pasar por allí; también compré algunos regalos y cosas para ellos.
―Gracias, Rosie.―dijo Acacia, antes de que sus ojos finalmente se fijen en su pluma.―Maldita sea, el ensayo. Si tan solo tuviera mi lápiz... así podría escribir más rápido porque mi pluma siempre hace que el pergamino se rompa y sostenerla en muy incómodo...
―Ha estado así todo el día.―dijo Drake arrastrando las palabras, mientras tomaba un pergamino.
Acacia lo fulminó con la mirada por interrumpirla. Rosalie sabía que era más que una broma entre ellos, pero no era odio. Solo "antipatía" mutua, considerando que pasan la mayor parte de sus días juntos: con Rosalie y en el Club de las Eminencias, en el que Rosalie no está porque no tiene conexiones, al ser una hija de muggles. Drake actuaba como si incluso no le gustara la compañía de Rosalie, pero nunca se iba.
Pero aún así, las discusiones entre Acacia y Drake pueden volverse molestas. No más molestas que Sirius, sin embargo.
Acacia gruñó.―Este ensayo de Transformaciones nos está matando a todos.
―¿No era esa la tarea de verano?―preguntó Rosalie.
La única razón por la que lo hizo es porque su madre, Hana, una madre asiática de corazón, la obligó a hacerlo. También la obliga a hacer paquetes de matemáticas e inglés todos los años, pero eso es algo diferente. Además, una parte de ella tenía que ver con el hecho de que casi reprobó Transformaciones el año pasado. Rosalie apenas logró sacar un "Superas las expectativas" en el TIMO.
Acacia hizo un gesto con el rostro.―Eso solo significa "hazlo el día antes de la clase".
Rosalie parpadeó, a pesar de que lado procrastinador está de acuerdo con Acacia.―Realmente no es así.
―Claro, Rosalie.―Drake se pasó las manso por las rastas.―Toda la clase EXTASIS de McGonagall se convertirá en fantasmas por este ensayo.
Una sonrisa amenazaba con formarse en el rostro de Rosalie, que brilló por el fuego que ardía a su lado.―No lo dudo, Drake. ¿Nos perseguirás la semana que viene?
―Si.―Drake dijo con voz suave.―Me estoy muriendo ahora mismo, Rosalie.
Acacia gimió, apretándose la cara con los dedos.―Odio admitirlo, pero tiene razón. A este paso, estaremos muertos mañana, Ro-Ro. No la semana que viene, mañana.
―¿Qué debería decir en tu funeral?―preguntó Rosalie, escondiendo una risita mientras Acacia se desplomaba en el suelo, el pergamino salió volando.
―Que soy la bruja más grande que jamás haya existido...
Drake puso los ojos en blanco, casi con desprecio.―No puedes mentir en los funerales, Abbott...
Acacia entrecerró los ojos, burlándose en voz alta mientras levantaba la cabeza de la alfombra.―En realidad es "no hablar mal de los muertos", idiota. Así que, en realidad puedes joderte...
Siguieron discutiendo, haciendo gemir a Rosalie.
―Merlín, dame más fuerza.―murmuró Rosalie.
―¡Cállense!
La prefecta de sexto año de Hufflepuff y una de las cazadoras del equipo de Quidditch, Pippa, los miró de reojo, reflejando la molestia de Rosalie. Roslie apenas puede distinguir su apellido (¿Rollins? ¿Ronald? ¿Ronald suena bien? grabado en su insignia de prefecta, ya que está convenientemente tapada por su cabello.
La prefecta continuó:―Ustedes tres son, de lejos, las personas más molestas con las que me topado jamás...
Drake puso los ojos en blanco.―Como si uno de tus experimentos no nos hubiera atormentado últimamente, Rosier.
Acacia suspiró.―No me agrada él, pero él tiene razón, Pandora.
Rosalie parpadeó. ¿Pandora Rosier? Dios mío, Rosalie estaba muy equivocada. Es la comentarista de Quidditch este año y ni siquiera sabe el nombre de la pobre chica.
Vergüenza debería darle a Rosalie, honestamente.
Pippa... ejm, Pandora, los miró con el ceño fruncido, su pelo rubio y encrespado sobresaliendo como un pez globo.―Cállense. Será detención la próxima vez.
Rosalie sabía que Pandora nunca seguiría con eso. Acacia no solo es la guardiana del equipo de Hufflepuff, sino también la capitana del equipo, y fácilmente podría hacer que Pandora haga cinco rondas más en el campo de Quidditch por despecho.
―Está bien, Pandora.―dijo Acacia, sin mostrarse molesta mientras Pandora se burlaba y se daba la vuelta de mala gana.
―Fue divertido.―dijo Drake secamente, recogiendo su pergamino mientras Rosalie resoplaba.―Terminé. Ambas deberían dormirse pronto.
Acacia suspiró.―Maldita sea, apenas he empezado.
―Toma, usa esto.―Drake le arrojó su pergamino a Acacia, mirándola frío y sin emociones.―Devuélveme mi ensayo mañana, Abbott.
Acacia miró el ensayo, estupefacta.―Uh... gracias, Wilkins.
El chico se encogió de hombros y se alejó.
Rosalia sonrió como una loca una vez que Drake desapareció.―Simplemente hizo eso. Así que yo tenía razón. Debajo de toda las discusiones y las tonterías, él... ¡Ay!
Acacia, que acababa de arrojarle una menta a la cara a Rosalie, riendo entre dientes.
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Rosalie puede decir si su sueño es una pesadilla o una visión. Sus visiones tienen una cualidad opaca, casi como una neblina que la arrulla. Las voces son cuchillos afilados que cortan la niebla y perforan su piel. Sus sentimientos, a causa de los cuchillos, se desangran a medida que la visión se desarrolla.
Con un sueño, no puede decir dónde está, qué está haciendo, por qué está allí. Constantemente se ve empujada a un escenario y luego al siguiente: desde el fin del mundo hasta ser secuestrada y sus peores miedos desenterrados frente a ella.
Antes no podía distinguir entre los sueños y la realidad mientras soñaba, pero ahora que sus peores noches han estado llena de visiones, las diferencias son demasiado grandes para no reconocerlas.
―¿Lo sientes en esas visiones tuyas?―Rosalie no podía distinguir un rostro, solo una melena de cabello oscuro.―¿La picazón, el dolor la sangre carmesí en las yemas de tus dedos, adherida a tu piel desfigurada?
En sueños, Rosalie se siente a sí misma. Ella es real, tan real como uno puede serlo en su imaginación. Ella está vagando. Ella puede hablar, ella puede tocar.
―¿Quién eres tú?―preguntó.
Una sonrisa abrió el rostro de la criatura, pero Rosalie todavía no puede ver cómo es. Sus rasgos entran y salen de su memoria.
―La muerte te rodea a ti y a tus sueños.―continuó, como si no la escuchara.―No puedes evitarla. Así que abrázala. Sujétala fuerte, dejándola cicatrizada, haciendo que la muerte se incline a tus pies.
―La muerte no es algo a lo que pueda obligar a rendirse.―intentó razonar Rosalie, ignorando la forma en que la criatura inclinaba la cabeza, con el crujido de sus huesos.―Es inevitable.
―Nada es inevitable, Rosalie Edson.―la voz suena tan hueca, debajo de ella, y sin embargo en todas partes.―Esa es la belleza de esto. El futuro es fluido.
Una risa, tan escalofriante, brota de ser. Rosalie retrocedió, horrorizada. Pero ya no puede moverse. Está pegada al suelo, o lo que sea que sea el piso turbio debajo de ella...
―¿Pero el pasado? Sigue igual.―la criatura usa sus manos huesudas para tocarle el rostro.
Rosalie se estremeció.
―Es historia, en los registros, en sus mentes. Hay una razón por la que nunca se permite desenterrar el pasado. Hay una razón por la que nunca lo repetimos, no lo volvemos a ver.―la criatura se rio de nuevo, sonando amargada.―Hasta que llegaste tú.
―Quiero despertar――
―Eres un arma, querida. Una chica que maneja el pasado como una espada. ¿Y eso? Eso es un problema.
EL suelo se quebró bajo sus pies. Rosalie cayó, en un pazo de olvido, en la oscuridad, el la muerte, y despertó.
+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)
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espero les guste esta nueva traducción<3 pd: me gustaría que voten en los capítulos y dejen al menos un comentario si les gustó. digan NO a los lectores fantasmas.
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