xxxv. mea culpa
VICTORIA,
capitulo treinta y cinco: mea culpa!
LAS COSAS NO PODÍAN HABER IDO DE MAL A PEOR EN CUESTIÓN DE TRES DÍAS, Markus estaba seguro que los problemas se habían terminado, pero siempre había algo más para él o para el equipo. Natasha se colocó a su lado, su vestido se encontraba fuera y vestía de manera simple, con una sudadera y una musculosa debajo de la misma, dejando la incomodidad de los tacones a un lado; mientras que el resto se encontraba en el laboratorio de Stark luego de haber sido abatidos en el ataque del nuevo enemigo que había decidido irrumpir en su fiesta de despedida. Ultrón, así fue como Tony y Bruce lo identificaron, había lanzado a los trajes destruidos de la Legión de Hierro para poder deshacerse de los héroes, pero ellos no se marcharían sin una buena pelea. Steve y Dominica habían buscado cobertura con una mesa, lanzándola contra uno de los trajes de la Legión de Hierro, mientras que Nicholai llevaba a Banner a un lugar seguro — sin escatimar en perder balas en el camino, con tan solo la intención de no tener un código verde en un edificio en el centro de la ciudad.
Markus y Natasha dispararon a los legionarios que irrumpían la sala desde arriba, volando por encima de ellos y uno disparó hacia el rostro del castaño, chocando con este y derribándolo.
—¡Markus!—exclamó Natasha corriendo hacia él.
Ese disparo podría haberle desfigurado el rostro, pero un par de fragmentos flotaban al costado de su mejilla y lentamente se unieron de nuevo a su cuerpo, reconstruyendo esa zona, dejándola como si nada hubiese pasado.
Natasha estaba tan confundida.
—¿Qué pasa?—preguntó Markus.
—Creí...—murmuró ella y procedió a tocar la mejilla del castaño—. Esa cosa podría haberte destrozado el rostro, pero tú...lo regeneraste.
—Lo sé—sentenció este—. Esa sería una de las ventajas de mi poder.
Repentinamente, un legionario estaba a punto de dirigirse hacia ellos, pero Dominica saltó encima de este y utilizó su peso para llevarlo hacia adelante; plantando ambos pies en el suelo para lanzar el legionario hacia Steve, quien usó su escudo para romperle la cabeza. La espía de cabellos rubios miró agitada a la pareja, quienes se encontraban en el suelo mirando completamente sorprendidos a la rubia.
—¿Se van a quedar ahí acostados o ayudarán?—preguntó Viktor antes de disparar.
—La sangre de Steve le dio...¿superfuerza?—inquirió Markus a Natasha.
—Eso creo—le respondió la pelirroja antes de ponerse de pie, tendiéndole la mano—. Vamos.
Aquellos robots parecían interminables, pero para cuando lograron destruir al último, Markus sabía que uno de ellos había escapado con lo que habían conseguido tan ferozmente tres días atrás, los archivos digitales de Strucker, también.
El Cetro de Loki ya no estaba.
Y el robot había dejado un solo mensaje: "Solo hay un camino hacia la paz. La extinción de los Vengadores".
(Markus no tardó en rodar los ojos ante el progreso perdido.)
—Todo nuestro trabajo ha desaparecido—declaró Bruce entrando al laboratorio de Tony, donde todos se encontraban reunidos—. Ultrón se ha ido, ha usado el internet como vía de escape.
—Ultrón—gruñó Steve sin creérselo.
—Ha estado en todo—señaló Natasha al lado de Markus—. Archivos, vigilancia. Sabe más sobre nosotros de lo que sabemos unos de otros.
—Si está en los archivos, en internet—dijo Nicholai cruzándose de brazos—. ¿Y qué sucede con el resto?¿Qué pasa si decide acceder a algo más...llamativo?
—Los códigos nucleares—espetó Hill mirando en dirección al espía rubio.
Mikhail chasqueó la lengua—En otras palabras, creo que metimos la pata.
—Tenemos que hacer unas llamadas—añadió Rhodey mientras que se tocaba el brazo—. Si es que podemos.
—Espera, ¿nucleares?—preguntó Markus y fijó su mirada al resto—. Este tipo ha dicho que nos quería muertos.
—No ha dicho muertos, ha dicho extintos—lo interrumpió Steve.
Clint se apoyó contra la baranda—Y dijo que había matado a alguien.
—Pero si no había nadie más en el edificio—acotó la agente Viktor—. ¿A quién diablos mataría?
Repentinamente, un holograma de piezas color naranja se mostró frente a ellos, gracias a Tony, quien lo abrió para ver el desastre. El equipo quedó en silencio cuando el millonario mencionó que Jarvis había sido el primero en pagar el precio y resultaba lógico que Ultrón se hiciese una aparición al final de la fiesta: él había sido la persona que había corrompido la primera línea de defensa que tenían — la propia inteligencia artificial diseñada por Tony. Markus podía ver los fragmentos color azul que tenían mezclados con otros de color naranja, demostrando así el primer pecado cometido por el robot asesino antes de su huida.
—¿Cómo...?—preguntó Bruce en un murmullo, completamente devastado—. Esto es una locura.
Rogers bajó la mirada—Jarvis era la primera línea de defensa. Él habría apagado a Ultrón, tiene sentido.
—No—añadió el doctor Banner, mirando el holograma—. Ultrón pudo asimilar a Jarvis. Esto no es estrategia, esto es...
—Ira—pronunció Markus y todos se giraron a mirarlo.
El castaño no era tonto, si no que podía discernir aquella emoción por el discurso que el robot les dio antes de atacar y las últimas palabras que dijo antes de escapar. A pesar de que Jarvis podía llegar a tener la suficiente energía y algoritmos para poder apagar a Ultrón, este no era tan agresivo como lo era el enemigo. Allí concluyó que Jarvis parecía ser la simple razón, la cual, ubicada en un ser humano, era una mente capaz de racionalizar y no actuar por impulsos debidos al sentimentalismo — Jarvis calculaba sus movimientos, advertía sobre peligros y analizaba las opciones teniendo en cuenta sus posibles consecuencias.
Ultrón era pura compulsividad.
Y eso, damas y caballeros, demostraba ser peligroso para una inteligencia artificial.
—¿Acaso ustedes no escucharon su discurso?—preguntó el castaño mirando al equipo—. Ese discurso no era medido, era improvisado y este tipo vio todos nuestros archivos en cuestión de segundos, así fue cómo nos analizó y llegó a esa conclusión.
—Que somos asesinos—añadió Dominica antes de suspirar.
—Bueno, dime algo que no sepa—dijo Mikhail encogiéndose de hombros.
Su hermano le codeó—Tú estuviste dormido hasta que empezó el alboroto.
—Por eso me cuesta entender la situación—replicó el mencionado antes de bostezar.
—Entonces, ¿solo ira?—perpetró el millonario.
Markus rodó los ojos—Si no sabes cómo discernir un discurso, Stark, entonces tienes problemas para interpretar.
—Y creo que hay para todos—murmuró Clint dirigiendo su mirada hacia la entrada.
Thor Odinson entró en la sala, con pasos decididos que estaba dirigidos hacia Tony Stark, quien se giró rápidamente para encontrarse con una mano dirigida a su garganta — levantándolo del suelo. Los miembros restantes dieron un paso hacia atrás y otros soltaron un respingo al ver enfadado al Dios del Trueno.
—Usa tus palabras—masculló el pelinegro al dios.
Thor miró fijamente a Tony—Tengo más que palabras para describirte, Stark.
—¡Thor!—bramó Steve caminando hacia él—. El Legionario.
El rubio de cabellos largos soltó a Tony, quien empezó a toser antes de hacerse a un lado y el dios asgardiano no le quitó la mirada en todo momento, brotando tanta furia en sus venas que Markus pensaba que explotarían por tanto poder. Él le palmeó la espalda a Tony para hacer que el oxígeno volviese a sus pulmones, antes de dirigir la mirada hacia el asgardiano que vestía su capa roja.
—La pista se pierde a 150 kilómetros, pero va hacia el norte—respondió Thor seriamente—. Y tiene el cetro. Ahora hay que recuperarlo, otra vez.
—Creo que eso es secundario—añadió Natasha relamiéndose los labios—. El problema ahora es Ultrón.
—No lo entiendo—la voz de la doctora Cho se escuchó detrás, dejando que todos posasen sus ojos en ella, quien miraba el traje destruido—. Tú creaste el programa, Tony. ¿Por qué intentó matarnos?
El pelinegro se dirigió a una de las computadoras, haciéndose el desentendido y Markus llegó a concluir que hacía eso cada vez que metía la pata. Era una actitud que podía favorecerle en situaciones absurdas, donde él prefería no hacerse cargo de alguna estupidez; pero en ese momento, no se trataba de una simple estupidez, si no que era algo más grande que ellos. Tony, como si fuese automático, empezó a reírse y los espías de la KGB le enviaron miradas asesinas al ver que el millonario se estaba riendo en un momento que parecía ser el menos indicado. Los restantes se quedaron en silencio y Bruce negó lentamente con la cabeza, susurrándole cosas a Tony.
—¿Te parece gracioso?—le preguntó Thor conteniendo sus ganas de golpearlo.
—El humor de Tony no tiene límites—murmuró Mikhail.
—Te escuché—bramó el pelinegro girándose para enfrentarse a los miembros que estaban presentes—. No. Realmente no lo sea, ¿no? Esto es terrible, es tan...—soltó una carcajada—. Lo es, es tan terrible.
El menor de los Orlov lo fulminó con la mirada—Pudiste evitarlo no jugando con algo que no entiendes.
—YA somnevayus', chto ty tozhe nichego ne mog podelat', priyatel' (Dudo que tú tampoco pudieses evitarlo, compañero)—declaró Viktor en un murmullo.
Nicholai le levantó el dedo medio—Eto nazyvayetsya zdravym smyslom, Dominika (Se le llama sentido común, Dominica).
—Lo siento, lo siento—señaló el millonario caminando hacia el centro—. Es gracioso. Es muy gracioso que no entiendan por qué lo necesitamos.
—Huh, Tony—canturreó el científico desde un rincón—. Quizá no sea un buen momento para contarlo.
—¿Es en serio?¿Eso es todo?—preguntó Tony mirando a Bruce—. ¿Ruedas y enseñas la barriga cada vez que te gruñen?
—Solo si he creado un robot asesino—respondió Banner inexpresivo.
—Eso es quedarse muy corto de palabras—murmuró Markus a Natasha.
—¡Deja de cuchichear, mensajero de la muerte!—exclamó Tony girándose para mantenerle la mirada—. No lo hemos hecho, ni de legos. ¿Teníamos una interfaz?
Steve caminó hacia Stark—Algo has hecho bien y aquí mismo. Los Vengadores iban a ser distintos de SHIELD.
—¿Recuerdan que metí un arma nuclear por un agujero de gusano?—inquirió el millonario señalando el techo—. ¿Qué salvé Nueva York?
—Huh, no, no lo recordamos—se burló Mikhail.
—¿No se acuerdan?—preguntó otra vez, ladeando su mirada por el resto—. Un ejército alienígena hostil entró por un agujero en el espacio, estamos literalmente a 100 metros de él.
—¿Y qué terminé manipulado bajo un control mental que me dio poderes que no quise?—espetó Markus recargándose en la pared—. ¿Qué Sasha fue asesinada a menos de los 100 metros de ese agujero?—soltó un bufido—. Sí, no me lo recuerdes.
Los ex asesinos de la KGB se quedaron en absoluto silencio ante el recuerdo.
—Somos los Vengadores—sentenció Tony e inevitablemente señaló el techo otra vez—. Podemos pasarnos el día deteniendo traficantes de armas, pero eso de ahí arriba...es la partida definitiva. ¿Cómo pensaban ganar a eso?
—Juntos—respondió Steve de manera convencida.
Tony le miró con absoluto desconcierto—Perderemos.
—Pues lo haremos juntos también—decretó el capitán y dirigió su mirada al resto—. Thor tiene razón. Ultrón nos está provocando.
—¿Y qué sugiere que hagamos, capitán?—preguntó Mikhail.
—Quiero encontrarlo antes de que esté preparado—señaló este antes de mirar a Dominica—. El mundo es muy grande, empecemos a hacerlo más pequeño. Nicholai, intenta rastrearlo, realmente dudo que haya eliminado todo, algo debió moverse con él.
—Lo intentaré, capitán—respondió el espía de cabellos cortos rubios.
—Lo que más me preocupó de todo esto fue Markus—dijo Clint señalando a Markus con la cabeza—. Colega, recibiste un disparo limpio en tu rostro, pero parece que no te dejó ni siquiera un rasguño.
Markus soltó un suspiro antes de caminar hacia el centro, con un cuchillo en la mano, se lo entregó a Dominica y esta lo miró con confusión.
—Intenta cortarme la mejilla—le dijo este.
Ella alzó una ceja—¿Estás loco?
—Solo hazlo.
—No voy a dejarte una cicatriz.
—¡Hazlo!
Dominica, en un movimiento rápido, efectuó un golpe con el cuchillo; el cual rasgó parte de su mejilla en un corte limpio y de este salieron un par de fragmentos color naranja, para moverse lentamente hasta volver a su lugar — sin siquiera dejar una marca.
—No me jodas, Markus—masculló ella y Steve gruñó detrás de ella.
—Esto sí que se va a poner interesante—murmuró Clint a Mikhail.
Markus contaba con ello.
━━━━━━━━
Cuando el sol salió a la mañana siguiente, Markus debatía gratamente si debía continuar recostado en la cama o levantarse para empezar con la investigación del robot asesino que había diseñado el propio Tony Stark con el material de archivo que tenía el barón von Strucker. Nicholai y Mikhail habían decidido trasnochar para poder localizar dónde podrían estar los posibles archivos eliminados o basura que Ultrón había intentado tocar, utilizando métodos no convencionales y completamente ilegales ya que Jarvis no estaba disponible para poder efectuar una búsqueda más rápida y precisa en cuanto a datos. Tony Stark no volvió a hablar de la infame muerte de la inteligencia artificial que lo acompañó durante muchos años y que fue uno de sus pies más fuerte en el desarrollo del negocio del pelinegro — simplemente dejó el holograma de la interfaz corrompida a un lado y continuó con aquel desconcierto.
Los poderes de Markus estaban controlados, por el momento.
Pero él sentía un nudo en su garganta desde que se despertó.
Natasha se removió a su lado cuando el despertador sonó y Markus ladeó su cabeza a un costado, observando como ella buscaba a tientas el mismo. Él bufó en voz baja antes de alcanzarlo, apagándolo para luego tomar la mano de la pelirroja y terminó por atraerla hacia su cuerpo. Ella gruñó un poco antes de acomodarse mejor en el abrazo de Markus, para darse cuenta de que estaba completamente destapada a diferencia del castaño. Belova encontró eso como algo divertido, sabiendo que Natasha tenía serios problemas de temperatura cuando dormían juntos.
—Eres muy caliente, Markus—gruñó ella en ruso.
Markus sonrió de manera ladina—Chto ya goryachiy? Ty zastavlyayesh' menya krasnet', natasha (¿Qué soy ardiente? Me haces sonrojar, Natasha).
Lo que recibió fue un codazo de su parte, que le sacó una carcajada ante la reacción de la pelirroja.
—Sí, Markus, eres completamente ardiente—dijo la espía de cabellos pelirrojos con voz ronca—. Pero también eres una maldita estufa andante.
—Tomaré eso como un cumplido.
—Deberías, ¿acaso eso no es obra de tus poderes?—le preguntó ella girándose para mirarlo.
—No lo sé—replicó el castaño acomodándose para enfrentarla—. Han estado muy calmados desde mi aislamiento, a pesar de que siento mareos de vez en cuando, todo está bajo control.
—Eso es lo que espero.
Un toque leve en la puerta los interrumpió de un beso que estaban a punto de darse y ambos se separaron para que la pelirroja preguntase en voz alta de quién se trataba perturbando su paz matutina. La voz de Steve y Dominica se escuchó al otro lado de la puerta, llamándoles la atención que el desayuno estaba listo. Markus intentó sofocar una carcajada al ver que la pareja favorita de América estaba en su máximo esplendor de la época — Mikhail no mentía cuando le dijo a Markus que ellos dos se habían convertido en la competencia viva de la pareja rusa creada desde hacía años.
(Era gracioso en ese momento, a pesar de las circunstancias.)
—Fue un error haberlos juntado, ¿verdad?—le preguntó Natasha con diversión.
Markus sonrió con tristeza—No había visto a Dominica así hace años.
—¿Así cómo?
—Tan...comprometida—respondió el castaño con gesto suave en su cara—. A pesar de que ella estaba comprometida con el Centro, nunca la había visto cometida con un elemento tan prohibido como el apego.
—Creo que eso lo aprendió de ti.
—Soy un ejemplo deplorable, Romanoff—sentenció el espía ruso de manera inexpresiva—. ¿Y tú dices que ella lo aprendió de mí?
—De algo se empieza, Markus—le dijo Natasha antes de robarle un beso—. Uno sigue a las personas correctas, las que cometen errores y aprenden de ellos.
Markus miró como ella se alejaba hacia el vestidor que tenía la habitación, dejándolo solo en la habitación. El castaño se relamió los labios antes de levantarse, colocándose una sudadera junto con sus pantalones de pijama; saliendo hacia el pasillo para poder dirigirse a la cocina, sin antes escuchar que su pareja le gritó que le hiciese un café para ella. Al dirigirse hacia el ascensor, se encontró con Mikhail, quien tenía ojeras bastante pronunciadas por haber trasnochado con su hermano para buscar datos.
—Se nota que tu horario de descanso es una mierda—murmuró Markus al mayor de los Orlov.
—Debí haberlo dejado solo con su ingenio de niño nerd—gruñó este.
—¿Lograron encontrar algo?
El pelinegro de ojos azules negó—Nada aún, parece que nos encontramos con más caminos sin salida que actuales caminos que nos lleven a algún lugar específico.
—Bud'te terpelivy, partner. My naydem ublyudka (Ten paciencia, compañero. Ya encontraremos al bastardo)—dijo Markus tocándole el hombro.
—Así que, puedes regenerarte—asumió Mikahil cruzándose de brazos, enviando una mirada de reojo al castaño—. ¿Qué tanto?
—Sí, puedo regenerarme—asintió el mencionado antes de esbozar una sonrisa divertida—. ¿Acaso tienes alguna teoría para probar?
El mayor de los Orlov sonrió de manera cómplice—Me gustaría probar si puedes recibir al menos un solo cargador de balas para pistola.
—Podríamos intentarlo.
—Espera, ¿es en serio?
Markus le guiñó el ojo al pelinegro antes de que las puertas del ascensor se abriesen frente a ellos, permitiéndoles la entrada hacia la sala común que se conectaba con la cocina. Allí se encontraban Dominica junto con Nicholai, Bruce y Clint, quienes parecían disfrutar un desayuno tranquilo — claramente a pesar de lo sucedido anoche. Tony no había vuelto a desaparecer y Thor tampoco. Markus llegó a temer por la seguridad del millonario, teniendo en cuenta que el dios asgardiano no se encontraba de tan buen humor hacia Stark cuando volvió de su persecución con el Legionario que se escapó de él con el Cetro de Loki.
—Al fin llegaron—exclamó la rubia atrayendo la atención de los dos ex asesinos rusos—. Han demostrado ser más holgazanes que el resto.
—Nah, ese puesto es el de Markus—declaró Mikhail soltando una carcajada cuando el castaño lanzó un puñetazo en dirección a su brazo derecho—. Nadie puede quitarte lo que es tuyo, colega.
—¿Dónde está Steve?—inquirió Belova alzando una ceja—. Pensé que estarían juntos, ya que decidieron incordiar mi rutina matutina de holgazanería con Natasha.
—Steve debía buscar algo en los pisos inferiores—añadió la rubia y un teléfono sonó entre los presentes, Clint se removió los bolsillos e hizo una mueca, excusándose por un momento para alejarse—. El capitán quiere que nos juntemos en la sala de conferencias, así que desayuna antes de que decida venir a incordiarte la mañana—miró en dirección a Mikhail—. Tú te ves fatal.
—Es parte de mi estilo, Viktor—farfulló el mencionado alzándole su dedo medio—. Tu novio no lo luce porque él no lo entiende. Al menos mi hermano lo tolera.
—Estás pidiendo demasiado, hermano.
Dominica sonrió de lado—Ya sé, si no se vería como un maldito zombie.
Natasha entró al cuarto y Markus le tendió el café que se había preparado para ella, dejando que la pelirroja lo tomase antes de guiñarle el ojo para continuar con su trayecto hacia la sala que estaba justo al lado del laboratorio. Banner se excusó para poder seguir a Thor, quien había hecho acto de presencia para poder dirigirse al punto de reunión y Mikhail empezó a tararear algo mientras que hacía su café.
—Debe de ser urgente—murmuró Markus a sus compañeros—. Será mejor que nos apresuremos.
Al entrar en la habitación, Natasha recibió a Markus con una sonrisa de lado y procedió a apretar botones en la computadora, Tony Stark ya se encontraba allí junto a Banner y Thor quienes merodeaban por allí, hasta que el capitán Rogers decidió aparecer junto con Clint y una tablet en mano la cual se la dio al asgardiano primero. Thor la miró y cuando Tony se acercó, este se la estampó en el pecho.
—¿Qué es eso?—preguntó el pelinegro antes de mirar la pantalla—. Oh.
—Un mensaje—declaró Steve seriamente—. Ultrón ha matado a Strucker.
Markus casi escupe su café.
—¿Es en serio?—añadió Nicholai antes de mirar la pantalla junto a Tony.
—Y ha dejado un Banksy en la escena del crimen para nosotros—dijo Tony intentando de aligerar la tensión en la sala—. Genial.
—Es una pantalla de humo—reclamó Natasha mirando al equipo—. ¿Por qué manda un mensaje si acaba de dar un discurso como dijo Markus?
Markus se encogió de hombros—Tal vez Strucker sabía algo que Ultrón no quería que supiéramos. El bastardo quiere que encontremos un punto muerto.
—Seguro qué...—bramó la pelirroja y un pitido salió de la computadora—. Si, han borrado todo lo que había de Strucker.
—Tal vez...no todo—espetó Tony intentando de recordar algo—. Tengo una idea.
El resto del grupo lo siguió hacia la sala de conferencias, donde él empezó a sacar diferentes cajas, las cuales no poseían archivos electrónicos — si no que eran archivos impresos, los cuales pertenecían a SHIELD y le indicó a cada uno que empezasen a buscar todo archivo asociado al barón fallecido. Markus llevó varias cajas a la mesa, para que fuesen abiertas por sus compañeros y al cabo de unos diez minutos, el caos que había encima de la larga mesa era masivo.
—Veamos...—dijo el millonario—. Huh, cómplices conocidos, crímenes.
Markus ojeaba los expedientes—Strucker tenía muchos amigos al parecer, es muy probable que nos hayamos cruzado con algunos en algún momento.
—¡Oh, yo recuerdo este!—exclamó Dominica y le señaló a Steve la foto de un hombre—. Asesiné a su padre.
Steve le miró con el ceño fruncido y la rubia simplemente se encogió de hombros para luego proseguir con su tarea.
—Bueno, todas estas personas son horribles—murmuró Bruce concentrado.
—Espera—lo interrumpió Tony, mirando fijamente el archivo para luego tender su mano—. A ese lo conozco. Opera desde la costa africana, contrabando de armas.
—¿Quién es?—preguntó Mikhail.
Nicholai ladeó su cabeza para ver el expediente—Huh, es Ulysses Klaue. Dominica y tú tuvieron una misión con él.
Steve fulminó a Dominica con la mirada y ella rodó los ojos—¿Tengo que recordarte que fui una asesina entrenada por el mismo programa que Romanoff? Así era como sobrevivía.
—Además, hay congresos—añadió el millonario mirando a Steve fijamente— Se conoce a gente. No le vendí nada. Hablaba de encontrar algo nuevo, definitivo. Parecía todo muy épico.
Thor señaló un símbolo en la foto—Esto.
—Es un tatuaje.
—Esos son tatuajes—mostró el dios asgardiano a los tatuajes negros y luego señaló una figura en la piel—. Esto es una marca.
—Sí, es una palabra en un dialecto africano...—declaró Bruce desde una computadora—. Que significa "ladrón", pero mucho menos agradable.
—¿Qué dialecto?—preguntó Steve.
—Wakanada...Wa...Wa...—balbuceó al mirar la pantalla—. Wakanda.
Tony y Steve se miraron entre ellos, el millonario asintió—Si este tipo salió de Wakanda con algún material...
—¿Tu padre no lo tenía todo?—le preguntó el capitán.
—¿Qué material?—preguntó Nicholai y luego se detuvo para pensar, llegando a concluir de qué hablaban—. ¿Del Vibranium?¿Eso es lo que proviene de Wakanda?
—Eres rápido, Orlov—sentenció Steve mirándolo de reojo.
Nicholai sonrió de lado—Mi reputación me precede, capitán.
—¿Qué sale de Wakanda?—preguntó Bruce.
El equipo fijó su mirada en el escudo del Capitán América, el cual resplandecía por el sol, en toda su gloria.
—El metal más fuerte de la Tierra, compañero—anunció Tony.
Steve miro a Tony—¿Dónde está este tipo ahora?
—Costa africana—respondió el pelinegro—. En un centro de desguace, allí hay barcos, es donde puede esconderse y hacer negocios entre las sombras—señaló a los ex asesinos de la KGB—. Como ellos lo hacían antes.
Dominica le miró inexpresivamente—Nosotros no tuvimos opción.
Markus se cruzó de brazos—Y éramos asesinos, no traficantes.
—Iba a decir que es lo mismo, pero temo por mi vida—declaró Tony de manera tensa.
Mikhail, Dominica, Markus y Nicholai levantaron su dedo medio hacia Tony, logrando que Steve soltase un suspiro y comenzase a guardar los expedientes otra vez. Markus y Mikhail empezaron a tirar papeles entre ellos, así buscando molestar al rubio, hasta que este les envió una mirada de advertencia. El grupo se separó para prepararse, dispuestos a dirigirse a la costa Africana lo antes posible.
━━━━━━━━
sin editar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro