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xx. la libertad


SUPREMACÍA,
capitulo veinte: la libertad!



          MARKUS AÚN SE PREGUNTABA CÓMO ERA POSIBLE QUE LAS COSAS PUDIESEN IR DE MAL EN PEOR, no solo por el simple hecho de que más y más enemigos se encontraban entrando a su mundo, pero el caos se había multiplicado — a pesar de todos sus mejores esfuerzos. Los dos logran apropiarse de una de los vehículos voladores de los Chituari y Markus se encontraba en la retaguardia, derribando a más de los soldados que se acercaban a ellos sin piedad alguna. Natasha aún estaba intentando de controlar mejor esa cosa, pero la situación no era simplemente un examen de conducción normal que cualquier humano podía tomar: era una situación plenamente extraordinaria y Markus podía dejar pasar un par de escombros rotos o choques inesperados.

          Después de todo, el idiota seguía enamorado de ella.

          (Y eso, Natasha lo sabía.)

          Markus continuó disparando en dirección a los Chitauri, quienes eran muy tercos para su propia naturaleza y sin quitar el hecho de que eran absolutamente persistentes con el objetivo que querían. Natasha intentó perderlos, pero si perdían un escuadrón, los seguía otro y se formaba un círculo vicioso que terminaría por matarlos y derrumbando la ciudad bajo las reglas de Loki si no se apresuraban. Tony pasó luego de un segundo de estar disparando a más Chitauri que se acercaban a su posición y otra explosión provocó que Markus se quedase atónito por un segundo.

          —¡Lo siento!—se disculpó Tony.

          Markus fulminó a la armadura con una mirada asesina—No, tú no lo sientes, idiota.

          —De alguna forma debía devolvértelo, Romeo—añadió el millonario—. Además, a tu Julieta no le molesta.

          —Yo no dije eso, Stark—mencionó Natasha antes de girar bruscamente en una esquina, logrando que su compañero se tropezara.

          —Ustedes dos implemente buscan matarme—declaró el mayor de los Belova—. Es una lástima que Yelena se esté perdiendo esto.

          —Es mejor para ella—dijo Mikhail a través de los comunicadores—. Ella no tendrá pesadillas de esto por la noche, Markus, nosotros sí.

          Markus disparó a dos naves que se acercaban y miró el caos que había en las calles. Tal vez, Mikhail Orlov tenía razón, tal vez era mejor que su hermana Yelena estuviese fuera de todo lo que estaba pasando — y por un momento, él agradeció que ella haya pedido retirarse del equipo. Otro monstruo gigante cayó frente a ellos y Natasha tuvo que esquivarlo con todas sus fuerzas, Markus se agarró con fuerza ante el movimiento brusco y varios disparos se dirigieron hacia ellos. El castaño se giró, encontrándose con el dios del engaño en persona dirigiendo su fuego hacia ellos — estaba claro que el asgardiano sentía enojo profundo ante como se disponía la balanza, pero Markus no dejaría que él ganase esta guerra.

          —Bozhe moy, etot paren' ne sdayetsya (Dios santo, este tipo no se rinde)—gruñó el castaño en ruso.

          Natasha se giró, rodando los ojos al ver a Loki—Oh, vamos.

          —Sasha irá a darles apoyo a la torre—anunció Steve al otro lado—. Estén atentos.

          —Dime que estamos cerca.

          —¡Solo un par de calles más!—respondió la pelirroja antes de buscar a Clint—. ¡Ojo de Halcón!

          —Romanoff, ¿se puede saber qué mierda haces?—preguntó Dominica observando la situación con su rifle—. No me sorprende ver a Markus ahí.

          —Calmada, Marylin—dijo Markus disparando hacia Loki—. Barton, si nos ayudas prometo invitarte un trago, a pesar de que aún te detesto.

          —Trato hecho, niño bonito.

          Natasha aceleró y los dos se encontraron bajo más fuego enemigo, logrando distraer a Loki por un segundo con una flecha que el dios del engaño logró agarrarla con tanta facilidad y Markus no tardó en palmearse la cara al ver que era una flecha normal.

          Barton, que tonto eres, pensó él.

          Hasta que esta explotó.

          —Retiro lo dicho—murmuró el antes de prepararse para saltar.

          Ambos saltaron hacia la azotea donde se encontraba el dispositivo en funcionamiento, dejando el portal abierto a más y más enemigos. Markus aterrizó haciendo una voltereta hacia adelante, sintiendo piedritas pequeñas contra sus pies. Natasha se levantó con pesadez y ambos se dirigieron hacia el doctor Selvig, quien se encontraba en el suelo, observando todo el caos que él había ayudado a crear. Markus se llevó una mano al oído izquierdo—Sasha, ya estamos en la azotea. ¿Dónde estás?

          —Estoy llegando al edificio.

          —Doctor Selvig—llamó Natasha acercándose al artefacto.

          —El cetro...—anunció él mirando desde el borde—. El cetro de Loki. La energía. El Tesseracto no lucha...pero no puedes protegerte.

          —No es su culpa—mencionó la pelirroja acercándose junto a Markus—. No sabía lo que estaba haciendo.

          —En realidad, creo que sí—añadió el científico antes de mirar el gran artefacto—. Construí una medida de seguridad para cortar la fuente de energía.

          Markus le miró de forma seria—El cetro de Loki.

          Selvig miró hacia abajo, donde el cetro de Loki se encontraba allí—Quizás sea capaz de cerrar el portal y lo tenemos justo delante.

          El espía ruso sacó su gancho para poder colocarlo en un espacio sólido y saltar de allí sin más rodeos, corriendo hacia abajo para poder conseguir el cetro del dios asgardiano. Natasha gritó su nombre, pero él se hizo camino hacia el balcón para agarrarlo y lo que menos esperó fue que un Loki muy enojado lo atacase. Markus sacó su pistola y disparó hacia él, esperando que su refuerzo llegase pronto.

          —Chicos, tenemos un problema—dijo Tony.

          —¿Cuántos más problemas podemos tener, Stark?—bramó Nicholai ya fastidiado.

          —Un misil que destruirá el centro de esta ciudad, Orlov, ese es el problema.

          —¿Cuánto tiempo tenemos?—preguntó Mikhail.

          —Tres minutos.

          La voz de Natasha surgió en los comunicadores—¡Necesitamos ayuda aquí!

          Loki golpeó a Markus y el salió volando hacia la suite destruida de Tony, cayendo en seco al suelo — su cuerpo ardía en todos los sentidos posibles y un zumbido inundó su cabeza, pero no había tiempo para descansar, él debía conseguir el cetro. Loki saltó en dirección a él, con su cetro en posición para poder volver a controlar a Markus y él lo agarró, sus ojos centellantes, ejerciendo fuerza en contra para que la punta del cetro no lograse tocar su corazón. Loki ejerció más presión soltando un grito casi maniático. Las puertas del ascensor se abrieron, revelando a Sasha Zaitsev apuntando con su arma, encontrándose con Loki a punto de volver a controlar a su compañero y él le miró.

          —STRELYAT'! (¡DISPARA!)

          Sasha no dudó en abrir fuego.

          Markus apartó al dios asgardiano con una patada y se puso de pie al instante, Sasha se unió a la pelea, ambos lanzando patadas que eran bloqueadas por el pelinegro con gran habilidad y junto a su cetro sin tenerle piedad a ninguno de los dos. Markus sabía que el tiempo se estaba acabando y que un misil probablemente estaría a punto de matarlos a todos. Los dos golpearon con más fuerza al dios, logrando que este soltase un grito de rabia antes de golpear al castaño con fuerza, lanzándolo hacia el bar de Tony y que se girase bruscamente, al momento que Sasha estuvo a punto de clavarle un cuchillo. Un respingo salió de ella, luego sangre. Markus se levantó a tiempo para ver el cuchillo de Sasha clavado en la espalda de Loki.

          Pero ver su garganta cortada de par en par no fue nada lindo.

          La sangre que emanaba del cuello de Sasha Zaitsev salía a borbotones y ella se colocó la mano en ella, intentando de tapar la herida, pero Loki no perdió el tiempo en lanzarla al suelo. Markus gritó algo en ruso e hizo una llave con sus piernas en los hombros de Loki para lanzarlo lejos en la habitación. El castaño se acercó a la muchacha de piel morena y ella agarró el chaleco de su compañero en un agarre desesperado. Su sangre la ahogaba y ella simplemente agonizaba, un par de lágrimas cayeron por sus mejillas.

          —Está bien, vas a estar bien, Sasha.

          Markus sabía que eso no pasaría.

          Sasha seguía agonizando.

          —Aguanta, por favor—dijo Markus metiendo presión en la herida, manchando sus manos con sangre—. Aguanta...

          —¡Markus!—exclamó Natasha por el comunicador—. ¡¿Y el maldito cetro?!

          —Y-Yo...

          Sasha estaba muriendo en sus manos y el tiempo seguía corriendo.

          Él no podía dejarla morir.

          —No te mueras, Sasha, la ayuda está en camino—murmuró él mientras que su compañera le daba un ligero apretón y empezó a trazar palabras en código Morse.

          Está bien, dijo ella.

          —No, no está bien—sentenció el castaño—. Debí haber sido más rápido, aguanta.

          Está bien, repitió Sasha con pocas energías.

          Está bien.

          ¿Acaso estaba bien el morir de aquella forma?

          Sasha sonrió con todos sus dientes manchados de sangre y Markus sentía su dolor tan alto, observando como la morena se desangraba frente a él como un cordero cazado. La última palabra que ella escribió en Morse fue "Nicholai", antes de que esta se dejase de mover y la luz que Markus veía en sus ojos se apagó completamente. Natasha llegó a la habitación, deteniéndose justo a la entrada para ver a Markus con el cuerpo sin vida de una Viuda Negra.

          —No...—balbuceó ella.

          Loki logró llegar a Markus más rápido que ella.

          —¡Markus!

          El castaño se giró con su arma en la mano, disparando una vez y su bala siendo desviada a un costado, mientras que su arma terminó siendo tirada hacia el otro. Loki tomó del cuello a Markus con una fuerza abominable y Natasha corrió hacia ellos, pero sus esfuerzos perecieron cuando Loki volvió a colocar el cetro contra el pecho de Markus, provocando que este volviese a tener un brillo más intenso en sus ojos azules.

          No.

          No.

          Natasha golpeó a Loki para que Markus caiga al suelo, así ella logró dar con el cetro y Hulk no tardó en entrar a la escena, golpeando a Loki contra el suelo, generando más destrucción a la habitación. Natasha agarró el cetro y miró en dirección a Markus, quien ya le miraba como si fuese su siguiente objetivo.

          —¡Quítale el cetro, Markus!—ordenó Loki.

          Natasha apretó sus labios antes de hablar—Oh, mierda.

          Ella salió corriendo hacia las escaleras de emergencia, siendo seguida por un asesino de la KGB muy furioso y las balas no tardaron en volar entre el espacio más pequeño. Markus siguió a la pelirroja con gran velocidad, dispuesto a saltar hacia el otro lado para poder detenerla. Definitivamente lo hizo y Natasha utilizó toda su energía en quitárselo de encima, ella no tenía intenciones de lastimar al castaño, pero la situación lo ameritaba. Ella golpeó al castaño con fuerza para continuar subiendo los escalones que le quedaban y Markus soltó una bomba de humo. Natasha logró salir a la azotea y le gritó a Selvig que se cubriese.

          El maldito final se acercaba y Natasha no quería que Markus fuese la siguiente persona en caer como su compañera.

          El espía salió de entre el humo de las escaleras y rodó hacia adelante en un intento de disparo por parte de la pelirroja, ella se abalanzó contra el asesino haciendo una llave con sus piernas, lanzándolo al suelo. Ella se colocó encima de él y Markus llevó sus manos a su cabeza, logrando que Natasha soltase un chillido de dolor, golpeó una de sus manos y se hizo a un lado, provocando que el castaño se colocase encima de ella e intentase ahogarla, pero ella sacó su cuchillo para clavarlo en su hombro y en ese momento ella colocó el cetro contra su pecho otra vez.

          Markus volvió a sentirse débil.

          —¡Un minuto!—exclamó Tony.

          Ella suspiró de alivio al sentir que Markus se apartaba de ella de golpe.

          —¿Qué...?

          Natasha se acercó a él, tocando sus mejillas—Está bien, Markus. Ya se acabó.

          —¡Agente Romanoff!—gritó Selvig—. ¡Es hora!¡Directo a la corona!

          Ella asintió antes de ponerse de pie, tomando el cetro de Loki en sus manos. La pelirroja se dirigió hacia el campo de fuerza para poder atravesarlo y Markus se llevó una mano a su garganta, sintiendo la presencia del dios del engaño allí. Estaban a punto de lograrlo y él ya sentía que su cuaderno chorreaba demasiado rojo.

          —¡Estamos cerrando el portal!—exclamó el castaño.

          —¡Háganlo!—gritó el capitán.

          —No, espera—anunció Tony.

          —¡Stark, estas cosas siguen saliendo!—reclamó Dominica.

          —¡Y tenemos un maldito misil nuclear llegando! Explotará en menos de un minuto. Sé exactamente dónde ponerlo.

          Markus se puso de pie mientras observaba como Tony despegaba a gran velocidad con algo agarrado en su espalda: el misil.

          —Stark, sabes que es un viaje de ida—dijo Nicholai.

          —No es noticia.

          Stark se dirigió hacia arriba y desapareció en el gran agujero negro, mientras que el mundo miraba la escena en absoluto silencio. Hasta que una explosión iluminó el mismo y Markus deseó que esa fuese la mismísima victoria, pero...¿dónde estaba Stark?

          —Vamos, Stark—murmuró Natasha.

          —Natasha, ciérralo—dijo Markus.

          Un cuerpo salió de allí y Natasha decidió cerrar el portal, así conteniendo la explosión y dejando caer libremente a Stark. Los dos sonrieron de lado al ver que la victoria era de ellos. Hulk se encargó de agarrar el cuerpo de Tony Stark, quien se encontraba inconsciente y ambos vieron que aterrizó justo a unos metros del equipo que se encontraba en la avenida. Un grito por parte del monstruo fue suficiente para aturdir a una sola ciudad.

          —Ganamos—dijo Markus.

          —¡Ganamos!—exclamó Mikhail por los comunicadores.

          —Qué bien, ¡viva!—añadió Tony exhausto—. Hurra. Buen trabajo, chicos. No trabajemos mañana. Tomémonos el día libre. ¿Alguna vez comieron shawarma? Hay un restaurante de shawarma como a dos manzanas de aquí. No sé qué es, pero quiero probarlo.

          —No terminamos aún—dijo Thor.

          —Entonces lo del shawarma queda para luego.

          Markus se terminó recostando contra el costado de Natasha y soltó un suspiro, sintiendo alegría y posible tristeza al mismo tiempo. La muerte de Sasha no iba a ser de agrado para el equipo, pero ellos tenían que saber lo que iba a pasar. El castaño se llevó la mano a su oído.

          —Chicos, tendrían que venir aquí arriba—mencionó él—. Tenemos muy malas noticias.

          Y vaya que las tenían.




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Horas después.

          Markus Belova observó como el resto salía de sus autos, dirigiéndose hacia un puente siendo custodiado por agentes de SHIELD. El castaño soltó un gruñido al sentir que sus músculos se encontraban absolutamente entumecidos. No le sorprendió en absoluto el que no le doliese nada después de una gran cantidad de horas llenas de adrenalinas, golpes, sangre y control mental indeseado. Ellos tuvieron tiempo para poder esposar a Loki, cubrir el cuerpo de Sasha Zaitsev y dejar que un escuadrón de élite de SHIELD se llevase el cetro del dios del engaño. Además de tener una disputa con el codirector de SHIELD Alexander Pierce sobre quien debía tener el poder en el Tesseracto. Los asesinos de la KGB casi terminan asesinando a todos allí de no ser por la increíble y nefasta consideración de Pierce.

          El shawarma también fue muy bueno para ellos.

          Pero el equipo de Markus seguía con dolor entre ellos.

          Todos se dirigieron hacia el centro en silencio, vistiendo ropa diferente y acompañando a los dos dioses asgardianos que tenían claras intenciones de partir a su mundo. Nick Fury decidió hacer de oídos sordos cuando el Consejo Mundial de Seguridad preguntó sobre el paradero de los Vengadores y les permitió el poder escoltar al prisionero hasta ese punto. Selvig también se presentó, dándoles un dispositivo para que el Tesseracto lograse tener un buen viaje hasta llegar a su destino final, siendo confinado en Asgard junto con Loki y Thor.

          Markus sabía que eso era lo mejor, ese cubo podría hacer armas muy poderosas si caía en manos equivocadas.

          —Esto les pertenece—dijo Selvig entregándole el artefacto a Thor—. Buen viaje.

          Thor le puso una mano al hombro y luego caminó hacia Loki, quien le miraba en silencio y el rubio miró a los espías rusos—Realmente lamento lo de su amiga.

          —Lo sabemos—dijo Dominica y miró a Loki—. Por eso queremos dejarte una advertencia.

          —Si te atreves a volver a cruzarte en nuestro camino—anunció Nicholai con veneno en su boca—. No dudaremos en cazarte y matarte de la misma forma que lo hiciste con Sasha.

          Esa sí que era una promesa.

          Thor asintió antes de girar una de las manijas del artefacto, siendo rodeados por energía azul, llevándolos al lugar donde ellos deseaban — hasta que desaparecieron. El silencio reinó entre los miembros del equipo y muchos bajaron sus cabezas.

          —De acuerdo, creo que sé a dónde ir—dijo Clint antes de dirigirse al auto de SHIELD.

          —¿Ir a dónde?—preguntó Markus.

          Él se giró—Para ir a enterrar a su amiga, sé de un lugar donde ella disfrutará descansar en paz.

          El equipo no tardó en dar sus despedidas con el millonario y con el científico, quienes dieron sus respetos antes de irse. El capitán decidió ir con ellos para poder acompañarlos en un momento que en cierto modo era doloroso, pero él ya se sentía parte del equipo y sería muy poco respetuoso no estar allí. Clint condujo la gran van en silencio, siendo seguido por Mikhail y Nicholai conduciendo detrás de ellos con una camioneta que llevaba un ataúd con el cuerpo de Sasha. La mayoría del camino fue en silencio, tratando así de continuar asimilando el hecho de que ahora eran posibles héroes y que detuvieron una de las invasiones más grandes de todos los tiempos, a pesar de todo, a pesar de las bajas civiles que tuvieron, a pesar de la destrucción que causaron y a pesar de haber perdido a una persona que creció junto a ellos en la Habitación Roja.

          Sasha había caído, pero su muerte no había sido en vano.

          Se alejaron de Nueva York y Clint giró en una avenida, dispuesto a encontrar aquel lugar que él había prometido para la morena. Markus tomó eso como un gesto muy noble por parte del arquero, ya que, dentro de todo, ellos si fueron equipo. Entraron a una calle de tierra, moviéndose en silencio entre los árboles que estaban en los costados de la pequeña calle. Natasha miró a Markus por el espejo retrovisor y sus miradas se encontraron en ese mismo momento, pero él no tenía nada para decir, solo sumirse en sus pensamientos y en cómo ellos seguían vivos después de semejante catástrofe. Clint volvió a girar y se detuvo en la entrada de una cascada, allí se bajaron todos y los hombres se encargaron de llevar el ataúd de la morena mientras que Clint lideraba el camino. Subieron una pequeña colina, donde había un árbol con flores rojas y blancas, creando el balance perfecto entre pureza divina y violencia infinita. Indicó que dejasen el ataúd a un lado y los chicos comenzaron a cavar una tumba en silencio. Natasha y Dominica se dispusieron a buscar otras flores colina abajo.

          Markus nunca creyó que llegaría ese momento.

          Enterrar el cuerpo de una compañera.

          Ese era un dolor incomparable.

          ¿Acaso Sasha tendría familia con vida?

          La KGB se encargó de quitarle eso.

          En cuanto terminaron de cavar lo suficiente, ellos colocaron el ataúd dentro y lo miraron en silencio. El cielo se volvió rojo por un segundo, ya que el sol se ponía en el horizonte — se anunciaba el fin de la luz diurna y la vida de una amiga de todos ellos.

          —¿Últimas palabras?—mencionó Clint, sintiendo la mirada del grupo de asesinos en él.

          Markus volvió a mirar al ataúd.

          Debí haber sido más rápido, pensó él.

          —Gracias por no haber dejado de luchar hasta dar tu último aliento, Sasha—dijo Dominica lanzándole una flor a la tumba—. La pesadilla ya terminó, sestra (hermana), puedes descansar en paz. La KGB ni nadie puede lastimarte ahora.

          Markus apretó sus labios antes de soltar la flor—Eres libre, Sasha.

          Y él tenía razón.

          Sasha Zaitsev era libre, después de todo. Libre de la KGB, libre de su deuda a pagar, libre de sus crímenes por un acto heroico y libre de su tortura como una Viuda Negra. Ella realmente había conseguido la libertad. Nicholai permaneció en silencio, simplemente limitándose a soltar la flor mientras que el resto dijo un par de palabras más en ruso antes de que pudiesen empezar a tapar el ataúd con tierra. Natasha observaba a Markus desde lo lejos, como él tapaba la tumba que contenía el cuerpo de una de los suyos.

          —No tienes idea por lo que él pasó—dijo Dominica a su lado.

          —¿Qué?

          —Deja de hacerte oídos sordos, Romanoff—replicó la rubia mirándole de manera seria—. Sabes de quien estoy hablando y sabes muy bien lo que hiciste.

          —Créeme, Domi—añadió la pelirroja—. Soy muy consciente de lo que hice, pero eso me dio opciones.

          —¿Y qué pasó con él, eh?—señaló Dominica, para luego dejar caer su mano en su costado—. ¿Tú tienes alguna idea de lo que pasó después de que te fuiste?

          —Yo...

          —Nos interrogaron, a cada uno de nosotros—continuó la espía rusa cruzándose de brazos, su mirada fija en Natasha—. Esa noche nos llevaron a celdas separadas y estuvimos toda una noche siendo torturados, la KGB quería respuestas que ninguno de nosotros teníamos. Nos dolió tu traición, Natasha, realmente nos dolió—volvió a señalar a Markus—. Pero a quien más le dolió fue a él.

          —Lo siento—murmuró Natasha bajando la cabeza.

          —No te disculpes conmigo, Tasha—declaró la rusa negando con la cabeza—. Discúlpate con tu amante, porque él fue quien te perdió aquel día en Budapest.

          Tal vez, ella tenía razón.

          Las acciones de Natasha realmente habían afectado a Markus y eso era su culpa, en parte. Ella por fin tenía opciones al alcance de su mano y decidió salvarse a ella misma, lo cual era lo que ella quería en un principio, pero luego recordó la charla que tuvo con Markus la noche anterior.

          Si encontramos la libertad, dijo ella hace años, ¿qué harías con ella?

          Sería feliz, recordó a Markus, me alejaría de todo esto.

          Ella miró en dirección al sol poniéndose en el horizonte, haciendo el cielo un poco más rojo. Observó aquel recuerdo con un nuevo par de ojos y podía decirse que ella se sentía como si su yo de aquel ya estaba pudriéndose al fondo del océano.

          Podrías venir conmigo, dijo Markus una vez.

          Markus le dio la opción de irse con él.

          Y ella no la tomó. ¿Por qué?

          Ella ya había tomado la opción que Clint le dijo hacía bastantes meses, de todos los intentos que él había tomado para asesinar a la pelirroja. Todos ellos habían pasado por cosas atroces, por castigos que ellos no pidieron y por una injusticia muy grata que ellos nunca desearon ni aunque los obligasen. Natasha realmente quería a Markus, realmente lo apreciaba lo suficiente para llamarlo un amante pero ella...¿ella sentía amor por él?

          El amor es para niños, recordó ella decir a Loki.

          ¿Realmente era eso?¿Un simple juego?

          —Markus siempre estuvo enamorado de ti, Tasha—concluyó Dominica antes de palmearle el hombro a la espía rusa—. Solo piénsalo.

          Markus dejó el último tramo de tierra que terminaba por cubrir completamente la tumba sellada donde Sasha se encontraba y soltó un suspiro, se llevó el antebrazo a la frente para poder quitar el sudor de la misma mientras que Steve se quitaba su chaqueta para lanzarla al césped.

          —¿Por qué hiciste eso?—preguntó Markus mirando a Clint.

          Clint Barton se relamió los labios—Porque yo también perdí compañeros, camaradas, amigos y supe que ella era importante para ustedes—asintió—. Uno siempre debe honrar la caída de quienes ya no pueden levantarse y se nota que son un buen equipo. Sasha merecía esto y ahora está descansando en paz, como debe ser.

          El castaño asintió—Gracias, Clint.

          Barton le sonrió.

          —La misión terminó—dijo Steve mirando a los tres hombres—. ¿Qué es lo que van a hacer ahora?

          Markus miró a sus compañeros, quienes también le miraron con una mirada bastante vacía. ¿Qué era lo que iba a suceder? La misión había terminado, habían salvado el día y a la tierra. La KGB debe de estar pactando un plan para poder buscarlos y eliminarlos del radar por su inteligencia y por la información que tienen alojada en su cabeza. Volver a Rusia sería una muy buena sentencia a muerte por parte de su nación y el director del programa. ¿A qué costo debían llegar para ser libres?¿La muerte como le llegó a su compañera?

          —Si volvemos a Rusia, nos acusarán de traición—declaró Nicholai mirando al capitán—. O es muy probable que nos anoten como desertores de servicio y envíen a más viudas y gorriones a asesinarnos.

          Mikhail se encogió de hombros—Somos fugitivos, dicho en cristiano.

          —Fue divertido mientras duró—replicó Markus con una sonrisa de lado—. Pero las consecuencias son consecuencias.

          —No necesariamente, agente Belova—dijo Nick Fury detrás de ellos.

          Dominica y Natasha se les unieron al ver a Fury acercarse hacia los miembros restantes del equipo, el hombre moreno con el parche miró la tumba hecha por el grupo de asesinos y dejó una flor en ella, diciendo un par de palabras en ruso antes de erguirse. Todos lo miraron de manera expectante, esperando alguna respuesta.

          —Ustedes son especiales y más con el agente Belova, quien logró contraer una fuerza que no estamos del todo seguro si puede controlar—declaró el hombre moreno—. Realmente lamento su pérdida, chicos. No dejen que este sacrificio sea en vano. Tony Stark me dijo que ustedes eran un equipo excepcional, justo como Natasha lo había dicho en un principio y sé que ahora todos están en peligro—se encogió de hombros—. Aún no sabemos a qué diablos nos estamos enfrentando, pero sé que los necesitaré.

          Los asesinos rusos se miraron entre ellos con confusión.

          ¿Acaso eso era una proposición para unirse a SHIELD?

          —Estaríamos traicionando a nuestras raíces—dijo Dominica con los brazos cruzados.

          —Ya lo hicimos, Domi—acotó Markus antes de mirar a Natasha.

          Por favor, di que sí, pensó la pelirroja.

          —Debemos hacer esto, chicos—añadió Nicholai mirando a sus compañeros—. Por Sasha.

          El resto permaneció en silencio y luego de un largo silencio, Markus Belova puso su mano en el centro. Natasha fue la siguiente en poner su mano, siendo seguida por Dominica, luego por Clint, siguiendo a Steve y luego los hermanos Orlov. Todos asintieron y Nick Fury también puso su mano en el circulo.

          —Intentaré darles toda la libertad que merecen.

          Natasha miró a Markus con una sonrisa.

          Tal vez, eso era lo que contaba.




FIN DEL ACTO DOS!



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sin editar

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