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[CAPÍTULO 7]


26/01/2021  |  Cuartel del Espejismo, Periferia, Inazuma, Japón

You... don't know what is like to drown away in a puddle of shame... —la chica se dejó caer sobre los muslos del hombre para alzar poco a poco la mirada recorriendo las mejillas de este suavemente con sus manos.

La oscuridad había aumentado en esos últimos segundos, sólo brillaban ellos dos en todo el lugar. Su vestido negro resaltaba gracias a los brillantes plateados que tenía esparcidos por la parte más esponjosa de este mientras que su cabello verde recogido en un elegante peinado la salvaba de fundirse por completo en la luz o el fondo.

You... yes, you —finalmente lo miró a los ojos con fuera antes de aumentar mucho más la fuerza de su voz así como la de sus manos— made me insane!

Sus uñas se clavaron en las mejillas del opuesto hasta que consiguieron sacar unas pocas gotas de sangre gracias al filo de estas.

But not anymore! —la voz de otra chica resonó en el fondo bajo otro haz de luz. Al contrario que su compañera que fingía profunda tristeza, ella sonreía luciendo el mismo vestido estando de pie sobre lo alto de un pequeño escenario mientras caminaba elegante pero alegremente hacia el borde de este.

Luna se apartó del regazo del hombre después de dejar una sutil bofetada en su mejilla y fundirse por instantes en la sombra.

I'm in control! —la chica del escenario dio un paso al vacío salvándose de una caída de no más de metro y medio gracias a su propio líder quien la tomó en brazos dejando que ella se acomodara con las piernas estiradas y el cuerpo reclinado mientras él giraba un par de veces sobre su eje antes de dejarla en el suelo y retirarse.

Las dos se juntaron de nuevo apoyando la una a la otra con los coros mientras se coordinaban en ese sencillo baile decorado por los vestidos que se esponjaban de vez en cuando, sobre todo en los giros que daban.

Focus on me —esta vez fue Luna quien dio un pequeño salto coordinándose con Fayhte quien se agachó quedándose en cuclillas a su lado mirándola bailar desde abajo—, I'll be all that they see.

Después de que un destello se coordinara con el movimiento de la chica para deslumbrar al hombre por unos segundos, ella tomó de la mano a su compañera ayudándola a subir a la silla como si las piernas del sujeto fueran un escalón más donde volvió a quedarse en cuclillas sin miedo de estar clavando sus tacones en los muslos del opuesto.

Lo primero que vio después de recuperar la vista, fue el fino rostro maquillado de la chica mirarlo fijamente con una sonrisa que le decía que se aprovecharía de cada gota de su ser.

Now all eyes on me —ella le tomó las mejillas con fuerza para que la viera fijamente antes de que Luna la tomara por atrás para bajarla—. Now all eyes...

Quedando delante del hombre y luciendo unas brillantes sonrisas, hicieron como si pelearan discretamente por ver quién quedaba delante de la otra antes de concluir la canción.

Now all eyes on me!!

Se escucharon los aplausos del resto de sus compañeros quienes habían mirado desde las gradas.

Harrold Houdini, el líder del bando se acercó al hombre para quitarle la mordaza y mirarlo seriamente teniendo sólo a Cadabra como acompañante.

— ¡No se vale, se pasaron! —protestó alguien de las gradas tomando por sorpresa a Harrold quien se tensó por instantes.

— ¡Así nunca nos toca a nosotros!

— ¡Cállense! Dios, todo el día igual... —Faythe les llamó la atención rodando los ojos antes de cruzarse de brazos y reírse con Luna por haberse quejado cual señorita fina, como si en ocasiones no se llevara igual con ellos.

— ¿Y bien? —Harrold preguntó con seriedad y casi sin inmutar su aspecto, pero cuando el hombre empezó a negar, simplemente lo volvieron a amordazar— ¡Spetsnaz!

— Опа!!! —la celebración de Pocus hizo reír a prácticamente todos excepto a Houdini quien se veía más estresado y a aquel sujeto con el que se estaban pasando la mañana tan entretenida.

— Давай —su hermano le dio un golpecito en el brazo mientras se levantaba para bajar las escaleras.

También tenían puestos ya sus trajes para el espectáculo así que nada más bajar comenzaron a preparar unas cosas en unos pocos segundos.

Pocus estaba acomodando las herramientas sobre la mesa mientras que Faythe y Luna volvían a sus lugares y su hermano se acercaba al hombre que seguía atado a la silla.

— Cuéntame, ¿quién te dijo que era buena idea apostar tu alma con el diablo jugando en un casino? —se terminó de acomodar los guantes recargando las manos encima de las muñecas opuestas— Ah sí, es cierto, no puedes hablar. Bueno, no te preocupes, nosotr- Ахсука! —cuando un cuchillo de carnicería voló hasta quedarse clavado en el respaldo a tan sólo centímetros de la cabeza del hombre y haber pasado a la misma distancia de la suya, se volteó molesto viendo a su hermano— ¡Pocus, ¿cuánta agua masticaste el día de hoy?!

— Sólo era una prueba, perdón, perdón —se disculpó en mitad de sus risas por el regaño que le estaba cayendo por parte de su hermano.

— Ni perdón ni nada, ¿¡y si alguien hubiera salido lastimado!? —se puso al lado de la silla para entonces coger la cabeza del hombre quien aún respiraba agitado— ¿¡Y si lo matas!? Nos quedamos sin interrogatorio y entonces te sacamos a dormir en la calle. ¡Mira al pobre Vasya, casi le arrancas la cabeza del susto! ¿Verdad? —preguntó ahora dirigido al hombre— Pocus, ven aquí y pídele perdón a Vasya.

— Ah... —clavó en la mesa el cuchillo que tenía en la mano y se acercó a ellos dos— Perdón, Vasya, no quería matarte...

— Bueno... —Hocus lo miró sin estar del todo convencido antes de volverlo a mirar— ¿Qué dices, Vasya? ¿Lo perdonas? —sin el permiso de Houdini, le quitó la mordaza para que respondiera.

— ¡Confieso! ¡Confieso! ¡Diré lo que quieran!

La verdad era que nadie se esperaba esa respuesta, por ello Hocus miró de nuevo a su hermano.

— ¡Genial, ya lo asustaste! 

Tiró la mordaza al suelo y caminó a las gradas dejando que Houdini volviera a donde se encontraba la silla y le diera una palmada en el hombro a Pocus.

— Buen trabajo, Pocus. A la siguiente intenta no volarle la cabeza a tu hermano de por medio, ¿sí? —le dijo en voz baja y el chico asintió con una pequeña risa.

Esos espectáculos que perfectamente podrían ser mini conciertos, no eran más que los populares interrogatorios del Espejismo. Era lo que más los identificaba entre los bandos rebeldes: sus interrogatorios artísticos, brutales y eficientes como ningunos.

Tenían números previamente ensayados, una sala con escenarios y distintos tipos de utilería para estos pequeños espectáculos a los que incluso a veces invitaban a otros bandos para que los pudieran ver en persona.

Este soldado joven del Centro había sido capturado hace dos días. Tras la pequeña batalla que se había librado contra la Mar de Luna, habían ido varios espías del Centro a la zona donde habían combatido y pocos lograban volver.

La relación entre estos dos bandos era extremadamente delicada. A pesar de ser rebeldes los dos, en un ataque del Centro hacía al menos dos años, habían caído varios miembros de los bandos y comenzaron a culparse mutuamente por no haberse protegido bien además de que esa zona era rebelde y estaban luchando por ver quién lideraría la zona. Pero después de todo ese suelo era de ambos, eran rebeldes, además de que era considerado casi como tierra sagrada por haber sido el lugar de muerte y entierro de varios compañeros y rebeldes de otros bandos; cualquier soldado del Centro que entrara sería ejecutado o capturado.

Respetaban aquella tierra sagrada hasta el grado de que todas sus batallas se libraban en la zona exterior. Y estos conflictos por la pequeña zona rebelde del este habían conseguido tanta popularidad que incluso llegaban a llamarles Cruzadas siendo una referencia a las antiguas batallas por recuperar Tierra Santa.

Mientras que Houdini, Cadabra y Pen se encargaban de sacar toda la información del sujeto y tomando notas de esta, el resto de chicos ya se habían ido a cambiar y se preparaban para la hora de comer.

— ¿Qué tal? —preguntó Pocus mierando a Luna y quedándose a un par de escalones de llegar al segundo piso.

— Ah, hola —lo saludó de vuelta dejando una risa efímera por no esperar que estuviera ahí—. Bien, voy a poner a lavar esto, ya casi está la comida, ¿no?

— Sí, ya sólo falta que se termine de calentar, Ledger está al tanto —terminó de subir los dos escalones que le faltaban y se recargó en la parte superior del barandal mientras su compañera también se apoyaba en la pared opuesta adoptando una posición para aquellas conversaciones cortas que solían tener.

— ¿Y tu hermano? —preguntó ella subiendo un poco más la bola hecha con sábanas y ropa que acababa de sacar del cuarto que compartía con Heeler.

— En el cuarto, está hablando con Marvel o algo así —se encogió del hombros mirando la puerta de la habitación que compartía con su hermano.

— ¿Sabes si todo va bien por allá? —se acercó un poco moviendo los labios para que él los leyera— La Mar de Luna.

— Pues Hocus no ha dicho nada, me imagino que si algo grave estuviera pasando Marvel se lo hubiera dicho y seguramente él a mí, pero por ahora creo que todo bien —asintió convencido antes de que se interpusiera un silencio que duró unos cuantos segundos.

— Ojalá y esta tontería se acabe pronto —rodó los ojos Luna—, en serio, ¿qué ganamos? ¿Por qué diablos no sólo nos aliamos y seguimos protegiendo la zona pero sin matarnos?

— Ni siquiera me lo digas, la verdad es que a mí esto me da igual, le digo eso mismo a Harrold y no deja de decir que no es así de simple. Pero creo que a estas alturas ya sólo nos estamos peleando porque eso nos dijeron, desde siempre ha habido roces entre los mentores y con esto de las Cruzadas ya se desató la guerra entre nosotros, ¿qué no hay ya suficiente con el Centro?

Esta vez ella no contuvo una risa antes de mirarlo de arriba a abajo arqueando una ceja y apretando de nuevo las sábanas para que no se cayeran.

— ¿Por qué me extraña tanto escucharte decir que ya tenemos suficiente guerra? ¿Qué no te divierte matar a golpes a la gente?

Él rio también antes de responder alzando un dedo intentando aclarar mejor sus palabras.

— No me gusta la guerra cuando no tiene sentido o no me lo parece a mí. ¡Los del Centro son unos cabrones, me gusta torturarlos! Pero es que los de la Mar de Luna... evidentemente no les tengo mucho aprecio por el hecho de que nos atacan y todo eso, pero tampoco les tengo un odio marcado, sólo son idiotas como nosotros y se siguen peleando.

— Bueno, la verdad es que razón no te falta.

— Hocus piensa casi igual, sólo que él sí le tiene mucho más aprecio a los de la Mar de Luna, por lo de Marvel y eso... Pero es que nuestro odio al Centro está justificado, sí estamos como para ensañarnos con ellos, digo, mataron a nuestra mamá, nos han hecho crecer huérfanos y en guerra, sí estamos como para odiarlos.

— Sí, la verdad es que ahí sí hay una diferencia... Pero creo que tendríamos que ponernos a hablar todos y terminaríamos discutiendo intentando hacer que todos opinaran igual —suspiró algo resignada recibiendo media sonrisa con el mismo sentimiento de su compañero.

Ambos se separaron de donde estaban recargados y tras una efímera despedida, cada uno fue a lo que tenía planeado.

Si bien, Luna no estaba a favor de la rivalidad con la Mar de Luna, al igual que los Sesame y Faythe lo veía ilógico y no encontraba sentido a sus peleas que más bien era la mala relación entre Alessandro il Grande -líder de la Mar de Luna- y Harrold pero llevada al extremo.

Pocus entró al cuarto y cerró la puerta detrás suyo encontrándose con su hermano acostado en su cama. Rio un poco al ver cómo este se había quedado dormido.

Caminó hasta su propia cama donde se sentó mirando a su hermano. Su teléfono estaba en su mesa de noche y él estaba encogido abrazando el pequeño peluche de un arlequín, en su posición parecía como si lo quisiera proteger.

Suspiró con una sonrisa que mostraba algo de ternura por Hocus antes de tomar su propio teléfono acostarse en su cama para mirarlo esperando porque les avisaran de que ya era hora de bajar a comer.

Y por más que entre los dos bandos existiera la rivalidad más o menos lógica, realmente sus vidas eran completamente iguales. Todos los bandos llevaban una vida similar, el día a día de sus miembros era tan parecido pero a la vez tenía sus toques distintivos.

A poco más de un kilómetro, en el cuartel de la Mar de Luna se estaba repitiendo la misma escena de unos hermanos que tampoco le veían real sentido a la lucha contra el Espejismo pero a quienes el Centro literalmente les había arrebatado todo y aún con eso sobre sus espaldas, también intentaban seguir su vida lo más normal posible dentro de la guerra.

— No, espera, debes marcarle estos pliegues a las camisas —el menor tomó la prenda doblándola con facilidad y dejándola tendida sobre la mesita de planchar.

— Okay, okay, disculpa. Déjame a mí —le apartó las manos para él continuar con el trabajo y planchar las líneas en la ropa correctamente.

— Es que no te puedo confiar nada, de verdad —bromeó volviendo a su lugar y continuó planchando su parte de la ropa.

— Mira quién lo dice, si fui yo quien te enseñó a planchar, me vas a decir a mí cómo se hace —rodó los ojos aún a modo de broma concluyendo aquella prenda para así dejarla colgada en la percha y proseguir con la siguiente.

— Pero yo perfeccioné la técnica. Ya te quiero ver planchando quince camisas en menos de media hora.

— Pues si así estamos, te voy a traer cada semana la ropa para que la planches y nos ahorres trabajo. A estas alturas yo ya sólo plancho los cuellos y un poco de las mangas, benditas sean las batas con las que casi podrías ir en pijama al trabajo y nadie te dice nada.

— Ni se te ocurra, ya tengo demasiado que hacer aquí. Encima se averió la lavadora y llevo toda la semana lavando a mano —esto hizo reír un poco al mayor quien lo miró colgar la camisa lista e ir por la otra—. ¿Y sabes lo peor? Que no se les ocurrió nada más brillante que entrenar aún más duro y manchar la ropa el doble.

— Es que tú aún no sabes lo que es lavar la ropa de un niño —dejó la plancha vertical y lo miró fijamente aún riéndose—. Cecilia se va a la escuela con los calcetines blancos y la polera igual, y regresa con los calcetines grises y la camisa con manchas de al menos seis jugos y treinta pinturas diferentes. Yo sólo rezo por el día en que ya no sean obligatorios los calcetines blancos, porque no los va a usar más mientras sea yo quien le lave la ropa.

El menor soltó un par de carcajadas incluso teniéndose que detener de su trabajo unos momentos.

—  ¿Qué? Es la verdad —fingió inocencia sin contener unas cuantas risas.

Al poco tiempo ambos se calmaron manteniendo las sonrisas impregnadas en sus rostros, y fue Marvel quien habló con cierto tono nostálgico a la vez que respetuoso por su hermano.

— Pavel.

— Dime.

— Ayer me puse a pensar... ¿Cómo crees que nos llevaríamos con Edgar?

Definitivamente lo tomó por sorpresa aquella pregunta, pero simplemente suspiró con nostalgia e intentó mantener su sonrisa tranquila.

— Si te soy sincero, por más que pienso en él y en cómo sería ahora, no puedo terminar de concebir que yo en este caso sería el hermano menor, ya me acostumbré tanto a cuidarte y a... asumir mi rol como el mayor a pesar de todo, y me cuesta pensar en que Edgar sería el mayor... Después de todo, este año cumpliría los 31.

— Es cierto, es algo raro. También, aunque Abisua ahora tendría unos diecinueve y Goretti unos dieciséis, no puedo dejar de pensar en ellas como niñas pequeñas.

Pavel asintió acomodando la siguiente prenda en el gancho dejando la plancha vertical para que no se quemara la tela de debajo.

— Yo sí llegué a conocer a Abisua con bastante consciencia, ella tenía cinco y yo trece, de alguna forma ya podíamos relacionarnos de una forma mucho más directa, pero es que Goretti... Ni siquiera supimos si nació, tampoco si mamá estaba en lo cierto y fue una niña o le falló la intuición y era un niño. ¿Te das cuenta de que nos referimos a ella completamente seguros de que fue una niña y de que murió también con mamá?

— Si nació, lo hizo en los campos de refugiados del sur, ¿cómo iba a poder sobrevivir así un bebé recién nacido sin su madre? —la mirada dura de Marvel se posó en las manos de su hermano—. Bueno, ¿qué te voy a decir yo? Eres pediatra, sabes más que yo.

— Bueno... Siempre hay milagros, pero tienes razón: ¿qué probabilidad hay de que ella fuera uno?

El silencio que mantuvieron más que por no saber qué mas decir o despreciar el tema, era por mantener esos momentos de silencio por sus hermanos. Era cierto que Marvel no los recordaba demasiado, era Pavel quien contaba con los mayores recuerdos sobre ellos y los más duros, también era cierto que su hermana menor apenas tuvo tiempo de conocer el mundo, y que ni siquiera sabían si realmente la más pequeña había llegado a nacer; sólo estaban ellos dos, pero siempre tenían en cuenta a sus hermanos como una parte completamente vital. Deseaban con fuerza que pudieran conocer un poco de su adultez, que hubieran llegado a ver un mundo ligeramente mejor al que tuvieron que vivir.

— Bueno, tampoco nos deprimamos, imagínate que nos vieran llorando por pensar en ellos —intentó animarlo Pavel—. Oye, ¿estás seguro de que están al pendiente de la comida?

— Sí, serán unos despiadados que me ponen a lavar como si no hubiera nada más que hacer, pero siempre me ayudan con estas cosas —asintió colgando la última camisa antes de guardar la mesilla y desconectar la plancha.

Nada más terminar se acomodó un poco el pelo con la mano para luego sonreír con algo de maldad al pensar en lo que estaba a punto de decirle a su hermano.

— Bien, ¿y qué se siente ya ser un viejito con un año más?

— No lo sé, dímelo tu. ¿Qué se siente planchar estas camisas? —le entregó su plancha y puso las camisas restantes al borde de la mesilla.

— ¡Qué tramposo, oye!

— Un año más de experiencia —canturreó mientras salía de la habitación riéndose para regresar al cabo de unos pocos minutos—. De verdad, es que soy el mejor hermano del mundo, te ayudo hasta con el trabajo que te obligo a hacer.

Después de unos minutos más terminaron con toda la ropa y se dirigieron a la zona de la cocina donde se encontraron a los demás chicos sacando las pizzas del horno mientras otros acomodaban la mesa con todo lo necesario para la comida.

Se encontraban a 26 de enero, justo un día después del cumpleaños de Pavel, el hermano mayor de Marvel. Mientras que el menor vivía en el cuartel de su bando, la Mar de Luna, Pavel vivía en la Rebeldía, aquella ciudad subterránea que se había convertido -como bien decía su nombre- en la base de operaciones del ejército rebelde además de una ciudad que resguardaba a muchos habitantes y refugiados que habían convertido aquella base militar en una ciudad pequeña y vertical con prácticamente todo lo necesario para vivir como debería ser.

Era usual que se visitaran con frecuencia, solía ser Pavel quien lo iba a ver al cuartel por la comodidad, y esta vez la visita había sido debido a su cumpleaños. Marvel insistía en querer verlo aunque fuera un día después ya que debido a los conflictos con el Espejismo, era difícil que le permitieran irse por las buenas a la Rebeldía más aún teniendo que llamar a los Blade o salir en un vehículo del bando alertando así a los enemigos. Por eso él fue al día siguiente.

Marvel había pensado en hacer una comida especial para la fecha y como tenían harina más que suficiente así como queso y conservas de tomate, decidió que harían pizza para así pasar aún más tiempo juntos. Ellos dos se encargaron de cocinarla mientras que los demás seguían con sus entrenamientos y papeleos rutinarios. Mientras esta se horneaba, Marvel tuvo que completar su tarea pendiente de planchar, pero esta fue definitivamente más rápida gracias a la ayuda de su hermano.

Y finalmente ya estaban todos sentados a la mesa con las pizzas repartidas por toda esta. La conversación siguió fluyendo con normalidad y en cuestión de minutos ya estaban riendo y hablando con confianza y tranquilidad, habían dejado atrás aquella tensión por las últimas peleas contra el Espejismo sólo para centrarse en disfrutar la primera comida en forma que habían tenido desde hacía casi dos semanas.

— Bueno, creo que esta comida merece que felicitemos a los cocineros —Alessandro dijo alzando su copa.

— ¡Felicidades! —fue Robert Lee quien alzó la voz aplaudiendo con fuerza sacándole una risa a Marvel.

— Gracias, gracias —respondió él levantándose e incluso exagerando un poco por el ambiente de broma que había.

— Son muy amables —Pavel hizo lo mismo levantándose después de su hermano.

Pero justo cuando se iba a volver a sentar, de nuevo fue Alessandro quien habló volviendo a levantar la copa.

— Y también propongo un brindis por Pavel —en ese momento Marvel lo tomó del brazo y lo volvió a levantar para que tomara su propia copa y brindara—. Felicidades, espero que cumplas muchos años más y... te deseamos lo mejor, eres una persona que definitivamente se merece de lo mejor. Felicidades.

— Gracias, muchas gracias —agachó un poco la cabeza a modo de agradecimiento mientras chocaba su copa con la de Alessandro y luego con todas las demás manteniendo una discreta sonrisa por el simple hecho de estar justo ahí, en ese momento.

Tanto él como su hermano habían conocido lo que era sufrir de verdad, sabían lo que era tener hambre de verdad, no tener un hogar, no tener nada, habían tenido una infancia dura y que no se la desearían a nadie. De hecho esto llegaba al grado de que literalmente Pavel había terminado como médico militar especializado en pediatría, era la primera línea para evitar que más niños tuvieran que crecer como lo hicieron ellos o incluso tuvieran el mismo destino de sus hermanitos.

— ¡Felicidades al doctor! —de nuevo fue Robert quien chilló arrancándole una risa algo avergonzada a Pavel.

— Que alguien le quite ya el vino, por Dios —Leon lo señaló con la mano desde el lado opuesto de la mesa fingiendo molestia a la vez que no aguantaba un par de risas en el fondo.

— Dame eso aquí —Otto tomó la botella de vino que había delante de Lee y la dejó a su derecha, lo más lejos posible del chico.

— ¡Pero si no he tomado!

— Llevas como dos copas y acabamos de empezar —aunque era inusual escuchar la voz de Darius, esta sonó justo al lado derecho de Marvel quien incluso tuvo que voltear a verlo antes de reír.

— Déjalo, es que él es tonto de por sí —negó de nuevo Bismarck fastidiado.

Marvel se seguía riendo mirando a sus demás compañeros mientras que Alessandro los intentaba calmar.

Las sonrisas que llevaban todos en el rostro era la muestra de aquella vida normal que deseaban llevar, por más que repitieran que eran militares y que ese era su trabajo, claro que deseaban poder ser jóvenes que se hubieran dedicado a la milicia por mero gusto, no por la obligación de la situación. Aunque Pavel disfrutara profundamente de su profesión, también sabía que en un mundo en paz él habría terminado la carrera y habría empezado a ejercer alrededor de los 24 años antes de especializarse, no habría empezado a los dieciocho como había sido su caso.

Pero a pesar de todo eso, seguían luchando por esa felicidad. Aunque en el Espejismo fueran vistos como agresivos y bélicos sin sentido, al igual que ellos, deseaban proteger y repetir esos momentos de felicidad, todas aquellas ocasiones que pasaban en grupo para forjar más recuerdos que perduraban en sus mentes hasta en los momentos más duros.

*** *** ***

Nombre: Samguk Han

Nombre de asesino: Aotrom

Edad y fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1994, 26 años.

Lugar de nacimiento: Transición, Inazuma, Japón.

Altura: 1.80 cm.

Peso: 76 kg.

Bando: Raimon.

Blindaje: 5

Velocidad: 2

Arma principal: Subametralladora M12.

Arma secundaria: Pistola PMM.

Auxiliar: Claymore.

Dispositivo especial: Diamond, un complemento que se coloca en el arma principal y este al ser activado crea un efecto a modo de flash similar al de una granada cegadora aunque de un efecto menos duradero.

Trasfondo: Sus padres llegaron a Japón como varios otros coreanos que huyeron de las condiciones del país después de que este se unificara, encontraron alojamiento en la zona de la Transición, allí se establecieron y formaron su nueva vida pretendiendo encontrar tranquilidad y subsistir a las condiciones del país que tampoco resultaban mucho más favorables que en Corea. Samguk nació y creció en esta zona asistiendo al colegio y llevando una vida normal. Su padre se presentó como voluntario para servir en el ejército del Centro desde que llegaron y en este trabajo consiguió darles una vida digna a su esposa e hijo. Pero como empezó a suceder con aquellos soldados del Centro que no eran originarios de allí, él fue asesinado injustamente para evitar espías. La madre de Samguk, Hana, de inmediato supo que ellos corrían el mismo peligro, por eso, ese mismo día se llevó a Samguk al Raimon donde pidió que lo dejaran quedarse allí para protegerlo y ella quedó protegida por este mismo bando, pero ella fue enviada a la Rebeldía donde vive actualmente. Él tenía 13 años cuando se quedó en el Raimon, por su corta edad y el shock impresionante de justamente haber muerto su padre ese día y ser llevado a un bando, se le ofreció el irse con su madre a la Rebeldía, ellos los llevarían. Pero Samguk eligió quedarse en el Raimon ya que de esa forma no viviría ignorando y tratando de olvidar lo sucedido, así podría ayudar a obtener justicia y evitar que esa misma historia se repitiera en otras familias.

Perfil psicológico: Es una persona con un carácter de líder nato, su optimismo lo distingue en el Raimon, siempre muestra una sonrisa y positivismo a los demás, se ha ganado el aprecio de todo su bando. Samguk es muy soñador y siempre intenta inspirar a los demás para que sigan sus sueños. Aún así también es alguien que se preocupa a veces en exceso y se frustra fácilmente cuando no puede realizar algo él solo, pero curiosamente, nunca pierde la paciencia con otros. Busca el bienestar de otros por encima del suyo. Se deja guiar por su sentido de la justicia, es lo que lo impulsa a seguir dentro de la Rebeldía a pesar de que llegue a tener remordimientos debido a tener que matar e involucrarse en la guerra, es el bien al que llevarán todos sus actos lo que lo hace seguir adelante.

Relaciones: Tiene un fuerte vínculo con todo su equipo, en especial con quienes más tiempo llevan. Se lleva bien con todos los líderes de otros bandos haciendo que el Raimon tenga una posición neutral o amistosa con los demás.

Pareja: Soltero.

Entrenamiento: 

— Entrenamiento básico del Raimon superado con 8.0.

— Entrenamiento como defensor especializado aprobado con 9.4.

— Entrenamiento de élite del Raimon aprobado con 8.9.

— Curso de ingeniería militar inconcluso.

Experiencia importante:

— Atentado a la casa de los Di Rigo en 2012.

— Defensa y servicio en el Raimon 2009-2021.

Aspecto:

Posición preferente en líneas de fuego: Última línea de defensa o defensa agresiva. Se adapta bien a cualquier posición.

Estado: Fallecido. (22/01/2021)

Tema: Illusions — Thomas Bergersen y Uyaga Bold (HELL: Survivors OST)

Notas:

— Cuando Riccardo recién llegó al Raimon, él fue de las primeras personas con quienes se abrió al inicio junto a Jade.

— Es el psicólogo del Raimon, siempre acuden a él para hablar y desahogarse ya que siempre da buenos consejos y es bueno escuchando.

— Su bebida favorita es el licor de grosella, llega a ser su símbolo representativo en el Raimon.

— Cultiva gardenias en el pequeño jardín del Raimon y siempre las recolecta en marzo para enviar o llevar un ramo a su madre por su cumpleaños, es de las pocas veces que se ven al año.

— Informe por Bae Kwan Kim (Byron Love) "Aphrodite".


*** *** ***

¡Hola a todos! Este fue el capítulo de hoy, espero que les haya gustado ^^

Si leyeron la versión original, pudieron ver cómo este capítulo es nuevo, no es editado ni nada así, a lo largo del fic habrá más capítulos así, ¡espero que les gusten!

En este capítulo pudimos ver un poco sobre cómo está todo eso entre el Espejismo y la Mar de Luna, además de que conocimos a un par de OCs más como Luna Krol del Espejismo, al ya conocido Marvel de la Mar de Luna y a su hermano, Pavel el doctorcito.

¡Primer capítulo con ficha en esta versión! Wow, realmente me sorprendí cuando vi que en la versión original hasta el capítulo 12 no hay ninguna ficha, yo quería darle unos capítulos de margen, pero tampoco tanto. Así que, por ende, aquí habrá más fichas de otros personajes que tal vez no se vieron en la otra versión además de los nuevos OCs.

Dedico este capítulo a RoccoMT6 como un regaliwis de cumpleaños, espero que te guste el musical no-musical de los morritos del Espejismo y la escena de Pocus siendo feliz porque es su turno, al menos en su momento a mí me dio un buen de risa, yo y mi mente drogadicta XD

Bueno, pronto subiré un informe en el blog donde hablaré de cómo voy a estructurar todo el asunto de las actualizaciones y todo eso ^^

Muchas gracias por leer y nos vemos pronto.

Atsushi~

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