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[CAPÍTULO 30 - Parte Uno]

24/10/21  |  Salas de entrenamiento, Rebeldía, Inazuma, Japón.

Desde la ventana del pasillo se podía observar cómo se organizaban en ella sus ocupantes.

Se apreció cómo Shunsuke se encontraba de pie frente a una mesa sobre la que había posado una especie de jeringa con un líquido verde jade en ella. Tomó un trozo de carne con ambas manos estirándolo sobre la aguja y acercándolo cada vez más hasta que esta se disparó atravesando por completo el filete quedándose clavado en él mientras que por arriba se veía cómo todo el líquido estaba derramándose. Sonrió contento al ver cómo estaba dando los resultados que él quería y empezó a limpiar.

—Dos minutos —avisó Preston pasando entre las cinco mesas que tenían dispuestas en una especie de círculo en el centro de la sala.

Lucas volteó para mirarlo y asentir, pero volvió a su posición de estar sentado en la silla, con las pantorrillas sobre la mesa y los tobillos cruzados mientras que sostenía un libro relativamente grueso al cual echó una última ojeada y cerró dejándolo en la mesa.

Se dirigieron al simulador donde todos se formaron ya con sus objetos necesarios.

—Lucas, ¿quieres ir primero? —preguntó Preston disponiéndose a programar el simulador.

—Sí —asintió dando unos pasos al frente.

Entró a la habitación con una especie de pistola enfundada en el cinturón y con una espada a mano y media.

Se colocó en el centro de la sala y sólo tuvo que esperar unos minutos antes de que los hologramas tomaran forma de maniquíes que se lanzaron contra él.

Lo primero que hizo fue bloquear los ataques con la espada antes de usarla para desarmarlos y poder acabarlos con un corte.

Subió al segundo piso del simulador de cristal para enfrentarse a otros enemigos que igual lo atacaban. Optó por empujar a uno hacia abajo teniendo que correr por una estrecha pasarela y llegar al otro lado donde asesinó a aquellos que le "lanzaban" flechas. Su dominio con la espada no era bueno, pero suficiente y su agilidad hacía que pudiera sobrevivir sin problemas.

Entonces, sus tantas revisiones al perímetro al fin habían conseguido su propósito: identificar a otro holograma yaciendo en el suelo, pero este era de color azul, no rojo como los otros.

Tomando a uno de sus enemigos, se tiró hacia el piso de abajo degollando al holograma con la espada y luego corrió hacia el cuerpo azul al cual inyectó uno de los cartuchos que guardaba en su pantalón.

Nada más terminar y ver a más enemigos atacarlo, huyó de las flechas y visualizó al otro muñeco azul que apenas estaba siendo atacado. Cargó el cartucho con rapidez y lo disparó haciendo que llegara a serle inyectado causando que pudiera aniquilar a otros enemigos mientras él subía de nuevo.

Para cuando asesinó a uno de los presentes del piso superior, las luces atenuadas recuperaron fuerza haciendo que todo se desvaneciera. Entonces se dirigió a las escaleras para salir y dejar paso al siguiente. Todos desfilaron por el simulador: Clover utilizando aquel veneno mortal acompañado de su antídoto, Gu con las minas cuyo nombre lo apodaron, y Smoke protegido con una máscara antigás.

Shunsuke tomaba notas de lo que se veía dentro de la cabina, analizaba las reacciones de los gases y venenos, pero entonces, sus ojos se agrandaron al notar algo que tenía poca importancia a simple vista, pero en realidad podría ser una clave vital.

Nada más salir y descontaminarse, se lanzó hacia Preston captando inevitablemente su atención.

—El gas ya es letal a una distancia de medio metros lejos del contacto con él —soltó de la nada con emoción. Ellos llevaban mucho tiempo intentando crear algo que fuera así de letal, un aura que ya contaminara sin estar en puro contacto con el gas.

—¿En serio? ¡Shun, eso es genial! —respondió exaltado alzando la mano ya libre de la protección para el gas haciendo que él respondiera chocando las palmas.

Pero entonces se percataron de que Uta estaba acercándose al resto de su equipo. A Preston le resultó extraño ya que se había ausentado a la práctica del día de hoy por tener dolor de cabeza desde anoche. La veía como si nada, completamente activa y feliz, pero también le extrañaba que se acercara con su teléfono a la vista, como si estuviera grabando.

Justo detrás de ella iba un hombre un tanto alto que caminaba como si nada.

—Darling, ¿qué...? —preguntó riendo con nerviosismo mirándola y de nuevo al hombre sin saber cómo reaccionar o qué esperar, no comprendía lo que sucedía.

El individuo rio con ternura al verlo llamar a su novia desconcertado. Decidió no acercarse más, se quedó parado al lado de Uta.

—¿Sabes quién soy?

Preston volvió a reír con nerviosismo mientras negaba con la cabeza.

—Lo siento pero no... Uta, ¿estás grabando esto? —finalmente preguntó aún sin saber qué hacer. Volteó a ver al resto de sus compañeros quienes igualmente mostraban sonrisas de ternura— ¿Lo conocen? —ellos asintieron haciendo que se pusiera tenso— L-lo siento pero no lo recuerdo... ¿es algún superior? Si es así me disculpo por...

—Tranquilo, no soy nada de eso —tras decir eso, Uta liberó una risilla nerviosa—. Te envié una carta hace un tiempo, no sé si la recuerdes...

Él se quedó pensativo sin atreverse a pronunciar nada más hasta llegar a una respuesta segura.

—Firmada a nombre de Nelson, Nelson Princeton.

Los ojos de Smoke se estancaron por eternos segundos de silencio. Miraba a los ojos de ese hombre teniendo que convencerse a sí mismo de que no era una mala broma, que ese señor tenía la copia exacta de sus ojos, que su cabello corto era del mismo color que el suyo...

La máscara de gas que sostenía aún en su mano derecha se resbaló cayendo al suelo mientras intentaba volver a hablar.

—¿En serio? —tartamudeó con la voz baja.

—Claro... No me atrevería a bromear con esto, Preston.

Lo observó unos instantes más con la respiración dificultada hasta que consiguió mover su cuerpo. Puso toda su fuerza en las piernas para correr hacia él sin tener miedo en el momento del impacto entre los dos cuerpos.

Sintió una leve punzada de las costillas no sanas por completo, pero no dolían, nada dolía. Tan sólo se quedó contra su cuerpo respirando aquel aroma suave y agradable, no era más que el perfume y el olor de su ropa, pero le era familiar a pesar de no haberlo olido nunca, ¿o sí?

I woke up... —murmuró.

I know, Preston —asintió sonriendo también sintiendo cómo el llanto de su hijo estaba a punto de serle contagiado.

Uta continuó grabando aquella escena de la que todos disfrutaban por la felicidad ajena que, debido a sus vivencias, la disfrutaban como suya propia.

Preston tomó aire por una sonora bocanada.

—¡Dijiste que si me entregaban esa carta, sería porque estabas muerto! Crecí sin saber nada de ti, sólo que moriste cuando yo era bebé. Yo... —volvió a inhalar por la boca, esta vez rompiendo a llorar a la hora de sacar el aire— Cuando me operaban, cuando estaba recuperándome, cuando peleaba, cuando tenía que sobrevivir... yo pensaba que tenía que hacerlo por mí mismo porque ya no tenía padres que me ayudaran. Me decía a mí mismo que nadie iba a venir a cogerme de la mano y decirme que siguiera adelante, yo me tenía que cuidar por mí mismo. Samford me decía que tenía que ser fuerte, que tenía que sobrevivir y cuidarme sin esperar a que alguien viniera por mí, que tenía que ser fuerte para que mis padres no tuvieran que preocuparse por mí y estar tranquilos porque yo no estoy en peligro... ¡pero tú estás vivo! ¡¡Cuando tenía ganas de morirme, pensaba en que no tenía ni padre ni madre a quien le importara si sigo sufriendo o muero de una vez, pero resulta que sigues vivo!! —alzó el puño con fuerza para luego simplemente dar un suave golpe en el pecho de su padre.

—No te preocupes, comprendo que estés molesto conmigo, que me odies. Preston, tienes derecho...

—¡No te odio! ¡No digas eso! —volvió a gritar con fuerza en mitad del llanto— No te odio... ni he pensado en odiarte... —negó con la cabeza encogiéndose contra Nelson incluso llegando a agacharse a la par que su padre y llegar al suelo— Pero no sé cómo se debe expresar lo que llevo casi veinte años pensando...

Nelson simplemente se encogió poniéndose de rodillas con el cuerpo de su hijo entre los brazos. Le habían dicho lo que había pasado; el por qué su cuerpo no parecía ni de lejos el de un joven de diecinueve años sino el de un niño de once, por qué era tan frágil al estar en contacto con el mundo... pero a la vez lo veía tan fuerte que se sentía orgulloso de verlo tras conseguir sobrevivir por sí solo, justo como dijo: nadie lo iba a tomar de la mano, ni siquiera estando en guerra, él tuvo que crecer solo. Eso lo hacía sentir tan mal, haber tenido que vivir separado de su hijo lo hacía odiarse a sí mismo incluso.

Preston estaba prácticamente acostado, sólo su tronco era sostenido por su padre hasta que él sólo se acomodó de rodillas al sentir el recordatorio de su cuerpo de que varias de sus costillas eran piezas de metal.

El motivo que había hecho que no hubiera vuelto a verlo, era que seguía salvando vidas como hizo con la de Beth y Preston. Trabajaba en el norte del país junto a otras personas que rescataban a los supervivientes de ataques y desastres naturales; era un miembro clave en esa pequeña organización de gente que cuidaba de los niños que sobrevivían que no era posible que se marchara así como así sin dejar a muchos sin protección y susceptibles a una muerte evitable.

Finalmente la Rebeldía había mandado apoyo a esas zonas, así consiguió la oportunidad de regresar a Inazuma y una vez en la Rebeldía, tan sólo pasó una noche antes de localizar a Preston para finalmente ver a su hijo completamente sano y despierto, no como lo vio por última vez, antes de ser perseguido por el Centro y dirigirse al norte.

Ya habían pasado casi cuatro meses desde que llegaron todos a la Rebeldía, cada grupo estaba funcionando y entrenando con normalidad, la gran mayoría ya estaba adaptada a la nueva vida en la Rebeldía saliendo en contadas ocasiones a misiones de regularización y alguna infiltración en pleno Centro.

—David, tengo que irme, debo estar allá a las ocho —murmuró Joseph intentando levantarse.

Pero el otro apretó su brazo evitando que lo moviera y dejara de abrazarlo.

—Deben ser cinco y media, no entres en pánico —respondió en la misma voz baja y pesada jalándolo más hacia él.

El mayor suspiró acercándose hasta juntar más su pecho con la espalda del más moreno.

—Al menos volvamos a la cama, siempre que lo hacemos terminamos tirados en el suelo y digamos que no es muy cómodo para pasarnos horas aquí acostados —dijo incorporándose sin prisa.

—Te doy la razón, vamos —al sentirlo moverse, se dio la vuelta hasta quedar completamente bocarriba.

Joe rio un instante para admirar cómo el cabello seguía cubriéndole el ojo derecho a su esposo debido a la ausencia del parche que solía llevar. Pero entonces se atrevió a retirar el fleco dejando a la vista aquel ojo completamente negro a excepción del iris. Un simple pupilente que recubría a la prótesis que tenía desde que perdió el ojo real. Correspondió con una sonrisa antes de que ambos juntaran los labios en un corto beso.

—¿Me ayudas? —estiró un brazo a Joe teniendo media sonrisa en la cara.

Le ofreció el brazo izquierdo sosteniendo su mano para hacer fuerza y colocó la mano libre en lo alto de su espalda haciendo que se irguiera con facilidad.

Se dirigió a la cama para acostarse siendo seguido por David quien se colocó la manta en los hombros y procedió a tumbarse a su lado cubriendo a ambos con la tela. Se colocó encima de Joe y siguió besando su cuello lentamente siendo correspondido por un brazo que rodeó su espalda.

Los cuerpos desnudos de ambos no tenían ni un milímetro de separación, podían sentir cómo respiraba el otro en su propia piel aún un poco húmeda.

—David...

—Dime —murmuró acurrucado sobre él empezando a dejarse rendir por el cansancio y las ganas de quedarse dormido también.

—Te quiero —llevó la mano derecha hasta el hombro de Samford una vez había exhalado la sonrisa por sus palabras. Pero su otra mano seguía en su espalda repasando con cuidado la misma zona—. Aún se te sienten mucho las cicatrices.

—En la mañana se inflamó, debe ser por eso, pero siempre se han sentido así.

—¿Te duele?

Tan sólo sintió el cabello de su esposo a la hora de negar con la cabeza antes de que este la acariciara.

—Pero aunque no tenga medio cuerpo roto vas a consentirme, ¿verdad? —vaciló moviéndose para quedar al lado de Joe.

—No veo por qué no. Lo último que quiero es verte así otra vez. Han pasado diez años pero el recuerdo es igual de crudo por más que lo repita una y otra vez.

—Al menos yo apenas puedo acordarme, eso es bueno, ¿no? —colocó la cabeza sobre el brazo estirado de Joe quedando frente a frente otra vez.

—Sí, la verdad es que sí —con la mano izquierda cubrió casi toda su mejilla sintiendo la piel caliente y algo enrojecida pero disimulada a causa de su tez morena—. Pero, ¿sigues sin recordar?

Asintió volviendo a fijar la mirada en los ojos azules del otro.

—Creo que fue un buen golpe en la cabeza el que me di, además, la crisis nerviosa... —cerró los ojos negando con la cabeza un poco abrumado para terminar con un suspiro antes de volver a abrir los ojos— Yo viví lo peor en el aspecto físico y tú en lo emocional, la verdad.

—Sí... —suspiró— sí, así es.

—Me pusieron un sinfín de porquería en las venas... no sé qué tanta cosa hicieron, además, Jude y tú me dijeron que por poco y me inducían en coma.

—Sí, tenías una parte del cerebro muy delicada, al final se fue desinflamando sola y poco a poco mejoraste. Pero poco después de salvarte de lo peor, había días en que te despertabas y no tenías ni idea de lo que había pasado aunque hubieras tenido el accidente hacía un mes o más —rio con un poco de tristeza agachando la mirada—. Hubo un día en que te quedaste dormido por la noche, luego te despertaste y al contrario que otras veces, te veías como si nada. Sólo abriste los ojos y te quedaste mirando al techo como si nada.

—¿En serio? —rio sorprendido él— Eso no me lo habías contado.

—Te lo prometo, ya sabes que tengo memoria fotográfica, me acuerdo de ese momento exactamente.

Y en realidad Joe tenía muy buena memoria, para algunas cosas más que para otras, pero casi todo lo relacionado con su novio, ahora esposo, lo recordaba demasiado bien.

—Ya se despertó —murmuró Jude al verlo abrir los ojos capturando la atención de Joe quien ya casi se dejaba dormir al cambiar turno.

Permaneció unos segundos mirando al techo con una expresión calmada y curiosa hasta que con un tic tensó la expresión un momento.

—Joe, quítate de encima, me haces daño —dijo casi sin problema alguno.

—N-no... no estoy sobre ti —respondió preocupado acercándose a él.

—¿Jude? —intentó adivinar de nuevo quién era aquella persona que se encontraba sobre él, pero cada vez su expresión se veía más asustada y nerviosa.

—No, no tienes a nadie sobre ti —intentó calmarlo Jude.

Al fin desvió la mirada del techo, se fijó en su líder respirando con más y más velocidad.

—¿Entonces? ¿Qué pasa? —preguntó más asustado por cada segundo que transcurría.

Joe suspiró aún contando aquel recuerdo.

—Te lo dijimos, pero no aguantaste recibir la respuesta, habrás pasado unos quince minutos negándolo, con pánico hasta que funcionaron los calmantes y te volviste a dormir. Cuando te volviste a despertar no te acordabas de nada de eso, estabas como el día anterior, ya habías asumido tu lesión desde hace tiempo.

—Sí, yo estaba consciente de que algo no iba bien... —rio un poco irónico— Estar en un campo de guerra y empezar a sentir que medio cuerpo te duele, más aún sabiendo la sobredosis de elixir que te has inyectado, fue fácil asumirlo.

—Ajá, tenías sólo esos episodios de no acordarte de nada, pero poco a poco fueron menos.

—Mira, de algo de lo que sí me acuerdo —rio un instante al intentar explicarlo— es que cuando tiré la granada, Dragonfly salió herido, se le quemó la pierna y recuerdo que cuando caí al suelo empecé a escuchar que gritaba "¡Mi pierna!" o cosas así, y entonces yo no sabía ni qué había pasado, empecé a asociar todo lo que escuchaba para tratar de ubicarme un poco y hasta entonces fue cuando sentí cómo me dolía a mí también la pierna, sino no creo que me hubiera enterado. Pero en ese momento dolía tanto que intenté tocarla, pero estaba tan desubicado que yo creo que estaba tocando en el lado opuesto o algo así, el caso es que no sentía mi pierna pero a la vez me dolía... así que lo primero que inventó mi cabeza fue que la había perdido, por eso yo creo que tuve la crisis.

Joe definió media sonrisa al ver cómo hablaba de ese tema casi burlándose de su confusión en ese día. Repasó una vez más el fino rostro de Samford dejando otro beso en sus labios recordando cómo toda su vida habían tenido que callar sollozos de miedo, tristeza y dolor; él era consciente de que formaba parte de las pocas personas que lo habían visto llorar.

No tardó mucho hasta notar cómo se había quedado dormido en sus brazos. Lo tapó mejor para volverlo a abrazar de manera protectora antes de intentar acompañarlo en el sueño.

Realmente pudo dormirse un buen rato, prácticamente dos horas. Cuando Samford volvió a despertar, ya no sintió el cuerpo de Joe a su lado, lo cual hizo que se alertara aún más por pensar que se había quedado dormido mucho tiempo. Pero al escuchar la ducha siendo utilizada, supo que seguía en el departamento.

Pasó unos minutos mirando por la ventana desde su cama sin temor a ser visto desnudo por el exterior debido a los cristales oscuros desde fuera. Pero Joe lo trajo a la realidad al cruzar por su campo de visión con tan sólo una toalla rodeando su cintura.

—Ponte algo, ¿no? —vaciló acomodando un poco su pelo el cual había perdido más de la mitad de su largo anterior. Se había cortado el cabello hacía no más de dos semanas, ahora lo tenía cortado de forma desordenada a la altura del mentón, empeorando el corte al estar recién levantado— Vas provocando a media Rebeldía con ese aspecto.

Joseph rodó los ojos riendo también mientras abría su cajón y sacando la ropa necesaria: su uniforme.

—Tranquilo, ya me tapo —respondió mientras se empezaba a colocar el pantalón—. Además, no estás tan necesitado, te acabo de hacer el amor de una manera... —siguió bromeando mientras proseguía con el cinturón— Acabamos tirados en el suelo, con eso te lo digo todo.

—No tengo planes para la noche, ¿por qué no me llevas a cenar cuando acabes el turno?

—¿Cenar? Me parece bien, muy bien —asintió terminando de colocar su camisa—. Conozco tus juegos de palabras, y mientras eso no haya ido con el doble sentido de que quieres cenarme a mí, me parece perfecto —vaciló acercándose a la cama donde aún estaba David.

—Pero no puedes negar que en los dos sentidos te parecía un buen plan —lo miró como si se hubiera molestado.

—No te lo estoy negando —respondió tocando con el dedo la punta de la nariz de su esposo antes de que ambos rieran.

—Ya en serio, ¿sí te parece bien? —dijo con una sonrisa tranquila.

—Sí, me gusta, cuando acabe la guardia, vengo por ti y nos vamos a cenar —cogió su abrigo y se lo fue colocando caminando de vuelta a la cama para besar en los labios a Tracker de nuevo— Te quiero David, vendré por ti en la noche —dijo antes de caminar a la puerta e irse.

Samford procedió a ducharse también y dejar arreglada la casa. Era pequeña y con pocos objetos a la vista, pero aquel momento de pasión descontrolada había dejado un buen lío con las sábanas y ropa tirada en el suelo. En verdad no tenía nada planeado para el resto del día, por eso se dirigió al cuarto de lavado aprovechando para limpiar toda la ropa que estaba pendiente. Le tomó una hora hasta que la pudo llevar de vuelta a su departamento y ordenarla. Ya eran las nueve para cuando se percató de la hora al encender el teléfono notando también un mensaje de su hija.

>>En verdad fue de lo mejor que he visto <3

Sonrió ante el mensaje, y nada más ver el vídeo que le había mandado, supo por dónde iba el asunto. Él estaba enterado, de hecho había contactado a Nelson con los superiores para que recibiera el escuadrón de su hijo. Pero prefirió no estar presente en ese momento, no quería ser ninguna distracción para Preston. Observó el vídeo una y otra vez sin cansarse de mirar a Preston de esa forma, lo veía aún más maduro, como su hubiera sido una persona totalmente diferente de la noche a la mañana literalmente.

Entones Uta le llamó al teléfono siendo aceptada su llamada por parte de su padre.

—¿Preston está ahí? —preguntó él mientras seguía colocando la ropa en su lugar.

—No, ahora se fueron a una cafetería, yo estuve dando un paseo por la plaza y compré unas frutas para hacer mermelada, se me antojó preparar algo; pero ahora ya estoy en la casa. ¿Y tú?

—Igual, Joe se fue hace... tal vez hora y media, me puse a lavar la ropa y ahora la estoy guardando. Hay que mantener la casa ordenada.

Ambos rieron un instante antes de ser interrumpidos en su charla por un temblor imposible de no sentir. El teléfono de Samford se resbaló de su mejilla y hombro cayendo al cajón donde estaba la ropa ya doblada. Lo recuperó rápidamente.

—Uta, ¿estás bien?

Nada más acabar de hablar, empezó a sonar una alarma en toda la Rebeldía, algo que asustó aún más a la chica.

—¡Sí! ¿¡Qué está pasando!? —chilló a causa de la alarma que hacía difícil el entenderse.

—¡Nos están atacando! ¡Coge tu abrigo y sal de tu edificio ya!

Él siguió su propia orden y bajó por las escaleras teniendo que sujetarse del barandal al notar el otro temblor y no caer.

Escuchó cómo ella sí se cayó al otro lado de la línea, pero él seguía bajando las escaleras con la mayor rapidez que podía.

—¡Uta, ¿te hiciste daño?!

—¡No, estoy bien! —se levantó con torpeza siguiendo el camino junto a otros chicos que igual evacuaban el edificio.

Él ya estaba en la calle cuando pudo presenciar, al igual que su hija, cómo la siguiente explosión era más fuerte, tanto que hizo que pequeñas virutas de polvo cayeran del techo de la ciudad mientras el suelo se sacudía y los gritos de la gente aumentaban al unísono.

—¡Papá! —gritó involuntariamente ella al mirar esa escena y sentir el pánico de quedar atrapada en esa ciudad subterránea por siempre.

—¡Tranquila, Uta, ya voy por ti! ¡No te asustes, vas a estar bien, vas a estar bien! —apresuró el paso mientras sonaba una voz acompañando a la sirena que indicaba que todos se dirigieran a las entradas del búnker aún más oculto en las entrañas de la tierra.

No tardó mucho en alcanzar el edificio donde ella y su novio vivían, vio cómo ya estaban saliendo todos del edificio, identificó a su hija con rapidez, pero también reparó un instante en asegurarse de que Vladimir Blade ya se encargaba de llevar a su novia, quien estaba a nada de tener al fin a su bebé, al lugar debido.

Llevándola en un abrazo protector, entraron al túnel siguiendo las escaleras de caracol que los llevaban a una sala subterránea donde el aire era más pesado y la luz limitada, pero contaba con eternas filas de literas.

No pasó mucho hasta que todos se encontraban allí, en esa interminable sala donde efectivamente, podían quedar sepultados en caso de que la ciudad colapsara encima de ellos. Pero aún tenían una vía de contacto directo con el exterior, ya en territorio fuera de Inazuma, es decir, en el bosque que rodeaba la Periferia.

Ella no se separó del cuerpo de su padre, seguía con los nervios alterados.

—Está bien, tranquilízate, ¿sí? —dijo en voz suave apretándola también contra él.

Se colocaron en unas literas cercanas a la entrada por donde accedieron, ahora ya cerrada.

Y no demoraron en registrarse en las literas C 37 para que pudieran ser ubicados con más facilidad en caso de que Preston se encontrara lejos al igual que el resto de sus compañeros.

La idea fue tan buena que al cabo de unos diez minutos, Smoke apareció por el pasillo infinito sujetando la mano de su padre a quien prácticamente iba jalando.

Miró cómo se abrazaron consolándose entre ellos. Registró a Nelson y Preston en la litera de al lado y regresó con ellos viéndolos más tranquilos ya. El padre de Preston había podido calmarlos bien. Al verlos lejos del pánico ahora, se dirigió a un panel de información reportándose como militar oficial recibiendo el permiso de ayudar a acomodar a los civiles, reportar heridos y brindar ayuda con una conexión directa a los centros médicos de emergencia.

Repasó la lista de quienes estaban registrados, e identificó con rapidez dos nombres los cuales fueron su primer objetivo. Se dirigió hacia la fila 26 donde los encontró en la litera E 26.

Mientras que el moreno estaba acurrucado en la cama, el otro estaba sentado allí mismo acariciando su brazo.

—Chicos, ¿están bien? —preguntó agachándose y echando un rápido vistazo al rededor confirmando el orden de todo.

—Sí, estamos bien —asintió Sol.

—Perfecto —asintió él aún en cuclillas—. Voy a indicar exactamente su posición, ¿está bien? Intenten no moverse de aquí. Ustedes dos necesitan mucho oxígeno todo el tiempo y aquí el aire es más pesado, disminuyen un poco el oxígeno para poder permanecer mucho tiempo aquí resguardados, así que si el concentrador de alguno de ustedes se acaba, esto podría ir muy mal. Nada más se esté agotando la energía, deben reportarlo para que les den una fuente de electricidad, ¿entendido?

Daystar asintió sin reproches, pero Sōji sí demoró en afirmar.

—Quisiera no tener que respirar —dijo en un murmuro con la cabeza apoyada en la almohada de la pequeña cama—. Daría menos problemas...

—No, está bien, no das problemas —le dijo Samford estrechando el brazo para poder acariciarle la cabeza buscando su calma—. Está bien, podremos con todo, no será mucho lo que estemos aquí metidos. No eres una carga... no dejes que el Centro llegue al colmo de todo, no dejes que te haga sentir una carga, no lo eres, ¿de acuerdo?

Por más que en su casa siempre hubiera recibido apoyo y todos lo quisieran y cuidaran por voluntad propia, a veces tenía sentimientos encontrados respecto a su posición por la enfermedad, sobre todo cuando había problemas se ahogaba en la impotencia al sentirse inútil. Y ahora frente a este ataque y los últimos días en los que inevitablemente se sentía muy nostálgico extrañando al resto de su familia y al Myr, aquellos pensamientos aumentaron.

Continuó la inspección sin encontrar a alguien que en verdad lo necesitara, muchas otras personas estaban ayudando y el resto colaboraban manteniendo la calma y obedeciendo a quienes brindaban ayuda.

Cuando iba de regreso a su litera con Uta, encontró a su compañero quien parecía llevarlo buscando un tiempo.

—Jude, ¿qué pasa? ¿Ya saben qué fue lo que pasó?

—Sí. Un grupo independiente, posiblemente aliado con el Centro, nada de gran muy grave. El problema es que bombardearon el mismo punto exacto, por eso se causaron algunos daños en la superficie de la ciudad.

—Aún están cerca, van a buscarlos, ¿no?

—Sí, un escuadrón mestizo irá a rastrearlos.

Lo miró con seriedad por un momento.

—Por eso me estás buscando, ¿no? Supongo que el hecho de ser Tracker lo dice todo —alzó la ceja cruzado de brazos.

—No sólo por eso. Duivel, Marlowe, Blank, Thatcher, Princeton, tú y yo estaremos en el escuadrón.

—¿Princeton?

—Nelson Princeton, Smoke se quedará aquí. De hecho, Duivel y Marlowe fueron elegidos sólo por la refinación de sus dispositivos, no queremos enviar menores a esto. Pero el rastreo de cableado de Sharpe y la ubicación de dispositivos de Lerner son esenciales, tú dispositivo de rastreo también lo es, Samford.

—¿Pero qué querías decirme? —preguntó un poco nervioso ante la obviedad que estaba tomando la importante conversación.

Jude suspiró abrumado y procedió a dirigirse a su viejo compañero una vez más.

—Ese grupo se llama Resistance Redux... dime quién usaría ese nombre, dime quién tira seis bombas en un mismo lugar sólo para empeorar las explosiones, dime quién le enseñaría a tu desertor a encerrar a tantas personas en un vil círculo de perdición...

La expresión de odio y sorpresa ardió con fuerza en el rostro de Samford dando a Sharp la respuesta de que había dado con la persona correcta.

—¿Nunca sabe cuándo detenerse?

—Lo dudo —colocó una mano en el hombro de Samford—, por eso detenlo tú... tienes diez minutos para reunirte en el ascensor, creo que sabes qué hacer...

*** *** ***

"En situaciones como esta, un asesino no es más que una víctima más de la guerra. No hay buenos ni malos, somos igual de crueles e inocentes que nuestro enemigo."

Nombre: David Samford

Nombre en clave: Tracker

Lugar de nacimiento: Periferia, Inazuma, Japón.

Edad y Fecha de nacimiento: 20 de junio de 1991, treinta años.

Altura: 1.74 m

Peso: 68 kg

Bando: Rebeldía General

Blindaje: 2

Velocidad: 5

Arma principal: Sub-ametralladora MP7

Arma secundaria: Pistola PMM

Auxiliar: Carga de demolición

Dispositivo especial con descripción: EE-One-D. Un dispositivo de rastreo que emite unas ondas que al ser interrumpidas por movimiento enemigo permiten obtener la localización precisa de este sujeto, pueden ser rastreados por el tiempo que dure la onda.

Especialidad y línea de ataque: Rusher y atacante táctico.

Entrenamiento:

—Entrenamiento completado de la Royal Academy Clásica (Hasta D9) con puntuación de 8.79.

—Programa intensivo militar en la Rebeldía aprobado con 7.4

—Curso de diseño, manejo y conocimiento de armas aprobado con diez perfecto.


Experiencia importante:

—Segunda liberación masiva de los Valles (2010)

—Revuelta en la Transición (marzo 2012)

—Batalla de la Royal Academy contra Zeus (abril 2012)

—Batalla de la Royal Academy contra el Raimon (enero 2013)

—Defensa de la Royal Academy (octubre 2017) 

—Neutralización de aviones bombarderos en Nagoya (julio 2019)

—Asesinato de Zeke Valanche (febrero 2021)


Trasfondo: Se sabe que su padre, Ethan Samford, llegó a Japón junto a su mujer Kailani desde Hawaii, se instalaron en la Periferia donde vivieron decentemente hasta que fueron víctimas de uno de los ataques de limpieza del Centro, la zona noroeste de la Periferia (de las mejores en ese momento) quedó destruida desde entonces a causa de ese bombardeo del cual consiguieron sobrevivir David y su hermana mayor Daniella. Vivieron entre los escombros sobreviviendo como pudieran por un par de meses, para ese entonces David tenía alrededor de ocho años. Pero su hermana estaba débil de salud y él estaba herido en el ojo y había contraído una infección así que el tiempo jugaba en contra de ambos al no tener apenas qué comer. Tras la muerte de su hermana siguió vagando unos días sobreviviendo como pudo hasta que fue encontrado por Ray Dark quien lo acogió en la Royal Academy después de ser atendido en la Rebeldía donde tuvieron que extirpar su ojo derecho. Se convirtió de inmediato en un miembro vital y de los más eficientes debido a aquella personalidad cruda que desarrolló por las condiciones en las que vivió. En la revuelta de la Transición de 2012 él rescató a Uta Weiss (Crimson) y la llevó a la Royal Academy donde fue acogida y tiempo después se volvería oficialmente su hija. David forjó un lazo casi fraternal con Jude Sharp (Leader) sufriendo peor que nadie el momento en que se marchó al Raimon tras ser derrotados por el bando de exterminación Zeus. Después de casi un año de práctica inactividad, Caleb Stonewall (Cobalt), él y Joseph King (Lion) utilizaron las inyecciones altamente concentradas de elixir prohibido en la batalla contra el Raimon pretendiendo derrotarlo y dejarlo fuera de acción al haber demostrado ser muy fuertes derrotando al Zeus. Tras usar tres disparos de elixir sufrió graves lesiones llegando al punto muerto de la pelea que quedó inconclusa por la cantidad de heridos, después de ser atendidos se formó la alianza Raimon-Royal Academy, aún así él fue declarado muerto por Aquilina Schiller (Sage) para protegerlo a nivel nacional en aquel momento de vulnerabilidad. A los 25 años fue reclutado para unirse a la Rebeldía General junto a King así que ambos se alistaron empezando a dejar el mando en la siguiente generación.

Perfil psicológico: Es un chico de carácter fuerte y decidido, las relaciones humanas son muy especiales para él ya que creció habiendo perdido a toda su familia. Es responsable y disciplinado, no tolera el desorden y es muy estricto en cuanto al liderazgo. Dejó de mostrar empatía hacia a varios de los miembros de la Royal Academy que constantemente buscan el desorden y la discordia en el bando, de hecho sólo les ha permitido quedarse en el bando gracias Jude Sharp y Joseph King. A pesar de ser bastante desalmado y cruel en cuanto a las misiones, la guerra y varias situaciones de la vida diaria, tiene un instinto protector y deseo de vivir al que se aferra. Aunque sea visto como alguien despiadado, realmente odia la guerra y todo lo que esta conlleva, pero su deseo de vivir es tanto que se adaptó a las condiciones sin tener más opción que participar en ella. Muestra mucho afecto hacia varios de sus alumnos y le gusta compartir lo que sabe y ha aprendido. Tuvo que madurar muy rápido debido a la vida que tuvo así que en ocasiones tiene actitudes o manías algo infantiles en las que se reflejan aquella niñez que se le fue robada. No se preocupa mucho por lo que se piense de él públicamente pero se preocupa mucho por aquellos en su círculo cercano. Es muy cariñoso con su pareja y su hija deseando poder pasar más tiempo con ellos a pesar de las circunstancias, por eso se alegró mucho cuando los bandos fueron llamados a la Rebeldía ya que ahora podría estar más cerca de Uta.

Relaciones: En 2014 adoptó oficialmente a Uta Weiss a quien tenía mucho aprecio y ayudó a integrarla en el grupo. Jude Sharp y él son prácticamente como hermanos, a pesar de todo lo que pasaron siguen teniendo una relación cercana y siguen siendo amigos como lo eran de niños. Todo lo contrario con Caleb Stonewall hacia quien desarrolló un profundo odio, no sólo por incitarlos a usar el elixir contra el Raimon sino por haberlos abandonado sin más después de la batalla. Tiene buena relación con varios ex-miembros de los bandos de su generación como lo son Bae Kwan "Byron" Kim (Aphrodite), Mark Evans (Blitz), etc.

Pareja: Joseph King.

Aspecto: 

Estado: Muerto (oficialmente). [Vivo, activo]

Tema: Battlefield — Svircina

Notas:

—Su apodo significa "rastreador" y fue dado no sólo por su dispositivo sino porque desde pequeño siempre fue bueno siguiendo rastros o personas teniendo controladas áreas grandes por la forma en la que tuvo que sobrevivir al estar solo con su hermana.

—Desde los 20 años hasta que fue declarado muerto era considerado como el asesino más letal de la Rebeldía siendo buscado por el Centro al ser una de sus mayores amenazas. Este título le fue dado debido a las muertes y misiones que había cumplido en proporción a su tiempo de actividad y edad, también se tuvo en cuenta su entrenamiento y desempeño fuera de misiones.

—Debido al elixir prohibido sufrió varios daños en todo el cuerpo: principalmente contracturas en muchos músculos, esguinces serios, fractura en la pierna derecha, aplastamiento y fractura de dos vértebras y crisis nerviosa. Lo más grave fue la lesión en su columna que lo mantuvo inactivo varios meses estando en observación y tratamientos, de hecho no estuvo completamente recuperado hasta 2014. Actualmente sigue teniendo problemas con su espalda principalmente cuando hace mucho frío o hace ejercicio más allá de lo habitual, igual suele tener molestia al estar de pie mucho tiempo sin moverse.

—Es el primer y único diez perfecto en el curso de capacitación de armas.

—Tiene tres medallas de oro, una de plata y una de bronce que ha recibido a lo largo de su vida y en diferentes misiones. La primera fue a los 17 años en la liberación masiva de los Valles donde recibió la de bronce. En la neutralización de los aviones bombarderos recibió la codiciada medalla al valor junto a otra de oro.

—Cuando recibió un puesto oficial en la Royal Academy pidió que una mujer llamada Julianna Waters fuera enviada a la Rebeldía y recibiera allí alojamiento. Nunca dijo oficialmente el motivo ni su relación con la mujer pero se cumplió la petición y actualmente ella vive en la zona oeste. Algunos sí sabemos por qué es tan importante esa mujer para él pero no tiene nada que ver con su vida profesional, todos tenemos una vida personal y no hay por qué contarla a todo el ejército ;)

—Infomre por Neil Turner (Ripper) ;D

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¡Otro capítulo más!

Este es el primero que será partido en dos, más bien podría decirse que es un mini arco... sí, eso es. Aún así espero que les haya gustado.

¡Preston encontró a su papá! :') Ay, muchas cosas que pasaron aquí, David y Joe hicieron el delicioso, Uta tuvo un bonito momento papá-hija, Sōji extraña su casa, cierta persona vino a estar molestando... todo mal, ya veremos qué pasa en el próximo capítulo º3º

Sé que deben estar muy hasta la madre de tanta actualización así que buenas noticias: esta semana que viene no habrá actualización hasta el sábado o quizá hasta el próximo miércoles. Igualmente ya nos faltan "poquitos" capítulos para acabar al fin la primera historia.

Nos vemos. Lob <3

Atsushi~

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