[CAPÍTULO 27]
21/06/2021 | Zona de entrenamiento, Rebeldía, Inazuma, Japón
La sonrisa de Jade, aunque fuera un tanto más brillante que la de Riccardo, también reflejaba tristeza, también quería tapar el dolor que le provocaba la situación. Hacía unos días habían hecho una pequeña celebración en honor a Maxine, lo más parecido a un funeral, pero aunque a diferencia de ella, Subaru sí había sobrevivido, las condiciones no eran las mejores.
El mayor también sufrió la pérdida de Joujou, así como ella estalló en ira cuando él fue herido por protegerla, él apenas supo reaccionar al saber que a pesar de todo no pudo salvarla. Pero ahora no era el mejor momento para hablar de ello, al menos no frente a Riccardo, evidentemente el más afectado.
Todas las fracturas en los huesos de Subaru eran preocupantes, llevaba días bajo exámenes y observación. Por suerte los disparos no habían dado a ningún lugar muy importante, en uno sólo bastó con extraer la bala y suturar, en el otro sólo tuvieron que cauterizar por precaución pero no darían más problemas. Y después de varias charlas y discusiones con los médicos se había llegado al punto en el que se sometería a alrededor de cuatro operaciones para reconstruir la parte de las vértebras y pelvis que estaba rota ahora.
Lo único que detuvo a Subaru de aceptar ciegamente las operaciones a la primera fue la probabilidad de que quizá nunca podría volver a caminar, pero sólo le tomó unos minutos asumir que esa posibilidad era enorme, que la única forma de escapar de ella era sometiéndose a las cirugías, si no lo hacía estaba claro que no volvería a caminar.
Sara había pasado noches enteras en el hospital con él, veía cómo se mantenía tan fuerte como siempre, cómo buscaba tranquilizarla antes de nada y era capaz de hacer ver que nada sucedía realmente. Sólo había aceptado relevos de su hermano aunque fueron más bien forzosos, pero ella entendió que Doug también se sentía comprometido con Subaru por todas las veces que este le había ayudado, por cómo había cuidado de él cuando estuvo herido. Hughes también fue a verlo teniendo en mente disculparse, en su mente estaba claro que todo había sido por su culpa, si nunca hubiera sido atrapado por el Centro nada hubiera pasado, pero al pisar el cuarto y saludar a Subaru con la cabeza gacha, el mayor de inmediato sintió su corazón latir con fuerza mientras los ojos se le aguaban sin quererlo. Lo primero que hizo fue recibir con un fuerte abrazo a Hughes repitiéndole que se alegraba mucho de saber que estaba bien, que no le habían hecho nada. Y cuando él se quiso disculpar, Honda ni siquiera lo dejó, insistía en que nada de eso era su culpa y que lo único importante era que ahora estaba a salvo.
Todos habían ido a visitarlo varias veces, la única excepción había sido Riccardo y Subaru lo entendía, de no ser por su condición habría ido a buscarlo para ayudarlo, la muerte de Maxine lo había afectado como a nadie.
Pero finalmente fue Jade quien consiguió que él saliera de su habitación, dentro de unas horas sería la primera operación de Subaru y ella iría a verlo junto a Riccardo. Fue difícil, pero realmente sintió cómo por unos momentos el profundo dolor por Maxine cesaba al ver cómo aún su compañero no abandonaba la esperanza, cómo estaba vivo y lucharía por seguir cuidando de los demás.
—Bueno, pero tengo entendido que hay una cosa más importante que yo ahora mismo —fue Honda quien desvió la conversación mirando a Jade quien tardó unos segundos en reaccionar y asentir metiendo una mano en la carpeta que llevaba.
—Aquí está —entonces le entregó una foto que aunque fuera sólo en blanco y negro, consiguió que Sara y Subaru sonrieran con ternura—, es la primera foto del bebé.
—Dios mío... —Sara se cubrió la boca sonriendo y mirando de reojo cómo su novio tenía la misma expresión de ternura y admiración que ella.
—¿Ya saben si es niña o niño?
—Ya nos lo pueden decir pero queremos que sea sorpresa —explicó Jade estando de pie junto a Riccardo quien también sonrió al ver la foto de nuevo.
—En serio que todos estamos ansiosos porque nazca ya, queremos conocer a... nuestro sobrinito, o sobrinita, lo que sea —sonrió Subaru devolviendo la foto a Jade quien sonrió también.
El hospital había atendido a todos quienes lo requerían, había hecho los chequeos médicos correspondientes de los miembros de los escuadrones así que ahora los entrenamientos y actividades militares también ya habían comenzado.
Las reuniones iniciales sobre planificación y organización de las actividades ya habían dado comienzo para los dirigentes del Escuadrón de Explosivos y el Escuadrón VX mientras que el Escuadrón de Brigada ya llevaba varios entrenamientos. Apenas estaba dando comienzo el entrenamiento vespertino, dado que Alessandro se encontraba en la reunión de su respectivo escuadrón, el subcapitán tendía autoridad sobre los demás miembros de la Mar de Luna, y ese no era nadie más que Doug.
Todos estaban cambiándose en el vestuario, se colocaban el uniforme de entrenamiento que les habían asignado.
Al ser el único extraño, claramente Doug no formaba parte de sus conversaciones y mucho menos le dirigían la palabra. Pero no es que pasara desapercibido, de hecho escuchaba cómo hablaban indiscretamente sobre él.
—Mira el lado bueno, ya es viernes y encima Il Grande no está, hoy será como tener un día libre —le decía Bruce a su compañero, Ohnepart, quien apenas estaba retirándose la camiseta para proceder a ponerse la del uniforme.
—Bah, sí, seguro que el recluta apenas sabrá ponernos ejercicios —respondió mientras sacaba la ropa.
—Imagínate, "Muy bien, chicos, ahora hagan diez abdominales, tienen veinte minutos, no se presionen, ánimo" —dijo ya burlándose otro de sus compañeros, Onimo según recordaba él.
Casi todos estallaron en carcajadas, esperando por ver la reacción de Doug quien simplemente siguió colocándose el cinturón que le sujetaba el pantalón y evitaba que su camiseta interior se moviera. Se colocó la camiseta verde y cerró el casillero después de tomar el sujetapapeles con el programa que le había escrito Alessandro para que siguieran.
—Tienen dos minutos para estar listos —dijo caminando a la salida sin inmutarse del todo por lo que decían.
Los había escuchado bien, muy bien, pero no iba a saltar a reclamar o molestarse complaciéndolos por haber conseguido la reacción que querían de él. Mucho menos iba a demostrar que lo habían intimidado, esa no sería una reacción natural suya. Pero tampoco les impuso el respeto que debían a su superior por más que fuera una obligación.
—Hasta Marvel va a poder con el entrenamiento de hoy.
El nombrado sólo rodó los ojos terminando de atar su bota levantándose también para irse.
Aunque de mala gana, llegaron al tiempo acordado formándose en posición aunque no parecían precisamente formales.
Doug, con una mano en la cintura y la otra sosteniendo el sujetapapeles, leyó en alto el programa como si no lo hubiera hecho antes.
—Abdominales, sentadillas y flexiones; dos rondas de cincuenta repeticiones... evaluación de saltos y repaso básico del uso de armas de fuego. Muy bien, hoy no parece que vaya a ser un día muy ajetreado —dejó la hoja sobre la mesa—, pero vamos a calentar primero —rio un momento antes de voltear a verlos aún con una sonrisa—. Vamos, chicos, dos vueltas al área, trotando, ánimo, no se presionen.
Más de uno se rio, pero para sus adentros él estaba carcajeándose, no por lo que había dicho o lo patético que era su ejercicio, sino por cómo los vería dentro de unos minutos. Comenzaron a correr, él no fue menos, y cuando terminaron se volvieron a formar mientras entre ellos aún cuchicheaban por burla hacia Doug, no todos, pero una mayoría.
—Muy bien, ahora empecemos... —empujó la hoja tras anotar lo que habían hecho— ¡Sesenta abdominales! ¡Empieza ya!
Estaban desconcertados por la forma en que había cambiado su modo de hablar y actuar en general.
—¡Cuenten en alto! —dio un aplauso acercándose a ellos para empezar a escuchar cómo contaban estando en números disparejos— ¿¡Qué mierda de coordinación es esa!?
Al alcanzar el número sesenta y ponerse en pie, él los miró con las manos en la cintura casi que desconcertado, como si no pudiera creer la forma en que habían hecho ese ejercicio. Claramente estaba siendo cruel, él ayudaba a entrenar a los nuevos en el Raimon y por más que se caracterizara por motivarlos y conseguir que llegaran a sus metas o se superaran, nunca los criticaba ni menospreciaba aunque no dieran unos resultados favorables, cada uno hacía lo que podía. Pero ahora quería cerrarles la boca, ser cruel con ellos ya que no se estaban metiendo con él únicamente, sino que hablaban del Raimon como si fuera un equipo débil o poco cualificado en vez de verlos como sus compañeros con quienes deberían trabajar de ahora en adelante junto a otros rebeldes. Encima se aseguraría de conseguir su respeto y al ser militares, poco remordimiento tendría tras hablarles de esa manera, ellos alardeaban de ser poco sensibles, de superar duros entrenamientos emocionales y físicos.
Suspiró tomando el silbato que tenía en el cuello aún exagerando su incredulidad.
—Veamos si esto lo hacen mejor... —rodó los ojos— Sesenta flexiones, misma coordinación, cuenten en alto, tienen un minuto. Tres, dos, uno... ¡empieza! —no reaccionaron lo rápido que debían, no se colocaron en posición a tiempo— De cero, quédense en posición, tal vez sea más fácil así... ¡tres, dos, uno, ya!
Seguían sin estar del todo coordinados pero mejoraron hasta llegar a contar casi al mismo tiempo todos, pero él sonó el silbato cuando iban por el número 38.
—¡Otra vez, no han llegado a sesenta! —no fue sólo una vez que lo repitió, llegó a las tres antes de que uno de ellos lo interrumpiera.
—Es una flexión por segundo, es prácticamente imposible sin entrenarlo antes —reprochó.
>>Robert Lee, 22 años, cabo primero.<<
Repasaba esa información básica de cada uno cada vez que los trataba para así siempre tenerla presente y poderla usar en cualquier momento.
—Ohnepart —lo llamó sin desviar la mirada de Lee. Una vez se puso de pie y a su lado le entregó el silbato y el cronómetro—. Cuando quieras, inicia el cronómetro.
Asintió un poco nervioso para entonces ver la aterradora mirada que destacaba en Mute, no la separaba ni un momento del otro chico.
—Tres, dos, uno... ya.
Rápidamente se puso en posición y no tardó nada en comenzar a hacer las flexiones.
—¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce...! —decía con seguridad mientras coordinaba su cuerpo con la voz, un cuerpo no muy destacable y tampoco lo suficientemente fuerte como para dejar sin lugar a dudas que conseguiría una flexión por segundo.
Todos los ojos estaban en él, mirando cada movimiento que hacía con los brazos elevando su cuerpo con facilidad.
—¡56, 57, 58, 59, 60! —se puso de pie nada más terminar la última— ¿Cuánto tiempo?
Ohnepart casi con miedo, volteó el cronómetro a los demás.
—Sesenta segundos y treinta y dos milésimas... —murmuró para quienes no podían leer el número que mostraba el aparato que entregó a Doug antes de volver a su lugar.
—Ustedes no tienen anemia, no han tenido hepatitis y tienen el hígado al completo... deberían poder hacerlas mejor que yo, ¿me equivoco? —dijo aún con ese tono despectivo cruzándose de brazos— ¡Otra vez, los revisaré uno por uno!
Comenzaron a hacer los ejercicios sin llegar todavía a la meta. Doug pasaba un minuto evaluando a cada uno, claramente, el resto seguían haciendo las flexiones también.
Se levantó cuando el minuto pasó.
—Un minuto de descanso —procedió a apuntar de nuevo en la hoja lo que había evaluado para que una vez transcurrido ese minuto comenzaran de nuevo tras su orden. Él se colocó en cuclillas frente al siguiente que tenía que evaluar simplemente observándolo sin decir nada—. Siguen incapaces de conseguirlo, ¿de verdad?
Volvió a dar la instrucción de que empezaran de nuevo tan sólo moviendo la vista al siguiente de ellos. Sonrió para su interior al haber dado con uno de los que más alimentaban las críticas al inicio del entrenamiento.
—¡Sigue contando! ¡Dieciocho, diecinueve...! —dio un golpe con la palma al suelo poniéndose enfrente suyo con el pecho sobre el suelo— ¿Ya? ¿Es todo? ¡No me jodas! —rodó los ojos yendo al siguiente de ellos ya levantado para colocar la planta del pie en la espalda de este— Ya deberías estar en el 38, son un montón de lentos.
No se detuvo de analizar y presionar a cada uno de ellos hasta que terminó con todos ordenándoles que se pusieran de pie y en fila.
—Son militares, ¿o no? —rio sarcástico dejando el cronómetro en la mesa— ¡Hice una pregunta! ¿¡Son militares o no!?
—¡Sí! —respondieron a coro todos tras la segunda pregunta.
—Pues entonces ahora comprendo por qué el Centro nos dominó tan fácilmente después de los terremotos, teniendo un ejército revolucionario de este calibre los militares del Centro ven una batalla contra nosotros como un paseo por la guardería. ¿¡Me equivoco!? —dejó de caminar para mirarlos— Pueden responder, adelante...
—Sí, te equivocas.
Quedó perfilado para poder mirarlo bien.
—Está bien, explícame por qué. Todos somos humanos, ¿no? Cometemos errores...
—Cuestiono tus conocimientos sobre esta área, el hecho de perder batallas o enfrentamientos no quita que seamos militares, que hayamos luchado, bueno... nuestros superiores hayan peleado por defendernos. No somos su hazmerreír por haber perdido en ese entonces.
Tras escuchar atentamente su respuesta, Doug sólo volvió a caminar con las manos a la espalda y con una pequeña sonrisa presente.
—No es por eso que cuestiono que sean militares, mejor dicho, no es por eso que lo niego. El vencer o ser vencido no tiene que ver con ser un militar, reconozco lo dura que fue la batalla por la que pasó el Ejército Exterior y la Mar de Luna concretamente. Pero yo hablo de ustedes —eliminó su sonrisa haciéndola una expresión de arrogancia—. La milicia supone fuerza, lealtad y disciplina... todo en un mismo instante, en una misma persona. No puedo cuestionar su lealtad a la Rebeldía, mucho menos si han llegado hasta aquí, el corazón de la zona rebelde. Tampoco discrimino su fuerza, no todos nacen siendo fuertes ni todos alcanzan el mismo nivel, claro que no. Schwartzkopf hizo un gran trabajo... ¡uno que no son capaces de honrar!
—¡No te atrevas a hablar mal de nuestro general! —dio un paso al frente Lee.
—¡Cierra la boca! —lo calló en seco para plantarse en el frente ahora con la mirada mucho más indiferente que segundos atrás— No honran el trabajo que realizó Schwartzkopf amparándolos en la Mar de Luna, ofreciéndoles el entrenamiento y las posibilidades de vivir. Hizo un espléndido proyecto entrenándolos hasta conseguir que sean capaces de vivir en guerra y sobrevivir con creces, lo hizo maravillosamente. Pero lo deshonran con la falta de disciplina. Sí, serán capaces de ponerse en orden, rendir respetos a su general, a su capitán, pueden mantenerse firmes en una batalla, acatar órdenes... pero no sólo debe ser a ojos de Schwartzkopf o Il Grande. No me importa que me falten el respeto a mí, si intentaban hacerme sentir mal, lo siento pero no lo lograron. Pero al comenzar con burlas y tonterías frente a un superior nuevo tan sólo dejan claro que siguen siendo unos niñatos, si no conociera a Schwartzkopf podría pensar que no recibieron disciplina alguna, pero yo sé que la recibieron y que con su tontería de sentirse superiores tan sólo deshonraron a Schwartzkopf. La disciplina se forja al mismo tiempo que la fuerza e implica el respeto por sus compañeros, por sus superiores... —terminó cara a cara con uno de ellos: Otto Bismark— ¡Ahora yo soy su superior! ¿¡Queda entendido!?
Sólo los labios nerviosos de Bismark se abrieron para afirmar ante el miedo que infligía la presencia de Doug.
—¡Dije que si ha quedado entendido! —repitió en alto mirando al resto de la fila.
—¡Sí!
—Sí, ¿¡qué!? ¡De ahora en adelante se dirigirán a sus superiores como "señor" o su cargo militar si es que lo tiene! ¿¡Entendido!?
—¡Sí, señor!
—Dadas las circunstancias y que ahora parece que nos entendemos mejor, repasaré las reglas cuando estén bajo mi autoridad. Me dirigiré a ustedes con su cargo militar o como "soldado". Cada entrenamiento lo iniciaremos con puntualidad y orden formándonos en fila. Deberán justificar sus faltas, retrasos o falta de uniformidad ante mí, no se tolerará la apatía ni la pereza. Nunca duden que al estar bajo mi responsabilidad, me encargaré de proteger la integridad del grupo, no deben sentir compromiso al dirigirse a mí en ningún aspecto, no soportaría algún malentendido por falta de comunicación... tienen una lengua y cuerdas vocales, aprovéchenlas y consérvenlas para cuando sus palabras sean mejor que el silencio. ¿Recibido?
—¡Sí, señor!
— Bien —miró de reojo cómo la gran mayoría ya estaban enrojecidos y con gotas de sudor en el rostro—, no consiguieron las sesenta en un minuto pero no está tan mal. Ahora sí podemos empezar con el calentamiento.
Todos se sorprendieron en sus adentros, lo que acababan de hacer parecía un calentamiento ya. Pero Marvel sintió cómo se le salía el alma... ¿¡qué había sido eso entonces!?
Unos metros más lejos, desde el piso superior, pudieron observar cómo después de aquel discurso, siguieron con el entrenamiento.
—No lo hace nada mal, ¿eh? —dijo Shun con aquella contagiosa sonrisa y ternura en su persona mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su suéter de lana, su postura más común.
—Nada mal, nada mal —negó con la cabeza Alessandro aún mirando a través del cristal con asombro para más tarde volver la vista a Shunsuke—. ¿Siempre ha sido así? Sinceramente no lo consideraba débil pero tampoco tan capacitado.
Shun rio un poco asintiendo con la cabeza.
—La gran mayoría diría que Riccardo o Michael son los más... aterradores por decirlo así, del Raimon, pero ese es Doug. Muchos no saben diferenciar las cualidades de un asesino por malas que sean según la moral común.
—¿Tú puedes? —preguntó mirándolo con una sonrisa tranquila y Aoyama asintió.
—Si tuviera que describirlos... La cualidad de Jade es la fuerza, puede aguantar demasiado física y mentalmente, me refiero a la moral de todo un grupo sobre la suya propia. Riccardo es despiadado, puede olvidarse de su alma si la han herido, así es capaz de asesinar a cualquiera. Doug es aterrador, se impone de una forma inevitablemente terrorífica, por eso tiene capacidad de liderazgo sin tener ningún cargo así. Michael... es claramente una cascabel.
—¿Una cascabel? —preguntó arqueando una ceja para recibir una sonrisa pequeña y risueña por parte de los delgados y húmedos labios de Shunsuke.
—Los dos son sigilosos.
—Pero por eso son cascabeles, se puede escuchar su típico sonido.
—Exacto, pero sólo los escuchas cuando ellos quieren que lo hagas, una vez los oyes ya sabes que estás muerto o al menos no te irás entero. Cuando escuchas el disparo suave de la marcadora, a los momentos ya tienes la bala haciéndote sangrar mientras que la pintura ya te marcó. Son despiadados, no les importará seguirte hasta matarte o dejarte su veneno —explicó sacando una mano del bolsillo—. A ver... Sky tiene un carácter imponente, por pequeña que se vea físicamente una vez muestra su carácter sabes que debes andarte con cuidado con ella. Arion tiene un... un carisma tan potenciado que hostiga, hostiga a cualquiera haciéndole perder incluso los estribos; no tiene malicia pero eso lo hace peor, sin quererlo ya deja abiertas muchas brechas en las defensas. Hughes es inhumano: le quitaron la humanidad siendo niño, por eso es tan puro, por eso no es orgulloso, por eso sabe perfectamente cuándo necesita ayuda, cuándo no puede él solo, al quitársela fue como arrebatarle todos los defectos que podría tener; no puede tener orgullo humano, no puede tener crueldad humana, es... libre.
—Hablas de la humanidad como si fuera algo malo... —sonrió Alessandro.
—¿No lo es? —sonrió de vuelta e il Grande asintió dándole la razón.
—No estaríamos así de no ser por nuestra humanidad.
—Ellos son las verdaderas víctimas, quienes no son humanos —suspiró con resignación sin eliminar su sonrisa—. Allison no puede olvidar, eso la hace vengativa con motivos, no detesta a cualquiera sin argumentos, sabe a quién odiar, sabe quién hizo quién, no puede perdonar sin saber a quién, ella sabe perfectamente qué está perdonando, pero no lo olvida. Kanao lucha hasta el último momento y da todo de sí por el bien de los demás, en un mundo como este ya es difícil encontrarse con alguien que cuide tanto las relaciones entre sus compañeros y quiera protegerlos tanto. Cherry, no sabe rendirse, es tan perfeccionista que hará lo mismo una y otra vez hasta quedar satisfecha, y lo mejor es que casi siempre lo está a la primera vez. Sara sabe todo lo que tuvieron que pasar sus hermanos y valora las cosas como nadie, está dispuesta a proteger a todos con uñas y dientes. Gabi es astuto, también sabe lo que le conviene, por eso tiene tantísima habilidad de adaptarse en todos los aspectos, puede analizar situaciones y ver sus consecuencias más rápido que nadie más. Terry es fiel a sus principios, es prácticamente imposible hacerlo dudar de sus creencias; él sabe que el Centro es su enemigo, que fueron quienes lo trataron como a un objeto, quienes lo separaron de su vida como si esta no tuviera valor, desde el momento en que se hizo fiel al Raimon, nadie podrá hacerlo ir en contra de nosotros porque sería ir en contra de él mismo y eso no lo permite. Subaru siempre fue nuestro protector, incluso cuando Samguk y Roma estaban con nosotros, él era quien traía la paz en momentos de tensión, quien nos cuidaba todo el tiempo y te hacía sentir que todo iría bien. Y Beth... Beth realmente parece débil, torpe e incluso tonta, pero es un instinto suyo el centrarse absolutamente en su objetivo, no hace falta pedirle que se tranquilice antes de una misión, si debe matar a alguien lo hace, es muy segura y una vez se concentra en algo es imposible pararla o distraerla.
Él lo siguió escuchando con atención y estando de acuerdo con lo que decía. Pero la sonrisa imborrable de Shun no se fue, simplemente se separó para volver a hablar.
—Bueno, tengo que irme ya, me imagino que ya habrá acabado su turno —dijo empezando a caminar hacia la derecha del pasillo donde se encontraban.
—¿Y la tuya? —Shun ri un poco deteniéndose para darse la vuelta y mirarlo—. ¿Cuál es tu cualidad?
—No hay espejos para esto, no puedo ver la mía propia —entonces ladeó la cabeza aumentando la sonrisa—. Te veo pronto, ahora toca descansar, ¿sí?
Simplemente se dio la vuelta despidiéndose con una sonrisa y caminando inocentemente por el pasillo.
—Shun, das miedo, sólo tú das más miedo que Doug, puedes hablar de algo tan crudo y no dejas de sonreír de corazón. Y tu capacidad de análisis... eres un demonio inocente —dijo con la voz baja pero con el suficiente volumen como para que Shun lo escuchara y riera un poco antes de salir del pasillo.
Llegó a otra área de entrenamiento donde permaneció de nuevo tras un cristal pudiendo mirar desde lo alto la forma en que entrenaban.
Pero no pudo resistirse por lo que siguió el pasillo hasta que este se convertían en unas escaleras que le dejaban entrar en la zona fortificada donde estaban los demás.
—No es difícil, la verdad. Basta con calcular la fuerza, no tiene ciencia. Ahora no voy pedir que lo recuerden a perfección pero con que vean lo que sucede van a saber qué hacer.
Quitó la argolla a una granada arrojándola hasta el fondo de la sala unos cuarenta metros mientras quitaba la argolla de otra para lanzarla de nuevo y cuando ambas explotaron, tiró otra.
—¡El punto es ir alimentando la explosión, calcular el tiempo y fuerza! —repitió en alto ya que el ruido opacaba su voz.
Cuando finalmente terminó la explosión en cadena, él se volvió a los muchachos que seguían mirando con impacto la zona donde había ocurrido el "desastre".
—Imaginen que cada granada tarda cinco segundos en estallar, la primera dejé que tardara cinco, la segunda igual, pero la siguiente la lancé cuando ya estaba explotando la anterior, lo que acelera y potencia la fuerza ya que estalla mientras la otra ya lo está haciendo. No es realmente algo difícil —suspiró con las manos en la cintura—. Bien, ya es suficiente por ahora. Aprovechen para repasar los apuntes, realmente les servirán cuando iniciemos ya con el resto de dirigentes, así no se quedarán en shock cada vez que les hablen de los componentes de un explosivo o de sus diferentes tipos. Y también recomiendo que familiaricen con el C4, convivirán a diario con él.
Rio un momento junto a varios de los reclutas.
—Bueno, pueden retirarse, disfruten del fin de semana... duerman bien y agradezcan que pasarán dos días sin escuchar explosiones, la siguiente semana habrá muchas.
El resto de chicos se retiraron mientras que Hughes se dirigía a dejar lista la sala para poder abandonarla. No se había percatado de la presencia de Shunsuke, no lo hizo hasta que lo abordó con un abrazo por la espalda asustándolo inevitablemente.
—Sakra! —no evitó el chillido por el susto que lo hizo poner un pie hacia delante para mantener el equilibrio, pero entonces se volteó encontrándose con Shunsuke abrazado a su cintura y riendo por su reacción— No me había dado ni cuenta de que estabas aquí —le revolvió los cabellos sonriendo poco a poco.
—La reunión de inicio no duró mucho, Alessandro me dijo que hoy tú les ibas a dar una introducción y que por eso sólo asistió a la mitad de la reunión. Estuvimos viendo a los de Brigada entrenar en lo que acababas.
—¿Sí? ¿Y qué tal Doug? —preguntó volteándose por completo para así aprovechar que Shun no se separaba y poder abrazarlo de frente también.
—Digamos que ya ha pegado un par de gritos y ya les dejó claro quién manda. El calentamiento no empezó hasta que todos estaban sudados, imagínate.
—Pobrecitos —rio rodando un poco los ojos.
—Bastante, sí —asintió separándose finalmente—. ¿Sabes? En lo que venía de camino aquí, se ve que se está animando en el oeste, encima me entró hambre y... ¿quieres ir a cenar?
Hughes sonrió un instante por la ilusión que transmitía la mirada del otro, y tras perderse unos momentos en sus ojos, asintió.
—Vamos, sólo debo dejar esto cerrado —apagó las luces tras verificar que los explosivos que les habían otorgado seguían en su correspondiente lugar seguro y cerró la sala una vez introdujo el pin que servía como llave para entrar. Mientras Shunsuke subía las estrechas escaleras, él iba detrás de él y no pudo evitar reír un poco por el suéter que llevaba, como siempre, le llegaba casi a las rodillas, por las mangas le quedaba tan sólo un poco grande pero holgado en todo el cuerpo—. Shun.
—Dígamelo —respondió con entusiasmo.
—Has engordado, ¿sabes?
—¿En serio? ¡Ay, gracias! —rio dándose la vuelta nada más llegar al pasillo con el ventanal que daba a las las salas de práctica— Debe ser por la ropa...
Se planchó el suéter con las manos entonces siendo interrumpido por Hughes quien le levantó la prenda pudiendo ver su camiseta.
—No, pero aún así este hueso ya se te nota menos —lo miró con ternura tocando sin mucha fuerza el hueso de la cadera del opuesto, era verdad, seguía siendo muy notorio pero no tanto como hacía meses que no tenía ni siquiera músculo alrededor, era sólo piel—. Bueno, ¿vamos a cenar? —le estrechó la mano.
—Vamos —asintió correspondiendo el gesto empezando a caminar.
—¿Qué vamos a cenar? —preguntó ya cuando estaban alcanzando la mitad del trayecto hasta la zona oeste.
—Palačinky! —dijo con un pequeño salto.
No tardó mucho en empezar a reírse siendo acompañado por las risas contagiosas de Shunsuke.
—¿Qué eso no es para desayunar? —arqueó una ceja ya llegando a la zona donde se veía más gente recorrer las calles.
—Pero nunca están demás, a mí me gustan...
Estaban en el sexto piso, uno en el que había varias tiendas de comida ya a punto de cerrar pero con una cafetería en especial que querían visitar.
No es que pedir los panqueques fuera una tarea completamente fácil para el mayor de ellos, pero ante la risa de ternura de la dueña del lugar, Shun le explicó su motivo con aquella iluminada mirada de siempre.
Al haber recibido la comida siguieron hablando sentados en la barra, pero Hughes vio claramente cómo Shunsuke era incapaz de concentrarse en la conversación, miraba a la pareja que seguía bailando cerca de los altavoces donde sonaba la música de swing. Era una pareja formada por un hombre y mujer adultos que llevaban el mismo uniforme que la Tía Ayla, pero eso no hacía otra cosa que causar que se vieran más románticos según la percepción de Shunsuke.
Y lo que evitó que Hughes se contuviera fue cómo Shunsuke movía el pie que quedaba colgando del taburete al ritmo de la música.
Se levantó sin que Aoyama se diera cuenta al estar perdido en sus pensamientos y mirando a la pareja, pero despertó al toparse con su novio extendiéndole la mano justo cuando acabó la música y la pareja se sentó en una mesa cercana.
—No es que sea un experto bailarín ni que conozca mucha música de los cuarentas pero... ¿me concederías un baile? —sonrió en el momento en que Shunsuke colocó su mano sobre la suya aceptando.
En ese instante empezó la nueva canción que ambos reconocieron al instante por ser siempre la canción que les mencionaban al bromear con el resto de su equipo. Rieron por esos recuerdos y lo perfecta que había venido la música al instante.
—Yo nunca he bailado así que... digamos que estamos pares —sonrió Shun en el momento en que llegaron a donde antes estaban los señores.
Podían seguir el ritmo por más que ninguno hubiera bailado en pareja antes y mucho menos ese tipo de canciones. Pero no eran los pasos los que causaron que las pocas personas aún presentes en la cafetería voltearan a verlos enternecidos, el motivo era la ilusión que ambos expresaban, lo especial que era ese instante para ellos sin siquiera haber estado planeado.
*** *** ***
"Ser odiado no es el fin del mundo, son las decisiones que tomes las que pueden acabar con tu mundo."
Nombre: Alessandro Murthag (il Grande)
Nombre en clave: Fuze
Lugar de nacimiento: Transición, Inazuma, Japón.
Edad y Fecha de nacimiento: 27 de mayo de 1994, 28 años.
Altura: 1.92 metros
Peso: 90 kilos
Bando: Mar de Luna
Blindaje: 5
Velocidad: 1
Arma principal: Ametralladora CZ78
Arma secundaria: Pistola USP9
Auxiliar: Escudo antibalas.
Dispositivo especial con descripción: Matryoshkas. Las cargas de racimo son un grupo de granadas que son arrojadas por un dispositivo que se coloca a través de cualquier superficie débil (madera, yeso, etc.), se liberan las bombas que realizan múltiples explosiones acabando con facilidad con los enemigos en un área de casi 5 metros.
Especialidad y línea de ataque: (Especializado en explosivos, ataque táctico o última línea de defensa.
Entrenamiento:
—Entrenamiento militar completo de la academia militar Mar de Luna con promedio de 9.5.
—Curso intermedio completo de explosivos y armas de fuego brindado por la academia militar Mar de Luna.
—Curso básico de primeros auxilios y conocimiento de medicina básica militar.
Experiencia importante:
—Servicio en la Mar de Luna (2011-actualidad)
— Defensa del atentado a la zona periférica (2011)
— Guerrillas contra Espejismo (2011-2021)
Trasfondo: Vivió una vida normal e incluso afortunada para las circunstancias de una familia de la Transición, hasta que en uno de los ataques masivos sus padres fueron víctimas mortales y su hermana quedó herida. Él logró salvarse al haber estado jugando en otra zona junto a sus amigos de la infancia, cuando se enteraron del ataque se ocultaron. Alessandro fue en busca de su hermana menor, Edna (Dottie) Murthag, a quien encontró herida por una explosión junto a otros niños más. Se ocultó con ella tras ver por sí mismo que sus padre estaban muertos, en cuanto llegaron los rebeldes pidió ayuda y su hermana fue atendida perdiendo el el ojo izquierdo y quedando con ciertas cicatrices por culpa de las quemaduras. Ya en la Rebeldía él recibió un hogar junto a varios de los niños huérfanos de ese entonces, vivió junto a su hermana en una casa de acogida hasta que finalmente esa misma pareja los adoptó oficialmente. Siguió con su vida normal, asistió a la escuela y realmente se sentía muy agradecido con sus padres adoptivos quienes los cuidaron hasta que su madre enfermó de cáncer y su padre se vio apurado económicamente por sus tratamientos, aún así decidieron afrontar la situación como una familia y mientras que Edna cuidaba de su madre después de clases y su padre trabajaba hasta tarde, Alessandro se preparaba para entrar al ejército. A los 17 fue aceptado como recluta y a los 18 se unió a la mar de Luna al ser reconocidos su desempeño por Sturm Schwartzkopf quien buscaba jóvenes para la nueva generación del bando.
Perfil psicológico: Es un chico de madurez y responsabilidad resaltable. Muy empático principalmente hacia los niños. Es muy amigable y no suele tener problemas al relacionarse debido a su abierta forma de pensar y hacia aprender de la gente por distintas que sean sus mentalidades. Es bastante protector y cobra un aspecto casi aterrador a la hora de tener que defender a su bando o a alguna persona. Il Grande consigue fácilmente la confianza y respeto de la gente lo cual lo hace un líder con esa ventaja de que consigue que haya fidelidad y lealtad en su grupo. A pesar de poder ser muy imponente, su instinto es el de ayudar en todo lo que esté a su mano y lo que no, puede que por lo marcado que lo dejó la ayuda humanitaria que recibió al ser pequeño y quiere devolver todo lo que hicieron por ellos.
Relaciones: Tiene una estrecha relación con su hermana menor Edna. Es bastante compatible con Douglas (Mute) McArthur por lo que son muy ágiles trabajando en equipo al complementarse como dirigentes de su escuadrón. Admira a Marvel (Clover) Nowak, sabe la historia de su familia y la suya personal así que reconoce lo fuerte que es para seguir adelante y ser tan alegre a pesar de lo que vivió. No se habla con Harrold (Sledge) Houdini, personalmente no han tenido confrontamientos, pero ambos han seguido ciegamente las guerrillas entre sus bandos que duraron diez años, aunque en los últimos años ambos disminuyeron los ataques y mantienen una rivalidad que prefieren no tocar. Tiene bastante resentimiento hacia Hocus (Dice) Sesame y Pocus (Cagney) Sesame ya que son quienes más daños han provocado en todo el conflicto ente bandos.
Pareja: (—)
Aspecto:
Estado: Vivo, activo.
Tema: (—)
Notas:
—Comprende que haya una guerra contra el Espejismo por tomar posesión del cuartel del Centro derrotado y es fiel a su bando, pero abiertamente se muestra aliviado de que haya llegado a su fin una vez se trasladaron a la rebeldía, pero sigue habiendo cierta rivalidad entre los dos bandos y le cuesta romper las barreras aunque varios de sus compañeros ya lo estén haciendo.
—Él sabía del noviazgo de Marvel Nowak con Hocus Sesame y muy al principio no lo aceptó afectando mucho a Marvel quien confiaba mucho en Alessandro y lo consideraba un pilar de apoyo, pero al ver lo deprimido que se vio y tras recapacitar se dio cuenta de que después de todo, el mismo daño que los Sesame hicieron a la Mar de Luna, ellos pretendían hacerlo contra el Espejismo, los dos bandos tuvieron una época muy despiadada de la guerrilla (más o menos en 2017), así que se esfuerza por aceptarlos y apoya a Marvel en su relación ayudándolo a mantenerla secreta para sus superiores.
—Necesita desesperadamente ayudar a los demás, no puede quedarse viendo cómo alguien sufre y él no puede hacer nada, este fue el motivo por el que realizó el curso de primeros auxilios: para no sentirse inútil frente a tantas situaciones.
—No le gusta su nombre por lo que pide que le llamen por el apellido.
—Encuentra muy interesante a Doug McArthur y le agrada bastante como compañero ya que lo ve muy cualificado. Lo considera un amigo aunque nunca han tocado un tema externo a la milicia durante sus charlas y espera poder hacerlo pronto por más que Doug se muestre algo distante con él. Entiende su formalidad y que los ve como simples compañeros de escuadrón sin sentirse que pertenece a ellos, pero le gustaría poder rebasar la barrera de ser su superior y poder ser amigos.
—Está registrado con el apellido Murthag, el de sus padres adoptivos el cual acepta y agradece, pero en el mundo militar decidió utilizar el apellido de sus padres biológicos como referencia a que uno de sus principales motivos para hacerse militar fue vengarlos y luchar porque no tuvieran que morir más padres como lo hicieron los suyos.
—Informe por Edna (Dottie) Murthag
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¡Hola a todos!
Un capítulo nuevo OwO
¿Qué tal? ¿Les gustó? ¿No les gustó? ¿Doug nos dejó claro quién manda? ;~;
Nuestro pobre Subaru está lastimadito ;_; pero todos le dan amor y él a los demás, es que con este hombre no se puede, es un amor <3 Conocimos la vida de Alessandro por medio de su fichita... ¡Y los atom bomb baby ya entraron en acción!
Espero que les haya gustado este capítulo y nos vemos pronto ^^
Atsushi~
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