[CAPÍTULO 25]
20/05/2021 | Mansión de los Moskowitz, Centro, Inazuma, Japón
Con paso torpe y molesto Maxim entró al pequeño cuarto que les habían asignado en la mañana, cerró la puerta tras de sí dando unos pasos más trirarse de rodillas y sujetarse de la mesa donde estaba sentado su compañero quien se levantó para asistirlo.
Con ayuda del tacón se quitó el zapato opuesto para finalmente retirarse el primero con el pie ya descalzo. Él tenía la cabeza agachada y oculta entre los brazos, mientras tanto, el otro chico se agachó a su altura para acariciarle la espalda e intentar calmarlo.
—¡No los soporto! ¡Quiero arrancarles la cabeza! —finalmente gritó desahogándose.
—¿Qué te han puesto a hacer? —preguntó dándole una palmada en el hombro.
—¡Son odiosos! Tengo que cuidarlos, jugar con ellos, darles la comida, vestirlos... ¡Vestirlos, como si fueran bebés! Hubo un momento en que la niña, la pequeña, quiso que jugara con ella, quería que jugáramos a la fiesta de té y por tomarme un puto respiro jugué con ella, ¡te juro que todo iba perfecto! Le serví el té, hicimos galletas con plastilina... pero sus jodidos hermanos vinieron —inhaló aún desesperado por el enfado pero sólo podía llorar por la impotencia—. ¡Los hijos de puta me tiraron encima las tazas de té hirviendo! Esos desgraciados no sólo me tiraron eso como broma, en general tiran la comida. ¡¡Tiran la maldita comida!!
—Shh, vamos, vamos, sólo unas horas más... —le acarició la cabeza intentando calmarlo a pesar de que igualmente sentía la misma rabia debido a lo que él le contaba.
Maxim se separó de golpe mirándolo a los ojos.
—¡No valoran que pueden comer lo que quieran todos los días! ¡A su edad tú y yo ya estábamos buscando cualquier forma de sobrevivir! ¡Tu viviste en las ruinas, Marvel, y estos hijos de puta no pueden siquiera valorar que tienen una casa donde vivir!
Lo miró correspondiendo la molestia, asintió varias veces con resignación antes de ayudarlo a levantarse y abrirle la silla para que se pudiera sentar mientras él le servía un plato de comida.
—Come antes de que nos vuelvan a mandar al campo de batalla —le dijo entregándole el plato para sentarse a su lado.
—Prefiero el campo de batalla, ahí podría matarlos —suspiró casi delirando.
—Creo que yo también, nunca te he visto llorar en él... —rio un momento tras pasar la primera cucharada de sopa.
De nuevo la infiltración era necesaria para la misión. Se había descubierto que una familia del Centro estaba comprando presos de los Valles, por eso la misión sería neutralizarlos de forma tajante, sin previo aviso ni señal, se eliminaría a la familia entera.
Por eso habían hecho posible que Maxim y Marvel se infiltraran como criados en la casa, así el ataque por la noche sería exitoso al tener más dominio del terreno y saber de qué forma actuar con las posibilidades de éxito a favor de los rebeldes. Tanto el Raimon, la Mar de Luna, el Poderosa Fe y el Kirkwood estaban involucrados en esa misión.
Ambos tenían papeles legales así que no había problema con contratarlos y el no ser de esa ciudad apoyaba la lógica de que pidieran empleo. Marvel iba con la identificación de un chico recién llegado de Kyoto que buscaba empleo para mantener a su familia, mientras que el perfil de Maxim era el de Silvana Millennium, una coreana de ascendencia japonesa que llegaba al Centro embarazada y en busca de empleo para poder mantenerse así como a su hijo. De hecho fue por esta misión que varios de sus compañeros rebeldes se enteraron de que realmente tendría un hijo.
El uniforme para Maxim era un vestido negro hasta las rodillas con un corsé, medias negras y tacones del mismo color contrastando únicamente con el blanco del delantal que tenía atado en la cintura. Mientras que el de Marvel era un traje formal al que tampoco estaba acostumbrado, debía comportarse como todo un mayordomo y no es que fuera muy fácil para alguien tan informal y risueño como él, más teniendo en cuenta que sería el ayudante del cabeza de familia.
Ninguno estaba acostumbrado a ello, Maxim no sabía cuidar niños, no sabía usar tacones, no sabía ser una mujer pero aún así tenían que hacerlo.
Tuvieron que seguir comiendo lo más rápido que pudieron para poder volver a trabajar sin morir de hambre gracias al agotamiento físico y mental. Así fue hasta que sonó una voz por toda la casa anunciando que en cinco minutos deberían ir a sus puestos todos los empleados. El plan también era que conocieran a los presos comprados, pero no veían ninguno por la casa, parecía que los tenían en otra zona.
—¿Y Hocus? —preguntó Maxim llevando el plato al pequeño lavabo que había allí.
—Tuvo un interrogatorio, supongo que ya ha terminado... por ahora va todo bien, creo —asintió lavando los platos lo más rápido que podía.
—Duran muy poco los interrogatorios, ¿no? —se recargó en la barra mirándolo de lado.
—Depende —rio dejando lista la vajilla—, depende de lo cruel que se sienta en el día.
Maxim también se rio entonces volviendo a colocarse los zapatos y caminar hacia donde debían.
—Suerte —le puso la mano en el hombro Marvel para recibir la misma acción en el opuesto y retirarse a sus lugares.
Marvel aprovechaba sus tareas menos agitadas para grabar el mapa por dentro de la casa y así hacer más fácil la misión al final del día.
Pero Maxim nada más acercarse a las habitaciones recibió el primer contacto con los niños, pero para su sorpresa no fue lo que él ya imaginaba. La menor de las niñas le abrazaba las piernas para que al mirarla, ella le sonriera para tomarlo de la mano.
—¿Quieres jugar a la casita? —preguntó con una brillante sonrisa. Él asintió y vio cómo su sonrisa se multiplicaba y lo guiaba hasta el interior de su cuarto para jugar.
De nuevo sintió aquella calma, la niña no inspiraba la misma maldad de sus hermanos, ella se sentía tan natural, tan... infantil como debía ser.
Entonces ella tomó un pequeño bebé de juguete el cual colocó en la cuna y empezó a cuidar con la muñeca que hacía de madre.
—Voy por la ropa del bebé —se levantó para ir a buscar una pequeña bolsa donde guardaba la ropa de sus muñecos.
Pero los sigilosos pasos que venían por detrás de Maxim no llegaban al nivel de distraer a alguien quien luchaba todos los días por sobrevivir de la forma más literal posible.
Y cuando la mano del chico se movió contra el hombro de su cuidador, este se levantó por el lado opuesto tomando el brazo del atacante para darle la vuelta y hacer chocar la espalda del menor contra su abdomen teniéndolo inmovilizado.
—Jugar con tijeras es muy peligroso, ¿sabías? —dijo con frialdad aún teniéndolo atrapado y tomado por el brazo.
—¡Espera a que le diga a mamá que me has hecho daño! —amenazó aún intentando zafarse, pero su menosprecio hacia Maxim no tenía efecto esta vez.
—Espera a que le diga a tu madre que has querido atravesarme un pulmón... ¿eso le hace gracia? ¿Le gusta que sus hijos maten gente? —le arrebató las tijeras dejándolas en una repisa tras él para entonces soltarlo haciendo que diera unos pasos hacia el fondo de la habitación de su hermana menor.
Eran cuatro hijos: una chica de aproximadamente unos 17 años, el de doce años, uno de diez y la pequeña que rondaba los cinco. Los mayores eran los que peor lo trataban. La hija mayor lo hacía limpiar una y otra vez su habitación y era principalmente quien imponía los "juegos" más crueles hacia él al tener más agilidad y la mente más retorcida. El siguiente era igualmente muy agresivo como acababa de demostrar, el penúltimo se mostraba imitando a su hermano todo el tiempo lo que lo hacía igual de peligroso mientras que la menor tan sólo insistía en querer jugar con Maxim y estar con él por cariño; parecía ser un poco despreciada del resto de sus hermanos.
Los hijos se quedaron del otro lado de la cama hablando en susurros e insultando a Maxim "por la espalda" mientras que él permanecía de rodillas jugando con la pequeña.
No mostraba interés por el resto de los niños, pero por el cariño de la menor se esforzó por aprender su nombre: Maite, en verdad pensaba que de ella sí podría ser niñera por gusto pero definitivamente a los otros los hubiera golpeado desde hacía horas.
Maite y Maxim seguían jugando con la casa de muñecas mientras él se mantenía con un ojo al gato y otro al garabato para tener controlados a los hermanos. Pero su concentración dividida se interrumpió cuando la chica rubia entró a la habitación mirando con desprecio a Sa Rang y a su propia hermana.
—Ya veo que sabes cuidar bebés —rio recargada en la puerta.
—Tu hermana... —intentó responder.
—No hablaba contigo —cortó volviendo a ver a la pequeña—. Como mi mamá te cuidó desde que naciste, has visto toda tu vida cómo cuidar a un bebé.
Las miradas de Maxim pasaron a estar algo confusas pero desde luego sentía desprecio hacia aquella chica.
—Mira coreanita —se separó de la puerta con una mano en la cintura para mirar más despectivamente a Maxim—, ya que vas a ser nuestra sirvienta por un tiempo te contaré por qué se comportan así y por qué nos tienes que tener cuidado.
Maxim la interrumpió levantándose dejando el muñeco que tenía en la mano en el suelo para levantarse y reír un poco antes de hablar mirándola a los ojos seguro de sí mismo.
—Mira japonesita, a mí me trae sin cuidado por qué tus hermanos son estúpidos, a mí me pagan por no tenerlos de ociosos y malvivientes todo el día, vengo, los cuido como si fueran niños de dos años porque al parecer no se saben ni poner una camisa ellos solos, y ya. No me interesan sus vidas, si tanto quieren presumir de que son unos mocosos malcriados que se compren unos amigos y los molesten a ellos, lo mismo para ti, no voy a ser yo quien te aguante los caprichos.
—¡No me hables de ese tono, maldita arrastrada! —chilló enfurecida tomándolo del pelo para que la mirara sin poderse alejar, pero él sólo reprimió una risa confiada para mirarla a los ojos de una forma tan fija y alegre que le provocó un escalofrío a la muchacha.
—¿O qué? ¿Me vas a matar? —pero no dijo nada. Su intención era meter tanto el tema de la muerte o tortura para usarlo como escudo o, en caso de que lo admitieran, como excusa para iniciar el ataque antes.
Se quedó callada soltando el pelo de Maxim para que unos segundos después se alejara y él los mirara antes de abrir la puerta de la habitación.
—Creo que la gente rica come por gula a esta hroa de la tarde así que vamos todos abajo, vayan a la cocina para prepararles algo.
Pero frente a las miradas de los cuatro, les hizo un gesto con la cabeza par que se dieran prisa y ellos obedecieron yendo escaleras abajo, pero antes de que la menor saliera, se lo quedó mirando antes de que él le tomara la mano y fueran detrás de sus hermanos.
—¿Te gustó jugar conmigo?
—Sí, si quieres más tarde volvemos a jugar —respondió con ternura bajando las escaleras.
Finalmente llegaron a la cocina donde los sentó a todos y les preparó un sándwich a cada uno. Más allá de una forma para mantenerlos a raya, fue por manía suya que al ver los cuchillos con el filo tan vencido buscó inmediatamente una piedra de afilar y estuvo todo el tiempo que ellos invirtieron en comer afilándolos.
Maldita la hora en la que dejó que la mayor pasara a prepararse un café ya que de nuevo derramó la taza encima suyo provocando que clavara el cuchillo que tenía en la mano en la tabla donde la chica tenía la mano, y fue por suerte para ambos que el cuchillo se clavó entre sus dedos y no en uno de ellos. De hecho no pasó nada, ninguno dijo nada, simplemente volvieron a su lugar y consiguió mantenerlos en la cocina hasta que empezó a oscurecer, entonces llevó a cada uno a su habitación encerrándolos con llave.
Tuvo que batallar con la mayor, no lo dejó irse tan fácilmente amenazándolo ahora con unas tijeras, y en la mente de Maxim parecía tan ridícula la situación que no lo pensó ni un segundo más, sólo la tomó dejándola contra su cama sujeta del cuello.
—Si tanto te gustan las tijeras puedo clavartelas en los ojos —fue lo último que le dijo antes de darle tal golpe en la cabeza que la dejó inconsciente.
Abandonó el lugar dejándola encerrada también para volver al pequeño cuarto donde comió hacía horas con Marvel, ahí sacó su mochila la cual se llevó al hombro mientras le llegaba el mensaje de que en diez minutos empezaría el ataque, que estuviera preparado.
Entró al cuarto de Maite notando que seguía despierta y con la luz encendida, estaba jugando con unas muñecas de tela sobre la misma cama por lo que se percató inmediatamente de que Maxim había entrado.
—¿Qué pasó? —preguntó al verlo.
Cerró con seguro la puerta del cuarto y sacó su ropa de la mochila para ponérsela lo más rápido posible. Le desesperaban todos los accesorios que llevaba la ropa, la moda del Centro era una extravagante y algo absurda desde el punto de vista de él y gran parte de los rebeldes.
Se colocó los pantalones ya con las piernas liberadas de las incómodas medias para finalmente consentir a sus pies ya llenos de moretones y rozaduras por los tacones poniéndose sus botas y atándolas con la mayor rapidez que pudo.
En su mente debatía con intensidad lo que haría con la niña, su misión era exterminar a todos los miembros de la familia como estos hacían con los esclavos de los Valles, pero el vínculo que había hecho por equivocación con Maite era algo que le estaba creando las ganas de dejarla vivir. Incluso, llegaba a dudar sobre matar al menor de los niños, él no parecía realmente involucrado pero... después de todo ya esta hecho: los había encerrado en sus habitaciones, si ellos escapaban sería por ellos mismos, y si se quedaban o morían en la escapatoria también sería asunto suyo, él no los mataría directamente.
Sacó la chaqueta y la camisa hasta encontrar el binder que había empacado, se lo colocó dando la espalda a la niña para finalmente poderse poner encima la camiseta. Debido a la medida presión que ejercía el sujetador empezaba a arderle e incluso doler el pecho, todas sus heridas habían dejado de ser sólo en la piel, la cantidad de moretones e incluso heridas abiertas que él mismo había llegado a suturarse eran suficientes como para que prácticamente todo el tiempo que no tuviera binder le doliera aquella parte de su cuerpo que contrastaba con su piel blanca por estar cubierta en gran parte por moretones, rasguños y la piel roja en general.
—Maite... ¿quieres venir conmigo? —preguntó espontáneamente colocándose su chaqueta y luego tomó la funda de un cuchillo la cual se sujetó a la pierna con las cintas correspondientes.
—¿A dónde? —se acercó a él con la muñeca en sus brazos.
Él cargó la pistola dejándola enfundada en su cinturón para sacar su arma principal y dejarla cargada sobre el suelo agachándose y tomándola de los hombros para verla a los ojos.
—No puedo decirte, pero si vienes no volverías a ver a tus padres ni a tus hermanos... vivirías conmigo, ¿sí?
Entonces sonó una explosión.
—Saranghaeyo, alguien ha avisado a una unidad de seguridad del Centro, Kapkan hizo esta explosión para eliminar a una parte de ellos. Van por ti. Mute, Cascabel, Utopía, Vigil, Scorch y Bandit entran ahora, Marvel está buscando el almacén donde los tienen escondidos, Vigil va a ir con él junto con Utopia porque ya está llegando la policía, lo pueden encontrar en ningún momento.
Ese fue el mensaje que recibió por el aparato de su oreja, aquel que le desató la desesperación. Tomó su pistola cargándola y dejando el dedo sobre el gatillo pero apuntando hacia el suelo, su mano por primera vez estaba empezando a temblar mientras que la izquierda se clavó en el hombro de la niña.
—¡Maite, decide ya! —gritó con el corazón desgarrado incluso con un par de lágrimas en sus ojos que resbalaron por sus mejillas dejándolas visibles a la pequeña.
Lo miró abrazando a su muñeca para entonces acariciarle la cabeza.
—¿Sil, por qué lloras?
—Dos guardias neutralizados, hemos encontrado la ubicación del padre —avisó Gabi por el audífono dejando escuchar su agitada respiración al estar corriendo.
—Maite... sólo elige, ¿ir con tus padres o quedarte conmigo? —suplicó tragando sus lágrimas a pesar de lo mucho que le dolía el tener que cumplir su misión— Sé que sólo llevas el día de hoy conociéndome, pero... de verdad quisiera darte una vida distinta, no puedo asegurarte que sería mejor que la que tienes, pero te puedo prometer que te querrán aún más de lo que hacen ahora...
—¡Detono carga exotérmica en patio interior! —gritó Hughes por el audífono dejando los segundos precisos para que Maxim la abrazara contra él e intentaran meterse bajo la cama.
La explosión causó que las luces reventaran y varias cosas de las estanterías se rompieran y cayeran. Pero también provocó que la niña empezara a gritar llorando y aferrándose con más fuerza a Maxim quien tan sólo intentaba colocarse sobre ella para protegerla hasta que se detuvieron los temblores.
Quedaron unos segundos en silencio pero no tardaron en recibir otro aviso de Langford y Hughes quienes estaban haciendo la guardia del pati, el punto que estaban tomando como entrada para acceder a todo el edificio.
—¡Lanzamiento de granadas de impacto! —avisó Hughes.
—¡Ataque al muro e'te con con proyectil de demolición explosivo!
—¡Al este no! —respondió Maxim desconcertando a la niña.
—Pulse, I.Q... —los llamó esperando órdenes el mayor de los Ash guardando el X-KAIROS por sacar su arma principal y apuntar con la escopeta a donde estaban adheridos los proyectiles, sólo faltaba que los activara para que la pared volara.
—Saranghaeyo, di tu ubicación —ordenó Soundtown.
—La habitación del centro del pasillo este, tengo... tengo a un rehén —dijo indeciso.
—Scorch, destruye los proyectiles, apunta a la pared norte, tomaremos el edificio por ahí.
—Recibido.
Las súplicas que decía en voz baja Maxim mientras comenzaban los tiroteos y explosiones, se vieron deshechas bajo la última orden de Soundtown.
—Saranghaeyo, no necesitamos rehenes, mátalo.
—Pulse, te lo pido, déjame llevármela.
Y tras varias insistencias en cuestión de segundos, Infinity, quien tenía acceso a los avisos -al igual que todos-, fue quien habló.
—¡Saranghae, mátalo ya!
—¡No! —gritó aún teniendo la pistola lista para disparar, pero no quería hacerlo contra aquella niña.
Pero simplemente abandonó cualquier idea de llevársela bajo el permiso de sus dirigentes, apagó su micrófono y se tumbó junto a la niña abrazándola para intentar tranquilizarla ante las explosiones que habían iniciado ya.
—T-tendrás a un montón de gente que te querrá, cuidaremos de ti y verás que será amor de verdad. Será como si tuvieras hermanos, pero te prometo que ellos cuidarán de ti y no van a hacerte nada de lo que te pasa aquí, así que, por favor... —colocó discretamente el cañón en el pecho de Maite sin que ella se diera, pero cualquier intento de decisión se vio interrumpida.
Sintió en su pecho cómo la niña asentía escondiéndose entre su muñeca y su cuidador. No le costó poner el seguro al arma y apretar a la niña contra él sintiendo un alivio increíble.
—Gracias, Maite —susurró aún con el corazón acelerado dándole un beso en la frente.
Las explosiones persistían, pero él la miró un momento dedicándole una tranquilizante sonrisa.
—Vamos a salir de aquí.
Con Maite abrazada a su tronco, se decidió a salir. Le puso el chaleco antibalas, aquel mismo que no solía usar debido a su costumbre de eliminar a cualquier enemigo antes de que le apuntara, pero ahora no debía cuidar su propio cuerpo, también el de Maite. Entre el pecho de ella y el de Maxim se encontraba la muñeca de trapo, compañera de la otra que colgaba de la mano de Maite en la espalda de Maxim.
Estaba subiendo hasta el último piso, ahí tenía pensado bajar hasta llegar a una base aliada y explicar que él se haría cargo de la niña, que no era una rehén, sino una refugiada.
Pero al estar en las escaleras con destino al penúltimo piso, ganaron unos persecutores, podría enfrentarse a ellos o seguir subiendo, pero de nuevo, no sólo estaba él, ahora ella estaba atada a su cuerpo y aunque él no recibiera las balas, Maite lo haría.
Por eso derrapó poniendo una mano en el suelo incluso para cambiar su dirección y correr hacia el cuarto del fondo donde se encerró abriendo la ventana con desesperación.
—Sil, ¿qué pasa? —preguntó asustada al sentir el aire del exterior.
—Tranquila, te llevaré a un lugar seguro —atrancó contra un mueble el ancla para hacer rapel, pero cuando quiso enganchar su arnés a la cuerda, fue la propia Maite quien le advirtió del peligro gracias a sus lágrimas.
—¡Ya vienen! —chilló apretando con fuerza a su muñeca y pegando su cuerpo aún más contra el de Maxim.
Tan sólo hubo un par de golpes a la puerta para que esa se rompiera y entraran los militares del Centro disparando, justo los que habían sido llamados de emergencia por la familia de aquella mansión.
Pero los disparos fracasaron, Maxim los pudo esquivar tirándose al suelo para atar de cualquier manera la cuerda a la cintura de Maite, pero cuando iba a hacer lo mismo con él, vio cómo se cubrían para arrojarles una granada.
Corrió con desesperación saltando por la ventana casi siendo alcanzado por el fuego de la explosión.
No cayeron, quedaron colgados, pero aún así el grito de ambos fue inevitable.
Con el hombro del brazo que quedaba colgando, se apretó la oreja activando el auricular.
—Saranghaeyo, ¿qué pasa? —preguntó Soundtown al ver que había activado su línea.
—Tercera ventana de la derecha, cara norte del edificio, ¡rápido! —dijo con la voz más quebrada que se había escuchado por su parte.
—Clover: me encargo yo —avisó Marvel acelerando lo más que pudo para poder ir a donde estaba Maxim.
—Cara... cara norte del edificio —suplicó Maxim una vez más intentando no moverse en absoluto, las manos le temblaban, no sentía uno de sus hombros y empezaba a perder la fuerza de ese brazo.
—Saranghaeyo, informa tu situación —insistió Soundtown preocupado.
—Estamos colgados sin arnés y creo que aún hay enemigos arriba —siguió hablando con la voz temblorosa.
—Clover ya está llegando —respondió el chico de gafas viendo el mapa con sus localizaciones.
Miró por un momento abajo, entonces vio a Clover quien se posicionó justamente debajo de él.
—¡Saranghae, corta la cuerda! —gritó nada más detenerse debajo de ellos.
Y así hizo, cortó la parte de la cuerda que sujetaba a Maite perdiendo peso haciendo que fuera más fácil moverse. Por unos instantes, su corazón se detuvo, pero recuperó los latidos cuando de reojo pudo ver a Marvel quien atrapaba a la niña dejándola en el suelo más tarde.
Entonces se deslizó hasta la ventana del piso de abajo la cual rompió para entrar al cuarto y quedarse sobre el suelo apenas logrando respirar.
Marvel supo qué significaba que la niña estaba siendo protegida por Maxim, ella era el "rehén", Maxim la quería refugiar. La tomó en brazos y la llevó cerca de la base.
La miró fijamente, ella estaba sentada en el césped aún teniendo a sus dos muñecas agarradas contra su cuerpo, las cogía con tanta fuerza que incluso consiguió romper algunas costuras, era la fuerza resultante del terror que había vivido.
—¿Estás herida? —preguntó agachándose y ofreciéndole una sonrisa.
Ella negó con la cabeza mirándolo aún bastante asustada por obvios motivos.
—Supongo que al haberte salvado, Silvana te habrá contado que te quedarás con nosotros, vas a vivir con otras personas que te cuidarán, ¿está bien? —dijo sentándose junto a ella manteniendo una distancia prudente para no asustarla más. Volvió a asentir y cundo él se levantó la tomó de la mano ofreciéndole llevarla con los demás— ¿Cómo te llamas? —le preguntó en el camino.
—Maite.
—Maite, es un nombre muy bonito —sonrió mientras le acomodaba los cabellos que se soltaron durante la misión—. Yo me llamo Marvel... ¿Cómo se llama ella? —preguntó tocando a la muñeca cuya ropa y parte de la tela estaba quemada.
Maite la miró a penas dándose cuenta de que estaba rota y la otra llena de polvo y cenizas.
—Ella se llama Zury —miró a la que estaba más entera— y ella... le puse Silvana, me la regalaron ayer pero hasta hoy le puse nombre —observó la que estaba quemada para entonces mirarlo a los ojos—. ¿Y Sil? ¿Qué le pasó?
Llevaba pensando también en Maxim, esos gritos desesperados eran distintos, pero en ese instante debía llevar a la niña a un lugar seguro, por eso fue hasta ahora que había pensado en que aún no sabía si habían ido por él o no.
—Ahora lo iremos a buscar, no te preocupes...
Iban a donde estaban reunidos el resto de atacantes, la base que tenían cerca del estacionamiento para poder salir cuanto antes.
En el camino intentó explicarle un poco el por qué en verdad no era Silvana, sino Maxim. Fueron un par de explicaciones las que hicieron falta para que lo comprendiera, uno como la transexualidad era un tema bastante complicado para una niña tan pequeña, pero sorprendentemente lo entendió bastante bien dentro de lo que cabía.
—¿Él solo se cambió el nombre? —preguntó inocente alzando la mirada hacia Marvel de nuevo.
—Sí, él escogió su nombre y se puso Maxim.
—¿Y yo puedo cambiar el mío también?
—Pues... sí, ¿no te gusta? —la observó algo sorprendido, era una niña muy pequeña como para pensar desde ya que quería otro nombre.
—No me gusta porque siempre que mi madre me llamaba Maite estaba molesta y... no me gusta —explicó abrazando un poco más las muñecas. Pero ese fue argumento suficiente para que Marvel comprendiera que tenía más profundidad de lo que pensaba.
—¿Y cómo te quisieras poner? —ocultó su seriedad de nuevo por no entristecerla.
No tardó nada en responder dejando ver sus pequeños dientes en una sonrisa llena de ilusión.
—¡Ivory!
—Así que Ivory, ¿eh? Perfecto, suena mejor porque a ti te gusta —asintió de nuevo sintiendo su corazón enternecerse por ella. Era el fresco recuerdo de Maxim cuando era pequeño, cuando ambos pasaban las tardes juntos, cuando los padres de Maxim lo acogieron y se volvieron casi hermanos. Pero también le traía recuerdos un tanto más dolorosos, su hermana menor, Abisua, era más pequeña que Ivory cuando él la vio por última vez, y murió más o menos a la edad de ella. Aún podía recordarla un poco, recordaba su cabello casi blanco, sus pecas y sus sonrisas, todas las veces en las que sus madre llegaba tarde a la casa y dejaba a Edagr al cargo y terminaban por organizarse entre los tres para conseguir dormir a Abisua a una hora adecuada para luego poder dormirse ellos también.
Sólo sacudió su cabeza tratando de dejar de lado esos recuerdos por un momento y centrarse en la actualidad.
Caminaron un poco más hasta llegar a base, allí vio cómo Maxim estaba sentado en el suelo a un lado de Sky, aquello le alivió por saber que seguía con vida, pero a la vez se preocupó por la causa que lo llevaría a estar con Sky.
Se acercaron rápidamente para entonces mirar cómo el hombro izquierdo lo tenía cubierto por un preocupante moretón mientras que su posición era anormal. Con tan sólo la ropa de la parte inferior del cuerpo y el binder, Sky realizó un movimiento que a más de uno causó ansiedad; el de regresar el hombro a su posición.
Unos segundos después del grito contenido de Maxim, empezó a mover muy lentamente el brazo demostrando que ya estaba colocado en su lugar correspondiente y que ahora el dolor era mucho menor.
Nada más llegar Marvel e Ivory, todos los demás subieron a las camionetas para salir de ahí. Con ayuda de Marvel, Sky colocó la chaqueta sobre Maxim apretando su brazo para que no se moviera y ejerciera como cabestrillo para poder subirlo al vehículo rápidamente mientras Jade cargaba a Ivory llevándosela en el asiento de copiloto.
Al subir a la camioneta, Infinity lo recibió con un abrazo preguntándose cómo se sentía, le dijo que no pasaba nada, que según Sky en unos días ya tendría el brazo completamente normal, y poco después de eso simplemente recargó la cabeza en su hombro quedándose dormido en poco tiempo.
Jade no tuvo dificultad en conseguir que Ivory se entretuviera en el camino y no prestara total atención a los temas que trataban el resto de chicos que iban en el vehículo.
—Si quieres podemos hacerle ropa nueva, ¿te gustaría? —seguía explicando Jade a la niña jugando con su muñeca cuya ropa estaba rota y quemada— Le hacemos vestidos y toda la ropa que quieras, cuando quieras podemos...
—¿No, Jade? —preguntaron desde detrás captando su atención.
—¿Qué?
—Que se queden con nosotros a pasar la noche —respondió Vladimir aún con los ojos fijos en la carretera, pero tras terminar, sonrió por la respuesta que recibiría.
—A ver, habré subido unos kilos y tendré una barriga que no sé cómo aguantaré en un par de meses, pero inválida no estoy —dijo algo fastidiada pero llegando a reír por la cantidad de veces que lo había dicho.
—Ay, Jade... —reprochó Sky.
—Que no, dame otro argumento que no seamos el arrocito o yo, entonces me lo pensaré —se negó de nuevo aún bromeando.
Y fue Vladimir quien consiguió el otro argumento preciso para convencerla.
—También porque deben estar enviando patrullas, será mejor dejar de circular demasiado.
—Eso sí que es un argumento —asintió seria antes reír un poco y después añadir ya calmada—. Tampoco creo que Terry, Beth y Shun se aburran demasiado por pasar una noche sin nosotros.
Entonces rieron un poco y Gabi le dio un golpe en el brazo a Riccardo aún riendo.
—¿Ves? Te dije que debíamos traer a Hughes.
Riccardo empezó a reír bastante fuerte per Hughes no se percató de la charla hasta que dijeron su nombre, antes estaba casi cabeceando de sueño también.
—¿Qué? ¿Qué pasó?
—Que menos mal que viniste, si te llegamos a dejar en casa con Shun, mañana ya estará ardiendo y con un campo de reacciones químicas al rededor.
—Y no sólo con Shun, con Terry, fíjate si eso no va a acabar mal —añadió Riccardo aún riendo.
—No, no —negó Michael carcajeándose para entonces seguir hablando—, ¡Beth! ¡¡BETH!! Terminaría con toda la periferia bombardeada y la muralla exterior pintada con la bandera de Chequia.
—Y tomando cerveza, ¿no? —dijo Hughes entre casi no poder respirar por la risa.
Las risas le aguantaron hasta que llegaron al Poderosa Fe donde bajaron varios. Mientras ayudaban a Maxim y Vlad llevaba a Ivory quien se quedó dormida en brazos de Jade, ellos esperaban en el vehículo esperando porque Hughes saliera de la fase en que cualquier palabra suelta lo hacía reír como si fuera el mejor chiste de su vida. Pero parecía algo lejano ese momento ya que hacían de todo para que se riera más y más.
Al fin empezó a parar, justo cuando ya estaba recargado sobre Doug por no poderse aguantar entre las risas.
—Ay... se me salen las lágrimas —se secó los ojos entre suspiros ya calmado—. Kurva.
—¿No les encanta cuando Hughes dice kurva a o en general empieza a gritar en checo? —dijo Doug con una sonrisa burlona dando golpes suaves a la cabeza del rubio quien aún se secaba los ojos— Es que lo dice como... no sé, suena muy divertido porque su vocecita que cuando habla checo suena como de niño y de repente se pone a gritar obscenidades. Es increíble.
Y aquello sólo potenció las carcajadas. En verdad llegaba a episodios frecuentes en que no podía dejar de reír, cualquier cosa le hacía gracia y terminaba en carcajadas intensas.
Pero lejos del automóvil, en el edificio del Poderosa Fe, desde hacía unas horas, Marvel e Infinity se turnaban el sueño para cuidar a Maxim e Ivory quienes dormían en una sola cama con profundidad, aún así ellos temían que cualquier cosa lograra despertarlos y terminar con la armonía de ellos dos que prácticamente eran espejos uno del otro.
*** *** ***
"A veces un abrazo, un acto de amabilidad, una simple sonrisa; puede ser capaz de cambiar el curso de algo tan lejos de nuestra mano como lo es la vida misma."
Nombre: Marvel Nowak
Nombre en clave: Clover
Lugar de nacimiento: Kioto, Kioto, Japón.
Edad y Fecha de nacimiento: 29 de noviembre de 1999, 22 años
Altura: 1.75 m
Peso: 69 kg
Bando: Mar de Luna
Blindaje: 2
Velocidad: 4
Arma principal: Rifle de asalto F2
Arma secundaria: Revólver LFP586
Auxiliar: Alarma de proximidad
Dispositivo especial con descripción: Pollux y Astrea. Pollux es una colección de cuchillos para arrojar que se complementa con Astrea, un veneno que él mismo creó a base de TTX, una toxina que contiene el pez globocuyos efectos son inmediatos (parálisis y paro cardiáco). Astrea viene en pequeñas probetas plásticas con las que baña sus cuchillos antes de arrojarlos. El antídoto de Astrea sólo lo poseen él y Lucas Skywalk pero suele entregar una probeta de este a sus compañeros antes de iniciar cualquier misión. El tiempo en que se debe tomar el antídoto debe ser inferior al medio minuto, después será imposible el movimiento de la víctima.
Especialidad y línea de ataque: Atacante, segunda línea de ataque
Entrenamiento:
—Entrenamiento militar completo de la academia Mar de Luna aprobado con 7.8
—Curso sobre manejo de toxinas y antídotos completado con 9.4
Experiencia importante:
—Servicio y defensa en la Mar de Luna (2015-actualidad)
—Guerrillas contra Espejismo (2011-2021)
—Neutralización de la mansión de los Moskowitz (20 de mayo de 2021)
Trasfondo: Fue el tercer hijo de una pareja de padre polaco y madre vietnamita pero criada en Japón. Cuando él tenía tres años su familia se mudó a Inazuma donde se acomodaron en una zona algo pobre de la Periferia y vivieron allí hasta que él tenía cuatro años, a finales de 2003 su padre fue asesinado y en febrero de 2004 fue cuando entraron a su casa y sus hermanos fueron llevados a los valles, él consiguió escapar gracias a su hermano mayor Edgar Nowak antes de que lo subieran al transporte. Se quedó oculto en un callejón unas horas hasta que salió volviendo a su casa para encontrarse a su madre llorando desconsolada en la casa vacía, fue una alegría enorme para ella verlo sano y salvo, aún así pocos días después decidió que debían irse al ser buscados. Ella lo llevó a la casa de los Millennium, una familia cuyo hijo era compañero de Marvel en el preescolar y realmente tenían una vida bastante buena para las condiciones, allí les pidió que lo cuidaran mientras ella se iba a los campos de refugiados del sur para no ser encontrada, más tarde se supo que murió allí. Marvel vivió con los Millennium una temporada hasta, tres años y medio concretamente, hasta que en la liberación masiva de los Valles de 2007 uno de sus hermanos mayores, Pavel "Osowiec" Nowak sobrevivió y ambos se quedaron a vivir en la Rebeldía, cuando Pavel cumplió los 18 años se hizo cargo legalmente de Marvel y vivieron por su cuenta en la Rebeldía, así fue hasta que a los 16 años convenció a su hermano de que lo dejara unirse a la Mar de Luna donde se alistó como militar buscando vengar lo que le hicieron a su familia y conseguir luchar de frente al Centro.
Perfil psicológico: Se caracteriza por ser un chico cariñoso y amigable desde el primer momento, cuado no lo es es porque no confía en esa persona y usualmente esos presentimientos terminan por hacerse realidad. Es alguien bastante noble y de corazón puro, tiene buenas intenciones y llega a tener ataques de impotencia por no poder hacer más por la gente o el mundo. Aún así, Nowak no es alguien fácilmente manipulable o sumiso, tiene un carácter fuerte y sus fundamentos bien marcados. Protege a los suyos hasta el límite y también dará todo de sí por su causa o sus compañeros. Le gusta socializar y es bueno en ello, de ahí que sea muy bueno cuando hay que tratar con otras personas ya sean civiles o compañeros, suele hacer de mediador las pocas veces que es necesaria la convivencia entre el Espejismo y Mar de Luna, suele ser él quien se encarga de esto para mantener la cordialidad. Sus anhelos por un mundo mejor, su fuerte sentido de la justicia, sus principios inmutables y el deseo deliberado de proteger a los demás lo hacen un militar excelente, además siempre en las misiones adopta una posición seria y trabajadora aunque también consigue alegrar y tranquilizar a sus compañeros cuando van a una misión. Es maniático del orden y de la eficacia y agilidad así que gracias a él el bando se mantiene organizado y en ocasiones también es capaz de tomar el mando obteniendo muy buenos resultados por su carácter fuerte a la hora de dar órdenes, tanto que algunos lo comparan con la actitud de una madre.
Relaciones: Es muy querido por todo su bando, Marvel es una de las piezas clave del equipo, es visto como un hermano mayor y menor por muchos. Es ese lado maternal suyo y sus costumbres hacen que muchos sientan alivio y confianza estando con él así que suelen contarle sus problemas o preocupaciones. Tiene una relación relativamente clandestina con Hocus "Dice" Sesame, muy poca gente sabe de esto así que se pide confidencialidad. Tiene un vínculo muy cercano con Maxim "Saranghaeyo" Millennium, al haber vivido tres años con él siendo tan pequeños actualmente son prácticamente como hermanos.
Pareja: Hocus Sesame
Aspecto:
Estado: Vivo, activo.
Tema: I can't return anymore — HELL: Survivors OST
Notas:
—Es una opinión común de todos quienes han trabajado con él que ir a una misión con Marvel Nowak los hace encontrarse mucho más tranquilos y seguros, es como si consiguiera calmar el miedo y nervios de sus compañeros por su forma de ser.
—Tiene una medalla de bronce por el reconocimeinto a su lealtad y trabajo duro como militar desde tan joven, no ha obtenido más ya que cada vez va a menos misiones, pero mantiene el título que se ganó con la medalla al esforzarse y cuidar a los demás.
—Gracias a su informe psicológico cuando llegó a la Rebeldía informa de que se cree que tiene memoria eidética, es decir, que puede recordar con mucha exactitud imágenes o escenas que ve una vez o sucedieron hace mucho. Al parecer durante su infancia estuvo muy activa ya que tiene recuerdos demasiado detallados para la memoria de un niño de cuatro u ocho años (recuerda bien momentos con sus padres o hermanos que murieron en 2004 y 2007, de cuando vivía con Maxim, etc), pero conforme creció esta dejó de desarrollarse y actualmente sólo tiene una buena memoria dentro de los parámetros normales. También se consideró que fueran traumas que no ha superado debido a lo que tuvo que vivir siendo tan pequeño, pero él tiene recuerdos traumáticos así como alegres o neutrales así que por eso se consideró su memoria fotográfica.
—Es el encargado de la ropa en cuartel. Pasa gran parte del día planchando y lavando la ropa ya que los campos de entrenamiento no son usados con frecuencia y asiste a pocas misiones. Debido a su manía por el orden él también es el encargado de limpiar el cuartel y obligar a los demás a mantenerlo ordenado, esto realmente le ha conseguido una fama estricta en el bando ya que a pesar de su sonrisa amabilidad es muy estricto con eso, tanto que nadie se atreve a pelearle alguna orden relacionada con el cuartel.
—Tiene las perforaciones de pendientes en ambas orejas y una de piercing en la oreja derecha. Los dos primeros se los hizo a los 14 años él solo como solidaridad con Maxim ya que a Millennium no le gustaba usar aretes pero se los ponía por saber lo importantes que eran apra su madre, pero el piercing se lo hizo por gusto hace dos años igualmente solo a pesar de que suficiente tuvo con el dolor e infección de los primeros hoyos cuando era joven.
—Informe por Alessandro "Fuze" il Grande
*** *** ***
¡Hola a todos!
Este fue el capítulo de la ocasión OwO ¿Qué tal? ¿Les gustó? ¿No les gustó? Espero que sí haya sido de su agrado UwU
En fin, esto seguramente esté siendo publicado el martes o miércoles y quiero aprovechar para decir que puede que las actualizaciones vayan algo lentas o quizá no lo suba en los días precisos por motivos personales, pero yo aún así intentaré seguir cumpliendo con la dos actualizaciones por semana. Por ahora los días de actualización son los miércoles y sábados pero puede que algún día lo atrase o adelante según los planes y las cosas que surjan.
Gracias por la comprensión y por haber leído y nos vemos pronto :)
Atsushi~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro