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[CAPÍTULO 24]

12/05/2021  |  Oeste de la Periferia, Inazuma, Japón

No tuvieron que avanzar demasiado, a tan sólo unos minutos de haber salido Vladimir los encontró al haber recibido la información del atentado por parte de Soundtown y por haber rastreado la señal del localizador de Hughes.

Él le dijo a Beth que estaba bien, que podían confiar en él, era un compañero, así que subieron al vehículo y sin decir mucho más, los llevó hasta el cuartel. Avisó de que ya estaban llegando así que nada más estacionar enfrente, Subaru abrió la puerta dejando que ellos pasaran. Vladimir bajó a Hughes en brazos y entró con él a la casa seguido por Beth. Corrió por las escaleras mientras Doug bajaba por ellas intentando ver lo que sucedía, pero tan sólo tuvo reflejos como para tomar a Beth del brazo y llevarla arriba donde los demás estaban reunidos viendo aún en shock lo que pasaba. Pero poco duraron las miradas ya que Vlad se adentró en la enfermería con Hughes y más tarde, Sky.

—¿Tú sabes lo que pasó? —se volteó Doug mostrando seriedad que rozaba la frialdad en su mirada.

Logró asentir muerta de miedo en el momento en que la tomó del hombro llevándola arriba.

—¡Doug! —lo llamó Arion intentando acercarse a él quien ya estaba avanzado en la escalera de caracol.

—¿¡Ahora qué quieres!?

—¿La vas a interrogar? —se acercó Gabriel también.

—¿¡Y entonces qué quieres que haga con ella!? ¿La suelto para que corra a decirles cuál es el número de Hughes?

Pero entonces Jade llegó corriendo también siendo llamada por la conmoción del ambiente.

—¿Venía con él? —preguntó subiendo las escaleras.

—Cuando bajé ella estaba entrando con Subaru, Vlad y Hughes, sí —asintió Doug soltándole el brazo a Beth dejando aún las marcas de sus dedos en la piel de ella.

Jade subió ahora más lentamente tomando de la mano a la chica y dedicando una mirada serena a su compañero.

—Bien, no pasa nada. Vendrás conmigo, cielo, ahora veremos qué pasa. ¿Estás herida? —le preguntó bajando con ella de la mano hasta dejarla sentada en el sofá— ¿No? Perfecto, ahora estás llena de polvo... ¿por qué no te das una ducha? Luego hablamos de lo que ha sucedido, ¿sí? Tranquila, eso es —le acarició las manos y al ver a otra chica caminar por el pasillo, captó su atención—. ¡Allison! ¿Podrías llevarla a que se dé un baño? Si quieres puede coger alguna muda de ropa de mi cuarto.

—¿Qué pasó? —preguntó Alicein preocupada mientras recibía las manos de la chica en las suyas.

—Te lo contaré luego, ahora necesito que te encargues de ella, por favor.

—Entendido —asintió Allison llevando a la muchacha al cuarto de baño.

Jade volvió hacia la enfermería para entonces ver qué era lo que sucedía con Hughes, ni siquiera lo había podido ver, cuando se enteró de que habían llegado ya, fue cuando él ya estaba en la enfermería y sucedía la discusión entre Doug, Arion y Gabi.

Habían pasado horas desde que habían llegado, la tarde ya acariciaba el cielo para cuando estaban reunidos Riccardo, Michael, Doug, Jade y Lucas en el despacho general. Habían recurrido a Glaz pues Sky sola no podía llevar a cabo el procedimiento por completo.

Hace poco habían recuperado un archivo, pero hasta ahora pudieron conseguir que Lucas los ayudara con la traducción. 

El informe T-1945 era un proyecto vital para los rebeldes, debían conseguir todas la información posible acerca de los Valles y los campos de concentración europeos, se harían públicas todas las atrocidades provocadas durante la guerra. No había nadie a quien entregárselo, nadie que juzgara a quienes lo hicieron, no existía una autoridad que castigara a los criminales debido a que la mayor autoridad del país era quien llevaba causando esas atrocidades por años, la conocida dinastía de los Cinquedea. 

Pero sí que había gente que se enteraría de lo que sucedió. Esas pruebas serían mostradas a la gente del Centro y Transición para que lo vieran. La Transición era menos importante ya que pertenecían a la zona víctima de la guerra en mayor o menor cantidad, pero contaban con el permiso para caminar libremente entre la Periferia y Transición e incluso obtener el permiso para ir al Centro. Pero los habitantes de la gran ciudad no podían salir de ahí creyendo que en el resto de zonas era igual, si querían salir del Centro, lo más seguro es que jamás volverían, al menos con libertad total.

Abrirían los ojos y les mostrarían que su vida fácil y lujosa, era algo que ni siquiera pasaba por las mentes de muchos compatriotas a tan sólo unos kilómetros de distancia, ellos pensaban en simplemente poder sobrevivir y el gran deseo de una dolorosa mayoría era el poder salir a la calle desarmados, sin el miedo o alerta para seguir viviendo, el tener que dejar de matar para no morir.

Lucas ejercía de traductor, los vídeos se encontraban en alemán. Eran las grabaciones de la progresión de los experimentos en algunos campos, eran los que enviaron a Japón como información de los presos.

Tuvo que traducir su propia grabación, cuando lo tomaban sin ropa alguna frente a una cámara donde lo interrogaban.

Y una vez terminaron su grabación, salieron dos más desde Ucrania y Polonia para finalmente enfocar a Hughes, vídeo desde Chequia.

Con sus propios ojos contemplaron cómo era el extremo en el que se encontraba Hughes, cómo salía de su imaginación la condición que él había descrito varias veces. Con tan sólo ver los abrigos de los soldados a comparación de la piel delgada y totalmente descubierta de él, casi podían sentir el frío de aquel entonces.

—Dvořák Hughes —dijo con voz imponente uno de los militares captando la atención del niño quien no tenía ni la posibilidad de abrazarse a sí mismo para intentar reducir el frío.

—Responde en alemán sin mentiras —tradujo Lucas mirando fijamente a quienes aparecían en la pantalla.

Tradujo con soltura pero una voz cargada de rabia y dolor por lo que preguntaban.

¿Sabes qué se te ha aplicado?

No.

¿Has cambiado desde el día en que viniste aquí?

Mi pelo ya no es rubio... y los ojos son más claros.

¿Sabes por qué estás aquí?

Él tan sólo tragó saliva antes de negar con la cabeza de nuevo.

No.

Por tu raza. Es bien sabido que todos aquellos de razas impuras, sometidas y débiles son un estorbo para el progreso de la verdadera raza aria. Por eso estás aquí, donde pertenecen los peligros para la sociedad como tú: mezcla de dos razas miserables... eso te hace aún más miserable.

La expresión de Jade era claramente la de una ira que simplemente controlaba muy poco a poco por escuchar aquello que decía Lucas y por la impotencia de la que estaba consciente.

¿Te maltratan en el campo?

No.

¿Llevas una vida justamente digna para tu categoría?

Sí.

Lucas se recargó en el respaldo de la silla volviéndose para mirar a Jade prácticamente sin sentimiento alguno más que la indignación.

—Es lógico, alguna vez me tocó oír cómo amenazaban a algunos presos para que los pudieran grabar y "enseñar" cómo vivían allí —suspiró de brazos cruzados Doug.

—¿Y eso cuándo fue? —preguntó Riccardo estando sentado con la pierna cruzada al igual que los brazos.

—Cuando aún no tenían tan encerrados los medios de comunicación para el Centro y aún mostraban de vez en cuando reportajes sobre las afueras de la ciudad. Ahora lo único que se muestra del exterior es el Myr.

—Por cierto, ¿qué pasó con eso de que el Myr ahora ya no es una zona completamente rebelde? —volteó Lucas cogiéndose los tobillos al recoger sus piernas.

—Dicen que es una zona de patrimonio de la humanidad, por eso tiene que pertenecer a la "nación" y no a los rebeldes.

—Entonces eso los deja fuera del Coliseum y dejan de ser un blanco para ataques.

—No —suspiró fastidiada Jade—. Puede que los ataques no, pero el hecho de que les harán lo mismo que a nosotros de formas discretas para no dar un impacto grave es inevitable. Los dos que salieron, Okita y Sakamoto, van a entrar al Coliseum y lo que sigan haciendo va a incluir al Myr.

Aquella duda era debido a un rumor que corría a causa de un discurso que dio Cinquedea por la televisión hacía escasos días. Según él, el Centro tomaría medidas para evitar que una zona tan importante para el país no podía caer en manos rebeldes como ya había sucedido con Ashfield, aquella zona tan odiada por los habitantes del Centro, se había popularizado la idea de que no eran más que un parásito para el país: no sólo eran extranjeros asentados en Japón sino que estaban aliados con los rebeldes para acabar con el país.

Entonces llamaron a la puerta captando la atención de todos.

—Jade —fue Cherry quien se asomó discretamente sin querer interrumpir demasiado.

—Sí, ¿qué pasó?

—Hughes ya se despertó.

—Ah, perfecto —asintió con una pequeña sonrisa dirigiéndose a la puerta—. Iré a ver...

—Jade —la interrumpió Doug—, ¿puedo ir yo a verlo?

Ella asintió para entonces ambos ir con Cherry hacia la zona de los cuartos.

—¿Y Shun? —se acomodó el pelo la líder yendo con el mismo paso que White.

—Estuvo con él un rato, pero no se sentía muy bien y le dije que se fuera a su cuarto a descansar, que yo cuidaría de Hughes mientras.

Doug entró en la habitación de Hughes mientras que Jade se dirigió a la de Shunsuke. Llamó a la puerta sin obtener respuesta así que entró lentamente contemplando cómo estaba dormido sobre la cama y sus zapatos yacían en el suelo sin orden.

Cerró la puerta tras de sí para aproximarse a la cama mirándolo con ternura. Entonces fue por una de las mantas que tenía en el armario para ponérsela encima, pero al colocarla, él se despertó removiéndose un poco mientras frotaba sus ojos antes de mirarla.

—¿Qué tal? Cherry me dijo que te sentías mal —sonrió acariciando su cabello.

—Ah, tranquila —suspiró restando importancia al tema mientras se incorporaba—. Ya sabes, es lo de siempre.

Ella asintió con un suspiro algo preocupada. Desde que habían iniciado el plan para que volviera a ganar peso, se había frecuentado que vomitara y sobre todo que tuviera calambres debido a que su estómago estaba acostumbrado a apenas tener alimento y de repente empezaba a forzarlo a comer más.

—¿Quieres quedarte un rato más? Será mejor que descanses un poco, yo me encargo de cuidar a Hughes por ti, ¿sí? —sonrió acariciándole la espalda.

Él asintió con la misma tranquilidad de ella, era una armonía que había empapado el ambiente.

—¿Ya está mejor? —preguntó con su aguda e inocente voz.

—No lo sé, me acaban de decir que despertó, pero tranquilo, ya han dicho que se pondrá bien —sonrió ella levantándose de la cama acariciando la cabeza a Shun antes de despedirse para dejarlo dormir más.

Con cuidado entró a la habitación de Hughes encontrándose a Doug sentado a la orilla de la cama y al rubio hablando con él mientras que Cherry estaba sentada algo más lejos de los dos. El escuchar también a Hughes intercambiar palabras con su compañero la alivió bastante, podía hablar con mucha normalidad al parecer.

—¿Qué tal estás? —preguntó colocándose al lado de Doug.

Él asintió con tranquilidad.

—Mejor de lo que esperaba —vaciló.

—Dos quemaduras leves y una hemorragia interna tampoco es tan grave para el superviviente de explosiones en cadena y derrumbamiento de un edificio —dijo Doug con su típico acento bromista y retador.

—Sí —rio acariciando el pelo del chico con la mano temblorosa—, tuviste suerte, parece que puedes controlar las explosiones incluso cuando van contra ti.

Hughes rio un poco. A pesar de que su condición no era sumamente grave, debían tenerlo cuidado. Su cuerpo dañado desde la infancia lo hacía susceptible a empezar a sangrar de la nada, a estar más débil de lo que debería.

Había un soporte para suero al lado de su cama, allí había una bolsa con suero y otra con sangre, en el mismo lado estaba el tanque de oxígeno en el que desembocaba la cánula y a los pies de la cama, un recipiente algo mayor que se unía al cuerpo de Kapkan por un par de cables que quedaban ocultos por las sábanas para no dejar a la vista lo que contenían: eran tubos de drenaje, tenían líquidos y sangre que estaban terminando de extraerle.

—Lucas dijo que en tres días ya no te dolerá nada, pero que intentes pasar toda la semana en cama, así descartaremos cualquier peligro, ¿sí? —repasó las instrucciones de Lucas en voz alta para terminar acariciando una y otra vez el suave y lacio pelo de Hughes.

Él asintió deslizando su mano por la manta y así frotar sus ojos.

—¿Y Beth? —preguntó mostrando una expresión algo más cargada, más tensa.

—Beth... —suspiró Jade mirando cómo Doug también se ponía alerta, estaba muy preocupado por lo que pasaría con Hughes respecto a Beth, estaban apenas decidiendo qué harían con ella— ella está bien, no te preocupes. Tomó un baño y Allison ya le preguntó si tenía heridas; está perfectamente. Ahora debe estar cenando con el resto.

—¿Qué vamos a hacer con ella? —volvió a hablar serio.

—No lo sé. La vamos a interrogar y veremos qué hacer. Tranquilo, la interrogaré yo, si la interrogan Riccardo o Michael, la pobre es capaz de acabar diciendo todo en su contra por el miedo. No ha hecho nada, tú mismo la has conocido desde el primer día, por eso sólo la interrogaremos para saber qué pasará con ella, si la llevaremos a la Rebeldía, si se queda con nosotros, si la dejamos ir pero con chip... ya lo decidiremos.

—Jade... por cualquier cosa, tenme como segunda opinión, por favor —pidió mirándola a los ojos con los suyos casi grises debido a la poca luz del cuarto.

Ella asintió repetidas veces levantándose de la cama para dar un leve apretón a la mano de Kapkan.

—Claro. Los dejo, iré a ver cómo están los otros. Descansa, y si te sientes mal o cualquier cosa, nos avisas a Sky o a mí, ¿sí? —sonrió con dulzura ya de pie frente a la cama.

—Yo lo cuido, tranquila —vaciló Doug aún sentado al lado de rubio quien rio un poco por lo que dijo él.

—Vamos, Cherry.

—Sí.

Salieron del cuarto dirigiéndose a la sala, allí estaba el resto. Saludó con una sonrisa nerviosa a causa del ambiente igualmente cargado de allí.

—¿Y Lucas? —preguntó ella acercándose a los sillones.

—Sigue con Michael —dijo Subaru quien recién llegaba de la cocina—, creo que ya acabaron, dijo que debía volver ya, verá qué pasa con Hughes y ya re-

El leve quejido que soltó Jade captó la atención de todos y provocó un pequeño momento de pánico en varios, Kanao y Cherry la tomaron de los brazos dejándola sentada en el sofá.

—Jade —la llamó Riccardo acercándose para tomarla del brazo justo como hizo Cherry.

— No pasa nada —pero ella sólo negó con la cabeza riendo un poco—. Por Dios, preocúpense por Hughes, no por mí.

Kanao rio un poco por lo bajo mirando la sonrisa de su líder.

—Esto es bueno, esto es muy bueno —dijo ella aún sonriendo a pesar de que clavó muy ligeramente las uñas en su abdomen—. Significa que el bebé está bien y que está revoloteando con libertad.

La mesa tenía varias tazas de té, una de cada uno los presentes, pero fue Subaru quien reaccionó entonces yendo a la cocina a buscar más para rellenar las que ahora se habían quedado vacías.

—¿Estás embarazada? —Beth no contuvo su pregunta tímida pero que le provocaba unas chispas de alegría en la mirada.

La miró asintiendo con una suave sonrisa para ella. Su corazón latió con mucha fuerza al ver cómo ella sonreía con mucha alegría pero timidez por la noticia.

—Beth... —intentó hablarle sobre lo que pretendía pero al observar su vestido lila, un vestido muy típico de los que Rossie usaba, simplemente no pudo decirlo, necesitaba más impulso— te ves muy bonita con ese vestido, cielo.

Ella lo alisó con las manos sonriendo con las mejillas coloradas.

—Muchas gracias.

Pero entonces Jade se levantó hasta tomarla de las manos cuidadosamente debido a los muchos rasguños que tenía en ellas por el accidente.

—Beth, quisiera saber un poco sobre ti. Debemos... —bajó el tono de voz a uno más serio pero empático— debemos saber un poco sobre qué relaciones tienes, sobre tu entorno, sólo así podremos dejar que te vayas. Entiende que has visto...

—Déjame quedarme, por favor —la interrumpió en súplicas—. No tengo a dónde ir... pertenecía al internado del instituto, mi padre murió poco después de traerme aquí, he estado de orfanato en orfanato y todos son destruidos por ellos.

Jade la miró con lástima, conocía las historias de sus compañeros y la gran mayoría eran similares: habían acabado aquí como refugiados, habían sido atacados y sufrido por culpa del Centro. No sólo el Raimon, prácticamente todos los rebeldes tenían el mismo pasado.

—¿Tienes madre? —preguntó intentando verse lo más serena y receptiva posible.

Ella asintió con la cabeza, pero antes de que Jade hablara, ella lo hizo primero.

—Está en Europa. Mi padre me contó que antes de irnos, ella recibió un trabajo en Chequia y la trasladarían aquí con nosotros también. Pero no tengo ningún contacto con ella, mucho menos desde que murió mi padre... La verdad ya no sé si aún vive.

Jade creó una pequeña paranoia en su mente al asociar el nombre de Beth con el de aquella mujer de la que tanto hablaba Hughes, pero la descartó de inmediato, había cientos de personas con el mismo apellido.

—¿Karina? ¿Karina Junge? ¿Así se llama tu madre? —preguntó Doug quien apenas se había hecho presente viniendo del pasillo de las habitaciones.

—S-sí, ese es su nombre...

Pero antes de cualquier pregunta, él volvió a hablar.

—Sí llegó a Japón... supe que la enviaron al valle del sur —pero ni siquiera aguantó más tiempo hablando de esto, sus piernas respondieron para irse lo más rápido que pudo por donde vino.

La mirada de la chica se vio preocupada, pero Jade la volvió a centrar en ella.

—¿Por qué la conocen?

—Si es quien todos creemos, ella fue enfermera en los campos de concentración; cuidó de Hughes hasta que lo enviaron a Japón y si Doug te dice que la vio o escuchó algo sobre ella, puedes estar segura: lo tuvieron conviviendo con información vital en los Valles.

Por un instante, se mezclaron muchas emociones en la mirada de Beth, suficientes para desembocar en una que capturó por completo a Jade.

—Pero no lo sabemos, no quiero volver a la calle a buscar a alguien quien siquiera sé si aún vive... Te lo suplico, déjame quedarme aquí. Si no quieren que vaya a pelear con ustedes por ser un estorbo, puedo quedarme y hacerme cargo del cuartel, limpiaré el lugar, sé preparar comida... Sólo déjenme quedarme aquí.

Jade la tomó por los hombros alzando su mentón.

—No vamos a obligarte a hacer nada, ¿entendido? —dijo calmándola— Tampoco tienes que suplicar, te quedarás aquí si eso es lo que quieres. Si quieres ir a luchar, aprenderás e irás con nosotros, si no quieres, te quedarás aquí. Pero si no tienes dónde ir y lo que prefieres es estar aquí, te vamos a proteger. Al menos yo no dejaré que te quedes en mitad de la guerra en estas condiciones.

Beth asintió repetidas veces cuando el llanto la empezó a dominar debido al alivio inminente de que habían aceptado que se quedara con ellos. Habían bastado unas horas para que definitivamente supiera que estaría bien allí, que se esforzaría por ser de utilidad; sólo faltaba la aprobación de los miembros del grupo.

—Michael, ¿estás de acuerdo? —preguntó Jade mirándolo estar de pie justo detrás del sillón donde estaba Riccardo, había escuchado lo último de la charla.

Él suspiró agachando la cabeza con una leve risa de esas tan comunes en él.

—Sabemos que sólo soy el representante de la líder, tú eres quien decide todo esto así que si te parece bien... —levantó la mirada dedicando una poco común sonrisa a la chica nueva— será un gusto tenerte con nosotros.

Se acercó a ella estrechando su mano recubierta por sus comunes guantes sin dedos.

—Michael Ballzack, líder alfa frente al gobierno, beta dentro del Raimon —se presentó con una inusual empatía por los nuevos. Se notaba la confianza que le inspiraba, una suficiente como para hablarle como hacía con aquellos a quienes llevaba mucho cariño—. ¿Has pensado en qué puesto te gustaría tomar?

Ella asintió correspondiendo el agarre de las manos.

—Quisiera ayudar como enfermera.

Su propuesta fue aceptada casi de inmediato, y realmente el ambiente se había calmado en todo el bando, finalmente había terminado en que ella se uniría y por suerte Hughes no se encontraba muy grave. Pero aunque esa misma tranquilidad reinara en otro de los cuarteles, en una habitación en concreto el aura era tremendamente pesada, el simple hecho de entrar provocaba una caída del ánimo casi inmediata y sin saber exactamente por qué.

Y el creador de aquel ambiente no era otro que el mismo Infinity Beyond que lideraba el Poderosa Fe, se encontraba sentado en uno de los sillones que decoraban su despacho en el cuartel, pero realmente a esas alturas su mente ya ni siquiera estaba en este planeta.

Sólo volvió al mundo real cuando la puerta se abrió dejando ver a Maxim quien entró sin molestarse en pedir permiso o siquiera avisar que entraría. Infinity sólo lo miró esperando por lo que tenía que decir.

Maxim simplemente le lanzón un pequeño objeto mientras se acercaba más y se sentaba en el sillón de al lado. Beyond simplemente lo miró y segundos después suspiró.

—Otro positivo —fue lo único que dijo Millennium mirando con resignación a su compañero—. Con este ya son tres, podemos darlo por hecho.

Infinity volvió a suspirar viéndose cada vez más agobiado aunque en el fondo ya se había resignado. Hubo unos momentos de silencio mutuo hasta que Beyond echó un último vistazo lleno de odio a la prueba de embarazo antes de dejarla a un lado.

—¿Quieres abortar?

Y esa simple pregunta le vino a Maxim como un cubo de agua helada, desde que el primer test dio positivo había comenzado a resignarse y a no hacerse ilusiones con los otros dos, pero su mente realmente no había ido más allá, no había siquiera interiorizado lo que eso realmente significaba y por ello, tampoco había considerado qué hacer al respecto.

Sus ojos no miraron a nada, simplemente se quedaron perdidos mientras asentía lentamente.

—Está bie- —Infinity asintió también, pero antes de que terminara la frase, Maxim empezó a negar con la cabeza justo cuando sus ojos empezaron a humedecerse y en poco tiempo empezaron a caerle lágrimas por las mejillas.

—No...

—¿Quieres tenerlo? —ante su pregunta Maxim asintió finalmente mirándolo a los ojos.

—No quiero abortar, pero tampoco voy a tenerlo para luego simplemente darlo en adopción y dejar que alguien se encargue de él —hizo una pequeña pausa para secar sus lágrimas—. Mejor que nadie sé que siendo adoptado pueden darte la vida digna y amorosa que cualquier niño merece... Pero yo quiero darle esa vida al bebé, no abandonarlo y ya, no tiene ninguna culpa.

Infinity sólo agachó un poco la mirada mientras asentía.

—¿Osea que lo vas a cuidar tú? ¿Vas a convertirte en un padre de verdad a los veinte años?

Pudo sentir su desacuerdo así como la aspereza en la última pregunta, pero aún así asintió de nuevo y finalmente se fijó directamente en los ojos de Infinity neutralizando aquel episodio de vulnerabilidad al haber llorado.

—Y ni siquiera te pregunto qué te parece porque sé que tú no quieres, sé que estoy solo en esto —se levantó después de secarse una vez más la cara, pero Infinity lo tomó del brazo evitando que se fuera de la oficina—. ¿Me equivoco?

—N-no...

—Lo sabía —consiguió una sonrisa irónica antes de voltearse de nuevo.

—Maxim piensa por un momento, ¿quieres? —ya estando unos pasos separados, el pelirrojo se volteó aceptando escucharlo— ¿De dónde vas a sacar el dinero? ¿Vas a tener un hijo siendo un militar activo? En unos meses no vas a poder seguir peleando, vas a tener que dedicarte al bebé cuando nazca, ¿y cuando crezca piensas simplemente dejarlo en la escuela, irte a una misión y rezar porque no te maten y puedas ir a recogerlo en la tarde?

—Ya pensaré en qué hacer, puedo encontrar algún trabajo y de algo vamos a vivir. Además, puedo seguir trabajando sin ir directamente a las misiones, cuando acabe los estudios podré trabajar en la Rebeldía o algo así.

—Maxim, todo el proyecto de vida que llevas creando en los últimos años lo estás rompiendo en unos minutos, ¿en serio quieres eso?

—Infinity, no seas hipócrita, tú eres quien no deja de insistir en que no tengo futuro, que mi vida desde siempre fue la guerra y siempre lo será, no tiene caso que finjas que te preocupa.

—¡No sólo es eso! Piensa en la disforia, te autolesionas sólo con verte en el espejo, ¿qué vas a hacer cuando tengas a un niño ahí dentro recordándote que tu cuerpo es el de una mujer? ¡Maxim, te has destrozado tanto el pecho que ni siquiera vas a poder darle leche cuando nazca! ¡Piensa en eso, por favor!

—¡Son mis problemas, deja de meterte en ellos! Ya dijiste que no iba a ser tu hijo, ¿no? Pues entonces ya no tienes nada que ver en esto, gracias por meterte en lo que no te llaman, pero ya me arreglaré yo con mis propios problemas.

—¡Ahora ya no sólo eres tú, Maxim, entiende: vas a tener un hijo, ahora no sólo debes preocuparte por seguir vivo un día más, vas a tener que preocuparte por darle a ese niño la vida que se merece y tú no puedes darle!

—¡Pues si tanto te preocupas, acepta la maldita realidad y hazte responsable de él!

—¡Ya está bien los dos! —fue Nirvana quien entró al despacho abriendo bruscamente la puerta.

Los gritos se escuchaban por todo el cuartel, y había sido Zenith quien, al no atreverse a entrar tan bruscamente en la discusión evitando que fuera a más, llamó inmediatamente a Nirvana quien fue seguido por Utopía, ambos mucho más cercanos a Millennium y Beyond.

Aum se llevó a Infinity del brazo y terminaron en la sala audiovisual que estaba en el otro lado del pasillo.

—¿¡Qué demonios estás haciendo!? —le gritó Nirvana cogiéndolo de los brazos.

—¡Él no lo entiende, no es lo suficientemente maduro y no... simplemente no tiene la responsabilidad! Tiene veinte años, va a dejar todos sus planes a un lado así como así.

—¿Y tú desde cuándo le has dicho que tiene un futuro? ¿Eh? Siempre te empeñas en que él no entiende nada, que sólo está hecho para pelear y que se queja demasiado; llevas años tratándolo como basura sólo por tu estúpido orgullo. Si te soy sincero no tengo ni la menor idea de cómo puede seguirte queriendo, ¿te das cuenta de que tienes a la mejor persona que pudiste conocer ahí al lado? Aunque hayas sido un real hijo de puta con él, siempre vio lo mejor de ti, no te echa en cara todas las veces que lo has tratado mal y sólo se empeña en recordar los momentos buenos que ha tenido contigo, te repite cada día lo mucho que le gustas, te recuerda todo lo bueno que has hecho por él y por qué se enamoró de ti, y hasta hace un mes tú sólo le decías que se callara cada vez que lo hacía. Quizá si en vez de menospreciarlo para sentirte mejor contigo mismo le hubieras recordado todo lo bueno que tiene, él ahora barajaría la opción de que tiene todo un futuro por delante.

—Aum, yo...

—Sí, ahora discúlpate —probablemente nunca había visto aquella mirada por parte del moreno—. Tienes miedo, ¿y sabes qué? Eso es bueno, tienes miedo y te preocupas por Maxim y el bebé, es lo que haría alguien que se quiere involucrar en esto, pero de nuevo viniste con tu orgullo a decir que no quieres tener nada que ver y aún así te metes a molestarlo. No te voy a forzar a que cambies tu vida ahora, no digo que debas volverte el padre de ese niño a la fuerza, sólo que si no lo vas a hacer, no te metas en la vida de Maxim, él no quiere consejos tuyos sobre qué hacer con su vida. Pero si quieres responsabilizarte no lo obligues a abortar o a que dé a su niño en adopción, y tampoco te quedes sin hacer nada. ¿Que no va a tener dinero para mantenerlo? Pues ponte a trabajar y dedica el dinero para el bebé. ¿Lo de la disforia para luego rematar con el embarazo? Pues ve con él y recuérdale cada día que es un hombre y que no importa lo que le pase a su cuerpo. ¿Realmente te preocupa su cuerpo? Pues págale la mastectomía y encárgate de conseguir leche en polvo para tu hijo. 

Acme había entrado en la sala hacía unos segundos ya estando enterado de prácticamente todo al igual que el resto por culpa de los gritos, sólo que él venía algo más calmado.

Nirvana estaba fuera de sí, después de todo era el mejor amigo de Maxim, no podía simplemente contenerse todo lo que tenía que decirle, él veía todo lo que sucedía entre ellos desde el exterior, por eso más de una vez se había molestado con Infinity por tratar así a Maxim e igualmente había tratado de hacer ver a Millennium que Infinity no se merecía su amor, pero con el tiempo él fue comprendiendo los sentimientos de Sa Rang y aunque no estaba a favor de que Beyond lo menospreciara, trataba de ayudarlo hablando directamente con Infinity.

Desde fuera veía y podía comprender lo que sentían los dos, pero lo que provocaba que le hirviera la sangre era ver cómo en el fondo Infinity no despreciaba a aquel hijo, si su primer instinto fue pensar en lo mejor para el bebé y Millennium era porque los quería, porque tenía ese sentimiento de protección hacia ellos, pero por su maldito orgullo y también por el miedo no iba a hacerse responsable del bebé.

—Nirvana tiene razón, no queremos que arruines tu vida pero tampoco se la destroces a Maxim, si él realmente quiere tener al niño no importa qué tan joven sea o lo difícil que se pongan las cosas, él va a ser feliz —Acme consiguió tranquilizar un poco el ambiente, le hizo una seña a Nirvana para que se calmara y tomó del brazo a Beyond con suavidad haciendo su mejor esfuerzo por potenciar el tono calmado de su voz.

—Tengo miedo, Aum lo dijo: tengo muchísimo miedo. Me asusta lo que le vaya a pasar a Maxim, su cuerpo es débil, mentalmente sigue muy inestable... Y el bebé, Maxim lo dijo: ¿qué culpa tiene si resulta que nace sin una familia de verdad, si no le podemos dar lo que merece?

Rapture suspiró y se sentó en una de las mesas quedando frente a Beyond.

—Tienes razón, estando en guerra no es que vaya a tener la infancia soñada por todos, pero en cualquier momento ustedes pueden irse a la Rebeldía y llevar una vida como una familia normal, llevamos años en guerra y aún así sigue habiendo muchos niños que pueden crecer felices y llevar una vida lo más normal posible en la Rebeldía. Y entiendo que tengas miedo, lo que para muchas mujeres es el sueño de sus vidas, para Maxim estos ocho meses que quedan van a ser de las cosas más difíciles que haga, y es normal tener miedo por el futuro, pero muchas veces en el momento en que cargas por primera vez a tu bebé terminas de enamorarte por completo y sólo con eso todo lo que te parecía difícil o imposible sobre tener un hijo se vuelve automático.

Nirvana ya algo más calmado asintió mirando a Infinity. Acme Rapture había crecido en Nagoya, una de las regiones más pobres del país a pesar de ser de las menos afectadas directamente por la guerra, la vida en los campos de cultivo y bosques era difícil, por eso él había tenido que madurar pronto. Y lo último que decía lo había visto con sus propios ojos, antes de unirse al Poderosa Fe él ayudaba a su madre quien era una doctora que atendía a las personas más afectadas o necesitadas de la zona, quizá por eso él sabía valorar tanto la vida.

Tampoco era hijo de sangre, su madre lo había recogido en uno de los campos de cultivo, pero lo quería aún más que si hubiera sido suyo biológicamente. Él había visto la desesperación en las caras de las personas a quien su madre había tenido que amputar alguna extremidad así como la esperanza meses después cuando se recuperaban gracias a ella y empezaban a retomar su vidas. Aunque él no hiciera el trabajo, se sentía inundado por la felicidad ajena cuando veía a los antiguos pacientes volver para agradecerle de nuevo a su madre y desearle lo mejor para su familia. Más de una vez había visto a muchachitas que pasaban de despreciar a sus bebés recién nacidos a enamorarse por completo cuando los cargaban por primera vez.

—No te decimos que lo hagas, sólo que decidas bien lo que quieres, esto no es un juego y deberías dejarte guiar por lo que realmente sientes, no por las apariencias o el orgullo. Ahora los dos están alterados, pero piénsalo bien y luego háblalo con él.

—Recuerda que no puedes ser padre a la fuerza, si no quieres háblalo claro con él y luego no te metas, es peor que estés ahí si realmente no lo quieres. Y no te preocupes porque vaya a estar solo o por lo que le pueda pasar, vamos a estar con él y seguramente Marvel también, no va a estar solo. Haz lo que realmente sientas que debes, por el bien de ellos —y aquellas últimas palabras de Rapture se quedaron grabadas en la mente de Infinity, sabía que tenía razón y que ahora la decisión sólo dependía de él.

Los tres se quedaron en silencio, esta vez bastante más calmados, ni siquiera Infinity sentía algún tipo de resentimiento hacia todo lo que le había dicho Nirvana, en el fondo sabía que se lo merecía y no podía evitar sentir un ardiente odio hacia sí mismo por lo que había hecho.

Pero escucharon un cristal romperse desde la oficina de Beyond, por un momento se asustaron pero Acme fue quien se puso en pie aún con su hipnotizante aura tranquila y se dirigió a la puerta.

—Tampoco te enojes con él por esto, podrías haber sido tu en vez de tu ventana al que acaba de descuartizar —no evitó hacer aquella pequeña broma antes de salir en dirección a la oficina de Infinity.

Allí se encontró a Utopía con una mano en la espalda de Maxim riendo un poco.

—Okay, okay, la carpeta y el lapicero estaban bien, pero dejémosle la computadora, ¿sí? Puede que nos regañen y tengamos que comprar una nueva —lo contuvo haciendo que volviera a dejar la laptop de Infinity sobre la mesa y no la arrojara por la ventana rota como hizo con los otros dos objetos.

Cerró en puño la última mano que separó del aparato y no contuvo dejar un golpe en este antes de alejarse por completo y dejarse abrazar por Utopía.

Él dejó que se recargara en su hombro volviendo a llorar y le acarició la cabeza como si fuera un hermano mayor, en su mirada podía verse cierta tristeza por la situación, pero tan sólo intentaba tranquilizar a Millennium, aunque parecía que haber roto una ventana del despacho había ayudado bastante a que se desahogara.

—Tranquilo, lo que hayas decidido está bien y ya sabes que nos tienes a todos los idiotas de tus amigos.

—Eso, aquí estamos —Acme se acercó también y le empezó a acariciar la espalda—. Nos tienes a Nirvana, a Zenith, a Utopía, a Marvel, a mí y a muchos más. En serio que estamos para todo, ¿sí? Ven, vamos a la sala, ¿quieres? Vamos a tomarnos un té para que no termines de romper el resto del cuartel.

Al separarse del abrazo finalmente vio la sonrisa tenue que le ofrecía Acme y que más tarde le secó los ojos con cuidado volviéndolo a abrazar para irse escaleras abajo junto a Utopía y él.

*** *** ***

"En cualquier conflicto siempre son los niños quienes reciben la peor parte, incluso cuando ya acabó."

Nombre: Elizabeth (Beth) Junge

Nombre en clave: Léka

Edad y fecha de nacimiento: 11 de abril de 2003, dieciocho años.

Lugar de nacimiento: Stuttgart, Alemania.

Altura: 1.66 metros.

Peso: 52 kg.

Bando: Raimon

Blindaje: 1

Velocidad: 1

Arma principal: Subfusil MPK5

Arma secundaria: Pistola PMM

Auxiliar: Claymore

Dispositivo especial con descripción: Medic Drones también llamados Mouses. Son drones terrestres de pequeño tamaño, el justo como para llevar un pequeño botiquín con los elementos justos como para atender heridas de batalla en lo que ella asiste. Cuentan con unas correas pequeñas a las que se pueden atar armas pequeñas tales como blancas o pistolas poco pesadas para enviar. Tienen una cámara integrada pero de muy mala calidad y la ubicación no es de gran precisión como la de los drones de cámara comunes.

Especialidad y línea de ataque: Equipo médico, retaguardia.

Entrenamiento: Ninguno por el momento

Experiencia importante:

—Atentado al Instituto Normal de la Transición (12 de mayo de 2021).


Trasfondo: Nació en Alemania donde su madre era enfermera, ella fue enviada a trabajar en los campos de concentración en Chequia dejando a Beth con su padre. Elizabeth y su padre huyeron a Japón en un peligroso viaje mientras que ella tenía sólo un año, al llegar a Inazuma, ella estaba a punto de cumplir los dos años. Estaban refugiados en la casa de una familia de suizos en la Transición, en uno de los barrios donde se solían alojar extranjeros. Pero fue hasta que uno de los vecinos denunció a su propia mujer e hijos atrayendo a los militares a esa zona la cual fue exterminada. Su padre junto a otros hombres pedían por sus familias inútilmente, el padre de Beth fue asesinado en el acto dejando a su hija completamente sola, al estar dormida no fue descubierta por los militares del Centro, no fue hasta la mañana siguiente que una vecina la encontró y al saber lo que había ocurrido la acogió en su casa, al ser de avanzada edad y vivir sola no pudo cuidarla tanto así que por el bien de Beth la llevó al internado del Instituto Normal de la Transición cuando entró en la secundaria y desde entonces ha vivido allí.

Perfil psicológico: Es una chica cariñosa y amigable. Llega a ser tímida pero su personalidad cohibida se anula por completo al tener que ayudar a alguien, es demasiado altruista y tiene un sentido maternal y de cuidado a los demás, es muy decidida y persistente. Aunque aún no conocemos mucho de ella parece ser una muchcha con un sentido de la justicia muy firme.

Relaciones: Tiene un cariño especial a Hughes Baudet (Kapkan), pero en general se siente cómoda con todos los miembros del grupo excepto con Doug McArthur (Mute), llega a tenerle un poco de miedo por cómo fue su reacción al momento de verla por primera vez. Lleva poco tiempo en el grupo pero se relaciona muy bien con Allison Beckett (Alicein).

Aspecto:

Estado: Viva, inactiva.

Tema: Sólo Casualidad - HELL: Survivors OST

Notas:

—Su nombre en clave viene de la palabra lékařské que significa "médica" en checo, claramente fue Hughes quien le puso el nombre a petición suya.

—Comprende pero no se cree capaz de hablar alemán fluido, puede responder con palabras simples pero le cuesta formar frases.

—Posiblemente se incorpore al equipo médico, empezaremos el proceso para integrarla en un programa de enfermería.

—Es hija de Karina Junge, la enfermera que cuidó a Hughes en los campos en Chequia, es una coincidencia increíble que se hayan podido encontrar pero esto los hace ser muy cercanos, además Beth se encariñó mucho con él por esto mismo, sienten una conexión anterior a su encuentro.

—Informe por Jade Ah-kdir (Green)(Valkyrie)

*** *** ***

Uff... Muchas cosas, muchas cosas, ¿verdad? ¿Opiniones? ¿Aprendimos la importancia de usar protección? Muy bien.

Ay, este capítulo sí que me puso intenso por la charla de Nirvana y Acme con Infinity, lo escribí hace un tiempito pero se siente la tensión XD

Espero que les haya gustado y nos vemos pronto.

Atsushi~

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