[CAPÍTULO 23]
12/05/ 2021 | Cuartel de la Royal Academy, Periferia, Inazuma
Escoltada por Victor y cubierta por varios chicos pertenecientes al Universal, Weiss llegó de nuevo al cuartel teniendo el tiempo contado para entrar estando desactivada la seguridad por unos segundos. Suspiró de alivio cuando la puerta principal se cerró tras ella, realmente toda la situación la ponía nerviosa.
—Ya estoy —avisó por el audífono a Victor quien se quedó al principio de la calle ya que no daría tiempo de llevarla a la puerta y regresar por más rápido que fuera y no activar la alarma cuando la seguridad se conectara atuomáticamente.
Bajó cerrando la compuerta dejando sellada la planta principal del cuartel sintiéndose segura por completo. Se despidió de Blade por medio del audífono dándole las gracias para luego quitárselo e ir hacia el baño.
Las ventanas escaseaban, tan sólo se encontraban en la zona oeste la cual daba a un barranco pero estas se encontraban aseguradas con persianas de metal. Toda la planta era rodeada por un pasillo que permitía hacer más eficaces las rondas de patrullaje y mantener a salvo la zona habitada ya que la casa se separaba de este pasillo por un grueso muro y contaba sólo con dos accesos, uno en cada extremo.
Ya era tarde, rondarían las doce de la noche cuando llegó a su habitación ya duchada y con la pijama puesta. Dejó sus armas en el interior de su habitación como se había acordado por si los ex-miembros de la Royal intentaban atentar contra ellos en estos próximos días.
Había pasado una semana desde la pelea y por el momento la inactividad por precaución de la Royal había traído beneficios para todos sus miembros al estar descansando y tener tiempo y posibilidades para cuidar mejor de los heridos.
Uta había sido la única que había salido del cuartel además de quienes hacían guardias por el perímetro más cercano, y había sido totalmente por una emergencia.
Ya con la pijama puesta y el pelo tan sólo un poco húmedo, se acostó en la cama rodeando con el brazo a Preston.
El abrazo causó un leve estímulo por el que Preston abrió los ojos tardando en sentir el brazo de Uta acariciarlo, él llevó la mano hasta la piel de la chica y la empezó a acariciar suavemente aún adormilado.
—¿Cómo te fue? —preguntó tomando la mano de la chica.
Ella suspiró acariciando con la mano libre el cabello alaciado de Smoke.
—Está bien... Lucas y Sky llegaron a tiempo también, Lucas lo durmió y lo estuvimos controlando hasta que llegaron rebeldes, se lo llevaron al hospital en la Rebeldía, si se hubiera quedado en el Universal habría muerto. Sharp me avisó cuando venía de vuelta de que llegó relativamente bien al hospital, que ahora no está crítico.
—Menos mal... —suspiró Preston con cierto alivio— Estando en la Rebeldía ya sabemos que está en buenas manos y que van a atenderlo si algo le pasa.
Ella asintió acariciando aún la mano de Preston estando ambos tapados con la manta conservando la calidez debajo de ella.
Hablaban de Sol Daystar, líder del Universal. Esa noche Uta había sido contactada por Soundtown, Saturn y Erikson le llamaron pidiendo ayuda desesperada por la condición de Daystar que había decaído durante todo el día pero en la noche llegó a un punto crítico por culpa del cáncer.
Pero parecía que habían llegado a tiempo, lo habían conseguido estabilizar en lo que llegaban los rebeldes para poder llevarlo al hospital. Fue Cometti, la mentora del Universal quien llegó junto a Vlaimir para llevar a Sol a la Rebeldía.
Uta cayó dormida en cuestión de minutos tras cerrar la conversación con Preston, ambos quedaron dormidos por el cansancio y el estrés aún latente por si los miembros desertores seguían planificando un ataque.
De hecho era tan preocupante que incluso Soundtown había mandado a un pequeño grupo de otro la Rebeldía a rastrear la zona con ayuda de sus dispositivos. Beat, ese era el de Soundtown, una evolución de Spectrum, el dispositivo de Maxine, su prima. Beat no detectaba bombas o cableados, sino que emitía vibraciones que al ser interrumpidas detectaba a enemigos, básicamente era un radar por medio de ultrasonidos. Las vibraciones para no tener que pasar absolutamente todo el rastreo mirando a la pantalla, su usuario las representaba como ritmos que aumentaban o descendían.
Crimson abrió los ojos de golpe notándose alterada. Una alarma sonaba por todo el cuartel, era la que avisaba de algún ataque, pero más allá de su significado, el simple sonido era más que suficiente para asustarla al haberla despertado así. Se movió sin encontrar a Preston al lado de su cama, sólo encontró el extremo de la vía sobre la cama con una manchita de sangre sobre las sábanas y una mancha mayor por el suero que seguía escurriendo por el tubo.
Se levantó colocándose las botas, se envolvió con el abrigo y tomó su subametralladora saliendo en busca de Preston. Pero lo que más la alteraba era que en sus circunstancias hubiera dejado el pijama sobre la cama y un gancho sobre el suelo dando a entender que se había cambiado completamente la ropa y para colmo había salido con su arma también.
Pero en su cabeza no cabía cómo había sido posible que hubiera salido tan preparado estando aún con los puntos recientes y una condición inadecuada para ir a pelear, ¿¡cómo había salido tan rápido!?
El resto de los chicos estaban saliendo también de sus habitaciones y se reunían en la sala donde hacía días había sucedido tal enfrentamiento entre los diferentes grupos de la Royal.
Uta nada más llegar, encontró con Preston junto a otros tres chicos en el centro de la sala, no fue hasta entonces que la alarma finalmente se detuvo.
—¡Preston! ¿¡Qué... —se calló espontáneamente.
—¡Ah! —se quejó el más alto de los cuatro quitándose los audífonos y dejándolos alrededor de su cuello cubriéndose las orejas por el dolor.
Preston se acercó a ella poniendo un dedo en sus labios.
—Remington está atacando —susurró muy bajo antes de que Soundtown volviera a colocarse los cascos fijándose en las pantallas con atención.
Pasaron segundos hasta que él apretó una tecla del ordenador señalando a los miembros de la Royal Academy.
—Seis de ustedes vayan al corredor exterior, sepárense para cubrir todas las esquinas, no se pongan en las paredes que no sean esquinas, creo que llevan explosivos. Uta, quédate aquí conmigo, el resto vayan con Zippy e Inchy arriba.
Obedecieron repartiéndose como les indicaba.
—Pero él... —Uta se acercó poniendo una mano en el hombro de Soundtown.
—Tranquila, estará de francotirador, tiene un shot y dudo mucho que este ataque llegue a agravarse, actualmente estamos en la zona más segura del edificio, por eso te necesito conmigo, ve por el botiquín y vuelve inmediatamente, todos dependemos de ti.
Fue por lo que le pidió y se colocó a su lado. Por más que los sensores estuvieran activados, las vibraciones eran normales lo que significaba que los enemigos no estaban cerca.
Uta trataba de comprender los números y gráficos que aparecían en la pantalla, pero tan sólo distinguía la información dada por el mapa.
Cuando Cadence volvió a cubrir sus orejas con los cascos, ella guardó silencio ya que tenía entendido que al estarse basando en ultrasonidos, las voces y ruidos cercanos le dañaban la audición e interrumpían la frecuencia si estos se encontraban cerca del usuario.
Pero entonces ella misma pudo recibir una frecuencia sin tener ningún aparato auditivo. Eran vibraciones y pequeñas alarmas.
Miró a Soundtown quien mostraba la misma incomprensión que ella.
—Duivel, otra vez —dijo apretando el botón de su micrófono—. Uta, ¿hay algún acceso directo hasta el comedor?
Ella se quedó pensando unos instantes mientras se volvía a repetir la vibración.
—Sí, sí, es un pasillo que conecta el exterior con el comedor y la planta baja.
—Maldita sea... —cerró el ordenador tomando un aparato muy similar pero bastante más reducido el cual fijó a su antebrazo y escondió las pantallas sin cuidado debajo de los sillones— Debemos irnos.
La jaló del brazo yendo a las escaleras donde descendieron llegando a la parte oscura de aquel almacén usado como campo de tiro secundario.
Se escondieron en una esquina en completo silencio, cerró la pantalla de su dispositivo quedando en tensión y la posición para disparar con su rifle a lo que debido a la oscuridad parecía sólo techo.
Calculando entre vibraciones y los sonidos que sólo él percibía, disparó repetidas veces con una soltura que parecía que estuviera cara a cara con sus enemigos.
Mientras tanto, Zippy junto a Wales estaban cuidando la azotea del edificio, desde ahí estaban tomando datos sobre las localizaciones de los enemigos que rondaban en la zona trasera, una zona de barrancos.
Al estar en la intemperie estaban algo más desprotegidos, pero Inchy informaba a Wales de cualquier presencia enemiga mientras Zippy se encontraba atacando fuera de su "base".
En sus gafas se reflejaba la escasa luz de las pantallas mezclada con la de la luna haciendo crear la ilusión de que el cristal era blanco y no transparente, sin embargo, sus ojos ágilmente se desplazaban por los recovecos del aparato coordinados con sus dedos.
Seleccionó de una sola pasada todos los dispositivos que rastreaba, para entonces apareció el pequeño símbolo de carga el cual él había modificado para que este fuera el símbolo de raíz cuadrada dibujándose periódicamente conforme avanzaba la carga. Finalmente salió en la pantalla la opción de "Ontdekken" la cual presionó para entonces llevar el aparato a su pecho donde se encajó en la armadura para evitar que se saliera sin que él lo deseara.
Fueron segundos los que pasaron hasta que sonaron varias alarmas, las mismas que Uta había percibido antes.
Ya estaba haciendo rapel así que sólo tuvo que alargar un poco la cuerda para descender y aprovechar el tiempo en el que los enemigos desactivarían sus dispositivos al mismo tiempo que Preston y Columbia intentaban encontrarlos desde dentro.
Bastó con sólo una mirada rápida a la pantalla habiendo activado el rastreo de dispositivos para que se impulsara hacia la derecha usando las piernas en el momento justo. La bala rebotó en la pared, justo a la altura de su espalda lo que habría sido una herida grave de no ser por sus reflejos.
Estiró el brazo hacia abajo apuntando con precisión y aunque aparentemente lo hiciera a ciegas, realmente se estaba guiando sólo por los datos de sus pantallas. Sin vacilar ni un segundo más mantuvo el gatillo apretado dejando libre una ráfaga de balas hasta que escuchó cómo el cuerpo caía al suelo y después lo confirmó al poder verlo muy tenuemente.
—Uno neutralizado —susurró al micrófono al ver el cadáver de su víctima caer por lo poco que quedaba hasta la tierra. Echó un vistazo más a su aparato y consiguió averguar la identidad del dueño del dispositivo que ahora ya estaba muerto—. Stuart St. John neutralizado.
Pero al tener la mente clarase sentía seguro, se confiado aún encontrándose fuera, a la intemperie y en la mira de enemigos mientras que otro chico, tras la fortificación de la casa, seguía con ese miedo latente y la inseguridad como si estuviera en el exterior completamente desarmado.
Sus pies rebotaban con agilidad por las escaleras, apenas pisaba el suelo impulsándose para alcanzar el siguiente peldaño y eso se repetía una y otra vez.
Llevaba casi diez minutos así, haciendo apenas ruido en los escalones al ir descalzo, pero la insistencia de estos pasos había llamado la atención de Jade quien estaba despierta y dando vueltas en la cama.
Entre sudor y lágrimas, seguía su recorrido infinito que no superaba el tercer piso de la casa. Pero a pesar del cansancio, no podía detenerse, simplemente su cuerpo de ordenaba seguir subiendo y bajando compulsivamente.
Pero mientras bajaba, se topó con Jade quien aguardaba al final de las escaleras lanzándole una mirada llena de pena.
Subió un par de escalones para encontrarse con él quien había reducido la velocidad de sus movimientos.
—Hugh... —lo llamó con lástima extendiendo los brazos para poderlo recibir en ellos.
Los sollozos y murmuros incomprensibles de Hughes llegaron muy directamente al oído de Jade quien prácticamente lo cargó hasta dejarlo sentado en las escaleras y ella quedó a su lado aún abrazándolo.
Se sujetaba la ropa con desesperación, apretaba la camiseta contra su cuerpo con las manos que no paraban de temblarle, se abrazaba las piernas con sus rodillas que chocaban entre sí mientras cerraba los ojos.
Jade en vez de simplemente tocarlo pasó a darle caricias por no alterarlo más.
Su mente estaba siendo atacada por los recuerdos de cuando lo llevaban a fotografiarse en los campos, de cuando lo desnudaban dejando su esquelético cuerpo a la vista de todos, de cuando vio su rodilla dislocarse, de cuando pasaba días en una cama bajo los efectos de los medicamentos...
Jade al sentir directamente su cuerpo temblar, le acarició la cabeza haciendo que con el paso de los segundos empezara a hablar cada vez menos alto y finalmente quedara en silencio.
—Estas aquí, estás en Japón, en casa, estoy contigo... Hugh, estás bien, tranquilo —insistió con la voz suave aún acariciando su cabeza—. Mira —tomó la manga de su camisa—, llevas ropa, estás en casa, estás bien, ¿sí? Estás bien —acarició sus mejillas haciendo que la mirara con sus ojos desbordados de lágrimas—. Chequia está a kilómetros de aquí, estás en casa, estás bien...
No duró mucho hasta que apretó el abrazo ocultándose en el hombro y un poco del pelo de Jade.
No era muy extraño que se levantara teniendo pesadillas sobre lo que había vivido de niño, tampoco que llegara a ataques de pánico por todo lo que recordaba en esas pesadillas, pero esta semana se habían vuelto cada vez más fuertes, más frecuentes. Esto se debía a que ahora estaba en una misión de infiltración. Había sido inscrito a un instituto de la Transición donde debía mantener una vigilancia rigurosa ya que había sospechas de que quería ser destruido. Las investigaciones habían pasado de ser simples revisiones al perímetro por varias semanas a que lo infiltraran para mantener vigilancia desde dentro, se llegaba a sospechar de que los artificieros serían el arma utilizada para el atentado. No se trataba del Centro, era de una mafia de Akita, una bastante famosa por sus atentados contra el Centro así como los Rebeldes, y desde que se enteraron que empezaban a hacer apariciones en Inazuma los Rebeldes tomaron prioridad en detenerlos antes de que se instalaran en la capital también y se convirtieran en una amenaza más.
El convivir con tantos chicos a quienes ni siquiera conocía estando "encerrado" en un aula, el sentirse indefenso, todos esos eran factores que lo hacían tener frescos recuerdos de su infancia. Pero lo peor para él era la clase de historia, no soportaba los vídeos que les presentaban, no soportaba leer los artículos sobre las guerras antiguas y mucho menos el tema similar más reciente y en el cual estaban haciendo hincapié; Imperio Neo Nazi en Europa Central.
Tampoco le gustaba que le preguntaran acerca de su país, que sus compañeros por curiosidad o morbo hicieran preguntas sobre su familia, la gente de allá, las casas, la comida... Obviamente se había creado una identidad falsa para acceder a la escuela sin levantar sospechas ni dar información al gobierno sobre él: un chico de los que se habían fugado de los Valles.
Pasaron un par de minutos más en las escaleras hasta que Jade se levantó tomando de las manos a Hughes para que ambos bajaran completamente hasta llegar a la planta de los dormitorios donde lo acompañó hasta su habitación quedándose ella a la orilla de la cama.
—Si quieres me puedo quedar aquí hasta que te duermas —susurró con una cálida sonrisa acariciando el cabello prácticamente blanco de Hughes—. Vamos, mañana es el último día, luego ya lo tomaremos como una misión cancelada.
Efectivamente, ese viernes sería el último día en que iría antes de que se descartara la probabilidad del ataque.
Por su parte, a él también le hacía un poco de ilusión el ir a clases, desde los campos no había asistido a una escuela y esa rutina le parecía ciertamente agradable, aunque como con casi todo, se aburriría pronto.
Jade regresó a su habitación donde se acurrucó entre las cobijas mirando cómo el otro lado de la cama estaba vacía. Vladimir estaba pasando esa semana en el cuartel de los Caballeros Templarios ya que desde ahí obtendría información sobre el alrededor de la zona y haría muchos turnos de vigilancia con Victor. Realmente lo extrañaba por más que supiera que tenía que darle prioridades a otras cosas, pero se dedicó unos segundos para pensar en él y sonreír nostálgica mientras se encogía un poco abrazándose a sí misma, más bien, abrazando a su bebé que cada vez podía sentir más vivo dentro de ella.
—¿Tú también lo extrañas? —sonrió acurrucándose mejor para simplemente cerrar sus ojos y concentrarse en dormir.
Su despertador sonó, eran las cinco y media. Aún con un poco de pesadez, se vistió frotando sus manos por el frío que a pesar de ser primavera, no se iba. No estaba acostumbrada tampoco a levantarse a esas horas, pero ella había sido voluntaria para no dejar completamente solo a Hughes en la misión.
Fue a despertarlo y más tarde preparó el desayuno. El desempeñar el papel de madre era algo que le hacía ilusión. No siempre cocinaba, eran Arion y Sky quienes solían hacerlo, pero no se le daba nada mal a ella. Le causaba ternura el preparar una fiambrera y el desayuno para ambos, era algo que en parte quisiera haber hecho desde hacía más tiempo con Riccardo y Hughes o simplemente con todos. Igualmente, sus planes eran que algún día pudiera enviar a su otro hijo a la escuela y aunque tuviera que esperar años, deseaba que Riccardo al menos volviera a asistir a clases, aunque fuera sólo para acabar los estudios.
Él llegó al comedor donde tomó la comida correspondiente junto con Jade. Se vistieron y estaban listos al mismo tiempo prácticamente. Jade lo llevaba hasta la Transición en uno de los Jeep acorazados de los que disponía el Raimon, entonces él seguía el resto del camino solo hasta el instituto para no levantar ninguna sospecha.
La mochila que llevaba era amplia para poder llevar los aparatos necesarios para cumplir la misión de ser infiltrado. Con una tablet diseñada por Zippy y refinada por su bando podía tener acceso a las cámaras de seguridad del establecimiento y a unas pequeñas de las que se había tenido que encargar él de colocar por distintos puntos donde podrían ser de primera necesidad para mantener vigilado el edificio. También contaba con un pobre radar de bombas ya que uno de gran rango y precisión era imposible de llevar sin que llamara mucho la atención.
Incluso llevaba una pistola, su 5.7 USG, su arma secundaria en circunstancias normales pero ahora debía adaptar como única al no poder ser descubierto con ella. Llevaba la funda del arma en el compartimento para un ordenador de la mochila y dos cargadores que guardaba en los bolsillos de su chaqueta. Jamás se separaba de su mochila, por eso siempre dejaba el salón de clases al último y llegaba el primero para que no hubiera riesgo de que nadie le mirara la mochila y descubriera aquello.
Realmente estaba vagando en sus pensamientos cuando entró al edificio y se dispuso a llegar a su salón de clases, pero fue una aguda voz femenina quien lo llamó sacándolo de sus pensamientos.
—¡Reznik! —él respondió con naturalidad como si ese fuera su verdadero nombre y no el que habían inventado para la falsa identidad.
—Buenos días —se acercó a un pequeño grupo de chicas que estaban hablando en un círculo.
Beth Junge, ese era el nombre de la chica quien lo había llamado y el nombre de la chica quien había estado intentando integrarlo al instituto. Muchos de quienes estudiaban allí tenían vidas difíciles o las habían tenido. Por eso era que ella intentaba integrar a los nuevos y más aún sabiendo sus duros pasados ya que ella igualmente era huérfana y, como muchos, vivía en las habitaciones del instituto. Habían inventado la identidad de Reznik Novák como la de un niño checo que había sido preso en Neu-Theresienstadt pero había sido liberado en el conocido "Regalo de Navidad" de 2009 en varios países que manejaban los campos de concentración, entre ellos, la República Checa. Fue enviado a Japón como refugiado y adoptado por una familia de la Periferia. De ahí que no tuviera que esconder excesivamente el número de su brazo, sólo el de la pierna al ser el tatuado en los Valles.
—Estábamos hablando las chicas y yo y pensamos que sería genial que hoy desayunaras con nosotras en el recreo, ¿quieres venir? —le dijo con una radiante sonrisa.
—Eh... sí, sí, claro, muchas gracias por invitarme —asintió tardando un poco en reaccionar y hacer una leve reverencia como agradecimiento.
Era un poco difícil acostumbrarse a tener que lidiar muchas horas seguidas con personas con las que no vivía y aún más teniendo que mostrar amabilidad, respeto y una conducta rigurosamente limitada por las reglas. No es que le fuera imposible de seguir, pero a veces tenía que repasar dos veces en su mente si lo que debía decir o hacer era correcto. Lo repasaba muchas veces en checo y sobre todo en ayu para poder decir las palabras adecuadas.
—¿Vamos ya al aula? —propuso una de las chicas mientra empezaban a caminar todas hacia las escaleras.
Subieron hasta la segunda planta en busca de la clase 3-B de preparatoria, pero en el trayecto de las escaleras, una de las compañeras de Beth acarició uno de los mechones blancos del pelo de Hughes sacándolo aún más de sus pensamientos para mirarla.
—Me encanta tu cabello, me gusta el color —le sonrió un poco avergonzada.
Él tan sólo sonrió un poco para seguir caminando con el resto y entonces murmurar inconscientemente.
—Antes era rubio.
—¿En serio? —volteó a verlo Beth— ¿Te lo pintaste?
—Eh... no, sólo se pone así. Puede que por crecer o... bueno, no lo sé —respondió intentando desviar el tema.
Finalmente llegaron a la clase donde se sentó y dio una revisión discreta y rápida a las cámaras asegurándose de que no había nada extraño en el rango de estas. Y el tiempo le vino justo para revisarlas todas antes de la primera clase: geografía.
Tomaba apuntes y atendía a las explicaciones, era de las materias que le gustaban mientras el tema se mantuviera alejado de Europa Central y la clase de ese día le vino perfecta: vieron relieves de la zona de Sudamérica. La hora se le pasó rápida en verdad. Pero al ver a todos tomar una libreta cuando sonó el timbre, él se levantó a buscar a Beth y preguntar el por qué.
—Ah, hoy es viernes, los viernes tenemos la clase de química en el laboratorio. Sólo lleva tu libreta y un lápiz, allá tenemos unas batas extra, la profesora te dejará usar una de esas, tranquilo.
—Está bien, gracias —sonrió levemente y fue a buscar lo que necesitaba.
Ya en el laboratorio, Beth se ofreció para incluir a Hughes en su equipo y no hubo problema con ello. Se incorporó siendo el único chico del grupo de ahora cinco miembros.
Y con tan sólo empezar a explicar lo que harían en esa clase, él se mentalizó para tener que pensar muy bien todo lo que haría a partir del momento en que le pidieran colaborar. El que el proyecto de evaluación fuera elaborar una demostración con todo lo que habían visto en el semestre, le daba un amplio abanico de posibilidades para ayudar al equipo, pero teniendo que controlar lo que hacía.
—Reznik, ¿se te da bien química? —preguntó una de las compañeras de equipo una vez les dieron tiempo para organizarse.
—Sí, bueno... me gusta mucho —asintió un poco tímido incluyéndose en el círculo.
—Menos mal, porque en los experimentos no nos suele ir bien. Ahora tenemos toda la hora para poder hacer algo que nos consiga una buena calificación —suspiró Beth.
—No te preocupes, yo las ayudo. A ver... ¿qué han visto? —entonces empezó a recibir las respuestas que le resultaron extremadamente sencillas— Reactivos, eso es muy fácil, no se preocupen.
—¿En serio? ¿Sabes hacer algo con eso?
Y realmente no tardó nada en recibir la aprobación de la profesora para que pudieran hacer la demostración fuera del aula ya que lo vio confiado en que sabía lo que hacía y estaba consciente de lo que implicaba ese experimento.
Reunieron todo lo necesario y tras explicar lo que harían, se prepararon. Aún sobraba tiempo así que se puso a rondar por el laboratorio mirando lo que tenían expuesto en las paredes y en el resto de vitrinas. Algunos animales disecados y plantas también, incluso contaban con una preciada raya disecada que ahora ya se había extinto, pero lo que más captó su atención fueron los fetos que mantenían en frascos de cristal, tanto humanos como animales.
Las exposiciones le parecieron sumamente simples, pero no estaban mal para haberlo hecho con lo que tenían y en el tiempo que les indicaron.
Pero entonces al tocar el equipo de Hughes, todos salieron al patio donde aprovechó para dar una nueva revisión al perímetro con las cámaras y a simple vista también. Colocó todos los materiales y una vez todos estaban alejados y a una distancia apropiada, agitó la botella para arrojarla al aire y que al caer esta explotara.
El ruido de la explosión lo hizo sentirse en su territorio por unos momentos, todo era tan desconocido que llegaba a atrofiarse por olvidar que él también conocía otra cara de la vida en la que sabía moverse y no sólo era un chico perdido en lo que tendría que ser una vida normal.
Entonces el grupo pasó al frente para dar las gracias, pero la profesora pidió que hicieran una breve explicación de lo que había sido el experimento. Las chicas se miraron un poco nerviosas por no haber tenido planeada una explicación, pero Hughes fue quien aprovechó el impulso que le dio el sentirse en su medio para atreverse a hablar a pesar de tener un público amplio.
—Fue una reacción química de ácido-base. Los reactivos se transforman en productos, en nuestro caso los reactivos fueron el vinagre y bicarbonato. La reacción química tendría que ser endotérmica pero la hicimos exotérmica al haberla agitado y provocado el impacto contra el suelo. Una reacción exotérmica sucede cuando la energía se libera, osea, una explosión y en nuestro caso la hicimos con reactivos "naturales" en vez de usar químicos o reactivos especiales.
Fue impresionante no sólo la soltura que tuvo para hablar, sino también lo que dijo. Él pudo haber hablado mucho más, pero simplemente prefirió dejarlo hasta ahí para no tener que verse metido en un problema por tener conocimiento de explosivos de verdad, bélicos.
Terminaron la clase entre preguntas y alagos por cómo había podido argumentar por el experimento y cómo lo habían creado.
Volvieron al salón de clases donde dejaron todos sus batas de nuevo y se preparaban para la siguiente clase.
Hughes con discreción se dispuso a revisar de nuevo las cámaras y sensores que tenía puestos.
Se quitó la chaqueta debido al calor que empezaba a sentirse al estar apunto de entrar en verano. Era la primera vez que se la quitaba estando en la escuela, tenía cierta inseguridad por mostrar su tatuaje, pero sobre todo, debía mantener su discreción una vez estuviera fuera de la escuela, allí era peligroso que lo reconocieran por el número ya que, después de todo, a día de hoy se seguían buscando a quienes escaparon de la liberación de los Valles en 2010.
Estaba guardando la chaqueta para también tomar el teléfono de las cámaras cuando Beth se acercó a él y tuvo el tiempo justo para guardarlo todo de golpe sin que ella lo notara.
—Sí, ¿qué pasó? —dijo con una sonrisa.
—Entonces, ¿sí quieres comer con nosotras en el recreo? —le preguntó con su clásica amabilidad.
—Ah, sí, claro, gracias por la invitación —asintió correspondiendo el gesto de ella.
Los ojos de Beth viajaron directamente al brazo de Hughes mirando con curiosidad el número que tenía tatuado en él. Pero al reparar en que él la estaba mirando, sonrió apenada disculpándose por eso y decidiendo llevar sus ojos a otro objeto, un pequeño tejido que tenía forma de huevo colgaba con una cadena de la mochila de Kapkan.
—¡Qué bonito! —dijo ella al iluminarse sus ojos.
—¿Ah? —volvió la vista a la mochila para tomarlo y entregárselo a Beth— Es algo típico de Chequia, me enseñaron a hacerlo hace tiempo... toma, si quieres te lo presto.
—¿De verdad? —preguntó emocionada y él asintió— Muchas gracias, es...
Pero fue interrumpida por el timbre que marcaba el inicio de clases. El silencio se apoderó paulatinamente de la clase y todos saludaron a la profesora nada más entrar por la puerta.
—Buenos días, chicos. ¿Cómo están? Me dijeron que tuvieron la prueba de química, ¿no?
Pero el nerviosismo casi olvidado, se apoderó de Hughes al escuchar un tono prácticamente idéntico al de una llamada de un teléfono. El sonido llevó todos los ojos directos a Reznik, pero él tan sólo dejó de sentirse él, la crisálida de Reznik Novák se destrozó dejando al descubierto a Kapkan, a Hughes Dvořák, Hughes Baudet.
—Lo siento... ¿p-podría mirar...? —tartamudeó con el cuerpo helado por completo.
—Sí, no te preocupes... —asintió la profesora cambiando su expresión al ver el rostro tan repentinamente pálido del chico— Reznik, ¿estás bien?
Asintió con un nudo en la garganta al estar agachado para sacar el teléfono rompiendo por primera vez, sus refinados modales con los maestros.
Dentro de la propia mochila, activó el móvil intentando mirar el radar y localizarlo entre los diez que tenía puestos por todo el recinto. Encontró su posición aún mirando la pantalla ya con la alarma callada. Se llevó el teléfono al bolsillo mientras que con lentitud, metía la mano izquierda casi temblando al bolsillo trasero de la mochila buscando la pistola.
La profesora lo miró preocupada por su reacción. Y nada más acercarse, el resto de alumnos comenzaron a cuchichear entre ellos preguntándose qué era lo que sucedía, pero Beth se intentó acercar también.
—¡Shh! —los calló repentinamente Hughes cada vez más tenso intentando escuchar algo que lo alertara de la posición actual de los enemigos que ya se encontraban en el edificio.
Y fue cuestión de segundos -los justos del shock- hasta que un fuerte disparo resonara por el instituto.
Sacó la pistola finalmente, atorando la funda a su cinturón mientras que sacaba el arma para correr a la puerta ante el pánico de todos y reventar con la culata de la pistola la alarma de incendios que empezó a sonar por la escuela entera.
Los gritos inundaron el aula mientras otros intentaban ocultarse y unos calmaban al resto.
—¡Quédense aquí y no vayan al patio principal hasta que yo venga a avisarles! —dijo lo más claro que pudo antes de salir encerrándolos en el aula y salir corriendo.
Con el arma en la mano empezó a correr por los pasillos hasta querer llegar a la azotea donde estaba situada la bomba según el radar.
Pero los alumnos que salían por la alarma fueron un obstáculo, los gritos e incluso intentos de detenerlo fueron lo peor que apenas pudo superar hasta alcanzar las escaleras.
Tuvo que subir un piso más hasta llegar a la azotea donde se puso alerta en busca del mínimo indicio de enemigos cerca.
Revisó el perímetro con rapidez hasta que llegó a la esquina donde suponía que estaba el explosivo. Revió el teléfono para recibir una mejor localización de esta y que no fuera algún tipo de trampa de aturdimiento que tenía como cebo la bomba.
Pero no encontró nada de eso y al acercarse a la esquina, encontró una caja de color negro la cual inspeccionó a simple vista desactivándola con un rápido disparo preciso. Se acercó más a ella para abrirla extrañado por lo simple y sencilla que era la bomba.
Al quitar la tapa se percató de que había una nota a mano la cual leyó rápidamente gracias a la luz del sol.
"Fallo de principiante"
—Kurva!! —gritó sintiendo su sangre hervir, arrugó el papel tomando de nuevo la pistola y levantándose para correr de vuelta al piso de abajo.
Pero no tuvo tiempo ni de respirar cuando escuchó una explosión seguida de un estruendo causado por los gritos y el edifico caerse por algunas partes.
—Sakra!!
Bajó corriendo hasta que en el tercer piso se topó con Beth tirada en las escaleras hecha un ovillo, inmediatamente se acercó comprobando su situación.
—¿Estás bien? —la tomó por los brazos.
Ella asintió a duras penas, estaba temblando mientras unas lágrimas comenzaron a caerle por los ojos.
—Sólo son unos rasguños, ¿sí? —dijo él mirándole un brazo que tenía levemente raspado al haberse caído debido a la explosión.0
—¿Lo hiciste tú? ¿Qué está pasando? —tartamudeó en pleno llanto mirando la pistola que llevaba en manos.
—No, no. Yo... tengo que neutralizar a quienes lo han hecho, también evitar que vuelen el edificio con todos dentro.
Ella sonrió entre sus lágrimas para mirarlo de nuevo.
—Sabía que tú no estabas haciendo esto... por eso fui a buscarte.
—N-no puedo contarte mucho más sobre mí, pero debo llevarlos a salvo. Acaban de hacer explotar un aula del segundo piso... tengo que neutralizarlos antes de que terminen con nosotros. Te llevaré a un lugar a salvo junto a los demás, ¿sí?
No tuvo tiempo para pedirle opinión. Sólo la tomó de la mano llegando al aula de clases donde seguían todos en pánico decidiendo si deberían salir o no. La conmoción estaba en todo el edificio, pero el segundo piso era en el que esta reinaba por completo. Hughes era consciente de que no podría completar la misión por completo debido a que ya habían detonado una bomba llevándose vidas de por medio, vidas de jóvenes de su edad pero que a diferencia de él, jamás habían pensado que una bomba sería algo tan cercano que podría llegar a quitarles la vida.
—Deben salir de aquí de inmediato, pero no huyan en masa, vayan en pequeños grupos, ¡diríjanse al patio de entrada por las escaleras de aquí!
Cogió su mochila sacando la tablet para obtener un mapa más elaborado de los dispositivos que rastreaban.
—No detecto bombas colocadas allí... pero dense prisa. Ante cualquier persona desconocida que vean acercarse, aléjense inmediatamente; podrían ser artificieros —dijo tomando otro cargador de la pistola para guardarlo en la chaqueta que se acababa de colocar antes de la mochila donde guardó la tablet.
Se asomó por la puerta revisando que no estaban en esa área para entonces dar la señal de que podían correr ya.
Él se fue hacia el otro lado del pasillo intentando llegar a donde había sucedido la explosión anterior sin perder rastro de todas las que podían suceder.
Pero entonces escuchó un eco en sus pasos que lo hizo detenerse para voltearse y apuntar con la pistola, pero reconoció a Beth corriendo detrás suyo con aún aquel temor reflejado en la mirada.
—¿Qué haces aquí? —susurró agachándose tras revisar el perímetro— Corre con los demás, esto es muy peligroso...
—Eres la única persona a quien le he contado cómo estoy aquí y ha podido decirme que me entiende de verdad. No tengo idea de lo que vayas a hacer ni qué es lo que pasa... pero al menos déjame ayudarte. Ellos, sean quienes sean, también me deben algo. Asesinos como ellos me dejaron sin familia...
Aún recordaba bien cómo el día en que liberaron a Zippy y Terry, Doug y él habían paseado por el Valle recorriendo las zonas donde habían sido presos. Pero había algo que expresamente hicieron ellos dos. La patrulla con la que se encontraron al llegar al campo no fue asesinada por completo, dejaron un superviviente, uno al cual le hicieron pagar todo lo que les hicieron. Con una navaja, Hughes dibujó cinco números en el brazo del hombre mientras Doug lo tomaba de la misma forma en que los cogieron a ellos al tatuarlos.
Sin ropa, lo expusieron al frío por minutos calculados cruelmente para que tras desquitarse una eterna hora propinando golpes a aquel preso, lo dejaran suplicar retorciéndose en el suelo y finalmente, Doug lo asesinara a base de descargas eléctricas.
—Aún suplicas por vivir porque es lo mejor en lo que puedes pensar... nosotros sufrimos tanto que suplicábamos por morir de una vez —fueron probablemente las últimas palabras que escuchó aquel sujeto provenientes de Doug antes de que muriera electrocutado.
Hughes suspiró tras su meditación rápida para acercarse a ella. Para algunos la venganza era dulce, para otros la culpa por verngarse los perseguiría el resto de su vida, pero para ellos fue simplemente una forma de hallarse en tranquilidad con ellos mismos, sellar su pasado y entregarse al presente, puede que para ella no fuera diferente.
—Vas a venir, los mataremos y tú te vengarás por tus padres, pero debes hqacer aboslutamente todo lo que yo te diga, sino podemos morir los dos.
La advertencia la caló por completo y aceptó casi asumiendo la responsabilidad de ambos.
Entraron a los conductos de ventilación por los que se arrastraron apenas logrando respirar por la cantidad de polvo y óxido que los recubría por dentro. Pero se vieron salvados al ver cómo un enemigo estaba colocando la siguiente bomba cercana a la sala de calderas que controlaba el calor del edificio habitacional tanto como del centro escolar. El uso de gas en ella crearía una explosión masiva en todo el edificio.
Pero Hughes pudo disparar a la cabeza del enemigo antes de saltar por el ducto y dirigirse a la bomba.
Beth saltó detrás de él y se intentó acercar, pero él la detuvo entregando su pistola para encargarle que vigilara el perímetro mientras él la desactivaba teniendo tan sólo un par de pinzas con las que realizó la maniobra de desactivar la mina rápidamente sin tener que meterse con el cableado: causando un cortocircuito al estar dependiendo de un sólo generador propio de energía conectado con el detonador.
Y a los segundos de haberla desactivado, se escucharon los pasos acompañados de la luz azul e intermitente y el escalofriante respirador. El artificiero paralizó a Beth por tan sólo mirarlo, pero Hughes sabía bien qué era y por eso tomó a la chica del brazo para bajar sin cuidado ni discreción las escaleras.
—Nos va a... —susurró aterrada mientras lo seguía.
—Son suicidas, explotará con nosotros, por eso nos debe tener cerca. Sólo podemos neutralizarlo disparando a la cabeza, pero no tenemos el tiempo ni la precisión para hacerlo, no soy Cascabel...
Encerrados en el segundo piso, miraron por una ventana comprobando cómo todos los alumnos estaban reunidos en el patio y empezando a ser evacuados.
Pero mientras intentaban mantener un silencio para crear algún plan, una luz roja emanó del bolsillo de Kapkan quien miró alarmado el resultado que mostraba el radar: cuatro artificieros más se encontraban muy cerca de ellos, justo en la zona habitacional.
Y puede que aquello que había dicho le diera la solución para sobrevivir: él no era Cascabel.
Agachó bruscamente a Beth hasta quedar ocultos en un rincón para explicarle el plan en rápidos murmullos nerviosos.
—Beth, presta mucho atención: hay cuatro más en la zona habitacional. No podemos permitirnos eliminarlos por separado porque es completamente imposible. Vamos a matarlos usando su reacción en cadena; el que mueran no significa que la bomba se desactive, los haremos estallar a todos y el detonante es este que nos ha localizado. No tenemos tiempo, pueden distribuirse y perdemos la oportunidad así que necesito que actuemos ya. Voy a necesitar tu ayuda.
Sacó un rectángulo negro de la mochila junto a un pequeño control que entregó a Beth.
—Carga exotérmica Brimstone... será nuestra trampa.
—¿Tiene el rango para que explote un artificiero? —preguntó entre susurros tomando con sumo cuidado el detonador.
—Yo la diseñé, puede hacerlo explotar —afirmó con seguridad antes de explicarle el plan lo mejor que le permitía el tiempo que los atacaba con fiereza.
Una vez colocada la carga en la columna cercana a la entrada de la zona residencial, Kapkan se colocó en la esquina contraria para tener posición para intentar disparar al artificiero quien ya lo había localizado.
Hacerlo correr hacia él fue sencillo, lo difícil era atinar los disparos para que no abriera fuego en su contra.
Al sonar la alarma del localizador, él sonrió con el alivio de que el plan le había funcionado a pesar de que ahora el suicida había sido él.
—¡¡Beth!! —gritó su nombre antes de correr en el último instante hacia el lado izquierdo mientras que la carga no demoró en explotar llevándose al artificiero creando la reacción en cadena de los otros que estaban acercándose.
Los escombros cayeron colapsando una parte del edificio. Los cristales estallaron por completo y varias paredes se deshicieron. La caótica escena sólo tomó como refugiada a Beth, quien se levantó en busca de su compañero teniendo que recorrer tal esenario.
Su corazón parecía estar a punto de estallar por no verlo por ninguna parte. Ignoraba la sangre de los terroristas, sólo estaba buscando la de su amigo.
Pero fue sorprendida al escucharlo toser. Corrió hacia el sonido debido a que su campo de visión era obstruido por el polvo que no se dispersaba. Pero de pronto empezó a escuchar más fuertes los sonidos provenientes de Kapkan a quien vislumbró arrastrándose en el suelo para alejarse de los escombros dejando un rastro de sangre.
Al llegar a su lado lo vio conservar fuerza como para levantarse, pero tras la alegría de verlo vivo volvió a angustiarse por ver lo deplorable que era su condición. Sujetó su cuerpo cuando este perdio fuerza después de escupir sangre que quedó salpicada en la pared blanca.
—Debes irte, corre antes de que el edificio se derrumbe —murmuró apoyándose en ella para mantenerse en pie.
—Acabas de sacrificarte por todos, casi mueres intentando salvarnos... ¿cómo podría dejarte aquí? —murmuró con la voz cada vez más rota.
—¿Crees que estando así consiga salir antes de que el edificio se nos venga encima? —rio con sarcasmo sujetándose con una mano a la pared mientras que con la otra se abrazaba el torso.
Pero entonces Beth tomó aire y lo miró decidida antes de sujetar su brazo y empezar a caminar.
—Mi madre era enfermera militar, me contó de gente que ha sobrevivido en peores condiciones. Reznik, sin ti no me iré de aquí.
Correr sobre los escombros sin caer fue un reto casi imposible. Tuvieron que sortear todos los deshechos y paredes rotas hasta encontrar la salida al exterior, una por la que cruzaron sin pensarlo siquiera.
El colapso del edifico fue inminente, el estruendo captó la atención de la chica quien miró tal horrendo espectáculo paralizada y que al darse cuenta, ya nadie la sujetaba de los brazos.
Quedó sumida en una nube espesa de polvo de la que consiguió salir después de unos minutos casi a ciegas por completo. Una vez fuera miró en todas las direcciones antes de encontrar a Hughes aún intentando correr.
Ella miró por un segundo el huevito hecho de lana que llevaba colgado en el cinturón, aquel que él le había prestado hace horas, lo vio seguir luchando por salir de ahí así que ella corrió detrás suyo para volver a sujetarlo y ayudarlo a escapar.
—¡Reznik!
*** *** ***
"Todos los sistemas se complementan si sabes cómo conectarlos."
Nombre: Hughes Dvořák (Baudet)
Nombre en clave: Kapkan
Lugar de nacimiento: Pilsen, República Checa.
Edad y fecha de nacimiento: 13 de enero de 2002, diecinueve años.
Altura: 1.72 metros
Peso: 62 kilos
Bando: Raimon
Blindaje: 3
Velocidad: 3
Arma principal: Rifle de asalto 556XI
Arma secundaria: Pistola 5.7 USG
Auxiliar: Granada frag
Dispositivo especial con descripción: Carga exotérmica Brimstone. Una especie de carga de demolición capaz de deshacer cualquier tipo de barreras debido a que usa el calor de reacciones químicas de óxido metálico, combustible y aluminio y la explosión debido al C4. Creado por él mismo.
Especialidad y línea de ataque: Especialidad en explosivos, segunda línea de ataque.
Entrenamiento:
—Entrenamiento básico del Raimon superado con 7.3
— Entrenamiento medio del Raimon superado con 8.4
—Graduado del curso de manejo y fabricación avanzada de explosivos con 9.8
—Curso de capacitación en química aún en proceso.
Experiencia importante:
— Servicio y Defensa en la alianza Raimon-Royal Academy (2016-actualidad)
—Desarme de bomba perteneciente al Centro (1 de febrero de 2021)
—Ataque al cuartel B del Centro para evitar contaminación hídrica masiva (12 de febrero de 2021)
—Rescate de internos en los Valles (17 de marzo de 2021)
—Atentado en el Instituto Normal de la Transición (12 de mayo de 2021)
Trasfondo: Nació en una familia humilde cuya economía se basaba en las ganancias de la panadería que llevaba su abuelo junto con sus padres. Creció como un niño normal y feliz hasta los cinco años. Los conflictos raciales en Europa fueronun tema que estuvo latente desde su nacimiento, pero no fue hasta que cumplió ocho, que la situación se agravó en Chequia, fue de los países más atacados. Debido a un bombardeo su casa se incendió y la familia se convirtió en refugiados, pero fueron investigados buscando la mínima mancha en sus orígenes para ser deportados o capturados. Fueron llevados a los campos cuando él tenía nueve años, ahí lo separaron de su madre antes de deportarla a Francia por ser considerada fugitiva. Estuvo casi un año en Neu-Theresienstadt donde fue separado de su padre después de contraer sarna y tiempo después ofrecerse como sujeto de pruebas esperando ser liberado. Gracias a una enfermera que lo cuidaba, se mezcló entre los presos que serían enviados a Japón. Llegó sólo para ser dejado en un barracón junto a varios niños europeos que ya no servirían para experimentar debido a sus condiciones. Ahí conoció a algunos de quienes serían sus compañeros años más tarde, Lucas Skywalk (Glaz) y Douglas McArthur (Mute). Escaparon juntos en la liberación masiva de 2010 donde fue adoptado por Percival Travis, recibió tratamiento y finalmente se unió al Raimon.
Perfil psicológico: Es un chico algo tímido en ocasiones, pero casi siempre se muestra reservado o amigable. No le es difícil hablar con gente mientras se sienta cómodo en el lugar. Muestra un espíritu fuerte pero muy dañado y traumatizado por su cruda e inhumana infancia la cual, después de todo, no consiguió quitarle toda la inocencia ni la creencia en que sigue habiendo cosas buenas en la vida, de hecho, él desea encontrar muchas más cosas buenas en la vida, por diminutas que sean. Valora mucho cosas "simples" como tener dónde dormir, tener ropa, comida, etc. En ocasiones tiene ataques de estrés postraumático que se desatan con factores muy puntuales como estar encerrado o entre muchas personas sin poder irse, pero estos episodios son cada vez menos frecuentes. Se muestra amigable y alegre con casi todos a quienes conoce y le gusta convivir con varias personas a la vez, se integra muy fácilmente en las conversaciones y le encanta relacionarse así con sus compañeros. Al haber vivido tantas situaciones horribles en su infancia tiene una forma muy peculiar de ver el mundo, por ejemplo, no le incomoda pedir ayuda siempre que lo necesite, también es muy expresivo con sus emociones y en especial con el cariño hacia otros, a pesar de este lado tan puro suyo, tiene muchos remordimientos y no siente lástima al matar o atacar a aquellos que hacen daño a los demás.
Relaciones: Ve a Jade Green (Valkyrie) como una hermana mayor o incluso una especie d emadre al igual que Riccardo. Es muy querido por prácticamente todo el bando. Tiene un vínculo muy fuerte con Doug y Lucas ya que se conocieron siendo niños y en condiciones muy duras. Terry Archibald (Sneg) siente mucha admiración y respeto hacia Hughes.
Pareja: Shunsuke Aoyama (Gu).
Aspecto:
Estado: Vivo, activo.
Tema: Žádná Barva (Sin color) - HELL: Survivors OST
Notas:
—Se sabe que la sustancia que fue utilizada en él en los campos pretendía reducir la melanina en su cuerpo pretendiendo aclarar la piel, cabello y ojos. Aunque los resultados fueron los esperados, seguía teniendo muchos efectos secundarios y perjudiciales al cuerpo. Por suerte Hughes se recuperó con el tratamiento adecuado en poco tiempo, pero a pesar del tiempo no puede generar de nuevo pigmento suficiente como para volver a tener el cabello rubio dorado o los ojos de un azul más intenso. El enterarse de que habían creado algo semejante sólo para aclarar los rasgos de las personas le provocó mucho impacto, sintió un verdadero desprecio por ello y se sintió muy mal durante un tiempo.
—Tiene la articulación de la rodilla izquierda dañada debido a una luxación en el campo cuando era niño, fue mal atendida y hasta la fecha sigue teniendo molestia eventualmente. Además, ha vuelto a dislocarse la rodilla dos veces más ya estando en el Raimon.
—En los esporádicos ataques de pánico y estrés postraumático su forma de calmarlos es haciendo ejercicio, usualmente subiendo y bajando las escaleras rápidamente.
—Dio información para el informe T-1945
—A pesar de que haya pasado mucho tiempo desde que se unió al Raimon aún puede hablar checo y entiende el alemán, a pesar del tiempo tampoco ha podido desprenderse de su acento al hablar ayu.
—Desde pequeño está enamorado de Shunsuke y ambos son muy cercanos así que Hughes es de quienes más han estado preocupados y al pendiente de la anorexia de Aoyama, por eso lo ha intentado ayudar muchas veces y se empeña mucho en animarlo a no dejarse vencer y volver a la rutina de no comer.
—Informe por Michael Ballzack (Cascabel)
*** *** ***
¡Este fue otro capítulo más! Wuuuu
Ya salió la diosa Beth ;w; El pobre Hughes casi se nos muere... pero todo fue bien dentro de lo que cabe :^)
Nos vemos el sábado con el siguiente capítulo que viene un poco intensito de una forma algo... peculiar, es algo que no pasó en la primera versión así que para algunos puede que sea sorpresa ;w;
Espero que les haya gustado y nos vemos.
Atsushi~
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