[CAPÍTULO 17]
12/07/2009 | Valle del noroeste, afueras de Inazuma, Japón.
—No te muevas.
La mano de la chica apretaba la boca del niño más pequeño de los dos.
Apenas se atrevían a respirar por el miedo, estaban paralizados y aún querían estarlo más, era un terrible silencio el que inundaba la zona.
Una vez los hombres abrieron la caseta y no encontraron rastro de los niños volvieron a cerrar de un golpe la puerta devolviendo los latidos al corazón de los pequeños.
El menor al poco tiempo de haber sido encerrados en la casa repleta de simple paja apilada y esparcida por el piso en general, se dejó car sobre su hermana sin fuerza alguna. Ella le acarició los cabellos impotente estrechándolo en sus brazos.
—Tranquilo, ya estás fuera, estás fuera, todo va a estar bien —le susurró teniéndolo acostado sobre sus piernas mientras por el otro lado abrazaba a su otro hermano quien tomó la mano del pequeño con una mirada deprimida.
Las esqueléticas facciones del menor estaban peor que la última vez que lo habían visto, sus ojos estaban rojos y sin fortaleza, solo se dejaron cerrados provocando un susto efímero a la muchacha quien juntó su oreja con el pecho del niño.
—Isaac... —murmuró el menor aún consciente aunque sus ojos estuvieran cerrados y el cuerpo sin fuerza.
—Dime —se acercó de manera casi imperceptible debido al temor de causar ruido.
—¿Tengo sangre?
La muchacha acarició el rostro de su pequeño hermano mientras el nombrado empezó a mirarle el cuerpo. Observando las piernas sin carne del niño que se flexionaban juntando las rodillas por la escasa energía, dio con la respuesta al verle los muslos y espalda baja.
—Sí, ¿qué pasó? ¿qué te hicieron? —le apretó la mano poniendo la suya en el coxis del pequeño.
—Estaban quitándome sangre con una manguera —entonces movió su brazo hasta tocar su hombro—, de aquí.
—No te va a pasar nada, te vamos a cuidar, tú lo que tienes que hacer es aguantar, te prometo que te cuidaremos —la mayor le acariciaba los cabellos suplicando que se mantuviera vivo aún por más imposible que parecía ser.
Una pila de heno sorteada con otras más altas fue la cama en que dejaron al menor de los hermanos, un escondite suficientemente bueno para lo que intentarían pasar allí.
Cuando habían quedado un poco más descansados Isaac se acercó al menor para decirle las palabras que lo mantendrían con vida meses después.
—Tienes hambre, te sientes mal, tendrás frío y miedo; pero debes ser fuerte y poder pensar, eres muy listo, piensa rápido y ten planes, no te rindas y piensa en lo que te parezca que te va a mantener vivo, ¿me lo prometes?
El pequeño infante no habría pensado jamás que esa promesa hubiera sido tan cruel de cumplir, que lo hubiera mantenido vivo por tanto tiempo tras aceptar.
La vida del otro se terminó meses después de dicho juramento. Cuando Eva amaneció sin vida en el establo ellos se marcharon de allí estando más vulnerables sin el cuidado de su hermana a quien honraron en la mayor de las miserias una vez partió del mundo.
Cuando el pequeño observó a su hermano por última vez con vida fue cuando este se dispuso a recoger el cadáver de un animal debido a una experiencia tan traumática para el pequeño.
—Isaac... —susurró el menor enroscándose sobre su hermano en lo alto de la litera.
El nombrado sabía perfectamente a qué se debía el temor de su hermano, pero él ya no podía pensar bien, todo era tan horrendo que usualmente tenía ausencias de recuerdos e incluso nociones básicas, pero en situaciones desesperadas sabía dominarse bien aunque estuviera careciendo de consciencia en el momento.
Los niños de otra litera -igualmente hermanos- estaban cayendo ante el deseo de los Vrahovi. Lo más reciente y lo que estaba causando histeria en el pequeño era el escuchar y ver con morbo por el rabillo del ojo la manera en que el pequeño se estaba comiendo la mano de su hermano.
Sus ojos perdidos en la nada regresaron como ya casi no lo hacían una vez sintió cómo Doug lo apretaba con una fuerza casi impensable una vez volvieron a escucharse los gritos del otro niño, de aquel acto que lo confundía más por no saber si estaba en una pesadilla más o no.
—No te asustes, no vamos a acabar así —lo apretó en un abrazo provocando en Doug una ingenia sensación de falsa seguridad—, te conseguiré comida antes de que nos estemos comiendo unos a los otros.
—Tengo hambre... pero no te comería por nada del mundo —negó acurrucado en su hermano dejando unas pocas lágrimas que se bebió por la deshidratación.
—No lo haremos, te lo prometo.
Y de nuevo una promesa se intensificó hasta mantener a ambos con vida.
Unos días después estaban en el exterior de la cabaña al amanecer que había dejado de ser iluminado desde que estuvieron en los Valles, ahora estos eran grises y fríos.
Y el hambre era tan maldita que poco después volvieron a ver cómo otros dos niñitos terminaban por morderse los unos a los otros, y no se detuvieron hasta que uno de los hombres ahí reclusos los separó dándoles un regaño que más bien era una súplica para que no cayeran en ese extremo.
Isaac se llevó a su hermano de allí hasta terminar en una zona cercana a las verjas que los separaban del otro campo donde según se estaba en unas condiciones menos precarias y había más rutas de evacuación ya que allí traían presos de otros países. Era el Valle del Norte.
De nuevo se quedó en blanco sujetando la mano del pequeño, mirando a la nada con perdición hasta que recapacitó dirigiéndose al opuesto en cuchicheos.
—A las once desactivan la electricidad por unos minutos, es nuestra oportunidad de cruzar al otro campo, seguro que allí hay más comida porque mandan prisioneros a los experimentos y...—el menor mostró una cara que quedó más desolada y asustada que todas las que había expresado desde hacía mucho— ¡No! No te van a hacer nada, solo iremos a mezclarnos con los demás y tal vez ahí podamos estar mejor hasta que nos liberen, te prometo que no te van a poner la mano encima nunca más.
Mirando a varias partes sin saber qué responder, finalmente aceptó el plan de Isaac.
La hora llegó, ambos se escabulleron entre la oscuridad pasando por debajo de la cerca a pecho tierra, temiendo por cada movimiento que hacían.
Cuando escucharon que los soldados anunciaban que ya era la hora de poner en marcha la corriente devolviendo la luz al Valle y la electricidad a la verja, el más pequeño apuró el ritmo junto a su hermano hasta que deslizó su pie por debajo de las púas una última vez pudiendo levantarse al fin. Había cruzado.
Cuando iba a caminar junto a su hermano, se dio cuenta de que éste seguía en el suelo un poco atrasado en comparación a él.
—Isaac, ven ya —le susurró arrodillándose.
Miró que el chico se arrastraba por un pájaro muerto que quedó en el suelo, justamente en la parte que la verja de púas separaba los campos. Eran unos cinco metros de alambres y cuerdas que impedían el cruce a los prisioneros ya que era casi imposible que alguien fuera tan pequeño como para cruzar sin ser electrificado o visto por los soldados y si aprovechaba los minutos de falta de energía, no era posible que cruzara tan rápido. No se había contemplado que había niños que aún incluían la lógica en sus planes casi de adultos.
—Déjalo, ven ya... en serio, ya no hay tiempo —cada vez con más desesperación llamó a Isaac quien luchaba por conseguir el animal y luego volver con su hermano—. Isaac, ya, por favor. Ven, ya la van a encender.
El caso omiso era para no distraerse. Sujetó de una pata al animal y comenzó a arrastrarse hacia el otro lado cuando entonces escuchó que ya la encenderían.
—Corre —fue lo único que dijo aún inmóvil antes de empezar a reptar lo más rápido que pudo con su escasa fuerza.
Se acostó pasando la cabeza por debajo de un alambre para estrechar la mano a su hermano queriéndolo ayudar a cruzar, pero sonó el interruptor que fue devolviendo periódicamente la iluminación a ambos campos.
Primero se iluminaron torres en el fondo y poco a poco las más cercanas.
—Corre ahora o todo habrá sido inútil, me prometiste que ibas a ser inteligente —habló aún arrastrándose forzando al menor a huir sin tiempo ya. Y esa fue la última vez que oyó hablar a su hermano, los últimos días estaba ausente cada vez más tiempo, incluso parecía haberlo estado mientras tomaba el animal, pero reaccionó una última vez para mirarlo a los ojos y, sin querer, decirse adiós.
Lanzó al animal que quedó atorado entre los pinchos de la verja. No pasaron ni dos segundos hasta que el niño ya oculto en la oscuridad pudiera presenciar cómo el ave era chamuscada en su totalidad por la corriente, la misma que le arrebató la vida a su hermano entre gritos y ansiosos movimientos sin cautela al querer huir de aquella diminuta prisión que tenía.
Se hizo un ovillo pegado a la torre de vigilancia mientras cubría sus oídos con la mayor efectividad que podía pero aún percibía los crueles gritos de Isaac quien fue visto y delatado por sus voces, los soldados esperaron a que permaneciera sin vida y poder llevárselo a la fosa común.
Fue sacado de los alambres clavando un gancho en su pantorrilla que se unía con una vara de la cual tiraron sin esfuerzo los Vrahovi pudiendo sacarlo de allí y dejar a su hermano sin constancia de él para siempre.
Incluso regresó tiempo después para tomar el pájaro que acabó cocinado por la descarga aún constante. Lo devoró muerto de hambre sin dejar de repetirse a sí mismo lo delicioso que estaba, su carne caliente y quemada era inigualable, ya no recordaba lo que era una comida decente. Chupó el tuétano de los frágiles huesos del ave incluso, no iba a dejar que se desperdiciara la causa de la muerte de su hermano.
Si la última voluntad del chico había sido que actuara con sensatez, él se tomó esas palabras como un juramento a que su muerte no habría sido en vano. Tampoco que solo había sido para mantener vivo al menor, se juró que la muerte se su hermano sería para que él pudiera escapar de ese horrible lugar.
Las primeras palabras que pronunció después de la muerte de Isaac fueron a favor de la voluntad de este, fueron palabras de inteligencia pura que le salvaron la vida con seguridad.
—¿Nombre?
—Isaac McArthur.
Dos palabras de un mocoso que lo llevaron a entablar una conversación con un asesino de sangre fría. Era rara la ocasión en que un prisionero hablaba con un soldado más allá de responder a la pregunta común.
La razón por la que no dejaron pasar por alto su respuesta o fuera maltratado fue la seguridad, la mirada fría y decidida del niño que penetraba al hombre amenazante quien estaba en total ventaja, pero el otro emanaba decisión intimidante hasta para algo que ya no era humano desde hacía años.
—Eres el hermano de la sabandija que se escapó, ¿no? —con un palo alzó la cabeza del pequeño esperando que sus ojos huyeran por miedo pero estos atacaron firmemente a los del hombre causándole desconcierto por instantes— ¿Dónde está tu hermano?
—Doug murió hace meses, lo electrocutaron —era mentira el decir que había dudado en su respuesta, estaba tan seguro como si afirmara la realidad.
—Te pareces mucho a Douglas, ¿no? —jugueteó con su rostro moviéndolo de un lado a otro sin obtener más que frías y seguras respuestas.
—Éramos gemelos.
—Entonces ¿por qué no los llevaron juntos a los experimentos?
Una sonrisa de maldad se estaba formando en el hombre al poder llegar a desenvolver una mentira en la que el niño se protegía.
—Porque tengo sarna, dijeron que no servía para experimentar y mucho menos para probar los efectos —ante la respuesta fríamente lógica del niño, este fue soltado para poder mirar intimidando una última vez a los ojos de aquel monstruo imponente ante él—. Yo no soy Douglas.
Ante ese veredicto, simplemente se le propinó un fuerte empujón llevándolo a la zona donde lo clasificaban como "enfermo" para no poder experimentar con él así que fue tirado a su suerte una vez más, únicamente que en un campo menos salvaje que el anterior. Se debía a que el tamaño era más reducido.
Las cabañas estaban ocupadas por gente extranjera que habían sido experimentada ya, estaban abandonados para morir.
Ya que el niño tomó como refugio un punto ciego cercano a una de las cabañas, siguió su juramento personal de no volver a temer por ver a un niño comerse a otro por hambre incontrolada. Eso lo movió a recolectar todo tipo de alimento del que tomaba una porción para sí mismo y el resto lo arrojaba al interior de la caseta para que al día siguiente ya hubiera sido devorado.
Alemanes, polacos, ucranianos, rusos, checos, serbios, croatas... allí había niños de su edad encerrados y sólo comían lo que él les arrojaba aún pudiendo quedárselo para él solo. No sabía quienes eran, no conocía sus nombres, únicamente sabía que eran humanos que ya habrían muerto de no ser por él.
Ignoraba que habían sufrido lo mismo que él, que llevaban largo tiempo allí presos, desconocía incluso que el moribundo checo de la cabaña terminaría siendo su compañero y que uno de los alemanes formaría parte de un bando aliado... simplemente deseaba sobrevivir con ellos. Ya no quería ver a nadie morir, ya estaba cansado de la muerte.
Incluso una noche de verano, a finales de junio él se recargó en la cabaña hablando a los de dentro sin ser entendido, tan solo contaba a sus amigos las penas que lo consumían por demasiadas calamidades sufridas. Los consideraba sus amigos aunque no supiera ni sus nombres, simplemente se tenían los unos a los otros y eso ya era una amistad más fuerte que cualquiera.
—¿Sabes? Hoy cumplí diez años... antes en mis cumpleaños estaba con mis hermanos, comíamos pastel y mi madre me regalaba algún juguete. Hace dos años que no veo a mamá, la extraño mucho. ¿Tu mamá donde está? —murmuró contra la madera sintiendo la respiración del niño al otro lado de ella quien lo escuchaba aún sin entender.
Lo oyó tomar aire para empezar a hablar y esta vez él escuchó las desconocidas palabras del opuesto quien demostraba el mismo sufrimiento y desolación.
Aquellas conversaciones se frecuentaron hasta el día en que se agachó para gritarles que se fueran con él, que salieran y corrieran.
Salieron del Valle tomados de la mano Lucas, Hughes y él hasta que Travis los encontró y pudieron ir al hospital donde los atendieron. Estuvo unos días en un coma inducido debido a los severos problemas en su hígado que consiguieron tratar.
Aunque Doug no comprendiera nada del pensamiento de Travis, simplemente le agradecía todos los días. Ya no tenía vivir fingiendo ser su hermano y que él había muerto. No tenía ningún hermano gemelo, Isaac tenía trece años y él diez, tan solo usó la inteligencia y el desinterés de los Vrahovi hacia ellos para poder sobrevivir, era una astucia desarrollada en la dificultad.
Mientras que Travis le enseñaba Ayu al niño de cabello blanco y ojos sin color, él recibía la ayuda del mismo hombre para volver a caminar. Llevaba dos semanas en un coma, su cuerpo estaba demasiado débil y debía aprender todo de nuevo y le tomó un tiempo. Hughes fue llevado antes al Raimon y luego él se incorporó pudiendo reencontrarse finalmente con su hermana menor, Sara.
No pudo imaginar que ese lugar terminaría por convertirse en su verdadero hogar, el único lugar en que había sentido la felicidad y la seguridad casi por completo, un sitio del que le costaría demasiado marcharse.
(17/03/2021 | Valle del norte, afueras de Inazuma, Japón)
—Está tan vacío que cuesta creer que es lo mismo, ¿no? —dijo en voz baja mirando al cielo gris y desolado mientras que su dedo reposaba en el gatillo de la peligrosa arma que estaba bajo su total domino.
—Sigue estando frío, pero no tanto. Ahora somos superiores, ahora tenemos chaquetas... ahora entiendo lo que me dices —le respondió el chico al otro lado de la madera—. ¿Crees que Glaz soportaría estar aquí? ¿Aquí dentro conmigo?
—No lo sé... yo vomité un par de veces en la noche por venir, apenas puedo mantenerme aquí, ¿tú?
—Es demasiado... Me intento calmar pero mi mente acuerda de todos los cadáveres, del frío y de los monstruos: también me cuesta mucho.
De nuevo los separaba una madera, simples tablas eran la barrera que los mantenía alejados, solo que ésta vez voluntariamente, querían superar aquel trauma de pensar simplemente en aquellos años oscuros de su infancia destruida.
Habían pasado nueve años pero seguían con un odio encarnado hacia esos campos de concentración donde habían perdido tantas cosas que ni siquiera sabían cómo vivían ahora.
—Hugh.
—Sí.
—Me alegra haberte conocido desde hace tanto, fuiste mi primer amigo, ¿sabes?
El nombrado sonrió entre un sentimiento de empezar a calmarse respecto al pavor que le causaba aquella caseta donde permaneció meses encerrado.
—Igual lo fuiste, nos salvaste. Sabes que siempre te lo voy a agradecer.
El motivo de que aquel campo haya sido abandonado era la construcción de mejores Valles en zonas menos accesibles para los rebeldes. El Segundo Valle del Norte se había convertido en un simple campo de tránsito utilizado para colocar en su respectivo Valle a los extranjeros y prisioneros nuevos, eran ocupadas únicamente las oficinas.
Entonces sonó la voz de su líder avisando de que estaba todo despejado, que irían a atacar las casetas de una vez por todas antes de que fuera demasiado tarde. Aceptaron echando un último suspiro en esas condiciones para levantarse y andar de camino a las casetas con el resto.
Estaban reclutados para esa misión varios miembros del Raimon así como de la Cala Pirata y del Vía Láctea además de otros soldados enviados desde la Rebeldía.
Ya en las cabañas de madera rastrearon las zonas donde podrían tener a los presos que habían traído desde Europa como bien les habían indicado antes de la misión.
Los rebeldes tenían el perímetro controlado gracias a que Joujou y Genji estaban trabajando juntos y coordinando sus capacidades para tener consciencia de prácticamente todo lo que sucedía en los alrededores.
—Dentro —susurró Vigil mientras caminaba con sus insonoros pasos por el pasillo cercano a la entrada.
Pistola en mano recorrió los pasillos siguiendo las voces y luces que provenían de uno de los cuartos donde parecían tener a los chicos capturados.
Afirmó tener la posición de uno de los chicos al pararse junto al cuarto donde uno de ellos gritaba en un idioma extranjero mientras le hablaban en ayu.
Marcó el objetivo en el mapa virtual antes de dirigirse a través del pasillo hasta dar con otro cuarto habitado donde las palabras extranjeras eran súplicas volviéndose sumisas.
Al tener ambos lugares marcados, aguardó porque el resto bajara para empezar el ataque. Se levantó un poco asomando los ojos por el cristal de la puerta pudiendo observar cómo por más que quería resistirse, el chico había sido tomado a la fuerza por dos militares quienes lo sujetaron de los brazos alzándolo hasta que su pierna estuviera accesible para el tercer hombre colocado en una mesa.
Este último le arrebató los anteojos dejándolos en una caja repleta de estos antes de hacer lo mismo con sus zapatos para alzar su pantalón hasta la rodilla, tomar una especie de pluma estilográfica y dirigirla hacia la pantorrilla.
Los cristalinos ojos de Vigil apenas permanecieron dentro de sus cuencas, pensó por unos momentos en Doug y Hughes, lo mucho que los humillaban y lastimaban moralmente aquellos números que tenían tatuados en la pierna y el otro en el brazo. No podría dormir tranquilo si permitía que a ese chico le marcaran la piel de igual manera pudiendo haberlo evitado.
Se levantó y con un rápido y fijo movimiento disparó una bala callada por el silenciador a través del vidrio impactando contra la sien del sujeto con la aguja en mano.
De un golpe fuerte rompió la ventana. Apoyando su mano protegida por un guante militar en el marco de donde se encontraba el cristal, saltó pasando sus piernas ágilmente hasta el interior del cuarto apuntando por instinto a las cabezas de los otros dos quienes habían soltado al chico dejándolo caer al suelo mientras gritaba por el susto del disparo.
Confirmó que el despacho había quedado libre de enemigos, sólo estaban el chico y él.
—Valkyrie, yo sacaré al chico, lo llevaré con Pendragón fuera, si me necesitan volveré una vez esté a salvo, ¿sí? —habló en voz baja por el micrófono recibiendo la aprobación de la líder.
Asintió cortando la comunicación para entonces fijarse en el muchacho, estaba paralizado de miedo por completo, lo observaba sin saber si agradecerle o suplicarle que no lo asesinara.
—Hey, everything is okay, I'm gonna take you out of here, yes? —intentó comunicarse por el inglés ya que lo escuchó hablar otro idioma, tal vez lo entendería.
El chico asintió aún sin poder reaccionar bien. Pero se confió un poco más cuando García le tendió la mano para levantarlo.
—Uh, wait —Gabi avanzó en cuclillas hasta la caja donde tomó los zapatos que parecían haber sido arrojados con más novedad y a la vez buscó los anteojos que cumplieran las mismas características para entregárselos—. It's yours, right?
—Th-thank you —asintió recibiendo los objetos para colocárselos con el mensaje de Gabriel de que no se presionara tanto.
—Joujou, Genji, ¿tengo perímetro libre si salimos por esta ventana? —volvió a susurrar poniéndose delante del chico apuntando a la ventana de la puerta por si llegaba alguien.
La chica abrió las cámaras para confirmarle que no tenía más enemigos identificados por el momento en esa zona, que según el dron aéreo de Genju, tenía libre hasta la salida, aún el campo vecino no había sido avisado de su ataque, de hecho los pocos presentes en ese campo no habían notado la invasión: los disparos habían sido sigilosos y los gritos del otro muchacho los opacaban por completo.
—Vigil, coge todos los documentos que puedas del chico, no debe quedar nada de él y si encuentras alguna otra información, cógela pero no te expongas, ¿entendido? —esta vez fue Genji quien le dio la advertencia de que no dejara constancia del otro.
—Entendido. Here —se volteó a su acompañante para entregarle su pistola con silenciador—, take this, I'm gonna take all your documents for security, I need you to cover me, okay? I trust you.
El opuesto la recibió asintiendo con responsabilidad. Se colocó con una rodilla sobre el suelo y la pistola apuntando hacia la ventana con precisión.
Vigil confiaba en que no le dispararía a él, pero temía que fuera suficientemente descuidado como para no apuntar bien y fallar el objetivo que atacaría a Gabriel, pero al verlo en tal posición se dio cuenta de que podía confiar en él y tomar la documentación lo más rápido posible, se veía seguro en lo que hacía.
Tomó sus papeles, su pasaporte y demás documentos que contenían sus datos, bueno, los reunió y confirmó el nombre antes de llevárselos junto a unas hojas con listas que no tuvo tiempo de mirar.
—Zippy Lerner?
—Ja —asintió mirándolo un segundo antes de volver la mirada a su área de cuidado.
—German?
—Dutch.
Le causó una curiosidad e ilusión extraña el escucharlo decir eso, sentía ganas de conocerlo aunque sabía que este no era el momento apropiado.
Tomó la otra arma que llevaba en el bolsillo del pantalón para cubrir esta vez al chico y poderle explicar lo que haría.
—When I count to three, you're gonna open the window and jump through it, then you need to cover the zone for a few seconds 'till I jump too, then we're gonna run to the vehicle, just follow me, run as fast as you can and take a look to the perimeter.
El chico inició su cuenta haciéndolo saltar a través de la ventana para hacer lo mismo y quedar fuera de la caseta tan larga.
Dio una revisión al perímetro antes de empezar a correr dando una orden al chico de hacerlo.
—Joujou, avísame de todo lo que pueda pasar.
Ya habían corrido casi la mitad de lo que necesitaban, pero entonces le llegó una noticia que no lo tranquilizó precisamente.
Doug y Riccardo habían sacado también al otro chico y los cinco estaban corriendo hacia el mismo lugar: la salida hacia el vehículo. Pero por su parte se había detectado a una patrulla que se acercaba directamente a ellos desde la otra mitad del campo.
—Joujou, no podemos llegar, ellos casi están en la salida, aunque Hughes active los explosivos de la entrada nosotros no podremos salir antes de que nos capturen otros —decía Riccardo mientras tomaba por el brazo al chico que habían rescatado.
—¡Salgan por la verja! Intentaré anular la corriente por unos segundos, deben ser rápidos —respondió ella igualmente alterada intentando buscar una forma de desactivar la electricidad por medio de su aparato especial—. Vayan justo a la sección de reja que tienen a la derecha, acérquense a ella rápido, la voy a neutralizar por diez segundos o más.
—¿¡Qué!? ¡No, Joujou, no! —fue Doug quien se interpuso a las órdenes de Maxine.
—Lo siento... es la única opción, todo va a salir bien.
Sintió su corazón latir con fuerza, cómo el pánico le empezaba a recorrer cada músculo poco a poco y en segundos hasta sus piernas temblaban aunque se forzara por seguir corriendo.
Una vez llegaron, ella les dio el momento exacto en que desactivó la electricidad.
Iban a tener que cruzar tres metros de alambre electrificado en menos de diez segundos, los soldados estaban muy cerca ya, tenían el tiempo justo para ponerse a cubierto antes de ser acribillados. Ahora no había disparos ya que querían conseguir distancia recortada para fallar menos tiros y causar menos conmoción a los presos de los campos cercanos.
Casi había desaparecido de la mente de Mute el miedo de cruzar por debajo estando el último, quería centrarse en levantarse rápido y huir con el resto, pero entonces una de las púas se le atascó en el pantalón.
Sin tener tiempo para asustarse se convirtió de nuevo en el frío y calculador Mute, el asesino de la Periferia que lo último que dejaba ver a sus víctimas era la luz que los cegaba por completo y jamás recuperaban la visión.
Teniendo la espalda en la mira de uno de uno de los solados, se retorció sacando su cuchillo del botín a la par que gritaba al resto que se alejasen rápido siendo obedecido para después cortar una parte de la rodilla de su pantalón y arrastrarse hasta donde estaban los demás.
Pero al resbalar sus piernas por debajo de los alambres tan solo recibió un destello que lo dejó sordo tirándolo al suelo sin haberse podido levantar del todo antes.
En segundos volvió a abrir los ojos para apreciar que eso había sido una granada, no una granada cualquiera, una granada frag y aturdidora creada nada más y nada menos que por el número 6728, Hughes Dvořák.
Una vez recuperó su vista centrada así como el oído, vio cómo los remataba desde el techo del barracón donde ellos se escondían hace años.
Pero se acercaban varios soldados más, en ese momento sólo sintió aquella sed insaciable de venganza arderle en las venas.
—¡Kapkan, Candela, cúbrete! —le avisó por el audífono viéndolo hacerse un ovillo en la parte del tejado que lo protegía para que Doug arrojara su granada altamente cegadora y poco después huyera viendo cómo Hugh ya se había levantado a disparar desde el techo mientras que desde una torre de vigilancia -tras la que se había escondido el día de la muerte de Isaac- se alzaba la metralleta en torre de Overlord que aniquilaba también a los soldados que habían sido emboscados.
Una torreta por un lado, minas a su espalda, de frente tenían un chico con resentimientos por toda el alma que disparaba y estaba armado con todo tipo de granadas, y por el otro lado estaba el resto de la caballería; era imposible que sobrevivieran.
—Pobres desgraciados —se burló Mute antes de seguir corriendo hacia el vehículo que Vladimir había dejado a una distancia considerable para no estar en peligro de quedarse sin vías de escape, todos los miembros de los Caballeros Templarios estaban al cargo de proteger los vehículos en los que habían traído a la resistencia del sur y sus aliados del oeste.
—¡Exfiltración, ahora! —ordenó Valkyrie corriendo junto a Maxine y Eugene hacia el mismo lugar por donde habían escapado sus compañeros, sólo que ahora, al tener menos presión debido a que ya no había soldados en la zona, pudieron salir por la reja principal y no hubo necesidad de reptar por debajo de la alambrada.
—¡Nos vamos! —ordenó Frey a sus dos compañeras.
—Okay, debemos deshacernos de ellos para poder tener vía libre —respondió Sara volviendo a, literalmente aquella trinchera en la que estaban.
En la zona de carga había un escuadrón de soldados que no habían caído en la emboscada, por eso mismo ahora ellos ya llevaban un buen rato en aquel tiroteo tratando de hacer tiempo y no destrozar completamente la zona hasta que todos los demás salieran. Los enemigos se cubrían detrás de una camioneta mientras que ellos sólo tenían como fuerte una caseta de madera, pero justo detrás de ella había un surco en la tierra, de no ser por ella, todas aquellas balas que atravesaban la caseta ya los habrían alcanzado.
Mucho se temían que aquella trinchera había sido una especie de fosa común o incluso canal de aguas negras cuando el campo estaba activo, ahora era un simple surco en la tierra, pero a veces Sara no evitaba pensar en lo que había pasado allí antes de que ellos estuvieran allí.
Ella jamás había estado en los Valles, pero les guardaba aquel profundo odio como su hermano, allí había perdido a su familia, y aunque no hubiera sido así, no había perdón por provocar tales crueldades. Doug le había contado que poco antes de que escaparan, hubo brotes de cólera en el Valle, y sabiendo que esta enfermedad se produce al ingerir aguas negras infectadas, mucho se temía que su actual trinchera algún día había sido la fuente de una pequeña epidemia.
—Nemesi, vamos a cubrirte, sal cuando empecemos a disparar y ve hacia la salida, nosotros iremos después —ordenó Alicia tirando el cargador vacío de su arma al suelo y cambiándolo por uno de los pocos nuevos que aún tenía.
—De acuerdo —asintió sin rechistar, sabía que aunque ella quería ayudar hasta el final, en ocasiones insistir en apoyar directamente sólo causaba más problemas. Riker y Carrascosa eran mayores que ella, y más que tomarse aquel trato especial como un insulto o forma de llamarla débil, apreciaba que se preocuparan por ella y no les causaría complicaciones, había aprendido cuándo realmente la infravaloraban y cuando simplemente querían protegerla.
Mientras Alicia preparaba su ametralladora, Riker tomaba unos de los dardos que llevaba en el cinturón y se preparaba.
—¡Ahora! —ordenó Zaphod asomando únicamente su mano para lanzar el dardo lo más lejos posible consiguiendo que se clavara en el suelo. Mientras tanto, Sara huía corriendo hacia la entrada del Valle donde se encontró con Davy y Crusoe quienes bajaban de la caseta de vigilancia para salir también, y Alicia se encargaba de disparar hacia el frente.
Una vez el dardo estalló siendo una especie de mina portátil, Alicia dejó de disparar y tomó su revólver saliendo de la trinchera en la misma dirección que Sara mientras Riker lo hacía hacia el frente, y cubierto por el polvo de la explosión y rezando porque no dispararan donde él estaba, se acercó unos metros más para lanzar el siguiente dardo a la camioneta.
Se dio por satisfecho cuando escuchó cómo se rompía la ventana con el dardo, cambió la dirección de inmediato y saltó el surco siendo ayudado por Alicia para luego ambos correr junto a su compañera dejando atrás la explosión del vehículo que, seguramente se había llevado también a varios de sus enemigos.
Una vez se reencontraron todos, se distribuyeron en varios vehículos y tomaron rumbo a sus cuarteles respectivos. La Cala Pirata decidió que se llevaría a los recién rescatados hasta que recibieran papeles legales por parte de la Rebeldía y fuera decidido qué harían con ellos.
Los miembros del Raimon iban con Crusoe y Jones en el vehículo manejado por Pendragón, así que la primera parada fue la entrada a la zona rebelde del sur, aquella zona llena de vegetación que delimitaba el área rebelde e incluso las afueras del Myr. Jade bajó una vez llegaron para hablar con Jones y confirmar aquellas "vacaciones" que tomarían con la excusa de llevar suministros a la Cala Pirata, por suerte, Jones le aseguró que todo iba bien y que así se haría.
Pero ese momento no había sido tan tranquilo y precioso para todos, en especial no lo había sido para sus aliados de la Royal Academy.
—¿¡Se puede saber quién les dio permiso para utilizar esto!?
Así fue como Tracker entró al cuartel en la tan esperada visita de los superiores: gritando realmente enojado y sosteniendo un cartucho en alto. Detrás de él venía su segundo superior al mando, Joseph King, quien igualmente lucía molesto pero no tan alterado.
La mayoría estaban en la sala esperando para recibirlos, así que recibir aquel regaño tan repentino les vino como un shock completo, no sabían qué hacer, ni siquiera sabían qué había pasado, o al menos no todos.
—¡Remington! ¿¡Eres consciente de lo que contiene esto!? —se aproximó a él mientras le enseñaba el frasco ahora vacío— ¿De dónde lo conseguiste? ¿¡Eh!?
—Weiss lo tenía —respondió como si nada simplemente mirándolo con los brazos cruzados.
—Porque Weiss es la única que tiene acceso, yo mismo se lo entregué para que lo guardara y no pudiera ser usado por nadie. Uta, ¿tú se lo diste?
La chica observó el frasco identificando la sustancia con tan solo echar un vistazo. Sus ojos se sorprendieron y negando con la cabeza repetidas veces tartamudeó.
—¡Claro que no se lo he dado, todos los tengo guardados!
En eso, King tomó el cartucho de la mano de Samford y se acercó a ellos empezando a verse aún más intimidante por culpa de aquella apariencia neutra.
—Esto contenía una sustancia prohibida que solo la Royal Academy posee, en situaciones normales su prohibición debería ser motivo de sobra para que no la usaran pero ya veo que este no es el caso. El elixir prohibido así como el néctar de los dioses son sustancias que se han prohibido por las causas que conllevan. Al inyectarse esto, se están metiendo en torrente sanguíneo más de seis mililitros de sustancia, tres disparos y es cuestión de suerte si sus órganos no colapsan, es cosa de suerte si viven o mueren.
—¡Son funcionales! —protestó Remington.
—¿¡Perdona!? —Samford volteó a verlo mientras su único ojo visible se encendía en furia— La libertad de movimiento que ofrece ese líquido es antinatural, altera el cuerpo demasiado. El segundo disparo provoca desgarres musculares, esguinces y torceduras al rededor de todo el cuerpo. Después del tercer disparo el mínimo golpe o movimiento brusco causa fracturas serias e incluso una parálisis temporal o permanente. ¿De verdad tienen tan poca cabeza como para pensar que vale la pena?
—¡No teníamos otra opción! —otra chica se puso a la defensiva apoyando a Remington.
—Tenían cientos de opciones, Ethans —la miró fijamente Samford antes de seguir discutiendo con ellos un rato hasta que se hartó y les lanzó el cartucho vacío—. Miren, legalmente estoy muerto, soy un ex-miembro de la Royal Academy y todos aquí ya son mayores de edad, no tengo responsabilidad sobre ustedes. Si quieren morir desangrados por dentro, con sobredosis o de alguna forma estúpida, a mí no me importa. No pienso estar discutiendo con ustedes pero tampoco voy a traer cuerpos moribundos que necesiten milagros. Sólo les dejo la advertencia, hagan lo que quieran. Weiss, tienes permiso para entregar las cápsulas en la dosis que sea a quien las quiera, ya no voy a perder el tiempo cuidando a unos mocosos imbéciles.
Simplemente se dio la vuelta en dirección al pasillo opuesto y se perdió en él.
Quienes habían reprochado ante las órdenes y explicaciones de los mentores, se marcharon de la sala casi al mismo tiempo que Samford mientras que el resto de los miembros seguían conmocionados por lo que había pasado: las contestaciones al superior, los regaños y advertencias que habían dado, pero sobre todo estaban desconcertados por lo que habían hecho sus compañeros. Ahora en la sala sólo quedaban Preston, Uta, Alistair, Lucien, Aitor, Yale, Sakura, Columbia, Harvard y Wales además de King.
—¿Qué sucedió? —tartamudeó Lucian observando a King.
—Remington y unos cuantos más usaron el elixir prohibido, Samford encontró los cartuchos en el escenario de la escaramuza —suspiró aún molesto mientras se sentaba en el sofá quitándose la chaqueta—. Es una sustancia que agiliza los músculos y las articulaciones de todo el cuerpo por un corto tiempo pero los efectos que deja son graves sin contar el intenso dolor en todos los músculos. Fue prohibida poco después de que se creó, fue sustituida por la epinefrina concentrada en disparos; pierde efecto pero es muy eficiente y no deja daños al usuario a no ser que se use con una sobredosis intencionada.
Lo que Uta no paraba de meditar era cómo había podido conseguirlas, ella las tenía en una caja fuerte que solo ella y los mentores podían abrir. Era probable que las hubieran conseguido de algún contrabando pero tampoco se explicaba cómo habían salido de la Royal Academy aquellos cartuchos.
—A Samford ya le da igual lo que le pase a Remington y varios otros, ya han hecho demasiado como para que nos estemos preocupando por ellos, pero aún tenemos miedo por ustedes: si se les hubiera pasado por la cabeza forzarlos a usar el elixir, muchos de ustedes ya estarían en el hospital.
—Yo me responsabilizo de que ninguno de nosotros use el elixir—se puso de pie Princeton.
—Confío en que ustedes no lo harán. A este punto son ustedes la verdadera Royal Academy, sé que van a dejar en alto el nombre de nuestro bando —consiguió una sonrisa tenue mirándolos.
Los que permanecían en el salón eran el grupo que aún apoyaba a Preston, que se ceñían a las reglas de la Royal Academy y que intentaban seguir las instrucciones beneficiando a la Rebeldía, pero la otra mitad se centraba en separarse lo más posible de los rebeldes y de la Royal Academy, querían formar su propio bando pero sin separarse de la Royal por los beneficios y protección que les ofrecían, pero realemnte sólo conseguían que el bando se fragmentara cada vez más.
King recibió la lata de cerveza que le ofreció Columbia intentando que se calmara un poco.
—Ya saben todo lo que pasó por dejarnos llevar por el odio del momento, actuar estando furioso sólo provoca más daños a la larga. Cuando el Zeus casi destruye la Royal y Jude Sharp se fue al Raimon, nosotros nos sentimos traicionados sin darle la mínima oportunidad a Jude para que se explicara, por eso empezamos a planear el ataque al Raimon. Queríamos tanto ganar por nuestro orgullo y venganza que varios utilizamos el elixir. Estábamos tan sedientos de venganza que no nos importó el hacernos daño. Samford fue el más afectado, usó tres disparos, yo sólo uno, pero habíamos concentrado una cápsula y media en cada cartucho. Fue realmente un milagro que Samford sobreviviera, fue como si se hubiera inyectado cuatro cartuchos y medio. Quedó tan grave que lo declararon muerto ante el Centro por su propio bien y fue enviado a la Rebeldía donde lo atendieron. Poco después fue cuando se hizo la alianza Raimon-Royal Academy y también cuando Stonewall se fue de la Royal.
Pocas veces les contaba sobre ese episodio de la historia de su bando, todos lo sabían porque había sido Jude Sharp quien les había explicado todo aquello a quienes no lo habían vivido siendo pequeños, pero casi nunca recibían información directa de Samford o King.
*** *** ***
"Cada lágrima es un recuerdo y cada cicatriz es una victoria."
Nombre: Zaphod Riker
Nombre en clave: Frey
Lugar de nacimiento: Akita, Akita, Japón.
Edad y Fecha de nacimiento: 19 de marzo de 1998, 22 años.
Altura: 1.70 m
Peso: 63 kg
Bando: Vía Láctea
Blindaje: 3
Velocidad: 3
Arma principal: Para-308, rifle de asalto.
Arma secundaria: SPSMG9, subametralladora.
Auxiliar: Granada cegadora.
Dispositivo especial con descripción: Dardos explosivos. Dardos manuales cargados con un pequeño explosivo creado a base de C4, estos se activan al pulsar un botón y el dardo estalla tres segundos después de que la punta roce alguna superficie una vez activado.
Especialidad y línea de ataque: Ataque táctico o defensa agresiva.
Entrenamiento:
—Programa de cadetes del Centro (11-14 años)
—Entrenamiento básico y profesional del Vía Láctea aprobado con 8.7.
—Último año en el curso de capacitación rebelde de arquitectura.
Experiencia importante:
—Protección de la fortaleza este del Centro (2012)
—Ataque al cuartel B del Centro para evitar contaminación hídrica masiva (12 de febrero de 2021)
—Defensa de la zona suroeste de la Periferia (2018)
—Rescate de internos en los Valles (17 de marzo de 2021)
Trasfondo: Nació en la capital de la región de Akita, sus dos padres trabajaba en una de las tantas refinerías de petróleo de la zona, esto les permitía tener una vida decente, pero al encontrarse en una de las zonas más conflictivas de Japón por los intentos del Centro para tomar Hokkaido, pronto inició el reclutamiento forzoso de niños de la zona, Zaphod tenía once años cuando fue llevado al Centro como cadete e integrado en el programa correspondiente. Sobrevivió a las pruebas de "selección natural" del primer mes (se tenía a los niños en condiciones deplorables por días y quienes sobrevivían eran integrados oficialmente en el programa) y empezó su entrenamiento. Llamó la atención su facilidad para adaptarse al medio, y poder sacar ventaja de ello. Cuando sucedió el ataque a la fortaleza este del Centro, los escuadrones de élite fueron enviados a la zona conflictiva mientras que los escuadrones menores fueron mandados a la zona periférica para tener asegurada la defensa de la fortaleza, y el grupo de cadetes en el que Riker se encontraba fue enviado allí, se podía predecir el fracaso de esta misión ya que varios niños escaparon, murieron o no cumplieron su cometido por miedo del primer combate real al que se enfrentaban. Zaphod recibió un disparo en el abdomen y dos de sus compañeros se lo llevaron hacia el bosque de Eastwood donde fue entregado a Hans Sleight pidiendo que se lo llevara, ellos regresaron en vez de huir, muy seguramente por miedo de ser capturados o castigados. Fue llevado al hospital de la Rebeldía y después de responsabilizarme legalmente de él, se unió al Vía Láctea con un fuerte sentimiento de impotencia y venganza hacia el Centro, principalmente quería salvar a otros niños que sufrieron lo mismo que él.
Perfil psicológico: Zaphod es un chico bastante alegre y abierto a nuevas personas, tiene mucha confianza en sí mismo y casi siempre hay presente una sonrisa en su rostro que intenta contagiar a los demás. Le gusta superar todos los problemas y traumas causados por la guerra mediante el humor y las bromas, es el foco del ánimo en el Vía Láctea y siempre se nota su ausencia y no sólo por el silencio y ausencia de gritos. Es alguien sensible y no le importa expresar sus emociones, de hecho odia que esto no se haga, considera que la única y verdadera forma de abrirse a alguien es mostrándole tus sentimientos. Tampoco siente que deba esconder muchas cosas suyas así que le es fácil hablar sobre su pasado incluyendo temas delicados como el del disparo que le dejó una cicatriz o aquella rabia hacia el Centro y ganas imperiosas de volver a ver sus compañeros. Debido a esta gran facilidad suya por compartir experiencias, su privacidad es algo sagrado, las escasas veces que la exige son por cosas tan íntimas que no comparte con absolutamente nadie, prácticamente sólo son sus pensamientos más ocultos.
Relaciones: Se lleva muy bien con todo el bando y con prácticamente todos los rebeldes. Ha tenido ciertos roces con Riccardo di Rigo (Virtuoso), y Rex Remington (Raven), pero no es alguien rencoroso así que no les da importancia e intenta llevarse cordialmente con todos. Tiene una relación especialmente fuerte con Jean-Luc Janeway (Herse), Lucas Skywalk (Glaz) y Octavia Carrascosa (Requiem)
Pareja: Ninguna.
Aspecto:
Estado: Vivo, activo.
Tema: Runaway — Aurora (Take me home — HELL: Coliseum OST)
Notas:
—Durante su estancia en el Centro fue compañero de Bae Kwan Kim (Aphrodi), aunque este era un rango superior a él, entrenaron mucho tiempo juntos. Gracias a él pudo mantener el contacto con otro de sus compañeros más queridos, Namazuo Mirzayeva, aunque no se ha encontrado información suya, él sigue manteniendo contacto con él y más de una vez, mediante la ayuda y conexiones de Neil Turner (Ripper) ha conseguido ayudar a dar información a la Rebeldía para prevenir ataques o conocer estrategias. A pesar de lo cercanos que parecen ser Namazuo y él, no se han vuelto a ver desde el accidente cuando eran niños.
—No importa qué tan temprano sea una misión o qué tan poco haya dormido, no va a salir del cuartel sin haberse maquillado por lo menos las pestañas y los labios.
—Suele retarse a competencias con Octavia Carrascosa, a quien considera su mejor amiga y más de una vez ha llegado al rescate en el último momento para ayudarla a arreglarse cuando va a alguna cita con Victor Blade.
—Se suele dedicar a avanzar lo máximo posible en su carrera, le emociona estar a punto de terminarla al fin.
—Desde pequeño le han gustado mucho los animales, especialmente las aves y algún día quisiera poder ver muchas de ellas de nuevo. En Akita había algunas aves pero no tantas como hace años debido a la industria del petróleo de la zona, y desde que llegó a Inazuma tampoco es que haya podido ver grandes variedades de pájaros.
—En su tiempo libre se dedica al drag, le gusta mucho maquillarse y colocarse distintos atuendos con los que suele pasearse por el cuartel al no poder salir con libertad sin llevar ropa adecuada para combatir, e incluso alguna vez se organizó un pequeño desfile en el casino del Espejismo, evidentemente fue el primero en anotarse. Otros de sus pasatiempos son bailar, coser y cocinar.
—Aunque lleva un uniforme práctico y adecuado para el combate, él lo retocó convirtiéndole en un traje digno de admirar sin dejar de ser muy eficiente y cómodo para el combate, y curiosamente lo ayuda a camuflarse bastante, consiguió decorarlo usando colores oscuros únicamente que lo ayudan a no llamar la atención si esto es necesario.
—Su apodo, Frey, viene por el dios nórdico de la lluvia, la fertilidad y el sol naciente. Lo asocia mucho con su peculiar expresión de género ya que, con tan sólo añadir una "a" este se convierte en el nombre de Freya, una de las diosas nórdicas más importantes (diosa del amor, belleza y fertilidad).
—Muchas veces Jean-Luc Janeway le hace sesiones de fotos con el maquillaje y atuendos, así ambos se entretienen combinando sus pasatiempos. Ellos se llevan muy bien e incluso hubo un tiempo en el que estuvieron juntos pero no funcionó y ahora simplemente son buenos amigos.
—Informe por Deanna Tam (Diana).
*** *** ***
¡Hola a todos!
Este fue el capítulo de hoy, espero que les haya gustado.
De nuevo pudimos ver el pasado de nuestro querido Doug UnU Pero para compensar la desgracia, al fin se presentó bien nuestro dios omnipotente Riker, wuuuu!
Muchas gracias por leer y nos vemos pronto!
Atsushi~
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