[CAPÍTULO 14]
12/02/2021 | Noroeste de la Periferia, Inazuma, Japón.
—¡Buen tiro, parecías profesional y todo! —dijo alguien desde el fondo llamando la atención de Lucas y Sol al igual que la de Pocus quien se detuvo para voltearse pudiendo ver a su hermano en pie sujetando su arma como si nada hubiera pasado.
—¡Hocus!
—¡Genial, Pocus, te sabes mi nombre! —lo felicitó sarcásticamente recibiéndolo en el abrazo al que se lanzó el menor, pero en poco tiempo lo separó dándole unos golpes en la espalda— Ahora no podemos hacer un reencuentro emotivo, estamos en mitad de un tiroteo, es hora de jugar, luego ya veremos las cosas serias.
Dándole un golpe en el brazo corrió hacia el agujero seguido por su hermano. Entraron corriendo para resguardarse con los otros chicos mientras recargaban.
—¿Cuántos hay? —preguntó el mayor de los Sesame a Tezcat.
—Unos... cuatro tal vez.
—Cuatro... Hum, no está mal —se encogió de hombros ladeando la cabeza algo conforme antes de levantarse con el arma en mano y apuntar al fuerte opuesto disparando sin miedo—. ¡Cargador!
Le lanzó su arma principal a Pocus sin siquiera mirarlo y simplemente sacó su pistola apuntando al mismo lado y disparando con algo más de precisión. En poco tiempo le devolvió su escopeta y volvió a disparar.
—¡Tarado, granadas!
—¡Cálmate, por Dios! —por primera vez reprochó Pocus colocando una nueva granada en el lanzador y levantándose apuntando al fuerte— ¡Granada!
Todos se pusieron a cubierto mientras esta estallaba y aprovechaban para cargar de nuevo.
—Revives cual defensor de Osowiec y ya te pones a dar órdenes y a gritarle a la gente —le recriminó su hermano justo en el momento en que la granada estalló a metros de ellos.
—Sí, ahí está el chiste —asintió para después reír un poco por entender a lo que se refería su hermano—. ¿Sabes? Me voy a plantear eso de robarle el apodo a Nowak, yo voy a ser Osowiec, le dejaré a él lo de jugar a los dados.
Pero justo cuando volvieron al ataque, él recibió un mensaje desde el audífono. Jimmy, Tezcat y Pocus se encargaban de cubrirlo.
—Dice, ya llegaron los refuerzos. Los que vigilaban la zona ya retrasaron la formación, no sabemos cómo vienen preparados, ¿quieren ir ustedes?
—¿Y ni siquiera me preguntas qué tal están mis pulmones? —respondió con apatía rascando un poco de suciedad de su uña oyendo con indiferencia a su líder.
—¿Van a ir o no?
—Ya vamos, tranquilo, se te está subiendo la sangre al cerebro —cortó la comunicación y puso más munición a su pistola dejando la escopeta en el suelo—. ¡Pocus, nos vamos!
—Что блять?
—Cuida esa boca. Debemos ir a recibir a los refuerzos enemigos, no vas a querer que piensen que yo te permito hablar así —se acomodó mejor el guante de su mano izquierda que aún seguía un poco sucio de sangre ya seca.
—Pero si tú me lo enseñaste.
—Dije que cuidaras tu boca, ¿en serio quieres obligarme a lavarte el hocico con blanqueador? Sabes que soy muy capaz, ¡lo hice la semana pasada! —frente a la nula respuesta de su hermano simplemente activó uno de sus hologramas dejando que apuntara hacia los enemigos— Les dejo esto, Cagney y yo nos vamos a recibir a las visitas.
—Okay, cuídenlos bien —canturreó Tezcat viendo cómo ellos salían del fuerte en dirección al túnel teniendo que pasar por la habitación donde Lucas y Sol les cubrían las espaldas junto a Arion.
Se fueron hasta la entrada del túnel en compañía de Sol y allí se detuvieron para prepararse.
No es que ellos llevaran ropa que realmente los delatara como militares, Hocus usaba pantalones amplios con varios bolsillos y un par de botas además de su rompevientos negro igual al de su hermano. Pocus llevaba el mismo pantalón pero hasta las rodillas y llevaba unos tenis negros que le ayudaban a pasar más como un joven cualquiera. Se quitaron los rompevientos para deshacerse de sus chalecos antibalas y cinturones con cargadores.
—A ver, Sol, ¿qué tal? Debemos parecer unos pobres niñitos desgraciados.
—Bueno, desgraciados ya son —rio un poco sacudiendo más el cabello de los chicos para despeinarlos.
—Bueno, ya sabes, debemos vernos... Como Hocus hace un rato.
Daystar rio un poco más aprovechando la sangre enemiga que aún tenía untada en el cuerpo para ponérsela a ellos.
—Muérdanse la lengua y escupan su sangre, así parece más realista.
—Buena idea —asintió Pocus antes de hacerlo teniendo solamente el lanzagranadas oculto en su chaqueta, pero cuando miró hacia las escaleras sus ojos se ampliaron—. Oye, ¿qué le pasó a-?
—Tranquilo, tu amigo está bien, Réquiem ya se lo llevó, Crimson debe estar ocupándose de él para que no muera antes de tiempo —respondió con tranquilidad dando un repaso a los chicos—. Listo, corran.
Y eso hicieron, empezaron a correr por el túnel en dirección a las escaleras que se encontraban al fondo, y sabían que estaban a tiempo cuando escucharon movimiento al otro lado.
Corrían sujetándose el uno al otro, fingían de una forma tan realista estar completamente heridos y asustados que poco problema tendrían al encontrar soldados enemigos.
—¡Viene alguien! —escucharon una voz al fondo.
—¡Alto ahí o disparamos!
—¡¡Ayuda, por favor!! —gritó Hocus envolviendo su voz en un llanto desesperado que provocó que tosiera sin siquiera planearlo, el haber gritado provocó que sus vías aún irritadas le hicieran más daño.
—¿Civiles? —se escuchó la pregunta de uno de los solados.
—¡Sí, no queremos pelear! ¡Sólo ayúdennos, por favor!
En ese momento llegaron al final del túnel topándose sólo con dos soldados frente a ellos quienes bajaron las armas al verlos en esa condición.
—Son unos civiles, dos jóvenes —informó uno de ellos alzando la cabeza hacia la entrada donde el jefe estaba asomado.
—Tráiganlos —hizo un gesto con la cabeza.
Cuando intentaron tomar a Pocus este no dejaba que le sujetaran el brazo derecho fingiendo dolor por su "brazo roto", pero realmente era el truco para que no sintieran ni vieran el lanzagranadas que llevaba oculto contra el pecho.
Hocus empezó a subir las escaleras después que su hermano, pero por un momento sintió cómo todo su pecho estaba a punto de estallar, simplemente se cogió más fuertemente del escalón y trató de respirar sólo para poder toser un poco.
—Сука —consiguió jadear nada más sintió la sangre caerle por la barbilla, el quejido que intentó disimular sí era real, incluso provocó que su hermano se volteara.
—Хокус?
Él sólo negó intentando recuperar el aliento y siguió subiendo. Nada más llegar arriba fueron llevados a una camioneta, se sentaron en la parte de atrás de la pick-up justo cuando el comandante se acercaba a hablarles después de haber dado instrucciones a unos de sus subordinados para que se los llevaran.
—¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre al menor de los chicos.
—No habla ayu —respondió su hermano secándose la boca con la manga exagerando el miedo y dolor.
—Tranquilo, van a estar bien —le acarició la cabeza lentamente intentando calmarlo—. Dime, ¿cómo se llaman? Los llevaremos a un lugar seguro.
—Yo soy Hocus, él se llama Pocus... Sesame, Pocus Sesame.
Su voz suave y baja incluso aparentaba ser de alguien menor, pero su plan se desenlazó a la perfección gracias a eso. Aprovechando la cercanía del hombre y aquel momento indefenso para tomarlo del cuello y colocar el cañón de su pistola en la sien del sujeto.
—Pero nos saltaremos tu turno de presentarte, ¿sí? —esta vez habló más alto ya teniendo varias miradas sobre él por el ruido repentino, y muchas más les cayeron encima cuando jaló del gatillo dejando que el cuerpo inerte del comandante cayera al suelo.
Pocus se puso de pie y apuntó al grupo de hombres con el lanzagranadas mientras su hermano lo imitaba más lentamente antes de disparar al cielo.
—¡Ustedes nos conocen como los Spetsnaz, y aunque no tenemos el gusto de conocer sus estúpidos nombres, les pediremos que, amablemente y bajo amenaza de salir volando, dejen las armas en el suelo y se quiten los cascos!
Pocus toqueteó algo en el lanzagranadas haciendo que este pareciera aún más listo para ser disparado que antes. Pero frente a la nula reacción de los hombres, Hocus disparó al cielo una vez más.
—¡Cascos y armas fuera o explotamos todos! ¡Vamos, vamos!
Algunos empezaron a quitarse los cascos dejando las armas en el suelo, se veían completamente confundidos y casi sin poder creer que en serio estaban haciendo caso a esos dos niños heridos que acababan de rescatar.
Pero Hocus pudo ver cómo uno de ellos tan sólo posó el ojo en la mira del rifle apuntando hacia ellos.
—Pocus, hazlo, no entienden —disparó a aquel sujeto para que al instante una granada fuera lanzada contra el suelo donde los otros estaban.
Ambos se alejaron un poco por si acaso, y muy poco después ya sólo había cadáveres en el suelo y vivos intentando huir, pero se sumaron a los cuerpos inertes cuando los Sesame usaron las propias armas enemigas con tal de acribillarlos.
Ya tenían al otro rehén asegurado, por eso no se molestaron en dejar a alguno con vida para llevárselo al Espejismo, los acabaron mientras en sus ojos sólo ardía la excitación de sentir cómo el arma disparaba, ver las balas clavarse en los cuerpos vivos y muertos hasta que todos se convertían en cadáveres. Aquel placer que sentían al disparar era irracional, la emoción, euforia, el éxtasis que sentían al matar era algo que habían desarrollado por un severo odio y un pasado sumamente duro que se repetía cada día en la mente de Hocus más que en la de su hermano.
Al parecer ya estaba asegurado el contenedor, ya iban a retirarse haciendo estallar el edificio antes de que llegaran aún más refuerzos del Centro.
—Todos diríjanse al callejón de la Zona X, Kapkan estallará el edificio en un minuto. ¡Rápido! — resonó la voz de Houdini quien acató su propia orden evacuando el edificio junto con otros cuantos chicos más.
—Apúrate —Pocus asintió y tiró la pistola ya vacía directamente en la cabeza de uno de los hombres que si seguían vivos era porque estaba sucediendo un milagro.
No tardaron en llegar al callejón y reunirse con el resto, todos estaban ya presentes.
Hughes estaba de cuclillas, tomó su teléfono con el mapa y varios puntos brillantes en él, eran los explosivos remotos que había colocado, eventualmente activó uno y rápidamente repitió lo mismo en el resto activándolos una tras otra. El edificio empezó a temblar sin cesar, cuando dejaron de sentirse las vibraciones en el suelo ya no había un edificio, eran escombros sin más. Había sido impresionante cómo la estructura colapsaba sobre sí misma dejando todo en ruinas y una enorme nube de polvo de la que se habían alejando un poco.
—Muy bien hecho, chicos —sonrió el líder a los demás quienes habían quedado viciados con el paisaje de explosivos y trozos de edificio que volaban por los aires.
Jade apartó la vista finalmente de los destrozos y sonrió mucho más dulcemente y eufórica que el pelirrojo. Miraba orgullosamente a todos quienes habían participado pero sobre todo sentía mucho orgullo por Arion, Allison y Doug. Era la primera misión seria de los dos nuevos mientras que para el Doug era la primera misión después de tantas recaídas que había llegado a interpretar como sus últimos días de vida.
Victor y Vladimir llegaron a los pocos minutos con dos transportes para poder llevar a los chicos a sus cuarteles sin tardar tanto.
— Felicidades, chicos —saludó el mayor de los Blade bajando de su automóvil si es que se le podía llamar así a ese vehículo blindado y con tantas modificaciones en los frenos para poder derrapar y girar de formar anormales.
Fue Victor a quien se le encargó llevar a los que necesitaban ir hacia el suroeste, es decir, le tocaba llevar en la camioneta a Houdini y los Spetsnaz quienes estaban ansiosos como niños por llegar a casa y poder jugar con su rehén.
El camino era bastante largo, duró lo suyo y más por detenerse a dejar a los chicos en sus respectivos cuarteles. Pero hubo más paradas de las necesarias debido a los fuertes mareos del mayor de los Spetsnaz junto con los sofocos de Sol. Aprovechando la pausa que hicieron para que Sol se calmara, Tezcat bajó del vehículo despidiéndose, dijo que podía volver solo a partir de allí.
Houdini y Victor se veían muy intrigados por Tezcat, era tan misterioso, se sabían tan poco de él...
Sol le había dejado la otra mochila con oxígeno a Hocus, Houdini ya llegaba a verse preocupado, se veía bastante pálido aunque asegurara estar bien. Simplemente recargó la cabeza en la ventana y permaneció gran parte del viaje con los ojos cerrados. Ahora seguían detenidos, Pocus había salido junto a Leíf y Ringo para ver qué tal iba Sol, al parecer sólo necesitaba tranquilizarse un poco, se sentó en un escombro y simplemente se quedó allí unos minutos.
Pero la conversación sobre Tezcat entre Houdini y Victor se vio interrumpida cuando Hocus empezó a toser habiéndose despertado de golpe. Voltearon a verlo, pero no se pusieron tensos hasta que vieron cómo luchó con desesperación para tomar aire y salir de la camioneta sólo para caer en cuatro patas y seguir tosiendo manchando el suelo gris y empolvado con gotas de sangre.
Harrold bajó llevando la mochila de oxígeno con él para que Hocus pudiera seguir conectado al cable, se puso de rodillas al lado del chico y le empezó a acariciar la espalda mirándolo bastante preocupado, el suelo sólo se llenaba con más gotitas.
Sintió cómo su cuerpo empezaba a temblar, como si de pronto no pudiera respirar o se estuviera conteniendo, pero en poco tiempo dejó de hacerlo.
—Сука!! —fue lo que gritó al exhalar pudiéndose escuchar la desesperación e incomodidad en su voz.
—Le avisaré a Lucas, te debemos llevar al hospital o al menos con él para que te atienda —sentenció justo cuando su hermano se acercó también bastante más angustiado.
—Me quema toda la puta garganta —murmuró apretando un poco las manos contra el suelo—, pero al toser se me deshacen los pulmones.
Después de eso sólo volvió a escupir gotitas de sangre.
—Toma esto —Sol le colocó una pastilla en la boca sacando la botella de agua para que la pasara. Él también se veía algo pálido pero aún así se sentía dentro de su rango aceptable, por eso se había acercado a Hocus ayudándolo con la pastilla—. Harrold, llama a Lucas.
—Creo que tenemos que llevarlo directamente a la Rebeldía...
—Es mucho tiempo, no sabemos cómo va a-
—¡Houdini, llama a Lucas! —Hocus interrumpió a Sol gritándole ya desesperado a Harrold haciendo que en ese momento tomara el teléfono y llamara al rubio.
Mientras esperaban a que contestara, Hocus se cogía de la mano de Sol teniendo a su hermano a un lado y a los otros dos chicos del espejismo cerca, pero hubo un momento en que la presión en su garganta y pecho era tanta que apretó la mano de Daystar dando golpecitos en el suelo con la otra, y finalmente se deshizo de aquella sensación al inclinarse un poco y vomitar más sangre así como espuma.
Se quejó volviendo a sentarse sobre sus talones viéndose frustrado por la sangre que acababa de sacar, pero al parecer el único que mantenía la calma allí era Sol, Houdini empezaba a explicar frenéticamente a Lucas lo que acababa de suceder por el teléfono mientras que Pocus sólo contenía su pánico.
—Está bien, ¿estás mejor? —preguntó Daystar sintiendo cómo Hocus no le soltaba la mano a pesar de que sus ojos mostraran cómo estaba perdiendo más energía.
—Pero ahora me arde más la garganta —consiguió decir después de asentir.
—Tranquilo, ahora Lucas verá que hacer, no va a pasar nada —Sol lo dijo para prácticamente todos los que estaban allí, él parecía ser el único que no estaba al borde de una crisis o de vomitar también por el impacto.
Lucas les dijo que lo llevaran al Espejismo, que Vladimir lo llevaría allá y vería cómo atenderlo. Al parecer en el momento en que se fue con Vlad y Sky reaccionó demasiado bien al tratamiento llegando a engañarlos con que no había sufrido realmente el efecto del gas, pero ahora estaba quedando claro cómo definitivamente no estaba bien.
Los chicos del Universal no tuvieron problema con que se fueran directamente al Espejismo, es más, ellos irían caminando a su cuartel desde allí debido a la cercanía. En situaciones normales esto habría sido más que obvio, pero la preocupación allí era Sol y su resistencia que los podría llevar a la misma situación en la que estaba Hocus, pero él parecía estar bien, insistió en que bastaba con ir un poco lento y nada pasaría.
Una vez llegaron, Houdini bajó a Hocus cargando hasta su habitación. Era verdad que por fuera el Espejismo no destacaba en absoluto, pero por dentro era la fusión perfecta entre un museo de arte moderno y un casino. Para entrar tenían que cruzar una puerta de hierro cuyo único camino era escaleras abajo, así llegaban a un pasillo, tomando el lado derecho llegarían al subterráneo del edificio adyacente, ese era su campo de tiro y entrenamiento. Por la izquierda estaba el corazón del cuartel, las habitaciones, baños y almacenes se disponían mientras los pisos descendían más y más, así, en el último piso subterráneo se encontraba la sala de interrogatorios, el conocido Casino del Espejismo.
El punto fuerte y lo que reconocía al bando eran sus interrogatorios, no sólo eran aclamados por su efectividad, lo sorprendente era lo inusuales que eran. Eran prácticamente espectáculos creados con toda la creatividad e innovación posible con tal de demacrar a los sujetos y poder extraer información mucho más fácilmente. Eran tan populares entre los bandos rebeldes que incluso a veces mandaban invitaciones a otros para que asistieran a ver como si fuera algún concierto, función de cine o teatro.
Faythe, Luna y los Sesame eran las estrellas, eran quienes más números distintos tenían y los que más cizaña metían en sus interrogatorios. En ocasiones invitaban a otros chicos para ayudarles, Maxim Millennium era uno de ellos, tenía sus números ya hechos y adorados por el Espejismo, Doug y Riccardo también habían ayudado algunas veces aunque ellos no lo hicieran de una forma tan artística.
Pero aquel casino también era usado como recinto de eventos. A pesar de la guerra seguían siendo jóvenes, de vez en cuando organizaban fiestas o algún evento para poder convivir. El casino era un lugar que tenía los últimos y peores recuerdos de muchos soldados así como los mejores de varios rebeldes.
Lucas llegó unos minutos después, entró a la habitación de los Sesame y se encargó de tratar a Hocus lo mejor posible.
Le inyectó varios medicamentos incluso dejándolo con una vía puesta además del oxígeno. Pen Teller, otro chico del Espejismo se encargó de Hocus antes de que Lucas llegara. Ambos estudiaban medicina y habían recibido la formación adecuada, así que nada más llegar él lo empezó a tratar, pero definitivamente todo se volvió más ligero cuando empezaron a trabajar juntos.
Al cabo de media hora o tal vez un poco más, ya habían terminado simplemente dejándolo bajo observación.
—Ya está, vamos a ir afuera para hablar con Pocus y Houdini —le dijo Teller poniendo la mano en su cabeza unos segundos con su sonrisa típica y tranquilizante, o al menos lo era para quienes ya lo conocían—. ¿Quieres algo en especial? ¿Otra cobija o así?
Sólo negó evitando hablar todo lo posible y centrándose en los ojos de su compañero con los suyos ya bastante cansados.
—Perfecto, cualquier cosa nos avisas —le entregó su teléfono dejándolo al lado de la almohada antes de cubrirlo un poco mejor, pero justo cuando se separó de la cama e iba a tomar las sábanas manchadas con sangre para llevarlas a lavar, se fijó en el muñequito que tenía en su escritorio, justo enfrente de su cama.
Sabiendo lo importante que era para él lo tomó dejándoselo entre el hombro y la mejilla debido a su pequeño tamaño para sonreírle una última vez, tomar las sábanas e irse.
Hocus tomó el pequeño arlequín débilmente con la mano mirándolo unos segundos sin poder inmutar su expresión, a esas alturas ya casi ni podía sentir su cuerpo o interpretar pensamientos. Estaba tan arraigada en él la importancia de ese peluche que, aún sin saber bien lo que hacía por culpa del sedante, lo apretó en su mano y se rindió llevando la mirada al techo. Observó los dibujos de aviones que había hecho junto a su hermano años atrás y todos los detalles que habían añadido con el tiempo, incluso leyó aquello que él mismo había escrito el año pasado más o menos.
>>Stuka wa ne, suka da.
Pero no tenía ni la energía para interpretarlo y mucho menos para reírse como solía hacer cuando lo leía en voz alta con su hermano. Podía ser la frase más estúpida del mundo, pero en su momento les había dado mucha risa a ellos dos por aquel juego de palabras. "No es stuka, es suka", era un juego de palabras cambiando el nombre del avión alemán por, literalmente, puta en ruso.
Cerró los ojos sin prestar atención a nada de eso y finalmente se dejó dormir con ayuda del sedante y de aquel alivio parcial de la quemadura.
Para él, aquel peluche del arlequín era una el único vestigio de la existencia de su madre. Podía recordarla vagamente, pero gracias a todos los años su figura podría haber sido modificada en base a sus recuerdos de la infancia. No recordaba ni siquiera su nombre, por eso le asombraba que pudiera recordar con bastante precisión cómo fue la última vez que la vio.
Los únicos recuerdos que tenía de su padre eran de cómo este los golpeaba a ellos dos así como a su madre, pero por más que ella recibiera los golpes en las constantes peleas siempre se mostraba fuerte y dulce frente a sus hijos.
Los cuatro eran migrantes, habían llegado de Rusia meses atrás, quizá un año. Sabía que Pocus había nacido en el viaje que todos hicieron con el fin de poder vivir en Japón teniendo una vida algo más estable... ¿quién hubiera imaginado que sólo iba a acabar peor?
Se habían instalado en uno de los barrios de la Periferia que eran ocupados por inmigrantes manteniendo una pequeña comunidad que trataba de ayudarse para mantenerse en pie.
Tenía la imagen de irse a dormir en cajas de cartón rellenas con telas y lonas para luego ser cubierto con lo único que encontraba su madre para arroparlos. Y un día cerró los ojos tras el beso de su madre para ser despertado por ella misma minutos después, esta vez la vio muchísimo más alterada que antes.
Lo levantó y sin explicación tomó a su hermano en brazos pidiéndole que se llevara la caja aún menor en la que este dormía.
Los sacó de la casa corriendo, no entendía nada de lo que pasaba, pero empezó a darse una idea cuando vio las camionetas de militares en la calle. Se escondieron detrás de un muro caído cuando vio a un par de militares del Centro entrar a las casas, esperarían a que hubiera menos para poder salir de la zona.
Casi enfrente de ellos tenían a dos hombres que eran sacados con las manos en alto teniendo el cañón de una pistola en la cabeza, ambos estaban notoriamente asustados pero intentaban mantener la calma y la decencia, algunas veces se habían evitado detenciones por hablar y llegar a acuerdos con los militares, pero esta vez no parecía tener efecto.
—Por favor, no hemos hecho nada, trabajamos, no nos metemos en otros asuntos... N-no, es que queramos problemas —se intentaba excusar uno de ellos dirigiéndose al soldado que sólo con jalar un gatillo podría matarlo.
—Sí, no buscamos problemas. Yo... yo tengo a mi hija en casa, por favor... —insistió el otro hombre ligeramente más alto que el otro y con un cabello rubio que apenas podía notarse gracias a la oscuridad.
—Exactamente, muchos de aquí tenemos familia, nuestros hijos son pequeños... Mi esposa y mi hijo están en casa, tampoco queremos meternos en nada que no nos incumbe...
—¿Nombre? —por primera vez escucharon la voz del hombre cuya cara permanecía oculta gracias al casco que lo hacía aún más aterrador. Pero ante la tardanza de respuesta, sólo quitó el seguro del arma y lo volvió a apuntar— ¿Cómo se llaman y en qué casa viven?
—Princeton... E-en la número 22.
Sólo hizo un gesto con la cabeza a u compañero y este señaló la casa a otro que montaba guardia delante de la camioneta.
—¡Quagmire, a la 22!
Aquel hombre cuyo rostro tampoco era identificable sólo caminó a aquella casa abriendo la puerta con una patada entrando con el rifle en mano.
—No les hagan daño, por favor, no tenemos nada que ver en todo esto —suplicó sintiendo únicamente la desesperación ahorcarlo por cada segundo que sucedía.
—¡Cierra la boca! ¡Tú, nombre y casa! —forzó al otro hombre a hablar cambiando el arma a su cabeza.
—J-Junge, 18.
Y lo demás transcurrió en instantes. El grito de una mujer, una ventana rota, y luego más disparos que silenciaron un nuevo grito de ella.
—¡¡Helena!!
Su madre cubrió los oídos de Hocus cuando aquel hombre gritó haciendo que su dolor resonara en cada rincón de la calle, pero aunque él no pudiera ni hacer un sonido debido al impacto y su hermano no supiera lo que estaba ocurriendo, los ruidos habían sido más de los necesarios para que empezara a llorar.
Consiguió callarlo teniendo que taparle la boca, pero aún así se podía escuchar el llanto de otro bebé algo más lejos, uno que provocó que uno de los dos hombres corriera hacia allá siendo imitado por el otro, pero fue el último quien cayó al suelo después de recibir un disparo.
Aún así, tampoco aguantaron mucho más, si ella seguía cubriendo su boca sólo lograría que se asfixiara, pero nada más destaparlo su llanto los volvió a delatar. La carrera eternamente dolorosa se extendió hasta que llegaron a la Transición.
Hocus se quejaba constantemente del daño en sus pies por tener que correr descalzo mientras que su madre sólo hacía breves pausas cuando sentía que sus piernas ya no la soportarían. El mayor problema no era que ella estuviera embarazada de su tercer hijo, era que debido a la pelea y más tarde el impacto de ver cómo asesinaban a aquella mujer así como a sus otros vecinos, consiguieron que se le adelantara el parto.
Ella mejor que nadie sabía que algo no iba bien, estaba sangrando como no era normal para llevar tan poco tiempo en trabajo de parto, pero ese no era el momento para preocuparse por su bebé no nato, le importaba más poder proteger la vida de sus otros dos hijos. Debía decidir entre la vida de sus hijos, pero esa decisión que en situaciones de paz provocaría horas de debate moral para una madre, ella lo había decidido en un segundo.
Escuchó disparos que los perseguían, ellos eran demasiado lentos como para seguir corriendo y salir ilesos, por eso se los llevó a un callejón donde se ocultaron aprovechándose de la oscuridad. Dejó a Pocus en la cajita de cartón que hacía de cuna e hizo que Hocus se sentara a su lado aprovechándose de un contenedor como escondite.
—Calla a tu hermano —le ordenó en susurros viendo con dolor la mirada aterrada de Hocus quien sólo asintió y se volteó hacia Pocus y se encargó de mantenerlo callado. Había dejado de llorar pero ahora debían asegurarse de que no volviera a hacer ruido y los delatara.
Vio de reojo cómo su madre mordía su propio suéter intentando no quejarse tampoco, sólo pudo bajar la mirada contemplando todavía más sangre en el suelo así como en el vestido de la mujer.
Pero cuando escuchó unos ruiditos de su hermano, se volteó hacia él y lo primero en lo que pensó fue en darle el chupón que siempre conseguía calmarlo, pero ahora no lo tenían así que se "limpió" el dedo usando su camiseta y dejó que su hermano lo chupara mientras él se secaba las lágrimas intentando no hacer ni un ruido más. En ese momento sentía tanta presión, tanta responsabilidad a pesar de no saber bien lo que estaba sucediendo realmente.
Consiguió escuchar un sollozo de su madre que fue silenciado inmediatamente por ella misma y, por suerte, nadie más lo escuchó.
—Mama... —la llamó sin separar el dedo de la boca de Pocus ni la mano de su cuna.
—Ya nos vamos, mi amor, no te preocupes. Quédense calladitos un poco más —asintió bajando muchísimo más la voz una vez separó sus dientes del suéter y tuvo que contener la caricia en la cabeza de su hijo por no ensuciarlo de sangre.
Él asintió sin preguntar más y sólo volvió la mirada a Pocus. Miró por instantes cómo sus ojos se cerraban y luego sacó el dedo muy lentamente de su boca comprobando que ya se había dormido.
Entonces su madre se levantó apoyándose en la pared, cargó a Pocus mientras que hocus automáticamente cogió la caja así como una parte de la falta de su madre para seguirla con un paso aún más lento que antes.
Ahora escuchaba aún más disparos, incluso dos vehículos más, por eso simplemente dedicó una oración en silencio para que su decisión fuera la mejor y se acercó a una puerta metálica que había entre dos edificios. Identificó el bando rebelde nada más leer el nombre en el marco de la entrada y dejó a los dos niños ocultos tras un muro parcialmente deshecho para ir ella a tocar a la puerta.
Llamó con insistencia suplicando ayuda sin poder hacer mucho más ruido y una vez consideró que ya la habían escuchado, volvió al escondite de sus hijos tras escuchar disparos mucho más cercanos, uno reventó una ventana del edificio que estaba a su derecha, por eso mismo no se permitió el lujo de ocultarse también y delatar el escondite de ellos.
—No salgas hasta que no veas que alguien sale de esa puerta, ¿oíste? Sólo de esa puerta —señaló con insistencia la entrada y una vez lo vio asentir un par de lágrimas le brotaron por lo que estaba a punto de hacer—. Diles que te ayuden, que tienes a tu hermanito —asintió una vez más, pero antes de decir nada más, lo apretó contra su pecho besándole la cabeza—. Los quiero mucho.
Sólo la vio alejarse intentando ocultarse en unos callejones más allá. Pero al ver cómo cruzaron delante suyo unos vehículos militares sólo pudo esconderse tras el muro perdiendo de vista a su madre por completo.
—Mama...
No pasó mucho más hasta que un hombre salió de aquella puerta y él se acercó a él sólo para tomarlo del pantalón y mirarlo a los ojos dejando tatuado en la memoria de ese hombre, Hans Sleight, la mirada más indefensa y destrozada que había visto en su vida.
—Ayuda... Mi hermanito y yo estmoas aquí.
Y ahora, unos dieciocho años después, podía ver en esos mismos ojos una mirada empapada en crueldad y placer al hacer sufrir a otros. En ocasiones se preguntaba si había hecho algo mal con ellos, si pudo haber criado a Hocus de otra forma, pero la mirada del día en que lo conoció no tenía precio, era una muestra cruda y fresca de lo que la guerra causa a los inocentes, más bien, de cómo arrebata la inocencia a cualquiera.
Hocus era la prueba de lo que había causado ese conflicto interminable, de cómo el Centro y la guerra habían acabado con la vida inocente y feliz de un niño en menos de una noche. Por eso excusaba aquella crueldad bajo el hecho de que ahora él sólo estaba devolviéndole al mundo y a sus enemigos lo que le habían hecho, el Centro sólo había creado armas que lo acabarían destruyendo.
Teller salió reuniéndose con Lucas, Pocus, Houdini e incluso Sleight quienes estaban hablando en el vestíbulo.
—¿Entonces no es necesario llevarlo a la Rebeldía?
—No, no es una quemadura muy grave. Le molestará más o menos una semana pero si todo va bien bastará con analgésicos y alimentación por intravenosa hasta que su garganta se recupere lo suficiente. Si hubiera sido más profunda sí tendríamos que llevarlo para que lo traten mejor, pero ahora no va a necesitar ni siquiera estar intubado o algo así, le molesta pero no tiene ningún problema para respirar, es cuestión de tiempo —explicó Lucas.
—Menos mal... —suspiró Houdini llevando la vista a Pocus quien apenas parecía empezar a tranquilizarse.
—Sí, no fue grave. Esta noche Weiss o yo traeremos más dosis de antídoto, le pondremos una al día por alrededor de tres días para asegurarnos de que no haya problemas mayores. Por lo demás no se preocupen, Pen ya sabe todo lo que hay que hacer —le puso una mano en el hombro al chico quien rio un poco y luego asintió con seguridad.
—¿Puedo verlo? —preguntó Pocus al fin.
—Sí, claro —asintió con naturalidad Skywalk—. Le pusimos sedante así que casi seguro que está dormido, pero no hay problema.
Justo entonces vieron a Faythe y Luna acercarse también a ellos esperando enterarse de cómo se encontraba su compañero, pero antes de que Pocus abriera la puerta cayó en la cuenta de algo.
—¿Le aviso a Marvel? —preguntó en voz muy baja volteándose hacia Houdini.
—No... Deja que pase un tiempo.
*** *** ***
"Juntos haremos que tiemblen hasta las estrellas."
Nombre: Hocus Sesame
Nombre en clave: Dice, Spetsnaz.
Lugar de nacimiento: Kyra, Krai de Zabaikalie, Rusia.
Edad y Fecha de nacimiento: 7 de mayo de 2000, 20 años.
Altura: 1.72 m
Peso: 62 kg
Bando: Espejismo.
Blindaje: 2
Velocidad: 3
Arma principal: SASG-12, escopeta.
Arma secundaria: PMM, pistola.
Auxiliar: Claymore.
Dispositivo especial con descripción: Mirazh. Dispositivos cuadrados de pequeño tamaño que al ser desplegados muestran un holograma tridimensional de él un una posición base de ataque, este es usado para distraer a los rivales provocando dudas y creando fácilmente trampas.
Especialidad y línea de ataque: Atacante, ataque táctico.
Entrenamiento:
—Entrenamiento completo del Espejismo aprobado con 9.2.
—Graduado de curso 5 B de militarización según el programa de Hans Sleight.
—Curso de ingeniería informática, aún no se conocen resultados ya que aún no lo ha concluido.
Trasfondo: Es el hijo mayor de los Sesame, nació en Rusia pero debido a la situación crítica allí planearon huir hacia Japón en busca de una vida algo más decente. Su familia se fue de Rusia cuando él tenía un año y poco más, fue un viaje duro y largo pero finalmente llegaron a la capital japonesa donde se asentaron en un barrio de inmigrantes de la Periferia. Cuando tenía tres años su padre quien los maltrataba con frecuencia, denunció a su mujer en mitad de una de sus peleas habituales, esto provocó que el Centro enviara una patrulla de militares para detener injustamente a más personas que también vivían allí siguiendo el régimen de purga de las zonas exteriores. Su madre huyó con ellos pero tuvo que dejarlos en el Espejismo antes de huir ella sola sin dejar más conocimiento sobre su paradero o siquiera si había sobrevivido, fue aceptada su muerte ya que nunca recibieron un reporte negándola. Él y su hermano fueron criados por Hans Sleight en el Espejismo y más tarde fueron entrenados de forma militar para que se unieran al bando. Cuando Hocus tenía trece años y Pocus once se les dio la opción de irse a vivir a la Rebeldía o quedarse en el Espejismo donde serían entrenados como militares, eligieron esta segunda.
Perfil psicológico: Es una persona con la mente realmente sádica, él mismo declara que llega a sentir placer por torturar y matar. Esto se cree que fue causado por el trauma del día en que perdió a su madre y tuvo que ser espectador de varios asesinatos más siendo tan pequeño. Le cuesta sentir empatía o remordimientos hacia personas con las que no tenga un lazo demasiado fuerte, igualmente es casi incapaz de sentir miedo o tristeza, la ausencia de estas emociones es tan radical que se ha empezado a tomar en cuenta que podría ser una condición psicológica más allá de su personalidad segura, esto es debido a que hasta hace poco él empezó a darse cuenta de esto aunque haya vivido años de esta manera y otras personas lo hubieran notado años atrás pero él no. Tiene una voluntad muy fuerte y es decidido, llega a ser sobreprotector con su hermano. Es bastante maduro aunque llegue a parecer todo lo opuesto por su forma de jugar y comportarse con su hermano tomándose asuntos serios tales como la vida muy a la ligera, en esto también se cree que influye fuertemente su ausencia de miedo. Puede sentir estas emociones pero en situaciones demasiado específicas y escasas, es anormal incluso dentro del mundo militar, tampoco muestra ningún estrés postraumático o remordimientos a pesar de todo lo que ha vivido desde empezó como militar. Parece que el trauma de su infancia fue tan grave y profundo que dieciocho años después es incapaz de volver a traumarse, pero desarrolla con naturalidad otras emociones expresándolas deliberadamente. Llega a ser muy obsesivo cuando la atención, bienestar o cariño de alguien que aprecia está en juego.
Relaciones: Es cercano a Pen Teller, Harrold Houdini, Faythe Heeler y Luna Krol; pero aunque congenie mucho con ellos su relación no es comparable con la que tiene con su hermano, son capaces de comunicarse incluso sin palabras o de forma convencional. Se lleva bien con Maxim Millennium así como con varios otros rebeldes, le es fácil socializar.
Pareja: No hay datos.
Aspecto:
Estado: Vivo, activo.
Tema: Die House — Kristofer Maddigan (Die House — HELL: Survivors OST)
Notas:
—Es asexual.
—Conserva el peluche de un arlequín como recuerdo de su madre, este estaba en la cuna de Pocus cuando huyeron y él lo recogió una vez fueron rescatados. Es su objeto más preciado, suele dormir cerca de él y es usual que balbucee en sueños al tenerlo lejos.
—Die House es un número de interrogatorio que comparte con su hermano, está inspirado en el videojuego Cuphead, de ahí mismo ambos sacaron sus apodos. El suyo es debido a su amor por juegos que incluyan dados, igualmente le cautivó el diseño y personaje del Rey Dado (Mr. King Dice) siendo este el ayudante del diablo y un personaje que, a su parecer, es incluso más malvado que este.
—Sabe hablar ruso, aunque no lo practica desde que murió su madre, él se empeñó en aprender un poco más ya siendo mayor para conservar un poco de sus raíces y las de su hermano.
—Es bueno dibujando, le gusta dibujar, sobre todo, planos de aviones antiguos, es su pequeño pasatiempo que dice no tener utilidad ya que no hace nada con estos dibujos, pero esto le ha ayudado a comprender el funcionamiento de aviones y otros vehículos mucho más rápido que otros de sus compañeros. Él y Pocus pintaron su cuarto basándose en dibujos y planos que él hace, igualmente todo el cuartel tiene dibujos o pinturas suyas esparcidas por las paredes.
—Antes de ser Cagney y Dice eran llamados Spetsnaz siendo esto una ironía ya que este es el nombre de las fuerzas especiales rusas, ellos lo consideran irónico ya que en vez de evitar muertes y procurar mantener la paz, ellos dos provocan lo contrario sin ningún límite cuando su causa está en peligro.
— Parece tener alguna relación con Marvel Nowak de la Mar de Luna, pero debido a los conflictos entre ambos bandos no se sabe a ciencia cierta algo sobre su amistad o relación amorosa, ha mantenido la discreción en ese ámbito.
—Aunque su dispositivo parezca para un uso pasivo y extremadamente táctico, él lo usa para crear trampas inmediatas o emboscadas sin demasiada planeación. De hecho parece ser alguien que odie los planes milimétricamente estructurados provocando roces con Houdini quien es todo lo opuesto, incluso llega a romper algunos planes a propósito por lo estresantes que le resultan.
—Informe por Joseph King (Lion).
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¡Hola a todos! Este fue el capítulo de la semana, la verdad es que cambió un poco/bastante de la versión original, se profundizó algo más en el pasado de nuestros queridos Sesame y otros personajes... Linchemos a Quagmire >:|
Además Hocus se nos intoxicó más que la vez pasada, pero no se preocupen, en algún momento de la historia o sino en un capítulo extra se verá el interrogatorio de Die House. Aunque no quede del todo con el capítulo, dejé en la multimedia la canción UwU
Espero que les haya gustado y nos vemos pronto ^^/
Atsushi~
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