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[CAPÍTULO 4]

15/02/2022  |  Zona oeste, Rebeldía, Inazuma, Japón.

Joseph se esforzaba por mantener la sonrisa y no contagiar a su familia con la tristeza que también sentía por pensar en separarse de ellos.

—No te vayas, papá —murmuró Uta como última súplica encogiéndose cada vez más en el abrazo de su padre.

—Tengo que ir, mi vida —su voz no mostraba resignación en verdad. Sus sentimientos eran una rara mezcla entre tranquilidad y frustración—. Pero voy a regresar en unos meses, ¿sí? Vendré a verlos cuando empiece el verano.

Uta reprocharía por horas. Ella no quería una visita, quería que su padre se quedara con ellos, quería vivir con ambos como llevaban haciendo los últimos meses mientras que Preston se había mudado a la casa de su padre también. Pero la despedida no era muy larga y prefería aprovechar esos minutos para abrazarlo y despedirse hasta quedar medianamente satisfecha antes que estar discutiendo sin propósito alguno.

El Coliseum era una situación inquietante, no sólo por el evento en sí sino que también varios rebeldes insistían en que podría haber algo aún más preocupante detrás de ello. Estaban teniendo aún más vigilado al Centro por si había algo anormal en su actividad militar, y una de las formas en las que habían aumentado su vigilancia era activando aún más la Marina rebelde.

Hasta ahora la Marina era más fuerte en las otras partes del país, sobre todo en Akita, Hokkaido, Kumamoto y Nagasaki. Akita era de las zonas más conflictivas de Japón, al ser la prefectura que hace frontera con la rebelde Hokkaido, el Centro había tomado varias ciudades pretendiendo presionar a los rebeldes e incluso hacer ataques espontáneos, por eso mismo la Marina trataba de controlar la zona y mantener una paz frágil y llena de tensión.

La protección de Kumamoto también era importante. Aunque no el Centro no la ambicionaba tanto como a Akita, sí que estaba interesado en ella al ser donde se fabricaban y se concentraba el comercio de armas que luego eran distribuidas a las dos zonas rebeldes principales y a algunas ciudades más. Ese era el problema. No sólo les vendría de perlas hacerse con la sede de fabricación y comercio de armas rebelde, sino que la distribución clandestina a ciudades neutrales o incluso tomadas por el Centro era un peligro potencial. Finalmente, Nagasaki era la prefectura encargada de toda la infraestructura marítima, aunque era una zona neutral, por motivos evidentes tenía muchos tratos comerciales con la Rebeldía.

Pero ahora que la Marina de Inazuma tenía que hacerse más fuerte así como la de otras prefecturas, empezaron a pedir voluntarios e incluso reclutar militares para ayudar. Y Joe había recibido la petición, él podía decidir ir o no hacerlo, pero finalmente decidió ir. Su deber moral le ganó, su vocación como militar, su necesidad de proteger a aquellos a quienes quería.

—Cuídate mucho, por favor —pidió David en un murmuro rodeando el cuello de Joe con los brazos.

—Tranquilo, lo haré —asintió con la voz lo más serena que pudo—. Tú debes seguir cuidando a Uta y todos los chicos que se quedan aquí, ¿sí? Los dos tenemos ahora un trabajo importante.

—Lo haré lo mejor que pueda —intentó reír escuchando de nuevo la voz que avisaba que ya tenían que irse.

—Los quiero mucho —extendió su brazo para que Uta se uniera al abrazo y después de un ligero apretón se despidió de ella con un beso en la cabeza y uno en los labios para David. Tomó su mochila que combinaba con su uniforme de camuflaje y caminó hacia la fila que se formaba con los demás reclutados entre quienes estaban Jude Sharp, Shawn Frost y Celia Hills entre otros militares reconocidos—. Los veo en el verano, ¿sí?

David asintió mirándolo irse junto a sus compañeros mientras que Uta sólo se abrazó a su padre sin poder contener aún más lágrimas.

Aunque en el Centro también había varias despedidas un tanto más desgarradoras.

—Lucas, por favor, regresa vivo —pidió Riker abrazándose al rubio en el andén.

Él asintió sin saber qué decir exactamente, por eso nada más separarse bajó la mirada antes de volver a mirar a los ojos a Riker.

—Zaphod, ya sabes, si no regreso...

—Sí, pero no lo voy a hacer —negó con la cabeza antes de poner las manos en los hombros de Skywalk quien ya estaba vestido con la armadura que había diseñado para el evento—. Vas a salir de ahí y volverás a casa, muchos te necesitan más que a cualquiera así que no nos puedes dejar así, ¿sí?

Lucas lo miró a los ojos y después de respirar profundamente asintió ligeramente.

—El tiempo para las despedidas ha llegado a su fin, por favor aborden los vagones —sonó una voz femenina por la megafonía.

La presión que empezaron a ejercer los militares presentes era abrumadora, por eso Riker apretó a Lucas en un último abrazo antes de soltarlo y dejar que se fuera al vagón junto a los demás chicos.

—Te veré en unos días, ¿sí?

Lucas sonrió de lado y finalmente cruzó la puerta ocupando un lugar en el vagón.

Justo debajo del Ludus se encontraba la estación de metro que había sido creada especialmente para el Coliseum. Las islas donde serían las distintas rondas del Coliseum estaban a varios kilómetros de la costa este del país, por eso la única forma de acceso a ellas sería por esa red de metro construida en sólo un año. A través de los túneles subterráneos llegarían a las estaciones debajo de las islas correspondientes en cuestión de minutos, los viajes no duraban más de media hora debido a los trenes de alta velocidad. 

Debido a la localización de la estación del Centro, los demás chicos podían incluso despedir a sus amigos en el andén antes de que abordaran el tren. Porque algunos de ellos no subirían de nuevo a esos vagones para regresar a la capital.

Riker regresó a la parte superior del Ludus junto a otros chicos como Riccardo y Terry que fueron a despedir a Doug, Victor y Michael, o Rob que acompañó a Cálico, incluso chicos del Centro como lo fue Ghiris quien despidió a su novia con un beso que quedó evidentemente grabado al borde del andén.

Pero en otro edificio tampoco muy lejano del Centro también había una despedida mucho menos dramática.

Bái Lóng no tuvo que pedir ningún permiso o nada parecido para cruzar el vestíbulo e ir hasta el ascensor, sólo con reconocer a Einar la secretaria lo dejó pasar sin decir nada.

—¿Estás nervioso? —preguntó Liu nada más cerrarse las puertas del elevador teniendo sus dedos entrelazados con los del rubio. Sintió cierta ternura al verlo sonreír algo nervioso y asentir teniendo la cabeza mirando hacia las puertas del lugar.

—Sí, un poco... Es mi primera vez en directo por tanto tiempo.

—Tranquilo, lo harás bien, Einar —apretó un poco su mano justo en el momento en el que las puertas se abrieron y salieron a aquel pasillo rodeado de ventanales que ofrecían vistas a la enorme ciudad.

El final de ese pasillo eran unas puertas algo gruesas  que daban a la sala de locución en la que ellos estarían hablando e informando de la situación del evento. Se detuvieron justo antes de entrar y Einar se giró hacia Bái Lóng soltando finalmente su brazo.

—¿Estoy bien? —con sus propias manos volvió a alisar el cuello de su gabardina confirmando que se encontraba bien acomodado.

El mayor sonrió y pasó las manos por el pelo del chico para acomodarlo mejor.

—Estás perfecto —vio la sonrisa cada vez más nerviosa de Einar y tocó lo que vendría siendo el timbre de la habitación—. ¿Entonces no tengo que venir por ti en la noche? Sólo podré estar fuera del Ludus en la primera ronda, luego tendré que estar allá con los demás competidores así que no me ofrezco para más.

—No, Noel me va a recoger y volver a traer, aunque quizá me quede a dormir aquí, hoy nos lo dirán —negó con la cabeza justo en el momento en el que una mujer con un saco y falda azul abrió la puerta aliviada de verlo ahí.

—Lo harás bien, ¿sí? —sostuvo sus manos unos últimos segundos pero Einar se soltó para llevarlas a la cara del mayor y poder sentir con cuidado su piel.

Después tuvo que entrar siendo guiado ahora por la mujer hasta la mesa donde tomaría su lugar en el asiento junto al conocido presentador y su compañero, Chester Horse.

—Esta será la presentación, ¿sí? Después apagarán las cámaras y yo haré la cuenta atrás mientras tú vas al estudio de siempre, yo llegaré ahí pronto así que te ayudaré cuanto pueda. Te darán la lista de los caídos y lo que debas anunciar, todo te lo darán escrito así que no te preocupes —le comentó el adulto acercando las manos de Einar a las hojas que tenían en la mesa y poniendo su mano libre en la espalda del chico a quien podía notar algo nervioso—. Además ya eres un experto, esto no es nada nuevo, lo harás bien.

—Estaremos al aire en diez, nueve, ocho, siete... —empezó a contar uno de los encargados de cámaras.

Cuando la cuenta llegó a su fin, Chester tomó la iniciativa para meter en ambiente a su compañero.

—Buenos días a todos los espectadores. Hoy, 15 de febrero de 2022, por fin nos encontramos al inicio de esta primera ronda del Coliseum que será retransmitida aquí en Kanal Center Japan. Les habla Chester Horse desde la capital del país.

—Yo soy Einar Aksnes y también estaré en esta retransmisión en KCJ —saludó haciendo un pequeño gesto con la cabeza ahora pudiendo hablar sin necesidad del guion—. Y sí, hoy comienza el esperado evento del Coliseum —ahora sí colocó las yemas de sus dedos en el papel y empezó a leer en voz alta siguiendo los renglones con el tacto—. La primera ronda será la denominada Arena Europea, la temática es la cultura europea occidental en la época medieval, aunque se han realizado excepciones y detalles referenciando a los antiguos gladiadores romanos en honor al evento. En esta ronda entrarán 25 participantes y concluirá una vez queden los diez ganadores necesarios. A lo largo de estos días de preparación no sólo pudieron conocer a los participantes de esta ronda sino que también sus peticiones de armas y el diseño de sus trajes que, a pesar de ser quienes contaron con menor tiempo, hubo muchos favoritos entre el público, ¿cierto, Chester?

—Así es. Los cinco mejores trajes según el público recibieron diez puntos iniciales en contraposición con los cinco máximos de los demás competidores. Los destacados son Jeanne D'Arc quien luce un atuendo muy particular ya que mezcla la ropa clásica de Ashfield con una armadura ligera, luego viene Nadia Willows, nuestra querida Noviembre quien luce un atuendo inspirado en las gladiatrix romanas con ciertas modificaciones; pero el favorito inspirado en la antigua Roma definitivamente fue el de Michael Ballzack quien combinó perfectamente los elementos como para crear un traje bastante completo y efectivo pero dándole una apariencia completamente de la época. La gloria se la llevaron Mercury Crateris y nuestra Mehr, Masha Kohut. Fue una reñida competencia que ganó por poco Mehr, pero los trajes de ambos inspirados en armaduras medievales en un tono plateado y simulación de oro rosa fueron la sensación. La pedrería en el atuendo de Crateris al parecer perdió contra la tiara y numerosas cadenas de Kohut, pero ambos se convirtieron en el príncipe y princesa de esta Arena Europea, ¿no lo crees? —Einar asintió dando pie a Horse para seguir hablando— Tuvimos la oportunidad de conocer los trajes antes de la pequeña pasarela de modelaje de esta mañana donde se anunciaron finalmente los ganadores. Mi favorito definitivamente fue el de Mercury, lucía muy elegante, igual el de Cálico Corsair me llamó mucho la atención: era muy peculiar pero encajaba perfectamente con la temática, qué pena que no calificó. ¿Cuál fue tu favorito, Einar?

—El de Mercury me gustó mucho —asintió con una pequeña sonrisa—. El metal se sentía muy ligero pero bien encajado, además la pedrería le daba un tacto muy único, de hecho alrededor de las joyas había diseños y relieves en la propia placa, pero el de Kohut no los tenía. Igual ambos brillaban bastante y sí podía notar los reflejos de las luces en las gemas y la silueta plateada de Mercury también la podía ver así que me gustó mucho. También el de Michael Ballzack se notaba muy elaborado, ese no lo conseguí apreciar casi pero me cautivó mucho por el misterio y las ganas a verlo realmente —comentó con una pequeña risa—. Creo que en esta arena los chicos del Centro fueron superados, los rebeldes vinieron con mucha creatividad en sus atuendos.

—Sí, eso definitivamente —le dio la razón Horse—. Bueno, faltan pocos minutos para que los participantes lleguen a la isla así que mientras, ¿podrías hablarnos de ella, Einar?

—Cada arena tendrá lugar en una isla del archipiélago Izu. Como este fue arrasado por los desastres naturales de 1986, quedó deshabitado así como algunos territorios del país, no fue hasta el anuncio del Coliseum que decidieron que se adaptarían cuatro de las islas para esta competencia. Daremos los detalles de cada una en su respectivo momento, así que ahora empezaremos con la renombrada Arena Europea. El clima en esta arena es seco, templado, su paisaje se conforma de bosques, praderas y llanuras, se pretende imitar el relieve y vegetación de la Europa occidental aprovechando la fuerte erosión que sufrió la isla en los años ochenta.

Varias imágenes de las praderas y bosques se veían en las pantallas que había detrás de ellos y que por unos segundos ocuparon todo el plano de los televisores de quienes veían la competencia a distancia. Einar siguió pasando sus dedos por los puntos en relieve de la hoja para seguir leyendo.

—No se ha escatimado en el diseño, ambientación y decoración de todas las arenas. Para la Arena Europea se ha construido un castillo de piedra de alrededor de 900 metros cuadrados imitando un estilo medieval. La cantidad de detalles sólo para la competencia es abrumadora, cada sala ha sido decorada y llena con provisiones, muebles, arreglos... Ningún detalle fue pasado por alto. Pero no sólo se trata del castillo, hay muchas estructuras, ruinas, ermitas, fortalezas, cabañas... Se intentó recrear el ambiente en todo lo posible.

Chester tomó la palabra una vez Einar le indicó con un gesto que hasta ahí llegaba su información.

—Así es, y en verdad es asombroso el esmero y detalle que se ha usado en todo. Dentro de poco cambiaremos a la retransmisión de nuestros competidores, pero antes veremos cómo será el punto inicial de la competencia. Las armas están dispersas por diferentes puntos de la arena de una forma muy realista y casual.

—Sí, me gustó el detalle de que los competidores puedan encontrar armas en varios puntos de la arena como lo son las casas, ruinas y otros puntos estratégicos. Aún así hay una zona con varias armas y recursos al principio de la ronda, ¿no?

—Sí. La primera ronda dará comienzo en la pradera oeste y la más amplia de la isla. Los competidores empezarán en unas ruinas muy especiales —entonces la imagen apareció en las pantallas, más de uno se sorprendió—. El coliseo, ahí será donde empiece el evento.

—Claro, no podía ser otro —incluso Einar asintió algo sorprendido—. Y tiene mucho sentido, en la época medieval algunas de las construcciones del antiguo Imperio Romano seguían existiendo en forma de ruinas, unas más cuidadas que otras. No esperaba esto en la arena, pero ahora tiene todo el sentido del mundo que en esta ronda se incluyan rasgos de la Edad Media así como de la época romana. Chester, ¿cómo es el coliseo?

Eso último no estaba en su guion, se trataba de esos comentarios propios que podían hacer casi en cualquier momento. Llevaban trabajando juntos desde hace unos años, Chester al llevar ya mucho tiempo en el mundo de la televisión y de los medios de comunicación fue como un profesor para Einar ya en lo práctico, aprendía cada vez más hasta poder recibir tanto trabajo como Horse debido a su voz juvenil y suave que muchas personas disfrutaban escuchar.

Chester le había cogido cariño también, lo llegaba a ver como a un sobrino y sentía empatía casi rozando la lástima al saber lo que había tenido que pasar el chico. Por eso era que en ocasiones no le importaba desviarse unos segundos para tratar de describirle las imágenes que él no podía ver pero aún así debía hablar sobre ellas, literalmente a ciegas.

—Es una arena circular, tiene los muros bastante altos y... ¿ya habías conocido un coliseo? —él asintió.

—He leído sobre ellos y hace tiempo pude sentir uno en una maqueta, pero me da curiosidad cómo es este del evento.

—Claro. Pues se encuentra un poco destruido, las gradas y parte exterior de los muros se ven algo deteriorados, las paredes también tienen un aspecto algo viejo ya, pero realmente da un ambiente completamente de la época. No es precisamente grande pero sí que impresiona para haber sido construido en poco tiempo en estas islas del país —tuvo que volver a lo planeado de la conversación ya que el tiempo iba en su contra—. En el centro de este tenemos varias armas, los competidores podrán abastecerse ahí, aunque las imágenes que estamos viendo ahora nos muestran que todos los pasillos que recorren la construcción están igual de ambientados que toda la arena así que quizá haya también otras armas y recursos distribuidos por ahí.

Pronto se vio en directo las últimas imágenes del metro. Todos iban sentados en sus respectivos lugares, algunos iban tranquilos, otros chicos hablaban con los demás, había incluso quienes no podían contener las lágrimas.

—Ahí tenemos a nuestros competidores de la primera ronda, todos quienes combatirán en la Arena Europea. 25 participantes, sólo volverán diez. Se trata de la primera arena, el país entero tiene la atención puesta en ellos.

El vagón se detuvo, ahí fue cuando todos se pusieron alerta. Si el viaje los había tranquilizado un poco, en ese momento toda la calma se quebró.

Las puertas se abrieron y unas personas vestidas con trajes de cuero plastificado en un color blanco contrastando con detalles negros, entraron colocándose en el pasillo central del vagón.

—Bienvenidos al subterráneo de la Arena Europea. Bajarán por orden siguiendo las filas en las que están sentados y sus respectivos lugares les serán indicados —habló una chica de baja estatura cuya cara no podía ser vista debido al panel de cristal blanquecino que la cubría.

Se fueron levantando en pequeños grupos de cinco al ir sentados todos de espaldas a las ventanas. Las personas con trajes blancos los guiaron por el pasillo oscuro únicamente iluminado por tubos de neón blanco en las esquinas del techo. 

Recorrieron alrededor de cincuenta metros antes de que el pasillo desembocara en uno que tenía forma de circunferencia. Ahí era donde había aún más de esas personas, quizá en total serían unas treinta uniformadas. La chica que habló en el metro se mantenía al final de la fila de competidores junto a otros dos compañeros suyos mientras que los demás se encargaban de llevar a cada competidor a su lugar correspondiente.

Conforme avanzaba la fila cada uno era mandado al lado opuesto separando así a quienes pretendían ir juntos, las únicas excepciones fueron los dos primeros y dos últimos quienes terminaron juntos aunque no lo pretendieran.

Mercury era el penúltimo, iba justo delante de Noviembre, por eso mismo los colocaron en las dos ultimas puertas que precisamente estaban juntas.

—Adelante, pueden llevar a los competidores a sus módulos —sonó una voz por megafonía.

El chico que estaba junto a Mercury presionó el botón que estaba al lado de su puerta así como hicieron todos los demás cediéndole primero el paso al competidor para entrar detrás suyo. Nada más cerrarse la puerta, el chico de blanco presionó el único botón en la cabina y esta pronto empezó a ascender sorprendiendo a Crateris.

Fueron sólo unos segundos pero para él fueron horas de terror hasta llegar al final del trayecto en ascensor. Una puerta se abrió delante suyo y de nuevo salió delante de su acompañante. Se encontraban en un cuarto algo más oscuro que el ascensor al no contar con los tubos de neón, pero sí con la luz solar que entraba por el único acceso que por ahora se mantenía cerrado con una reja.

La puerta del ascensor se cerró y los dos quedaron solos en ese cuarto. Mercury se agachó un poco debido a que la entrada con la reja era algo pequeña. Pudo ver cómo se encontraban delante del coliseo que habían oído en los últimos minutos del trayecto en metro a través de las pequeñas pantallas que había en el vagón para que pudieran ver y oír todo lo que se dijera hasta el momento de su bajada.

—Mercury Crateris, representando al bando rebelde, empiezas con diez puntos de ventaja debido a tu traje —le dio el pequeño informe el chico de blanco.

Mercury lo miró y asintió un poco nervioso.

—En tres minutos comienza la competencia, yo me retiraré cuando empiece la cuenta atrás, es decir, en dos minutos. Cuando la cuenta llegue a cero, la reja se abrirá así como el acceso al interior del coliseo, la primera ronda habrá empezado. La insignia que tuviste que añadir en alguna parte de tu traje de forma obligatoria será tu guía para los puntos. En distintas partes de la arena encontrarás botones luminosos con el símbolo de esta arena, el mismo que hay en tu insignia. Al acercarla al lector se te mostrará tu cantidad de puntos y, si tienes suficientes, podrás hacer peticiones a tus lanistas. Pero recuerda que tus lanistas podrán enviarte regalos o ayudas aún sin que tú lo hayas solicitado.

En ese momento sonó un pitido suave de la pulsera que llevaba el chico de blanco pero que se volvió más fuerte al repetirse en los 25 cubículos con los demás competidores y sus acompañantes.

—El tiempo terminó. Mercury Crateris, mucha suerte y recuerda que la suerte le sonríe a los audaces —dijo antes de entrar en el ascensor y cerrar la puerta haciendo que la pared trasera quedara completamente sellada pero que Mercury notara al fin la otra salida que le había dicho el chico, el acceso al interior del coliseo que también estaba cerrado con una reja pero apenas podía verse detrás de esta debido a la intensa oscuridad.

La voz de Horse sonó en todo el coliseo, todos desde sus pequeñas celdas podían escuchar la cuenta atrás.

¿Ir hacia el centro del coliseo o por los pasillos? Eso fue lo que Mercury tuvo que pensar en los 60 segundos más intensos de su vida.

Por miedo iría hacia el centro, saldría de la penumbra de la celda huyendo de la oscuridad de los pasillos interiores. Pero sabía que todos pensarían lo mismo, todos irían al centro, sobre todo los más intrépidos, aquellos asesinos a sangre fría de los que no se sentía parte. Pero salir del coliseo por los pasillos sería todo un desafío, eso seguramente sería un laberinto a oscuras, pero más allá de temer perderse, su verdadero miedo era que alguno de los asesinos entrara a los pasillos y lo matara sin dejarle escapatoria.

—Veinte, diecinueve...

Pero quizá todos pensarían lo mismo, todos huirían por los túneles, ¿qué otra forma fácil de salir del coliseo tenían? Él debía encontrarse con Mars y con los demás rebeldes, se dividirían en grupos como habían acordado, pero todo el miedo del último momento hacía que eso fuera completamente imposible.

—Tres, dos, uno... Comienza la primera ronda del Coliseum.

Mientras Horse decía la última frase, las rejas se levantaban lentamente. Él corrió hacia la que daba a la arena y consiguió salir pasando por debajo de la reja que apenas se levantaba. Nunca le había aterrado tanto ver el sol.

Vio cómo muchos chicos corrían hacia el centro y laterales de la arena central, cómo iban a buscar armas e incluso cómo unos cuantos comenzaban a pelear. Negó con la cabeza e inmediatamente le ordenó a sus piernas que se volvieran a mover.

Volvió al interior de la celda para así meterse al pasillo en casi completa oscuridad debido a que sus pupilas ya se habían desacostumbrado. Seguía la pared con las manos para no chocar pero aún así ir lo más rápido que podía. Llegó finalmente a un pasillo más amplio que contaba con varias antorchas.

Corrió a través de él encontrando varios aparadores con distintas armas a lo largo de este. Ahí sintió un escalofrío por pensar que no sólo estaba encerrado sino que con más personas que tenían el mismo acceso a las armas que él.

Cogió una espada a mano y media así como una daga que se encontraba junto a esta. Siguió corriendo buscando la salida con desesperación, pero su mundo se rompió cuando cayó al suelo. Sin siquiera ver con quién había chocado, caminó en cuatro patas hacia atrás sin soltar su arma, pero al ver delante suyo a una chica mucho más baja que él en el suelo y casi más aterrada que él, la miró por unos segundos.

La reconoció, Indira Lay, sus compañeros del Centro la llamaban India, apenas había obtenido puntos, había sido realmente insignificante, quizá sólo la recordaba por su pequeña estatura a comparación de Noviembre y Mehr. Los dos seguían retrocediendo sin controlar su propio miedo, pero fue Mercury quien negó con la cabeza mirando los ojos aterrorizados de Indira.

Se levantó con cuidado y siguió caminando de espaldas mientras ella hacía lo mismo hasta que ambos empezaron a correr a direcciones opuestas engañándose a ellos mismo de que nada había pasado.

Crateris sintió un poco de consuelo al escuchar de lejos su nombre en voz de alguien a quien conocía bien. Pero antes de responder, otro grito mucho más cercano inundó el pasillo, era el mismo de India, la chica a quien él no había matado segundos atrás.

—¡Mars! —su cuerpo aceleró la carrera hacia la salida o su compañero, al que viera primero, pero definitivamente quería alejarse de ahí.

Dudaba que hubiera sido alguien del Centro quien había matado a Lay -porque su grito había dejado claro que estaba muerta ahora-, se trataría de un rebelde, pero aún así el temor era tanto que sólo podía correr más y más.

—¡Mercury! —esta vez vio a Mars junto a otros chicos en otro punto del pasillo.

Aceleró hasta llegar a ellos y los siguió cruzando los pocos metros del pasillo transversal al que estaban y los llevaba al exterior. De nuevo sus ojos no estaban acostumbrados, por eso fue que Cálico lo tuvo que tomar del brazo y no siguiera avanzando hacia el borde del risco en el que se encontraba la llanura con el Coliseo.

Su corazón se paró al ver los metros de caída libre hasta el mar, no eran demasiados pero sí suficientes para matarlo contra alguna roca o ahogarlo debido a su armadura. Corsair lo guio para seguir así a Bradford, Demain y Mars. Ahora eran ellos cinco una nueva alianza.

Pero la situación en el centro de la arena era algo más tranquila de lo que habían podido esperar. No sólo ellos, el propio público esperaba que hubiera una masacre allí, pero por el momento sólo había un cuerpo al lado de las armas.

Linden Brook había sido el primero en caer. Intentando huir después de hacerse con una ballesta, fue atravesado desde la espalda con el tridente que Michael y Cálico habían pedido tener en la arena pero que había sido Foxtrot, Fred Winters, quien lo había cogido antes. Sólo sintió cómo el aire se escapaba de su cuerpo, al intentar volver a respirar sólo pudo ahogarse con su sangre y fue cuestión de escasos segundos lo que tardó en perder completamente la vida.

India había sido asesinada en los pasillos del interior el coliseo, debido a la oscuridad y escasez de testigos, sólo quienes se encontraban fuera de la arena supieron que había muerto a manos de Rex Remington.

Michael no conocía a Linden realmente, no eran amigos ni mucho menos, pero se conocían desde hace tiempo, había trabajado algunas veces con él, habían sido compañeros. Pero no importaba su no-amistad, sabía que tenía gente que lo quería, gente que lo extrañaba, gente que ya había tenido que derramar lágrimas por verlo morir como la primer víctima del Coliseum.

Y en el fondo también latía el coraje de que uno de sus aliados, un chico de esos que estaba seguro de que en otras circunstancias nunca habría sido militar, había sido asesinado con el arma que él había solicitado para eliminar a sus enemigos.

Golpeó a Foxtrot de lleno con el escudo que había cogido, se había desencadenado un combate entre los dos. Michael golpeó tan fuerte la cabeza de Winters que lo hizo perder el conocimiento por unos segundos, los suficientes como para arrebatarle el tridente, pero justo cuando lo iba a empuñar directamente en su pecho, fue Doug quien lo empujó.

Giró la cabeza estando en máxima alerta no sólo por el empujón sino por el sonido inmediato del choque entre metales. Consiguió ver incluso unas pocas chispas que saltaron, vio en cámara lenta cómo Doug bloqueaba el ataque de Noviembre con la parte de su hacha donde se unía el mango y la hoja. Teniendo ligeramente atrapado el filo de la espada de la chica, bastó con bajar el hacha hacia un lado haciendo un movimiento que, casi como un gancho, atrajo a la chica hacia él, pero volvió a alejarse gracias a una fuerte patada de lleno en su pecho que incluso la hizo soltar el arma.

Se llevó la espada a mano y media de Nadia y corrió junto a Michael hacia Victor y Lucas quienes los esperaban para irse a través del único pasillo que llevaba directamente desde la arena hasta el exterior del coliseo.

—¿Están bien? —preguntó Blade mientras corrían en dirección al centro de la isla.

—Sí —asintió Doug buscando la forma de acomodar la espada que había tomado de Noviembre para así sólo llevar el hacha en la mano y poder correr mejor.

Michael asintió cuando Lucas le puso una mano en la espalda sin detener el paso.

Lucas llevaba una diadema metálica, un círculo de unos tres centímetros de ancho que rodeaba su cabeza pasando por su frente, pero este elemento que había gustando tanto a varios lanistas no era puramente estético, de esa corona podía bajar un plástico oscuro que cubría sus ojos. Ese apaño para protegerlo de su sensibilidad a la luz era en lo que más había trabajado de su traje.

—Ni de broma nos vamos a ir al castillo —dijo Victor justo cuando iban a salir de la pradera y se adentraban en el bosque.

—No, no —negó Doug con la respiración aún agitada—. Vamos hacia el este, encontraremos alguna fortaleza o lugar donde establecernos al menos por hoy.

—Si tenemos suerte nos encontraremos con los demás chicos y la alianza será más fuerte —dijo Michael en mitad de un jadeo pasando su brazo por su barbilla.

Siguieron corriendo por varios minutos más, así fue hasta que se detuvieron para respirar y reunir fuerza para seguir buscando un punto donde quedarse. El bosque estaba en silencio, habían acordado intentar hacer el menos ruido posible para tener el oído atento a cualquier sonido ajeno a ellos.

Eran fuertes, los cuatro trabajaban bien como equipo, no temían combatir a muerte ni mucho menos, pero los nervios por estar en un terreno y situación completamente nuevos los hacían estar aún más alerta.

Por eso mismo se sobresaltaron al escuchar cómo la voz de Einar rompía el silencio del bosque.

—En los primeros veinte minutos de la primera ronda han caído tres competidores. Linden Brook, asesinado por Fred Winters quien se lleva quince puntos adicionales, pero se le restan tres debido a una herida de gravedad media, estos se le suman a Michael Ballzack. Indira Lay, asesinada por Rex Remington, quince puntos a su favor también. Jerry Onimo, asesinado por Simeon Ayp, quince puntos por la muerte mas cinco por petición de los lanstas al haber mostrado tal ferocidad.

Su voz era armoniosa, dulce de escuchar, entendían bien por qué el Centro lo quería tanto como locutor, una voz juvenil y suave era casi hipnótica. Pero en sus circunstancias esa voz casi angelical era el mismo susurro de la muerte.

*** *** ***

PRIMERA RONDA. Arena Europea (Caballeros y gladiadores)

Simeon Ayp - 25 puntos

Rex Remington - 20 puntos

Michael Ballzack - 18 puntos

Fred Winters, Foxtrot - 17 puntos

Victor Blade -10 puntos

Mercury Crateris - 10 puntos

Nadia Willows, Noviembre - 10 puntos

Masha Kohut, Mehr - 10 puntos

Jeanne D'Arc - 10 puntos

Bradford Ash - 5 puntos

Tet Aqua - 5 puntos

Pallas Brandish - 5 puntos

Cálico Corsair - 5 puntos

Mars Deimos - 5 puntos

Theo Divine - 5 puntos

Cronus Fourseasons - 5 puntos

Cándido Glow - 5 puntos

Demain Ledger - 5 puntos

Laban Lux - 5 puntos

Douglas McArthur - 5 puntos

Lucas Skywalk - 5 puntos

Hyperion Wise - 5 puntos

Jerry Onimo - 5 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Simeon Ayp]

Indira Lay, India - 5 puntos [FALLECIDA → Asesinada por Rex Remington]

Linden Brook - 5 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Fred Winters]

*** *** ***

Bueno, así es como empieza el coliseum de verdad... ¿qué tal?

En verdad espero que les esté gustando :') No tengo mucho que comentar aquí, sólo decir que agárrense para el siguiente capítulo, ahora tenemos a 25 (22 ahora) bebés en peligro de muerte inminente, no sabemos quién será el siguiente.

Nos vemos la próxima semana, muchos besos donde ya saben <3

Atsushi~

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