Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[CAPÍTULO 24]


01/03/2022 | Arena Asiática, Islas Izu, Inazuma, Japón.

Pen se esforzaba en detener la hemorragia, pues una vez esta parecía detenerse, bastaba un suspiro de Inchy para que la sangre volviera a brotar.

Mientras que Sōji dormía en aquel templo diminuto sobre el río, y el atardecer comenzaba a bañar la isla, la alianza rebelde había sufrido su primer encuentro desde el inicio de la arena.

—¿Cómo sucedió? —preguntó Faythe al ver cómo Pen no lograba estabilizarlo por completo.

Mientras que Iggie y Riker trataban de ayudar a Pen con lo que necesitara y dándole ánimo a Dave; Faythe, Langford y Utopía no podían evitar interrogar a Maxim.

Él e Inchy habían salido por agua, ya tenían ubicado un pequeño manantial, era un camino corto desde su base. No había sido siquiera la misión más peligrosa a la que habían salido ese día.

Maxim aún estaba algo conmocionado, el ataque había sido imprevisto, y el no haber podido matar a su rival lo traía más tenso de lo que debería.

—Íbamos de regreso, el bosque estaba en silencio, no íbamos hablando en absoluto, no se oía nada, y de repente sólo apareció de la nada. Llegó por atrás, apenas tuve tiempo como para reaccionar. Si no me hubiera movido probablemente me habría atravesado, pero eso también le dio la oportunidad de atacar a Dave.

—¿Te hirió? —preguntó Faythe y luego fue seguida por Utopía.

—Fue Lima, ¿no?

Maxim asintió a los dos y luego sólo se miró la parte externa del brazo sin mucho interés.

—No pude matarlo, él iba con ventaja. Prácticamente pudo haberme matado, me tuvo contra el suelo y casi no podía moverme, pero tenía que sacar a Dave de ahí. Si estamos aquí es por Tezcat.

—¿Tezcat? —Langford alzó una ceja y Maxim asintió— No lo habíamos visto en toda la arena, ya habíamos dado por supuesto que iría por libre.

—Y va a seguir por su cuenta. Me quitó a Lima de encima, peleó con él aunque no pude verlo bien, yo estaba tratando de llevarme a Dave. Sólo vi que en un momento dado Lima se fue, Tezcat lo hirió, pero pudo escapar aún así. En vez de ir justo detrás de él, me preguntó si necesitábamos que nos llevara de vuelta, pero le dije que no.

Maxim no supo cómo reaccionar en ese instante. Estaba tan alterado, preocupado por Dave, frustrado por no poder pelear como solía hacerlo... Lo único que le faltaba era que ahora Tezcat fuera en contra de ellos también, de ahí la gran tensión que se creó por unos instantes.

—¿Vas a matarnos o cinco años de pelear juntos habrán significado algo? —eso fue lo único que preguntó, sosteniendo a Dave de forma protectora, y mentalizándose a que quizá tendría que enfrentarse a él, viéndose en una terrible desventaja. Pero el moreno sólo dio un paso atrás, abriendo las manos aunque aún sujetando su puñal de obsidiana con el pulgar.

—Cinco años peleando juntos significan mucho —respondió con una sonrisa contrastante con la seriedad de Millennium—. Si la cosa se pone fea o necesitan ayuda, díganme.

—Después de eso se fue detrás de Lima pero ya no hemos sabido más. Le dieron cinco puntos si no mal recuerdo, y le quitaron a Lima los cinco que ganó con Dave —así Maxim concluyó el relato de todo lo que había sucedido hace menos de una hora.

Utopía y Faythe se miraron con preocupación, en un silencio suficiente como para que los incómodos sonidos de la otra habitación les llegaran.

—Esto sólo nos confirma que los del Centro ahora están atacando a objetivos concretos, no al primero que se encuentren, esta vez lo están pensando —dijo Utopía.

—En el comienzo mataron a Naga pero porque tuvo mala suerte, igual que los dos que mató Maxim —dijo Langford mirando al mencionado quien asintió antes de murmurar sus nombres.

—Donna Akmatov y Brighton Spark.

—Luego fueron por Sakamoto, así dejaron expuesto a Okita y dieron un golpe bajo al Myr —continuó Ash—. Están muy ensañados con Okita, pero por ahora no parece haberles salido bien, es más, él ya mató a Julieta.

—Ahora ya tenemos claro que Maxim es junto a Okita uno de sus principales objetivos —suspiró Faythe mirando a Langford quien le asintió.

—Como para no serlo: mató a dos en menos de diez minutos —aunque Utopía no habló de forma irónica, aunque lo parecía.

—Sus otros objetivos seguramente sean Utopía y... quizá Pen o Riker —dijo Faythe mirándolos—. Sus mayores molestias son definitivamente Tezcat y el combo de Maxim y Utopía. Pen es el único médico de la arena, así que no les conviene tenerlo vivo. Y Riker tiene mucho apoyo por los lanistas, es como si se hubieran olvidado de que no pelea por el Centro.

—La verdad es que matar a Tezcat va a ser complicado, así que debemos cuidarnos —dijo Langford mirando específicamente a los dos chicos quienes asintieron y luego Utopía tomó la palabra.

—Somos por mucho la alianza más grande, mientras no nos dispersemos del todo, será difícil que nos hagan daño crítico siendo ellos grupos pequeños.

—¿Y qué pasa con Okita? ¿Y Emma? —preguntó Faythe, a lo que Langford le respondió con una risa irónica.

—Okita nadie sabe de qué lado está. Uno podría decir que del nuestro, pero no parece tener intención de unirse a nosotros, aunque mientras no se nos ponga en contra supongo que todo está bien. Y Emma va a hacer lo mismo que Rex.

—Okita no creo que se ponga en nuestra contra —dijo Maxim con convicción, captando las miradas de sus compañeros—. Nada más comenzar la arena, lo encontré en el cuarto de junto. No tuvo el impulso de atacar, al ver que fui yo quien entró, pareció relajarse un poco, así que le di una cantimplora que encontré y me fui sin más. Si después de eso, nos ataca, lo voy a hacer pagar por haberme hecho perder el tiempo y no haberlo matado al principio.

Hubo un silencio pesado entre los cuatro. Ya sabían lo que tenían que hacer, se habían puesto al día rápidamente con la situación de la arena; pero esta sin duda no era una muy grata.

—Langford, ¿aún tenemos sake? —fue Iggie quien salió de la habitación yendo directo a Ash.

—Sí, aún tenemos. ¿Tan mal está la situación? —preguntó mientras lo acompañaba por la bebida para Inchy.

Gracias a la interrupción de Iggie, los cuatro pudieron bajar de aquella nube de estrés creciente.

—Debemos ayudar a Pen con lo que necesite, y tener bien vigilada la base —dijo Maxim tras sacudir su cabeza y tener la idea de dirigirse a las escaleras que llevaban al segundo piso.

La base era una edificación alta a la que sólo se accedía por dos puertas con sus debidas escaleras, una de ellas ya bloqueada. Se beneficiaban de la pequeña torre que se alzaba como segundo piso de la edificación, pues así montaban guardias seguras y eficaces.

Pero Faythe lo detuvo.

—Tu también estás herido, ven para que te revisemos la herida.

Él miró su brazo y luego a la chica.

—¿Esto? Sólo es un rasguño, no pierdan el tiempo, ni siquiera me molesta al moverme.

—¿Cómo no te va a doler? Estás sangrando, tienes toda la manga ya... —quiso insistir, pero entonces le dirigió una sonrisa bromista a la vez que sincera.

—Después de parir sin anestesia ya nada me duele —al ver la expresión de la chica, sólo se rio con sinceridad y le dedicó una mirada que pretendía tranquilizarla—. Tranquila, ahora me la enjuago y la vendo con algo, ¿sí?

Ella asintió y luego lo miró a los ojos.

—De todas formas cuando Pen ya haya acabado con Dave, deja que te revise.

—Está bien —él asintió y le hizo un gesto a Utopía para que ambos fueran arriba para vigilar.

La noche ya cubría completamente la isla, estaban cerca de la media noche.

Aunque no lo supieran, los grupos estaban bastante separados entre sí, lo que hacía que sus guardias fueran prácticamente inútiles. Mientras que la alianza rebelde estaba en el norte, bien adentrada en los pantanos; Gamma, Charlie, Oscar, Coeus y Themis estaban cerca del centro de la isla, aún en la mitad norte que quedaba marcada por el río donde había muerto Julieta.

Era la arena en la que más competidores habían ido solos intencionadamente, o al menos llevaban ya bastante tiempo sin aliarse: Tezcat seguía moviéndose por el este de la isla, tranquilo por saber que estaba solo y en ventaja por el terreno, y Emma estaba oculta en dirección oeste, la zona menos concurrida desde el inicio de la arena. Ethans había dado con una edificación que pretendía simular un palacio pequeño, la usó para esconderse cuando era perseguida por un grupo pequeño de felinos. Y aunque seguía inquieta por pensar en que algún animal podía seguir adentro, había dormido ahí sana y salva las dos noches que ya llevaban.

La alianza de Bái Lóng, Ghiris y Lima se resguardaba en el sur, otra zona bastante aislada gracias al denso bosque que cubría la gran fortaleza donde se habían instalado justo después de la muerte de Romeo y aquel encuentro con Tezcat.

Estaban ocultos gracias a la oscuridad, pues sólo tenían encendido el hogar de una de las habitaciones para calentarse un poco y también cocinar su comida. Esa luz era escasa desde el exterior, y confiaban en que el bosque se la tragaba, manteniéndolos fuera de la vista.

Ghiris trató la herida que Tezcat le hizo a Lima, aunque realmente era sólo un corte no muy profundo en el brazo. Fue Bái Lóng quien se ofreció para hacer una corta ronda de vigilancia alrededor de la fortaleza, pues valía la pena asegurarse de que estaban solos.

No tuvo ni siquiera tiempo de pensar al salir, se giró al ver cómo una flecha se había clavado en la pared de madera que estaba junto a él. Inmediatamente miró al frente, y sus dos compañeros también se alertaron. Trataban de ver inútilmente entre las ramas de los árboles que estaban en la dirección de donde había llegado la flecha.

Liu por puro instinto miró a su alrededor, hacia los demás caminos que unían las torres de la fortaleza, entonces sorprendiéndose al ver que alguien estaba a tan sólo unos diez o doce metros de ellos. Pero su principal sorpresa era que no se trataba de Tezcat.

Los tres fijaron su atención en él y hubo un silencio nervioso por parte de los tres. Ghiris y Lima no comprendían por qué el chico alzaba las manos aún sujetando el arco con una de ellas, tampoco por qué Bái Lóng no se había lanzado a atacarlo como hizo con Tezcat nada más verlo.

Quizá nunca esperaron que Okita hubiera usado las últimas horas de luz y la energía que había recuperado tras dormir, para cruzar casi toda la isla, adentrándose en el denso bosque del sur hasta dar con ellos.

Bái Lóng y Sōji se miraron a los ojos, inmóviles, esperando a que el otro tuviera la iniciativa de no matarlo y cumplir con todo lo que habían hablado antes de la arena.

—Liu —la voz de Lima fue prácticamente un suspiro, incluso fue difícil escucharse a sí mismo.

Bái Lóng notó la tensión de sus dos compañeros que era igual que la de Okita, por eso fue quien recuperó el control sobre su cuerpo primero, dio un tenso suspiro y lentamente envainó su espada dando lentos pasos hacia el chico.

Él bajó el arco dejándolo recargado en el barandal del puente que conectaba con una de las torres.

Los otros dos chicos bajaron sus armas aún tensos, y miraron a Bái Lóng con inseguridad.

—Es... ¿tu aliado? —preguntó Ghiris a lo que Liu asintió con seguridad pero prudencia.

—Pero es del Myr... ¿va a pelear por el Centro? —Lima fue quien hizo la pregunta que les azotaba la mente a los dos, a todos los que estaban al tanto de la situación del Coliseum realemnte.

Bái Lóng lo miró e hizo una pausa para escoger correctamente sus palabras.

—Pelea por su clan, por su familia —sabía que esa respuesta no saciaba a nadie, así que continuó—, y yo por la mía. Estamos aliados por mi hermano.

Los dos comenzaron a entender, e incluso consiguieron relajarse un poco para escuchar con atención lo que tenía que decir.

—No queremos involucrar bandos, es una alianza personal: yo lo ayudo a sobrevivir y él a mí. Si están de acuerdo, entonces convertiremos esta alianza en una personal, no sólo porque somos del Centro.

Ghiris, después de un minuto en silencio, dio un paso adelante estrechándole la mano a Okita.

—Tú no me matas, yo no te mato, de eso se trata, ¿no? —el chico asintió y entonces sus manos se unieron en un apretón— Entonces estoy dentro. Será difícil ignorar los bandos pero... supongo que lo primordial aquí es regresar a casa.

Mientras Ghiris le daba ciegamente un voto de confianza a Sōji, creyendo en que Bái Lóng sabía lo que hacía, Lima no estaba tan convencido de esto.

Él había matado a Julieta, una compañera de su unidad, y aunque no tuvieran una verdadera relación cercana, de hecho, todo lo contrario; seguía siendo una chica que un día peleó junto a él. Pero no tenía otra opción en ese momento. Podía irse y unirse al grupo de Oscar y Charlie, pero no saldría al bosque ni cruzaría a ciegas la isla a esas horas de la madrugada.

Entonces pensó en lo que dijo Ghiris: el trato era simplemente no matarse. Quizá Lima no se preocupara por cuidarle la espalda a Okita, pero sí que estaba de acuerdo en no matarse. Para empezar, no es que fuera una amenaza tan agresiva como Maxim, pero sí que le tenía respeto por ver su desempeño en los entrenamientos, y haber comprobado hace escasos minutos cómo fue capaz de ocultarse y "atacarlos" sin ser visto. No le convenía tenerlo en contra. Pero después de haber cruzado miradas, de conocer su rostro, su voz, incluso relaciones que él tenía; se sentiría incapaz de matarlo fríamente si se diera la situación.

Asintió y dio un paso adelante también para darle la mano al chico.

—No me matas y no te mato —reafirmó sin mirarlo directamente.

Él asintió entendiendo lo que quería decir. No esperaba que lo recibieran con los brazos abiertos ni mucho menos, tampoco que fueran amigos o se preocuparan por él. De hecho esto había salido mucho mejor de lo que Bái Lóng y él habían planeado, no esperaban que fueran a acceder tan fácilmente.

Bái Lóng aunque era del Centro, tampoco era cercano con los del Protocolo Omega, lo cual era curioso pues ni entre ellos mismos había grandes amistades, quizá debido al número de integrantes y lo diferentes que eran entre sí. Por eso no conocía muy bien los problemas que había dentro de este, y tampoco a sus integrantes. Desconocía que Lima fuera más tranquilo que, por ejemplo, Oscar, quien sí estaba involucrado en la ambición por el poder de la unidad. Yark no parecía interesarse en esto, lo que lo hacía más accesible si se lo proponía.

Por otra parte, tampoco era cercano a los de la Segunda Fase, principalmente por ser visto como inferior por pertenecer a la Unidad Luz. Por eso desconocía la verdadera personalidad de Ghiris, no sabía que cuando no estaba con Mehr, era muchísimo más tranquilo y personal.

No se conocían realmente, sólo estaban en el mismo bando. Y el hecho de que varios de ellos estuvieran forzados hacía que las relaciones personales fueran tan difíciles entre los soldados del Centro.

En el otro grupo del Centro la situación era la misma. Sin duda Gamma era quien más poder tenían en su unidad, esto junto a Beta y Alpha. Tanto Mike como Noviembre, Julieta y Sierra eran quienes más cerca estaban de aquel poder, de ahí la gran tensión que provocaban. Oscar, Foxtrot y Eco también aspiraban al mando de su unidad, pero lo hacían más discretamente. Estaba claro que al volver, todo el Protocolo Omega sería reorganizado pues de todos aquellos cercanos al poder ya sólo quedaban vivos Alpha, Gamma y Oscar.

Pero Gamma seguía siendo líder de escuadrón, lo que le confería mayor poder y altanería en el grupo, opacando el liderazgo que Oscar había adoptado hasta que la alianza se amplió. Ahora él seguía guiando al pequeño grupo, pero debajo de Genov.

Por su parte, Charlie estaba aún menos interesado que Lima en aquel revoltijo. Para empezar, era difícil saber en qué pensaba ese chico, y se relacionaba poco. Él casi podría predecir lo que cualquier soldado del Centro escribiría en su diario, por saber tanto de cada uno a un nivel tan preciso y eficiente que se le había premiado por ello y se le tenía prometido un puesto como espía después del Coliseum. Pero los demás sólo sabían que era muy cercano a India, Foxtrot y Eco, y que no soportaba a Sierra por haber esparcido el rumor de que estaba enamorado de Noviembre. Eso era todo. Se limitaban a verlo como la base de información de la unidad y alguien que siempre terminaba escuchando atentamente todo lo que le contaras, quizá no por compañerismo, sino por curiosidad y por recopilar aún más información. Pero por alguna razón casi todos le tenían mucho cariño.

Coeus y Themis se mantenían completamente al margen, no querían involucrarse en nada pues saldrían perdiendo por su posición en la jerarquía, sólo querían protegerse entre ellos con ayuda de sus compañeros y así volver a casa. De ahí su aparente sumisión. Aunque realmente hubieran preferido aliarse con Bái Lóng, era más cercano y quizá los tomaría más en cuenta, pero tampoco podían quejarse.

Por eso los dos sólo se quedaron sentados comiendo mientras veían con discreción cómo discutían sus aliados.

—¿Cómo se les pudo escapar? ¡Iban tan confiados, parecía que lo matarían sin que se diera cuenta, pero resulta que es Julieta quien está muerta! —la voz de Oscar se había encendido en un instante nada más tocar el asunto.

—¡Porque el río se estaba desbordando! —reprochó de vuelta Gamma— Él saltó al río pero ella se cayó en las piedras, estaba a punto de matarlo ya

—¿¡Y ustedes qué hacían en ese momento!?

—¡Buscarlo! ¡Se nos escapó así que nos dividimos para buscarlo! —entonces bajó ligeramente el tono por respeto a su compañera— Luego ya fue muy tarde. No podíamos bajar a ayudarla, nos habríamos ahogado sin lograr nada, además ella estaba muy mal.

—¿Osea que dejaron que se ahogara? —la voz de Oscar no parecía tranquilizarse ni mostrar un mínimo de comprensión hacia Gamma, no importara lo que dijera.

—Charlie dijo que la matáramos, estaba tardando demasiado, estaba agonizando en el agua... —entonces Oscar miró al otro chico, sin necesitar que le dijeran dos veces que él había propuesto una muerte rápida aunque fuera a una compañera— Pero Okita se adelantó.

Oscar tenía un fuerte debate en su interior, una discusión despiadada entre pensamientos e ideales. Pero hizo un nudo en su garganta y murmuró.

—Fue lo mejor así.

Hubo un silencio triste, dolido, furioso... Y este se rompió hasta que Charlie se fijó en sus dos compañeros y luego lanzó una mirada hasta los chicos del Monte Olimpo.

—Ahora tenemos que eliminarlo a él.

—Acordamos ir según prioridades. Y él no es una amenaza, es más bien una molestia, además ya quedó clara su superioridad en cuanto al terreno.

—Exacto. Debemos ocuparnos de Millennium y Utopía lo antes posible, igual de Tezcat —lo apoyó Gamma.

—Entonces yo me ocupo de él. Ustedes céntrense en esos tres, pero dejen que yo me encargue de Okita.

—Charlie, ¿qué tienes con él? —lo intentó tomar del brazo Oscar, pero el chico sólo se fue junto a Coeus y se sirvió un pedazo del pan que había sobre la mesa.

—Sólo deja que me ocupe yo —respondió en seco y luego se empinó un vasito de sake antes de ir hacia la salida—. Voy a revisar el perímetro, hoy no hemos hecho guardias.

Los cuatro se quedaron en silencio, mirándose unos a otros.

Fue Oscar quien le hizo un gesto a Gamma.

—Ve con él, es capaz de irse a cazarlo ahora, nunca lo había visto así.

Genov asintió y salió corriendo detrás de Charlie.

—¿Qué le pasa? —Themis se atrevió a preguntar.

Oscar sólo suspiró y se sentó pellizcando también un pedazo del pan.

—No lo sé, casi no conozco a Charlie. Sólo sé que cuando está a punto de matar a alguien es como si su mente se quedara en blanco, nada de lo que le digas o hagas le va a afectar, es como si entrara en un trance. Usualmente dura unos pocos minutos: desde que ve a su víctima hasta que le deja de latir el corazón. Pero me preocupa que vaya a entrar en ese trance desde ahora. No sé por qué está tan obsesionado con él.

—¿No lo conoces aunque sean compañeros? —alzó una ceja Coeus, con desagrado por saber la respuesta.

—Las cosas son complicadas en el Protocolo Omega.

—Las cosas son complicadas en todas partes —respondió Heavens al momento, sorprendiendo al propio Themis por haber dicho lo que ambos pensaban—. Yo sé que a ustedes les encanta estar peleados, hacer ver que son más complejos sólo porque tienen un rango mayor; pero seguro que si se preocuparan más por sus propios compañeros, esos problemas serían menores.

Oscar no dijo nada, sólo lo miró, pues sabía que lo que dijo era verdad. Estaba demasiado cansado emocionalmente como para contestarle o armar una discusión, lo que solían hacer entre ellos.

—No los vemos como superiores o fuera de nuestro alcance por todos los problemas que se traen, es más, llega a parecernos inmaduro e... ilógico que les guste tanto complicarse.

—Aunque somos del Monte Olimpo, como personas no somos peores o mejores que ustedes, y tampoco pretendemos serlo. Sabemos que les meten más presión y problemas a los de las jerarquías superiores, pero también sabemos que los problemas de ustedes no vienen del alto mando —Coeus apoyó a su compañero antes de que este hablara en un tono muy bajo y tranquilo, casi inocente.

—No tienen por qué esforzarse tanto en enseñarnos que están más arriba de nosotros, realmente no nos importa.

Oscar no se sentía realmente humillado, aunque lo estaba. Nunca había hablado tan estrechamente con alguien del Monte Olimpo. Cuando ellos o los de las unidades inferiores se metían, solían decir de una u otra forma que se alejaran, que no lo entenderían; como si se tratase de niños pequeños, lo cual les parecía tremendamente absurdo a los propios del Monte Olimpo. Más que verlos como superiores, los veían fuera de lugar, sin saber lo que realmente pasaba a su alrededor: aplastando a los inferiores mientras ellos eran quienes más deseaban impotentemente llegar a la cima.

No eran todos, por supuesto, pero sí era la cara que mostraban a los demás. Más que respeto o admiración, en el fondo los demás sentían lástima por ellos. Pues aquella envidia hacia los superiores no venía sólo del fondo del corazón de Beta, Gamma, Alpha y los demás; sino que les había sido impuesta. Habían corrido con la mala suerte de ser los de la mitad de la jerarquía, quienes no podían dejarse hundir, pero tampoco se les permitía escalar más.

No se sentía incómodo, todo lo contrario. Como si finalmente estuviera fuera de aquella pirámide de poder en la que tanto peleaban. Como si finalmente se hubiera permitido estar a la par de chicos que siempre habían sido exactamente iguales a él.

Su mirada demostró todo lo que pensaba, junto a su expresión calmada y convencida. Sólo asintió y los miró con sinceridad.

—Las cosas van a ser muy diferentes cuando volvamos al Centro, sin duda.

Mientras tanto, Gamma corrió detrás de Charlie y lo sujetó el brazo evitando que siguiera avanzando. Los dos se detuvieron a unos metros de la estructura donde estaban refugiados, en una zona no tan densa del bosque.

—¿Qué pasa? —se soltó al voltearse y mirar a Gamma.

—¿A dónde vas? ¿Vas a ir a buscarlo ahora?

—No voy a buscarlo —negó de inmediato—. Sólo estoy vigilando.

Gamma lo soltó, viendo en sus ojos cómo decía toda la verdad. Dio un paso atrás y lo miró más relajado.

—Creíamos que irías tras él, te veías muy alterado.

—A veces soy impulsivo, pero tampoco tan idiota como para ir a cazar sin saber ni dónde está —respondió también calmando su voz.

Gamma lo miró en silencio, luego ambos echaron un vistazo a su alrededor, comprobando la tranquilidad del alba. Entonces se dirigió a él desde su lado más sincero.

—¿Qué tienes con Okita? ¿Por qué te pones así cuando él aparece? —Charlie no habló, sólo miró al bosque— Hiciste lo mismo cuando fuimos con Julieta hoy...

No le gustaba hablar de ello, menos con alguien a quien no conocía cercanamente, pero en serio necesitaba hablarlo. Sólo India y Eco lo sabían, es decir, ya nadie con quien pudiera hablar sabía lo que le sucedía a Ross. Por eso miró a Gamma a los ojos a regañadientes y habló con el ceño fruncido y una voz aún más seca y ausente de la normal.

—No es contra él, no exactamente —la confusión de Gamma sólo fue una petición para que siguiera hablando—. Él tiene dos hermanos, ninguno de sangre. Yamato Kondō, antes Edwin Willows, hermano biológico de Maxine Willows, alias Joujou. Y Tetsu Ikeda, hermano biológico de Osowiec y Clover.

—¿Cómo sabes todo eso? —aún conociéndolo, aún usándolo como fuente de información todos los días, no podía creer que supiera cosas tan rebuscadas.

Charlie estuvo a punto de hablar, pero incluso su sentimiento de lealtad lo detuvo. Sólo negó con la cabeza y lo miró de nuevo.

—Sólo lo sé —él sabía mucho más de lo que el Centro creía, por eso nunca decía aquella información que nadie le pedía, pero eso no significaba que no tuviera intereses o curiosidad personal que se saciara con ella—. Hace unos meses, cuando fue el ataque al Myr, mi hermana fue enviada allí... e Ikeda la mató. A él le abrieron el cuello pero sigue vivo, y no sabemos cuándo voy a poder saldar mis cuentas con él cara a cara, por eso le haré sentir exactamente lo que él me hizo.

—Vas a matarle a su hermano... —murmuró mientras asentía lentamente— Y de paso también le das un golpe bajo a Osowiec, que suficiente daño hizo hace tiempo.

Charlie asintió, sintiendo de nuevo sus manos temblar de furia y de tristeza por sólo recordar lo que pasaba. Cómo también había sido alguien con la misma sangre de Tetsu, quien había eliminado a su maestro y mentor, quien los ayudó a integrarse a su hermana y a él.

—¿Y por qué no lo atacas directamente a él? ¿O a Clover?

—Osowiec es muy muy difícil de matar, es una pesadilla si está en el campo de batalla pero inaccesible cuando no, y por ahora está fuera. Con Clover es más sencillo, es bueno y peligroso sobre todo si está con Dice, pero no es tan inalcanzable como su hermano. Pero no sé siquiera si salga del Coliseum, no puedo simplemente sentarme a esperar para luego vengarme, ahora tengo una oportunidad y la voy a utilizar.

Gamma asintió, sorprendido por haber escuchado por primera vez los pensamientos de Charlie, pero realmente pudiendo empatizar con él.

—Sé que el Centro ya no es lo mismo de antes, las generaciones cambiaron, los más poderosos de su época ahora son mercenarios que rara vez se dejan ver y se mantienen en la política: Desde que Aphrodi se fue y gran parte del Zeus se unió a la Rebeldía, y después las bajas en Ogre, nos debilitamos mucho, no hubo realmente una unidad de élite hasta que consiguieron crear la Unidad Imperial, hasta entonces éramos un ejército mal organizado y sin un respaldo como lo fueron el Zeus y Ogre en su tiempo. Pero ya no me queda nada, ya no pueden hacerme daño, no tengo ambiciones... Hacerlos pagar por lo que causaron es lo único que me queda por hacer.

Esas palabras le fueron familiares. Era la misma mentalidad que parecía tener Danilov, de ahí que fuera tan despiadado y tan excelente como estratega y militar. Lo era hasta que encontró una ambición, y él lo sabía bien, mejor que nadie. Pero al contrario de que aquella ambición suya lo debilitara, lo fortaleció más, le dio aquella chispa de codicia humana que le hacía falta para volverse imparable. El mismo Gamma había intentado aprovecharse de esto, de su ambición, de Ángel Rey Cano, con tal de debilitar a Danilov, pero recibió todo lo opuesto de lo que pretendía.

Charlie era como Aleksander antes de que se encaprichara con el amor de Ángel, era un ser al que no se le podía hacer daño, que no tenía miedo pero sí resentimiento. La agresividad de Danilov nació después de que se abriera una pequeña brecha que permitiría herirlo, pues no iba a dejar que esto pasara, así fue cuando se volvió intocable, imparable, despiadado, y el consentido del Centro.

Charlie ahora tenía una misión, una forma de distraerse y seguir adelante después de lo que había sufrido. Pero si llegaba a conseguir una verdadera ambición, un verdadero motivo que le inundara el corazón de necesidad, podría volverse peor que cualquiera de los que ya eran respetados en el ejército.

No hablaría de nada de eso. Esa observación la mantendría para sí mismo como un recordatorio de la clave para volver implacable a un ser herido. Sólo asintió y le puso una mano en el hombro a Ross.

—Ahora que ya sé lo que sucede puedo entenderte, o eso creo —suspiró y miró a su alrededor antes de señalar la base con la cabeza para volver ahí—. Iremos por él en cuanto podamos, y tú vas a matarlo. Por ahora volvamos dentro, ya va a amanecer y tú apenas has descansado.

*** *** ***

TERCERA RONDA. Arena Asiática

Maxim Millennium - 60 puntos

Diego Mitzil, Tezcat - 40 puntos

Sōjirō Okita - 35 puntos

Charlie Ross, Charlie - 35 puntos

Zaphod Riker - 15 puntos

Iggie Loo - 15 puntos

Themis Law - 15 puntos

Christian Hudson, Ghiris - 15 puntos

Emma Ethans - 15 puntos

Liam Yark, Lima - 10 puntos

Faythe Heeler - 10 puntos

Pen Teller - 10 puntos

Langford Ash - 10 puntos

Panacea Utopía - 10 puntos

Bái Lóng Liu - 10 puntos

Oscar Yves, Oscar - 10 puntos

Daniel Genov, Gamma - 10 puntos

Coeus Heavens - 10 puntos

Dave Inchy - 5 puntos

Julieta Radic, Juliet - 35 puntos [FALLECIDA → Asesinada por Sōjirō Okita]

Romeo Dawns, Romeo - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Diego Mitzil]

Ryōma Sakamoto - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Julieta Radic]

Donna Akmatov, Delta - 10 puntos [FALLECIDA → Asesinada por Maxim Millennium]

Nobby Naga - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Charlie Ross]

Brighton Spark - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Maxim Millennium]

*** *** ***

Diría que este fue un capítulo tranquilo pero la verdad es que no: los Nowak y el Shinsengumi están ahora bajo amenaza de muerte porque resulta que la mujer que Tetsu degolló no era una NPC del Centro sino la hermana de Charlie... Y de nuevo hablamos de las jerarquías del Centro, para que vean por qué son tan competitivos y salvajes entre ellos mismos.

Tranquilo o no, el próximo capítulo vendrá un poco diferente, quizá este sí será tranquilo, pero luego ya no van a venir cosas tranquilas. Nada más aviso...

Gracias por leer y nos vemos pronto~ 

Atsushi~ 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro