[CAPÍTULO 19]
25/02/2022 | Arena Nórdica, Islas Izu, Japón.
Mike, completamente en shock por la imagen de Riccardo matando con varios golpes de hacha a Sierra, y por la frustración que no pudo canalizar por haber escuchado de parte de di Rigo, que no los iba a dejar volver, sólo se quedó quieto.
La saña de Riccardo impactó incluso a sus aliados. Saturn y Terry lo miraban en shock, mientras que Preston, el más cercano a la aldea en ese momento, también miró sin comprender.
Pero Hocus sólo se volteó a ver a Mike.
—Nunca me pareció bien la idea de que un día hayas matado a Davy y al día siguiente yo me siente a tu lado sin arrancarte la cabeza, pero las reglas eran las reglas después de todo... y ustedes las rompieron. Además ya oíste al jefe —conforme Hocus se iba acercando hacha en mano, Mike dejó a Eos en el suelo también tratando de alcanzar su espada para poderse defender.
Antes de lo esperado, lanzó el primer ataque que pudo ser bloqueado por Mike, y sí que pudo defenderse sin escudo y sólo con un hacha pequeña un tiempo, pero cuando Hocus logró desestabilizarlo, el propio golpe del hacha lo tiró al suelo, donde sólo lo remató con más golpes en el torso hasta que lo vio dejar de respirar.
—¡Alto! ¡Deténganse! ¡La arena ya terminó, deben retirarse! —a nadie le importó la voz de Einar, ni siquiera a quienes sólo miraban.
Por la mente de Mike sólo podía pasar la idea de que les habían dado de su propia medicina. Aunque ellos no supieran del cambio de reglas, sí que sabían que el Centro jugaba sucio, y que los rebeldes querrían pagarlo con ellos. Pero sentía tanto coraje, pasó sus últimos segundos de vida viendo el cielo con una profunda ira en él. Había sobrevivido a tanto para luego ser asesinado en contra de las reglas... Él las había seguido todo el tiempo, él no había cambiado nada, sólo quería irse, volver a su grupo, volver con Nyx y el resto de sus amigos, volver a escribirle a su tío, seguir siendo mejor de lo que esperaban...
Le prometió a Eos que lo llevaría de vuelta en nombre de Orion quien también había muerto por él, y ahora era más que obvio que lo iban a matar en cualquier momento. Llevaba toda la arena sobreviviendo con semejante herida y presión sobre él, se había arriesgado matando a Alessandro sólo para que ahora lo mataran sin darle oportunidad.
Riccardo no sabía que había sido Mike quien había matado a Roma hace años, pero aunque no hubiera sido di Rigo quien lo matara, fue quien le provocó aquella muerte repleta de furia. Mike pensó para sí mismo que esa había sido su venganza, quiso pensar que Riccardo lo hizo a propósito por haberle arrebatado a alguien importante; pero aún así no dejaba de desear que algún día, a él le sucediera lo mismo. Se arrepentía de no haber hecho un corte letal o por lo menos más profundo en el cuerpo de Archibald con tal de hacerlo sufrir.
Se disculpó una última vez con Eos, se disculpó con Orion y con Nyx... y simplemente lanzó una última mirada envuelta en odio al cielo bajo el que murió aquella tarde.
Hocus volteó a su derecha encontrándose con Riccardo de pie junto a Eos, pero aún podía escucharlo tratar de respirar, y aquello le causó una mueca haciendo que acelerara el paso hasta ponerse al otro lado de Dawn, quedando frente a Riccardo.
Le bastó con ver sus ojos unos segundos, luego sólo tomó del hombro a Eos y lo hizo girar hasta quedar bocarriba, y una vez así, ya habiendo sangrado suficiente por la herida previa, le clavó el hacha en el pecho, causando así que sus intentos desesperados de respirar finalmente terminaran.
Una vez con esta fuera, la dejó caer sobre el césped y miró a los ojos a Riccardo con cierta molestia incluso.
—Dijiste que no ibas a tener piedad, que no te ibas a detener hasta que todos murieran. Si vas a hablar así sobre la muerte y luego no cumplir, entonces mejor no hables. Ellos no tuvieron piedad con nosotros, pero tener piedad y tener respeto son cosas distintas. Si luchó dignamente pero aún así lo vas a matar, entonces no dejes que muera humillado —lo miró hasta que se agachó mojando así su dedo índice con la sangre del pecho de Eos. Con esta le escribió la misma runa que a Preston en la frente, para luego manchar casi toda su palma y así poderse pintar él gran parte de la cara.
Saturn y Preston se miraron justo cuando Riccardo tiró el hacha al fin y se fue con ellos. Hocus se acercó a los cadáveres de Mike y Sierra para repetir el gesto de dibujarles la runa de Tyr, el dios de la guerra, en la frente antes de irse con los demás.
Nada más entrar en la aldea, ya estaban los encargados de blanco por la calle principal, repitiendo el mensaje de que entraran en orden y sin armas al pasillo que se había abierto justo en el centro de la plaza principal.
Preston aún temblaba. Aquella arena parecía haber sacado los lados que ni ellos conocían de sí mismos. Él se desconoció al torturar a Oxford antes de matarlo, tampoco pudo reconocer a Riccardo ni terminar de procesar aquella repentina decisión de matar a los tres restantes del Centro, y sinceramente nunca esperó de Hocus una reacción así. Parecía que el mayor de los Sesame no sentía respeto por la vida ni la muerte, pero en esos pocos minutos Preston pudo darse cuenta de que simplemente no sentía ni apego ni miedo por los dos, lo que sí es que podía sentir cariño o desprecio hacia quienes desfilaban por ambas. De ahí el funeral que le hizo a Davy, Rob y Orion; de ahí la saña al matar a sus enemigos dentro y fuera de la arena.
¿Cómo alguien tan retorcido que se divertía torturando presos del Centro había decidido acabar rápidamente y con honor la vida de Eos? La respuesta era simple: Dawn no le había hecho nada, durante la arena le fue indiferente pues aunque se enfrentaron en la batalla campal, él no mató a ninguno de sus aliados, es más, él había matado al enamorado de Eos, quizá eso era lo que más peso tenía. Al contrario de los militares del Centro que capturaban en misiones y pasaban de amenazarlos de muerte a suplicar por su vida de una forma patética, Eos llevaba toda la arena luchando sin excusa aún herido desde el comienzo, mató sin humillar a sus víctimas incluso después de haber perdido a alguien tan importante. Pero seguía siendo su enemigo, por eso terminó su agonía y le mostró respeto como vencedor una vez muerto.
Ni Hocus ni Preston estaban en contra de lo que había decidido Riccardo, pero a Preston sí que le había impactado la rapidez y brutalidad con la que había terminado todo, mientras que Hocus no planeaba burlarse o ignorar a los otros tres chicos que, después de todo, habían sido ganadores también.
Una última mirada a la isla por parte de Preston le permitió ver en una calle anexa cómo estaban llevándose el cuerpo de Njord que ellos no pudieron encontrar. Y eso le recordó todo lo que había sucedido en aquella arena, todo lo que había perdido. Con eso bastó para calmar su mente. Podría mostrarles respeto como guerreros y caídos, pero seguían siendo enemigos. Y si ellos hubieran sido la minoría en desventaja, el Centro también se habría aprovechado de esta.
La tranquilidad de la isla a punto de quedar desierta por completo, comenzaba a ser envidiada por el mismo Centro.
Incluso en el silencio hermético del salón de retransmisión, Einar había empezado a hiperventilar por no saber qué más decir.
—N-no sé qué decir, Chester... —activó sus audífonos esperando establecer conexión con Horse quien se estaría preparando para ser emitido desde el otro estudio— ¿Chester? ¿Hola?
Apretó los audífonos contra su cabeza sintiéndose completamente desprotegido, pero confiando en que el micrófono que emitía su voz a la retransmisión en vivo ya estaba apagado.
—Chester... ¿Alguien? —siguió insistiendo por la línea, pero justo en ese momento alguien abrió la puerta de golpe.
—¡Einar!
Se quitó los audífonos de golpe y giró su silla hacia la puerta que quedaba en la parte trasera del estudio y medio piso más arriba de donde él estaba. Pero estaba demasiado lejos como para que su empobrecida vista consiguiera captar la silueta de quien había abierto la puerta. Sólo podía ver la luz del pasillo de cristal que entraba chocando con la oscuridad del cuarto.
—¿Quién eres? ¿Qué pasó? —se puso de pie, sujetándose de la mesa recibiendo así una falsa sensación de seguridad.
Aquella persona bajó las escaleras rápidamente hasta él y le tomó la mano permitiéndole que le tocara la cara.
—Namazuo, soy Namazuo, soy Enver —insistió tratando de calmarlo aunque él mismo estuviera tenso por la situación—. Vengo a sacarte de aquí. Pronto van a llegar los competidores al Ludus, así que por ahora todos los edificios de coordinación del Coliseum, este incluido, no son seguros.
—¿Por qué? —preguntó mientras él lo tomaba del brazo para salir.
—La gente está enojada. Los rebeldes lo están desde que dejaron de dar puntos y con el cambio de reglas todo empeoró, pero ahora los del Centro también están enojados. Los lanistas van a venir a estos edificios, los periodistas también... Todo el centro de mando del Coliseum y del gobierno en general está revuelto. No es que estemos en un golpe de estado ni que nos vayan a quemar vivos, pero si te ven seguramente te quieran bombardear a preguntas y te van a querer sacar información como si tú fueras Quagmire o Cinquedea. Además, ¿ya te olvidaste de Ashfield?
La cara de preocupación de Einar fue notoria de inmediato al comenzar a unir las piezas.
—Por eso vengo por ti. Escaleras —le indicó cuando comenzaron a bajar por estas y Einar se sujetaba del barandal de un lado mientras que del brazo de Namazuo del otro—. Bái-Lóng me envió. De todas formas ahora nos van a reunir a todas las unidades del Centro para darnos instrucciones, yo te mantendré informado de lo que sea.
—¿Y Bái-Lóng?
—Está en el Ludus, él ya no puede salir, ¿recuerdas? Pero ahora ya no es militar del Centro, ahora él es un participante más. La Élite de Mercenarios va a estar en el Ludus para vigilar que nada se descontrole, la Segunda Fase no va a poder con esto ellos solos. Ahora yo me tengo que ir a la reunión, aún hay tiempo pero por si acaso Muun me está cubriendo, primero te voy a llevar a un lugar seguro. Que no se te ocurra salir hasta que yo vaya por ti o te diga que ya está todo en orden, ¿de acuerdo?
—Sí... ¿Pero dónde me vas a llevar? Mi casa la tienen bien localizada, seguramente vayan a registrarla si Cinquedea me quiere buscar en ese momento.
—No, Cinquedea te quiere escondido también, nadie además de él va a decir nada al público, por eso mandó a Chester al plató donde está ganando tiempo y calmando las cosas con sus instrucciones. Te voy a mandar con Sasha, sigue en el hospital así que es un lugar seguro. A la Unidad Imperial ya la destinaron a que vigile y mantenga el orden en el edificio de mando, así que literalmente el único lugar seguro aquí es con Sasha. Luciel no está ahora, así que Konrad está al mando y va a ir a la reunión, mientras los demás van a cumplir lo que les dijeron. Hablé con Cora pero ella no está en el hospital ahora, ya está de camino al edificio de mando, así que te va a llevar Ángel.
Einar volvió a asentir justo cuando llegaron al vestíbulo y se detuvieron un segundo, pero al ver cómo ya en las calles se veía que el tráfico estaba más pesado y ruidoso de lo normal, Namazuo los llevó hasta el baño donde se quedaron unos segundos.
—Tranquilo, no es tan caótico como parece: las revueltas son en el gobierno, al menos por ahora. Sólo te debemos tener escondido para que no te intenten sacar información, y para que en Ashfield nada de eso se vea y el detonador finalmente se explote. Una vez estés con Sasha todo va a estar bien, seguramente iré por ti en la noche, y si aún no es muy seguro intentaremos que te quedes a dormir con él, o en el peor de los casos, le pediremos el favor a la mamá de Luciel. Cinquedea te quiere oculto así que no hay problema con esto, no te van a buscar ellos.
Entonces Ángel entró al baño encontrándolos recargados en los lavabos.
—Ya estoy, todo listo.
—Bien —Namazuo tomó la sudadera que Ángel le entregó y se la colocó a Einar—. Vamos a disimularte un poquito.
—Sí, el tráfico ahora es una pesadilla y pronto se pondrá peor, vamos a irnos en metro —asintió Ángel entregándole el gorro de lana que había guardado también en su mochila.
Enver se lo puso a Einar, le escondió por completo el pelo en este y por último le entregó un cubrebocas blanco.
—¿Pero a ti no te necesitan vigilando también, Ángel? —preguntó Einar mientras se acomodaba el cubrebocas.
—Los demás ya lo saben, me van a cubrir mientras llego. Sólo va a ser llevarte, cambiarme y listo.
—Listo, ya está. Rápido —Enver le entregó el brazo de Einar a Ángel—. Cuando ya esté todo bien iré por ti. Si Cinquedea nos da instrucciones pues más que perfecto. De todas formas yo estaré en contacto con Sasha, él te informará de lo que sea.
Los dos salieron finalmente del edificio y fueron rápidamente hacia la estación de metro donde al haber bastante gente, no destacaban en absoluto.
A Ángel no lo conocían en la calle, sólo llamaría la atención si llevara su uniforme, pero a Einar sí que lo podían reconocer fácilmente por sus numerosas apariciones en la televisión. De ahí que Namazuo se hubiera empeñado en disimular sus rasgos.
El metro llegó rápidamente y nada más entrar vieron cómo no había lugares para sentarse así que Ángel buscó rápidamente un tubo del que agarrarse sin soltar a Einar, y una vez lo halló llevó el brazo del rubio para indicarle dónde este estaba y así pudiera sujetarse también.
—Recarga tu cabeza, por si acaso —le susurró nada más cerrarse las puertas y comenzar a avanzar. Ángel lo había juntado más a él y lo abrazó, así cuando Einar se recargara parecería una simple escenita de pareja y así él tendría su cara aún más oculta contra la ropa de Arc.
No tardaron mucho realmente, nada más bajar en la parada adecuada, sólo tuvieron que caminar media calle hasta llegar al hospital donde Ángel entró como si nada. Hasta pudo darse el lujo de saludar a una enfermera cuando esta lo vio cruzar el pasillo en dirección al ascensor.
—Aquí es, ya llegamos —le avisó aún llevándolo de la mano cuando se detuvieron delante de la puerta del cuarto de Sasha.
Llamó un par de veces a la puerta pero al no oír una respuesta se temió que en ese momento se lo hubieran llevado a hacer alguna prueba, o incluso que lo hubieran llamado por lo que estaba sucediendo en el alto mando. Por eso no se resistió y abrió la puerta dejando que Einar pasara de una vez.
—Sasha —lo llamó nada más cerrar la puerta tras él.
Nadie le respondió, pero sí que pudo escuchar la voz de Danilov, y al ver la cama y el sofá vacíos, fue directamente al pequeño baño donde, efectivamente lo encontró. Se sujetaba de la pared y estaba de pie frente al inodoro, eso sumado a su forma de respirar le hicieron saber inmediatamente lo que sucedía.
—¿Estás bien? —se acercó hasta tomarle la mano que tenía cubierta por una capa delgada de vendas debido al catéter que lo unía al soporte con varias bolsas de suero. Pero nada más sujetarlo, tuvo una arcada más y con esta volvió a vomitar, sólo para que segundos después estuviera a punto de perder el equilibrio de no ser porque Ángel lo sujetaba— Tranquilo, aquí estoy. ¿Ya es todo?
Él asintió con torpeza y entonces Arc lo guio unos pasos a la izquierda para poder apoyarlo en el lavabo y abrir la llave para ayudarlo a enjuagarse la boca un par de veces.
—¿Ya estás mejor? —preguntó aún sin soltarlo de la cadera para así mantenerlo contra el lavabo y su propio cuerpo evitando que se cayera. Él asintió de nuevo y aprovechó para lavarse la mano que no tenía la venda— Está bien. Vamos de vuelta a la cama, ¿sí?
Sin darle tiempo de intentar caminar de vuelta a la habitación, pasó el brazo derecho por su espalda y el izquierdo por debajo de las rodillas de Sasha para así cargarlo y, usando ese mismo brazo, llevar el soporte del suero de vuelta a la cama. Lo colocó sobre esta, y volvió a acomodar las cosas antes de buscar con bastante prisa el oxígeno.
—¿Quieres que llamemos a alguien? —preguntó Einar tratando de buscar el brazo de Danilov desde el lado opuesto de la cama, y al notarlo, él movió su brazo para facilitarle el trabajo. Una vez se terminó de acomodar bien el oxígeno, negó ya cada vez más calmado.
—No, no pasa nada. Es que hace como media hora salí de una endoscopía, entonces entre la anestesia y... el tubo en la garganta, me desperté con náuseas. De hecho yo mismo me lo provoqué, así se pasa más rápido la sensación. Siento haberlos preocupado —explicó parando un momento para aclararse la garganta.
Einar siguió su brazo hasta llegar al hombro y acariciarlo con cuidado.
—¿Pero qué pasó? ¿Está todo bien? ¿Qué Einar no tendría que estar en la retransmisión? —se giró colocando su mano derecha sobre la que Aksnes tenía en su hombro, aunque mirando a Ángel quien dejó su mochila sobre el sofá y comenzó a sacar su uniforme.
—Ya acabó la ronda. Pero en vez de salir los ocho acordados, di Rigo mató a Sierra, Mike y Eos.
—¿Ya habiendo acabado la ronda? —al alzar su voz por la sorpresa, tuvo que toser un poco después.
—Sí, así que ya te imaginarás cómo deben estar las cosas en el mando y coordinación del Coliseum. Si los periodistas o los del alto mando del Centro que no están metidos en el Coliseum encuentran a Einar van a quererle sacar hasta la información que no tiene, y Cinquedea no quiere que se diga nada hasta después de una reunión que van hacer. Konrad va a ir en nombre de la Unidad, al resto nos mandaron a vigilar el edificio donde será la reunión. Sólo vine a traer a Einar, me tengo que ir ya.
Todo lo dijo mientras se desvestía al lado del sofá cambiándose al fin con el uniforme de la Unidad Imperial.
—Einar te contará los detalles ahora. Este es el lugar más seguro para él ahora, aquí no va a venir la prensa ni nadie a buscarlo. Cuando ya sea seguro, Namazuo vendrá por él, hasta entonces va a quedarse contigo.
—De acuerdo —no dejó de seguirlo con la mirada hasta que finalmente volvió a cerrar la mochila habiendo metido su ropa hecha una bola y se dirigió a la puerta—. Ten cuidado.
—Gracias —le dedicó una sonrisa y a Einar también, aunque este no pudiera verla—. Yo también vendré en cuanto pueda.
Se fue dejando la puerta cerrada y a los dos en un efímero silencio que Aksnes rompió.
—Salió ya con su uniforme puesto, ¿verdad? —Sasha asintió y eso hizo reír a Einar— No entró al baño así que se cambió justo delante de ti, y estoy seguro de que te lo comiste con la mirada.
—¡E-Einar! —de nuevo tosió al alzar la voz, aunque ahora mucho más sonrojado que minutos atrás.
—Pero te noté muy tranquilo, además siendo Ángel no se desnudaría enfrente de cualquiera así como así, así que asumo que esta no fue la primera vez. ¿Será este el momento que llevo esperando desde los dieciséis años?
—¿Desde los dieciséis? ¿Qué dices, Einar? No...
—Cuando estábamos en la preparatoria, en un recreo tú acabaste diciendo que el sexo te parecía algo sumamente desagradable, antihigiénico y sobrevalorado; entonces yo te dije que algún día superarías tu etapa de adolescente amargado y terminarías haciéndolo. Obviamente me dijiste que eso nunca pasaría pero yo siempre supe que este momento llegaría y te podría decir a la cara que "te lo dije".
—Y lo de antihigiénico y sobrevalorado no te lo niego, pero... las cosas se dan, ¿sabes? —al notar su respuesta tan despreocupada, inmediatamente sacudió su cabeza— Creo que ahora hay temas más importantes que mi pérdida de virginidad, señor Holmes. Cuéntame lo que pasó, cómo fue. Yo sólo vi hasta poco después de la muerte de Snio, luego me llevaron a la endoscopía así que no tengo idea.
Aunque una parte de él sintió que aquella conversación aparentemente desagradable para él, realmente le aliviaba. No hablaba así con Einar frecuentemente pues sus trabajos, la salud de Sasha y todo lo ocurrido en el Centro les impedía reunirse para hablar así como cuando eran más pequeños, antes de que se formara la Unidad Imperial. Aprovechaban las fiestas que organizaba la Unidad o los escasos días libres que les coincidían a ambos para verse y platicar así, pero sin duda era muy diferente a charlar en cada recreo. Una parte de Danilov deseaba volver a aquella época donde sólo era un rehén y no uno de los favoritos del Centro.
En el edificio donde tendría lugar la reunión, Gen miró con un poco de impaciencia su teléfono pues esperaba que Ángel llegara cuanto antes y nadie más notara su ausencia. Miró a Noel y negó con la cabeza haciéndolo suspirar.
Ellos dos estaban justo en la puerta, sólo debían verificar que todos quienes entraran al edificio tuvieran la licencia requerida. Dentro era donde estaban Nyx, Cora, Michael y Rina, vigilando diferentes zonas del edificio.
Rina recibió un mensaje por parte de Hobbes y tuvo que bajar un piso para darle el comunicado a sus compañeros pues durante las reuniones no podían usar los comunicadores tan cerca de las salas de junta por si se daba alguna interferencia.
Nada más bajar vio a Nyx de pie frente a la puerta donde se estuvo monitoreando todo el evento. Llevaba su uniforme como todos, al igual que su ametralladora para cumplir su deber de vigilancia; pero la más clara diferencia entre ella y Michael, el otro encargado de aquella planta, era su mirada.
Aún le resbalaban lágrimas de vez en cuando, sus ojos estaban enrojecidos y su nariz también, pero no se podía permitir demostrarlo pues se supone que estaba en servicio.
No tuvo tiempo de llorar. Nada más ver cómo Alessandro había muerto, sintió una alegría como ninguna: Mike había ganado, volvería con ella. Pero nada más ver lo que hacía Riccardo comenzó a temerse lo peor, y fue ahogada en la impotencia cuando vio que Hocus seguía el juego y era él mismo quien se cobraba la vida de Michael. No pasaron ni cinco minutos desde que lo vio caer muerto hasta que le llegó la llamada del centro de mando que les ordenaba presentarse en el puesto de vigilancia.
Se tomó unos segundos para llorar en el sofá, pero sabiendo que tendría que ir sí o sí, reunió todo el coraje que tenía y se fue a cambiar, salió de su casa y fue hacia el edificio indicado. Pero aunque ella hiciera su mejor esfuerzo por mantenerse firme, no podía engañarse: estaba destrozada.
—Ny, la reunión ya va a comenzar, ya nadie puede subir de este piso. Me lo acaban de decir —se dirigió a ella Rina.
Nyx asintió tratando de verse como si no sucediera nada, estaba decidida a hacer su trabajo. Pero Rina ya sabía lo que sucedía, por eso se permitió darle un abrazo corto y en silencio. Nyx lo agradeció, lo necesitaba, necesitaba ese cariño y consuelo ahora, pero la situación no se lo permitía, pero aquello fue suficiente como para ayudarle mínimamente.
Rina dejó una palmadita en su espalda y se separó finalmente.
—Voy a avisarle a Michael, ahora debo regresar arriba.
Enver fue el último en entrar a la sala de reuniones donde tomó asiento junto a Muun y Konrad. Entre los demás presentes estaban Fey, Dave Quagmire, Austin Hobbes, Quentin Cinquedea y evidentemente Gyan Cinquedea.
Mientras terminaban de arreglar los últimos detalles, muchos de ellos permanecían callados, pero Quentin no fue uno de ellos al dirigirse a Konrad.
—¿No va a venir el Zar? —su tono aunque era bajo sí que dejaba ver un cierto tono de burla y superioridad.
Konrad ya había notado que lo miraba desde hace tiempo así que por eso se mantuvo a propósito con la mirada en dirección opuesta y volteó fingiendo que no había notado en absoluto la presencia de Quentin.
—No, hoy no.
—¿Y Slocker? Hasta donde yo sé es el que manda cuando Danilov no está.
—No, tampoco pudo venir, hoy mando yo. ¿No te gusta que esté yo? ¿No te gusto? —recargó su cabeza en una mano mirándolo fijamente con media sonrisa que consiguió hacer rodar los ojos a Cinquedea. Sólo lo ignoró y volteó a otro lado consiguiendo que la sonrisa de Gerlach ahora fuera completa.
Miró a Enver y se rieron en silencio.
—¿Y los del Protocolo Omega? Oye, ahora que lo pienso, faltan muchos más: El Monte Olimpo, el Gir como subunidad...
—No pueden venir a la reunión participantes del Coliseum. En el Protocolo Omega casi todos son participantes o están muertos, así que no vale la pena contar con ellos. En el Monte Olimpo igual, y aunque Cronus estuviera bien, sigue contando como participante. El Gir lo mismo... Aunque Fey está en nombre de la Segunda Fase y como el Gir es subunidad de ellos, no hay mucho problema.
Asintió tras la explicación en susurros de parte de Namazuo.
—Ah, ya. Gracias por la explicación, quién te viera como líder de la Unidad Luz —rio en voz baja haciendo que Enver hiciera lo mismo—. Bái-Lóng puede estar tranquilo.
Ya temiéndose lo que se diría en la reunión, guardaron silencio cuando les avisaron de que esta comenzaría.
*** *** ***
Bueno, pues vinimos potentes hoy también. Muchas cosas en poco tiempo creo yo. Riccardo anda de alborotado, Hocus nos mostró un lado de él que no conocíamos, Preston sigue impactado, el mando del Coliseum está hecho un caos, Einar es un fugitivo de la prensa, Sasha perdió la virginidad, Nyx... Nyx es una pobre alma herida, y finalmente veremos qué va a pasar en la reunión.
El próximo capítulo tiene algunas revelaciones pero puedo asegurar que es un tanto más tranquilo. Espero verlos ahí pronto.
Gracias por leer, nos vemos.
Atsushi~
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