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[CAPÍTULO 15]

23/02/2022  |  Arena Nórdica, Islas Izu, Japón

Llevaba corriendo todo el día, no importaba que su persecución hubiera comenzado antes del amanecer; cada vez que ella paraba a descansar, sentía que di Rigo estaba cerca para atraparla.

Después de ver cómo mataba violentamente a Eco, aquel sentimiento de superioridad de Sierra hacia Riccardo se invirtió por completo hasta el punto de tenerle miedo. La persiguió por al menos una hora, pero su insistencia había conseguido desatar cierta paranoia en la chica.

No fue hasta la noche que consiguió calmarse y finalmente dejar de huir. Se refugió en las ruinas de una choza y tras ocultarse entre los tablones y telas, durmió hasta poco antes del amanecer.

Estaba cansada, pero se despertó al oír ruido cercano a ella. Nada más abrir los ojos, se quedó callada y mirando por las rendijas cómo no había nadie acechando fuera, pero sin duda había gente cerca. Podría tratarse de una víctima o un compañero, incluso de algún animal para cazar. Por eso apartó lentamente los tablones y salió en silencio, aún atenta a su alrededor, siendo guiada por el sonido.

Se escuchaba como una pelea, los gritos y golpes sonaban cerca. Se arrastró en silencio hasta salir de la zona tan llena de maleza donde estaba. Ahí fue cuando pudo ver algo que la sorprendió como nunca imaginó.

Justo enfrente de un pilar con la figura del dios Odín, estaban peleando Beta y Smoke. La pelea no fue lo que la sorprendió, sino ver cómo Beatriz era golpeada por Preston en la pierna con el hacha haciéndola caer al suelo.

Aquel de quien tanto se había burlado Sierra desde el principio ahora estaba ganándole en un uno contra uno a la subcapitana de su unidad. Era su compañera, tendría que ayudarla, pero por la paranoia y aún más el impacto de ver la ventaja de Princeton, pensó que su vida no valía tan poco como para arrojarla en un momento así. Podría decirse que era lo único que ella tenía ahora. Y se eximió de culpabilidad al convencerse de que Beta no haría lo mismo por ella.

Aunque en el fondo Sierra se cuestionaba eso y sólo se lo quería hacer creer para no tener remordimientos, era cierto.

Tan sólo un par de horas atrás, mientras ella aún dormía, Preston encontró a Alpha en la fortaleza junto a Beta. Consiguió hacerlo salir y separarlo de la chica tras idear una estrategia sencilla, y acabaron también en un uno contra uno en el que Preston temía por su desventaja. Alpha era muy fuerte, sus ataques eran firmes y su presencia lo era aún más, pero cuando consiguió acertar un corte importante en el cuerpo del mayor, inmediatamente lo desarmó e inmovilizó. 

Sostuvo la lanza que le había quitado y la lanzó contra la fortaleza para alertar a Beta, y una vez la vio asomarse a la ventana planeaba degollar lentamente a Alpha delante de ella para luego gozar de su sufrimiento antes de herirla también pero sin dejarla morir. Pero cuando ella bajó escudo y hacha en mano, él ya tenía la daga rozando el cuello de Gaudin, lo mataría antes de que ella pudiera luchar por salvarlo, así disfrutaría de la impotencia de Beta, así le haría sentir lo que ellos sufrieron al ver a Lucien morir delante de ellos, lo que sintió cuando Colby fue asesinado sin poder hacer nada por él.

Pero en el último momento Preston separó el cuchillo del cuello de Alpha, Beta le había salvado la vida a su novio, pero no por enfrentarse a Preston, sino por haber huido demostrando que no planeaba rescatarlo. Ahí fue cuando lo entendió: lo que más amaba Beta no era a Alpha, ella se amaba a sí misma sobre todas las cosas. A Preston no le importó descubrir la gran autoestima que se tenía, no le pareció una naturaleza arrogante, simplemente era diferente a él. Él derramaría su última gota de sangre por Uta, dejaría que le quebraran las costillas una a una sólo para que ella estuviera a salvo, y Alpha había demostrado lo mismo por Beta, salió a defender la fortaleza sin pensarlo; pero ella era diferente, por eso Preston cambió de objetivo.

Colby le pidió que le quitara lo que más quisiera para hacerla sufrir. Los dos creían que se trataría de Alpha, pero se trataba de su propia vida. A pesar de ser militares, sus mentalidades eran muy distintas: Preston no temería morir con tal de que Uta estuviera a salvo, es más, su mayor temor era que ella sufriera algún daño, su peor pesadilla era verla morir; pero Beta podría lidiar con la muerte de Alpha, su mayor temor era morir.

La haría sufrir, le concedería el temor de saber que su vida se podría terminar en cualquier momento, le arrebataría lo que más quería.

Por eso aquel golpe con el hacha no se clavó en su cabeza, sino que a unos pocos centímetros de distancia de esta, llegó a cortar parte de su oreja, pero lo más importante fue que la hizo gritar de terror y perder el aliento una vez notó cómo seguía viva pero no por mucho.

—¡No fue personal! —la oyó gritar justo antes de que con una daga atravesara su manga y la dejara inmovilizada contra el suelo— ¡No lo maté por nada en especial! ¡Lo habría hecho con cualquiera, sólo quiero volver a casa!

—Todos queremos volver a casa —puso una rodilla sobre el estómago de la chica mientras sacaba otra daga—. Colby también quería volver, ¿sabes? Y esto sí que es personal —esta la clavó ahora rozando su cuello para así asustarla por unos segundos más.

—¡Tú también matarías a Alpha, matarías a mis compañeros, ya lo has hecho!

—¿Y qué? —en eso sujetó el hacha de nuevo para juguetear con esta dudando sobre el lugar donde la clavaría a continuación— Es tan patético que pases de creerte la reina de la arena, de ser la asesina de las trampas, a suplicar por tu vida de una forma tan miserable después de haber abandonado a quien iba a dar la vida por ti. Esto es personal, ya te lo dije. No estoy matando por matar, estoy matando para hacerte sufrir. Lo iba a matar delante tuyo para que sintieras lo que es perder a quien más quieres, pero realmente tú eres a quien más amas, por eso estoy disfrutando tu agonía, tu miedo, cómo te aferras a la vida incluso arrastrándote como un simple gusano.

Las palabras de Preston habían hecho que ella derramara lágrimas, quizá por el miedo, quizá por la culpabilidad de aceptar que ella no dudaría en salvarse a sí misma aunque se llevara la vida de Alpha por delante. Por saber que él se sacrificaría por ella aún sabiendo que Beta no haría lo mismo.

—¡Alpha! —gritó con toda la fuerza que pudo antes de que un nuevo grito de terror emanara de ella cuando el hacha se clavó arriba de su cabeza sin matarla todavía.

—Qué miserable... ¿seguirás sin hacer nada? —murmuró mientras se levantaba con las manos vacías— De todas formas nada de lo que hagas podrá ayudarlo.

Ella hiperventilaba, no aguantaba la desesperación, estaba al borde de una crisis si es que no la tenía ya.

—Le doy todos mis puntos a Alpha... —dijo entre lágrimas antes de tomar aire y gritar— ¡Todos mis puntos para Alvar Gaudin! ¡Le doy todos mis puntos a Alvar Gaudin! ¡Dénselo todo, sáquenlo de aquí ahor-

Su grito se interrumpió cuando Preston tomó el hacha del suelo y la clavó en el abdomen de Beta abriendo una herida mortal. Por una milésima de segundo sintió dolor al ver la cara de Beatriz mirando al cielo del amanecer con miedo y desesperación. Nunca había matado a una mujer con saña, nunca había torturado a una, por un instante pensó en Uta, en su madre... Pero cuando vio la sangre correr por la boca de Beta pensó en cómo ya más de una vez habían querido torturar a Uta psicológicamente, cómo habían matado a su madre sin pensarlo dos veces, cómo Beta había matado sin resentimiento a Colby. Ella sería capaz de matar a Uta, fue capaz de matar a su mejor amigo, mataría a su padre incluso sin pensarlo... Y si él volvía a dudar, sólo le daría la oportunidad de hacerlo.

Sintió de pronto paz, cómo la llama de la venganza se encogía muy ligeramente al haber cumplido uno de los deseos de Colby: hacerle a Beta lo que ella le hizo a Preston, arrebatarle una de las cosas que más amaba.

—No lo entiendes —murmuró al sacar el hacha del cuerpo de la chica y retirar las otras dos dagas—. No puedes hacer nada por él. Le acabas de salvar la vida, pero eso no es lo que él más quiere... Eso eres tú, y ahora vas a morir, vas a destrozarlo, vas a hacerlo sufrir después de que él lo haya dado todo por ti. Estuvo dispuesto a sacrificarse por ti, y tú le vas a pagar provocándole el mayor dolor de su vida.

Sierra miraba boquiabierta la escena aún sin poder reaccionar, sin poderse mover de entre los árboles, pero no demoró en escuchar también los pasos de Alpha que corrían hasta la escena. Preston sólo dio un paso atrás viendo el rostro de Beta destrozado por la tristeza.

—Felicidades, Beta. Fuiste la competidora más cruel de la arena... Tendrás un gran lugar en el Helheim.

Al ver cómo comenzaba a correr, Sierra, temiendo que su destino fuera el mismo de Beta, también huyó en dirección contraria a Preston.

—¡Beta! —Alpha llegó demasiado tarde. La carrera en el frío con una herida grave en el brazo lo retrasaron demasiado, y cuando llegó pudo ver a Beta en sus últimos segundos sobre la nieve manchada de sangre.

Así como dijo Preston, él no podía soportar el dolor de verla así. La mancha en la nieve creció gracias a la hemorragia en su brazo que aumentó cuando dejó de apretar la herida e intentó sostener a su moribunda novia entre sus brazos.

—Alvar Gaudin recibe 65 puntos quedando con un total de 100 puntos, Beatriz Brown tiene un total de cero puntos. Felicidades al primer ganador de la Arena Nórdica y primer ganador por puntos en el Coliseum.

—¡No, Beta, no! —suplicó al ver cómo ella ya no reaccionaba, al sentir la desesperación de saber que volvería a casa sin ella y antes que todos los demás.

—Beatriz Brown es asesinada por Preston Princeton quien recibe 25 puntos por su muerte, teniendo un total de 95 puntos.

—¡¡No, Beta, por favor!! —Preston llegó a escuchar aquel grito al igual que Sierra— ¡¡Beatriz, por favor!!

Lo siguiente que se pudo escuchar fue un grito de sufrimiento puro al abrazar el cuerpo de su novia completamente inerte, de aquella por quien quería dar la vida sin importar que ella no pensara hacer lo mismo. Él sí la quería, él moriría feliz sabiendo que fue por protegerla, por eso ahora viviría en la agonía por saber que sucedió todo lo opuesto. 

En pocos minutos llegaron por él sin que ningún otro competidor lo viera, se lo llevaron de vuelta al Centro mientras todos menos Sierra y Preston se preguntaban qué había pasado exactamente.

Einar suspiró. No le estaba gustando eso: aceptar una transferencia de puntos que no fue hecha correctamente, tener que apoyar tanto a alguien a quien no apreciaba, notar por sí mismo la evidente preferencia hacia el Centro aún sin poder hacer nada. Él pertenecía al Centro, pero aún así no le hacía gracia ser el portavoz de una injusticia evidente cuando en un principio se dijo que serían imparciales frente a la competencia.

—Einar —escuchó la voz de Chester quien no llevaba demasiado en el estudio. El hombre sólo le puso una mano en el hombro y suspiró con resignación—, hijo, haz lo que te digan, no te metas en problemas, sólo es un trabajo. Las cosas ya están suficientemente feas, si tú entras en esto, la situación no hará más que empeorar, no sabemos lo que pueda pasar. Tú sólo lee, no hables de corazón, será menos complicado así.

El chico llevó la mano a la de Chester y volvió a suspirar con frustración.

—Sí, lo sé.

Y como si fuera hecho a propósito, justo entonces abrieron la puerta del estudio. Chester se giró y recibió el papel que traían para evitar que el enviado entrara o se pusiera a hablar con Einar en ese momento.

El suspiro de Chester hizo que Einar se tensara por temerse que se tratara de alguno de los cambios repentinos que hacía el Centro respecto a la competencia.

—¿Qué es? ¿Dice algo? —preguntó Einar girándose hacia él y estirando las manos esperando poder tomar el papel para sentir la información que venía impresa en braille.

—Yo lo diré, ¿sí? —le colocó una mano en el hombro y Einar asintió en silencio.

Él se levantó de la silla con ruedas dejando que Chester se sentara en ella y tuviera un mejor acceso al micrófono.

—A todos los participantes se les informa que, debido a la muerte inesperada de Caesar Cornell y la reciente victoria de Alvar Gaudin, el número de vencedores al final de la ronda se reducirá a ocho. Sigan luchando valientemente, así alcanzarán la victoria no sólo en vida, sino también en el Valhalla.

A Hocus, Rob, Davy y Njord, aquella noticia les llegó justo cuando estaban comenzando a organizar algo para poder desayunar.

—No me estés jodiendo —dijo Hocus nada más despertarse debido al sonido del informe. Estaba aún medio acostado en el suelo de la cubierta con dos mantas gruesas encima, pero pudo encontrar rápidamente a Davy y Njord quienes estaban poniendo a cocinar el pescado que había atrapado Rob con las redes antes de echarse otra siesta después de su turno de vigilancia—. ¿Alpha ya ganó?

—Buenos días —rio Davy con cierta ironía mientras que Njord sólo asintió.

—Hace no más de quince minutos —dijo Snio con seriedad—. Beta le dio todos sus puntos antes de morir.

—¿Ya murió Beta?

—Preston la mató —asintió Jones.

—Ahora lo entiendo... Qué maldita suerte tuvo Alpha: tener los cien puntos justos sumándolos con los de Beta... —suspiró Hocus ahora moviéndose más hacia ellos y el fuego aún envuelto con la manta.

—Sí, nosotros lo tuvimos que comprobar porque en serio no creíamos que se pudiera ganar por los cien puntos.

—Revísalo tú mismo si quieres —dijo Njord mientras le daba la vuelta a uno de los pescados.

Hocus se quedó quiero un instante pero luego se decantó por hacerlo. Fue hasta la parte trasera del mástil donde había una elaborada decoración grabada en la madera, dejando un hueco especial para la insignia. Colocó la suya y rápidamente se desplegó una pantalla donde pudo ver su total de puntos y el por qué los había recibido o perdido, pero se dirigió a la lista principal donde pudo ver cómo, efectivamente, Beta estaba muerta sin tener ni un sólo punto, y Alpha estaba marcado como vencedor con cien puntos.

Cuando volvió con los demás, vio cómo Crusoe subía las escaleras desde la bodega, quizá el ruido lo había despertado.

—Buenos días —lo saludó Davy, haciéndole un espacio junto al fuego al igual que a Hocus.

Njord quedaba de espaldas al mar, pudiendo ver hacia el muelle y la costa, vigilando que nadie se acercaba.

—Así que ya sólo van a ganar ocho... —suspiró Rob con la mirada en el fuego— Lo de Alpha lo entiendo, técnicamente ya ganó. Pero lo de Cornell me parece que ya se lo sacaron de la manga.

Davy le dio la razón algo molesto mientras volteaba de nuevo los pescados.

—¿Y podremos ganar todos? —rápidamente entendieron el significado de la pregunta de Hocus.

—Creo que sí. Bueno... Nosotros ya somos cuatro, aún quedan además Riccardo y Terry, Preston, Saturn y Alessandro —una vez Jones concluyó la cuenta, suspiró—. No vamos a poder todos.

—Al menos uno de nosotros no lo conseguirá —murmuró Rob.

—Eso suponiendo que para el final ninguno más haya caído —dijo Njord ya sacando el primer pescado y entregándoselo a Crusoe para luego darle a Hocus.

—Y si llegamos... ¿quién se quedaría? ¿Sería un sacrificio o haríamos como los del Centro y nos mataríamos entre nosotros? —Hocus esperó hasta que Davy y Njord también estuvieran servidos para empezar a comer los cuatro juntos.

Davy suspiró y, casi como si leyera la mente de su amigo, rodeó a Rob con un brazo juntándolo más a él.

—Ya pensaremos en eso cuando llegue el momento, el Centro no ha jugado limpio así que a lo mejor nosotros podemos hacer lo mismo también... Eso ya lo veremos. Por ahora vamos a comer, me muero de hambre.

Los demás asintieron y comenzaron a comer. Hablaban poco pero sobre temas ajenos, como lo era el sabor del pescado que tanto le gustó a Rob, o que esperaban que el lobezno volviera a la zona ese día también. Se les fue la mañana comiendo, recogiendo otra de las redes, y hablando alrededor del fuego para pasar el tiempo.

Así fue hasta que Davy les pidió silencio.

—Oí algo...

Njord movió su cabeza intentando observar mejor la vegetación que había antes de llegar a la playa, pero esta era suficientemente espesa como para no dejar ver a nadie, la playa estaba vacía y ahora en silencio.

—A lo mejor era un animal, oí hojas moverse —dijo Davy un poco menos tenso al ver cómo no parecía haber nadie.

—¿Será el lobito? —preguntó Rob también mirando en esa dirección.

—No creo —negó Njord, pero aún así tomó en cuenta la sugerencia de Rob y se acercó a la orilla del barco para silbar llamando al animal como hizo los días pasados, pero ningún lobo se acercó o hubo mayor movimiento—. No es, pero presiento que hay algo...

—En ese caso no hay que quedarse con la duda —Hocus caminó hasta la popa del barco con el arco y flechas que había en la bodega y apuntó hacia la vegetación—. Ahora que ya sabemos que no es el lobo de Njord, no hay por qué preocuparse si le damos a algo.

Y una vez soltó la flecha, esta atravesó una parte de los arbustos y se clavó en un árbol sin permitir mayor sonido.

Permanecieron atentos, mientras que Eos, quien estaba acostado en el suelo, vio esa flecha clavarse a tan sólo unos centímetros de él.

Orion lo miró igual de asustado y tratando de ayudarlo a moverse pues ese ruido no había sido otro sino que el del golpe de su cuerpo contra el suelo cuando una rama rozó su herida y no pudo mantenerse aunque estuviera en cuatro patas al igual que los demás para no ser vistos.

—Sólo están estorbando —masculló Sierra con enojo después de ver la flecha y temiendo morir de la misma forma.

Sin preocuparse más por el ruido, se movió hasta llegar delante del muelle y así poder correr hacia él pretendiendo comenzar ya el ataque.

—A esta idiota la van a matar —negó Spectrum al verla.

Hocus ya la tenía en la mira, pero justo antes de soltar la flecha, Spectrum arrojó un puñal cerca de él que quedó clavado en el mástil, pero aún así, Njord tuvo que moverlo para evitar el ataque.

¡Ay, puta! —gritó en el momento en el que soltó la flecha sin querer, fallando el objetivo.

—¡Son del Centro! —gritó Njord para que Davy y Rob terminaran de adoptar una posición de ataque, o más bien, defensa.

Sierra logró llegar al barco mientras Spectrum la cubría y los demás seguían escondidos. Y Orion pretendía permanecer así, más aún después de que Eos demostrara que seguía sin encontrarse bien en absoluto como para pelear, pero Mike los miró fríamente antes de salir también hacia el muelle.

—Si se quedan aquí sin luchar, cuando regrese yo mismo los mataré —la mirada de Orion intentó resistirse, pero Mike lo notó en seguida—. ¿Intentaban la maniobra de los amantes trágicos? Pues miren qué bien le funcionó a Beta y Alpha.

Lo primero que hicieron fue detener a Sierra. Njord quiso romper la escalera pero ella consiguió subir en el último momento alejándolo de esa orilla para que los demás pudieran subir también.

Spectrum llegó justo detrás de ella al igual que Mike y finalmente Orion y Eos. Había diferencia numérica, pero aún así, Sierra dejó de sentir confianza, es más, volvió aquella paranoia, cuando se enfrentó cuerpo a cuerpo con Snio.

Hocus dejó el arco y recuperó el hacha para enfrentarse a Spectrum. El momento en que chocaron sus miradas fue ciertamente aterrador. Ambos llegaban con fama de cargarse muertes a la espalda sin remordimiento alguno, sin siquiera pensarlas; y ahora ambos iban a enfrentarse. Iba a ser un duelo entre dos dioses de la muerte, como había dicho Chester para la retransmisión al público.

Hocus se quitó la capa arrojándola a un lado para luego sujetar mejor su hacha mientras que Spectrum desenvainó otro puñal aún mirando con cierta amenaza al mayor de los Sesame.

Pero esa tensión no resistió más tiempo. Fue Spectrum quien se lanzó a atacar primero, pero su ataque fue detenido por el hacha de Hocus quien, nada más hacerlo, usó el lado opuesto al filo y la zona del mango para golpear en la cabeza al chico y así tirarlo al suelo. Aunque se quiso levantar rápidamente para tomar su puñal y volver a atacar a Hocus, este le pisó la muñeca impidiendo que tomara el arma y así poder arrebatársela para luego volver a golpearlo en la cabeza provocándole ahora un aturdimiento mayor.

—Así que el enviado del Helheim, ¿eh? —se burló mientras tomaba su hacha para seguir con el combate una vez su rival tuviera mayor lucidez— Debes extrañar mucho tu hogar, déjame mandarte de vuelta allá.

*** *** ***

SEGUNDA RONDA. Arena Nórdica (Vikingos y celtas)

Alvar Gaudin, Alpha - 100 puntos [GANADOR]

Preston Princeton - 95 puntos

Riccardo di Rigo - 70 puntos

Eos Dawn - 40 puntos

Hocus Sesame - 35 puntos

Njord Snio - 25 puntos

Rob Crusoe - 25 puntos

Baron Oxford - 25 puntos

Terry Archibald - 25 puntos

Davy Jones - 20 puntos

Orion Hunter - 20 puntos

Michael Watt, Mike - 15 puntos

Dawntavius Spectrum - 15 puntos

Ringo Saturn - 15 puntos

Sierra Noor, Sierra - 15 puntos

Alessandro il Grande - 10 puntos

Beatriz Brown, Beta - 0 puntos [FALLECIDA → Asesinada por Preston Princeton]

Colby Columbia - 0 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Beatriz Brown]

Erik Stephens, Eco - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Riccardo di Rigo]

Harkness Torchwood - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Eos Dawn]

Ryan Blake, X-Ray - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Colby Columbia y Preston Princeton]

Lucien Dark - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Baron Oxford]

Ethan Ziegler - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Riccardo di Rigo]

Perses Destroyer - 10 puntos [FALLECIDO → Asesinado por Hocus Sesame]

*** *** ***

Esta vez venimos con un capítulo cortito pero potente. Espero que les haya gustado.

Tuvimos al primer ganador por puntos, a Beta que ya partió de este mundo, a Sierra con paranoia, a Preston enrabiao... Muchas cosas. Einar se nos está poniendo nervioso, y es bien sabido que algo se está trayendo el Centro, las cosas se nos ponen tensas...

Nos veremos en el próximo capítulo que espero subir el miércoles o sábado, y sabremos qué pasó con la pelea naval y todo eso.

Muchas gracias por leer y nos vemos pronto.

Atsushi~

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