17
Caterina.
Cuando escuche el disparo del arma sonar, una parte de mí se desmorono, aún después de todo me era difícil creer que Heiwa era una mentira, pero luego de esto, todo lo que mi abuelo me había enseñado se derrumbó frente a mi e un instante.
Dolía bastante.
Aún asi, lo que le había dicho a Stefan era cierto, esto era culpa de Jones, de su egoísmo y su narcisismo, él debía pagar por esto y sin importar cuanto doliera, estaría allí para verlo pagar por lo que estaba haciendo.
- Debemos hacer algo- dice Mark con los puños apretados de la ira.
El sonido de la puerta cerrándose nos interrumpe, los cuatro nos giramos sorprendidos.
- No digas tonterías muchacho, si hacen algo ahora solo conseguirán que esas muertes no valieran la pena. - dice la abuelita de Rin, caminando con dificultad siendo ayudada por su bastón.
- Pero abuela Zo, Lina era tu nieta, le acaban de matar frente a todos – digo con un nudo en la garganta, sus ojos se llenan de lágrimas.
Ella me mira con una pequeña sonrisa.
- Sentir ira es la peor herramienta para la justicia. - una lagrima se le corre por la mejilla. - Lina era mi nieta, pero si vas a hora su muerte no valdrá nada, Jones sabrá que tuvimos algo que ver e ira a buscar a los cómplices, si nos mata a todos ¿Quién protegerá Heiwa? - se limpia las lágrimas con el dorso de la mano que tiembla hasta llegar a su rostro.
Presiono los labios intentando mantener mis emociones a raya, porque estaba furiosa. No entendía como Jones había sido capaz de matar a esas personas.
- ¿presentías que esto sucederías? Por eso viniste- pregunta Stefan. La abuela Zo le mira.
- Fue a mi casa temprano, pregunto acerca de tu primo, le dije que no sabía nada, luego vio a Rin, supongo que recordó su estrecho lazo con Nina porque nos acusó de encubrir a los Arani, negamos toda acusación inmediatamente... a jones no le gusta mucho que no le den la razón, abofeteo a mi hija... pero mi Rin es una luchadora, logro golpear a Amelia. - se ríe- estaba furiosa. - asegura.
- Esto es nuestra culpa...- murmuro llamando la atención de todos.
- No, no lo es Nina, Jones ha tenido un interés particular en destruir a mi familia desde que mi difunto esposo no quisiera ayudarlo en sus proyectos. Tu familia solo fue el pretexto. – se acerca hasta uno de los sillones cerca de la ventana. - escuche de camino hacia acá que han ido con Nelly después de verte, esa chica, la de cabello lacio oscuro era una de sus chicas. -
Me giro para ver la pantalla que aun esta trasmitiendo, entonces algo hace clic cuando veo a uno de los hombres tirado, aun cubierto de sangre le reconozco.
- No – susurro, Stefan me mira con preocupación – no puede ser- me llevo una mano al pecho sintiéndolo más pesado.
- ¿Nina? - siento el brazo de Stefan sobre mis hombros.
- Es Marco, yo no lo note, pero... es Marco. -la vista se me nubla con las lágrimas.
- ¿Marco? No entiendo. - su rostro se llena de preocupación.
- Marco es tío de Valentina, solo lo vi una vez hace 8 años, pero, es él, el cuñado de mi hermano. - explico en voz baja.
- Oh claro – dice el doctor Araki acercándose más a la ventana. - tampoco lo reconocí- se ajusta los lentes. - ha cambiado mucho a como lo recordaba. Él pobre chico tenía muchos conflictos, siempre se mantuvo alejado de su familia, vivía en los límites y muy rara vez se le veía en la ciudad. Sufrió mucho cundo su hermana murió. Recuerdo que ese día, amenazó con matar a Miles, tu difunto abuelo levanto algo y se lo arrojo, él estaba furioso. -
- ¿Por qué él? - pregunta Mark cruzado de brazos. - los demás es entendible, la nieta de la Sanadora Zoule sabiendo que ella nos podría estar ayudando, el profesor Clader con sus robos de alimentos clandestinos, Ruth posiblemente por estar asociada con Nelly, Martin era nuestro mensajero, Elena era hija de Martha y Ángela se ofreció como voluntaria para enseñarle a los niños , pero entonces, Marco ¿Por qué?.- se pone los dedos en la barbilla pensando.
Pero esto está muy claro, es por nosotros.
- Estaba asociado a mi familia... le mataron por nuestra culpa. - Stefan me acerca más a él.
- No creo que esa haya sido la razón Nina. - me dice en tono reconfortante.
- No lo fue- asegura el curador – lo más probable, es que la razón esta ligada a su separación familiar, tal vez no lo recuerdas Nina, eras muy joven, pero Marco siempre estuvo metido en asuntos algo...mmm, ¿Cómo llamarlo?, torcidos, decían que trabajaba para Zanglat, no puedo asegurar que era verdad, pero lo murmuraban mucho, quizá, este día a Zanglat se le olvido que trabajaba a su nombre. - me aprieta el brazo en un gesto reconfortante.
No muy convencida, asiento dejando el tema de lado.
- ¿entonces qué haremos? - pregunta Mark mirando a Stefan, mientras él mira por la ventana pensativamente.
La puerta es abierta de nuevo, por ella entra Marjorie quien luce como si acabara de tomar un baño, al igual que Stefan, tienen algunos rastros en él rostro de heridas, señal de que fue golpeada, su ceño se frunce con molestia mirándome.
- ¿Qué carajos haces aquí? – me pregunta en un tono furiosos con los brazos cruzados.
- ¿disculpa? - giro para verla mejor sin comprender su actitud.
- Esto nos pone en riesgo ¿sabes? - le dice a Stefan, él rueda los ojos y suspira.
- Ahora no Teniente. - pide Stef cansado, se toca la frente caminando a la gran mesa que tiene en la habitación.
- ¿ahora no? Acaban de torturarnos y han matado a gente inocente, mientras tú, solo piensas en traer a tu nueva noviecita. – suelta groseramente.
Stef se recarga sobre la mesa con fastidio, siento que en cualquier momento le gritara. Necesita que alguien lo apoye. Cierro los ojos suspirando, preparándome para la pelea.
- ¿siempre tienes que ser tan grosera? - le digo a Marjorie, me mira con desagrado. Mark me mira con la boca abierta, pero le ignoro. - él no me trajo hasta aquí, vine por mi propio pie, asi que compórtate como lo que eres, una teniente, deja tu despecho de lado y vuelve en tus cabales, lamento mucho que te torturaran esta mañana, pero si de verdad te preocupan las personas, deja tu berrinche para después. - su rostro se llena de furia.
- Eres una...- intenta insultarme.
- Si, si, lo que digas – le interrumpo. - insúltame, no necesito que me quieras, solo sopórtalo para un momento en el que no tengas que usar toda tu energía en algo más importante. - Mark estalla en carcajadas.
- Ah, ya veo. - expresa el curador, como si acabara de hacer un descubrimiento, la abuela Zo ríe.
Miro a Marjorie en una batalla silenciosa, debo admitir que me asusta y es intimidante, pero mi abuelo siempre decía que nunca debíamos mostrar temor hacia nada, porque entonces perderías. Si ella me ataca estoy dispuesta a atacar.
- ¿vas a permitir esto? - me señala dirigiéndose a Stefan, enarco una ceja sorprendida por su descaro al creer que Stef le dará la razón.
Él le mira evidentemente molesto.
- ¿permitir que? ¿ que se insulten? Tú fuiste quien entro tratándole mal, no esperes que sea cortes contigo. – desliza las manos por la mesa enderezándose. Le señala. - no estoy de humor teniente, este no es el momento. Sé que eres consiente sobre la mierda de día que fue hoy. Asi que, ¿eres mi teniente o te largas a tu habitación? - el tono de voz de Stef es duro y su mirada podría congelar a cualquier persona. Cierro los ojos para no soltarme a reír en la cara de Marjorie.
Ella guarda silencio apretando los dientes.
- Me quedo General. - le mira retadoramente, pero en su voz se nota que sus palabras son reales.
- Bien. – Stef deja de mirarle. En un breve momento nuestras miradas se cruza, el me da una pequeña sonrisa que respondo. – Mark, necesito que vuelvas al refugio, asegúrate que Denise se encuentre bien, la noticia de su esposo debió ser dura. Si puede alguno de los dos- señala a los sanadores – necesito que vayan con Mark, por favor. -
- Ira Araki, me quedare a vigilar a los soldados, aún hay algunos débiles. – dice la abuela Zo, escribiendo algo en su trasmisor. Araki asiente.
- Gracias. Teniente. - cuando se dirige a ella aún se le nota la molestia- necesito que vayas con Nelly y averigües acerca de la visita de Jones. - le ordena.
- Bien- dice molesta dándose la vuelta dejando la habitación.
Todos la vemos partir consternados con su actitud.
- Desde que intenté revisarla, supe que era difícil. - afirma Araki, Mark se ríe.
- Y no la conoce totalmente. – le responde sonriente. Stef niega tomando algunos papeles.
- Bien iré a ver a los soldados, espero que todos puedan tener una tarde... relativamente tranquila. - la sanadora se levanta de donde estaba sentada dirigiéndose la salida.
- Si no te molesta Mark, debo ir al sanitario, soy una persona mayor. - se levanta caminando rápidamente al sanitario de la habitación.
- Adelante. - dice Mark acercándose a la mesa donde esta Stef, también me acerco. - ¿sabes que le sucedió a Marjorie? Esta más irritable de lo normal. - pregunta mirando a su primo.
- ¿Eso no es normal? - pregunto en serio.
- Eres muy linda- Mark me pellizca una mejilla, me quejo y él sonríe.
- No lo sé, no tuve tiempo de hablar con ella, cuando se le pase lo intentare averiguar. – promete.
- Mmm, bien. Por cierto ¿Qué hago con ella? - me señala con su pulgar.
Stef me mira sonriéndome, me acaricia el rostro en un gesto afectuoso.
- Es mejor que te la lleves, no es seguro aquí. - su primo asiente.
- Espera, creo que yo puedo decidir qué hacer con mi vida. - Stef me mira divertido.
- Te iras, no voy a ponerte en riesgo. – dice cálidamente.
- Escucha, sé que le dije a Marjorie que no era momento de berrinches, pero no voy a dejarte, tú mismo lo dijiste, es peligros y tu estas herido. –
- Esta es una base Militar, es muy seguro para mí. – asegura para tranquilizarme.
- En una guerra, cada quien salvara su trasero, asi que me quedare para salvar el tuyo- me cruzo de brazos- no me voy a ir. Sé que vas a querer salvar a todos, asi que te salvare- si piensa que cederé, está equivocado.
- Estoy de acuerdo con ella. - interviene Mark levantando la palma- Marjorie no está, estas herido y voy a irme, eres descuidado cuando se trata de proteger a otros, más a tus hombres, no me malinterpretes, eso te hace un gran General, pero alguien debe cuidarte. Además, sus hermanos dicen que ella es feroz. – se burla de mí, le miro indignada
- ¡Prometiste que no lo dirías! - le reclamo, porque rápidamente él y mis hermanos se unieron para burlarse de mí.
- Me da gusto que se lleven bien – se pone serio.
- ¿tan celoso estas? - pregunta Mark con una sonrisa burlona.
Stefan velozmente le toma de la oreja, haciéndolo gritar de la sorpresa.
- Pequeño niño malcriado ¿quieres que te recuerde quien es tu primo mayor? – los ojos de Mark se llenan de lagrimas
- No, perdón. - se queja.
- Stef. - toco su hombro un poco asustada
Me mira.
- Que no te engañe, es un excelente actor. – dice con una sonrisa – deja de comportarte como un niño. ¡Ni siquiera lo estoy haciendo con fuerza! - sonrió por que juegan tal cual lo hacen mis hermanos.
Mark aparta su mano.
- ¡Pues no, pero me sorprendiste! - se queja como si realmente fuera la víctima.
Me rio ante la imagen porque mientras Mark es normalmente serio y tranquilo en su puesto y Stef es el estricto y correcto General Sigkram, frente a mi aparentan ser dos primos bromeando entre ellos, algo que estaba fuera de la imaginación.
Al final, Stefan accedió a que me quedara con él, aunque solo fuera a ver como intentaba planificar el momento en el que atacaría a Jones. Honestamente no puedo decir que fue aburrido, él tenía un montón de hábitos que hacia cuando estaba concentrado, como girar el bolígrafo con los dedos o morderse el pulgar al pensar, solía responder sus propias preguntas el mismo, como si ese dialogo solo fuera para aterrizar ideas, inevitablemente el General era interesante.
Miro por la venta para observar como fuera Heiwa ha regresado a la normalidad, como si esas muertes hubieran sido algo sin importancia. Realmente no podía culparlos, días atrás, hubiera pensado que Jones tuvo la razón, al igual que los demás, tontas ovejas siguiendo al pastor, eso éramos. Aunque podía pensar que éramos una colmena de abejas, siempre en el rol de obrero, haciendo todo para que la abeja Reina este a salvo, pequeños, tontos y letales, eso es lo que somos.
Sentía un poco de repulsión, repulsión al pensar que estaba relacionada con el linaje de la familia Pricas, que Jones era una especie de abuelo y Ernest mi progenitor, Dios, solo pensar en que Amelia era mi media hermana me revolvía el estómago. Ahora, ¿Stef sentiría el mismo repudio hacia mí? Sé que debía decírselo, pero era muy difícil.
Le veo en el reflejo de la ventana, aun esta tan concentrado en lo que hace, por un momento pienso que es mejor no decirle nada, ya tienen demasiado peso sobre sus hombros, pero sería demasiado injusto no decirle aun sabiendo que ellos destruyeron a sus padres.
Malditos secretos.
Suspiro cerrado los ojos para intentar tomar una decisión, meto la mano en el bolsillo de la chaqueta del uniforme, mis dedos rozan el reloj que me ha dado Stef, siento horrible. Me muerdo el labio con indecisión. Decirlo o no decirlo.
No puedo mentirle a él.
Me giro recargándome sobre la ventana mirándole detenidamente. Supongo que siente mi mirada, porque levanta su rostro fijando sus ojos en mí.
- ¿Qué sucede? - pregunta con una sonrisa dulce.
Supongo que ya no hay salida.
- Tengo que hablarte sobre algo. -digo con firmeza.
Su sonrisa se borra mientras su semblante se vuelve suspicaz.
- ¿es tan grave? - le miro confundida. - tu voz se ha vuelto seria y menos dulce, supongo que es algo grave. ¿prefieres que nos sentemos a charlarlo? Asi tendrás toda mi atención. – deja el bolígrafo sobre la mesa ignorando su trabajo para escucharme.
¿Por qué es tan amable y dulce?
- No es necesario, pero si necesito decírtelo. -me despego de la ventana caminando hacia él.
Me ofrece su mano, le tomo y me jala hacia él, me suelta para colocar sus manos en mis brazos.
- ¿Estas molesta por Marjorie? - pregunta delicadamente.
Sonrió negando.
- Ella es la menor de mis problemas. - callo tomando valentía, el me mira con atención. - ya sé quién es mi verdadero padre- bajo la mirada evitando la suya- yo...- dudo.
- Si no quieres decirlo, está bien. - intenta buscar mi mirada, pero me avergüenza decirle de quien es la sangre que corre por ms venas. - ¿Por qué te asusta decírmelo? - su mano sujeta mi barbilla levantándome el rostro.
- No me asusta decírtelo, me asusta lo que tu pienses al hacerlo. - se le dibuja la confusión en el rostro, enarca una ceja. - maldición- cierro los ojos tomando una respiración tranquilizadora. - Papá me dijo que Anna fue abusada...por...fue Ernest- digo al fin en un murmuro.
Sus ojos se clavan en mi analizándome, leyéndome el alma, aunque yo no esté segura de que es lo que pasa por su mente. Aparto la mirada nuevamente avergonzada y dispuesta a alejarme, pero me acerca más tomándome del rostro, sus labios se impactan con los míos tomándome por sorpresa, aun asi le correspondo sujetándome de su camisa llena de sangre, sus dedos dan suavemente caricias detrás de mis orejas en un gesto reconfortante, nos separamos un poco, mirándonos, lo cual me avergüenza más porque se con seguridad que tengo rojo el rostro hasta la punta de las orejas.
- ¿Por qué te avergüenza? No tienes que estarlo. – dice dándome un pequeño beso de nuevo.
- Claro que es vergonzoso, ellos te hicieron mucho daño. -
- Lo hicieron, pero eso no es tu responsabilidad, además, no me enamore de ti por tu apellido ni por tu árbol genealógico, para mi eres Caterina Arani D'lev, no cambia nada, aun tienes mi corazón como hasta hace tres minutos atrás. – me acaricia la mejilla.
- Los odio por haberte hecho daño. - me abraza acercándome contra su cuerpo, una de sus manos se coloca en mi cabeza acomodándome en su hombro.
- El odio no es bueno para ti – dice dándome un beso sobre la cabeza. – un día recibirán el castigo que se merecen, pero no permitas que tengan ese poder sobre ti, ellos no mereces ni que sientas algo tan fuerte por ellos.-
Abrazo a Stefan con más fuerza aspirando su olor tranquilizador, me siento segura y calidad por cada acción que hace hacia mí, tanto que como él mismo ha dicho, tienen mi corazón. Lamentablemente yo no podía perdonar tan fácil como él, asi que a pesar que le he dicho que olvidaría mi odio, no puedo apartar mi deseo de venganza hacia ellos, porque destrozaron a mi familia, a la de Stef y han envenenado todo aquello por lo que mi abuelo trabajo. Ellos debían caer.
- Quiero que veas algo. - nos separamos- es un poco peligroso, pero verdaderamente necesito que veas esto. - me dice.
- Bien, vamos. - respondo con confianza.
Nos separamos preparándonos para salir de las instalaciones militares. Stefan se pone un uniforme limpio y se arregla un poco el cabello. Cuando bajamos la instalación, me doy cuenta que al entrar no le he puesto mucha atención al lugar, está lleno todo de soldados caminando de un lado a otro apresurados preparándose para un posible ataque. Cuando llegue con Mark habíamos entrado por un pasaje subterráneo que nos permitía conectar el cuartel con el refugio sin ser evidente, gracias a eso no detectaron que entrabamos a cualquiera de los dos lugares. Salimos de la misma forma solo que por un pasaje distinto que nos dejaba en una bodega calles atrás del complejo militar.
Stefan me había guiado a el tren que recorría la ciudad llevando los suministros y al que solo ciertas personas tenían acceso, dentro había algunos guardias que saludaron respetuosamente al General. No comportaríamos muchas palabras pues me había dicho que no sabíamos si éramos vigilados, por esa razón Stef me había entregado una de las gorras militares para cubrirme el rostro, incluso me había hecho sentarme dándole la espalda a las cámaras.
Viajamos por los sectores, no fue hasta que pasamos el final del quinto sector cuando comencé a asustarme un poco, Stefan me tomo de la mano tranquilizándome, solo asentí para asegurarle que estaba bien.
El tren se detuvo en medio de un andén en ruinas, mire fuera por la ventana notando que todo está descuidado, parecía un mundo aislado de Heiwa, casas maltrechas, ventanas rotas, techos mal puestos ero lo más evidente frente a mí, al bajar del tren presto más atención a las personas que nos miran con atención, caminan con ropa rota y sucia, luciendo como muertos en vida, la piel pálida y las ojeras eran el reflejo de lo mal que vivían aquí. Me quede paralizada, no entendía como esto se nos pasó de largo, como no lo notábamos, estas personas trabajaban para nosotros y se encontraban en una lamentable miseria, ¿esto era el avance de Heiwa? ¿Dónde estaba la igualdad, la seguridad y el bienestar de las personas de la que hablaba Jones?
Un grupo de niños viene corriendo con prisa y sonrisas hacia nosotros.
- ¡General! - gritan todos con alegría, como si Stefan fue el salvador. Los niños se detienen frente a él, armando un alboroto haciendo que las personas que nos miraran sonrieran. Stefan me mira brevemente sonriéndome de lado, levanta a uno de los niños.
- Espero que se estén portando bien, les he dicho que deben ser obedientes y bien portados. - le revuelve el cabello a otro de los niños.
- ¡lo somos! Se lo prometo, estamos siendo buenos niños. - responde con una sonrisa el mayor de ellos.
Stefan sonríe negando.
- Espero que asi sea. Hoy no tengo muchos caramelos, pero espero que puedan compartir estos- de su chaqueta saca una bolsa llena de dulces, se las entrega obteniendo gritos de alegría de los niños.
- ¡Gracias General! - gritan todos corriendo de vuelta de donde vinieron.
Les miro alejándose haciendo un escándalo a su paso, si esos niños han reaccionado de esta forma al verlo, solo significa que ha estado mucho aquí, habría otra historia reveladora sobre esto, estoy segura. La mano de Stef tomando la mía llama mi atención haciendo que lo mire.
- Te explicare todo, pero debemos ir a otro lugar. – nos miramos un rato en el que me observa con detenimiento. – no corres peligro, si es que estas asustada, no debes hacerlo, no te pasara nada. – me acaricia el dorso de la mano con sus dedos.
- No estoy asustada Stefan. - miro al frente. - es que no entiendo como jamás vimos este lugar... además, siento que vas a decirme un secreto más el cual solo hará que todo se siga desmoronando. -
- Ojalá pudiera protegerte de la verdad, no quiero que te hiera. - murmura.
Niego.
- No, no es a la verdad a lo que temo, es en la mentira en la que hemos crecido. Pero quiero que me lo cuentes. - le miro con determinación.
El asiente dirigiéndome a nuestro destino.
Mientras lo seguía, pude notar en la terrible situación en donde estas personas vivían, durante años se nos dijo que eran salvajes sin emociones e instintivos que buscaban dañarnos, pero como un manotón de enfermos que morían de hable podrían hacerlo. Fue allí, cuando note que los malos de la historia no eran los rebeldes que atacaron el sistema que mantenía a Heiwa durante años, los malos eran aquellos que la habían construido sobre una montaña de mentiras. Por primera vez en estos días, entendí al fin, porque estas personas estaban buscando derrotar a Jones y si esta mañana quería a Jones muerto, al ver a esta gente me jure y les jure que asi seria.
¡Hola! Espero que disfrutaran este capitulo, también espero que no este muy enredado.
¡GRACIAS POR LEER!
Exhibiendo a mis personajes parte 4.
En este capitulo, Mark habla sobre que Nina es feroz, sus hermanos han dicho algo parecido en otras ocaciones, asi que se los contare porque no es relevante para la historia.
Cuando Nina era pequeña le hacían Bullying los otros niños por vivir con sus abuelitos, diciéndole que nadie la quería, pero Nina asi como es en uno de esos momentos ya cansada de que le molestaran, mordió la mano de la niña que se burlaba causando una pelea, ella salió ilesa pero le tiro dos dientes a su compañera, cuando su abuelo se entero, en lugar de regañarla le dijo" espero que fueras feroz" y le compro un helado como felicitación por ganar la pelea. Años después cuando era adolescente se vio metida en otra pelea y le rompió la nariz a su nueva victima. Es peligrosa.
Otro dato curioso, es que toda la familia de Nina le llama gatito, la razón es que para Valentina decir Caterina era muy difícil y el abuelo de los Arani le dijo que le llamara Cat, pero como ya saben Cat en ingles es Gato y para Valentina se llamaba Caterina porque era un gatito, volviéndose en una broma para la familia.
Ahora sin, fin. XD
pregunta para no dormir, ¿Por qué piensan que Marjorie esta tan enojada? además de estar celosa claro.
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