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09


Caterina.

Durante un largo rato la sala se llena de argumentos e ideas, todos intentan llegar a un acuerdo para lograr llegar hasta mi padre, según entiendo si obtienen algo de él toda esta conspiración estaría en peligro, al parecer mi padre ocupaba un lugar importante aquí.

Miro a toda esta gente y me pregunto si tendrán una razón parecida a la de mi hermano, miro a Stefan preguntándome que le habría motivado para dirigir esta rebelión. Muchas veces mis hermanos me han llamado ilusa al hablar sobre lo prospero de Heiwa, sus palabras nunca tuvieron sentido en mi mente, pero ahora, pensando un poco, tal vez si tenían razón, pero mi crédulo corazón nunca quiso escuchar entre líneas. Me abuelo fue siempre un creyente fiel de la grandeza de nuestro reino, sin duda, esa ensoñación se me trasmitió haciéndome pensar que estaba en la utopía perfecta; por muy estúpido que se escuche romper esa ensoñación me dolía un poco.

- Supongo que tu cerebro está funcionando- murmura mirándome la mujer frente a mí del otro lado de la sala.

Le miro confundida ante sus palabras. Sé quién es, su nombre es Nelly, la dueña de la casa de adivinación, el cual también es un burdel, la gente dice que su habilidad es tan fuerte que el mismo Jones le pidió trabajar para él pero ella siempre se negó.

- Disculpa, pero no entiendo- respondo sintiéndome observada.

Me sonríe.

- Llevas un rato allí de pie mirando a todos, guardas silencio como si tuvieras un pensamiento muy bueno, según se eres un genio, cuéntanos que piensas, tal vez tu tengas las soluciones. – sus palabras son amables, aun asi la miro desconfiada.

- No sabía que tenía opinión- digo insegura de si esto es una trampa o no.

Su risa suave se escucha, ella se cubre la boca con una mano. Es muy bonita, sus suaves facciones son llamativas.

- No luces como alguien que pide permiso para hablar. - enarca una ceja mirándome con diversión. - mi nombre es Nelly, tal vez no lo sepas, muchos no lo hacen, pero mi habilidad es la precognición, me agras asi que te pediré que me permitas tomar tu mano, no hay nadie que no desea saber su futuro- su perspicacia llena su rostro.

Entre cierro los ojos. Estoy sorprendida, porque su habilidad es tan rara que solo dos personas en Heiwa tienen ese poder y una trabaja para el rey.

- Lo siento, pero no quiero hacerlo, honestamente no es mi deseo saber si moriré mañana. - extrañamente siento que a ninguno en la sala le ha gustado mi respuesta.

Los miro juzgándome con la mirada. Su risa llama mi atención.

- Dale la mano – ordena Daniel, su mirada es dura y con desconfianza.- ¿ no escuchaste? Dale la mano. - vuelve a ordenar en un tono más duro

- Tío- dice en tono de advertencia Stefan.

- Mira, todos aquí están pensando que estas ocultando algo y por eso rechazas mi lectura, asi que por tu bien y la paz de todos, ven, no diré nada personal- me asegura acercándose lentamente. Se desliza los guantes con lentitud asechándome.

Las manos de mi hermano se sienten en mi hombro empujándome un poco. Giro a mirarlo y él me hace una mueca indicándome que lo haga, sus ojos son temerosos. Ruedo los ojos apartándome de él y acercándome a ella. Miro con disgusto al tío de Stefan quien se ríe.

Le doy la mano con desconfianza, ella la toma entre sus dedos lentamente cubriéndola de apoco con las suyas, su toque es cálido y por alguna razón, me es familiar. Se acerca nuestras manos hasta la barbilla y la coloca sobre ellas, cierra los ojos. Siento como su cuerpo se tensa rápidamente. Abre los ojos de golpe mirándome con angustia.

- No va a traicionarnos- dice en voz temblorosa, los demás le miran extrañados- ella es nuestra aliada. -

- ¿Qué es lo que viste? No te atrevas a decir que nada, te has puesto pálida y tienes esa mirada como cuando alguien está muriendo, ¿es eso? ¿voy a morirme? – presiono su mano cuando siente que quiere dar un paso atrás.

- Pensé que no querías saber tu futuro. - me dice alejando la mirada.

- Sí, pero si pones esa cara inevitablemente quiero saber, los genios somos curiosos, dímelo- nos miramos por un instante.

- Nelly – llama Stefan acercándose, ella lo detiene colocando la mano frente a él.

- Este no es tu asunto Stefan- se muerde los labios, me mira y chasquea la lengua en una maldición- tu sangre te traerá una maldición tan grande que deberás cargar, los secretos que te han sido ocultos destruirán lo que eres, en un futuro tu destino y el de un rey estarán unidos, un día tendrás que elegir entre el egoísmo y el deber, lloraras como jamás lloraste deseando que el camino que elegiste hoy jamás hubiera sido elegido. -

- Espera tu jamás me dijiste que mi sangre tenía una maldición- habla Joseph a mis espaldas.

- Sí, pero hay secretos que es mejor que no pronuncie hoy. - responde.

- Tus adivinaciones ¿Qué tan certeras son? - suelto su mano.

- Lamentablemente muy certeras – su mirada se llena de arrepentimiento- tiene una idea para llegar a Eliazar.- comienza a ponerse los guantes- cuando vuelvas a casa, pregúntale a tu madre que paso en la sala 345, tendrás que ser fuerte, apóyate en quien te ama- me acaricia el rostro con una sonrisa reconfortante.- las flores azules que crecen en el desierto rosa son las más fuertes del mundo por su lugar y forma de venir al mundo, estoy segura de que eres una de ellas- asiento a un confundida- camina hacia Stefan y su tío- debo volver a la casa de adivinación, si no llamare la atención – mira a Daniel- deja de ser tan maldito con ella o tendré que golpearte- acaricia el rostro de Stefan a modo de despedida y camina hacia la salida.

La sala aún se queda en silencio total, aun siento las miras sobre mí, Joseph rodea mis hombros atrayéndome en un abrazo. Me encuentro tan confundida por sus palabras que estoy en una especie de shock. Muy en el fondo creo en sus palabras, aunque no entiendo el porqué, pero al mencionar a mi madre, siento que lo que a dicho es cierto, toda mi vida he sentido que ella me ocultaba muchas cosas.

- ¿Cuál es tu plan? - pregunta Marjorie- no hay tiempo asi que es mejor que te apresures.

Le miro con disgusto, ella rueda los ojos.

- Hace unos meses llamaron a papá para arreglar las puertas de los laboratorios, la falla solo permitía abrirlas desde adentro, la única forma fue por una ventilación que está detrás de del palacio, justo en frente del jardín, es bastante grande y pasa por todas las salas del laboratorio, hay un código maestro que abre todas las puertas. - explico.

- Es muy arriesgado – dice Stefan negando.

- General con todo respeto, creo que está equivocado. - sé que Marjorie lo dice porque piensa que me protege.

- Es porque piensas que sabrán que fui yo quien dio el código y dijo sobre la ventilación¿ no?, ya pensé en eso, ese día estaban todos los científicos y algunos sanadores, había aproximadamente seis guardias, yo y papá, les dimos el código por si se les cerraba de nuevo las puertas, ellos también estaban junto a la ventilación porque hubo voluntarios que entraron con nosotros, asi que también hay varios sospechosos, conseguiré una cuartada si te hace sentir mejor.- digo mirándole, no es el momento de que sea tan amable conmigo.- creo que es el plan más viable, se cómo pasar a los guardias también sin ser descubiertos, Miles puede ayudarte a desactivar los sensores que están activado en los jardines.- mi hermano me acaricia la cabeza en un gesto de aprobación.

- Les dije que era un genio. Pienso que es una buena idea, si entran de manera brusca llamaran la atención. Stefan por favor escucha a mi hermanita. - lo que él no dice es que los cuatro somos unos genios.

- Creo que los Arani tienen razón, es un buen plan General. - apoya Daniel. Stefan comparte una mirada de reproche con él.

- Bien, lo haremos como dices. Mark, Marjorie y algunos soldados vendrán conmigo, los demás se quedarán aquí, no podemos ir demasiados. - les dice a todos.

- Iré contigo- dice mi hermano.

- Entonces yo también- hablo rápidamente, no pienso separarme de él.

- No, ambos se quedarán, quita esa cara Joseph, no puedo llevármelos, si algo sale mal, tendría a los cinco Arani allí, necesitamos su ayuda para lograr detener a Jones, asi que ustedes se quedaran junto en este lugar, su sobrina ya ha sido recogida se la traerán en un rato. Comandante se queda a cargo de este lugar, mantenga a todos a salvo. - me da una mirada breve, se gira despidiéndose de los demás.

Marjorie y Mark lo sigue rápidamente, también le sigo porque aún no le he dado el código que necesita, sé que mi hermano también va detrás de mi pues escucho sus pisadas. Recorremos de nuevo el pasillo por el que llegamos saliendo al comedor en donde habíamos entrado, Mark está hablando con algunos soldados, pero les pide un momento mirándonos.

- Stefan quiere que se queden allí, deberían regresar. - nos dice tranquilamente.

- Aun no le doy el código ni le digo por dónde ir. - respondo deteniéndome frente a él.

Mark se golpea en la frente.

- Es verdad. Stefan está pasando esa puerta del fondo, va directo al estacionamiento, aun debo hablar con algunos soldados ¿pueden ir solos?

- ¿Puedo hablar un momento contigo Mark? - pregunta mi hermano.

Ambos lo miramos extrañados.

- Ehh claro, ven sígueme. - responde dudoso.

- Bien, Nina nos veremos en la sala. - me da un apretón en el hombro y se marcha tras de Mark.

Por un momento me quedo allí de pie un poco confundida del comportamiento de mi hermano. Sin tardar más, camino hacia la puerta que me dice Mark. Debido a que no es automática debo empujar el frio metal, es un poco pesada, asi que solo pude abrir un pequeño espacio para pasar. Una vez dentro me quedo sorprendida viendo que hay varios vehículos allí, supongo que este lugar subterráneo tiene de todo, aunque está un poco oscuro. Camino entre los vehículos intentando encontrar a Stefan. Escucho unas voces murmurando y suponiendo que es él me acerco a el lugar de donde vienen.

- Es que no puedo creerlo Stefan, de verdad ¿ella? ¿Caterina? - me detengo ante las palabras de Marjorie, me quedo detrás del vehículo más cercano oculta entre las sombras. - cómo pudiste tan siquiera poner tus ojos en ella- se cruza de brazos visiblemente molesta. - Stefan se soba la sien.

- Detente allí, no voy a dejarte insultarla, no la conoces y espero que detengas tus reclamos ahora, no te debo ninguna explicación de absolutamente nada. - dice con calma.

Ella jadea con indignación.

- Pensé que después del tiempo que pasamos en la cama tendrías la decencia de decirme primero, asi evitaría quedar como estúpida. - se me revuelve el estómago, pero ya sabía que ellos tenían algo.

- Marjorie...- pronuncia él cerrando los ojos agobiado.

- ¿Qué? ¿Fingirás que no significo nada? - se acerca tomando la camisa de Stefan en puños, quedando a pocos centímetros.

- Es que no significo nada, era sexo, jamás te hice promesas ni te pedí nada, pensé que lo sabias. - pronuncia sin emoción mirándola hacia abajo.

Ella se aleja un poco, pero no logro ver su rostro, de la nada el sonido de su mano contra el rostro de Stefan se escucha sorprendiéndome, me cubro la boca con una mano ahogando un jadeo.

Él se toca el rostro mirándola sin ningún tipo de arrepentimiento.

- Vas a arrepentirte – pronuncia Marjorie jalándolo de la camisa, escucho sus labios chocar.

Mi abuela decía que la curiosidad no era buena, en ese instante supe porque justo cuando mi corazón se rompió porque soy una estúpida en su totalidad, una parte de mi espero que Stefan la separara y le dijera que no debió hacerlo, pero jamás sucedió. Supongo que además de estúpida soy masoquista porque me quede allí un largo instante hasta que las ganas de llorar me sobrepasaron comenzando a llenarme los ojos de lágrimas e instalando un nudo en mi garganta.

Me limpie el rostro caminando por donde entre, no iba a quedarme hasta que mi corazón se desmoronara por completo. Salí tan rápido que ocasione que la puerta chocara al cerrarse, no me detuve camine alejándome de allí. No sabía bien adonde ir, asi que entré en otro pasillo, este estaba lleno de puertas asi que supuse que eran habitaciones de los refugiados, seguí caminando hasta una especie de oficina que estaba vacía, cerré la puerta al entrar y me senté en una de las sillas dentro. Me permití llorar un momento por segunda vez en el día por un hombre, sabía que era estúpido, pero no podía evitarlo.

No entendía porque me sentía asi por Stefan, no teníamos nada, ni una amistad, pero me dolía más, con Angello me sentí traicionada y herida, había sido humillante todo lo que me había dicho, pero Stefan... él me dolía como si me hubiera sacado el corazón y se lo hubiera comido, una dolorosa agonía, asi se sentía. Entonces me pregunte si realmente me enamore de él.

Mi trasmisor sonó, presione la pantalla viendo un mensaje de mi hermano preguntándome donde estaba y pidiendo que fuera a darles el código, pero no me sentía capaz de soportar verlo sin soltarme a llorar o ser desagradable con todos. Asi que le llame a Joseph diciendo que no sentía muy bien y me había sentado en una oficina a intentar recuperarme, con un tono preocupado me dijo que iría a buscarme, pero me negué diciendo que no había tiempo asi que le di todas las indicaciones a él asegurándole que estaría bien por un rato. Escuche detrás la voz de Stefan preguntándole que sucedía con evidente preocupación, pero eso solo me hizo sentir peor. Al colgar mi hermano aseguro que se reuniría conmigo.

Mire el techo de la oficina intentando tragarme mi doloroso sentir, porque no era el momento de tener un corazón roto, no cuando mis hermanos y padre estaban en un riesgo muy grande, debía reponerme, estábamos en el ojo de la rebelión, asi que mis problemas emocionales eran los menos importantes. Cerré los ojos pidiendo en una plegaria que mi familia se reuniera sana y salva de nuevo y en un tonto arrebato pedí que Stefan volviera con bien.


¡Hola! Espero que se encuentre muy bien y disfrutaran del capitulo, espero que vayan comprendiendo todo, porque luego hasta yo me revuelvo jajaja

¡ GRACIAS POR LEER!

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