06
Caterina
Los días siguientes de la fiesta de aniversario de Heiwa había sido un caos, los ataques habían aumentado con más regularidad, se habían robado algunas armas y herramientas de los almacenes poniendo en alerta a los guardias y ministros. Papá y Miles hablaban de una posible revolución, claro que no conmigo porque pensaban que era una delicada señorita que no soportaba los temas bélicos, lo que no sabían es que los rumores estaban por toda la ciudad esparciéndose como si fueran caramelos gratis. La gente estaba bastante aterrada porque creían que atacarían a Jones y eso era terriblemente malo.
Mientras me sentaba en el pequeño jardín que habían creado para preservar algunas flores y árboles que a duras penas sobrevivieron a los cambios climáticos, tuve un pensamiento sofocante sobre esta revolución. Tal vez sólo querían que entráramos en pánico para terminar con nosotros, terror psicológico seguro; así ellos podrían derribarnos muy fácil, pero ¿Por qué prolongar nuestro miedo? No sería mejor hacerlo ahora que está la incertidumbre sobre ellos. Otra cosa que me causaba duda, era la razón de decidir levantarse en armas, teníamos todo: medicina, tecnología, comida y una ciudad bonita; podría decir que tal vez la sociedad no era tan buena, como por ejemplo la señora Lirel, quien hacía los comentarios más mordaces, pero uno de los propósitos de Jones era mantenernos felices, ¿Qué les faltaba a ellos para levantarse en armas?
Muerdo la punta de mi bolígrafo intentando concentrarme en mis ideas, pero unos pasos acercándose me alertan, giró el rostro hacia el origen viendo a Stefan quieto mirándome sorprendido.
- Le juro que iba a ser muy silencioso- dice apenado.
Niego cerrando mi libreta.
- No te preocupes, de todos modos, estaba dispersa. - me miró dándole una sonrisa amable.
Él se acerca y se sienta junto a mí.
- Hace mucho tiempo que no veía una libreta, pensé que solo debías colocar el dedo sobre tu brazalete y podrías escribir en la pantalla. - me extiende la mano esperando que le permita ver mi libreta.
La colocó sobre su mano.
- Es verdad lo del brazalete, pero hacerlo a mano es más enriquecedor, por lo menos para mí, me permite aclarar mis ideas- le aseguro.
- Es magnífico, debo decir que dibuja de maravilla- alaga hojeando mis bocetos de flores. - tiene mucho talento.
- Por favor no seas tan indulgente, mis dibujos no son la gran cosa, solo son líneas de estrés y frustración- él se ríe.
- Estoy seguro de que no, son preciosos, le gustan las cartas he de suponer-
- ¿Por qué? ¿me enviaras una? - preguntó en broma, pero él me mira con seriedad, haciendo que me sonroje.
- ¿quieres que lo haga? - la intensidad de su mirada me deja en blanco.
Él cierra la libreta sobre su regazo con calma esperando mi respuesta, le digo a mi cerebro que responda, pero es muy lento.
- Yo...yo no... no creo que sea correcto...- murmuró con vergüenza apartando la vista.
Estira la mano hasta alcanzar la mía tocándola apenas con la punta de los dedos, cierro los ojos pelando con el deseo de sentir su toque. Por suerte los altavoces interrumpen ese momento.
- "este es Jones, su líder, debo informar un trágico suceso que se ha llevado a cabo hace unos momentos, los rebeldes han atacado la calle 16 del sector 2 y con un gran peso en el alma mi deber es informar que hemos tenido múltiples pérdidas. Mi amado Heiwa, quise permitir que todo tuvieran la libertad de expresar sus inconformidades, pero como resultado de los hechos trágicos...- se le escucha suspirar- hemos tomado la dura decisión de detener esto, por ello, se realizará una investigación exhaustiva para encontrar a los criminales, les pido que confíen en mí y de tener alguna información, estamos abiertos a escucharles, lamento tanto haberles fallado, eso cambiará. Por favor manténganse a salvo."- la transmisión se corta.
- ¿es de verdad? - le pregunto a Stefan, él se encuentra contrariado- ¿no lo sabías? - le tocó el hombro. El parece despertar.
- No recibí la llamada. Lo siento señorita Arani, pero debo irme- se pone de pie de golpe.
- Si, si, ve, es tu trabajo- me levanto también tomando mi diario el cual me ofrece.
Nos quedamos allí un momento viéndonos en silencio. Él parece dudar de sobre qué hacer, levanta el brazo dirigiendo su mano a mi oreja, toma un mechón de mi cabello y lo coloca detrás de ella.
- Siento tomarme tantas atribuciones...sólo- su pulgar se desliza por mi mejilla en un toque cálido- por favor cuídese- aparta la mano dándose la vuelta retomando su camino.
Me quedo allí sin poder moverme, aun después de un rato puedo sentir su toque sobre mi piel y me cuestiono porque no le permite mandarme cartas.
- Tonta Nina- murmuró para mí.
La ciudad es un caos total, según mi padre y Amín colocaron algunas bombas en uno de los complejos departamentales del sector dos, varios habían colapsado y había varias víctimas, lo que no se explicaban cómo era que la detonación no se escuchara en la ciudad, algunas suposiciones extrañas eran que alguien del departamento de ciencias o de desarrollo había estado involucrado e incluso pidieron que mi padre fuera hasta el palacio para ser interrogado.
Esa tarde no nos habían permitido trabajar, habían suspendido toda actividad e indicado que se regresara a casa lo más rápido posible, al final solo había vuelto yo puesto que mis hermanos alegaron tener cosas importantes que atender, Joseph seguro que estaba con su conquista en turno en una de esas fiestas clandestinas en el sector 5. Cuando era una adolescente deseaba mucho que se me permitiera ir a esas famosas reuniones privadas a las que mis hermanos asistían, pero mi abuela decía que no era un lugar para una niña, supongo que el mundo se jodió, pero sus tradiciones y cultura perduró.
Se escuchan pasos bajando las escaleras del segundo piso, miro sorprendida a mi madre quien porta ese semblante sobrio de siempre; en mi niñez me alegraba tener una mamá tan hermosa, aunque pocas veces la vi en realidad, me gustaba contárselo a mis compañeros. Ahora era una ensombrecida mujer que había decaído en la adicción.
Cuando baja de las escaleras se detiene mirándome con reprobación.
- Hola madre- le digo esperando que esta vez no esté volando tan alto como para no reconocerme.
- Te he dicho que no quiero que me llames así- murmura sin un gesto alguno- ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tienes un trabajo perfecto al que ir y presumir lo inteligente que eres? - coloca una mano en la cadera e inclina el rostro.
- No tienes por qué decirlo así, además ¿Cómo quieres que te llame? - me acerco al dispensador de agua y le llenó un vaso.
- No lo sé, pero seguro que madre no- dice con frialdad, le ofrezco el vaso y lo toma de mala gana. - ¿no se supone que te casarías con Angello? no veo que tengas planes de marcharte pronto- me da la espalda caminando hacia la sala.
Me trago mis lágrimas sabiendo que si lloro solo será otro motivo de reproche de su parte, pero, aunque lleva años haciendo esto aún duele. Le sigo notando que se tambalea y me da miedo que caiga y se golpee con algo.
Llega hasta uno de los sofás y se sienta deslizándose en un movimiento tembloroso, se lleva el vaso a los labios y apenas si bebe un sorbo.
- ¿Dónde está Eliazar? Seguro que se consiguió una amante- murmura jugando con su anillo.
- Papá fue llamado con Jones, no tiene ninguna amante ¿Por qué actúas y eres así con nosotros? ¿Qué te pasa? - es tonto, pero no puedo contener las lágrimas. Ella me mira con las cejas juntas y llena de enojo.
- ¿Quieres saber qué me pasa? - levanta la voz- ¡tú me pasas! ¡tú llegaste y mi vida se arruino! - se pone de pie mirándome con furia.
- ¡Madre! – es miles quien grita tras de mi con un tono reprochante.
- Ojalá no hubieras llegado jamás- suelta con amargura.
Escucho los pasos de Miles caminando, me toma de los brazos acercándome a él, me gira tomándome el rostro.
- Ve a tu cuarto por favor- murmura, me limpia con los pulgares las lágrimas- Nina, ve- ordena en tono suave.
Solo asiento limpiándome el rostro.
Corro por el recibidor hasta las escaleras y las subo con rapidez, escucho a lo lejos a mi hermano regañando a Anna, ella grita, pero no distingo nada en cuanto entro a mi habitación. Aparto las sabanas y me meto bajo de ellas cubriéndome completamente. Mi corazón se aprieta completamente ante el recuerdo de sus palabras, no entiendo porque me odia tanto. Ella nunca cuido de mí, pero mi anhelo de tener una madre me había vuelto vulnerable ante sus duras palabras y me dolía tanto que ella me tratara como si no fuera nadie.
Esta no era la primera vez que me trataba así e incluso aunque no explícitamente siempre me daba a entender que su situación actual era mi responsabilidad y eso me había convertido en la víctima principal de sus cambios de humor drásticos y sus comentarios hirientes.
Siento las manos de mi hermano intentando apartar la sábana de mí, inmediatamente me abalanzo a sus brazos recibiendo su consuelo. Miles siendo el mayor había cuidado de mi desde mi nacimiento, con 14 años cuando llegue se convirtió en el hermano que solía protegerme de todo, él me había enseñado mucho y era la persona con la que más me sentía segura. Él me acuna en sus brazos como si fuera Valentina llorando e incluso me arrulla con una melodía para tranquilizarme, me sentí conmovida por sus acciones pues a pesar de ser el más serio de nosotros también era el más cálido.
- Lo siento tanto- murmura- debí estar aquí- me besa la coronilla. Me aferro a él sollozando más fuerte- esto tienen que detenerse, es una bruja- sus brazos me aprietan un poco más. - no hagas caso de sus palabras, tú no tienes culpa de nada, está demasiado drogada para ser consciente de lo que dice...ella está enferma-
- Pero es mi culpa, la depresión...- murmuró.
- Eso no fue tu culpa- interrumpe- nada lo fue, te he dicho cientos de veces, ella solo está molesta consigo misma y busca en quien descargar esa molestia- me toma de la nuca girando mi rostro hacia él, tomó su muñeca mirándole a los ojos- no dejes que te destruya como lo hace con ella, papá y nosotros te amamos, valentina te ama, no la necesitas. Prométeme que no le permitirás herirte más- asiento presionando los labios para no llorar más, me besa la sien y coloca su barbilla sobre mi cabeza acercándome a él.
- ¡Miles! – grita Amín desde la planta baja, sus pasos corriendo se escuchan por resonando con rapidez.
- ¡estoy con Nina! - responde aun rodeándome por los hombros- seguro Joseph está metido en problemas y tendré que salvarlo- dice limpiándome las lágrimas.
Amín llega quedándose en la puerta de mi cuarto, nos observa a ambos con preocupación.
- Fue mamá- responde mi hermano mayor. - dime qué sucede – le dice palmeando el espacio junto a él para que se siente.
En lugar de acercarse entra agarrándose la cabeza y dando vueltas, ambos lo miramos confundidos.
- Este día está realmente jodido- nos mira, se revuelve el cabello con frustración- papá está arruinado, hermanos, tiene serios problemas. - suelta dejándonos en blanco.
- ¡Nina! ¡Gatito, te traje algo deliciosos! - grita Joseph llegando repentinamente.
- ¡Joseph trae tu escuálido trasero al cuarto de Nina! - responde Amín.
Joseph sube rápidamente trayendo consigo una bolsa de la cafetería que me gusta, cuando nos ve a los tres nos mira enarcando una ceja confundido.
- ¿Qué sucede? – pregunta mirándonos a todos
- Es papá, lo detuvieron como sospechoso de ser el incitador de la rebelión. Fuimos al laboratorio, bueno lo acompañe porque teníamos una plática, ah, eso no importa, el punto es que, al estar allí, llegaron algunos guardias del ministro diciéndole que debía ir con Jones, papá preguntó para qué y pidió un momento para buscar algunos de sus planos, el guardia le respondió que no los necesitaba pues estaba siendo acusado de ser la cabecilla de la rebelión e iba a ser puesto en custodia. Nos quedamos congelados, les dije que estaban equivocados... no les importo se lo llevaron y clausuraron nuestro laboratorio. Fui a hablar con Zanglat, pero el maldito se rio en mi cara respondiendo que mi padre obtendría lo que merece, se dio la vuelta e indico que me sacaran. -nos mira, pero todos nos hemos quedado en silencio.
- Esto no puede ser cierto- murmuro sorprendida porque de todos, mi padre sería el que menos incitaría una rebelión.
Miles me aprieta más junto a él.
- Hermano mayor- murmura Joseph en un tono tembloroso, al mirarlo noto la angustia pintada en su rostro. - que vamos...- sus ojos se cristalizan a punto de soltarse a llorar.
- Ven- pide Miles abriendo su otro brazo, Joseph se acerca poniendo la bolsa a los pies de la cama y abrazándose a nuestro hermano. Mira a Amín con los brazos cruzados observándonos - si tuviera otro brazo te abrazaría- le dice a Amín de manera seria causando que nos riamos.
- No te preocupes, puedo sentarme en tus piernas. - lo hace inmediatamente, todos nos abrazamos a él. – Miles, debemos hacer algo, es papá. - mi hermano que normalmente es tranquilo se escucha preocupado.
- Lo sé, iré a investigar que sucede, pero sé que intentaran evitar que averigüemos algo, asi que debemos buscar ayuda. Nina necesito que vayas con Angello, intenta que te ayude a saber que está sucediendo, con su nuevo puesto estoy seguro que sabrá algo. Joseph, ve con Stefan tal vez él pueda conseguir información con su tío o que hablemos con papá. - mi hermano y yo asentimos. - Amín va conmigo, intentaremos hablar con algún ministro, si ninguno quiere cooperar entonces tendremos que recurrir a lo clandestino. - suspira- lo más seguro es que nos estén investigando, así que a las 6 marcare a todos y les diré que cenáremos la comida favorita de mamá para que se sienta mejor, así sabrán que no recibimos ayuda, si consigo información les llamaré antes diciendo que me demorare en llegar a la cena porque pasaré a buscar a Valentina, si alguno consigue algo, mandenme un mensaje diciendo que quieren cenar pescado- todos lo miramos extrañados. - nunca he sido un espía no me juzguen además asi pensaran que es una discusión familiar. Si usamos claves pensaran que estamos implicados – explica.
- Está bien – respondemos al unísono
- Bien, vayamos ahora, no podemos dejar a papá allí con esos asquerosos gusanos. -
Nos ponemos en marcha inmediatamente.
Se con claridad que mi padre nunca estaría involucrado en esto, pero ¿Cuál era la razón de ser inculpado? Era un miembro importante para el desarrollo de Heiwa, por lo tanto, quitarlo del sistema sería perjudicial para todos. Era inocente, lo sé, lo que me preocupaba era el motivo para hacer esto, temía que al averiguar que estaba pasando en realidad, todo se desmoronaría. Tal vez no tenía la capacidad de la premonición, pero sentía que el futuro se estaba tornando muy oscuro y algo realmente malo, estaba a punto de suceder.
¡Hola! espero que disfrutaran este capitulo, se que me tarde un poco (mucho) en subir otra parte y lo lamento mucho. En fin.
¡GRACIAS POR LEER!
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