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(57) † JETZT KÖNNEN WIR WIEDER FREI ATMEN †

Hay TRES capítulo antes de este por si wattpad los trae a lo loco a este primero. 

† 57 †

HEIST

El dolor inesperado puede entumecerte.

Así que cuando me encontré de pie en un parque de una ciudad pequeña de Canadá con mis padres sosteniendo la urna con las cenizas de mi madre, no dije nada, no lloré, no me inmuté. Mamá siempre había expresado que quería ser cremada después de su muerte y que sus cenizas fueran esparcidas en este parque donde tenía recuerdos con Peerce. Y ya que estábamos en Canadá, decidimos hacerlo antes de volver a Wilson. Esperamos que cayera la noche y que el parque quedara vacío. Todos estábamos de negro, de luto, asimilando el hecho de que el pilar de este hogar se había ido. Kaia lloraba a mi lado, Valter abrazándola desde el otro lado. Frey estaba frente a mi a unos cuantos pasos, sus ojos enrojecidos, su expresión decaída. Mayne y Peerce estaban del otro lado, sus trajes negros con una corbata roja, la favorita de mamá. Ambos lucían como estatuas, rígidas, mandíbulas tensas y miradas heladas. Y no me esperaba menos de ellos, la máxima demostración de emociones que pudieron dar la dieron en el momento que encontramos a mi madre muerta. Sin embargo, no era necesario verlos llorar para saber que también estaban sufriendo, ellos solo tenían una forma diferente de demostrarlo. Rhett fue el último en llegar con su brazo vendado y un cabestrillo para que no lo moviera. Me sorprendió que llegara solo porque se suponía que Leigh vendría con él, ella había escuchado las últimas palabras de mi madre. Rhett vio la pregunta en nuestras expresiones y sacó un papel con su mano libre.

—Leigh no vendrá, mandó sus... palabras en este papel así que lo leeré.

Valter asintió.

—De acuerdo, te escuchamos.

Rhett dio inicio a la lectura:

"La razón por la que escribo esto y no se los digo frente a frente es porque no puedo enfrentarlos, no puedo mirarlos a los ojos sin sentirme culpable y responsable por la muerte de Mila, en especial porque gracias a ella, hoy estoy con vida y en libertad. No me alargaré diciéndole lo especial que Mila Stein es porque ustedes lo saben mejor que nadie. En los meses que pasé en cautiverio, ella estuvo ahí para mí cada vez que sentí desfallecer, cada vez que sentí que debía rendirme, no sé como explicarlo, pero ella tenía la capacidad de hacerte sentir comprendido, de hacerte saber que ella entendía exactamente como te sentías y sabia que decir para hacerte sentir mejor. Mila era un ángel caído, nacido del trauma y del dolor, un ángel que usó sus alas quebrantadas para liberar a otros como ella. Su misión tenía un precio que ella pagó gustosa con tal de ayudar. Al momento de su muerte, ella no estaba asustada, estaba en paz. A pesar de las lagrimas que derramó al pensar en su familia, la necesidad de paz y descanso en sus ojos era notable.

Una de las cosas que me hizo prometer que recalcara es que ella estaba bien con irse, que estaba lista, que ya había vivido suficiente, que no había nada que ustedes pudieran haber hecho para evitar esto, que el único responsable está muerto, y eso es lo que importa. También me dijo que no olvidarán lo maravillosos que son y que no se martiricen, que ella no necesitaba ser salvada, no esta vez.

Una sonrisa melancólica curvó los labios de Peerce.

Para Mayne me dijo que le hiciera saber que ninguna terapia o medicación habría marcado una diferencia —Mayne asintió, — y a Peerce que ella se va a adelantar a subirse en ese columpio donde solían imaginar que podían viajar por todo el mundo y escapar sus problemas cuando eran jóvenes, que fue un honor recibir toda la calidez que escondías detrás de tu frialdad. —Peerce volteó y seguí su mirada a ese columpio, mi pecho se oprimió —Y a Valter que su amor y su dedicación le dieron mucha paz a lo largo de su vida. Y para terminar, para sus hijos, ella dijo que no podría haberse ido en paz sino supiera que ustedes van a estar bien por si solos, son chicos muy inteligentes y que fue tan afortunada de tenerlos. Ella quería que supieran que está bien recluir a Frey en una institución por un tiempo si no pueden manejarlo, que está bien que él reciba la ayuda que necesita de profesionales, que no se sientan culpables por hacer eso y que, aunque a veces amamos con tanta intensidad que creemos que eso es suficiente para salvar aquellos que amamos, a veces simplemente no lo es.

Sé que solo soy una desconocida para ustedes y que no soy digna de ser la persona que les haga llegar sus últimas palabras, pero ella confió en mi y le hice una promesa y jamás la defraudaría. Si en tan poco tiempo, ella se convirtió en alguien especial para mí, no quiero imaginar lo mucho que la aman ustedes que son su familia. Mi humilde deber es asegurarme de que sepan que Mila Stein o como ella misma me corrigió con su nombre: Fleur Dupont está ahora en paz.

Leigh Fleming.

Rhett terminó, lagrimas en sus mejillas y le pasó el papel a Valter quien lo guardó dentro de su traje con mucho cuidado. La ceremonia fue corta y esparcimos a mi madre por todo el parque, en especial, en ese columpio. Las palabras de Leigh habían calmado la presión en mi pecho, mi madre estaba en paz ahora. Mayne y Valter se llevaron a Kaia, a Rhett y a Frey. Yo me quedé con Peerce quien fue a sentarse en el columpio, lo seguí y me senté en un banquillo del otro lado. No quería ocupar el columpio a su lado, no quería invadir su momento.

—¿De verdad... crees que ella esté en paz ahora? —Tenía que preguntarlo.

Peerce suspiró, despegando sus pies de la tierra, se veía un poco gracioso, un hombre adulto de negro en un columpio, pero de alguna forma, todo esto me hacía sentir cerca de mamá.

—Si —respondió. —Supongo que aquel día en el techo solo interrumpí y alargué un poco que tomara su desesperada decisión.

No supe cuando tiempo nos quedamos ahí, observando las sombras y luces tenue del parque, en paz, despidiéndonos de mi madre de una forma silenciosa y tranquila.

#

Volvimos a Wilson después de dos vuelos de varias horas y todos llegamos tan cansados que nos fuimos a dormir sin hablarnos, ¿qué podíamos decir? Todos estábamos lidiando con la perdida como podíamos y no había palabras que pudieran expresar el vacío que mamá había dejado. Ella era la luz y la alegría de esta casa, atravesar la puerta principal y no verla con su gran sonrisa me hizo sentir como si alguien me golpeara en el estomago y me dejara sin aire, sin mencionar las fotos y los retratos en la sala.

Mi habitación me recibió en oscuridad absoluta, ni siquiera encendí la luz, caminé hacia la ventana para hacer a un lado la cortina. Observé la piscina y recordé aquella noche, recordé a Leigh con su mano extendida hacia mí para ayudarme a salir de la piscina y como me sentí menos solo gracias a ella. Mis ojos viajaron hacia su casa, hacia esa pequeña cabaña donde habíamos dejado de sentir juntos o quizás donde habíamos sentido algo real por primera vez en mucho tiempo.

Las ventanas de su casa estaban a oscuras con la excepción de las luces interiores de la cocina y de la sala. La ventana de Leigh estaba cerrada y detrás de ella estaban sus gruesas cortinas. Casi pude verla a ella de nuevo ahí sentada en su ventana, con su larga bata blanca de pijamas, y su cabello negro danzando con la brisa y a mí observándola desde el patio de mi casa, provocándola y molestándola. Sacudí mi cabeza, y cerré mi cortina para lanzarme sobre mi cama e intentar descansar.

No sabes lo mucho que pedí sobrevivir, volver a casa y poder verte otra vez para decirte que... te quiero.

Las palabras y la expresión llena de dolor y decepción de Leigh llegaron a mi mente y las alejé porque no quería pensar en eso ahora, no cuando ni siquiera sabía que hacer con este entumecimiento, con la muerte de mi madre.

#

El día siguiente Peerce y Valter salieron de casa para reunirse con la policía local y altos rangos de delitos internacionales que tenían bajo custodia a Jaeda y el cuerpo de Heiner. Tuvimos que traerlos para que iniciaran su proceso legal aquí trabajando en conjunto con las entidades policiales de Canadá por todos los cuerpos crucificados que pertenecían a ciudadanos canadienses más los seguidores de Heiner. Por lo menos, las familias de las chicas que fueron victimas de Heiner tendría una explicación y quizás un poco de paz. Pensé en Natalia, aunque mis intenciones al liarme con ella no habían sido honestas, era una buena chica y no merecía morir.

Cuando cayó la noche siguiente bajé por leche caliente a ver si me ayudaba a dormir porque eso se estaba convirtiendo en un problema y me encontré con Mayne en la sala, una maleta en el sofá. No me sorprendió, pero sí me dolió, supuse que seguía teniendo expectativas con mi padre que él nunca cumpliría.

—Así que te vas.

Mayne se enderezó y solo asintió.

—¿Te vas a ir? ¿Así como así?

Él suspiró.

—No soy una buena influencia ni para ti ni para tus hermanos. No soy bueno ni psicológica ni emocionalmente para ustedes. Quizás esto te parezca egoísta, pero es todo lo contrario, porque lo mejor que puedo hacer por ustedes, especialmente por ti, es irme.

—¿Irte? ¿Cuándo más te necesitamos?

—Podría mentir y decirte que voy a quedarme, que voy a cambiar, que seré mejor persona por ustedes—

—Pero no lo harás.

Una sonrisa triste curvó sus labios y él se acercó a mí.

—Soy lo que soy, Heist y ya es tarde para jugar a la casa de las mentiras. —Él puso su mano sobre mi hombro, —Si, tu padre es un psicópata, un asesino y eso no quiere decir que tu debas serlo. Yo nunca tuve opción, tú sí la tienes, Heist y eso te hace superior a mí. Y por eso me voy. Te mereces una oportunidad de tener una vida normal, es lo menos que puedo hacer por ti, por tu madre.

—¿Ahora quieres hacer algo por mí? Siempre me has dicho lo patético que soy, que jamás llegaría a ser lo que Hayden era para ti, que—

Él me jaló y me abrazó. La sorpresa me dejó paralizado porque Mayne Stein nunca me había abrazado.

—Hayden era una causa perdida, tú no. —Él se separó y dio un paso atrás, sus ojos de colores diferentes llenos de seguridad, —tú no.

—Papá...

—Alejarte de mí era lo mejor que podía hacer por ti, objetivamente hablando desde el punto de vista psicológico. Y es lo que planeo hacer ahora. Y aunque Valter es el ser humano más empalagoso y pegajoso que he conocido a lo largo de mi existencia, será un buen padre, al igual que Peerce. Hacen un buen balance entre el padre cariñoso y el riguroso con las reglas.

Él caminó de espaldas hacia la puerta y me quedé ahí procesado sus palabras, su abrazo, el sentido de todo.

—Estaré en contacto con Valter, adiós.

Se despidió con la mano y con eso me dio la espalda y salió por la puerta principal de la casa. El día anterior había esparcido las cenizas de mi madre y esta noche mi padre se había ido de casa como si nada.

Vaya mierda de vida, Heist Stein.

#

Las acciones tienen consecuencias.

Lo pasé con tía Jazmine, con mi madre, con todo lo que había pasado y aún así mi cerebro pareció olvidarlo por completo. Estaba tan envuelto en mi batalla, con encontrar una forma de seguir con mi vida que una semana se había pasado volando. Mis días eran vacíos, y mis noches oscuras, observando desde mi ventana, no sabía que esperaba. Leigh no tenía razón para verme, no tenía razón para permitirme verla así fuera en la distancia. Y honestamente, ni siquiera sabía si de verdad quería enfrentarla, ¿qué le diría? ¿me disculparía? Eso no era suficiente, ella había pasado por mucho, y yo en mi furia la había herido, lo mejor que podía hacer por ella ahora era dejarla tranquila. Una sonrisa llena de ironía se formó en mis labios, estaba comenzando a comprender a Mayne y su razón para irse. A veces alejarnos era lo mejor que podíamos hacer por alguien.

Estaba tan absorto en mis pensamientos que cuando Kaia vino a mi puerta a decirme que tenía visita, salí sin preguntar. Bajé las escaleras para encontrar a Carter Philips en la sala, si no hubiera estado tan distraído y entumecido con todo, habría notado lo pálido que estaba, como temblaban sus dedos a sus costados y la rabia en su mirada. Desafortunadamente, mi mente entumecida estaba ocupada lidiando con otras cosas y ese fue mi error, no vi las señales, no pensé en lo extraño que era que él me visitara. Y entonces, Carter sacó un arma de su espalda y me apuntó.

Las acciones tienen consecuencias.

Y con su mano temblorosa me disparó. 

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