Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(5) ╋ Miradas Oscuras ╋

╋ 5 ╋

—¡Heist!

La voz de la Sra. Stein sonó como música para mis oídos en la puerta de la cocina. Natalia la seguía, obediente.

—Aquí estas, casi te pierdes a nuestra visita.

—Eso le estaba diciendo a Leigh,— me echó un vistazo y yo finjo estar enfocada en la comida, —No sabía que teníamos visita, madre.

—La fiesta de bienvenida, ¿recuerdas?

Natalia estaba perpleja, sus ojos indagando cada parte del cuerpo de Heist. La lujuria en sus ojos eran tan obvia que casi dije una oración en su honor.

—Soy Natalia,— ella extendió su mano hacia él. Heist la tomó, plantando un beso sobre la parte de atrás de su mano.

—Heist Stein.— susurró y Natalia se lamió los labios.

Son tal para cual.

—Natalia me ha caído de maravilla, Heist, es una jovencita muy extrovertida y conversadora.— comentó la Sra. Stein.

—Oh gracias, Sra. Stein, usted también me ha caído muy bien. Espero verla seguido.

—Bueno, los dejo para que se charlen, se que los jóvenes prefieren estar a solas. Kaia ya vuelve, esta hablando con su padre.

Y con eso salió de la cocina, dejándonos solos.

Esto va a ser muy incomodo para mí.

Heist y Natalia no paraban de hablar así que solo me dispuse a comer.

De vez en cuando, les echaba un vistazo, Natalia estaba recostada a la pared de la cocina, Heist frente a ella, demasiado cerca. Ese chico no sabía de espacio personal definitivamente, por lo menos no era solo conmigo.

—Eres muy bonita, Natalia.— no sabía si era su acento pero la voz de Heist era tan intensa, —Me alegra que hayas venido hoy.

Natalia se sonrojó, apartando la vista. En el pueblo no habían chicos tan atractivos como Heist así que aunque su experiencia al tratar chicos fuera amplía, nunca había lidiado con un chico como él.

Lo que tenía de bueno, lo tenía de extraño para mí.

Me aclaré la garganta.

—Se esta haciendo tarde, Natalia, creo que deberíamos irnos.— hablé, Heist me miró por encima de su hombro.

—Solo un poco más, Leigh. Natalia y yo la estamos pasando bien, ¿no es así?

—Si, Leigh, solo sigue comiendo como te gusta.

Suspiré.

Heist se inclinó y le susurró algo a Natalia en el oído.

—Leigh, ya venimos, espérame aquí, ¿si?

Eso me alarmó.

—¿A dónde van?

—Solo le voy a mostrar algo, tranquila.— Heist me respondió antes de salir con ella de la cocina, tropezando con Kaia en el camino quien se hizo a un lado para dejarlos pasar. Kaia me dio una mirada cansada y se encogió de hombros.

—Nadie puede resistirte a los encantos de mi hermano, ¿eh?

—¿A dónde crees que van?

—Probablemente a besuquearse en algún pasillo oscuro de la casa.

No, Natalia... se acaban de conocer, ni siquiera ella haría eso.

¿Y por qué me molesta si lo hacen?

Solo estoy preocupada por ella, a pesar, de que se ha convertido en una persona diferente, fue mi amiga por mucho tiempo y se ha ido a hacer quien sabe que con un desconocido.

—¿Te gusto la comida?

—Esta deliciosa.— mis ojos seguían sobre el pasillo por el que se fueron esos dos.

—¿Algún plato favorito?

—La carne con la salsa de arandano.

Traté de olvidarme de Natalia y Heist y me enfoqué en Kaia quien hasta ese momento era la que mejor me caía de esa familia porque incluso la Sra. Stein tenía algo que no me terminaba de caer bien.

—Es uno de mis favoritos, tenemos eso en común.— me sonrió abiertamente, —¿Qué tal es la preparatoria de aquí? No puedo esperar a integrarme, me encanta hacer nuevas amigas.

Dudaban que fueran muy amables con ella en la preparatoria, de hecho, dudaba que fueran amables con ella en cualquier lugar del pueblo, lo cual me hizo sentir mal por un momento, Kaia era amable, ella no tenía esa mala vibra que Heist me daba.

—Será un poco difícil al principio pero luego se acostumbrarán.— le dije honestamente.

—Oh, eso lo se, este lugar no acepta a las personas diferentes como mucha facilidad. No te preocupes,— ella levantó su brazo, brotando el músculo de su bicep, —tengo piel dura, soy más fuerte de lo que parezco.

Eso me hizo sonreír.

—Es una de las ventajas de creer con hermanos.— ella continuó, bajando su brazo.

—Puedo imaginarlo.

—¿Eres hija única, Leigh?

Yo solo asentí.

—¡Qué afortunada!— ella suspiró dramáticamente, —Nah, mentira, aunque me quejo como loca, no se que haría sin esos dos idiotas.

Recordé la mirada fría de Frey.

—Frey no es muy amigable, ¿no?

—Él es...— ella pareció buscar la palabra adecuada, —diferente.

—Tú eres tan amigable y él es tan... callado, es raro que sean tan diferentes aunque sean gemelos.

—Mellizos,— me corrigió Kaia, —ese es el termino correcto, los gemelos son del mismo sexo, Frey y yo somos mellizos. Mamá siempre nos llama gemelos cuando nos presenta, es el termino más conocido.

—Oh, no sabía.

—¡Kaia!— la voz de su madre chilló desde la sala, —Tu padre te llama.

¿Otra vez?

—¡Voy!— ella me sonrió, —Lo siento, esto de tener tres padres es agotador.

¿Tres padres?

¿A qué se refería?

Abrí mi boca para preguntar pero ella ya se había ido.

El tiempo pasaba con una lentitud agonizante, ya habían pasado más de 20 minutos así que me aventuré en el pasillo por el que vi a Natalia y a Heist irse. Ya era suficiente, si mamá descubría que no estábamos en la cama, se arruinaría todo. Esto tendría que ser suficiente para Natalia.

Había dos pasillos el que daba a la sala por donde Kaia acababa de irse y otro oscuro que fue por donde se fueron esos dos.

Mi corazón comenzó a latir con desespero por lo desolado y oscuro que lucía el pasillo. La vibra de esta casa me aterraba. Mis ojos cayeron sobre una puerta de metal que se destacaba en la sutilidad de las paredes, ¿la puerta a un sótano, tal vez? Pero lo que llamó mi atención fueron las múltiples cerraduras que tenía esa puerta, incluso un candado.

¿Quién resguarda un sótano o un cuarto de esa forma?

El sonido de la risita de Natalia me trajo de vuelta a la realidad y seguí caminando. Crucé en una esquina y me paralicé, había ventanas a un lado del pasillo, la luz de la luna, colándosela, iluminando el lugar ligeramente pero no era eso lo que me había congelado.

Heist tenía a Natalia contra la pared, sosteniendo su cara con ambas manos, besándola apasionadamente. Sus labios se movían con agilidad contra los de ella, sus respiraciones aceleradas se escuchaban claramente al igual que el roce de sus labios mojados.

Nunca había visto a nadie besarse así, solo había presenciado besos cortos y cerrados.

Me cubrí la boca, sin saber que hacer. Torpemente, di un paso atrás, el ruido de mis zapatos contra el piso llamó la atención de Heist pero no de Natalia quien parecía ahogada en sus besos. Heist despegó a Natalia de la pared, girándola para que quedara de espaldas a mi y él de frente, girando su cabeza a un lado para profundizar el beso, y aún besándola, abrió sus ojos.

Esos ojos se encontraron con los míos y dejé de respirar, sintiéndome descubierta. Sin dejar de mirarme, él la siguió besando con pasión, bajando sus manos de la cara de Natalia a sus caderas para apretarlas. Él dejó de besarla para lamer la curva del cuello, esa sonrisa sobre sus labios.

—Heist.— Natalia gimió, acariciando el cabello de Heist quien me observaba con diversión.

Mis piernas decidieron reaccionar y salí de ahí rápidamente, volviendo a la cocina con el corazón en la boca y mi respiración hecha un desastre.

¿Qué acabo de ver?

Altísimo, limpia mis ojos de esa escena lujuriosa, no dejes que corrompa mi alma, que así sea, que así sea.

Repetí una y otra vez en mi mente con los ojos cerrados por un buen rato.

—¿Leigh?— la voz de Natalia me hizo abrir los ojos, —¿Estás rezando? ¿Es en serio?

Ella estaba de pie frente a mi, su respiración aún acelerada. Heist detrás de ella con los brazos cruzados sobre el pecho. Su cabello rubio estaba desordenado, mechones apuntando direcciones diferentes y sabía que era porque Natalia se había agarrado de su cabello mientras lo besaba. Ambos tenía los labios enrojecidos y yo sabía porque.

—No, solo... estaba... pensando con los ojos cerrados.

—Es que eres bien rara.— Natalia dijo, y Heist se lamió los labios, mirándome.

—¿Nos vamos?— le preguntó, rogando que si.

Natalia asintió.

—Me iré adelantando.— salí de esa cocina rápidamente, ondeando mi mano en el aire, me despedí de Kaia y de la Sra. Stein al pasar por la sala.

Apenas salí de esa casa, sentí que pude respirar de nuevo. No podía creer lo que había visto en tan poco tiempo. Natalia salió de la casa unos minutos después.

Ella me sonrió, pasándome por un lado.

Le di una última mirada a la casa antes de seguirla.

Cuando ya estábamos en mi cama, cubiertas bajo las sabanas, me di cuenta de que sería difícil arrancarme esas imágenes de la cabeza. Los ojos de Heist sobre mi mientras besaba a Natalia, mientras la tocaba y besaba su cuello.

Cerré los ojos, comenzando a rezarle al Altísimo dentro de mi cabeza. Sin embargo, el susurro de Natalia me interrumpió.

—Es hermoso, ¿no es así?

—¿Qué?

—Heist.

No le respondí nada con la esperanza de que se quedara tranquila y me dejara con mis oraciones mentales en paz.

—Él no es como los chicos de aquí, Leigh.— eso lo sabía, —su voz, como actúa, esa seguridad sobre si mismo, es tan sexy.

No se lo negaba pero Heist tenía algo malo, no sabía que era o tal vez estaba teniendo una reacción defensiva como mi madre ante gente nueva. Natalia no quería callarse por supuesto.

—Aún tengo el corazón acelerado, no puedo creer que un chico como él se haya fijado en mi.

En ese momento, Natalia no sonaba odiosa, solo vulnerable, y por un segundo sentí que estaba hablando con mi mejor amiga de nuevo, que era una noche más de pijamas donde nos quedábamos hablando en la oscuridad hasta dormirnos.

La extrañaba.

A pesar del tiempo, era imposible no admitirlo y aunque ella se dedicaba a hacerme la vida de cuadritos, aún la quería. Habíamos crecido juntas, odiaba que hubiéramos tomado caminos diferentes y que todo se complicó por Rhett.

—Leigh, ¿Estas dormida?— La voz de Natalia era un susurro que interrumpía mis pensamientos.

—No.

—No te sientes cómoda con esa familia, ¿no?

—No.

—Ellos no son como nosotros pero no significa que sean malos, ¿O es que ahora juzgas a las personas sin permitirte conocerlas? Eso no es lo que promueve tu religión, ¿o si?

Tu religión.

No, nuestra.

Eso me entristeció, ya ni siquiera la consideraba parte de su vida.

—Solo...— las caras de la Sra. Stein, de Kaia, de Frey y por último de Heist vinieron a mi mente, —no se.

—¿A caso necesitas más...?— sabía a lo que se refería.

—No, y mis sospechas con los Steins no tienen nada que ver con eso.— aclaré.

—¿Desde hace cuanto no pasa?

—Hace meses, estoy bien.

—No tienes que fingir conmigo.

—Suenas como si yo te importara.

Silencio.

—Buenas noches, Leigh.

—Buenas noches, Natalia.

Esa noche nos fuimos a dormir como si nada, como si yo no hubiera roto un montón de reglas y como si mi curiosidad por Heist no se hubiera incrementado aún más. Cada vez que intentaba interpretar sus palabras, sus acciones o la forma en la que actuaba no conseguía una razón más que confundirme.

Y también estaba Natalia, quien por momentos parecía ser esa amiga que tanto quise, pero que también podía ser cruel conmigo al usar mi mayor secreto en mi contra. Aunque me costaba admitirlo, Natalia aún tenía un lugar en mi corazón, sin importar cuanto había cambiado. Quizás la había querido demasiado como para dejar de hacerlo a pesar de todo.

Esa noche dormimos tranquilas, ignorando lo que nos esperaba la mañana siguiente, ajenas a la magnitud de lo que nos enteraríamos a primera hora de la mañana.

Otro suicidio.

Otra chica de nuestra comunidad.

Algo muy malo estaba pasando en Wilson. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro