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(36) ╋ Pasado Tenebroso ╋

Lea el anterior primero porque es doble actualización por si a caso Wattpad los trajo a este primero. You're welcome. 

LEIGH

—¿Estás lista?

Asentí, dejé salir una larga respiración y cerré los ojos. La suave tela hizo contacto con mi rostro, rozándome antes de cubrir mi vista por completo. Estaba sentada, con las manos sobre mi regazo, mi vestido blanco era de mangas largas y caía un poco más abajo de mis rodillas. Me erguí, enderecé mi espalda y giré mis manos para que las palmas quedaran hacia arriba. Estaba nerviosa, nunca había venido a una ceremonia de expiación de pecados pero ahora que era parte de las Iluminadas podía pedir una si lo necesitaba, solo te permitían pedir algo así una vez que fueras partes de las Iluminadas. Tragué grueso.

—Leigh Fleming, líder de las Iluminadas, representante de la voluntad del Altísimo— la voz de la Sra. Philips resonaba profundamente en mis oídos, con los ojos vendados, el resto de mis sentidos se agudizaron, —has avergonzado nuestra comunidad, pero no hay ningún error que el Altísimo no perdone si vamos a él con humildad y un corazón arrepentido,¿estás arrepentida, Leigh?

Podía escuchar todo muy bien, los pasos de la señora Philips a mi alrededor, el sonido de la madera crujir al quemarse en la chimenea a un lado, también podía oler la esencia de las velas y la fuerte colonia del señor Philips.

—Si.

—Abre la boca.

Obedecí y dos píldoras fueron puesta sobre mis lengua. Luego la orilla de un vaso de agua rozó mis labios y bebí para tragarlas. La señora Philips puso sus manos sobre mis palmas en mi regazo.

—Has venido a limpiar las impurezas esta noche, Leigh, a redibujar tu camino en el Altísimo.

—Que así sea.

No podía vivir sin estructura, sin perfección, lo necesitaba para respirar, para sobrevivir. Esa era la razón por la que mi padre no se involucraba en esto, él me permitiría hacer lo que quisiera con tal de mantenerme cuerda. Después de perder a Natalia, necesitaba esto más que nunca. Esta era mi decisión.

La señora Philips suspiró detrás de mi y puso sus manos sobre mis hombros.

—Esta es una noche muy especial y de un honor muy grande para ti, Leigh, ni mi marido ni yo estaremos liderando esta ceremonia.— arrugué mis cejas en confusión, —tendrás el honor de recibir la atención directa de él.

—¿Él?

—El conducto del Altísimo.

La confusión se asentó en mi cabeza.

—Verás, Leigh, solo el circulo cerrado de la iglesia, un número contado de personas ha tenido contacto con él, la persona que el Altísimo usa como conducto para comunicarse con nosotros. Él es la personificación de nuestro Dios y ha pedido liderar tu ceremonia a pesar de tus errores, debe ver mucho potencial en ti.

—Es un honor— bajé mi cabeza con honestidad, que la persona conducto de nuestro Altísimo decidiera liderar mi expiación era un honor que no merecía después de todo lo que había hecho. La señora Philips apretó mis hombros en señal de aliento.

—Buena chica— sus manos desaparecieron de mis hombros y escuché sus tacones contra el suelo mientras se alejaba seguida de los pasos pesados del Sr. Philips. Luego, escuché como cerraban la puerta, dejándome a solas en este lugar. Mi respiración era audible en tanto silencio.

Los minutos pasaron y pude sentir el efecto de las píldoras relajando mis músculos y haciéndome sentir extraña. Anesha y las otras Iluminadas me habían dicho que eso era normal, que todo pasaba en un borrón, que no me preocupara. Ellas ya habían pasado por esto varias veces, así que al recordar sus palabras de aliento, me tranquilicé un poco. Sin embargo, ninguna de ellas había dicho algo sobre el conducto del Altísimo, todas sus ceremonias fueron lideradas por los Philips. Sacudí mi cabeza, recordando que este era un honor. Fue en ese momento que la puerta sonó de nuevo pero en vez de escuchar los tacones de la Sra. Philips, escuché pasos fuertes y decididos.

Una colonia ligera pero masculina muy diferente a la del Sr. Philips llenó el lugar. De no ser por las píldoras me habría tensado pero estaba muy relajada. Él se paró detrás de mí, podía sentir su calor corporal contra mi espalda. Sentí sus dedos rozar mi cuello y brinqué un poco pero él alejó su mano y comenzó a desatar la venda de mis ojos confundiéndome. La tela cayó sobre mi regazo pero no abrí mis ojos.

—Puedes abrir los ojos, Leigh— su voz aunque profunda, no sonaba de alguien mayor como la del señor Philips. Abrí mis ojos pero él seguía detrás de mí, noté que algunas velas estaban apagadas así que el lugar se oscureció un poco más, —¿Por qué estás aquí?

—He fallado... mucho— admití y no había restricciones en mi voz, era como si no tuviera miedo de decir algo que no debía, ¿eran las píldoras? Anesha me había dicho algo de no poder mentir.

Él me pasó por un lado, y yo nerviosa, alcé la mirada para verlo. Él iba todo de negro, con una capucha sobre su cabeza y cuando se sentó al otro lado frente a mi, me di cuenta de que llevaba puesta una mascara negra que cubría su rostro.

—¿Cómo has fallado?

—Yo... he avergonzado a nuestra comunidad acusando a los Steins falsamente, y a escondidas he consumido medicación para tratar mis problemas.

—¿Eso es todo?

Lamí mis labios y aparté la mirada, queriendo decirlo todo. Él ladeó la cabeza.

—No mientas, Leigh, tus pecados y tus secretos quedarán aquí, para eso existe esta ceremonia de expiación.

—Mantuve una relación clandestina con Rhett Lombardi— admití, las palabras saliendo de mi boca como si nada, —y tuve sexo con Heist Stein.

—Tu fallas parecen ser chicos, ¿comenzaste un cortejo con Carter Philips?

—Si.

—Entonces, hiciste a un lado a un buen chico criado en el Altísimo por la debilidad carnal.

Era un poco más complicado que eso pero no había forma de que revelara que Carter era homosexual para controlarme cubrí mi boca con ambas porque por alguna razón, quería reírme y decirlo todo.

—Baja las manos— me ordenó, su voz tomando un tono más inquisitivo. Yo sacudí mi cabeza.

—Yo...— murmuré contra mi palma, —no es mi secreto, por favor.

—¿Te refieres al hecho de que Carter es homosexual?

Bajé mis manos, sorprendida.

—¿Lo sabe?

—Soy el conducto del Altísimo, Leigh, son pocas las cosas que no sé.

Eso quiere decir... que también sabe...¿lo que hice?

—¿Por qué has venido a hacer mi expiación? No lo merezco.

—Antes de compartir contigo valiosa información, necesito saber de que lado estás.

—¿Lado?

—¿Cuál es tu relación con Heist Stein?

—Fue solo sexo— dije claramente.

—¿Tienes sentimientos por él?

Abrí mi boca para negarlo pero por alguna extraña razón las palabras no me salieron por unos segundos.

—¿Lo quieres?

—No— sacudí mi cabeza.

—No pareces muy segura.

Me esforcé por controlarme, esas estúpidas píldoras me habían afectado el cerebro. La sonrisa burlona de Heist vino a mi mente, el brillo divertido en sus ojos, sus palabras llenas de indirectas y juegos, lo bien que se sintió su piel desnuda contra la mía y sus húmedos labios. Volví a sacudir mi cabeza.

—No siento nada por él.

—Sigues sin convencerme, Leigh, y necesito asegurarme que no eres el juguete manipulado de Heist para poder confiarte todo.

—¿Qué está pasando? ¿De qué estás hablando? Esto ya no parece una ceremonia de expiación.

—Porque no lo es, pero pero necesitaba que todos pensaran que lo es, en especial, los Philips. Es la voluntad del Altísimo que esta conversación se quede entre tú y yo. Además, necesitaba que consumieras las píldoras para obtener respuestas genuinas de ti sobre Heist.

—No entiendo nada.

—Hagamos esto simple, si tuvieras que escoger un bando, ¿crees que lo que sientes por Heist te haría escoger su lado?

—Hablas como si estuviéramos en una guerra.

Recordé las palabras de mi padre, lo de los inocentes y culpables cayendo por igual.

—Eso no responde la pregunta.

Tragué con dificultad, mi boca tan reseca, y él hizo la pregunta de otra forma.

—Si tuvieras que escoger entre tu familia, tu comunidad y los Steins, ¿a quién escogerías?

—Por supuesto que a mi familia y a mi comunidad.

—Quizás lo que estoy a punto de compartir contigo, acabe con esos sentimientos que tienes por él de lleno, sería lo mejor para todos.

No dije nada y él se puso de pie y trajo un maletín negro para ponerlo en el suelo entre nosotros. Me levanté y todo me dio vueltas pero me las ingenié para sentarme en el suelo frente al maletín. Una risita dejó mis labios y luego otra, necesitaba enfocarme.

—Creo que no es buena idea que me reveles nada cuando estoy así— le dije, recordando las píldoras. Él ignoró mis palabras y abrió el maletín, un montón de carpetas dentro. Él sacó la primera.

—Como ya sabes, la familia Stein es un tanto peculiar pero lo que muchos no saben es la manera retorcida en la que ellos se conocieron. Hace unas décadas, un asesino en serie azotaba una ciudad Canadiense— él abrió una carpeta, recortes de periódicos, —un cuarto asesinato se le atribuyó a ese asesino, la única sobreviviente fue una joven llamada Fleur Dupont— me mostró el recorte de una noticia donde una chica rubia muy linda de semblante triste estaba, se me hacía muy familiar, —ella estaba recluida en un psiquiátrico en las afueras de Toronto, donde también estaba recluido Mason Stevens, —me pasó la foto de un joven de cabello revuelto y ojos diferentes, —quien luego resultaría ser el asesino serial que tanto buscaban pero él terminó secuestrando a Fleur y llevándosela con él y las autoridades canadienses nunca supieron más nada de ellos, y el caso se enfrío y se cerró.

—¿Qué tiene que ver esto con Los Steins?— él ignoró mi pregunta y siguió su explicación.

—En ese caso, estaba trabajando un agente especial llamado Pierce Ferguson que estuvo de encubierto en el psiquiátrico,— me pasó la foto del agente, —él pidió traslado de esa agencia policial y desapareció después de eso. El hermano adoptivo de Mason: Adam Stevens también desapareció— él me pasó otro recorte donde estaba una señora, un señor y sus dos hijos uno al lado del otro. El pie de la foto decía 'Los Stevens' Él puso las fotos de Adam, Pierce y Mason a los lados de la chica rubia. Y todo hizo click en mi cabeza.

—¿Ellos... son... los Steins?

—De alguna forma, ella terminó con ellos tres, cambiaron sus nombres y se fueron a vivir a Alemania donde formaron su familia y tuvieron a sus hijos.

—Pero... ¿ella fue secuestrada y se casó con ellos? ¿Con un asesino? No entiendo.

—Solo te he contado para que entiendas el contexto de su comienzo, pero aún no te he dicho lo más importante.

—¿Hay más?

Él sacó un archivo que se titulaba Mason Stevens.

—Mason es un psiquiatra muy reconocido pero sus archivos del psiquiátrico de esos años lo reportan como un psicopata violento y manipulador, sin contar que fue confirmado como el asesino serial de esos años en Canada.

Se me revolvió el estomago.

—Mayne Stein es Mason— murmuré y recordé mis palabras de amenaza a Heist, debí quedarme callada.

—Si, en cuanto a Pierce Ferguson, él era un agente especial por su habilidad para meterse en las mentes de los asesinos que perseguía, muchos de sus compañeros lo describieron como sociópata, igual de manipulador que Mason pero más inestable.

Recordé al señor de ojos grises. No dije nada y lamí mis labios sintiéndolos resecos, ¿estos meses he estado viviendo al lado de este tipo de gente?

—Adam Steven parece ser el único normal— él pasó otra serie de recortes de varios pueblos en Alemania, —el hecho es que a donde sea que ellos vayan hay muertes o desapariciones extrañas, se han ganado el nombre en el bajo mundo de cazadores. Sus objetivos: personas retorcidas, pedofilos, violadores, asesinos, etc. Quieren ser justicieros por su cuenta.

—¿Por qué?

—No lo sabemos pero se rumorea que tiene algo que ver con ella— él señaló a Fleur, —quizás ella tuvo la iniciativa.

—¿Quienes son ellos para decidir quien muere o no?

—Exacto, pero eso nos trae al punto importante de esto, Leigh, ¿por qué crees que se mudaron a Wilson? Con su historial, sabemos que vinieron aquí por una razón.

Me quedé en silencio por un momento, si ellos cazan monstruos y asesinos, entonces...

—Papá...

Yo...

—El Altísimo no está contento con sus ideales y su forma de ver el mundo y por eso quiere detenerlos. Además,— él me dio otro grupo de recortes, —miran todas esas desapariciones y asesinatos de los pueblos en los que han vivido— vi muchas noticias de chicas y varios suicidios.

No...

—Al parecer, ellos cargan un monstruo que no pueden controlar entre ellos porque todas esas chicas que ves eran inocentes y no tenían nada que ver con las personas que estaban cazando en ese lugar.

—Estás diciendo, ¿qué entre ellos está el responsable por la muerte de Natalia y de los suicidios?

—Probablemente, quizás no sea intencional y no tenga nada que ver con la razón por la que se mudaron aquí pero tengo la sospecha de que es uno de sus hijos que no pueden controlar.

—¿Por qué se mudaron aquí?

—Por tu padre.

Lo sabía pero escucharlo en voz alta lo hacía realidad, sabía que mi padre no era un santo pero siempre me mantuve alejada de todas las cosas que hacía, de su mundo ilegal y oscuro.

—¿Van a matarlo?

—No lo sé, Leigh, no sé que planean en si pero por eso se mudaron al lado de tu casa y esa es la razón por la que Heist se ha acercado tanto a ti.

—¿Cómo sabes todo esto?

—Este maletín con toda esta información fue dejado en la puerta de mi casa con esta carta. Una vez que la leas, entenderás todo, fue escrita por una persona muy cercana a la familia Stein, ella dice ser la mejor amiga de toda la vida de Fleur/Mila.

Abrí la carta para comenzar a leerla pero ojeé el final de manera rápida para ver la firma de quien la había escrito, en cursiva estaba escrito el nombre:

Jazmine.




Nota de la autora: ¡Por el Altísimo! Esto cada vez se pone más intenso, ¿habrá que tomar un bando en esto, che? Que intenso todo. 

Charlemos del capítulo anterior, ay Desconocido, me gustó mucho escribir la parte en la que él carga a Leigh inconsciente fuera del bosque, ella con su vestido blanco ensangrentado, me lo imaginé muy poético todo xD Ariana, deja tu locura, parfaaavaar. 

Y de este capítulo, ¿qué les ha parecido el conducto del Altísimo? Me imagino que ya andan desconfiando de él porque ustedes ya no confían en nadie, es mi culpa, yo los he marcado, hijos/as mías y me encanta porque el hecho de que no confíen en nadie significa que no están confiando en quien deben en la historia ;) siempre cruel, nunca incruel. 

MEMES:

muakatela

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