SEXTO CAPÍTULO

pov's kim dabin

Saliendo de la escuela, el cielo comienza a oscurecer y una agradable ventisca otoñal mueve mi cabello lacio.

—Tengo que irme, acompañare a JungKook a la tienda de cómics. —Lea se acercó a nosotras junto a su pequeño hermano de dieciséis.

Conozco a Jeon JungKook desde que es un niño mimado que aún mojaba la cama, este año entró a la secundaria, puede que no haya pasado mucho tiempo desde que era joven e inocente, pero viéndolo noto como creció. De altura, al menos, es gigante. Lea nos comentó hace un tiempo sobre sus clases de boxeo avanzado y taekwondo en el club de la escuela. Sin dudas se convertirá en un adulto intimidante.

—Está bien, Teddy y yo iremos con SeokJin a los videojuegos, ¿No? —observe a mi amiga, ella vió a un costado— ¿Teddy? —rendida suspiro.

—Lo siento tanto, Dabin. Es que hoy tengo una cita…

—¡¿Qué?! —el castaño fue el primero en reaccionar sorprendido— Noona, ¿Por qué irá a una cita?

Se acercó a ella con un tierno mojin entre los labios. La diferencia de altura entre ambos es muy notoria, ¡No puede ser tan alto! Tiene unos jodidos dieciséis años, yo a su edad aún me preguntaban si era una niña perdida en las peligrosas calles de Seúl. Por más que sea tan alto, la verdad es que JungKook es infantil, sus celos lo son. De tal manera que Teddy ya no tiene forma de manejarlo, son buenos amigos, y para nadie es secreto del enamoramiento del Jeon hacía ella.

Para evitar escuchar los celos del menor, comencé a alejarme lentamente de ellos, hasta bajar las enormes escaleras de la entrada de la escuela. Pude notar a Jin a unos pasos, apoyándose en el árbol de cerezos con una chica a su lado, parecían mantener una charla entretenida. Dude en acercarme, podía interrumpir algo importante. Pero sus sonrisas hicieron oprimir mi pecho.

Debe ser una amiga suya.

Él parece tímido… suele hacer amigos rápidamente.

—Adiós, Dabin. —los hermanos Jeon se despidieron con un ademán de manos, Jungkook se fue molesto y dando resoplidos al aire. .

—Adiós. —susurré cuando ya estuvieron en la otra calle, cerca de la estación de bus.

Volví mi mirada a Jin, ahora sus felinos ojos estaban clavados en mí, sin demostrar alguna emoción. Le dijo unas palabras a la pelinegra antes de comenzar a caminar en esta dirección.

La chica se fue.

—¿Acaso eres mi acosadora personal? —cruzó sus brazos.

—¿Por ti? —sonreí— ¡Já! Sueña, estúpido.

—Eres tan obvia, Kim Dabin. —observó mi rostro con su expresión burlona, pero no entendí sus palabras, ¿soy predecible? ¿con qué?— Vamos, y también hay que pasar a hacer las compras, mamá me pidió que compre para cenar.

—O-Oh  —reaccione, había quedado inmersa en sus palabras anteriores— si, yo también compraré algo para que NamJoon cocine.

—Hablando de él, ¿cómo está? —comenzamos a caminar— Hace mucho que no lo veo.

—Supongo que... ¿Bien? Comenzó la Universidad.

—Parece genial. —asintió, sabía que Jin le tiene una gran admiración a mi hermano mayor desde pequeño, era como su héroe sin capa.

—Lo es, conoció a una chica hace poco. Papá y yo tenemos la esperanza de que sean algo.

—Hmm, aunque ser soltero es mejor.

—¿Cómo sabes? —levanté la cabeza hasta observarlo de costado— Nunca has estado en una relación.

—Puede que... la tenga algún día. —sonrió de lado.

¿A qué se refiere está vez? ¿Es sobre esa chica? Ah, lo sabía, las que tienen piernas largas y labios rojos son las que siempre atraen a los chicos.

¿Por qué me siento tan molesta?