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DÉCIMA PARTE
pov's kim dabin
Desde la distancia, podía observar la otra calle, donde mi casa y la de SeokJin son las dos enfrentadas con las luces más fuertes. Debe ser porque el vecindario mayormente es habitado por personas mayores que se duermen luego de que el sol caiga.
Estábamos llegando a nuestras casas luego de un arduo día lleno de risas y enojos, es como uno más del montón, pero… lo sentí un diez por ciento más especial que ayer.
—Dabin. —me llamó, con la mirada fija en sus pies— ¿Qué harás cuando termines la secundaria? Ya sabes, nos quedan unos meses.
¿Qué haré? Es una buena pregunta.
—No lo sé. —suspiré— Supongo que comenzaré a estudiar para alguna universidad. —nunca estuve segura de que carrera elegir, aunque por mi inteligencia las opciones no son muchas realmente. Una universidad de Seúl suena fantasioso a mi alcance, es que odio todo lo relacionado a los estudios, si soy sincera.
—¿Supones? —chasqueó la lengua, como si todavía no creyera posible mi desinterés a la vida académica— Yo creo que deberías buscar un esposo con dinero.
—Deja de ser tan idiota. —lo golpeé, haciendo que se tambalee en su lugar. SeokJin es un buen chico, me molesta sobre lo tonta que soy a veces, y me recalca todos mis más mínimos errores en la vida, además de burlarse de mi cabello… sigue siendo bueno, carga con mi bolsa del mercado, me ayuda con las tareas, y nunca, de todos los años que llevamos siendo mejores amigos, me ha hecho sentir sola. Es una tarea difícil ser él, porque yo siempre estaré detrás suyo, esperando que me proteja.
Reímos. Y mire al cielo, tomando con fuerza las tiras de mi mochila; podía esperar en cualquier momento un golpe que me haga caer, o un pellizco, sin embargo no llegó.
—Tú eres más idiota. —susurró, tranquilo y sin ganas de golpearme. Eso me hizo extrañar, ¿Qué le sucede de la nada?
Nuestro camino siguió en silencio.
Me gusta que las cosas sean así, y a veces me siento egoísta, como si estuviera apartando a Soobin sólo para mi misma. Cada vez que lo imagino lejos, con otra chica, algo me duele. Sé que si él es feliz con otra no estaría mal, digo, yo estaría mal por querer tenerlo a mi lado siempre como si fuera de mi pertenencia.
Pero creo que sólo... me acostumbré.
Si, puede ser eso.
Es normal, este idiota también debe estar acostumbrado a hacerme pasar el ridículo frente a todos, es lo nuestro.
Pude volver a la realidad cuando note mi casa frente a mi, Soobin a mi lado esperando que hable o me despida.
—Ah, ya llegamos. —dije— Tienes razón, hoy pasó muy rápido el día.
—Hum. Bien, tengo que irme.
—Si, adiós. —recibí la bolsa, y lo observé antes de girarme para abrir la pequeña puerta del jardín delantero. Su mano libre se aferró a la mía como hoy en la mañana; lo miré confundida— ¿Qué pasa?
—Yo… quiero despedirme.
Lo único que diré es que... ya no soy 'La chica que nunca beso a sus diecinueve años', porque los gruesos labios de Jin se encuentran sobre los míos, en un roce tímido y superficial que pudo llegar a generar una explosión en mi interior que nunca antes había experimentado.
Cuando nos separamos, nuestros rostros estaban rojos de la vergüenza.
—Esto no evitará que te deje una rana en la ropa interior. —dije antes de entrar corriendo a mi hogar.
Nuestra guerra sigue con o sin besos de por medió. Y podría acostumbrarme a esos besos de que todos hablan si sólo es SeokJin quien me los da.
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