Yo me estaba divirtiendo con Ron, hacíamos magia, Hermione a veces nos corregía, Harry aprendió nuevos encantamiento.

—Qué haces aquí? —me puse algo pálida al escuchar esa voz.

—Deja de molestar Draco —respondió Harry.

—Tn es de nuestra casa y está prohibido juntarse con otra —yo lo voltee a ver.

—No eres mi dueño, aparte eso no es justo —me levanté.

—Soy capaz de cualquier cosa —su sonrisa me perturba, en eso iba entrando el profesor Severus Snape.

—Está bien —miré de reojo a Ron, él estaba triste.

—Qué hacen aquí? —nos preguntó el profesor Snape —a clase —todos con miedo nos fuimos a nuestro salones.

Agradecí que las clases terminaron, yo estaba sentada en una banca que había en los pasillos, mi atención fue a que Gryffindor iba a la parte de atrás de Hogwarts, yo los seguí sin que me vieran menos me escucharan.

Su guía les estaba explicando algo, mientras que los demás sostenían unas escobas, al rato empezaron a volar y a perseguir una bolita dorada.

—Qué es eso? —mi atención estaba en esa bolita.

—Es una snitch dorada —solté un brinco al escuchar una voz, al voltear vi que era Hermione.

—Desde cuándo estás aquí? —la abracé y ella con gusto me aceptó.

—No mucho, a quién estás viendo? —me preguntó son cuna sonrisa.

—Me llamó la atención de que salieran y estén atrapando la snitch —dije segura, pero no quería admitir que vine a ver a Ron.

—Mañana hay un torneo, las cuatro casa van a participar —Hermione se puso a mi lado.

—Quisiera participar —solté un suspiro.

—Pero... —ella me alentó a seguir hablando.

—Le temo a las alturas, aparte en que no confío en nadie, sólo en Harry, Ron y tú —le sonreí.

—Poco a poco tienes que ir perdiendo ese miedo, leí que vamos a tener varias clases en las que vamos a tener que volar —terminó de hablar y yo me sorprendí.

Su entrenamiento terminó, y los chicos se fueron, le hice una seña a Hermione para que también nos fuéramos. Me despedí de ella para luego irme a mi habitación.

—Draco te ha estado buscando —me asusté cuando entré a mi habitación y vi al amigo del mencionado.

Creo que hoy todos se pusieron de acuerdo en asustarme.

—Dile que no me importa —rodé los ojos.

—Nos enteramos que has estado con Gryffindor, al menos con unos tres de esa casa —se cruzó de brazos.

—Draco hace lo que quiere y yo no me meto en sus asuntos —fui a ver a mi lechuza.

—Escúchame bien —él se me acercó y me tomó muy fuerte del brazo —te lo vuelvo a repetir, no vamos a dejar que una ridícula como tú nos bajen puntos, entiendes? —su agarre se volvió más fuerte.

—Suéltame —el brazo me dolía, y si forcejeaba era aún más.

—Segunda advertencia —él me soltó bruscamente para luego salir de mi habitación.

Me quité el traje, y me cambié de camisa, luego me acerqué al espejo para verme el brazo, estaba entre rojo y morada, todavía se puede ver sus dedos. Esto iba a dejar un feo moretón.

Solté un suspiro y me fui a sentar en la ventana, había dejado libre mi lechuza y está se fue a acurrucar en mis brazos.

Pasé un gran rato así hasta que llegó la hora de la cena, no quería ir, pero era obligatorio y no quiero volver a encontrarme con los amigos de Draco ni con él.

Me cambié de nuevo, le dejé comida y agua a mi lechuza, salí de mi habitación y fui a cenar.

Todos hablaban muy a gusto, yo no podía decir lo mismo, me dolía mucho el brazo. Me iba a sentar en la mesa que le tocó a mi casa, pero una voz me interrumpió.

—Señorita Larsson —voltee a ver a esa persona, me sorprendí al ver al director Albus Dumbledor.

—Si director —me levanté de golpe.

—Venga por favor —él empezó a caminar a la salida.

Yo voltee a ver a Draco, él estaba serio y sólo negaba con la cabeza. Yo corrí para alcanzar al director. Entramos por una puerta algo rara, adentro había un gran espejo.

—Qué hacemos aquí? —le pregunté.

(....)