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28:0 || Conversación de dos corazones

Alexandre se fijó en el pasillo, no había sirvientes en la costa.

Desde que todo el palacio se enteró que era el hijo del rey, todos lo habían tratado mucho mejor. Se sentía agobiado luego de tanta atención.

Supuso que debía acostumbrarse, ahora era un príncipe, pero aún no lo hacía.

Y la reacción del pueblo... bueno, justo hoy el rey JungKook lo iba a presentar como su hijo y heredero oficialmente.

Se escabulló en silencio hasta algún cuarto escondido. Había logrado escapar de los omegas que lo estaban vistiendo justo para la ocasión.

Estaba cantando victoria en su mente, sin embargo, las voces de sus padres le hicieron detenerse.

─¿A dónde vas señorito? ─su madre lo veía con una mirada severa, sus ojos achinandose con represalia.

Venía su regaño.

─TaeHyung, no seas tan duro con él. Está algo nervioso por su presentación ante el pueblo. ─JungKook intervino, colocándose detrás del Omega pelirrojo para tratar de persuadirlo con su aroma.

O tal vez no tendría su regaño.

Desde que JungKook... bueno, desde que su padre se había hecho presente en su vida, los regaños de su madre eran menores.

─Pero tampoco es la manera. Señorito, ¿cómo te atreves a hipnotizar a esos omegas? Voy a verlos y estaban vistiendo todos a un objeto diferente.

Alexandre apretó sus labios para aguantar su risa, pero JungKook no pudo hacerlo.

─Admite que fue divertido ─JungKook reía mientras TaeHyung negaba con su cabeza.

Tenía que admitir que eran lindos juntos.

─Lo siento mamá, lo siento majestad, pero estoy muy nervioso.

JungKook se agachó, su mano se extendió a su cabeza acariciándola.

─No te preocupes, a quien ose hablar mal de ustedes dos ─JungKook volteó a ver a a TaeHyung, quien se encogió en su lugar algo avergonzado─ le cortaré la lengua.

─¡JungKook!

Los ojos de Alexandre se iluminaron, ¿cortarle la lengua a quién hable mal de su mamá? Eso sí sonaba bien.

─Trato hecho.

─¡Alexandre! ─Regañó TaeHyung, cada día se convencía más de que ambos se parecían.

JungKook carcajeo, levantando a su hijo en brazos, con cuidado tomó la mano de TaeHyung.

─¿Por qué no mejor vamos con el pueblo?

Alexandre se dejó caer en el pecho de JungKook, cerró sus ojos por un momento, sintiendo como su mamá cambiaba y arreglaba sus ropas con magia mientras avanzaban hacia la terraza.

No saldría tan mal si tenía a su padre con el para apoyarlo.

[ . . . ]

BoGum miro a Alexandre. El infante hacia una serie de hechizos continuos como parte de su entrenamiento diario.

Desde que habían llegado al palacio, Alexandre había superado sus habilidades, y con JungKook apoyándolo, todo parecía ser más fácil.

Parecía que Alexandre iba a superar el nivel mágico promedio de los niños de su edad.

─¡Ese es mi hijo!

Gritó JungKook, orgulloso al ver cómo Alexandre había logrado hacer un hechizo de gravedad.

─Mi niño es todo un prodigio. ─TaeHyung se acercó a Alexandre, besando su frente con ternura.

BoGum solo observó un rato. Los tres sí que se veían muy bien como una familia.

Esperaba que TaeHyung y JungKook puedan hacer las paces. Después de todo, sus sentimientos por el otro jamás cambiaron en todo este tiempo.

[ . . . ]

─Y se piensa que el eterno mago inmortal, aún busca a su amado, pero nunca saben quién es, o donde encontrarlo.

Alexandre escuchaba la historia con atención, las historias que su padre le contaba eran tan relajantes y emocionantes.

Una duda invadió el rostro del cachorro, siendo percatado por su progenitor de inmediato.

─¿Paso algo, Alexandre? ─TaeHyung tenía un rostro comprensivo. Estaba claro que no lo obligaría a hablar.

─Mamá... ─Se atrevió a decir, pensando bien en las palabras que iba a usar─, ¿por qué no estás con JungKook?

TaeHyung no pudo evitar mostrar su confusión. Alexandre se removió en su cama algo incómodo por tener que explicarlo mejor.

─Digo, ¿por qué no son pareja? ─El Omega abrió su boca, intentando responder, pero la cerró instantes después al no salir las palabras─, mamá, se nota que se siguen queriendo, ¿por qué los adultos se complican demasiado?

TaeHyung suspiró, los niños sin duda eran mejores que los adultos para decir lo que piensan.

─Bueno, en el pasado ambos nos hicimos daño, y aunque nos perdonamos, es difícil volver a ser lo que éramos, porque cuando compartimos esos momentos de "amor", tu padre estaba bajo el hechizo.

Alexandre hizo una mueca de decepción.

─Pero ahora te ama, yo sé lo que veo.

TaeHyung apretó la nariz de su hijo con cariño.

─¿Sabes lo que yo veo? ─El infante negó─ que un niño frente a mi debe dormir, y casualmente se llama como tú, Alexandre.

Su hijo abrió la boca para protestar, pero la cerró luego de unos instantes. Su madre tenía razón, debía dormir, estaba agotado y mañana tenía mucho tiempo para pensar en ello e idear planes para que sus padres se juntaran.

Mañana...

TaeHyung se levantó de la cama, su hijo ya había caído en los brazos de Morfeo, y él podía ir a descansar también.

Sus palabras se quedaron en su cabeza, era verdad, ¿por qué se complicaban tanto si es que ambos se gustaban?

No sabía de dónde su hijo había salido tan maduro e inteligente, se comportaba como un niño de su edad, pero en ciertas situaciones era muy serio, casi como un adulto.

TaeHyung entró en su habitación, cerrando la puerta y dejándose caer en su cama.

A pesar de ser un adulto, aún se sentía de dieciocho años, era muy torpe si hablaba de sus sentimientos.

Unos golpes en su puerta casi le hicieron gritar, había bajado la guardia.

Se levantó y abrió la puerta, detrás de esta estaba JungKook, no llevaba puesto su usual traje formal.

─Hey... ¿qué tal?

TaeHyung se hizo a un lado, había llegado en el momento perfecto.

─JungKook, tenemos que hablar.

El pelinegro asintió, adentrándose en el cuarto que le había dado al Omega desde su llegada.

TaeHyung lo siguió, sentándose a su lado. Los dos permanecieron en silencio por un largo rato.

El Omega quería encontrar las palabras correctas para iniciar, pero ¿cómo encontrar las palabras? ¿Cuales eran las palabras correctas? ¿Siquiera existían?

─Yo... ─Ambos hablaron al mismo tiempo, deteniéndose casi de inmediato ─tú primero ─volvieron a decir, luego rieron inevitablemente ante su extraña coincidencia.

TaeHyung frotó sus manos con nerviosismo.

─Supongo que inicio yo ─empezó JungKook, y TaeHyung agradeció internamente por eso. ─TaeHyung, no quiero presionarte, y creo que jamás serán suficientes las disculpas que deba darte. Me arrepiento tanto de no estar para tí, que ahora sí quiero estarlo, y demostrarte que, puedo ser un buen padre para Alexandre, y si me lo permites.

TaeHyung aguantó por un momento la respiración cuando JungKook sujetó su mano. El calor del alfa lo envolvió, incluso si solo había tomado su mano. Se sentía tan bien.

─Quiero ser un buen alfa para tí, solo si estas dispuesto a aceptarme de nuevo ─continuó, esperando la reacción de TaeHyung.

El Omega saltó de alegría en su interior.

─Cuando perdí la memoria... ─Empezó, relamiendo sus labios antes de volver a empezar─. No sabía quién era el padre de Alexandre, BoGum estuvo ahí y me ayudó, nunca me dijo nada de tí ni para decirme que eras una mala persona. Cuando te ví junto a Alexandre, no podía describir lo que sentí a pesar de haberte olvidado, era como si todo se hubiese alineado solo para encontrarnos otra vez.

─Siempre fue el destino.

─Siempre.

TaeHyung conectó sus ojos con los de JungKook, no había palabras para explicar lo que pasaba por su cuerpo y su mente. Ambos casi siempre estaban en desacuerdo, pero siempre llegaban al mismo punto cuando se trataba de JungKook, eso solo significaba que su sistema se alteraba.

Las manos de JungKook ascendieron a sus mejillas, acariciando con delicadeza estas. Parecía que acariciaba una flor.

TaeHyung inconscientemente se inclinó hacia el tacto del alfa.

Luna, lo había extrañado tanto. Incluso si lo recordaba, sentía que algo le faltaba.

─Te amo, TaeHyung.

El Omega sonrió ante esas simples dos palabras. La voz de JungKook diciendo que lo amaba era algo que no sabía que necesitaba hasta ahora.

─Yo... ─JungKook puso un dedo en sus labios, sonrió con tranquilidad─ no lo digas si no estás listo, yo esperaré.

TaeHyung no pudo retenerse más, se abalanzó sobre JungKook, uniendo sus cuerpos en un suave abrazo.

El alfa suspiró, presionando su nariz en el cuello del Omega, aspirando el suave aroma a fresas.

Se quedaron en esa posición por unos minutos, los cuales fueron los más tranquilos que tuvieron.

JungKook sujeto aún más fuerte a TaeHyung, echándose en la cama con el Omega aún abrazándolo. Buscó una posición cómoda para dormir.

─Hasta mañana, fresita.

TaeHyung arrugó la nariz ante el apodo.

─Que lindo que me llames otra vez así.

TaeHyung cerró sus ojos, deleitándose con el aroma de JungKook, ahora sí eran buenas noches.

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