03:0 || Amoquinesis
JungKook regresó al campo de fresas al día siguiente. Le gustaba aquel aroma por alguna inquietante razón, además de que quería comprobar algo de las plantas.
Últimamente se habían marchitado algunos, y eso era sumamente raro teniendo en cuenta que estaban en la misma naturaleza y no cultivadas en cautiverio.
Suspiro resignado, agachandose para tomar una fresa, llevándosela a la boca. Saboreo el sabor exquisito, suspirando en el proceso.
Su lobo también estaba encantado, no solo por el sabor, si no por el olor que desprendía. Desde que tenía memoria, el olor de las fresas lo fascinaba más que otro aroma que haya podido oler.
Y estar rodeado de ese aroma en este campo era el mismísimo paraíso.
Estar en aquel lugar siempre lograba calmarlo y despejarlo de todo.
Tal vez por eso no se percató de aquel hechizo en particular que venía directamente hacia él.
Aquel resplandor venía sin ningún control, esperando estallar en alguien. Y encontró a su perfecta víctima en aquel alfa pelinegro, al cual rápidamente se acercó e impactó con fuerza en su cabeza.
JungKook jadeo algo adolorido, llevando una mano a esa zona, no percatando ningún rastro de sangre.
Se quedó mirando el piso por un momento, alzando ligeramente su mirada cuando el aroma a fresas fue más fuerte. Encontrándose con un joven Omega pelirrojo frente a él.
[ . . . ]
TaeHyung por su parte iba a recoger las fresas que le faltaron ayer.
Supuso que JungKook no estaría, pues ayer ya había recogido lo suficiente como para cincuenta personas.
Sin embargo, en cuanto llegó y vio a JungKook ahí, al parecer algo aturdido solo pensó en darse la vuelta y volver a su preciada cabaña.
Lamentablemente sus planes no funcionaron, de nuevo.
─ Mierda, debo irme. ─ Murmuró, sin embargo una mano sujeto su muñeca, y pronto su cuerpo se vio envuelto en unos brazos fuertes.
Soltó un suspiro tembloroso cuando el olor a tierra mojada inundó sus cosas nasales.
Sin embargo, no pudo evitar tensarse cuando su mente proceso de quién se trataba.
JungKook lo estaba abrazando.
Y no solo eso, el alfa tenía su cara enterrada en su cuello, aspirando más del aroma a fresas del pelirrojo.
─ ¿Qué demonios? ¡Suéltame! ─ Chillo, colocando sus manos en el pecho del alfa, buscando liberarse.
Sin embargo, el alfa apreso con más fuerza al Omega, gruñendo con posesividad.
Decir que el Omega de TaeHyung no estaba alterado sería una de las mentiras más grandes.
─ ¿¡Pero que te pasa!? Acordamos no volver a vernos, ¿por qué haces esto?
TaeHyung empezaba a fastidiarse de no obtener respuestas por parte del alfa, era exasperante.
Pronto, JungKook se alejo un poco (solo un poco), mirándolo a los ojos. Y TaeHyung supo que algo había cambiado en la manera en la que lo miraba.
─ ¿Cómo podría pedir semejante cosa? Tu belleza no debe ser privada de mi vista, sería un castigo horrible para mí de solo pensarlo.
TaeHyung hizo una pequeña mueca.
─ ¿También te volviste poeta? ─ Aquel vocabulario no era el mismo que había visto ayer y anteayer.
─ Si eso basta para conquistar tu corazón, declarame tu poeta Omega.
TaeHyung suspiro, y separó al alfa de él con una rafaga de aire. Misma que el alfa había usado en él el primer día que se conocieron.
─ Tú estás raro, y voy a descubrir que bicho te pico.
JungKook, lejos de enojarse por aquel golpe de magia, solo sonrió amablemente, acercándose de nuevo a TaeHyung.
─ No me siento raro para nada, solo me siento feliz, ¿Es eso un pecado? ─ TaeHyung se cruzó de brazos, alzando una ceja.
Esto debía ser una mala broma. Pero se sentía muy real.
─ Esto debe tener una explicación.
Busco a los alrededores, no encontrando nada. Así que optó por subirse hasta la rama de un árbol para ver si había alguien cerca.
Desde arriba se podía ver mucho mejor.
Estuvo durante unos segundos buscando, hasta que halló a una chica pelirosa a unos metros de ellos.
─ ¡Ahí está! ─ Sonrió victorioso, bajandose del árbol rápidamente, y a consecuencia de ir tan apresurado casi se resbala.
─ ¡Ten cuidado! ─ Lo regaño con dulzura del alfa, acercándose rápidamente a él y tomándolo por la cintura.
TaeHyung apretó sus labios, alejándose rápidamente como si su tacto quemara.
─ Bien, esto es, demasiado raro, debemos solucionarlo ya. ─ TaeHyung tomo la muñeca del alfa, avanzando hacia donde había visto a la chica.
El alfa vio como el Omega sujetaba su muñeca, así que con cautela entrelazó sus manos, caminando con más comodidad así.
Caminaron unos minutos más hasta que TaeHyung se detuvo, y para mala suerte del alfa se soltó de su agarre.
─ ¡Tú! ─ La Omega se sobresalto, volteando a ver a ambos. ─ ¿Cuál es tu nombre?
─ ¿Quienes son ustedes? ─ La pelirosa se alejo de a poco, desconfiando de ambos de inmediato, mientras en su mano hacia una bola de fuego, en caso de que atacarán.
JungKook gruño, jalando a TaeHyung detrás de él para protegerlo de cualquier ataque.
─ Mi Omega te hizo una pregunta. ─ Dijo con su voz de alfa, que solo logro afectarle a TaeHyung, encogiéndose en su lugar.
La chica hizo una mueca ofendida, levantándose rápidamente.
─ ¿Te atreves a usar tu voz de mando en mí? ¡¿Pero quién te crees?!
Cuando TaeHyung por fin halló su voz se puso en medio de ambos.
─ Ya, primero que nada, JungKook yo no soy tu Omega, y segundo, por favor perdonalo, ¿podrías decirme cuál es tu nombre?
La chica se cruzo de brazos, manteniendo una postura de alerta.
─ Me llamo Sana, Sana Lefebvre.
TaeHyung se quedó en silencio, escabando en sus recuerdos.
─ Bueno, ¿tu hiciste esto? ─ TaeHyung señaló sin ninguna discreción al alfa, quien estaba a unos metros de ellos, recogiendo algunas flores.
¿En qué momento fue? No tenía ni la más mínima idea.
Sana miro con curiosidad al alfa, dejando ver su expresión confundida.
─ Bueno, de hacer a ese alfa sin duda no, no tengo siquiera pareja y edad para haberlo criado, y tampoco la suficiente magia como para crearlo, el don de la creación tal vez pueda.
TaeHyung suspiro, tenía que explicar la situación.
─ Ese chico que ves ahí. ─ Señalo de nuevo. ─ Intento matarme, hace tan solo dos días, y ayer hicimos el acuerdo de no vernos más, y ahora me sale con que soy su Omega, no sé tú, pero esto no cuadra para nada.
La chica frunció el ceño, entrecerrado sus ojos y viendo al alfa con detenimiento. Sintió casi desmayarse al notar aquella chispa de magia dentro de él.
─ Oye, bueno, esto te parecerá gracioso. ─ La chica empezó a jugar con sus manos, mirando al pelirrojo con nerviosismo. ─ Tal vez él esté en, bueno, ¿un hechizo de amor?
TaeHyung tardo unos momentos en responder, hasta que analizo todo y se exasperó.
─ ¿Cómo? Nonono, ¿qué me dices?
─ Te explicaré, mi clan Lefebvre tiene el poder del Amoquinesis, que es hacer que las personas se enamoren. La cosa es que, soy una Lefebvre pura sangre, así que el hechizo de Amoquinesis que yo lance afectará tanto a su lado humano como a su lobo, y bueno, yo estaba practicando solo como controlar eso.
TaeHyung sintió su corazón detenerse por un momento, mirando hacia el alfa quien seguía seleccionando flores.
─ ¿Y no hay alguna forma de deshacerlo? ─ Dijo nervioso, esto no podía estar pasándole a él.
─ Me temo que no sé cómo, ni siquiera sé que pasó con ese hechizo. Pero algo te puedo decir, ese alfa va estar detrás de ti hasta que dure el Amoquinesis, porque sé que es temporal, así que hasta que llegue ese día, tendrás que estar con él.
─ Oh no, eso ni lo pienses.
─ Su lobo también está enamorado, ¿crees que estará tranquilo con que te vayas o no estés? Posiblemente te busque o lo mates de tristeza.
TaeHyung se tenso, mientras su Omega aruñaba dentro de él; exigiéndole que no se vaya del lado del alfa.
─ Mientras el hechizo dure, él jamás cuestionara su enamoramiento hacia tí, será como si siempre lo haya sentido y se inventará mil y una excusas para estar a tu lado. El amor es muy fuerte, ¿sabes? ─ La chica se cruzo de brazos, mientras TaeHyung solo suspiro.
─ ¿Me dices que tengo que soportarlo todo el tiempo que dure el hechizo? ─ La pelirosa asintio. ─ ¿Y cuánto tiempo sería?
Los ojos de la chica se tornaron del mismo color de su cabello, mirando al pelinegro.
─ Huh, es una buena cantidad, pero es temporal, viéndolo bien, acabará en unos cuatro meses más o menos.
─ ¿No sabes con exactitud?
─ Ummm, unos cuatro meses, cinco días, tres horas y quince minutos. ─ Dijo, sus ojos volviendo al azul de antes.
TaeHyung suspiro, aquello había sido muy específico, así que se quedaría con cuatro meses nada más.
─ Yo me voy, suerte con eso, y lamento de nuevo todo.
TaeHyung suspiro, mientras JungKook se acercaba, con algo de tierra en el rostro y un gran ramo de todo tipo de flores.
─ Para tí Omega.
TaeHyung suspiro, tomando el ramo con cuidado, sonriendo ligeramente al ver muchas de sus flores favoritas.
─ Gracias.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro