el gato que está en nuestro cielo⁰⁵
Dos días habían pasado desde que visitó a Beomgyu, y entre ese tiempo, se habían topado un par de veces en la entrada del edificio, pero nada más se saludaban. Le parecía extraña esa sensación de querer más, hablarle más, conocerlo más, mirarlo más. Pero no pensaba hacer nada respecto a ello en algún momento, preferiría disfrutar de sus últimos días libres antes de volver a trabajar.
Yeonjun estaba tomando un café helado en su cocina, pensando en la serie que acaba de terminar y sintiéndose vacío por ello. Cuando escuchó una voz murmurando en su balcón.
—Hyuka, no, vuelve aquí.— la voz de un chico susurró.
Curioso, Yeonjun se asomó a la sala donde estaba la puerta al balcón, sin poder ver a nadie afuera. Pensó que podría ser algún vecino hablando.
—¡Hyuka no!— el chico gritó.
Y de la nada, Regaliz apareció en su balcón de un salto.
—¡Regaliz!— Yeonjun lo llamó feliz de al fin verlo de nuevo, había extrañado mucho a ese gatito. El negro minino se aproximó a arrimarse a él, pero se detuvo cuando la voz volvió a susurrarle.
—Vuelve aquí ahora, Beommie hyung se enojará.— asomándose afuera, Yeonjun pudo identificar al peliblanco de la casa de su vecino, Taehyun.
—Oh, hola, ¿Taehyun?— saludó inseguro, pero con una sonrisa amigable en su rostro.
—Yeonjun hyung.— dijo sorprendido, mirando hacia el gato con pánico, luego de regreso al mayor y por último, cubriendo su cabello con ambas manos. —¿Qué tal todo?
—¿Bien?— contestó extrañado por su inusual actuar. —¿Y tú? Veo que Regaliz ya regresó.— dijo, acariciando al gato con cariño.
—Oh, sí, ya se recuperó, se había eh engripado.— contestó. —Hyuka, ven.— susurró entre dientes.
—¿Quién es Hyuka?— preguntó Yeonjun levantándose, ya le había escuchado decir ese nombre varias veces.
—¡Yo!— exclamó una tercera voz.
—¡Huening Kai, no!— Taehyun sacó sus manos de su cabeza y se atajó del borde del balcón.
Yeonjun, completamente sorprendido, observó como luego de un puff y un montón de brillitos azules, el gato desapareció. En su lugar, apareció el chico que vivía en casa de Beomgyu, con una sonrisa inocente y dos esponjosas orejas entre sus cabellos negros.
—¿Q-qué?— se alejó asustado, sin entender que pasaba.
—¡Kai, idiota! ¡Beomgyu dijo que esperemos a que él le explique primero!— regañó el peliblanco.
—Se estaba tardando mucho. Sé que tú lo hueles también, no me mientas.— puchereó el pelinegro.
—¿De- de qué ha-hablan? ¿Oler qué?— la voz de Yeonjun temblaba al hablar y sentía sus piernas débiles de la impresión.
—Sí, lo huelo, pero ¿qué puedo hacer? No puedo solo obligarlos a amarse, bro.— se quejó el peliblanco, rodando los ojos.
—¿Bro? ¿Dónde quedó amor?— preguntó Kai, con ojitos brillositos y tristes.
—No lo mereces por andar de atolondrado.— espetó Tae, mirando hacia sus largas uñas despreocupado.
—Pero-
Y Yeonjun, sin poder aguantar más la extraña situación, cayó desmayado.
^•ﻌ•^
esta historia es tan random que ya no sé que hago lol, pero le daré forma(? de a poco, ténganme paciencia 😔
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