Capítulo 13. Graduación
—A los cinco años nos preguntaron que queríamos ser de grandes.— habló una adolescente de cabellos rojizos sonriendo.— respondimos cosas como... astronauta, presidente, o en mi caso... una princesa.
Atnea rió y observó con una sonrisa en sus labios a la mujer pelirroja que daba el discurso. Sintió la mano helada de su hermano sobre la suya y miró en su dirección, estando sentado a su costado Aidan que la miraba con cariño. Ambos se sonrieron y volvieron su atención a la joven que se encontraba arriba del escenario.
—A los diez años nos preguntaron otra vez.— siguió.— y en ese momento respondiamos, rockero... o vaquero... o en mi caso una ganadora de una medalla de oro.
》Pero ahora hemos crecido y quieren una respuesta seria... bueno, ¿Que tal esta?
¿Quien diablos sabe?《
Abucheos emocionados y aplausos se escuchó en el ambiente provocando que Atnea riera con su hermano.
—Éste no es el momento de tomar decisiones duras sino de cometer errores.— siguió.— tomar el tren equivocado y perderte en algún lado, enamorarnos mucho...
Atnea bajó la cabeza, avergonzada al recordar el beso del menor Black al haber escuchado aquella frase. Negó con la cabeza e intentó con todas sus fuerzas en olvidar aquel bochornoso momento.
—Estudiar filosofía con lo que no se puede tener una carrera.— sonrió la joven.— cambiar de idea y cambia otra vez porque nada es permanente...
》Cometamos todos los errores posibles, así cuando nos pregunten... ¿Que queremos ser? No tendremos que adivinar, lo sabremos.¤《
Al terminar el discurso un estallido de aplausos inundó el salón. Los segundos pasaron al igual que cada alumno pasó a recibir su diploma. Cuando Bella subió, Atnea tanto como Aidan se levantaron de sus asientos y aplaudieron con felicidad.
El evento había terminado en donde los Jason se acercaron a la castaña para felicitarla y saludarla.
—¡Felicidades!— abrazó con cariño a la Swan.— así que... esto es una graduación.
—Gracias.— sonrió para luego fruncir el ceño confundida, preguntó.—¿Nunca... te graduaste?
Atnea sonrió avergonzada y dijo.
—Bueno... no fui a un instituto normal.— le contestó.— estudié... por decirlo de alguna manera... desde casa.
—Oh...
—¡Atnea!
La morocha se tensó y miró con una sonrisa tensa a la duendecilla que se acercaba saltarina hacia su dirección junto con Jasper.
—Alice.— le regañó Aidan.— aquí es Atenea.
—Oops... lo siento.— se disculpó la duendecilla, avergonzada.
—Esta bien.— le respondió.— no importa... y felicidades... se graduaron... ¿Otra vez?
Tanto su hermano, Alice y Jasper rieron y asintieron con la cabeza.
—Gracias.— le respondió con una sonrisa en sus labios.— te quería decir que... ¡Haremos una fiesta!
》Será en nuestra casa y por supuesto... estás invitada.《
Atnea se sorprendió y miró a su hermano que éste asintió con la cabeza.
—Oh vaya... me encantará ir.— sonrió.— les prometo que iré.
》Pásame a buscar Aidan.《
—Por supuesto Nea.
Atnea se encontraba en frente del espejo, observando su atuendo. Se miró de arriba a abajo y se preguntó mentalmente si era demasiado.
Era la primera vez que iba a una fiesta.
A una fiesta mundana.
Y siempre quiso destacar en esos lugares, ser el centro de atención y lo que más esperaba era usar ropa que dejara ver su piel.
Quería verse sexy.
Quería demostrar su cuerpo.
Y se preguntaba si con ese vestido de jean color negro que se centraba en el cierre delantero, dejándolo un poco más arriba de la mitad, justo debajo de su busto que se podía apreciar su escote de corpiño negro y mangas cortas le hacía ver sexy.
¿O no debía llevar este tipo de ropa para una graduación?
¿Que debía usar?
Todos sus vestidos era cortos, siempre les gustaron así pero nunca tuvo la oportunidad de salir del templo porque desconfiaba del mundo exterior y porque vivía en el templo. No culpaba a Ancestral por su encerramiento, de hecho él le decía que debía salir más pero... sentía que si salía al exterior se olvidaría su objetivo principal... que era controlar su magia y ser una gran hechicera.
Suspiró.
—Tal vez no debería ir.— susurró mordiéndose el labio inferior.—pero... ¿En qué momento tendré la oportunidad de usar esta ropa?
Volvió a suspirar.
La bocina del vehículo sonó afuera de su casa, siendo su hermano con el auto.
Como le había dicho... la fue a buscar.
—No hay tiempo de arrepentirse.— susurró dando un giro por completo y asintió con la cabeza satisfecha. Al escuchar la bocina una vez mas, rodó los ojos y agarró su pequeño bolso y un labial rojo mate al darse cuenta que no se había maquillado los labios.
Bajó las escaleras y apagó todo, poniendo un hechizo de escudo por si las moscas o un vampiro quisiera entrar en su casa.
—Bien.— salió de su hogar, cerró la puerta con llave y caminó con seguridad hacia el auto de su hermano, cada paso firme con sus tacos agujas negros.
Su hermano chifló al verla y le guiñó el ojo con una sonrisa radiante en sus labios.
—Hermanita... te ves ardiente.— la halago, apenas entró el vehículo y cerró la puerta.— tendré que vigilar a varios adolescentes ya adultos que no te coman con la mirada.
—Tú tampoco te ves mal hermano.— también lo halagó, golpeando juguetonamente el hombro mientras ya se dirigían a la casa Cullen.—por suerte finges ser alguien mayor pero... estoy segura que varias chicas querrán tirarse encima tuyo.
—Que te puedo decir... soy irresistible.
Atnea rodó los ojos, ambos riéndose hasta que un nudo en su estómago apareció y los nervios incrementaron.
— ¿Que sucede?
Atnea miró a su mellizo y se mordió con fuerzas su labio inferior.
—Yo... estoy nerviosa.— murmuró jugando con el labial entre sus manos.— nunca fui a una fiesta... no a una fiesta como esta...
》En el templo había fiestas, muy pocas, pero no se usaban este tipos de vestuario, ¿Me entiendes? Y... no se... ¿Crees que es demasiado lo que llevo? ¿Muy exagerado?《
El vampiro bufó.
—Te comprendo... pero.— le respondió Aidan, llevando una de sus manos hacia la mano cálida de su hermana y le dio un suave apretón.— solo cálmate, diviértete... te ves fabulosa hermana.
Atnea agradeció tener a su hermano con ella.
—Gracias.— susurró aliviada.— ahora... debo maquillar mis labios.
Aidan soltó la mano de su hermana y se concentró en manejar mientras que Atnea se concentraba en pintar sus labios con ese labial rojo mate bien fuerte, que lograba resaltar sus labios.
—Llegamos.
Atnea se miró por última vez en el espejo del auto, se limpió algunas zonas que se había pasado y aplanó los labios para marcar bien el rojo. Cerró el espejo en frente suyo y miró hacia la casa notando la cantidad de gente caminar por los pasillos y la música alta se escuchó en sus oídos.
—Bien... a divertirnos.— dijeron a la vez, riéndose los dos.
Ambos Jason entraron a la casa Cullen, esquivando a una gran cantidad de adolescentes alborotados. Atnea observó en una dirección y se encontró con Bella cerca de una mesa, vestida con una camisa azul y unos jeans, hablando con dos chicas más.
—Voy con Bella.
Aidan asintió con la cabeza y le dijo.
—Yo iré a buscar a los demás.— le habló besándole la mejilla.— diviértete.
Atnea sonrió y asintió con la cabeza y se acercó a las humanas, sintiendo la miradas de la mayoría de adolescentes allí.
—Hola Bella.— saludó la pelinegra, llamando la atención de las tres.
—Oh... wow.— sonrió la Swan.— te ves hermosa Atenea.
Atnea sonrió avergonzada.
—Gracias.
—¿Te llamas Atenea?
Los ojos negros de la hechicera se dirigieron hacia la persona de aquella voz, encontrándose a dos jóvenes muy diferentes pero bonitas. Con una se dio cuenta que era la joven que dijo su discurso.
—Si, Atenea Clarckson.— llevó su mano para estrecharla con la joven de anteojos que fue la que había preguntado.— un gusto...
—Que hermoso nombre.— siguió la joven, aceptando la mano, el saludo.— soy Ángela Weber y tu vestido es hermoso.
Atnea sonrió radiante y susurró.
—Gracias.— miró a la joven a su costado y le dijo.— me encantó tu discurso... fue sensacional.
La pelirroja se sorprendió y sonrió.
—¿En serio? ¿No te pareció... algo exagerado?— le preguntó.
—No, para nada.
—Oh... que alivio.— susurró.— por cierto... soy Jessica Stanley un gusto en conocerte Atenea.
—El placer es todo mío.
—Oh... esa música me encanta.— chilló emocionada Ángela agarrando la mano de Jessica.— vamos a bailar.
》¿Vienes Atenea?《
—Amm...— miró a Bella y esta le asintió con la cabeza, para luego clavar la mirada en las dos jóvenes y les respondió con una sonrisa.— si, vamos.
Atnea acompañó a Ángela y a Jessica al medio de la improvisada pista y bailó con ellas, divirtiéndose como nunca lo había hecho.
Sintiéndose como una verdadera adolescente.
Olvidándose de todo.
Olvidándose de los temas sobrenaturales.
Olvidándose de los extraterrestres.
Olvidándose de la guerra infinita, de las muertes, de Strange, de Stark.
Olvidándose que era una Vengadora.
Olvidándose que era una hechicera.
Esa noche... solo era ella.
Era Atnea Jason.
Atnea divirtiéndose como si fuera una joven de 18 años.
Se reía con las chicas, giraban entre ellas.
Saltaban.
Movían los brazos de un lado para el otro.
Movía sus caderas sensualmente.
Se estaba realmente divirtiendo.
Todo era divertido hasta que la sed le atacó.
Y empezó a tomar.
A tomar ponche... sin darse cuenta que tenia alcohol.
Y Atnea... no era tolerable a las bebidas alcohólicas.
—¿Te encuentras bien?
Atnea asintió con la cabeza, comenzando a ver borroso en donde se tuvo que agarrar del brazo de Jessica.
—No te ves bien.
—Estoy... estoy bien.— arrastró un poco las palabras, quitándose algunos mechones de cabellos de su frente que se encontraban pegados debido a la transpiración.— iré a tomar un poco de ponche...
》Eso me calmará.《
Atnea no las esperó y caminó hacia el otro salón en donde se encontraba la mesa con la bebidas, en donde se tuvo que agarrar de la pared ante el fuerte mareo que le agarró.
—¿Viste lo que lleva puesto?— escuchó Atnea a unos metros suyos, en donde las chicas que estaban hablando de ella no podían verla por la pared que la tapaba.
—Por ahí... no están hablando de mí.— pensó Atnea, todavía sosteniéndose de la pared.
—Si... ¿Quién es?
—No lo sé... pero la han visto con el hermano del doctor Cullen.
—Oh mierda, soy yo.
—Si, con el sexy hermano del doctor Cullen.— habló la otra.— No se de donde apareció, ni como consiguió que ese hermoso médico le prestara atención...
》Los han vistos juntos... dicen que son parejas.《
—¡No! ¡Dios, qué asco!— pensó Atnea con ganas de vomitar.
—¿¡Sale con esa!? ¡Pero! ¿¡Que le vio!?
—No lo sé.— chasqueó con la lengua la joven.— ¿Pero viste lo que trae puesto? Parece una zorra.
—Con esa ropa parece que se está prostituyendo.
Atnea apretó con fuerzas la mandíbula y se paró firme, ignorando los mareos y salió de su escondite, observando a dos jóvenes que se asustaron al verla. La pelinegra supo que eran ellas ya que las dos la escaneaban de arriba a abajo por su ropa y una mueca de asco apareció en sus labios.
—Hola chicas.— les habló con una sonrisa falsa.— ¿Han visto a Aidan? Es el hermano del doctor Cullen.
》Es que lo perdí de vista...《
—No, no lo hemos visto.— comentó una con la mandíbula tensa, en donde Atnea chasqueó la lengua y negó con la cabeza.
—Seguiré buscando a mi novio.— les sonrió.— gracias igual... y ¡Diviértanse!
Atnea se alejó de ellas pavoneando sus caderas sensualmente sabiendo que tenia sus miradas en ella.
—Niñas tontas.— masculló con la mandíbula tensa, sirviéndose un vaso lleno de ponche.— criticando a una mujer por su vestimenta...
Se lo tomó de una, sintiendo un ligero sabor fuerte en la bebida. Miró confundida el vaso vacío pero se encogió de hombros, sirviéndose otro vaso más.
Necesitaba relajarse.
—Atenea... el ponche tiene alcohol.— le habló la Swan, colocándose a su costado mirándola preocupada.— ya has tomado mucho.
—¿Alcohol?— preguntó sorprendida la pelinegra para luego mirar la fuente llena de esa bebida, sintiéndose mareada, más que antes.
—Mucho alcohol.— recalcó la Swan.— tienes las mejillas rojas y tus ojos están vidriosos... deberías dejar de tomar...
》Jessica y Ángela me dijeron que no te veías bien.《
—Estoy bien... es la primera vez que tomo alcohol.— murmuró sirviéndose otro vaso, y tragó.— y... no me siento borracha.
Rió.
—¿Que hace aquí?
Atnea tomó un poco más del ponche cuando lo escupió al ver hacia la misma dirección que veía Isabella al haber hablado con un tono quejoso.
—¿¡Que hace aquí!?— chilló Atnea, queriéndose esconder debajo de la mesa cuando sus ojos chocan con los orbes negros del Black.
Atnea no sabe si era el alcohol o si subieron la calefacción pero al tener los ojos negros del Black sobre ella, recorriendola con la mirada de arriba a abajo, sintió su cuerpo temblar desde las puntas de sus pies, más la sensación de un calor abrasador por toda su piel.
Su corazón saltó y comenzó a latir rápidamente al recordar aquel beso, ese dulce tacto de labios que sintió que flotaba... que le había gustado, en donde negó con la cabeza intentando olvidarlo.
Un nudo se internó en su bajo vientre y se sintió mareada al verlo caminar hacia ellas, en donde Atnea en este momento quería desaparecer del lugar.
—¿Que haces aquí?— habló la Swan, molesta.
Jacob no había apartado la mirada de la pelinegra mientras que ésta miraba a la castaña, intentando evitar los ojos negros y profundos del Black.
—¿Que?— le preguntó el menor, mirando a la Swan confundido.— Tú me invitaste Bella.
—Bueno si... pero, ¿No recibiste mi mensaje?— le preguntó.— O ¿El gancho derecho que te dio Atenea fue demasiado sutil? Retiré mi invitación cuando hiciste eso.
Los ojos negros del menor Black pararon hacia la pelinegra que siguió tomando el ponche y que seguía principalmente ignorando su mirada.
Jacob decidió volver su atención a Swan.
—Yo... bueno si...— dudó, avergonzado y arrepentido.— pero vine a arreglar las cosas con ella.
》¿Me dejan a solas con Atenea?《
—¿Quieres hablar con él?— le preguntó la castaña en donde Atnea se recriminó al verse asentir con la cabeza.
— Estaré bien... ve a disfrutar tu fiesta.
Atnea observó como la castaña asintió con la cabeza para luego mirar con los ojos entrecerrados al Black, alejándose de ambos. La pelinegra miró al Black que no se había dado cuenta que el menor no estaba solo, estaban Quil y Embry que si recordaba bien eran sus mejores amigos, que se fueron a la mesa de bocadillos.
Dejándolos solos.
—Yo... Atenea, perdóname... perdóname por todo...— volvió a hablar el menor, realmente arrepentido, llamando su atención.— perdóname por el beso... lo de tu mano, no inventaré ninguna excusa... fui un imbécil.
》Por eso... te traje esta pulsera a modos de disculpa.《
Atnea observó las manos del Black, encontrándose allí una pulsera con un dije de un lobo de madera. Los ojitos le brillaron y una O apareció en sus labios, emocionada por la linda pulsera.
—Que linda.— miró al Black.— ¿Me lo puedes poner?
Jacob sonrió con ternura y se lo puso en la muñeca derecha.
—Esto no significa que te haya perdonado.— le dijo seriamente.— solo es que me gusta esta pulsera.
Jacob aplanó los labios y preguntó.
—¿Que debo hacer para que me perdones?
—Encuérate.
Jacob abrió los ojos y soltó un agudo.
—¿Que?
Atnea rió y se abalanzó hacia el menor, abrazandolo por los hombros.
—Estaba jugando tonto.— se rió, ignorando el cuerpo tenso del Black.— solo... no vuelvas a hacer algo como eso... no sin mi consentimiento.
》Ahora abrázame y bailemos.《
Jacob más que confundido colocó con dudas sus manos en la cintura de su impronta. Ambos comenzaron a moverse lentamente de un lado a otro mientras que la pelinegra escondía su rostro en el hueco del cuello del lobo.
—Atenea...— la llamó, ganándose un "¿Mmm?" Por parte de la pelinegra que tenia los ojos cerrados, disfrutando del cuerpo cálido y musculoso del Black.— ¿Te sientes bien?
—Te digo la verdad o te miento.— susurró riéndose sola.
—La verdad.
—Bueno... no me siento bien.— susurró alejándose del menor.— hace unos minutos atrás unas chicas criticaron mi ropa...
》Dime... ¿Me veo como una zorra?《
Jacob recorrió con la mirada a la pelinegra, quedándose embobado al verla vestida de esa manera.
Se veía hermosa.
Y sexy, demasiado.
—Te ves asombrosa.— le habló con las mejillas rojas.— muy sexy.
Atnea sonrió con las mejillas más rojas que antes hasta que un gran mareo le agarró y un revoltijo en su estómago le apareció.
—Atenea.— la llamó preocupado el Black, agarrándola de la cintura al verla tambalearse.
—Quiero vomitar...— susurró con voz ahogada intentando en no devolver allí ni en frente del menor.
—Te llevaré al baño.
Jacob la ayudó a subir las escaleras para dirigirse al baño, en donde apenas llegaron a la puerta, Atenea la abrió de una, agradeciendo que no haya nadie, y se tiró hacia el inodoro para devolver todo lo que había tomado. El Black se acercó rápidamente hacia su impronta y la ayudó, levantando los cabellos lacios y dándole suaves caricias en la espalda.
—No mires, es asqueroso.— le reprochó, para vomitar un poco más
—No estoy mirando, te estoy ayudando.— exclamó suavemente, siguiendo con las caricias en la espalda.— si que tomaste mucho...
Atenea terminó de escupir todo lo que tenía y se tiró hacia atrás, sentándose en el suelo.
—No sabía que el ponche tenía alcohol.— murmuró cansada.— y alcohol del fuerte.
—En todas las fiestas ponen alcohol al ponche.— le acarició los cabellos, para luego abrir la canilla del lavabo a un costado, mojando su mano para llevarlo a la frente de la pelinegra.— ¿Te sientes mejor?
—Sigo mareada...— susurró disfrutando de las suaves caricias que le daba el menor.— pero estoy mejor.
》Gracias por estar conmigo.《
—Siempre estaré contigo Atenea.— susurró con cariño, ayudándola a levantarse, agarrándola por los brazos.— no lo dudes.
—¿Por que?— preguntó, quedándose mirando los bonitos orbes negros del Black, acercándose a él.— ¿Por qué tanta preocupación por mi? ¿Por que tanto interés por mi en menos de un año?
—Eso... es por-porque...— tartamudeó nervioso al tenerla tan cerca, en donde podía sentir el aliento caliente de la pelinegra sobre sus labios y sus narices rozarse suavemente.— por.. porque eres mi... mi...
—¿Tu que?— rodeó sus brazos sobre los hombros del menor, abrazandolo por el cuello.— dime Jake...
—Tú...— tragó saliva nervioso, con sus músculos tensos y comenzando a tener un problemita allí abajo al tenerla tan cerca, pecho con pecho y escucharla decir su nombre informal.— tu... Atenea... eres... eres... mi.. mi... im...
—Atenea.
Tanto la pelinegra como el Black miraron hacia la puerta abierta del baño, encontrándose al pelinegro Cullen mirando anonadado la situación.
Jacob al tener la mirada sorprendida del vampiro sobre él, apartó rápidamente sus manos de la cintura de la pelinegra sin haberse dado cuenta que las había colocado allí.
—¡Aidan!— soltó al lobo y se abalanzó sobre su hermano, abrazandolo con fuerzas.— ¡Tanto tiempo! Jeje
》¿Entendiste? Fue gracioso ¿No?《
—Tu aliento apesta.— le reprochó, agarrándola por la cintura para que no se caiga.— así que es verdad... te emborrachaste.
—¡Si! ¡Ya soy una mujer grande!— se rió a carcajadas.— ¡Ancestral debe estar orgulloso de mí!
》¿O no?《
—Si, si... yo creo que esta muy orgulloso de ti.— le acarició la cabeza con cariño.
—Emm... ¿Puedo pasar al baño?
Tanto Aidan, como Atnea y Jacob miraron hacia la adolescente que miraba avergonzada hacia ellos tres.
—Por supuesto.— respondió Aidan.
El vampiro arrastró a su hermana hacia el pasillo, seguido del lobo que se encontraba incómodo.
—Aidan...— lo llamó la pelinegra con ojitos brillosos.— ¿Por qué entraste al baño?
》Estaba ocupada.《
—¿Ah sí?— alzó una ceja curioso, mirando de reojo al menor Black que éste estaba tenso pero con las mejillas rojas.— ¿Ocupada con que?
—Ocupada con Jacob.— le respondió con un puchero y adornando en su frente un ceño fruncido.— él me estaba por decir algo...
》¿No es así Jake?《
—Oh... bu-bueno...— tartamudeó nervioso al tener los dos pares de ojos sobre el.
—Chicos.— llamó una nueva voz, en donde los tres miraron en aquella dirección, encontrándose a la Swan.— tenemos un problema.
El Clan Cullen, los tres lobos Quileutes y Atnea que estaba un poco más centrada abrazada por Aidan, se encontraban en un cuarto lo más apartado de la fiesta, escuchando con atención lo que la vampiro de pelo corto decía.
—¿Qué pasó?— preguntó la pelinegra mirando a todos al notar lo tensos que estaban.
— Alice tuvo una visión.— le explicó la Swan.— ¿Quieres un café o agua?
》¿Te sientes mejor?《
—Ya vomité todo.— habló sinceramente.— me siento un poquitito mejor... sigo un poco mareada pero luego de eso me encuentro mejor.
—Oh... que bueno.
—Si... puedo concentrarme.— habló la pelinegra.— ¿Que visión?
—Tuve una visión.— habló la duendecilla mirando a todos preocupada.— Llegarán en cuatro días.
—Esto será un baño de sangre.— habló Carlisle, preocupado.
—¿Quién planeo todo esto?— preguntó el lector de mentes.
—En mi visión no reconocí a nadie.—volvió a hablar.— tal vez a uno...
—Lo conozco, conozco su cara.— volvió a hablar el Cullen.— es de aquí. Él no planeó esto.
Desde su posición, Atnea podía observar todos los rostros preocupados de los Cullen y los rostros confundidos de los Quileutes.
—Quien haya sido se mantiene alejado.— habló Aidan intentando ser serio pero se le estaba haciendo una tarea difícil al tener el dedo índice de su hermana jugando con su mejilla.— Atenea... dijiste que ibas a prestar atención.
—Sip, lo siento.— murmuró avergonzada, para portarse bien y prestar atención a la conversación.— sigan.
—Está jugando con los puntos ciegos de tu visión..— volvió a hablar Carlisle hacia Alice.
— De cualquier forma un ejército viene y no somos lo suficientes para defender la ciudad.— habló el rubio al lado de la vidente.
—Esperen.— interrumpió el menor Black, llamando la atención de Atenea.—¿De qué ejército hablan?
—Neófitos.— habló Carlisle.— de los nuestros.
—¿Qué es lo que buscan?— preguntó uno de los lobos.
— Pasaron algo para olfatear el aroma de Bella.— respondió Alice.— una camisa roja.
—¿Buscan a Bella?— preguntó Atenea sorprendida.— ¿Cuál es su propósito?
—Será una pelea muy fea.— volvió a hablar el patriarca.— se perderán vidas.
Atnea observó como Jacob miraba a sus compañeros, que estos asintieron con la cabeza, seguros en la decisión que estaba pensando el menor Black. Los ojos negros de Jacob sin poder evitarlo, se encontró con los orbes negros de su impronta que se encontraba confundida al ver los gestos de los lobos.
—De acuerdo.— habló firmemente el Black, mirando al patriarca.— nos apuntamos.
—No.— interrumpió Atenea, llamando la atención de los presentes.— no vas a pelear.
—Atenea... voy a hacerlo.
—¡No!— refufuñó, cruzándose de brazos.— No quiero, te matarán.
》Te harán lobito al escabeche.《
—Atenea tiene razón.— habló la Swan preocupado por su amigo.— los matarán, es peligroso.
—Yo no te pedí permiso.— respondió serio el menor mirando solamente a la Swan.
—Edward...— se quejó la humana, intentando tener el apoyo del cobrizo.
—Es más protección para tí.—respondió.
—Aidan.— le reprochó Atenea tirando de la manga de su hermano.— ¡Di algo!
El menor Jason aplanó los labios confundido, miró a sus familiares para luego mirar al Black que éste se encontraba serio para terminar mirando el rostro adorable de su hermana, que se encontraba enojada.
—Lo siento Nea.— murmuró Aidan.— pero ellos realmente podrían ayudarnos a vencer ese ejército.
—Oye Jacob.— llamó el patriarca.— ¿crees que Sam accedería a un acuerdo?
—Si así podremos matar algunas sanguijuelas.— comentó el Black.
—¿Jasper?— volvió a hablar el doctor.
—Aumentarán nuestros números... los neófitos no saben que existen.
》Será una gran ventaja.《
—Necesito coordinarlo.
—No Carlisle.— volvió a hablar Atenea.— es muy arriesgado.
—Debemos entrenarnos.— la ignoró por completo causando que la pelinegra frunciera el ceño enojada.—Jasper sabe lo que se requiere para pelear contra neófitos, ¿Pueden acompañarnos?
Jacob observó a sus amigos, intentando ignorar los orbes llorosos de su impronta, en donde al ver una vez más el asentimiento de cabeza por parte de sus amigos, el menor Black dió un paso al frente.
—Bien, dime donde y cuando.— habló seguro Jacob.
—Jake...— llamó esta vez la chica Swan.— no saben en lo que se están involucrando.
—Bella...— le habló.— esto es lo que hacemos... deberías estar feliz.
》Míranos... trabajando juntos, ¿No era lo que querías?《
—Bueno pero yo no quiero.— habló esta vez Atenea, colocándose en frente del menor.— no pelearás.
—Atenea...— susurró su nombre con mucho cariño.— pero... es mi deber.
》Lo siento.《
{Así se encontraba vestida por si no lo expliqué bien, jeje}
><><><><><><><><><><><><><><><><
¡Hola! ¡Aquí nuevo capítulo!
¿¡Que les pareció!?
¿¡Les gustó!?
Espero que sí.
¡Voten y comenten!
Nos vemos en el próximo capítulo.
Las amo con todo mi corazón.
Besitos.
~M.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro