IX
Liara llego al mismo tiempo que Jim, y ambos compartieron miradas desafiantes.
En el Mercadotroll ya los esperaba el resto del grupo, menos Olivia. Era solo una tarde en la que se iban a organizar para ir por las tres rocas, y no perder el tiempo yendo todos al mismo tiempo.
-Con Blinky iremos a Argentina -exclamo emocionada-. Milo vendrá con nosotros, y creo que es suficiente.
-Bien, con Clara iremos a los pantanos de Florida -dijo Jim.
-¿Puede ir Livs con ustedes? No está muy bien, y esto le va a ayudar -dijo Liara.
Tanto Jim como Clara, sobre todo está última, accedieron a que la joven bruja vaya. Ahora solo esperaban de que Olivia de verdad quisiera hacer ese viaje con ellos.
-Dira que si, es Florida, no puede pasar nada malo -dijo un poco más relajada Liara.
-¿Qué hay de la última piedra? -pregunto Toby.
-No se dónde está -hablo Liara-. Solo encontré que ha desaparecido, y no hay más información que esa.
Jim aclaro su garganta nervioso. Tomo un par de papeles y atino a irse.
-Yo, yo me encargo. Mientras, Toby ve en mi lugar, les caerás bien -hablo, y se fue.
—¿De que hablas? —pregunto Liara.
—Una corazonada, nos vemos —exclamo yéndose.
Por detrás fue Liara. Noto en él una actitud no solo nerviosa, sino además de sospechosa. Lo cual le hacía recordar a ella cada vez que ocultaba algo grande y grave, y prefería no hablar del asunto.
Con eso en mente, confundida, creyendo que él era más que un simple adolescente en circunstancias extraña, logro alcanzarlo.
-Podrás engañar al resto, pero no a mí -dijo con enojó.
-No se de que hablas ¿Puedes no meterte un segundo?
Liara abrió la boca con sorpresa, y lanzó una carcajada.
-Mi madre me dijo que te ayude, y si sigues ocultando algo, no podré hacerlo -dijo.
-Bueno, no necesito que me cuides, puedo solo -contesto Jim-. No eres mi familiar, ve a buscar a otra bruja.
Liara de verdad creyó que eso era algo que también diría, y sus sospechas sobre Jim solo crecían. Era como verse en alguna clase de espejo extraño.
-James Lake Jr -exclamo-. Harás una estupidez, y no puedo creer que diga esto, pero iré contigo. No dejaré que lo hagas solo.
-Actúas como mi hermana mayor -refunfuño.
-Si lo fuera, deberías sentirte afortunado de tenerme como hermana -dijo, y le dió un golpe en el brazo-. Ahora vamos antes que me arrepienta.
—Solo mantén la calma cuando lo sepas —dijo.
Liara nego divertida.
—Si dices esos, es para que me enoje —dijo—. No creo que sea tan grave.
•
Durante el trayecto hasta la casa de la persona que llegó a la ciudad, ninguna hablo. Estrella esperaba que fuera Arabella quien lo hiciera primero, para evitar ponerle más presión sobre el asunto.
Sin embargo, al llegar y no haber obtenido nada sobre eso, decidió que era momento de hacer las preguntas.
-¿Por qué te has separado de Galaga y Lana? -pregunto sin vueltas-. Tu hija me dijo que algo viste con tu madre ¿Qué fue tan grave como para separarte de quienes más amas?
Arabella la vio impactada. Para evitar abrir la boca, no dudo ni un segundo en llamar a la puerta, y que del otro lado no tardaron en atender.
A la par la vieron, y la rubia sonrió emocionada, salto a sus brazos para darle un fuerte y sonoro abrazo. Pese a lo efusivo del encuentro, del otro lado no la recibieron de igual manera, o al menos no con un abrazo cargado de emoción.
-Ah, tanto tiempo -exclamo Arabella emocionada.
-Ya, harás que se queme -rio Estrella.
Aunque tampoco era de dar fuertes recibimientos, cuando Arabella soltó a su antigua amiga, Estrella la abrazó, aunque no con tanta efusividad.
-Tanto tiempo Peggy -murmuro-, me hacía falta el punto neutral de la amistad.
-Hablas como si no fuera capaz de saludar con un fuerte abrazo -dijo Peggy aún sin soltarla-, solo me cuesta recibirlos.
-Pense que estabas muerta -murmuro, y contuvo las lágrimas.
Estrella se apartó, sin soltarla del todo y le dió una sonrisa torcida. No podía creer que en algún punto de sus vidas, las personas mágicas que la rodeaban hayan echado a correr un rumor tan creíble acerca de sus muertes, solo para evitar problemas con un pasado que parecía no querer dejarlas ir.
Ella no estaba segura si alguna vez la creyeron muerta. Pero si en más de una ocasión, era una sorpresa el verla llegar como si volviera de entré los muertos.
-Es tan lindo estar las tres juntas de vuelta -dijo emocionada la rubia-. Solo falta Circe, no entiendo porque no está aquí.
-¿Por qué lo dices? -pregunto Estrella.
Peggy también quería saber por qué, y ambas vieron a Arabella esperando una respuesta. Hasta que la de ojos verdes noto que la bruja metió la pata por el rojo que lento fue cubriendo sus mejillas.
-Asuntos de trabajo -dijo por ella-. Me gustaría ponerme al día, pero Arabella me anticipó porque están aquí.
Pasaron, y fueron directo al pequeño balcón, dónde ya las espera con té y algunas galletas. Los familiares se fueron por otro lado, junto con Lilith.
Por un momento hubo silencio. Uno extraño, como si ninguna quisiera decir lo que se podía palpar en el mismo aire. Estrella esperaba a que se mantuvieran por más tiempo calladas, porque apenas dijeran una sola palabra, iba a confirmar eso que tanto le aterraba.
Pero, ¿Qué tan malo sería para ella ser una hija de Morgana? De solo pensar que la hechicera supiera del potencial de su magia le causaba escalofrios. Porque Jim le dijo que volvería pronto, pero no le contó hasta donde estaba ella involucrada. Y con la visión de su hija no hacia más que estar preocupada.
—Antes que nada, debes encontrar un cristal adecuado para tu magia, uno que no te mate —dijo Peggy.
—Eso después, ahora ¿Por qué de repente soy hija de Morgana? —pregunto con rapidez.
Tanto Arabella como Peggy se vieron, y dieron un leve suspiro. Ellas no tenían una respuesta clara. Porque a cada una le tocó de diferentes formas ser parte de la vida de Morgana. Una hija, otra aprendiz secreta. Ambas siendo protegida por la mujer.
—Para ser sincera, es difícil de explicar —dijo Arabella.
—Mas aún si no recuerdas que pasó antes de los dieciséis años —continuo Peggy—. Si tuviste algo ver con ella, si ese sueño en el castillo, era Camelot ¿Por qué no te recordamos?
Arabella vio a Peggy y torció la boca.
—Quizas usaron ese hechizo —murmuro.
—Ahg, y después lo volví a usar yo —exclamo exaspera Peggy—. Es un grave problema, porque aunque no fue del todo efectivo, se usó dos veces, y puedo jurar que seguidas.
—Tampoco es tan problemático usarlo tantas veces seguidas —dijo, y ambas amigas la vieron con reproche—. Quizás un poco si, pero el primer hechizo seguro fue mucho más efectivo.
—Porque ninguna recordamos nada —murmuro Estrella—. Necesito encontrar la chamana.
—Primero ve por el cristal —dijo Peggy.
•
Dejo el cristal para el próximo día, no iría a ningún lado sino se sentía del todo bien. Ahora estaba con Zoe, dándole los últimos toques mágicos al artilugio para Jim. Era una espada, con un escudo, que se llevaban como brazalete en su estado dormido.
—¿A dónde irás con Douxie? —pregunto Zoe.
—¿Él te hablo? Que chusma —murmuro en español—. No lo se. Creo que le pediré que me acompañe a buscar la piedra para el collar.
—¿Y después?
Estrella la vio confundida.
—¿Qué pasa después?
—Esa no puede ser una cita, Estrella —exclamo, tratando de contener la risa.
Mientras Zoe seguía hablando, Estrella noto las siglas grabas en la empuñadura de la espada.
—¿Qué es esto?
—Las siglas del nombre de Jim —dijo, y tomo la espada—. Jim Lake Jr —señalo.
Al oir su apellido, palideció, aún mas. No podía creer que después de tanto años, de tantas distancia supiera de él otra vez. Pero ya no sentía irá, sino terror. Jim estaba con Liara, lo que en cualquier momento, eso le seria un problema.
—¿Esto ya está? —pregunto apurada, y Zoe asintió—. Bien, lo llevaré yo.
Llegó a dónde vivía Jim. Tenía la extraña sensación de que alguien la seguía. Cada tanto veía sobre su hombro buscando la fuente de aquel mal presentimiento, y solo veía a la gente a andar tranquila por la calle.
•
Al llegar a la escuela, fueron directo a la oficina del director. El hombre que los recibió, sin sabes que iban a llegar, los vio con sorpresa.
—¿Qué hacen? —pregunto al verlos, allí parados.
Jim titubeó por un momento, porque no sabía cómo decir lo próximo, sin pensar que Estrella lo iba a matar.
—Señor Strickler —hablo con voz temblorosa—, se que tienes la última piedra que hace debil a Gunma.
—No se de que habla joven Lake —dijo haciéndose el desentendido.
—Claro que sabe, y lo se porque …
Hizo una pausa, y vio a Liara que parecía más perdida de lo que el señor Strickler podía fingir. Necesitaba que un par más supieran la verdad, sin importar que eso lo metería más en problemas.
Estaba cargando con la verdad dividía, aún así no dejaba de serle pesada, pese a no ser él el cazatroll.
—Vengo del futuro, vivi la noche eterna, como seres de otro planeta iban a terminar con el nuestro —se volvió a pausar frente al recuerdo—. Cuando usted se sacrificó frente a la orden Arcana, y mi mamá, Bárbara sufrió por eso.
Se acerco a él, quien parecía estático frente a sus palabras, y lo vio directo.
—¿Es cierto Jim? —pregunto Liara consternada.
—Si, y Estrella estuvo allí, y ella también sabe la verdad —respondió—, por eso te mando a cuidarme.
—Joven atlas …
—Por favor Strickler, se que me cree, y que quiere hacer el bien —dijo casi suplicante—. Lo sé, porque alguna vez peleamos uno contra el otro, y codo a codo también.
El silencio otra vez se hizo con el lugar.
★★★
Hola mis estrellas viajeras ¿Cómo les va? Espero que bien ✨
Bien, bien, bien. Que capitulo tan, uuufff,
Claro que donde está el hijo está la madre (fanfictioner67) , Margarita, la amiga con los pies en el tierra, o bueno, hace el intento.
Y después todo el hueco que queda allí con Jim y Liara, y algo que descubre Estrella, y una locura.
Ya lo sabremos la próxima 😤
Sin más que decir ✨ besitos besitos, chau chau ✨
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