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04


Se podía escuchar el vehículo acercándose al ritmo del latido acelerado de Quackity, pese a que estaba convencido de que lo que planeaba hacer era necesario su instinto lo hacía querer alejarse, el miedo no lo soltaba y sentía que en cualquier momento salía corriendo de ahí, ¿era tan inútil que ni eso podía hacer? No, no era momento de arrepentirse, era ahora donde ponía un fin a los problemas que generaba.

Pero fue ahí donde una voz lo distrajo en el momento indicado para salvarlo de ese final trágico que no merecía pese a asegurarse a sí mismo de que si.

— ¿Estás bien? — fue lo único que el castaño atinó a decir en su ignorancia.

Había visto al azabache con la vista perdida en un punto y se preocupó al notar lo cercano que estaba de la orilla por lo que jaló del brazo al chico para atraerlo hacia él con cuidado de no lastimarlo antes de que el tren pasara frente a ambos con gran velocidad.

Quackity seguía anonadado entre sus pensamientos y el repentino golpe de vuelta a la realidad que le dio el castaño, al recobrar un poco de consciencia alzó la mirada hacia el más alto frunciendo el ceño en confusión lo cual cambió rápidamente a vergüenza ¿en que carajos estaba pensando?

— Eh, si ando perfecto nomás con sueño — no sabia que decir para no delatar la locura en la que pensó a un completo desconocido — bueno este, gracias que pena.

Le sonrió incómodo intentando aligerar el ambiente, el castaño negó levemente indicándole que no se preocupara y el silencio se apoderó del lugar. Wilbur no lograba acomodar sus ideas, ya lo tenía en frente, sólo tenía que hablarle ¿cierto? Fácil.

Fácil para un extrovertido que sabía convivir con gente nueva, y claramente esa descripción no le quedaba.

El tiempo pasaba y a Wilbur no le salía nada, el ambiente cada vez se hacía mas incómodo entre ambos y eso le hacía entrar en pánico pues no podía desperdiciar esa oportunidad pero sabía que si no decía algo el azabache simplemente se iría. Y realmente Quackity comenzaba a impacientarse, sabía que el contrario tenía algo que decirle por su lenguaje corporal pero no podía perder tanto tiempo.

Cuando Quackity dio señal de que se había rendido a darle oportunidad de hablar y estaba a punto de retirarse los nervios de Wilbur comenzaban a hacerle actuar por impulso

— ¿Me recuerdas? — Wilbur lo había acorralado inconscientemente en uno de los pilares que se encontraban a su lado.

Estaba comenzando a asustarlo y sus ganas de salir de ahí rápido incrementaron con aquella acción tan repentina, "seguro me quiere robar o algo" fue la idea más lógica en su mente al ver la insistencia del chico en mantenerlo ahí. No estaba seguro de sus planes entonces decidió cooperar mientras pensaba cómo salir de ahí, proceso la pregunta y negó con la cabeza ligeramente prestándole más atención a su rostro buscando algo que se le hiciera familiar pero no había nada que despertara algún recuerdo.

Wilbur suspiró rendido sintiéndose como un tonto por hacerse ilusiones sin sentido, siempre ha sido tan ingenuo. Quackity carraspeó llamando su atención y ahí fue donde notó la posición en la que se encontraba.

— Mierda, discúlpame no era mi intención — se separó de inmediato del contrario sintiendo pena y preocupación de la mala impresión que estaba dando. Quackity simplemente reía nervioso mientras le susurraba un "no te preocupes" alejándose de inmediato para mantener una buena distancia entre ambos.

Se miraron por un buen rato sin saber que hacer, el silencio nuevamente los mataba y ninguno se atrevía a siquiera despedirse, el castaño no sabía si era prudente buscar una forma de mantener contacto con él después de tantos momentos incómodos e impresiones raras que estaba dando en tan poco tiempo.

— ¿Vas a decir algo o mejor me voy? — Quackity comenzaba a sentir desesperación.

— ¿Sería raro si pido tu número ahora? —.

Oh, ¿era eso? El azabache lo miró con duda volviendo a pensar en lo peor, tenía que dejarle claro que no era tonto para dejarse robar.

— Si te lo doy no voy a recibir una llamada para extorsionarme, ¿verdad? — a Wilbur se le escapó una risa y Quackity lo miró indignado — ¿Qué wey? Tengo mis razones pa dudar, a ver, si un extraño se te acerca y te pregunta "oye te acuerdas de mi" bien casual y luego no puede ni hablar del nervio ¿que es lo primero que piensas? Ese wey se trae algo, ¿no? —.

— ¿Crees que la única razón por la que alguien se pondría tan nervioso para pedir un número es porque te quieren extorsionar? Y si fuera así no lo revelaría tan fácilmente — el castaño contenía la risa escuchando la forma de pensar del contrario, vaya imaginación.

— Pues es esa o te gusté —.

La sonrisa de Wilbur se desvaneció de inmediato soltando un "¡¿Qué?!" antes de mirar al hombre con sorpresa y vergüenza negando la errónea conclusión que dio, ¿lo estaba molestando o era un experto en malinterpretar cosas?

— Solo te aviso de una que no le voy a los hombres, digo pa que sepas —.

— ¡No es eso! Simplemente eh... — el mas alto no sabía a donde mirar, su mente intentaba formar una excusa para no delatar la verdadera razón de aquella pregunta — me recordaste a alguien y eso.

No era completamente mentira.

— Tons le pides el número a cualquier persona que te recuerde a tu ex o como —.

Wilbur quería pegarle en la frente por ese comentario.

Suspiró pesado y negó rápidamente mostrando ahora él molestia, Quackity sintió que se había pasado con aquella broma por el repentino cambio de humor del contrario, iba a disculparse pero fue interrumpido.

— Olvídalo, no sé ni porque insistí — se dio la vuelta dispuesto a retirarse — perdón por la molestia y quitarte tu tiempo, linda tarde.

— Hey, perdón me pase de verga y ni te conozco — Quackity lo alcanzó y tomó su mano para evitar que se marchara.

Antes de que Wilbur pudiera reaccionar, el azabache ya había sacado su teléfono para que pudiera agendar su contacto en este y lo colocó en la mano que antes había tomado. Accedió a hacerlo pues él mismo fue quien lo pidió aunque no iba a dejar pasar aquello, a veces Wilbur era rencoroso.

— Bueno, te mando mensaje al rato y si algún día me quieres hablar ahí ta — Quackity seguía preguntándose el porqué le pidió el número y peor para que accedió.

Tal vez el que sentía atracción por el otro era él y lo estaba proyectando, pero no lo admitiría, no quería volver a hacerlo.

Ambos se despidieron aún con el ambiente un poco tenso y siguieron con su tarde pensando en aquel encuentro.

Que día más raro.

Gente la verdad no he dormido nada pero aquí andamos extrañando a Tallulah.

¿Sacaré otro capítulo en esta misma semana o la universidad me va a consumir? hagan sus apuestas.

Perdón con cualquier error o la mala redacción.

Los quiero, nos vemos en el próximo cap (;

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