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cii.
❝ menciones del pasado ❞
‼️por favor voten y dejen muchos comentarios o voy a llorar, recuerden que ya son los últimos capítulos, y les agradecería mucho si pudieran demostrarme su apoyo de esta manera‼️
omnisciente
Heaven había pasado los últimos días intentando encontrar el nombre ideal para su nueva mascota. Sin embargo, no había tenido suficiente éxito en su búsqueda. Suspiró mientras regresaba a su habitación después de dejar a la pequeña gatita en el lugar donde usualmente comía.
Cuando abrió la puerta, se sorprendió al encontrarse a Draco recostado en su cama mientras hojeaba uno de sus libros. Le sonrió mientras se acercaba a la orilla de la cama y recargaba una de sus rodillas en ella.
—¿Ya no sabes qué leer? —le preguntó.
Draco alzó la mirada—. Quiero leer uno de tus libros favoritos, pero no sé por cuál comenzar —sonrió de lado—. Este tiene anotaciones, ¿no es así?
Heaven asintió—. Ese es mi favorito —señaló la copia de Alicia en país de las maravillas—. También tiene película, de hecho es considerada para niños pequeños, pero honestamente pienso que ningún niño puede entenderle del todo... aparte que la película es muy bizarra.
—¿Película? —Draco alzó sus cejas.
Heaven imitó su gesto—. ¿Nunca has visto una?
—No, pero si sé que son —dijo Draco—. Sé que es una de las siete artes, pero crecí en una familia bastante aislada de las invenciones muggles. También sé que la profesora de Estudios Muggles solía poner en sus clases, aunque yo nunca la tomé, y alguna vez Theodore me contó sobre una pijamada que organizaste en tu casa hace algunos años.
—La profesora Charity Burbage era asombrosa —dijo Heaven con tristeza—. ¿Crees que esté bien?
Draco hizo una mueca, desviando la mirada. Su estómago le ardió al recordar lo que le había sucedido a aquella profesora. Él lo había presenciado. Incluso se arrepintió de haberla mencionado.
Por otro lado, Heaven al no recibir ninguna respuesta se aclaró la garganta, dándose la vuelta hacia su clóset, prefiriendo no saber.
—Creo que tengo varios malos recuerdos bloqueados del verano pasado... —murmuró Draco—. Hay cosas que en verdad no las recuerdo hasta que se mencionan.
Heaven volvió a girarse, y se acercó hasta quedar frente a él. Draco ni siquiera era capaz de mirarla a los ojos, así que ella lo tomó delicadamente de sus mejillas. Le acarició el cabello con cariño, reflejando la enorme empatía que sentía por él.
—No tenemos que hablar de ello, si no es lo que deseas. Lamento mucho que hayas tenido que presenciar situaciones que no eran de tu agrado —lo tomó de las manos—. No es tu culpa, y me rompe el corazón que hayas pasado por tantas cosas. No lo merecías y no lo mereces.
Draco no dijo absolutamente nada. Se quedó en silencio, y a Heaven se le rompió el corazón de ver sus ojos grises llenos de lágrimas.
—Fue horrible, Heaven —murmuró—. Fue horrible.
Heaven lo rodeó con sus brazos, cayendo ligeramente sobre él, escondiendo el rostro en su cuello. Draco no solía hablar demasiado sobre ese tema, y ella nunca lo forzaba a hacerlo. Así que cuando se abría un poco al respecto, solía darle el acompañamiento que usualmente él le brindaba.
—Arruiné nuestro momento —dijo Draco, luego de un par de minutos en silencio.
—No fue así —dijo Heaven, aún recostada sobre él—. En todo caso fui yo.
Draco rió un poco, limpiándose sus ojos con la manga de su abrigo—. Tal vez fuimos los dos.
—Sé que casi no te gusta hablar sobre ese tema...
—No ahora, Heaven. Por favor —la interrumpió—. Te prometo que un día hablaremos de todas esas cosas que siempre dejo pendiente. Hoy no quiero lidiar con toda esa lista.
Heaven suspiró con frustración mientras se reincorporaba—. Tantas veces que me has dicho que está bien no estar bien, y creo que tú no lo consideras mucho.
Draco le sonrió tímidamente—. Alguno de los dos tiene que mantenerse completamente cuerdo.
—¿Estás diciendo que yo no lo estoy? —le preguntó juguetonamente.
Draco soltó una pequeña risa—. Nadie en esta casa lo está en realidad.
—Sigo firme ante la idea de que es el encierro —se unió a sus risas, volviéndolo a tomar de las manos, tirando de él para que se levantara de la cama—. Sólo quiero que sepas que siempre puedes decirme todo lo que desees. No porque sea bastante inestable significa que no puedo escuchar tus preocupaciones, miedos o pensamientos. Draco, te amo demasiado y quiero estar para ti por siempre, y que tú nunca lo dudes.
—Créeme que lo sé, Heaven. Simplemente me cuesta mucho trabajo encontrar las palabras adecuadas para hablar precisamente de ese tema... Yo también te amo demasiado —le sonrió—. Mucho más de lo que imaginas.
Heaven se inclinó sobre él para besarlo en los labios. Draco le correspondió el beso, gustoso y felizmente. Se separaron unos cortos segundos, para luego continuar con más intensidad.
Las manos de Draco encontraron el camino hacia la cintura de Heaven, acortando la diminuta distancia que aún existía entre ellos, mientras que ella —como de costumbre— respondió enredando sus dedos en la platinada cabellera de Draco. Ambos aferrados al otro como si temieran que el momento se desvaneciera.
Cuando se separaron, se sonrieron. Draco volvió a tirarse a la cama boca arriba y suspirando mientras seguía con sus ojos a Heaven, quien volvía a dirigirse hacia su clóset.
—¿Has pensado en la cantidad de tiempo que llevamos sin...? —la pregunta de Draco quedó en el aire cuando la puerta se abrió.
Hazel se adentró con un pequeño cesto blanco con ropa limpia y pulcramente acomodada.
—Los elfos te lo mandan —dijo la pelirroja mientras dejaba el cesto sobre la cama—. Isabella está horneando, otra vez. Está probando una receta nueva de galletas con canela. A nadie le gusta la canela más que a ella, pero dice Remus que no se lo mencionen.
—¿Ves? El encierro ya le está afectando también —dijo Heaven desde su lugar, mirando a su novio.
Draco rió—. Isabella ha hecho galletas como veinte veces en lo que va de la semana.
—¿Por qué creen que le dije a los elfos que yo podía entregar los cestos de ropa limpia? —Hazel se único al tema—. Ya ni sé qué hacer para entretenerme —suspiró con cansancio—. Como sea, no se les olvide bajar para degustar las galletas de Isabella —les recordó antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.
—¿Entonces qué decías? —le preguntó Heaven mientras se acercaba al cesto para vaciarlo.
—Que si has pensado en el tiempo que llevamos sin estar separados por más de dos semanas... —Draco sonrió de lado—. Cuando seamos libres de ir a casa, supongo que te extrañaré, ya que estoy bastante acostumbrado a verte a diario.
Heaven le sonrió—. Me alegra escuchar que aún sigues creyendo en que algún día todo regresará a la normalidad.
—Me mantiene tranquilo pensar así —confesó Draco—. ¿Tú regresarás a Hogwarts para cursar tu último año?
Heaven arrugó su nariz—. Ojalá no sea necesario —suspiró—. Es decir, no odio la idea, pero tampoco me fascina.
—A mí sí me gustaría —dijo Draco—. Poder presentar mis exámenes EXTASIS para poder ser sanador.
—¿Quieres ser sanador? —le preguntó Heaven.
Draco asintió—. Nolan ha sido mi mayor inspiración en los últimos meses. Supongo que de todas las profesiones mágicas, es la que menos me aburriría.
—Siempre creí que querrías trabajar para el Ministerio.
—Yo también —dijo Draco—. ¿Y tú? ¿Sigues queriendo igual ser sanadora de hechizos oscuros?
Heaven negó con la cabeza—. No, ahora quiero tener mi propia florería en el callejón Diagon. Me encantaría pasármela haciendo arreglos todo el día.
Draco rió—. Heaven, ¿no recuerdas lo mucho que odias tocar la tierra con las manos?
—No arruines mis sueños —lo interrumpió Heaven, al borde de las risas.
Draco siguió riendo, inclinándose sobre el cesto de ropa que Hazel había dejado frente a él minutos atrás. Una prenda color azul le llamó la atención.
—Creí que habías devuelto esto hace mucho —dijo con una ceja arqueada mientras levantaba un jersey manga larga de Quidditch con los colores emblemáticos de Ravenclaw.
Heaven tardó en entender a lo que se refería, luego rió mientras se acercaba—. No es el mismo que tú crees. ¿Acaso no notas que es más pequeño?
Draco miró el jersey con desconfianza.
—No sé, el otro solo te lo veía puesto —volvió a mirar a Heaven—. ¿Es de Marietta? —preguntó luego de analizarlo por unos segundos más.
Heaven asintió—. Harry lo dejó cuando estuvo aquí. Fue raro verlo con algo de Ravenclaw puesto.
—De pronto creí que aún mantenías el suéter de Goldstein —dijo Draco juguetonamente—. Heaven, jamás me has dicho porqué terminaste con él, y yo siempre lo que querido saber.
Heaven rodó los ojos—. Ni siquiera salía formalmente con él. Éramos amigos.
Draco entrecerró los ojos—. No te creo —hizo una pausa—. Porque de acuerdo a mi experiencia contigo, tú tienes una pésima definición de amistad... porque por si no sabías, los amigos no se besan en cada oportunidad que tienen.
Heaven lo miró con indignación—. Bien, tienes un punto, pero de no haber sido por mi pésima definición de amistad, no estarías aquí.
Draco le sonrió—. Y estoy muy agradecido por eso... pero no me cambies el tema, cuéntame.
—No hay nada interesante que contar —se sentó sobre sus rodillas frente a él—. Durante cuarto año nos comenzamos a gustar mutuamente, pero fue hasta finales del quinto cuando lo confesamos. Anthony era como un mejor amigo así que le dije que era mejor primero probar como nos iría si intentábamos ser algo más. Él accedió, pero conforme fueron pasando los meses, no sé, dejó de gustarme y se lo dejé en claro, después se enojó por eso y se volvió un patán... aunque si se disculpó —se encogió de hombros—. Aún le tengo un poco de aprecio porque él fue mi primer amigo en Hogwarts, y supongo que eso nunca se olvida.
Draco asintió—. Ya me gustabas cuando me enteré que terminaron —sonrió ante el recuerdo—. Me acuerdo que sentí una ligera esperanza para intentar decirte algo al respecto, pero no pude, y no sabes lo agonizante que fue estar constantemente detrás de ti durante meses y que no lo notaras.
—Es que si lo notaba, pero era raro. Es decir, no éramos ni amigos. No entendía porque tenías tanto interés sobre mi —Heaven le sonrió—. Fue un poco obvio cuando le hechizaste la escoba, pero seguía sin entenderte.
Draco ahogó una risa—. No recordaba eso. Fue mi movimiento más descarado —alzó sus cejas—. Y aún así, solo me agradeciste con unas galletas.
—¿Y qué hay sobre ti? Yo recuerdo que salías con Pansy Parkinson antes de cambiar de curso en quinto año. Eran como la parejita malvada de Hogwarts... aún recuerdo como me arrebataste mi varita en la oficina de Umbridge.
Draco sintió sus orejas arder en vergüenza—. Que horror... y no sé de que hablas —volteó los ojos con diversión—. Tú eres mi primera novia.
Heaven negó riendo con la cabeza—. Mentiroso —inclinándose para hacerle cosquillas.
Draco comenzó a removerse mientras reía—. Bien, bien. Te diré —Heaven se detuvo y lo miró con atención—. Nunca estuve completamente atraído a Pansy, si te soy honesto, pero era una situación que todos esperaban de mí. O al menos así lo sentía —se encogió de hombros—. Y estoy seguro que ella también lo veía así. En ese entonces éramos como los líderes de nuestra generación, y por eso nos hicimos novios. Muy tonto la verdad, y yo la terminé mediante una carta durante el verano porque me di cuenta de todo esto que te estoy contando, por eso estaba tan molesta conmigo cuando entramos a clases.
—¿La terminaste en una carta? —Heaven lo miró con sorpresa—. No lo veía venir de ti. ¡Yo también hubiera estado furiosa contigo! Por Merlín, si alguna vez piensas en terminarme, no te atrevas en hacerlo en una carta —lo miró con una ceja alzada—. No te atrevas a terminarme en general, me pondría muy triste.
Draco rió, y la tomó de la cintura para acomodarla sobre sus piernas—. No planeo hacerlo —la tomó del mentón—. Es más probable que tú me termines a mí, pero no lo hagas porque también me pondría muy triste.
Heaven se recostó sobre él—. Yo tampoco tengo planeado hacerlo —murmuró mientras comenzaba a trazar líneas imaginarias sobre las cicatrices que se asomaban en el cuello de Draco.
—Me alegra escuchar eso —suspiró Draco mientras la abrazaba.
—Ya me dio frío —dijo Heaven, poniéndose de pie para volver a acercarse al clóset.
—No entiendo porque está haciendo tanto frío si se supone que ya estamos en plena primavera —dijo Draco.
—Aaron dice que probablemente es por la magia que rodea la mansión —dijo Heaven desde su lugar—. Y tiene mucho sentido si te pones a pensarlo.
Draco si lo pensó por un par de segundos, pero no tuvo oportunidad de llegar a una buena conclusión al respecto ya que Heaven había aparecido nuevamente frente a él, pero ahora más abrigada.
Draco sabía muy bien que una estúpida sonrisa de enamorado se había plantado en sus labios.
—El verde se te ve muchísimo mejor —halagó mientras observaba su antiguo jersey del equipo de Slytherin ceñido al cuerpo de Heaven.
Heaven se arrojó cuidadosamente a la cama hasta quedar junto a él para abrazarlo—. Deberíamos dormir un rato. No hay nada más interesante que hacer.
—Me parece perfecto —murmuró Draco, comenzando a sentir sus ojos más pesados—. Te amo, Heaven —le dijo dándole un beso en la frente.
—Y yo más a ti —se aferró más a él, feliz de estar a su lado.
***
nota de la autora:
capítulo corto lleno de dreaven para que ya no los extrañen tanto 💗
sé que en cada nota repito lo mismo, pero neta una disculpota por andar tan desaparecida:( pero es que ando súper ocupada con la universidad, pero vean el lado bueno!!! ya casi salgo de vacaciones y tendré más tiempo para escribir y escribir y escribir.
en fin, les hago otra vez el amable recordatorio de que tengo canal de difusión, tenemos grupo de WhatsApp donde todos somos amigos y chismeamos sobre mis fics y la vida cotidiana, y todas aquí están invitadas a unirse cuando quiera. Pueden pedirme los links por mensaje en mi Instagram o TikTok, en ambos me encuentran como franciaxmalfoy.
muchas gracias nuevamente por su paciencia, y ahora si espero leernos pronto.
les quiero muchísimo.
All the love, Ivana
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