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ci.
❝ noticias y regalos ❞
‼️por favor voten y dejen muchos comentarios o voy a llorar, recuerden que ya son los últimos capítulos, y les agradecería mucho si pudieran demostrarme su apoyo de esta manera‼️
omnisciente
Unos días después del cumpleaños número dieciocho de Heaven, el ambiente de la mansión Avery había recuperado un poco la alegría. Por mucho que la joven rubia intentó mantenerse serena ante su celebración, todos pudieron darse cuenta de lo difícil que había sido aquella semana para ella.
Incluso Heaven llegó a la triste conclusión de que jamás se volvería a sentir cómoda celebrando su cumpleaños. Ni en el nueve de abril ni en el treinta y uno de julio. De cierta manera, volvió a esperanzarse ante la idea de que sus familiares accedieran a respetar su decisión de ahora en adelante.
Mientras bajaba por las escaleras aún con su pijama puesta, observó como Nolan surgía por la chimenea de la sala de estar con una buena cantidad de cartas aferradas en su mano. Él era la principal fuente de comunicación entre los habitantes de la mansión con el exterior. Heaven le sonrió, y pensó en que Nolan a pesar de ser relativamente nuevo en el círculo, siempre se comportaba muy amable con todos, animándolos y estando al pendiente de ellos. Definitivamente estaba feliz de que Sirius encontrara a alguien como él en su vida.
—De nuevo están todos en la cocina, ¿cierto? —le preguntó Nolan a Heaven, haciendo referencia al popular punto de reunión que los habitantes solían ocupar.
Heaven asintió—. Lo más seguro es que sí.
Nolan le sonrió, adelantándose para abrirle la puerta a Heaven y dejarla pasar primero. Cuando se adentró por completo no se sorprendió al confirmar su suposición de encontrarse a todos allí.
Isabella estaba detrás de la barra de la cocina leyendo un recetario con Remus detrás de ella, recostado en su hombro. Por otro lado, Aaron, Hazel y Draco jugaban en la pequeña mesa circular de mármol que se localizaba frente a la puerta que dirigía al jardín. Y finalmente Sirius estaba de espaldas sirviéndose una taza de café.
Todos voltearon hacia Heaven y Nolan, saludando a la par. La rubia murmuró una respuesta, y luego decidió unirse a su novio, a su tío y a su hermana, sentándose junto a ellos.
Draco en seguida tomó sus manos—. Hola, buenos días.
—Buenas tardes —lo corrigió Hazel, señalando un reloj de pared que adornaba una de las paredes de la cocina. Aaron rió.
Sin embargo, antes de que Heaven pueda excusar porque se despertó tan tarde, Nolan se acercó a la mesa circular.
—Traigo correspondencia —anunció elevando en el aire el conjunto de cartas que traía en su mano—. Vaya que son populares —dijo sonriendo—. Mi casa se ha convertido en toda una oficina postal. Zoé ya hasta ha querido comprar costales de alimento para lechuzas.
—¿Por qué no la trajiste? —preguntó Isabella desde donde se encontraba.
—La red flu de aquí es bastante inestable —le recordó Sirius desde atrás—. Yo le recomendé que evitara lo más posible viajar con ella.
Isabella hizo una mueca—. Se supone que Aaron le echaría un vistazo.
Aaron se encogió de hombros—. Se me olvidó.
—¿Y en dónde se metió su madre? —preguntó Nolan al notar la ausencia de la mujer mayor.
—Está peleándose con los gnomos del jardín —respondió Aaron riendo—. Le echaron a perder sus rosas silvestres favoritas.
—Esos gnomos a mí también me volverán loca —se quejó Isabella—. ¡Ya he intentado de todo para sacarlos!
—Los Weasley por eso los lanzaban por encima de los arbustos que rodean la madriguera —dijo Hazel—. Uy, no recordaba lo mucho que odiaba hacer eso, pero era imposible decirle que no a Molly cuando nos pedía un favor.
Draco miró a Heaven—. ¿Tú también lanzabas gnomos?
Heaven alzó sus cejas—. ¿Tú crees que yo iba a ensuciarme las manos de tierra para lanzar a esos gruñones gnomos?
Draco rió—. Lo supuse.
—Molly dejó de pedirnos que lo hiciéramos porque un día un gnomo rasguñó a Harry en la cara —contó Hazel, y comenzó a reírse—. También una vez una vez en la madriguera encontraron a un escarbato. Era adorable y mis papás no me dejaron quedármelo.
—¿Quién en su sano juicio quisiera un escarbato de mascota? Esas criaturas son realmente fastidiosas —dijo Sirius—. ¿Qué no recuerdas que esa adorable criatura le robó todos sus ahorros a Charlie?
—¿Quién es Charlie? —preguntó Aaron.
—Uno de los miles de cuñados que tiene Hazel —se burló Sirius.
—¡Merlín! Cada día descubro la existencia de un Weasley más —dijo Aaron a las risas.
—Ya somos dos —dijo Nolan—. Aunque creo que a ese ya lo conocí. ¿Es el que trabaja con dragones?
—Tres —se unió Draco—. Yo hace poco conocí al tal Bill. ¿El que se casó con la francesa? —miró a Heaven para asegurarse de que su información era la correcta.
Heaven asintió—. Yo cuando era pequeña confundía mucho a Bill con Charlie —ladeó la cabeza—. Y recuerdo que una vez George y Fred me engañaron con que tenían otro hermano que vivía lejos, me tragué ese cuento por meses.
Hazel rió—. ¡Yo también recuerdo eso! A mí también me lo dijeron —sonrió—. Yo quiero mucho a los Weasley, se me hacen una familia muy divertida.
—Pues precisamente aquí tienes una carta de uno de ellos... y supongo que al que más quieres —le dijo Nolan entregándole un pergamino.
—¿Es de Fred? —le preguntó Heaven, inclinándose para ver. Hazel asintió con una gran sonrisa.
—En la última reunión me dijo que intentaría venir —le informó Remus a la pelirroja—. No estaba muy seguro de conseguirlo porque en el Ministerio ya lo tienen en la lista negra sobre el uso desmedido de la red flu —miró a Sirius—. Tú tampoco puedes seguir saliendo y entrando de aquí.
Sirius bufó—. Ya lo sé.
—De hecho yo también dejaré de venir unos días —dijo Nolan—. Por eso deje acumular varias cartas que he recibido para ustedes.
Heaven hizo una mueca. Todo cada vez se ponía peor, y la esperanza de poder salir pronto de donde se encontraba, cada día se reducía más.
—Prosiguiendo con la repartición —dijo Nolan mientras acomodaba las cartas en sus manos—. Estas son para ti —le dijo a Heaven.
Heaven las tomó, agradeciéndole en voz baja, y no tardó mucho en leer de quienes provenían, y por su puesto que se trataba de Theodore y Marietta: sus mejores amigos.
—Y estas son para ti —Nolan le dijo a Draco, tendiéndole tres cartas también.
—Gracias, Nolan —le dijo Draco, sonriéndole tímidamente.
—¿Cómo siguen tus heridas? ¿Mejor? ¿Sigues poniéndote el ungüento? —le cuestionó haciendo referencia a los sucesos que habían acontecido un par de semanas atrás.
Draco asintió—. Ya están cicatrizadas por completo.
—Que bueno, Draco. Sigue poniéndote el ungüento para que no quedan tan marcadas —se giró hacia los adultos—. Ahora van ustedes.
Heaven dirigió su mirada al cuello de Draco, sintiendo un vacío en su estómago al verle las cicatrices. Lo acarició delicadamente tomándolo por sorpresa.
—¿De quién recibiste tus cartas? ¿Theodore? —le preguntó Draco, intentando desviar la atención de Heaven fuera de sus cicatrices.
—Theodore y Marietta —le respondió suspirando—. ¿Y tú?
—También Theodore, Blaise y... ¿A.G? —frunció el ceño, y luego pareció captar las iniciales—. Ah, esta es de Astoria —señaló el último sobre—. O eso creo. No conozco a nadie más con esas iniciales.
—¿Astoria? —Heaven miró el sobre—. ¿Por qué te escribiría Astoria?
Draco se encogió de hombros, sin tomarle importancia—. Solo espero que no sea nada malo sobre Eloisse. No recibí ninguna carta de ella —hizo una mueca—. A veces la extraño.
—¿A Astoria? —le preguntó Heaven, alzando las cejas con una sonrisa burlona adornando su rostro.
Draco rió negando con la cabeza—. A Eloisse.
Heaven le sonrió una vez más—. Estoy segura que ella a ti también —le revolvió el cabello suavemente.
Draco le sonrió, y se levantó al ver que Aaron lo llamó para que lo ayudara a revisar la falla que había en la red flu de la chimenea de la mansión.
—También traigo malas noticias —dijo Nolan, acomodándose junto a Sirius—. Tampoco tan malas como se imaginan —se corrigió al notar como todos habían cambiando radicalmente su expresión.
—¿Qué sucede? —preguntó Isabella sin ánimos. Casi deseando no saber.
—Todos están boletinados en el Ministerio —anunció Nolan haciendo una mueca—. Están siendo considerados prófugos... e incluso ofrecen grandes recompensas para sus capturas.
—¿Todos nosotros? —preguntó Sirius señalándose a sí mismo, a Isabella y a Remus.
Nolan ladeó la cabeza haciendo donde se encontraban Heaven y Hazel—. Todos... todos.
Heaven sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, bajando la mirada hacia las cartas.
—Ahora con menos razón podremos salir —murmuró Hazel.
—Lo siento mucho —dijo Nolan.
—No es tu culpa, Nolan —le dijo Hazel con una pequeña y triste sonrisa—. Gracias por avisarnos, supongo.
—¿Han enviado Aurores a buscarnos? —preguntó Isabella con curiosidad.
—Eso lo desconozco, pero lo más probable es que si.
Sirius rió amargamente—. Que divertido será tener a mortífagos y aurores detrás de nosotros.
—Ahora nosotros tampoco podremos salir —suspiró Remus—. Deberás tener cuidado tú también —le dijo a Nolan—. Sobre todo por tu hija.
Nolan asintió—. De hecho por eso venía por ti —miró a Sirius—. Si es que quieres, pero también entendería si deseas quedarte aquí con tu familia.
Sirius le sonrió—. Es lo mejor, sobretodo ahora que estoy boletinado —se talló el rostro con frustración—. Debes mantenerte a salvo, y a la pequeña Zoe también. Temo que si voy con ustedes... eso será una tarea más difícil.
Nolan hizo una mueca, y Sirius lo tomó de la mano para salir hacia el jardín. Heaven supuso que querían hablar de forma privada.
—No sé cuando terminará todo esto —suspiró la joven rubia. Isabella quiso ir a abrazarla, pero después de la pequeña discusión que tuvieron, le había estado demasiado espacio a su hija.
—Sé que de cierta manera, nosotros siempre hemos estado en peligro, pero ahora se siente tan real que no lo sé... creo que estoy asustada —murmuró Hazel—. ¿Mis papás sabrán esto? ¿Estarán siendo cuidadosos? ¿Y los abuelos Fleamont y Effie?
—Hazel, créeme que tus papás debieron ser las primeras personas en saber esto —la tranquilizó Remus—. Y no deberías sobre preocuparte... recuerda qué Lily es una de las personas más inteligentes que existen, ella siempre está mil pasos adelante de todo lo que pueda surgir.
Heaven sonrió ante la mención de Lily, sintiendo un vuelco en su corazón. Pensó en lo mucho que la extrañaba.
—¿Y nuestros abuelos? —preguntó Hazel de nuevo.
—Ellos también están bien, Hazel —esta vez fue Isabella quien intentó tranquilizarla—. No tienes porque preocuparte. No hasta ahora.
Hazel hizo una mueca, y miró hacia su hermana. Heaven había dejado de escuchar la conversación, pues no quería agobiarse por el tema que también la había estado atormentando en las últimas semanas. Así que enfocó su mirada en la carta que Draco había dejado sobre la mesa. A.G, leyó las iniciales y la tomó.
—¡Oye! —exclamó cuando recibió un manotazo de parte de Hazel—. ¿Qué te pasa?
—Esa carta no es tuya. No seas entrometida —hizo que soltara el pergamino.
—¡Mira quién lo dice! Y para tu información, no la iba leer —refunfuñó Heaven—. Porque sé que no es mía, no había porqué señalarlo.
Hazel se burló de Heaven—. Sí, claro —la miró por un par de segundos—. Me fascina cuando olvidas que te conozco de toda la vida. ¿Crees que no recuerdo lo celosa que te ponías cuando Hermione nos visitaba? Siempre hacías hincapié en que tú eres nuestra hermana, y que ella solo nuestra amiga.
—No sé a qué te refieres —dijo Heaven cruzándose de brazos, escuchando risas provenientes de Remus e Isabella.
Hazel volvió a reír—. Pero es bastante normal lo que estás sintiendo —le dijo—. No significa que tengas una inseguridad o que seas celosa realmente... pero siempre hay alguien que te causa ¿curiosidad? Es decir, a mí me pasa con la amistad de Fred y Angelina, aunque sé muy bien solo son muy buenos amigos. Es como una fijación que tengo, ¿sabes? Porque yo siempre creí que ellos serían pareja en algún momento, y una parte de mí cree que harían una linda pareja porque tiene varias cosas en común.
Heaven sintió sus mejillas arder al darse cuenta del tema que le estaba hablando. Ella jamás se había considerado celosa o posesiva, pero si moría de la curiosidad por saber qué decía la carta que Astoria le había enviado a Draco.
Remus se recargó sobre la barra de la cocina—. Oh, yo también creo que eso es bastante común entre ustedes las mujeres —miró a Isabella—. A ella también le pasa lo mismo, pero no adivinarían con quién.
—¡Eso no es cierto! —exclamó Isabella con indignación.
—¡Yo quiero saber ese chisme! —dijo Hazel, riendo. Heaven alzó las cejas con diversión, esperando la respuesta.
Remus miró a Isabella burlonamente—. ¿Lo dices o lo digo?
—¡No! —Isabella estalló a las risas—. Es muy vergonzoso.
—¿Es alguien que conocemos? —preguntó Hazel con curiosidad.
Remus asintió, con una expresión bastante divertida.
—Bien, prefiero decirlo yo —dijo Isabella—. Ugh, ya me las pagarás, Lupin —miró a Remus con recelo, y él le besó la mano con cariño—. Les juro que tiene explicación... pero yo siempre he pensando que Tonks tuvo un ligero enamoramiento por Remus.
—¿Tonks? —preguntaron Heaven y Hazel a la vez, muy sorprendidas.
—Y yo le he dicho que Dora podría ser casi mi hija —dijo Remus riendo.
Isabella negó con la cabeza, igual riendo y con las mejillas rojas de la vergüenza—. ¡Tiene explicación! ¡Lo juro! —hizo una pausa—. Cuando recién entré a la Orden, varias veces la atrapé mirándolo con muchísima admiración... ahora ya no, y ella es adorable y muy divertida, yo incluso la aprecio mucho, pero mis ojos no me engañaron. Yo sé muy bien lo que ví.
Remus miró a Isabella, aún sin poder tomar en serio su argumento, y volvió a reírse. Hazel y Heaven no tardaron en unírsele. Al menos, ya habían dejado la mala noticia de lado.
Más tarde, Heaven estuvo buscando a Isabella por toda la mansión, tenía varios días que no conversaba solamente con ella y sin que hubiera alguien más en la misma habitación. Sentía que le debía una enorme disculpa después de lo que sucedido entre ellas, incluso si su supuesta discusión realmente no había sido tan mala, simplemente le había demostrado un lado de su persona que no la enorgullece en lo absoluto, y no quería arruinar la percepción que Isabella tenía de ella.
Sin embargo, parecía que Isabella había desaparecido de la mansión.
Cuando iba a salir hacia el jardín, se sobresaltó al encontrarse de frente a su joven tío Aaron, le sonrió, llevándose una de sus manos al pecho—. ¡Por Rowena! —exclamó Heaven—. Me asustaste horriblemente.
Aaron se rió—. Perdóname, cielito. Siempre te ando asustando —Heaven observó como Aaron dejaba una caja con agujeros en el piso.
—¿Qué traes allí? —le preguntó mirando la caja—. Por cierto, ¿has visto a Isabella?
Aaron se agachó para abrir la caja—. Creo que estaba ayudándole a unos elfos a acomodar un estante que Hazel tiró el otro día mientras practicaba un hechizo —ahogó sus risas—. Recuerdo que hasta se espantó porque lo hizo delante de Anastasia, si supiera que mi madre adora que la mansión este llena de personas.
Heaven le devolvió la sonrisa—. Eso me dijo el otro día —le respondió—. Dice que no quiere que nos vayamos.
—Yo tampoco —Aaron arrugó la nariz—. Estuvimos solos por muchos años, creo que ya nos acostumbramos a la compañía y al escándalo diario —miró a Heaven—. En fin, pequeña sobrina —Heaven rió ante el apodo—. He escuchado por allí que has tenido un par de días malos, y espero que lo que traigo aquí te suba un poco el ánimo —le dijo antes de sacar un pequeño gato entre blanco y gris de la caja.
A Heaven le brillaron los ojos a más no poder—. Jamás imaginé que trajeras un gato allí dentro... —lo tomó delicadamente entre sus brazos, y comenzó a escuchar los ligeros ronroneos del minino—. ¿De dónde lo sacaste?
Aaron ladeó la cabeza—. Tuve que salir a encontrarme con un viejo contacto que nos ayudará con lo de la red flu, y mientras venía de regreso escuche un maullido cerca del lago que está a unos kilómetros de aquí... así que decidí traerlo. Espero que no sea de algún habitante de la población muggle que esta cerca del lago —rió ligeramente—. ¿Te lo quieres quedar?
Heaven asintió repetidas veces—. Será el hermanito o la hermanita de Bolita.
Aaron se inclinó para revolverle el cabello a Heaven—. Según mi poco y para nada experto conocimiento en gatos, será la hermanita de Bolita —le sonrió—. Cuando lo vi, me recordó a ti y a Draco.
Heaven frunció el ceño, y rió—. ¿Por qué?
—¿Ya le viste los ojos? —le preguntó Aaron, alzando las cejas.
Heaven la puso a su altura, con cuidado, observando y entendiendo las razones de Aaron. Al parecer, su nueva mascota padecía de una anomalía muy común entre los gatos llamada "heterocromía", lo que hacía que tuviera un ojo azul grisáceo y uno verde olivo.
Heaven sonrió de oreja a oreja—. Ya la vi —miró a Aaron—. Muchas gracias —le dijo, volviendo a acurrucarla entre sus brazos—. La iré a presentar con Bolita —le informó, y se dio la vuelta, regresando al interior de la mansión.
Por un momento olvidó que estaba buscando a Isabella. Caminó por los pasillos, esperando encontrarse a Bolita merodeando por allí. Sin embargo, a quién se encontró fue a Draco medio recostado sobre un sillón y leyendo dentro del estudio de Isabella con la puerta abierta. Se adentró sin pensarlo dos veces.
Draco levantó la mirada casi por instinto, y una enorme sonrisa se posó en sus labios al distinguir a su novia cargando un desconocido pequeño gato en sus brazos—. Por Merlín, ¿de dónde lo sacaste? —recostó el libro en su pecho.
—Prácticamente fue un regalo —le dijo, haciéndole una seña para que quitara su libro, y poder sentarse sobre sus piernas—. ¿Quieres cuidarla conmigo? —le preguntó, mirándolo a los ojos.
Draco alzó las cejas—. Nunca he tenido mascotas, Heaven. Y si te soy honesto, a veces le tengo miedo a Bolita y siento que no le agrado... ¿estás segura de que quieres dejarlo a mi cargo?
Heaven se rió burlonamente de él—. Creo que no me entendiste. Te estoy haciendo una interesante propuesta —le dijo mientras le ponía a la pequeña gata en su pecho. Draco instintivamente se hizo para atrás—. ¡Draco! —exclamó riendo—. No puedes tenerle miedo, es muy pequeña, no te hará ningún daño.
—No puedo evitarlo —se rió con ella.
—¿Entonces no quieres ser su otro guardián? —Heaven alzó sus cejas—. Se parece a nosotros —le dijo, mostrándole los llamativos ojos de la gatita a Draco—. No puedes decir que no. Yo te enseñaré todo lo que debes saber sobre gatos... y lo que dices sobre Bolita es falso. La otra noche que me pasé a tu habitación, lo vi durmiendo muy cómodo en tu cama.
—¿Es una gatita? Creí que era gatito —preguntó Draco y Heaven asintió—. Oh, ya vi sus ojos —miró a su novia—. Lucen muy familiares —le sonrió—. Está bien, a ti jamás te diría que no.
Heaven se inclinó para besarlo fugazmente en los labios.
—Y sobre lo que dices de Bolita... —Draco hizo una pausa para acariciar a su ahora nueva mascota que se encontraba recostada en su pecho—. Él si es muy quisquilloso conmigo, por eso siempre digo que se parece a ti —ahogó sus risas.
Heaven negó divertida—. Eres insoportable.
Draco le sonrió—. Así me adoras.
—Ugh, ya cállate —Heaven fingió rodar sus ojos con fastidio, girando su mirada y notando un pergamino tirado en el suelo—. ¿Ya leíste tus cartas?
Draco continuaba acariciando a la gatita—. Sí. Todo bien —le informó—. Astoria me escribió porque fue la única persona que mi madre ha podido contactar sin levantar sospechas —-miró a Heaven—. En realidad, era mitad recado de Astoria explicando todo y mitad carta de mi madre. Todo esta bien, o algo así, pero ya me siento mas tranquilo. Mi madre esta bien.
Heaven le sonrió con sinceridad, tomándole la mano para transmitirle su apoyo y cariño—. Me alegra mucho oír esto, Draco —le acarició el cabello.
—Hazel también me contó las malas noticias que trajo Nolan, y que él ya no regresará por un buen tiempo —hizo una mueca.
Heaven suspiró—. No quiero hablar de eso —murmuró— Mejor discutamos sus posibles nombres —señaló con su mentón a la gatita acurrucada en el pecho de Draco.
Draco sonrió— Me parece bien —se empujó con sus codos para inclinarse y besarle la frente a Heaven con cariño, y luego regresar a su cómoda posición—. ¿Qué nombres tienes en mente?
Heaven le agradeció mentalmente por dejar el otro tema de lado, y se levantó para acomodarse sobre la alfombra del estudio y llevarse a la gatita consigo, lista para sacar su lista de nombres. Draco se le unió solo unos instantes después.
***
nota de la autora:
¡Hola! Cómo dice mi íntima amiga Taylor Swift: it's been a long time coming. Y bueno, primero que nada quiero volver a disculparme por haberme desaparecido tanto tiempo. En verdad, me da hasta penita regresar después de tantísimo tiempo, pero bueno, si leyeron el apartado anterior, ya sabrán mis razones y pues no vale la pena volver a repetirlas aquí de nuevo.
Mi promesa es real, y les traeré unos cuántos capítulos más antes de llegar a la tragedia (también conocida como: el capítulo de la batalla). Y heme aquí con un capítulo nuevo con un poco de todo que espero que lo hayan disfrutado tanto leyéndolo como yo lo disfruté escribiéndolo. No recordaba lo mucho que extraña a todos estos personajes hasta que volví a adentrarme a su mundo.
En fin, les hago otra vez el amable recordatorio de que tengo canal de difusión, tenemos grupo de WhatsApp donde todos somos amigos y chismeamos sobre mis fics y la vida cotidiana, y todas aquí están invitadas a unirse cuando quiera. Pueden pedirme los links por mensaje en mi Instagram o TikTok, en ambos me encuentran como franciaxmalfoy.
Y pues nada, muchas gracias nuevamente por su paciencia, y ahora si espero leernos pronto. Les quiero muchísimo.
All the love, Ivana
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