Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

【 095 】


xcv.
san valentín

espero que no se les olvide votar y por lo menos comentar una vez!!!!!!

ya quedan súper poquitos capítulos y dejare de molestarles al respecto :,) lo prometo!!! pero de verdad si comentan me harían súper feliz <3

omnisciente

Desde que comenzó el mes de febrero las nevadas se habían detenido, dándole paso al típico clima frío y húmedo de Inglaterra.

Heaven no estaba segura si era también la situación que atravesada la comunidad mágica que influía en que el frío se sintiera con mayor intensidad que ni siquiera los hechizos de calefacción corporal funcionaban de forma adecuada.

Se preparó con varias capas de ropa, sabiendo que en cuánto Sirius o Draco la vieran, le harían burla.

Cuando bajó para dirigirse a la cocina, se topó con Hazel, con quien llevaba varios días sin hablarse, pues habían tenido una pequeña discusión.

Hazel le volteó los ojos, y se dirigió a las escaleras. Heaven la ignoró, pensando en que era muy temprano para lidiar con el drama innecesario de su hermana.

Isabella alzó las cejas, aún sin saber cómo evitar que tanto Heaven como Hazel continuaran discutiendo.

—Debes agradecerle a todas las deidades divinas que no está Harry —dijo Sirius bebiendo un sorbo de su café—. Las peleas de Hazel y Heaven no son absolutamente nada a comparación de las peleas entre Harry y Heaven.

Isabella abrió los ojos con exageración, y Remus rió, dándole la razón a su amigo en voz baja.

Heaven se giró hacia ellos—. Eso no es cierto.

—Creo que los tres recordamos muy bien el puñetazo que le diste a Harry hace unos meses —se burló Sirius, dándole un puñetazo al aire.

—O cuando ambos se cayeron de la casa del árbol por pelear por unos simples bloques —dijo Remus.

—Y también cómo olvidar que todo su tercer año, Minnie se la pasó mandando a llamar a tus padres porque Harry y tú discutían todo el tiempo...

—En todos lados, y a todas horas —concluyó Remus.

Heaven sonrió nostálgica—. Lo extraño mucho.

—¿Entonces nos contarás por qué Hazel y tú están peleadas? —preguntó Sirius, echándole un vistazo a su vestimenta—. ¿Y nos dirás porqué parece que te escapaste del Polo Norte?

Heaven rodó los ojos—. Hace mucho frío.

—La verdad es que Heaven tiene razón —concordó Isabella—. Pero yo también quiero saber qué pasó con Hazel. Me parece muy extraño verla tan enojada.

Remus se recargó en la barra, y aunque no dijo nada —pues la luna llena había sido un par de días atrás y seguía recuperándose— Heaven notó en sus ojos la misma curiosidad que en Isabella y Sirius.

—Fue algo muy tonto —murmuró Heaven—. De hecho, fue por Harry. Comenzó a decirme que lo extrañaba, y bueno, le dije que yo también lo hacía. ¡Y eso fue todo! Se levantó enojada y comenzó a gritarme que era mi culpa estar lejos de todos ellos, que si no hubiera estado perdiendo el tiempo con Draco en la boda de Bill, estaríamos con ellos.

Sirius se carcajeó—. ¡No puedo creerlo! ¡Parece que los papeles se han invertido!

—No es divertido —se quejó Heaven—. Yo no me pongo así por cualquier cosa.

Remus ladeó la cabeza, titubeante mientras que Isabella se hizo la desentendida.

—¡Oigan! ¡Yo no soy así! —protestó Heaven nuevamente.

—Repítetelo hasta que tú te lo creas —Sirius esbozó una sonrisa burlona.

Heaven resopló—. De todas formas, ella es quien está molesta —hizo una pausa—. Yo no con ella. E incluso, le ayudaré a Fred a prepararle su regalo para San Valentín... ¡porqué también está enojada con Draco! El pobre intentó acercársele para jugar ajedrez y le cerró la puerta en la cara.

Sirius volvió a reírse a la par que Remus.

—¡Cierto! —exclamó Isabella—. Hoy es San Valentín. Llevaba tantos años sin festejarlo que lo sigo olvidando —miró a Remus con una sonrisa—. Feliz San Valentín, Lupin.

Remus le devolvió la sonrisa, y se inclinó para abrazar a Isabella con cariño.

Sirius fingió arcada.

—Te comportas como si no tuvieras con quién festejarlo —le dijo Heaven empujándolo.

Sirius le devolvió el empujón—. Tenemos eso en común. Por cierto, ¿en dónde se metió Draco?

Heaven se encogió de hombros.

—Debe seguir durmiendo. No lo he visto desde anoche después de la cena.

Sirius alzo una ceja, inclinándose para susurrarle—. Heaven, todos aquí sabemos que Draco se escabulle a tú habitación todas las noches —se reincorporó—. Deja de hacerte la tonta.

—¡No es cierto, Sirius! —se defendió Heaven, sintiendo sus orejas arder ante la vergüenza, aunque le agradeció mentalmente por habérselo dicho sólo a ella.

—¡Los secretos son de mala educación! —exclamó Isabella—. Y no le hables feo —le arrojó un trapo de cocina al pelinegro.

Sirius se cubrió las orejas, esquivando el trapo—. ¿Por qué gritan? ¡Por Merlín! De tal palo, tal astilla.

Remus se rió, ocasionando que Isabella le echara una mala mirada.

—Sirius tiene un poco de razón. No son ni las nueve de la mañana y ya hay mucho escándalo.

Sirius regresó su mirada a Isabella—. Nuevamente debes agradecer que Harry no estuvo incluido en el paquete. No soportarías las jaquecas que dejan después de sus peleas.

Heaven volvió a rodar los ojos—. Eres un exagerado.

—¡No estoy exagerando! —protestó—. No es mi culpa que tú y tus hermanos me hayan dejado con secuelas por el trauma de escucharlos discutir durante casi dieciocho años... ¡Dieciocho años! —hizo una pausa dramática para tomarle el rostro a Heaven—. ¡Cumplirán dieciocho este año! —lloriqueó—. ¿En qué momento crecieron mis bambis? ¡Si tan sólo hace unos años yo era quién tenía dieciocho!

Remus e Isabella rieron ante el cambio de tema tan repentino de Sirius.

—No me lo recuerdes —se quejó Heaven—. En mi mente sigo teniendo dieciséis.

Sirius la rodeó con sus brazos—. Por favor deja de crecer.

Heaven miró a Isabella y a Remus con confusión.

—Me puse sentimental —admitió Sirius, acariciando el cabello a Heaven—. No había caído en cuenta de esto... —suspiró—. Será mejor que me vaya antes de que comience a llorar —se sacudió su abrigo—. Nos vemos en unos días. Les enviaré sus saludos a Nolan y a la pequeña Zoe.

—Ten cuidado —le dijo Isabella, llenando su taza de té de lavanda.

Sirius le sonrió a los tres antes de desaparecer.

—¿Por qué él sí puede ir y venir? —preguntó Heaven, sentándose frente a la pareja—. ¿Cuándo podremos salir?

—Porque lamentablemente en todo este caos, las personas que más corren peligro son tus hermanos, James, Lily y tú —le respondió Remus—. Y sobre tu segunda pregunta, lamento mucho no poder responderla.

—¿Ni siquiera al lago que está a unos kilómetros de aquí? —preguntó Heaven.

—Lo siento, corazón. Pero la respuesta sigue siendo no —fue Isabella quien le respondió esta vez—. El hechizo protector de la mansión no cubre esa zona, y lo que menos me gustaría es que se expusieran de esa forma.

Heaven se resignó—. ¿Qué harán hoy? —les preguntó, recargándose sobre la barra de la cocina. Probablemente era ahora su lugar favorito para conversar.

Remus e Isabella se miraron, y ambos se encogieron de hombros.

—Nada —respondió Isabella—. Es decir, no hay mucho que podamos hacer si no podemos salir.

—Pero es su primer San Valentín, ¿no es así? —preguntó Heaven con curiosidad.

La pareja se miró nuevamente.

—Creo que es el segundo, el año pasado tampoco lo festejamos —dijo Remus, ladeando la cabeza.

Heaven entrecerró los ojos—. Nunca me han contando cómo surgió todo entre ustedes... mucho menos sabía que llevaban tanto tiempo juntos.

Isabella sonrió—. Nunca habías preguntado.

Remus rió—. ¿Te sigue pareciendo raro?

—Un poco —admitió Heaven—. Es decir, eres mi mamá —miró a Isabella y luego a Remus—. Y a ti siempre te he considerado como un segundo papá... entonces si es un poco raro. Pero hacen una linda pareja y me hace feliz que ustedes también lo sean —les sonrió.

—Lamentamos no haberte dicho antes de que lo descubrieras, pero estaban pasando muchas cosas a la vez y no queríamos darte otra sorpresa.

Heaven se encogió de hombros. Ya estaba acostumbrada a que le ocultaran las cosas, y aunque si se molestó ligeramente, no quería reprocharles nada en ese momento.

Antes de que cualquiera de los tres pudiera reanudar la conversación, se escuchó un estruendo proveniente de la sala de estar.

—Deben ser los gemelos —dijo Heaven poniéndose de pie—. Le prometí a Fred que lo ayudaría con el regalo de Hazel.

—Pregúntales si se quedarán a almorzar —le pidió Isabella antes de que Heaven saliera por completo de la cocina.

La joven caminó hasta la sala de estar donde Fred buscaba algo dentro de los bolsillos interiores de su abrigo y George se reía de él.

—¿Qué sucede? —preguntó con curiosidad, acercándose más para saludarlos.

George la abrazó rápidamente, y le revolvió el cabello con gracia—. ¡Ya te creció!

Heaven lo apartó juguetonamente—. Sigo enojada contigo por eso.

Fred también saludó a Heaven, y le mostró una pequeña cajita.

—¿Qué es eso?

—El regalo para Hazel —le respondió Fred con orgullo.

George se echó en el sofá, suspirando—. Soy el único que no tiene con quién festejar esta romántica fecha.

Heaven le lanzó un cojín—. Ve a llorar a otra parte... —miró a Fred—. ¿Es un anillo de compromiso? —preguntó con horror.

George lanzó una carcajada, cubriéndose el rostro con sus manos.

Fred negó riendo—. ¡No! —hizo una pausa—. Es un anillo de promesa. Es diferente.

Heaven se mordió la lengua para evitar hablar de más. Aún no entendía como Fred y Hazel podían hacer planes sobre su futuro tan a la ligera. Sin tomar en cuenta la situación en su entorno, o sin siquiera pensar en que pasaría si algún día deciden terminar su relación. Ellos de verdad daban por hecho que estarán juntos para siempre. Y eso era algo muy valiente de su parte.

Heaven nunca podría ni pensar en algo así.

—No te gusta la idea, ¿cierto? —le preguntó Fred un poco decaído, guardando la cajita nuevamente en su abrigo.

Heaven miró a George en ayuda pero él sólo se encogió de hombros.

—No es eso, en realidad me parece algo muy lindo, y estoy segura de que Hazel lo amará.

—¿Y cuál es el problema? —preguntó Fred alzando las cejas.

—No hay ningún problema —frunció el ceño—. Será mejor que vaya por lo que me pediste. Hazel debe de estar en su habitación porque está molesta conmigo.

—Te acompaño —dijo George poniéndose de pie.

—¿Qué le hiciste a mi Hazel? —preguntó Fred, alzando las cejas.

—¡Nada! —exclamó Heaven—. Pero como sea —tiró de la muñeca de George hacia adelante—. En un momento regresamos.

George caminaba dando pasos alargados, intentando ir a la par de Heaven.

—¿Me dirás porqué estás molesta? —le preguntó burlón.

—No estoy molesta —aseguró Heaven mientras terminaban de subir las escaleras.

George negó riendo—. Cielito, te conozco desde hace muchos años. Sé muy bien identificar cuando mi rubia favorita está molesta —alzó las cejas—. ¿Acaso ya no soy uno de tus mejores amigos?

Un carraspeo los tomó por sorpresa. Draco estaba en el otro extremo del pasillo. George lo saludó con un gesto.

Heaven se giró hacia George—. No estoy molesta, sólo me sorprende lo mucho que Fred y Hazel ignoran que estamos en una guerra, y viven en una especie de burbuja dónde creen que todos tendrán sus "felices para siempre".

—Antes creías más en los cuentos de hadas —le dijo el pelirrojo.

—Si bueno, la vida es injusta y cruel —murmuró Heaven entrando rápidamente a su habitación, pasando al lado de Draco, y luego de unos segundos salir con un lienzo de tamaño mediano con el dibujo que Fred le había pedido de Hazel y él, y por el que le prometió cumplirle cualquier cosa que ella deseara, aunque la rubia aún no estaba segura de que pedirle.

Se lo entregó a George, y le pidió que bajara a entregárselo a su gemelo, que en un momento los acompañaba de nuevo.

Cuando George desapareció por completo por las escaleras, Draco la tomó de la cintura, atrayéndola hacia él.

Mi rubia favorita —imitó la frase de George—. ¿Quién se cree ese para llamarte así? —rodó los ojos.

Heaven sonrió con diversión, girándose para quedar recargada contra la pared y acariciando el cabello rubio platinado de Draco, quién quedó justo frente a ella.

—¿Sabías qué hoy es San Valentín? —le preguntó abruptamente.

Draco frunció el ceño—. Sí, ¿pero eso qué tiene que ver? —murmuró inclinándose para recostar su rostro sobre el hombro de Heaven.

Heaven sintió cosquillas cuando Draco comenzó a dejarle pequeños besos a lo largo de su cuello.

—Ya no lo recuerdo —murmuró.

Draco rió levemente, y Heaven lo tomó del mentón para mirarlo directo a los ojos.

—Ayer descubrí que Sirius le notificó a la Orden sobre el horrocrux del que Regulus hablaba en su diario... pero al parecer no es lo que creían. No me quiso decir mucho.

Draco ladeó la cabeza—. ¿Eso que tiene que ver con San Valentín? —preguntó confundido.

Heaven soltó una risa—. Nada, pero quería mencionártelo porque siento que hay algo en mi cabeza que no puedo recordar del todo.

—¿Sobre el horrocrux?

Heaven asintió, y luego de unos segundos en silencio, Draco se inclinó hacia ella:

—¿Y si hacemos un picnic en la terraza? —cambió el tema de forma abrupta.

La rubia alzó las cejas—. Que repentino —hizo una pausa—. ¿Puede ser adentro? Afuera hace mucho frío.

Draco le sonrió—. Tus deseos son mis órdenes.

Heaven lo envolvió con sus brazos—. Es nuestro primer San Valentín juntos.

—Cierto, porque hace un año estabas en tu fase donde me ignorabas por días —Draco alzó las cejas con diversión.

—Yo no lo recuerdo así —le respondió riendo—. Tengo que volver con ellos —se quejó, abrazando con más fuerza a Draco—. Fred le está planeando una sorpresa a Hazel, o algo así.

—¿Hazel sigue molesta con nosotros?

—Al parecer sí, pero ya verás que después de ver a Fred volverá a la normalidad y regresarán a ser mejores amigos —dijo mientras lo soltaba finalmente, y daba un paso hacia atrás para mirarlo al rostro.

Draco puso los ojos en blanco—. Hazel y yo estamos muy lejos de ser mejores amigos —se cruzó de brazos—. Pero es la única competencia decente de esta casa en ajedrez.

—Claro —Heaven sonrió burlonamente—. Admite que te agrada más de lo que alguna vez imaginaste.

Draco negó con la cabeza—. Todo es por compromiso.

Heaven volvió a reír, inclinándose para besarlo en la mejilla antes de regresar con los gemelos Weasley.

Heaven se estaba quedando dormida mientras Draco le acariciaba el cabello con delicadeza.

Habían terminado por tener una especie de picnic poco convencional dentro de una de las espaciosas habitaciones vacías de la mansión Avery.

Draco le había ordenado a un par de elfos domésticos que prepararan el lugar, y se encargó de reunir algunas comidas favoritas de Heaven, y los lienzos pequeños nuevos que Aaron le trajo de una de sus salidas al centro de Londres junto a sus pinturas y acuarelas.

Y como de costumbre, mientras charlaban, Heaven realizaba dibujos sencillos con los que Draco se esmeraba en colorear.

Llevaban allí varias horas, y de un momento a otro, Draco sintió como Heaven se recostaba sobre él, apresándolo con sus piernas, decidida a tomar una pequeña siesta allí.

—¿Qué fue lo que Fred le regaló Hazel al final? Me perdí del show por estar arriba —dijo Draco con la voz suave.

—Un anillo de promesa —respondió Heaven con la voz somnolienta—. A veces envidio su forma tan despreocupada de vivir.

Draco sonrió—. No creo que sea eso, Heaven. Creo que solamente se aman demasiado, y que les gusta pensar en el futuro. En su futuro...

Heaven puso su mano sobre la boca de Draco para silenciarlo, a lo que el rubio rió levemente.

—Nosotros también nos amamos —dijo Heaven.

—Pero ellos llevan años juntos —repuso Draco—. No podemos comparar su relación con la nuestra, nos llevan años de ventaja.

—Definitivamente no —Heaven se reincorporó—. Perdón si no soy tan romántica cómo lo esperabas, es decir, hoy te encargaste de preparar todo esto y yo solo me la he pasado quejándome de los demás.

—Así me gustas —dijo Draco—. Y mucho.

Heaven le sonrió—. Tú también me gustas —volvió a recostarse en él—. Y mucho.

—Me alegra escucharlo —Draco volvió a acariciarle el cabello—. Heaven...

—¿Sí?

—Feliz San Valentín —le dijo—. No te lo había dicho bien.

Heaven volvió a sonreír, reincorporándose una vez más para inclinarse a besar a su novio en los labios.

—Feliz San Valentín —le dijo con una sonrisa, y sintió como Draco tocó el dije de su collar que sin querer sobresalió de su suéter.

—Me llama mucho la atención como el dije toma como una forma de llave cuando lo unes con el anillo que tu padre te dio en tu cumpleaños —murmuró Draco mientras pasaba la yema de su dedo por el dije con delicadeza.

Heaven lo miró con confusión por unos cortos segundos, y luego pareció recordar algo. En silencio se reincorporó poniéndose de pie, y salió de la habitación casi corriendo.

Draco no tuvo tiempo de reaccionar, y aunque al inicio se sintió confundido, minutos después cuando Heaven regresó con el collar, el anillo y una caja en sus manos, todo cobró un poco más de sentido.

***
sin editar

nota de la autora:

se supone que hoy habría doble actualización pero la verdad es que mañana comienzo exámenes y no tengo tiempo ni para respirar bien 😔😔😔

gracias por leer, y les juro que todo tendrá sentido en unos capítulos más (qué por cierto cada vez falta menos para el final que nervios 😭😭😭)

otra cosa que quería mencionarles es que por si no sabían, tengo otro fic que es de harry potter y su interés amoroso es perseus black (hijo de Sirius) y básicamente es un enemies to lovers 🙏 les agradecería mucho si se dieran el tiempo de pasar a leerlo!!

en fin, feliz san Valentín!!! y nos leemos pronto!!

all the love
francia💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro