【 094 】
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xciv.
❝ el cumpleaños de Lily Potter ❞
espero que no se les olvide votar y por lo menos comentar una vez!!!!!!
ya quedan súper poquitos capítulos y dejare de molestarles al respecto :,) lo prometo!!! pero de verdad si comentan me harían súper feliz <3
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omnisciente
Draco pasó mejor Año Nuevo de lo que creyó. Disfrutó de algunos días junto a su madre alejados del caos en la mansión Malfoy, e incluso tuvo la oportunidad de ver al resto de sus amigos en la mansión de los Greengrass, cuando Eloisse lo invitó a pasar Año Nuevo allí.
Fue agradable ver a sus amigos, ponerse al tanto con ellos, y aunque despedirse no fue fácil, sabía que tenía que regresar con los Avery.
Cuando sus pies tocaron el suelo de la chimenea, guardó el amuleto que le permita transportarse en su bolsillo, y salió mientras se sacudía el polvo de su abrigo.
Como de costumbre, escuchó gritos, lo que ocasionó que sonriera. Aunque también se cuestionaba cómo fue que James y Lily Potter sobrevivieron al criar a sus tres hijos sin perder los estribos.
En la sala de estar se encontraban los gemelos Weasley riendo a carcajadas, mientras Hazel se ocultaba detrás de Fred, y frente a ellos estaba Heaven, probablemente enojada.
Traía puesto su suéter de Quidditch, y el cabello suelto. Pero había algo diferente en ella. No sabía muy bien qué.
—¡Hazel! ¡Haz que crezca! —exclamó Heaven con la voz gangosa, cómo si estuviera a punto de llorar.
—No sabemos cómo —le respondió Hazel desde atrás.
—¡Hazel! —exclamó Heaven de nuevo, y Draco se acercó un poco más.
—¿Qué sucedió? —preguntó, y por fin notó lo diferente.
El cabello de Heaven estaba un poco más corto. Bueno, mucho más corto de lo que recordaba. Y probablemente no había sido decisión de ella llevarlo así. Quiso reírse, así que frunció los labios.
Heaven se volteó hacia él—. Me dieron una estúpida poción que te hace un peinado diferente —gruñó, señalando a los gemelos.
A Draco se le escapó una pequeña risa.
Heaven le arrojó un cojín del sofá—. No te burles.
Draco lo esquivó—. ¡Hey! ¡Recién llegué! —exclamó—. Aparte, se te ve muy lindo así —le aseguró.
Heaven entrecerró los ojos, y volvió a girarse para seguir discutiendo con George, Fred y Hazel.
—Si no vuelve a la normalidad, les juro que haré que despierten sin cejas —dijo la rubia, para luego tomar la mano de Draco, y dirigirse a su habitación antes de que pudieran decirle algo más.
Draco iba detrás de ella, con una sonrisa divertida en los labios, y cuando llegaron a la habitación de la rubia, se encargó de cerrar la puerta tras él.
—Los detesto —murmuró Heaven, escondiendo su rostro en el pecho de su novio—. Te juro que si los dejaré sin cejas.
Draco soltó una carcajada—. Heaven, te aseguro que sigues viéndote muy bonita. Sin importar el largo de tu cabello —la rodeó con sus brazos.
Heaven negó—. No me gusta así.
—A mi sí —repitió Draco—. Aún así te ayudaré a dejarlos sin cejas.
Heaven sonrió—. Gracias, por eso te amo —se alejó un poco para mirarlo—. Te extrañé.
—Yo más a ti —le respondió—. Feliz Año Nuevo, por cierto.
Heaven fue quién se aferró a él en un cariñoso abrazo—. Feliz Año —murmuró, inclinándose para besarlo en los labios.
Draco se inclinó para corresponderle, y le acarició la mejilla con delicadeza. Cuando se separaron, le sonrió, y le besó la frente.
Heaven fue quien rompió el abrazo, y se recostó sobre su cama, Draco le siguió los pasos, quedando frente a frente.
—¿Cómo te fue? —le preguntó con curiosidad.
—Fue agradable —le respondió, tomándole la mano—. Pude ver a Blaise y a Eloisse.
—¿De verdad? —le preguntó—. ¿En tu casa?
—No... realmente no estuve mucho tiempo allí. Eloisse me invitó a pasar Año Nuevo con su familia. Fue divertido.
—Me alegra que hayas podido verlos —le sonrió Heaven—. ¿Se encuentran bien?
Draco asintió—. Eloisse casi llorar al verme, te mandó saludos... también Astoria.
—¿Astoria? —Heaven preguntó con sorpresa.
Draco sonrió con diversión—. Creí que te agradaba.
—Sí, siempre fue muy amable conmigo. Incluso cuando Eloisse no lo era. A veces sentía que no le agradaba mucho.
Draco frunció la nariz—. Se preocupaba por mi.
—Pude darme cuenta —se rió Heaven—. ¿Sus padres también te aprecian bastante, no?
Draco asintió—. Siempre ha sido así realmente. ¡Por cierto! No creerás lo que descubrí. Fue muy divertido.
Heaven estiró su mano para acariciarle el cabello.
—Dime.
—La señora Greengrass se enteró de que tengo novia por Eloisse —hizo una pausa para reír levemente—. Y luego me dijo que siempre pensó que quedaría con alguna de sus hijas.
Heaven alzó las cejas—. Supongo que todo pensaron en eso alguna vez.
—¡Y no adivinarás qué me dijo después! —Draco ahogó una carcajada—. Me dijo «Aunque no lo creas, las tres atravesaron por un momento donde sólo hablaban sobre ti»
—¿También Eloisse? —rió Heaven—. Debió ser en tercer año, cuando cambiaste tu peinado. Fuiste bastante popular en esa época.
—Probablemente Eloisse fue mucho antes, cuando recién entramos a Hogwarts pero fue algo demasiado inocente. Ahora me perturba porque la veo como una hermana.
Heaven sonrió con sorna—. ¿Qué no fue con ella tu primer beso?
Draco se cubrió los oídos—. No sé de qué hablas. Mi primer beso fuiste tú —dijo con diversión.
—¡Mentiroso! —exclamó Heaven, aún riéndose—. Nadie te cree eso.
Draco sonrió de lado.
—¿Entonces Astoria y Daphne pudieron ser tus posibles novias? —Heaven alzó las cejas nuevamente.
—Daphne estaba tan avergonzada que se levantó y se fue —Draco lanzó otra carcajada—. Lo peor es que a ella también le solía gustar Theodore.
—Una de mis amigas de Ravenclaw también solía estar enamorada de Theodore —se burló Heaven.
Draco continuó riendo, negando con la cabeza.
—¿Y Astoria qué dijo? —preguntó Heaven.
—¿Por qué? ¿Te dan celos? —Draco se burló de su curiosidad, pinchándole la mejilla.
Heaven rodó los ojos con diversión, y tomó una de sus almohadas para estamparla en forma de juego en el rostro de su novio.
—Ni en tus mejores sueños —dijo Heaven—. Apuesto que estabas encantado de escuchar todo eso.
—Fue increíblemente divertido —admitió Draco—. Sobre todo porque ahora podré molestar a Eloisse con eso. Pero bueno, nunca hubo algo recíproco, con ninguna de ellas, y todo eso sucedió hace unos años.
Heaven se arrastró hacia él—. Que bueno, porqué no te dejaré ir tan fácil —le dijo mientras lo apresaba con sus piernas.
Draco rió—. Te amo —le acarició el rostro—. ¿Y tú qué tal la pasaste?
—Todo iba bien —murmuró Heaven—. Hasta que mi papá tuvo que irse. Ni siquiera festejé bien con los demás porque me la pasé llorando —resopló—. Lo extraño.
—Lo sé —murmuró Draco—. Pero estoy seguro que lo verás muy pronto.
—Eso espero —dijo Heaven, recostándose en el pecho de Draco—. Aún sigo enojada con él.
—Es normal, supongo.
—Es una situación muy rara porque sigue siendo mi persona favorita... pero cuando recuerdo lo mucho que me mintió, me siento muy triste.
Draco hizo una mueca mientras le seguía acariciando el cabello, preguntándose si Heaven se sentía igual respecto a él porque también le mintió durante un tiempo.
—¿Heaven? —sintió como la rubia se apegaba más a él.
—¿Sí?
—¿Te sucede igual conmigo? Es decir, ¿aún te molesta que te haya ocultado que...?
Heaven le cubrió la boca con su mano, evitando que completara su pregunta.
—No quiero hablar sobre eso.
Draco retiró su mano con delicadeza, sintiendo un vacío en su estómago.
—Eso fue un sí, ¿cierto?
Heaven suspiró, reincorporándose—. A veces. Pero trato de no pensar mucho en ello. No tiene sentido hacerlo. Es decir, ya pasó, y aquí estamos. ¿No es así?
Draco asintió, no estando completamente convencido, pero dejó que Heaven se recostara nuevamente sobre él, y al cabo de unos minutos, ambos cayeron profundamente dormidos.
El mes de enero pasó mucho más rápido de lo anticipado. Y nuevamente seguía sin haber un cambio para la comunidad mágica y la guerra que seguía en marcha.
Heaven realmente evitaba escuchar algo sobre lo que sucedía afuera, especialmente por el pánico que invadía su cuerpo al pensar en sus seres queridos.
Aquella nevada mañana del penúltimo día del mes, se levantó bastante temprano ya que debía escabullirse de vuelta a su habitación.
Draco soltó un quejido somnoliento ante el movimiento, buscando con su mano a Heaven a su lado. Al notar el espacio vacío, abrió los ojos, y se encontró con la imagen de su novia buscando una de sus pantuflas.
—¿Qué hora es? —murmuró, enterrando su rostro en la almohada.
—No lo sé —le respondió Heaven—. Pero puedes seguir durmiendo —le aseguró.
Draco suspiró con alivio contra su almohada, y se cambió de posición. Heaven soltó una suave risa al verlo.
Cuando llegó a su habitación no pudo volver a dormir así que se preparó para el resto del día, en el que haría absolutamente nada.
Porque para ella no había mucho que hacer.
Sirius e Isabella seguían indagando sobre el posible Horrocrux que Regulus había escondido aparte del guardapelo. Remus seguía recuperándose de la última luna llena que había sido un poco más difícil de lo usual. Nolan se había tomado unos días libres de San Mungo para pasarlos con su pequeña hija, ya que les había comentado que sentía que estaba pasando mucho tiempo sin ella. Aaron seguía de viaje, intentando resguardar a nacidos de muggles de las manos de los mortífagos junto a su vieja amiga de Ilvermorny. Anastasia se paseaba por toda la mansión junto a su escuadrón de elfos domésticos buscando qué poder mejorar en su hogar. Incluso Hazel y Draco conseguían con que distraerse todos los días.
Pero para Heaven nada era suficiente. Sólo quería regresar a su antigua vida, dónde aunque también era ligeramente atormentada, por lo menos lograba sentirse más libre.
Suspiró, inclinándose sobre el viejo escritorio que había en su habitación, y checó el día en el que estaba.
Era 30 de enero. El cumpleaños de Lily Potter.
Heaven sintió un vacío en su estómago al recordar que el año anterior debido a todo lo que había sucedido, no se tomó la molestia de felicitar a Lily, y ahora era imposible hacerlo.
Salió de su habitación con un suéter en sus manos, por si en cualquier momento comenzaba a bajar la temperatura cómo en los últimos días.
Cuando bajó las escaleras para ir a desayunar, se encontró con Isabella regando las pequeñas macetas con plantas mágicas que adornaban la barra dentro de la cocina.
La mujer alzó la mirada, y al ver a Heaven le sonrió—. Buenos días. ¿Qué haces despierta tan temprano?
—No podía seguir durmiendo —murmuró Heaven—. Y Nolan me dijo que no podía seguir bebiendo la poción que Anastasia me recomendó.
En realidad todo había sido culpa de Draco. Pues él fue quien le advirtió a Sirius que Heaven había estado abusando un poco de aquella sustancia.
Isabella alzó una ceja—. De eso me enteré —dijo, mientras se giraba—. ¿Quieres té o café?
—Té —respondió Heaven, sentándose en la barra—. Sin azúcar, por favor.
—¿Quieres desayunar de una vez o prefieres esperar al resto? —le preguntó Isabella mientras le entregaba su taza de té.
Heaven negó con la cabeza—. Aún no tengo hambre —respondió, soplándole al líquido dentro de la taza.
Isabella se recargó contra la barra, quedando frente a su hija—. Heaven, no quiero incomodarte de ninguna manera pero me he dado cuenta que casi no comes. ¿Siempre ha sido así o sucede algo?
Heaven parpadeó, recibiendo la pregunta con sorpresa. Nunca lo había notado. Miró a Isabella con inseguridad.
—La verdad no lo sé —se encogió de hombros—. Aunque a veces cuando estoy un poco triste no me dan muchos ánimos de comer... y últimamente he estado muy triste, supongo que es eso —miró Isabella—. Pero intentaré hacerlo. Te lo prometo.
Isabella le acarició la mejilla a su hija con cariño—. No tienes que prometerme nada, ¿de acuerdo? Pero estaría bien que intentaras comer un poco más, ¿sí? Es por tu salud. No quiero que te enfermes.
Heaven asintió.
—Ahora, ¿quieres contarme por qué has estado triste? Es decir, conozco muy bien el caos qué hay en tu vida, y en la familia pero no sé si me quieras contar al respecto, cielito.
Heaven trazó la línea circular de la taza. Desviando la mirada.
—Hoy es el cumpleaños de Lily —respondió en voz baja. Isabella apenas pudo escucharla.
—Oh —dijo Isabella, reincorporándose.
—El año pasado ni siquiera me tomé la molestia de escribirle desde Hogwarts —hizo una pausa—. Y cuando fueron a visitarnos un par de semanas después tampoco lo hice.
Isabella la observó. No estaba muy segura de encontrar las palabras ideales para reconfortarla.
—Ni siquiera hablé mucho con ella después de enterarme que no es... —su voz se fue apagando, alzando la mirada—. Hum, supongo que es un poco incómodo para ti que hable de esto contigo.
Isabella negó con la cabeza—. No lo es, Heaven. Estoy completamente dispuesta a escucharte siempre que lo necesites.
Heaven se quedó en silencio por varios segundos seguidos, removiéndose en su silla con inquietud. Todo el tema aún la ponía ansiosa.
—La extraño —confesó—. Y no sólo porque no la he visto desde la boda... en realidad lo que extraño es sentirme cómo su hija.
—Heaven, aún eres su hija. Siempre lo has sido y siempre lo serás —dijo Isabella—. Lily te ama con todo su corazón, ¿cómo puedes dudarlo?
Heaven sintió sus ojos llenarse de lágrimas, y nuevamente bajó la mirada.
—Ella no me quería. Y no me refiero a querer como afecto, sino como un deseo. Ella no me deseaba. Lily deseaba a Harry y a Hazel, yo sólo fui una decisión que ella no tomó —miró sus manos—. Y ya sé que Lily me ama. Realmente lo sé, eso nunca ha sido el problema... pero yo crecí sintiendo amor puro y genuino por ella. Porque era mi mamá, y en verdad la quiero muchísimo, e incluso no puedo imaginar una vida dónde yo no hubiera crecido a su lado... pero ese amor puro y genuino no es mutuo. Nunca lo fue, y tampoco lo será. Ella no comenzó a amarme de la misma forma en la que lo hizo con Harry o Hazel. Fue diferente. Fue porque no tuvo otra opción. Y aunque entiendo muy bien las razones, es muy doloroso.
Isabella sintió una opresión en su pecho, y sintió sus ojos debilitarse. Le rompía el corazón ver a Heaven llorar. De cierta manera se sentía responsable por ello.
Heaven se limpió las lágrimas, intentando para de llorar, pero simplemente no lo conseguía.
—No sé si puedas sentirte mejor después de esto que te diré, pero espero desde el fondo de mi corazón que sí... —Isabella hizo una pausa—. Lily es una mujer muy inteligente, siempre lo ha sido en realidad, y cuando descubrió el plan que tú y tus hermanos estaban elaborando para huir en búsqueda de los Horrocruxes no me sorprendió demasiado. Ahora pensarás "¿eso que tiene que ver?" Pues el que Hazel y tú estén aquí fue idea de ella. Ya te lo había mencionado, pero me faltó decirles lo mucho que me imploró que cuidara de sus dos hijas, porque son lo más preciado que tiene junto con Harry. Así que puede que tengas razón, el inicio fue diferente. Pero no cabe duda en que para Lily también eres su hija, y nunca te vió como algo menos que eso.
Rodeó la barra de la cocina para ir a abrazar a Heaven, quién seguía limpiándose las lágrimas.
—Es obvio que duele, Heaven —murmuró mientras la rodeaba con sus brazos—. Y no sabes cuánto lamento que sea así porque no lo mereces ni un poco. Pero te lo prometo que ella te ama con la misma intensidad que tú a ella, y que siempre fuiste y serás su hija, sin importar nada ni nadie.
—Pero fue porque no tuvo otra opción —repitió Heaven en un murmullo.
Isabella sostuvo el rostro de Heaven entre sus manos—. Eso piensas tú, porque ella pudo haberse marchado. Pudo haber dejado a tu padre contigo, pero no lo hizo. Decidió quedarse. Lily realmente decidió ser tu madre, y eso nunca cambiará —le acarició el cabello—. Sé que duele saber que comenzó diferente, pero estoy segura que si hablas con ella podrás darte cuenta que te ama igual que a tus hermanos.
—Duele mucho —Heaven suspiró—. Y también la extraño mucho —sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas—. Cuando todo termine, hablaré con ella. Debo escucharla.
Isabella asintió—. ¿Sabes? Lily es una persona muy fuerte, la admiro mucho.
—Yo también —dijo Heaven—. Aunque tú también lo eres. Tú también has pasado por mucho, y nunca te das por vencida. También eres de admirar.
Isabella le sonrió, volviéndola a abrazar.
—Me alegra mucho que te sientas en confianza para conversar conmigo, Heaven. Sé que nuestra relación también es complicada, y que aún no nos conocemos lo suficiente pero de verdad me llena el corazón de felicidad saber que confías en mi. Te quiero mucho.
—También te quiero, mamá —le dijo Heaven, devolviéndole la sonrisa para después acercarse y abrazarla tímidamente.
La sonrisa de Isabella se ensanchó ante las palabras de Heaven. Sintiéndose feliz de por fin haber construido su relación soñada con su hija, después de anhelarlo por más de diez años.
Incluso si a ella también le dolía pensar en que era muy probable que Heaven nunca la vería de la misma forma en la que veía a Lily como una madre.
Pero el que Heaven comenzara a llamarla "mamá" y por fin se abriera con ella, era más que suficiente. Sobretodo si no tenía ni el año de haber aparecido en su vida.
Isabella solamente esperaba que Heaven estuviera al tanto de lo mucho que la adoraba.
Aunque Heaven ya comenzaba a darse cuenta, e incluso si era honesta, comenzaba también a ser algo mutuo.
***
sin editar
nota de la autora:
@renata ya toma tu chingadera, mentira te amo JAJAJAJAJAJAJAJA
buenooo, q triste heaven sintiendo q lily no la quiere de la misma forma, e Isabella sintiendo lo mismo pero con heaven
y ahora q lo pienso este fic es demasiado triste watafak
y ya casi termina 😭😭😭😭
en fin, muchas gracias por leer!! y tmb gracias si leyeron el anuncio que subí al libro hace un par de días. 💞💞💞
gracias tmb x haber votado por mi en la premiacion💞💞💞
espero leernos pronto!!!
en el siguiente capítulo tmb habrá otro salto en el tiempo, de febrero a marzo pq no se q chucha de relleno meter y ya casi se vienen los últimos capítulos (los de la batalla) así que AGARRANSE DE LOS CALZONES
all the love
francia 💞💞💞
saludos al grupo de whats q me presiona para actualizar #liberenaivana
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