【 083 】
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lxxxiii.
❝ el plan ❞
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Últimamente he recibido muy pocos comentarios y votos y aunque se muy bien que no es su obligación realizar ninguna de las dos acciones, les agradecería muchísimo si lo toman en cuenta, pues son parte fundamental para mi motivación de seguir escribiendo esta historia :(
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omnisciente
Draco nunca se imaginó que podría estar en una misma habitación —y conviviendo— con los gemelos Weasley y las hermanas Potter, sintiéndose bastante cómodo, a pesar de todo.
Reía de vez en cuando ante las tonterías que George y Fred decían, mientras que Hazel y él le trenzaban el cabello a Heaven.
O bueno, él intentaba hacerlo.
Mientras el resto seguía hablando, Draco posó toda su atención a los movimientos que Hazel realizaba para trenzarle el cabello a Heaven, pero simplemente le parecía una tarea bastante complicada.
—... y así fue como Percy despertó con miles de ranas en su cama —terminó Fred de narrar su anécdota favorita.
—Por eso no los quiere —bromeó Heaven.
George puso los ojos en blanco—. Ni que lo digas, ahora hasta nos desconoce.
Todos los demás rieron —a excepción de Draco, quién claramente no estaba familiarizado con todo lo que sucedía en el hogar de los Weasley—.
—Bueno, creo que es hora de irnos —suspiró Fred, levantándose del alfombrado piso de la sala de estar—. Le prometimos a nuestra madre que llegaríamos temprano, le preocupa demasiado que no estemos en casa.
Hazel miró a su novio—. ¿Vendrán mañana?
—No podemos prometer nada pero lo intentaremos —sonrió George—. Fue un placer convivir con ustedes —hizo una falsa reverencia, y se introdujo dentro de la chimenea—. Cielito, me despides de Isabella, quiero mantener mi buena reputación con ella.
Heaven entrecerró los ojos—. Ya vete mejor.
George sonrió, y desapareció en cuestión de segundos.
—Nos vemos pronto —dijo Fred, para luego acercarse para besar a Hazel rápidamente en los labios—. Te amo.
—Yo más a ti —le respondió la pelirroja, con una gran sonrisa.
Fred volvió a despedirse con un gesto, para seguir los pasos de su gemelo de adentrarse a la chimenea y desaparecer en segundos.
—Ya terminé mi parte —dijo Hazel, acomodándole la trenza sobre el hombro de su hermana—. Iré a decirle a Isabella y Sirius que Fred y George ya se fueron.
Heaven asintió—. ¿Podrías ir a ver qué todo este bien con Remus?
Hazel asintió mientras se reincorporaba, y se dirigió fuera de la sala de estar.
Draco seguía peleándose con el cabello de Heaven que le tocaba trenzar y la rubia no pudo evitar reír al respecto.
—Llevas como una hora haciéndolo —se burló, girándose sobre su hombro.
Draco arrugó la nariz—. Nunca lo había hecho antes, y es más complicado de lo que parece.
Heaven tomó su varita, y con un simple hechizo terminó de trenzar su cabello.
—¡Oye! ¡Ya casi lo lograba! —exclamó con un falso tono de indignación.
Heaven le sonrió, girándose para besarlo en los labios, acción que Draco aceptó con gusto y emoción, pues desde que llegó a la mansión para quedarse algunos días, Sirius no dejaba de perseguirlos evitando que estuvieran a menos de un metro de distancia.
—Nunca creí que podrías tener una convivencia civilizada con George y Fred —mencionó Heaven, después de que se separaron.
—Ni yo —replicó Draco, encogiéndose de hombros—. Aunque estaba bastante perdido en la conversación. ¿Quién demonios es Charlie? ¿Y cuál de todos es Percy?
Heaven rió, recargándose en el hombro de su novio.
—Percy es quién fue prefecto de Gryffindor en nuestro primer año, el de lentes. Y Charlie es el segundo hijo de los Weasley, es muy atractivo.
Draco alzó las cejas—. ¿Ah sí?
Heaven asintió, con una sonrisa burlona posada en su rostro—. Pero no más que tú.
Draco sonrió satisfecho ante la respuesta, tomando el rostro Heaven con delicadeza para volver a besarla pero una fuerza invisible los apartó bruscamente.
—¿Qué les dije? —se escuchó la voz de Sirius desde atrás—. Mínimo un metro de distancia.
Heaven resopló, cruzándose los brazos—. ¿Podrías dejar de ser tan paranoico?
—¡Sólo estábamos hablando! —exclamó Draco, casi riendo.
Sirius entrecerró los ojos, mirando a ambos con atención —e incluso juzgándolos—.
—Cómo sea, Isabella les habla. Está en el jardín —les informó, tomando asiento en el sofá, abriendo el último ejemplar de El Diario el Profeta.
Draco se puso de pie primero, dispuesto a ayudar a Heaven.
Sirius rodó los ojos ante ello—. El romance adolescente me da náuseas. Váyanse antes de que los hechice o algo.
Draco rió nuevamente mientras salía de la habitación agarrado de la mano de Heaven.
Heaven y Draco llegaron al jardín en cuestión de segundos pero no había ningún rastro de Isabella allí.
La rubia admiró las flores con atención, tomándolas con delicadeza para olerlas. Y de pronto, el recuerdo de Lily se hizo presente.
Dándose cuenta lo mucho que las flores le recordaban demasiado a aquella pelirroja mujer que amaba con toda su alma a pesar de todo. Y que por cierto, también extrañaba.
Draco pareció notar el cambio de expresión en el rostro de Heaven, y decidió acercarse un poco.
—¿Sabes? Nunca me has dicho cuáles son tus flores favoritas —le dijo, arrebatándole suavemente la flor entre sus manos.
Heaven alzó la mirada hacia su novio, sonriendo ligeramente.
—Nunca lo habías preguntado.
Draco le devolvió la sonrisa—. ¿Cuáles son tus flores favoritas, Potter rubia?
Heaven rió ante el apodo, y se subió a la borde del balcón de la terraza para sentarse allí.
—No te voy a decir, Malfoy. Tendrás que adivinarlo —dijo alzando las cejas.
Draco sonrió de lado—. Reto aceptado —dijo para acomodarse disimuladamente entre las piernas de Heaven y besarla cómo lo había querido minutos atrás.
Acomodó su palma sobre la mejilla de Heaven, dejándole pequeñas y delicadas caricias.
Cuando se separaron, Heaven rodeó el cuello de Draco con sus brazos para evitar que se alejara.
—Estoy harta de que Sirius nos persiga por todos lados —murmuró, rodando los ojos.
—Al inicio era gracioso pero también me tiene un poco harto —admitió Draco, arrugando la nariz.
Heaven lo soltó y palmeó a su lado para que Draco tomara asiento.
—No me sorprendería que en cualquier momento salga al jardín en su forma animaga.
Draco rió, mientras se subía al borde para sentarse junto a Heaven, y fue cuando Isabella apareció por la puerta junto a Hazel.
—¿De qué hablan? —preguntó Hazel, acomodándose junto a su hermana.
—De que Sirius no nos deja en paz —rechistó Heaven.
—Créeme que ya he intentado hablarlo con él pero no sabía que tan protector es con ustedes —dijo Isabella.
—Bueno, pero supongo que es porque sigue siendo algo sorprendente que ustedes dos sean pareja y una extraña, por cierto —dijo la pelirroja, encogiéndose de hombros.
—No somos extraños —dijo Draco, sonando algo ofendido.
Hazel arrugó el rostro—. Un poco sí.
Isabella rió—. Bueno, antes de que comiencen a discutir entre ustedes cómo es su costumbre los traje aquí, lejos de los demás porque les tengo más noticias sobre el Horrocrux que debemos encontrar, y supuse que les interesaría.
Los tres enfocaron toda su atención en ella, y se quedaron en silencio para poderla escuchar como se debía.
—Estuve haciendo memoria y la verdad es que si soy honesta, Regulus casi no me hablaba sobre el tema; él solía creer que ya tenía suficiente estrés con todo lo que sucedía a nuestro alrededor —hizo una pausa para tomar aire—. Cuando Narcissa vino no sólo hablamos sobre los días que Draco se quedaría, también unimos los vagos recuerdos de hace más de diecisiete años cuando descubrimos los Horrocruxes, aunque en ese tiempo no estábamos tan seguros de que tipo de magia se trataba...
—¿Entonces Narcissa Malfoy sabe lo que realmente estamos intentando lograr? —preguntó Hazel con desconfianza.
Draco frunció el ceño, pero prefirió quedarse en silencio. No quería discutir con Hazel.
—Hazel sé que tienes tus razones para desconfiar pero te lo aseguro que lo que Narcissa y yo más deseamos es que nuestros hijos tengan una buena vida, completamente fuera de cualquier peligro.
Hazel asintió lentamente, no muy convencida al respecto pero por educación, también decidió mantenerse en silencio.
Heaven por unos segundos deseaba reírse, pues sabía muy bien que tanto Draco como Hazel estaban reprimiendo la necesidad de discutir para defender sus ideales y familiares respectivamente.
—Cómo decía... —continuó Isabella—. Narcissa recordó que Regulus siempre fue una persona bastante reservada y que su forma de expresarse por completo era a través de sus diarios.
Algo dentro de la mente de Heaven hizo click, pero no estaba muy segura de que se trataba. Todo lo acontecido durante el año anterior parecía borroso y muy lejano, así que decidió pasarlo por alto; pensando en que si lograba acordarse del todo, se lo mencionaría a Isabella.
—Hay dos posibles locaciones: Grimmauld Place y la casa donde teníamos planeado escaparnos —explicó Isabella—. Sirius se encargó de rebuscar por todo su viejo hogar pero no encontró nada allí, así que lo más seguro es que estén en la otra locación.
—¿Y en los diarios vendrá más información o es sólo una teoría? —preguntó Draco, acomodándose el cabello hacia atrás.
—Pues sólo es una suposición —suspiró Isabella—. Aunque estoy bastante convencida que allí estará lo que tanto aspiramos a encontrar.
—¿Qué se supone que aspiramos encontrar? —preguntó Hazel con confusión.
—Una pista, una idea... cualquier cosa que nos ayude a descifrar en dónde podemos encontrar los Horrocruxes y cómo destruirlos —respondió Heaven.
Isabella asintió en acuerdo—. Y bueno, cómo tiene mucho que ustedes dos no salen, les quería proponer que vayan conmigo —miró a ambas hermanas—. Tú también, Draco —alzó las cejas en su dirección—. Creo que te alegrará un poco descubrir más sobre tu tío Regulus, que estoy segura que te hubiera querido muchísimo.
Draco sonrió nerviosamente—. Mi madre sólo me ha hablado un par de veces sobre él.
—Si te soy honesta, a veces me recuerdas un poco a él —admitió Isabella con una pequeña sonrisa.
—¿El lugar a donde iremos es dónde se supone que íbamos a vivir? —preguntó Heaven, llamando la atención de los otros tres presentes.
Isabella asintió—. Por eso me gustaría que vinieras. Aparte, que nunca he regresado desde la última vez que fui cuando Regulus me mostró el lugar —sonrió con tristeza—. Es evidente que no se me apetece ir por mi cuenta.
—Yo estoy dentro —dijo Hazel.
—Yo igual —dijo Draco.
Heaven miró a ambos, y aunque muy en el fondo sabía que ir le podría afectar un poco, no quería quedarse con las ganas de descubrir un poco más sobre su pasado.
—Yo también —dijo finalmente, esperando no arrepentirse.
***
sin editar
nota de la autora;
AYYYYYY
tenía muchísimo tiempo que no actualizaba de madrugada, me trae recuerdos de cuando comencé la historia y siempre actualizaba súper tarde JAJAJAJAJAJA
EN FIIIN, AGARRANSE LOS CHONES PQ EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO SE LLORA
y tmb les quería ir avisando habrá algunos saltos en el tiempo (para ya meterle nitro) y espero que no haya problema con eso.
(aunque sólo será por meses yk? en la nota del siguiente capítulo explicaré mejor)
en fin, gracias por la paciencia. y pueden creer que ya casi llegamos al medio millón de leídas, wtf, voy a llorar por mil años istg, de verdad muchas muchas gracias💞💞💞
espero leernos pronto.
all the love
francia🫶🫶🫶
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