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【 082 】

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lxxxii.
déjà vu

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Últimamente he recibido muy pocos comentarios y votos y aunque se muy bien que no es su obligación realizar ninguna de las dos acciones, les agradecería muchísimo si lo toman en cuenta, pues son parte fundamental para mi motivación de seguir escribiendo esta historia :(
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omnisciente

Draco no era un gran fanático de los gatos. En realidad, nunca había sido un gran fanático de los animales en general.

Así que por mucho que intentaba ponerle atención a Heaven mientras le hablaba sobre todo lo que había descubierto en las últimas semanas, la mayor parte de su concentración se encontraba en alejarse minuciosamente del gato blanco que al parecer quería subirse a su regazo.

—... entonces creo que tanto mi collar cómo el anillo tiene una gran importancia para encontrar uno de los Horrocruxes que ayudarán a derrotar a Voldemort —terminó Heaven de decir para luego fruncir el ceño al notar como Draco se alejaba del gato—. ¿Le tienes miedo a Bolita? —le preguntó burlonamente.

Draco volteó a verla—. Me pone nervioso porque no sé qué es lo que quiere —hizo una pausa—. Con razón es tu gato, se parece a ti.

Heaven le echó una mala mirada para luego soltar una pequeña risa, provocando que Draco riera junto a ella.

—Ni si quiera me estabas escuchando... —le reclamó Heaven, aún riendo.

—Lo siento, pero en mi defensa mis padres nunca me permitieron tener mascotas así que no estoy acostumbrado a convivir con animales —explicó, volviendo a alejarse de Bolita.

Heaven sonrió, y decidió acercarse a Draco —no sin antes tomar a su gato de forma delicada entre sus brazos—.

—No te hará nada —murmuró Heaven, hincada frente a Draco—. Le gusta que lo acaricien.

—¿No me va a rasguñar? —preguntó Draco, entrecerrando los ojos.

Heaven volvió a reír—. Te lo prometo que no.

Draco asintió lentamente, y acarició con delicadeza la pequeña cabeza de Bolita quién comenzó a ronronear de forma inmediata.

—¿Ves? No hace nada.

Draco rodó los ojos—. De acuerdo, no es tan... —su frase se vió interrumpida pues Bolita decidió que ya había recibido suficientes mimos y pegó un pequeño brinco para irse al otro lado de la habitación, tomando al rubio totalmente desprevenido.

Heaven rió nuevamente ante la expresión de susto en el rostro de Draco.

—No me parece gracioso, Potter —Draco alzó las cejas.

Heaven se inclinó hacía él, con la intención de besarlo pero la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a Hazel algo asustada.

—¡Deben venir ahora mismo! —exclamó rápidamente, y cuando se dieron cuenta, la pelirroja había desaparecido del umbral.

—¿Qué sucede? —preguntó Heaven mirando a Draco.

—No tengo idea —respondió el rubio, ayudando a Heaven a ponerse de pie, y ambos siguieron la indicación de Hazel, a quién volvieron a toparse en las escaleras.

—¿Qué está pasando? —preguntó Heaven nuevamente, dirigiéndose a Hazel esta vez.

Sin embargo, Hazel continuó bajando las escaleras en silencio lo que provocó que Heaven comenzara a preocuparse.

—¡Hazel!

La pelirroja miró a ambos con una mueca marcada en su rostro—. Es Remus. Está herido.

Heaven sintió un hueco en su estómago, y las ganas de enfermar ante la evidente y repentina preocupación se hicieron presentes. Miró a Draco luciendo aterrorizada ante la idea de que algo malo le sucediera a Remus.

Draco al notarlo, entrelazó su mano con la de ella, intentando reconfortarla aunque fuera un poco.

En silencio, los tres caminaron hacía la sala de estar, y los murmullos de Sirius y Anastasia comenzaron a escucharse más cercanos.

Cuando llegaron, Heaven sintió su alma caer a sus pies.

Remus estaba recostado en uno de los sillones de la estar, con los ojos cerrados y con su cuerpo lleno de moretones, rasguños, golpes y sangre. Ni si quiera parecía él.

Sirius y Nolan parecían intentar sanarle las heridas con hechizos curativos mientras que Fred y George al otro lado del sillón, sostenían diferentes opciones. Y Hazel se había hincado junto a él para sostenerla la mano.

Y cerca de Heaven y Draco se encontraba Isabella, quién estaba más blanca que de costumbre, incluso parecía petrificada mientras miraba en silencio y con el rostro lleno de emociones a Remus tendido en el sillón.

Heaven se giró, evitando seguir observándolo en ese estado, ocultándose en el pecho de Draco, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

—¿Qué le sucedió? —preguntó Draco con la voz llena de preocupación.

Todos se miraron entre sí. Y entonces fue que Isabella habló por primera vez.

—Yo le dije que esa misión sería peligrosa. Le rogué que no lo hiciera, pero Remus es la persona más testaruda y mártir que he conocido —murmuró la mujer en voz baja—. Dijo que su vida vale menos que la de todos los demás, pero todos sabemos que no es así... en verdad, le dije que no debía ir. Le dije que no podía pasar por todo esto otra vez —su voz se rompió, y se limpió con discreción las lágrimas que comenzaban a deslizarse por sus mejillas.

—Al parece lo atacaron en conjunto para enviar una especie de mensaje, aún no estamos seguros —dijo Sirius haciendo una mueca.

—Pero por las heridas que tiene, no querían solamente asustarlo... en verdad planeaban hacerle más daño —comentó Nolan, intentado no alarmar a todos los presentes.

—Pero se pondrá bien, ¿verdad? —preguntó Heaven con preocupación.

Nolan asintió levemente—. Tuvo suerte de que lo encontrarán a tiempo —dirigió su mirada hacia los gemelos—. ¿Ustedes están bien?

—Ellos fueron quienes descubrieron el mensaje que le llegó a Kingsley —dijo Sirius con una pequeña sonrisa llena de orgullo—. Son más inteligentes de lo que parece.

—Aunque todo fue gracias a Malfoy —dijo George alzando las cejas, y todos posaron la atención en el rubio—. Él fue quién nos dijo que escuchó que los carroñeros tenían a un hombre lobo en su custodia.

—¿Tú sabías? —le preguntó Heaven a su novio.

—No estaba seguro de que se tratara de Remus —confesó Draco—. Y luego me dijiste que no se había aparecido aquí en días y bueno, creí que sería buena idea mencionárselo a Sirius.

—¿Por qué nosotras no sabíamos nada? —cuestionó Hazel—. Heaven y yo...

—Ustedes ya tienen suficientes preocupaciones y estrés en sus vidas cómo para agregarles otra dosis —dijo Anastasia quién también ayudó con curar a Remus.

—Pero no es justo, es decir... —Hazel fue interrumpida por su novio.

—Hazy, sabemos que no es justo, pero todos llegamos al acuerdo de no decirles para evitar que se preocuparan.

Heaven hizo una mueca. Aunque entendía la razón, no evitaba detestar que continuaran tratándola cómo si fuera un objeto frágil a punto de quebrarse.

Pero antes de que alguien pudiera decir alguna otra palabra, Isabella —quién se había mantenido en silencio desde la última vez que habló— capturó la atención de todos por abandonar la sala de estar.

Heaven miró a Draco—. ¿Crees que sea buena idea ir con ella?

Draco asintió—. Yo creo que sí.

Heaven suspiró pesadamente, y después de debatirlo mentalmente por unos cortos segundos, decidió ir detrás de su madre.

Heaven comenzó a creer que había sido una mala idea cuando ya llevaba un par de minutos buscándola.

Tal vez necesitaba estar sola. Ella entendía aquel sentimiento, pero no podía evitar sentir la necesidad de hacerle compañía.

Salió de la biblioteca, pensando en qué otro lado de la mansión podría estar.

Hasta que al final del pasillo, vio una puerta ligeramente abierta y optó por caminar hacia allá.

Al entrar se encontró con Isabella sentada frente al piano del estudio, tocando una suave melodía que juraba haber escuchado antes pero que no recordaba del todo.

Isabella miró a su hija con una tímida sonrisa, cuando se sentó junto a ella.

—Mi papá intentó por años enseñarnos a tocar el piano pero ninguno de los tres aprendió demasiado.

—De hecho, tu padre fue quién me enseñó pero tampoco aprendí mucho —comentó Isabella.

—Entonces él es el problema.

Isabella sonrió—. Lamento haberme ido tan abruptamente pero nunca he sabido controlar muy bien mis emociones frente a otras personas.

—Entiendo el sentimiento —dijo Heaven mirándola—. Entonces... ¿Remus y tú están saliendo?

Isabella abrió la boca con sorpresa, y luego volvió a cerrarla—. Puedo jurar que ya íbamos a decirte pero luego tuvimos una pelea por lo de la misión precisamente.

Heaven se encogió de hombros—. Tal vez me enoja un poco que me lo hayan ocultado pero entiendo las razones, aparte no soy quién para juzgar todo este tema de ocultar una relación.

Isabella le sonrió—. Gracias por entenderlo, y sobre tu pregunta, pues se supone que sí pero hace unos días, cómo lo dije, discutimos —hizo una pausa—. Por eso me fui. Me siento furiosa con él.

—¿Puedo saber el por qué?

Isabella miró a su hija por unos segundos—. He perdido a mucha gente importante en mi vida, y no sé si pueda soportar perder a alguien más. Por eso le imploré que no fuera a esta estúpida misión, pero bueno, debes estar familiarizada con la forma de ser de Remus... —tomó aire—. Aparte, me sentía un poco abrumada allí abajo, de pronto tuve recuerdo de lo que sucedió con Regulus y de verdad no quiero pasar por todo eso de nuevo.

—Lamento mucho tus pérdidas, no me imagino lo terrible que debe sentirse —murmuró Heaven—. De verdad lo lamento mucho.

Isabella volvió a sonreírle—. Tienes un corazón muy bueno, Heaven. Sin duda eres hija de James Potter.

—Tú también eres buena persona, Isabella. Deberías tomas más créditos —Heaven le devolvió la sonrisa.

Isabella la abrazó—. Tienes mucha razón... —hizo una pausa—. Heaven, gracias por darme la oportunidad de conocerte. Lo aprecio muchísimo.

—No pasa nada, supongo que merecemos la oportunidad de conocernos y lamento si a veces no soy la hija que esperabas pero...

—Oye, no digas eso, ¿sí? Para mi eres la persona más perfecta del mundo —Isabella le sonrió.

Heaven volvió a abrazarla, soltando las lágrimas que había retenido durante los últimos minutos.

—Sobre lo de Remus, genuinamente me alegra que estén juntos. Es un poco raro pero supongo que tendré tiempo para acostumbrarme.

Isabella rió—. Sonaste mucho cómo Lily.

Heaven sintió un hueco en su corazón ante la mención de Lily, y se removió incómodamente en su lugar, dándose cuenta de lo mucho que la extrañaba, pero no por el tiempo que llevaba sin verla, sino, lo mucho que extrañaba su relación con la pelirroja antes de saber toda la verdad.

Isabella pareció notar la incomodidad de Heaven, e hizo una mueca—. Lo lamento, no quería incomodarte.

—No es eso —dijo Heaven—. Es que todo sigue siendo muy raro —intentó controlar la ansia de llorar—. Pero no es tu culpa...

Isabella le acomodó un mechón rubio—. Tampoco es tu culpa.

Heaven se encogió de hombros—. Aún intento aceptar eso.

Isabella le sonrió, y antes de poder decirle alguna otra palabra, la puerta se abrió.

—Remus ya está despertando —dijo Draco—. Creí que les interesaría saber.

—Gracias, Draco —dijo Isabella, para luego dirigir nuevamente la mirada hacia su hija—. ¿Vienes?

Heaven asintió, y tomó su mano para caminar junto a ellos de vuelta a la sala de estar.

***
sin editar

nota de la autora;

espero que les haya gustado
nos leemos pronto!!!

recuerden que hay grupo de WhatsApp donde todos somos amixes y les doy pequeños spoilers/adelantos, si gustan unirse, envíenme un mensaje en privado para mandarles el link de acceso

y que pueden seguirme en tiktok e instagram, donde subo edits y muchas cosas más. en ambos también pueden encontrarme como franciaxmalfoy.

les amo 💘💘💘

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