【 073 】
❝ ¡Feliz No Cumpleaños! ❞
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omnisciente
Durante los últimos días, en el norte de Reino Unido había estado lloviendo sin ninguna intención de parar.
Por eso, fue una sorpresa para Heaven notar el increíble día que se asomaba por su ventana.
Sin embargo, cuando giró su cabeza hacía el calendario que había colocado junto a la puerta de su nueva habitación, sintió un vuelco en el estómago al darse cuenta del día que era.
Era 31 de julio.
Cerró los ojos, intentando relajar sus músculos. No deseaba que su semana se viera arruinada, pues durante los últimos días, trató estar del mejor humor posible ante el caos que atormentaba a su familia.
Regresó la vista a su tocador, y se alegró de tener algo a la mano que la distraería por lo menos unos segundos.
Ya habían pasado varios días desde que recibió la carta de su novio, Draco Malfoy, y aunque ya la había releído más veces de las que podía contar, la tomó entre sus manos, regresando a recostarse sobre su cama para leerla por milésima vez con más comodidad.
"Querida Heaven:
Jamás creí que podía llegar extrañar tanto a alguien hasta que tuve que dejar de verte a diario.
No sabes lo mucho que me gustaría poder estar contigo. Eres la única persona que quiero cerca estos días.
Es un caos aquí en casa. Si es que le puedo continuar llamando casa.
No se si pueda o deba decirte esto pero mi padre ha regresado.
Aunque por mucho tiempo me sentí mal por su encarcelamiento en Azkaban, se que una parte lo más profundo de mi ser desea que continuara preso.
Y no me mal entiendas, sigue siendo mi padre, y le tengo un gran aprecio pero todo es diferente.
Ha cambiado, y está más determinado a obedecer a quién-tu-sabes con tal de recuperar su confianza y reputación.
Entre otras noticias, también malas, han tomado mi casa, mi hogar. Ahora es como su guarida.
Y si te soy honesto, me parece ilógico que el ministerio se haga de la vista gorda sobre el paradero de quién-tu-sabes.
Mi madre está más paranoica que nunca, aunque lo entiendo. No me deja ni salir de mi habitación cuando sabe qué hay reuniones de mortífagos en los lugares donde debería estar disfrutando mis vacaciones de verano.
Que por cierto, ahora parecen las vacaciones del horror.
Oh, porque por si no lo sabías, mi tía Bellatrix también ha estado aquí.
Siento que estoy a punto de perder la cabeza, tal y como algún día ella también perdió la suya.
En fin, me hace feliz poder contactarme contigo, aunque no estoy seguro si recibiré una respuesta pronto, pero no debes preocuparte por ello, cariño.
Créeme cuando te digo que entiendo si no puedes hacerlo.
Tu seguridad y la de tu familia es lo más importante para mi. Odiaría saber que por querer responderme, te metieras en algún lío.
Te amo y espero poder verte pronto.
Por favor, mantente a salvo.
Con cariño,
Draco Malfoy"
Heaven cerró la carta con una pequeña sonrisa en sus labios. Deseaba poder escribirle de regreso a Draco. Deseaba hacerle saber que ella también lo amaba, lo extrañaba y moría por verlo.
Aunque también se encontraba ligeramente preocupada por él, pues no le gustaba imaginar que algo malo pudiera sucederle al rubio.
Pero prefería despejar aquellos pensamientos de su mente, y enfocarse en qué tal vez, muy pronto podría verlo. Aunque fuera por unos cortos segundos, tal y como él lo había dicho en su carta.
Se sobresaltó cuando escuchó un par de golpeteos que provenían desde afuera, y luego de una breve pausa, la puerta se abrió, dejando ver a su sonriente padre.
—Buenos días, cielito —los ojos de James se enchinaron ante la gran sonrisa que se posó en sus labios—. El desayuno está listo, date prisa para que no se enfríe, mientras iré a avisarle a tus hermanos.
Heaven no tuvo tiempo de responderle pues la puerta se cerró tras su padre. Aún aturdida por sus palabras, se puso de pie, buscando debajo de su cama, la pantufla que probablemente el nuevo cachorro de Harry había escondido.
Cuando llegó al pasillo, se encontró con sus hermanos aún somnolientos, saliendo de sus respectivas habitaciones.
Hazel estiró los brazos mientras bostezaba—. ¿Cómo es que papá tiene tanta energía a las diez de la mañana? —refunfuñó tallándose los ojos.
—Eso es algo que Heaven diría —se burló Harry mirando a la rubia quién permanecía en silencio admirando una mancha en la pared—. Pero creo que aún no despierta del todo.
Heaven frunció el ceño—. Estoy despierta desde hace como dos horas —murmuró mirándolo de vuelta—. Porque Conito ha estado ladrando desde la madrugada.
—Yo no escuché nada —dijo Hazel levantando al cachorro del suelo, dejándole suaves caricias en su pequeña cabeza.
—Creo que aún no se lleva muy bien con Bolita —comentó Harry, a la par que el esponjoso gato blanco salía de su habitación, lo que ocasionó que el cachorro se alborotara, queriéndose librar del agarre de la pelirroja.
Hazel lo dejó ir. Los tres observaron cómo comenzaba a correr detrás del gato, que parecía huir de él.
Heaven se acercó, y sin previo aviso, abrazó ambos al mismo tiempo—. Feliz cumpleaños a los dos, los quiero mucho.
En pleno abrazo grupal, las cabezas de Hazel y Harry chocaron por accidente, y antes de poder responderle su felicitación a Heaven, comenzaron a empujarse entre sí.
Lily apareció por el pasillo, desconcertándose ante la escena frente a ella—. No puedo creer que ya se están peleando.
Los tres rompieron el abrazo —o la riña— abruptamente al distinguir la voz de su madre.
—Harry me golpeó con su cabeza —se quejó Hazel sobándose la frente.
—¡Fue por accidente! —exclamó Harry cruzándose de brazos.
—Yo sólo les dije "feliz cumpleaños" —se excusó Heaven encogiéndose de hombros.
Lily negó con una sonrisa, divertida ante la típica situación familiar. Para luego atrapar a los entre en otro abrazo grupal mientras los felicitaba, para que después un par de segundos, y una que otra queja, soltarlos, dando un paso hacia atrás.
—¿Podrían bajar ya? El desayuno se enfría —dijo Lily antes de comenzar a bajar las escaleras, seguida por sus tres hijos.
Heaven fue la primera en tomar su usual asiento en la barra frente a la cocina, para luego sentir como James le acomodaba un ridículo gorro de cumpleaños sin previo aviso.
La rubia lo miró mal pero antes de que pudiera recriminarle, James se acercó a su hija, abrazándola cariñosamente.
—Hoy no es mi cumpleaños —murmuró Heaven, intentando conservar la calma.
—Lo sé —respondió James en medio del abrazo—. Pero, ¿qué tal si te celebramos hoy como el día en que te convertiste en la hermana mayor de aquellos dos? —le preguntó, rompiendo el abrazo mientras señalaba a Harry y Hazel que tomaban asiento junto a ella.
Heaven lo dudó por unos segundos, sintiendo la ira crecer en su interior. Recordó cómo casi todo lo que había vivido era una cruel mentira. Pudo enojarse, pudo gritarle a su padre e incluso comenzar a discutir con él cómo lo había hecho en varias ocasiones anteriormente.
En cambio, se quedó en silencio para luego girarse hacia sus hermanos, quienes la observaban expectantes, esperando su respuesta.
Porque si Heaven no estaba dispuesta a celebrar, Harry y Hazel tampoco lo estarían.
Heaven suspiró pesadamente. La idea de festejar no le encantaba pero tampoco le desagradaba, y estaba bastante consciente del esfuerzo que hacían los demás por hacerla sentir cómoda ante toda la situación.
Tal vez era su turno de demostrarles que lo apreciaba. Incluso si no debía hacerlo.
Así que se giró hacia su padre con una pequeña pero sincera sonrisa mientras se acomodaba el gorro de cumpleaños.
—Está bien —asintió lentamente—. Gracias por hacerme su hermana mayor —miró a Harry y Hazel quiénes le sonreían.
Lily se recargó en la barra, justo frente a ellos, también con su respectivo gorro.
—¿Están listos para su primera sorpresa? —preguntó la pelirroja, aún sonriente.
—Me pregunto que será —dijo Hazel con tono burlesco mientras se balanceaba en su asiento.
—Te vas a quedar sin tu desayuno especial de cumpleañera por chistosa —el hombre alzó una de sus cejas.
Lily miró mal a su esposo—. ¡Ya arruinaste la sorpresa!
Los tres festejados rieron al unísono.
—De todas formas, ya sabíamos de que se trataba —dijo Harry.
James le sonrió inocentemente a Lily, y después de susurrar un pequeño hechizo, aparecieron tres platos con una torre de waffles con una gran bola de helado encima.
—No sé si es bueno que Hazel consuma tanta azúcar por la mañana. Nadie la va a soportar —se burló Harry mientras jalaba su plato hacia él.
Hazel le dio un puñetazo en el hombro—. Agh, nadie te habló —refunfuñó, también tomando su respectivo plato.
Heaven simplemente rió, comenzado a comer del helado que se derretía más rápido de lo esperado.
Lily rodeó la barra, y fue abrazando a cada uno de los adolescentes. Dándole nuevamente sus respectivas felicitaciones junto a un abrazo y un beso en la frente.
Cuando llegó a Heaven, se dio cuenta como la rubia se hacía pequeña en su asiento.
—Te amo, Heaven —dijo Lily, apartándole un mechón rubio de la cara—. No pudo tocarles una mejor hermana mayor —hizo una breve pausa—, y a mi una mejor primera hija.
Heaven sintió un nudo en su garganta, con sus sentimientos mezclados al tope. Sin embargo, su única reacción fue rodear —nuevamente— a Lily con sus brazos.
James se recargó en la barra, robándole de su desayuno a Hazel quien protestó en voz alta.
—Apúrense que ya quiero darles sus regalos —dijo con emoción, tomando un waffle del plato de Heaven.
—Deja de robarles la comida —refunfuñó Lily quitándole el waffle—. Tú ya desayunaste.
James le sonrió para luego robarle un beso a su esposa frente a sus hijos, quienes no tardaron demasiado en quejarse al respecto.
Después del desayuno, James aún emocionado, los dirigió hasta la sala de estar donde había un sinfín de regalos para cada uno.
De pronto, Heaven tuvo la sensación de estar en plena navidad, pues era la fecha donde sus padres solían no medirse a la hora de darles sus regalos.
Heaven recibió demasiados nuevos productos para pintar, una edición limitada de "Alicia en el país de las maravillas" que estaba ilustrada, una botas negras y un suéter de lana.
Se sobresaltó al sentir que alguien tomaba asiento junto a ella, para luego darse cuenta que se trataba de Lily.
—¿Te gustaron tus regalos? —le preguntó mientras le apartaba uno que otro mechón de la frente.
Heaven asintió sin tener mucho que decir. Sentía que podía desmoronarse en cualquier momento, por mucho que intentara no hacerlo.
No podía evitar sentirse extraña. Toda su vida había celebrado su cumpleaños en la fecha errónea, y el sentimiento que algo estaba mal la abrumaba más de lo que ella estaría dispuesta a admitir.
Miró a sus hermanos quienes continuaban abriendo sus regalos restantes, emocionados al romper cada envoltura.
James aprovechó el momento para sentarse en la mesa de centro, para quedar frente a Heaven.
—Tengo algo más para ti —le dijo sacando de su suéter una pequeña caja.
Heaven la tomó entre sus manos, abriéndola con cuidado y admirando el anillo en su interior.
Era un anillo bastante sorprendente, pero no entendía porqué su padre le regalaría tal cosa.
—Sé que estás confundida, pero te prometo que tiene un significado muy importante, aunque si te soy honesto, lo desconozco.
—¿Entonces por qué me lo das? —le preguntó alzando las cejas.
—Porque tengo entendido que la persona a la que le pertenecía le haría feliz que lo tuvieras —hizo una pausa—. Heaven, lamento muchísimo que a estas alturas aún desconozcas muchos aspectos de tu propia vida. Pero te prometo que poco a poco podrás descubrir más sobre ti.
Heaven hizo una mueca, no convencida ante las palabras de su padre pero no quería ser groseras así que se quedó en silencio, aún admirando el anillo.
—¿Es de Isabella? —le preguntó con curiosidad.
James negó con la cabeza—. No, pero ella es la persona ideal para que te cuente todo. Y siento que ella es quién debe hacerlo.
Heaven asintió con lentitud, probándose el anillo y asustándose levemente cuando este acopló en su dedo a la perfección.
James entrecerró los ojos—. No sabía que haría eso.
Lily miraba el anillo con la misma curiosidad que Heaven.
James se levantó, no sin antes dejarle un cariñoso beso en la frente a Heaven, quien aún seguía desconcertada por todo.
La familia Potter pasó el resto de la tarde conviviendo y disfrutando del pastel que Lily se había encargado de hornear aquella misma mañana.
Cuando comenzó a oscurecer, fue el momento donde Heaven sintió su energía agotarse, aparte que comenzaba a sentirse bastante abrumada, así que se disculpó con el resto de su familia y subió a su habitación.
Se recostó sobre su cama, suspirando y libero las ganas de llorar que acumuló durante el día.
Odiaba seguir sintiéndose mal, pero no podía hacer nada para evitarlo.
Mientras las tibias lágrimas recorrían en sus mejillas, continuaba admirando el anillo, el cuál le resultaba familiar por alguna extraña razón, sin embargo, no podía recordar de dónde.
La puerta de su habitación se abrió abruptamente, y Heaven se sobresaltó, limpiándose los rastros de las lágrimas de su rostro.
Harry y Hazel entraron con otro regalo mal envuelto.
El azabache cerró la puerta tras él, y se aventó a la cama, cayendo por poco encima de Heaven. La rubia lo miró mal, empujándolo hacia la orilla.
Hazel, por otro lado, caminó con calma hasta la cama, sentándose frente a sus dos hermanos, dejando el regalo junto a ella.
—¿Qué pasa? —preguntó Heaven alzando una ceja.
—Bueeeeno —murmuró Hazel—. No estábamos muy seguros de cómo ibas a sentirte hoy. Y agradecemos mucho el que hayas estado acompañándonos todo el día, incluso si no te sentías del todo cómoda.
—Tú cara lo dice todo —se burló Harry—. Aún así, ya teníamos planeado hoy celebrarte tu no cumpleaños.
—¡Sí! —exclamó Hazel—. Sabemos que Alicia en el país de las maravillas es tu película y libro favorito así que pensamos que sería una buena idea.
—Feliz no cumpleaños para tú —le dijo Harry entregándole el regalo.
Heaven lo tomó, sonriéndoles con sinceridad. Abrió la caja, y quiso reír al ver un peluche en forma de hurón blanco.
—Uh, eso fue idea de Harry —dijo Hazel alzando los brazos—. Y el tío Sirius estuvo de acuerdo.
Harry le sonrió burlonamente—. Para que ya no lo extrañes tanto.
—Eres muy divertido —dijo Heaven—. Casi me matas de la risa —acomodó el peluche junto a su almohada, y regresó su mirada al interior de la caja, donde había un álbum fotográfico totalmente decorado.
Comenzó a hojearlo, y sonrió al ver fotografías de ella con sus hermanos a lo largo de los años.
—Sabemos que tú eres la artista de los tres pero lo importante es que nos esforzamos —dijo Hazel sonriendo.
—Espero que te haya gustado —dijo Harry recargando su cabeza en el hombro de Heaven, esperando su respuesta.
—Gracias —les dijo mientras cerraba el álbum—. De verdad, no tienen idea de cuán agradecida estoy por tenerlos —tomó sus manos—. Aunque ahora me siento terrible por no tenerles un obsequio también.
—Nos conformamos con que estes bien —dijo Harry abrazando de lado a Heaven.
—Eso estuvo muy cursi —se burló Hazel—. Yo si quería un regalo.
Harry rodó los ojos—. Estoy intentando ser buen hermano —dijo arrojándole la caja vacía.
—Lo bueno que aún tienes mucho tiempo para seguir intentándolo —ahora se burló Heaven para luego recibir un jalón de cabello de parte de Harry—. ¡Oye!
—Oops, se me enredó la mano —dijo Harry, y en el momento menos esperado, tanto Heaven como Hazel comenzaron a golpearlo con almohadas mientras reían sin parar.
Después de todo, tal vez sí había sido un buen no cumpleaños para Heaven.
***
sin editar
nota de la autora:
¿Qué tal les pareció el capítulo? A qué no creyeron verme tan pronto por estos rumbos.
La verdad amo la hermandad de Heaven, Harry y Hazel, aunque luego anden de las greñas.
En fin, gracias por todo y por leer<3
Les juro que ya falta menos para el reencuentro de draco y heaven💘💘💘
all the love
francia💘
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