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【 071 】

La última pelea —hasta ahora—

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omnisciente

Toda la familia Potter tardó un par de días en adaptase a su nuevo hogar temporal que logró ser más cómodo de lo que creyeron.

En realidad, no había mucha diferencia con su casa en el Valle de Godric, tal vez sólo era un poco más reducido el espacio y no estaba equipado por completo.

Los días habían sido mucho más tranquilos a diferencia de las últimas semanas ya que no estaban al tanto de lo que sucedía en el exterior.

Aquella mañana Heaven se encontraba terminando de desempacar su baúl, pues había pospuesto de más esa pequeña tarea.

Escuchó un par de golpeteos en la puerta, y después de murmurar un "Adelante", James y Sirius entraron a la habitación.

—¿Qué no tienes casa propia? —le preguntó Heaven alzando las cejas a Sirius.

—¡James! ¡Escucha cómo me habla tu engendro! —exclamó Sirius aferrándose al brazo de James.

James rió sentándose junto al baúl de Heaven—. Vamos a salir —le anunció.

Sirius imitó la acción de su amigo, pero a diferencia del azabache, comenzó a inspeccionar las pertenencias de la rubia.

—¿A dónde se supone que saldremos? —le preguntó a su padre con preocupación.

—Ya lo verás —le respondió James con entusiasmo.

—¿Y eso es seguro? ¿Qué sentido tiene escondernos si estaremos saliendo?

—De hecho es para que Kingsley los entrene un poco —explicó Sirius—. Están chiquitos y deben aprender que un Expelliarmus no les será tan útil si los atacan.

Heaven frunció el ceño—. Pero Harry y Hazel aún no pueden usar magia fuera de Hogwarts.

—Ya solucionamos eso —dijo James poniéndose de pie—. Así que prepárate que nos iremos en unos minutos. Mientras más temprano vayamos, más temprano regresaremos.

Heaven asintió no muy convencida ante la idea.

—Sonríe, Heaven, la vida es muy bonita para que siempre estés igual de amargada —le dijo Sirius mientras le pinchaba la nariz con toda la intención de hacerla enojar.

James negó con la cabeza mientras sonreía con diversión—. Luego te quejas de porqué prefiere a Remus —se burló de su amigo.

Sirius fingió indignación—. No debería de ser así ahora que ya somos familia de forma auténtica —dijo mientras alzaba el suéter de quidditch de Slytherin del baúl de Heaven—. Estoy muy seguro que esto se perdió, debería de estar allá por Wiltshire con su dueño.

Heaven se lo arrebató y volvió a meterlo a su baúl mirando apenada a su padre—. Dile que deje de andar revisando mis cosas.

James alzó las cejas—. Sirius, ¿podrías dejar de estar esculcando las pertenencias de tu sobrina?

Sirius lanzó una carcajada. En cambio, Heaven miró mal a ambos.

—Los voy a ir a acusar con Lily —refunfuñó la rubia saliendo de la habitación no sin antes tomar su varita.

—¡Espera! —exclamó Sirius arrojándole el suéter de Draco—. ¿No te lo llevarás puesto? Combina con tus ojos —le sonrió burlonamente al ver que le cayó directo en el rostro.

James rió junto a su amigo, mientras Heaven seguía parada a mitad del pasillo mientras volvía a mirarlos mal.

La rubia regresó su mirada al suéter en sus manos, y por primera vez en semanas se dio cuenta de lo mucho que extrañaba a Draco. Tal vez debería dejar de posponer leer la carta que le había enviado.

—¿Es en serio que tienes eso? —escuchó una voz a sus espaldas.

Heaven miró a Harry con burla—. ¿Por qué? ¿Lo quieres tú?

Harry puso los ojos en blanco—. Inmadura.

—Ridículo —murmuró Heaven.

—Los dos son ridículos e inmaduros —dijo Hazel saliendo de su nueva habitación, pasando al lado de ambos para bajar las escaleras.

—Pero tú más —le dijo Heaven a Harry para luego arrojar el suéter a su cama y darse la vuelta para seguir los pasos de Hazel.

Sirius reía con disimulo mientras que James comenzaba a hartarse de las discusiones entre sus tres hijos.

La familia Potter junto a Sirius se aparecieron cerca de una pradera en el sur de Inglaterra, y Heaven tardó segundos en reconocer el lugar.

Se trataba de la propiedad de sus abuelos, y se sintió feliz de poder regresar antes de lo esperado.

Euphemia y Fleamont los esperaban con una gran sonrisa junto con los brazos extendidos para recibir a sus adorados nietos con cariño.

Después de largos saludos y charlas rápidas se adentraron al hogar para luego dirigirse al jardín.

Heaven se sorprendió bastante al distinguir a Marietta sentada en el pasto mientras jugaba con un cachorro.

Al intentar acercarse a su mejor amiga, Harry la empujó, ganando ventaja y consiguiendo saludar a su novia primero.

Heaven le echó una mala mirada antes de devolverle el empujón para poder saludar a su amiga en paz.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó mientras la abrazaba—. Creí que no te vería hasta Merlín sabe cuándo.

—Sirius convenció a mis abuelos de dejarme venir —respondió Marietta—. Mira, él es Eddie—levantó el cachorro.

—¿Es tuyo? —le preguntó Heaven mientras la acariciaba con suavidad.

Harry regresó, codeando a Heaven para molestarla.

—Es el regalo adelantado para Harry por su cumpleaños —respondió Marietta con una sonrisa—. Será nuestro perrito —miró al azabache.

Harry sonrió y tomó al cachorro entre sus brazos—. ¿Es en serio?

—¿Por qué a él le regalaste un perrito y a mi una pulsera? —se quejó Heaven indignada.

Harry ignoró a Heaven y se inclinó para besar a Marietta rápidamente en los labios.

—¡Oigan! ¡Estoy aquí! ¡Respétenme! —exclamó Heaven quitándose de allí con una mueca de desagrado.

—Pues vete —dijo Harry rodando los ojos.

—¿Están peleados? —preguntó Marietta riendo.

—No, sólo no hablo con posibles traidoras —murmuró Harry enfocándose en el cachorro en sus brazos.

Marietta miró a Heaven con confusión.

—Se enteró que salgo con Draco —la rubia de encogió de hombros.

—Ah eso —dijo Marietta alzando las cejas—. ¿En serio estás enojado con ella por salir con Malfoy?

—¿Tú sabías? —preguntó Harry abriendo los ojos con exageración—. ¿Cómo se lo permitiste?

Marietta rodó los ojos—. Dios, Harry, a veces me pregunto si todo está bien aquí arriba —acarició el cabello de su novio—. Yo no soy nadie para andar cuestionando lo que Heaven hace.

—Pero es Malfoy —refunfuñó Harry.

—¿Y? —Marietta alzó las cejas.

—Es que es un idiota —dijo Heaven.

Marietta negó riendo, mientras que James se acercaba a ellos.

—Hola Marietta —la saludó James alegremente—. ¿Eso es un perrito? —preguntó tomando el cachorro entre sus brazos—. ¡Mira, Lily! ¡Es un perrito!

—Hola señor Potter —dijo Marietta—. Espero que Eddie no sea una molestia, es mi regalo para Harry.

—Ya te dije que puedes llamarme James —sonrió—. Y no te preocupes, Conito será muy feliz con nosotros.

Heaven rió ante el hábito que su padre tenía por cambiarle los nombres a las mascotas.

—Se llama Eddie —le corrigió Harry.

—Conito —repitió James caminando -con el cachorro aún en sus brazos- hacia su esposa.

Marietta sonrío con diversión para luego regresar su mirada hacia el par de hermanos frente a ella.

—¿Entonces? ¿Harán las paces o aún no?

Harry miró a Heaven de reojo, tomando la mano de Marietta para intentar alejarse del lugar, sin embargo, Heaven enredó su brazo con el de la castaña.

—¡Oye! —exclamó Harry—. Si me disculpas, quiero pasar un rato a solas con mi novia, lejos de personas nefastas.

—Lamentablemente no puedes evitar convivir contigo mismo —dijo Heaven encogiéndose de hombros—. Aparte, Marietta es mi mejor amiga, yo también quiero estar con ella a solas, sin que estés como chinche.

—¿Ahora se están peleando por ti? —preguntó Hazel acercándose, sonriendo burlonamente. Mientras que Fred iba caminando detrás de ella.

—¿Tú qué haces aquí? —le preguntó Heaven al pelirrojo.

Fred alzó las cejas—. Por Merlín, Heaven. ¿Desde cuándo te volviste tan grosera?

—Siempre ha sido así —respondió Harry, aún sin soltar a Marietta.

—O podría ser por las nuevas personas con las que se rodea —sugirió Sirius llegando con el grupo de jóvenes—. ¿No es así, Heaven?

Heaven rodó los ojos, soltando a Marietta—. Iré con la abuela Effie —murmuró para luego alejarse.

La rubia caminó al interior del hogar de sus abuelos, sin embargo, fue retenida por George Weasley.

—Es muy temprano para que estés así de enojada —se burló al verla detenidamente.

—Son los demás quiénes me hacen enojar —replicó Heaven con frustración—. Hoy había despertado de buen humor.

George sonrió, y sacó una pequeña bolsa de chocolates del bolsillo de su pantalón.

—El chocolate sana el alma —dijo George con diversión.

—Remus estaría de acuerdo contigo —respondió Heaven tomando la bolsa—. ¿Qué hacen aquí? —volvió a preguntar aún con la curiosidad sobre la presencia de los gemelos Weasley.

—No lo sé —respondió George—. Nuestro padre nos ha enviado. Se supone que en un rato llegarán Ron, Hermione y Ginny. Pero no estoy seguro.

Entonces Heaven recordó lo que Sirius le había explicado esa misma mañana.

—Oh —murmuró Heaven—. Creo que es porque Kingsley quiere que aprendamos a defendernos porque somos los más jóvenes.

George frunció el ceño—. Ustedes son los más jóvenes —corrigió el pelirrojo—. Te recuerdo que soy mayor que tú.

Heaven arqueó una ceja—. Cierto, ya eres todo un anciano.

—¡Oye! —exclamó con falsa indignación—. Estoy en la flor de la juventud con apenas diecinueve añitos.

Heaven rió mientras tomaba otro trozo de chocolate para comerlo.

—Por cierto, cielito lindo —comenzó George a hablar nuevamente mientras comenzaban a caminar por el jardín—. Me ha llegado un rumor sobre ti.

—¿Un rumor? —preguntó Heaven resoplando—. Ya sé que debe ser.

George rió—. Así que tú y Malfoy —arrugó la nariz—. Eso si que fue una sorpresa.

—¿Tú también crees que debí decirlo?

George negó con la cabeza—. No si no era lo que querías.

Heaven le sonrió, sintiéndose mejor ante la idea que alguien no concordaba con la actitud que Harry había tomando hacía lo sucedido.

—Harry se está comportando como un idiota —dijo Heaven cruzándose de brazos—. Cree que soy capaz de traicionar a mi familia y eso me molesta muchísimo. ¡Yo jamás lo haría!

—Lo sé, Heaven. Y estoy seguro que por muy idiota que sea tu hermano y que claramente es mi persona menos favorita de aquí —dijo George con diversión—, él también lo sabe.

Heaven resopló—. En estos momentos también es mi persona menos favorita de aquí.

Casi una hora después, llegó Ron Weasley, acompañado de sus padres y hermana. Así como también junto a Hermione Granger.

La castaña pasó junto a Heaven, ignorándola por completo. Al contrario de Ginny quién la saludó con un abrazo.

Heaven observó a su alrededor, y decidió encaminarse hasta donde se encontraba su padre junto a Sirius quien acomodaba entretenidamente unos amuletos en el jardín.

—¿Para qué son? —preguntó con curiosidad.

Sirius se reincorporó—. ¿Ya estás de mejor humor? —alzó las cejas.

James negó con la cabeza riendo—. Son para crear una barrera protectora para que las personas del exterior no perciban la magia utilizada aquí.

—¿Eso se puede? —preguntó Heaven.

—Para ser una bruja sangre pura arriba del promedio, te hace falta creer más en la magia —respondió Sirius burlonamente.

Heaven lo miró mal para luego girarse hacia su padre—. ¿Así es como Harry, Hazel y Ginny podrán hacer magia sin ser percibidos por el Ministerio?

James asintió—. Pero los amuletos sólo funcionan por un tiempo determinado. Así qué hay que darnos prisa.

James arrastró a Heaven hasta donde se encontraba el resto de adolescentes quiénes ya estaban recibiendo órdenes por parte de Kingsley, quien aparentemente llegó minutos antes.

—No tenemos mucho tiempo —habló Kingsley—. Sus familias estuvieron de acuerdo a que aprendieran un poco más sobre cómo defenderse si se encuentran en riesgo. Dado a las últimas situaciones en las que todos aquí nos hemos visto involucrados, es necesario que sepan cómo atacar y que un simple desarme a veces no es suficiente.

Heaven escuchó a Sirius reírse, y se sorprendió al encontrar a Remus junto a él, regañándolo en voz baja. Lo saludó con la mano, y el hombre lobo le dedicó una corta sonrisa como respuesta.

—No los conozco —Kingsley seguía hablando—. Así que no se cual sea su fuerte o debilidad en cuanto a hechizos. A ciertas personas se les da con mayor facilidad las maldiciones o los hechizos de protección, así que les pediré que formen parejas para un breve duelo y así poder darme cuenta cuál es su fuerte y debilidad.

Heaven resopló, no quería participar, especialmente porque los duelos nunca fueron de su completo agrado, y no conocía muchos hechizos de defensa como debería.

Kingsley escogió a George como ejemplo, dejando que los demás escogieran a su contrincante.

—¡Pido a Ron! —exclamó Hazel, tomando a la pelirrojo de la mano.

Ginny enredó su brazo con el de su hermano Fred.

Marietta miró a Harry—. Te amo, pero ni en broma querría tener un duelo contigo —dijo antes de encaminarse hacia Hermione.

Heaven abrió los ojos con exageración al darse cuenta que Harry y ella eran los únicos que quedaban sin pareja.

—Esto va a terminar mal —murmuró Sirius burlonamente.

—Bien, les recuerdo que este ejercicio no es un duelo formal y hay límites de hechizos, así que supongo que al ser estudiantes deben conocer cuáles son —habló Kingsley—. El joven Weasley y yo daremos un corto ejemplo. ¿De acuerdo?

Todos los jóvenes asintieron, poniendo atención a lo que acontecería. A excepción de Heaven, quien se alejó del resto para ir con Sirius y Remus.

—Te atontaste y ahora tendrás que enfrentarte a Harry —se burló Sirius de la rubia—. ¡Haz que le crezcan los dientes como a un castor!

Remus miró mal a su amigo—. No lo escuches.

Heaven rió—. Ni si quiera tengo ganas de hacer el duelo —se quejó—, sólo quiero regresar a la casa a dormir.

—Tú puedes —la animó Remus—. Sólo recuerda que es un duelo amistoso. No te dejes llevar por tu enojo hacia Harry.

—¿Te das cuenta a quién le estás pidiendo que controle sus emociones? —preguntó Sirius.

—¡Oye! —exclamó Heaven con indignación para luego regresar su atención a la demostración de Kingsley y George que terminó con el pelirrojo en el suelo.

—Eso no fue tan amistoso —dijo Sirius riendo.

—Bien, ¿quiénes quieren ir ahora? —preguntó Kingsley.

Hazel alzó el brazo y tanto ella como Ron caminaron hacia el centro. Kingsley dio la orden para comenzar, para que de un momento a otro Ron saliera disparado por el aire.

Luego de otro par de minutos donde Hazel iba ganando —y por mucho—, el duelo entre ambos pelirrojos llegó a su fin.

—¿Voluntarios? —cuestionó Kingsley.

Sirius empujó a Heaven hacia el centro, ganando la atención del resto de presentes. Harry rodó los ojos y sin tener otra opción, se acercó hacia el centro.

La rubia miró mal al animago quien sonrió inocentemente.

—A sus posiciones —les ordenó Kingsley.

Y antes de que pudiera indicar el comienzo, Harry exclamó:

—¡Everte Statum!

—¡Protego! —exclamó Heaven y luego observó como el hechizo rebotó en Harry.

El azabache voló involuntariamente hacia atrás mientras soltaba un chillido de dolor.

—¡No había comenzado! —se quejó Heaven—. Maldito tramposo.

—Heaven... —escuchó a James regañarla. Lo que ocasionó que la rubia se molestara aún más.

Por otro lado, Harry se reincorporó y comenzó a lanzar múltiples hechizos a su hermana quién simplemente los esquivaba.

Todos comenzaron a notar lo personal que se había vuelto el duelo, y en especial, Lily y James comenzaron a preocuparse.

—Harry, detente —dijo Lily intentando acercarse pero uno de los hechizos de Harry la rozó por accidente.

Heaven comenzaba a sentirse frustrada ante la presión y la rapidez con la que Harry le lanzaba maleficios.

Si era honesta, Harry era mucho más hábil que ella en los duelos. Y lo detestaba.

—¿Por qué no te defiendes? —le preguntó Harry.

Heaven no le respondió, y continuó desviando los hechizos.

—Heaven... —volvió a escuchar la voz de su padre.

—¡Estoy haciendo lo mejor que puedo! —exclamó Heaven.

—Desviar hechizos no funciona en los duelos reales, intenta hacer algo más —aconsejó Kingsley.

La ira en Heaven incrementó un poco más, así que lo único que se le ocurrió para terminar el duelo fue desarmar a Harry.

—¡Expelliarmus! —la varita del azabache voló en su dirección. Y se dio la media vuelta para alejarse del lugar.

Lily entrecerró los ojos, aliviada de que la situación no se salió de control. En cambio, Kingsley lucía exasperado ante el comportamiento de ambos adolescentes.

—Ese no era el punto del duelo, tienen que defenderse, o al menos intentarlo —dijo el auror mirando a los demás.

—Supongo que Heaven desde que comenzó a juntarse con Malfoy se convirtió en igual de cobarde que él —siseó Harry lo suficientemente alto como para que la rubia lo escuchara.

Todos se quedaron en silencio, y no fue sorpresa cuando Heaven volvió a darse la vuelta para acercarse a Harry y darle un puñetazo limpio en la nariz.

Lily y James fueron los primeros en reaccionar. Todo fue tan rápido que no les dio tiempo de impedirlo.

Sirius no pudo evitar lanzar una carcajada, acompañada de un comentario para intentar alivianar la tensión.

—Por lo menos si se defendió al final.

Remus le dio un codazo, pues todos se habían quedado en silencio con justa razón.

Aunque en realidad todos parecían querer reír.

—Suficiente con los dos —dijo Lily ya enojada—. Adentro. Ambos.

Harry se cubrió la nariz con una mueca debido al ligero dolor. Mientras que Heaven tenia fruncido el rostro y se mordió el labio para evitar quejarse del malestar que le quedó en su puño.

James miró a ambos, negando con la cabeza, y luego se dirigió al resto—. Pueden continuar sin nosotros.

Kingsley asintió.

Cuando llegaron a la sala de estar, Lily caminó a la cocina por el botiquín, mientras que James se quedó con los dos.

—¿Qué fue eso? —les recriminó.

—Heaven está loca —respondió Harry haciendo una mueca.

—Harry me hartó —dijo Heaven a la vez.

Lily llegó nuevamente, sentándose frente a los dos, seriamente.

—Estoy cansada de sus peleas —comenzó a hablar la pelirroja—. Los dos saben muy bien lo difíciles que son estos tiempos para nosotros como familia, y en vez de mantener la calma, no dejan de pelear, gritarse y ahora, golpearse.

Ambos intentaron hablar pero Lily volvió a mirarlos con seriedad.

—No he terminado —dijo con autoridad—. Tú no tienes ningún derecho a tratar a tu hermana así. ¿En verdad crees que Heaven sería capaz de traicionarnos? Ella sabe lo que hace y con quién y no debes cuestionárselo —miró a Harry—. Y tú, Heaven, debes aprender a controlar esa ira en tu interior. No puedes agredir a tu hermano así porque sí. Yo entiendo que lo que ambos han pasado no son situaciones nada fáciles, y como su madre, me duele verlos sufrir. Pero tienes que aprender a controlar sus emociones de mejor manera. Tienen a aprender a tener una mejor inteligencia emocional. Tienen que intentar dejar su impulsividad de lado. No pueden estar enojados entre ustedes, mucho menos cuando todo en nuestro entorno se está volviendo inestable —tomó una mano de cada uno, e hizo una mueca—. Lamentablemente no sabemos que pueda suceder mañana, o si estaremos juntos, y no me siento en paz sabiendo que ustedes no toleran ni estar en la misma habitación.

James analizó los rostros de sus hijos, dándose cuenta que entendieron a la perfección lo que Lily intentaba decirles.

—Les daremos unos minutos a solas para que hablen, y si por lo menos no lo intentan, tendré que recurrir al lazo de la hermandad —amenazó James recordando el castigo que les puso varios años atrás.

El matrimonio salió de regreso al jardín, dejando al par de hermanos en silencio.

Heaven miraba su mano que Lily había envuelto en una venda mientras los sermoneaba. Mientras que Harry tenía un pañuelo para limpiar los rastros de sangre que salían de su nariz.

Se miraban de reojo pero ninguno de los dos se atrevía a hablar primero. Hasta que luego de lo que parecieron unos eternos minutos, Harry se giró para encarar a su hermana.

—Sé que jamás harías algo que nos pusiera en peligro —se aclaró la garganta—. Porque sé lo mucho que nos quieres, y bueno, sobre todo porque somos tu familia.

Heaven miró a Harry—. Yo jamás los traicionaría.

—Lo sé —murmuró Harry—. Créeme que lo sé —cerró los ojos—. Pero estaba molesto, y no sabía como hacerte sentir mal más que acusarte de traidora.

Heaven soltó un resoplido, rodando los ojos.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Porque tenía miedo de que reaccionaras mal, y efectivamente fue lo que sucedió —respondió la rubia.

Harry se quedó en silencio—. Me refiero a antes. Incluso una vez te lo pregunté. ¿Recuerdas?

—Aún no estaba lista —dijo Heaven mirando sus manos—. No fue mi intención ocultarlo por tanto tiempo.

—Es que eso es lo que me enoja. Durante los últimos meses estuve preocupado por ti y...

—Lo lamento —Heaven lo interrumpió—. En verdad —se encogió de hombros—. Lamento haberlo ocultado.

—Yo lamento haberme comportado como un idiota —dijo Harry—. Debí dejarte que me lo explicaras todo antes de sacar conclusiones —le tendió la mano y Heaven la entrelazó débilmente—. Te quiero mucho, Heaven. Prometo no continuar cuestionando tus decisiones aunque me parezcan demasiado malas.

Heaven rió y le dio un apretón en la mano a Harry—. Prometo no volver a golpearte.

—Me parece justo —dijo Harry—. Entonces, ¿estamos bien?

La rubia asintió—. Por el momento, sí.

Harry fue quién rió esta vez—. Mamá en verdad estaba enojada.

Heaven hizo una mueca—. Creo que la hartamos.

—A todos —corrigió Harry, y ambos rieron por varios segundos antes de regresar al jardín con los demás.

***
sin editar

nota de la autora;

guess who's back
back again

se que está demasiado aburrido 😩 pero es un poco necesario para el siguiente capítulo, donde si según va acorde a lo que tengo planeado, sabremos sobre Draco.

pido perdón por el tremendo tiempo por el que me fui (fue casi un mes) pero salí de mi ciudad y apenas regresé ayer. y honestamente quería darme un tiempo de todo.

les amo y gracias por todo <3

nos leemos pronto <3

all the love
francia💘💘💘

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