【 066 】
【 lxvi. Draco's birthday 】
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《omnisciente》
Heaven realmente intentó mantenerse alejada de Draco, en lo que aclaraba sus pensamientos sobre todo lo ocurrido en los últimos meses pero no había funcionado en lo absoluto. Y era claro que a Draco le causaba muchísima gracia.
Incluso Heaven lo acusó de haberla hechizado para querer estar cerca de él casi todo el tiempo.
No consideraba normal lo mucho que pensaba en Draco. Cuando pensaba en sus ojos, en sus labios, en su cabello, en sus manos, y en general, en cada parte de él. También pensaba demasiado en su sonrisa burlona y altanera.
Heaven estaba demasiado enamorada de Draco Malfoy a este punto, y aunque seguía molesta con él en lo más profundo de su ser, no podía no caer ante sus encantos.
Era claro que no le terminaba de agradar la idea sobre Draco siendo mortífago, y que de forma indirecta había dañado a su familia meses antes cuando Hazel se envenenó con la botella de hidromiel.
En realidad, a Heaven le asustaba pensar en la misión que le habrían encargado a Draco, y estaba bastante segura que era algo demasiado grave. También le molestaba que él no aceptara la ayuda que le ofrecía, poniendo en duda sus verdaderos ideales.
Pero los sentimientos que tenía por él, la vencían más de lo que ella quisiera admitir.
Y bueno, allí se encontraba Heaven, siendo acorralada por Draco en la mitad de un desolado pasillo del colegio casi a media noche.
Draco le dejaba pequeños besos desde su mandíbula hasta el cuello, siendo cuidadoso de no dejar alguna marca.
—Draco... —suspiró Heaven aún con los ojos cerrados—. Debemos seguir avanzando...
—Mhm —musitó antes de regresar a besarla en los labios.
—Draco —habló en medio del beso—. Alguien nos puede ver.
—Es divertida la sensación de que podríamos ser atrapados —se burló viéndola a los ojos—. Heaven, tu siempre vagas a altas horas de la noche por el castillo, no puedes ponerte en plan de prefecta responsable, eso sería muy hipócrita de tu parte.
Heaven rió—. Podría bajarte unos veinte puntos por esta fuera de tu dormitorio, Malfoy —alzó una ceja.
—Me encantaría verte intentarlo —regresó a besarla jugueteando con el borde de su suéter, metiendo con delicadeza sus manos por debajo de la tela—. Ahora que lo recuerdo, no puedes quitarme puntos, Potter.
—No me llames Potter —rechistó Heaven.
—No me llames Malfoy —replicó Draco—. Como sea, no puedes bajarme puntos, señorita tramposa.
—¿Y eso sería por qué...?
—También soy prefecto, ¿recuerdas? Entre prefectos no podemos restarnos puntos.
Heaven chasqueó la lengua—. Lo olvidé.
—Por supuesto que lo hiciste —se burló Draco, y volvió a unir sus labios.
Heaven rodeó el cuello de Draco con sus brazos, apegándose aún más a él.
—¡Por aquí! Oí voces —se escuchó una voz masculina a unos cuantos pasillos.
Draco se separó mirando los ojos llenos de pánico de Heaven.
—¿Esa no es la voz de la comadreja? —susurró Draco.
Heaven asintió, soltando un quejido—. No pueden vernos.
—Me encanta ser tu secreto —rió Draco—. Es más divertido de lo que crees.
—Suena horrible si lo planteas así —Heaven lo miró mal—. Y no es momento de que hagas chistes. ¡Debemos irnos!
Draco volvió a reír, enroscando su mano alrededor de la muñeca de Heaven para comenzar a avanzar.
—¿Traes el mapa mágico? —le preguntó.
—¿Qué? ¡Ah! El mapa del merodeador... no, lo tiene Harry.
Draco resopló—. Genial, ¿cómo saldremos de aquí? Esta parte del castillo es un laberinto.
—¡Tú quisiste venir aquí! —exclamó Heaven en un susurro.
—No, tú me estabas llevando a Merlín sabrá donde y nos detuvimos aquí un momento —acusó Draco.
—Yo sólo quería llevarte al quinto piso, te tengo una sorpresa por tu cumpleaños.
Draco alzó las cejas—. ¿Acaso me vas a llevar al aula abandonada por mi cumpleaños? Heaven, no creí que...
La rubia no lo dejó terminar de hablar, y lo golpeó suavemente en el pecho.
—Contrólate —sintió sus mejillas arder—. No es momento para tus bromas y guarda silencio.
Draco le pinchó la nariz aún riendo—. Me gusta cuando te pones de mandona.
Heaven puso los ojos en blanco y lo arrastró por accidente a un pasillo sin salida; las pisadas de los prefectos encargados del patrullaje aquella noche —que para su desgracia, se trataba de Hermione Granger y Ron Weasley— se escuchaban más cerca.
—Nos van a encontrar —canturreó Draco.
Heaven lo volvió a mirar mal—. No es divertido —dijo seriamente.
Draco puso sus manos sobre los hombros de Heaven, brindándole algo de calma. O al menos intentando hacerlo.
—Tranquila, debe haber algún lugar donde podamos escondernos hasta que se alejen.
—¡No veo ninguno!
Draco mirando a su alrededor, sacó su varita y murmuró un "Lumos", alumbrando el oscuro pasillo.
—Allí —señaló un pilar que sobresalía de la pared, dejando un pequeño hueco donde podrían ocultarse—. Nox —agitó su varita.
Las voces y pasos resonaron mucho más cerca.
—Yo no escuché nada, Ron —Heaven reconoció la voz de Hermione a tan sólo unos metros de distancia.
Miró a Draco con los ojos exageradamente abiertos. Aquello fue la señal para que el rubio tirara de la mano de Heaven para dirigirse al hueco detrás del pilar, ocultándose justo a tiempo.
—¡Lumos! —se escuchó a Ron exclamar.
—¿Ves? No hay nadie, Ronald. Sólo nos hiciste caminar hasta aquí —se quejó Hermione.
—¡Pero estoy seguro que escuché voces! —refunfuñó el pelirrojo.
Heaven sentía sus manos sudar de los nervios, y en un mal movimiento, golpeó a Draco en la quijada con su codo, ocasionando que el rubio soltara un quejido, y de forma inmediata le cubrió la boca con sus manos.
—¿Qué fue eso? —dijo Hermione.
—Yo qué voy a saber. Hace cinco segundos no me creías que escuché voces.
—Es difícil confiar en ti.
—Se supone que somos mejores amigos, Hermione.
—¿Y?
—Deberías confiar más en mi.
—Pero sí confío en ti.
—¡Acabas de decir que es difícil hacerlo! ¿Sabes qué? No tengo ganas de discutir contigo. Mejor me voy —dijo Ron, sonando molesto.
—No es mi culpa que no entiendas lo que digo. Dije que era difícil no que no lo hacía. ¿Acaso no escuchas bien?
—¡Tú nunca eres clara! Sólo me confundes y haces que me estrese.
—¿Estás diciendo que es mi culpa? ¿Acaso no podrías ser más torpe?
—¡No me llames torpe! ¿Ves? Últimamente no me hablas mucho, y cuando lo haces solo me insultas. ¿Acaso ya no quieres ser mi amiga?
—A veces eres muy tonto, Ronald —dijo Hermione sonando exasperada.
—¡Deja de insultarme!
Heaven miraba los ojos grises de Draco llenos de diversión al escuchar la pequeña discusión entre el par de gryffindors.
—Es mejor que nos vayamos, esta parte del castillo me asusta —comentó Hermione.
Y al parecer, Ron le había obedecido pues sus pisadas comenzaron a hacerse más lejanas hasta desaparecer por completo.
Finalmente, Heaven retiró sus manos del rostro de Draco quien sonreía de oreja a oreja.
—Eso fue bastante interesante —rió levemente.
—Lamento haberte golpeado —Heaven hizo una pequeña mueca.
—No pasa nada —Draco se encogió de hombros, siendo el primero en salir del escondite—. ¿Siempre discuten? Creí que se llevaban mejor.
Heaven salió detrás de él, y comenzaron a avanzar para llegar a dónde la rubia lo había planeado desde un inicio.
—A Hermione le gusta Ron pero él no se da cuenta —murmuró Heaven—. Hermione es demasiado obvia, no entiendo como Ron no lo sospecha ni un poco.
—Suena bastante familiar —se burló Draco—. Tú también tardaste meses en darte cuenta que me gustabas.
Heaven lo miró con indignación—. No eras nada claro, y solo te burlabas de mi.
—Ese era el punto —alzó las cejas—. Aparte, si era claro. Siempre te traté mejor que al resto de las personas que me rodean. Buscaba poder acércame a ti, hablarte y te di miles de indicios más.
—Es que creí que solamente te agradaba —Heaven admitió avergonzada—. A veces me lo preguntaba. ¿Le gustaré a Draco? Pero no lo sé, no creía ser tu tipo.
Draco frunció el ceño—. ¿Cómo creías que era mi tipo?
—No lo sé —se encogió de hombros—. Bueno, si lo sé pero tal vez suene muy tonto pero hasta ese momento yo creía ser mestiza, y toda la vida te habías referido así a mis hermanos y a mi, ya sabes, de forma despectiva.
Draco hizo una mueca—. Perdóname por haber sido tan idiota. Créeme que lo que menos me importa ahora es que en realidad seas sangre pura, podrías ser mestiza o nacida de muggles y me daría lo mismo.
—No estoy segura si eso es un cumplido —Heaven le sonrió y continuó hablando—. Como sea, supongo que creía que tu tipo sería el estereotipo de una chica sangre pura de Slytherin.
—Que curioso, yo creí que tu tipo eran los chicos de Ravenclaw así como Goldstein y Davies —rodó los ojos.
—Todavía recuerdo que intentaste hacerme una escena de celos porque Roger estaba simplemente parado junto a mi cuando irrumpiste la velada de Slughorn —Heaven se burló.
—Y aún así, no te dabas cuenta que me gustabas —contraatacó Draco alzando las cejas.
—Ah no, en ese momento ya lo sabía pero no quería darme cuenta porque no estaba en mis planes que me gustaras también.
—¿Entonces si la primera vez que te besé no lo hubiera hecho solo ibas a verme enamorándome de ti sin remordimiento?
—Probablemente —respondió Heaven—. Aunque ya me gustabas un poquito.
—¿Ah si? Es claro que no pudiste resistirte a mis encantos —sonrió.
—Cállate que tú caíste primero por mi, y yo simplemente existía.
Draco arrugó la nariz, no iba a aceptar que Heaven estaba en lo correcto.
—Deberíamos apresurarnos para evitar volver a toparnos con la comadreja y la insufrible sabelotodo.
—No les digas así —resopló Heaven.
—Weasley y Granger —se corrigió unos segundos después—. Ni si quiera te agradan, pero bueno.
—¡Oye! Ron si me cae bien, Hermione a veces.
Draco rió—. Entonces, ¿a dónde se supone que vamos?
—Ya lo verás.
Heaven lo guió hasta el aula de astronomía, donde ya lo había llevado alguna vez. Pensó que sería el lugar ideal para estar con él durante las primeras horas de su cumpleaños.
Sobretodo porque Heaven se rehusaba a entrar a la sala de menesteres después de enterarse lo que realmente Draco hacía allí.
Ambos se adentraron e iluminaron el aula con un par de hechizos. En cuánto hubo algo de luz, Draco notó lo que parecían ser sus regalos.
Se sentó sobre la alfombra cerca de ellos, acomodándose sobre un pilar de cojines que no tenía ni idea de cómo llegaron allí.
—¿Qué haces? —le preguntó Draco a Heaven quien lanzaba hechizos al techo.
—Es que no recuerdo cuál... —su frase se quedó a la mitad y luego murmuró unas palabras que Draco no alcanzó a escuchar.
Y segundos después el techo del aula estaba completamente estrellado de diferente manera a cómo solía serlo.
—Se supone que así lucía la noche en la que naciste pero no estoy segura si funcionó bien el hechizo... pero pretendamos que si —le sonrió.
Draco le devolvió la sonrisa y le extendió la mano—. Quién diría que eres así de cursi debajo de esa fachada de odiar la vida.
Heaven se sentó frente a él, aún con sus manos entrelazadas—. Sólo por ti.
—Me parece justo —se inclinó para besarla dulcemente en los labios.
—Supongo que ya debe ser más de media noche —suspiró Heaven—. Y eso significa que ya es tu cumpleaños. ¡Bienvenido a los diecisiete! Es horrible.
Draco soltó una risa—. Nunca me ha gustado celebrar mi cumpleaños pero me alegra tenerte aquí hoy conmigo.
—Feliz cumpleaños, Draco —se acercó para abrazarlo—. A mi también me da gusto estar aquí contigo. Nunca lo imaginé.
—Ni yo —murmuró Draco cerrando los ojos—. Gracias, Heaven.
Heaven se separó con una sonrisa, tomó los regalos de Draco y los acercó hacia ellos.
—No sabía que regalarte así que creo que son varias cosas.
—No era necesario.
—Bueno, pero yo quise hacerlo... —hizo una pausa, sacando algo que probablemente Draco odiaría.
Era una tiara de plástico que decía "Feliz cumpleaños" en letras de color rosa chillón, y para sorpresa de Heaven, Draco no rechistó cuando la colocó sobre su cabeza.
—Debes estar consciente que esta es una de las mayores pruebas sobre cuanto te amo —le dijo mientras se acomodaba la tiara.
Heaven se quedó quieta por un segundo, y fue cuando Draco se dio cuenta de lo que había dicho, ocasionando que abriera los ojos con horror y exageración.
—Me refería a que... —Draco carraspeó, acomodándose la tiara con nervios—. No quise decir eso, se me escapó.
Heaven abrió la boca para responderle, pero volvió a cerrarla. ¿En verdad la amaba? Sintió su corazón latir con fuerza.
—Heaven... —Draco la volvió a llamar—. No tienes que decírmelo de vuelta, ni siquiera tenía planeado decírtelo en este momento... en verdad no quiero que te sientas presionada.
Ambos se vieron a los ojos por unos largos segundos. Heaven quería decírselo de vuelta pero no entendía porque las palabras no salían de su boca.
—¿Y si fingimos que no lo dije? —murmuró Draco—. No quiero arruinar la noche.
Heaven se removió en su lugar, asintiendo para luego dedicarle una sonrisa—. También te conseguí un pequeño pastelillo de vainilla.
Draco lo tomó, dándole una pequeña mordida para luego ponerlo a un lado—. ¿Cómo llegó todo esto aquí? —preguntó con sorpresa, y alegre de dejar el momento incómodo detrás. Aunque estaba un poco herido de que Heaven no le dijera que también lo amaba a él.
—Lo dejé todo aquí antes de ir por ti —se encogió de hombros—. Filch casi me atrapa pero lo distraje con unos petardos que George me envió la semana pasada.
—Qii Giirgi mi invii —Draco la imitó con la voz más aguda que pudo fingir mientras rodaba los ojos.
Heaven rió—. ¡Yo no hablo así!
Draco le sonrió divertido—. Lo sé pero me encanta molestarte.
—Ya me di cuenta —alzó sus cejas—. Bueno, ahora si van tus regalos. Este es el primero —le entregó un pequeño paquete.
Draco lo desenvolvió con cuidado, y se dio cuenta que se trataba de un cuaderno.
—No vas a saber muy bien que es pero puedo explicarte. Los muggles venden libros para colorear que son básicamente eso. Una recopilación de dibujos para que las personas los coloreen, pero este es un poco más especial porque los dibujos los hice yo.
El rubio comenzó a hojear el cuaderno admirando los dibujos de Heaven, enfocando su mirada específicamente en el dibujo de un dragón por encima de la constelación Draco.
—No son muchos porque no tuve mucho tiempo y sé que...
—Está bien, Heaven. Me encanta, aunque temo arruinar tus dibujos al colorearlos —le sonrió.
Heaven le devolvió la sonrisa y le entregó el segundo regalo.
—Ese es el complemento —le dijo.
El paquete era más pequeño y Draco en seguida supo de que se trataba. Al quitar la envoltura se encontró con un estuche de lápices de colores.
—Aún no entiendo como es que tienen color y no se ocupa nada de magia en su elaboración, suena como algo imposible —murmuró.
—Yo tampoco lo entiendo —rió Heaven.
—Gracias, Heaven —puso su mano sobre la mejilla de la rubia.
—¡Espera! Eso no es todo —le dijo tomando otro regalo.
—¿Cuántos son? —le preguntó con diversión.
—Sólo dos más —le aseguró Heaven.
—No es justo, yo sólo te di uno.
—Uno bastante genial.
Draco tomó el empaque que era el que más sobresalía. Lo abrió y encontró varios dulces muggles.
—Debo admitir que por tu culpa ahora tengo una obsesión para nada sana con los dulces muggles... —le sonrió—. Si mi madre supiera la cantidad de azúcar que he estado consumiendo últimamente le daría un ataque de nervios.
—Tu madre se llevaría muy bien con Lily —dijo Heaven pensando un poco al respecto.
—¿Tú crees? —le preguntó alzando una ceja, pensando en algún posible encuentro.
Heaven asintió, y tomó el regalo más pequeño de todos para entregárselo a Draco.
—Este es el último.
Finalmente, Draco abrió su último regalo con más cuidado que el resto, debido a que era una caja bastante pequeña a comparación del resto.
Cuando retiró por completo la envoltura se dio cuenta que se trataba de una pequeña caja de alguna madera fina. La abrió y descubrió un anillo de plata con una serpiente incrustada, la cual sus ojos eran pequeños fragmentos de piedra de jade.
—Sé que te gustan los anillos pero no estaba segura si te iba a gustar este en específico.
Draco seguía admirándolo—. No puedo creerlo —rió—. No puedo dejar de verlo. Es precioso, Heaven.
Heaven sonrió satisfecha ante la reacción de Draco—. Me alegra mucho que te gustara, comenzaba a preocuparme.
—De todas formas, tú podrías regalarme un trozo de pergamino arrugado y yo lo conservaría para siempre.
—Y luego dices que la cursi soy yo —se burló Heaven.
Draco rodó los ojos—. Ven aquí —la tomó del brazo, acercándola a él—. Gracias. Es el mejor cumpleaños de todos.
Heaven le sonrió antes de besarlo con cariño, sin embargo, comenzó a reír—. Lo siento, no puedo tomarte en serio con la tiara en tu cabeza.
—Yo creo que se me ve asombrosa —dijo Draco riendo.
Heaven asintió con una sonrisa mientras se acomodaba entre sus piernas, recostándose en el pecho del rubio, inhalando su loción que tenía un ligero aroma a cítricos. Mientras que Draco la rodeó con sus brazos, apegándola un poco más a él.
Heaven supo que ese era el momento para decirle que también lo amaba, pues no tendría casa esperar más tiempo o negarlo si lo tenía justo allí.
Su corazón comenzó a latir con más fuerza, sintiéndose extremadamente nerviosa—. ¿Draco?
—¿Heaven?
—Draco... creo que te amo —le confesó escondiendo su rostro en el cuello del rubio.
Draco sintió una oleada de calor en su pecho, sintiéndose bastante alegre de haber escuchado aquellas palabras.
—Heaven, yo estoy seguro de que te amo —le dijo tomándola del rostro—. Más de lo que puedes imaginar.
Heaven alzó la mirada, sonriéndole tímidamente. Y Draco se inclinó para besarla con más cariño que nunca.
—¿Esto quiere decir que estamos saliendo formalmente? Es decir, ¿eres mi novia? —le preguntó Draco luego de un cómodo silencio que se creó.
—No lo sé, ¿quieres que sea tu novia?
—Nada me haría más feliz en el mundo... ¿tú quieres que sea tu novio?
Heaven se reincorporó, quedando frente a él.
—Sí —le respondió con una sonrisa.
—Bien, entonces ahora tú eres mi novia y yo soy tu novio.
Heaven frunció el ceño y lo golpeó suavemente en el hombro—. Tardaste mucho en pedirlo, y ni siquiera lo hiciste bien.
—¡Oye! En mi defensa, me daba miedo hacerlo y que te alejaras de mi.
—Necesitas pulir tus habilidades románticas.
—Acabo de decirte que te amo —alzó las cejas con diversión—. En cambio tú dijiste que crees que lo haces, así que, quién necesita pulir sus habilidades románticas eres tú.
Heaven entrecerró los ojos pero no dijo nada, y sólo volvió a acomodarse en el hombro de Draco.
—Supongo que tendré que decirle a mi familia sobre nosotros —suspiró Heaven—. Me asusta un poco pero no quiero seguir ocultándolo.
—Está bien, Heaven —murmuró Draco—. Sabes que no tengo problema con ello. Tómate todo el tiempo que necesites, no hay prisa.
—Sirius y Remus ya lo saben.
—¿En serio? ¿Cómo se enteraron? —preguntó Draco con curiosidad.
—A Remus le conté yo, o bueno, algo así —hizo una pausa—. Y Sirius se dio cuenta por el collar que me regalaste.
—No consideré que Sirius podría recordarlo —admitió Draco—. ¿Cómo se lo tomaron?
—Mejor de lo que creí —respondió Heaven—. Creo que el verdadero problema serán Harry y mi papá.
—Esperemos que tu hermano no intente asesinarme por segunda vez —se burló soltando una risa.
Heaven hizo una mueca—. Sigo enojada con él por eso —murmuró—. No tenía ningún derecho de hacerte daño.
—Tal vez me lo merecía un poco —dijo Draco con la voz pequeña—. Ya sabes, lo que sucedió con tu hermana y...
Heaven tragó saliva pesadamente, y la urgencia de separarse de Draco se hizo presente pero no quería hacerlo.
—¿Podemos no hablar de ello?
Draco asintió, y se inclinó para dejarle un beso en la frente.
—Si pudiera ser otra persona, lo sería —suspiró.
—No necesitas ser otra persona, Draco. Creo que estar consciente de tus malas acciones es algo bueno. Pero no puedo decirte que ya no estoy molesta o desconcertada sobre toda tu situación pero algo de lo que estoy segura es que no eres mala persona. Confío en ti.
Draco le sonrió—. Gracias, Heaven.
Heaven sonrió también, y lo abrazó con más fuerza, esperando poder transmitirles todo el cariño que sentía por él.
***
nota de la autora;
Desde hace días tenía este capítulo escrito, junto con otro más, pero estaba muy indecisa sobre cuál subir.
Y me decidí por este <3 (el otro era de Heaven algo borracha confesándole todos sus sentimientos a Draco pero lo pensé y ns me gustó más como quedó este)
aún no estoy segura si agregaré otro capítulo de relleno antes del fin del acto, porque así es, estamos a nada de terminar el segundo acto.
pero si decido no hacerlo, significa que en el siguiente capítulo es la muerte de dumbledore y les sugiero q se agarren de los calzones pq no están preparadas para otra ola de drama.
también quería decir que mi plan era terminar el acto el sábado 9 de abril (o sea en dos dias) pq es el cumpleaños de la cielito pero es obvio que no me dará tiempo.
así que a pesar que en este cap se celebró el cumpleaños de draco, tómenlo como un regalo adelantado por el cumpleaños de la cielito 💞
todavía recuerdo q hace un año subí un especial wtf se pasó bien rápido el tiempo
en fin, stan dreaven for clear skin
nos leemos pronto
all the love, francia💘
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