【 064 】
mini maratón 2/2
【 lxiv. another day, another mess 】
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les recuerdo que hoy subí dos capítulos:/ para que no se me confundan y se salten el anterior pues es algo importante para entender este mucho mejor!!!!
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《omnisciente》
Habían pasado un par de semanas desde que aquel encuentro entre Heaven Potter y Draco Malfoy. Y como era de esperarse, ella seguía sin ninguna intención de acercarse al rubio platinado.
Pero había una buena justificación y esa era que Heaven estaba hecha un caos.
El asunto de Draco no era lo único que la traía de cabeza, sino también su situación familiar, el tema de Isabella Avery, las excesivas tareas y ahora a la lista se sumaban los extraños sueños que tenía a diario.
No lograba entender nada de lo que ocurría en su vida e intentaba mantenerse en calma, pero como cualquier ser humano, había ocasiones donde solo deseaba salir huyendo.
Aquella ajetreada mañana se encontraba desayunado junto a Theodore Nott y Marietta Travers junto algunos compañeros de casa.
Mientras comía un un tazón de avena con frutos rojos escuchaba a sus amigos conversar con el resto de presentes con bastante cotidianidad, aunque no les estaba prestando atención del todo.
—Yo no aprobé el examen de Aparición —escuchó a Roger Davies decir—. Pero mi madre encontrará la forma de que me permitan presentarlo antes de julio.
—Yo no pude presentarlo porque mi cumpleaños número diecisiete será hasta mayo—dijo Anthony—. Esa regla es bastante injusta.
—¡Cierto! —exclamó Cho Chang—. ¿Heaven? Escuché que tú si pasaste tu examen de Aparición. ¿Cómo se supone que te dejaron presentarlo si aún no tienes diecisiete?
Heaven sintió las miradas caer en ella, e hizo una evidente mueca. Theodore y Marietta se removieron con incomodidad en su lugar.
—Es una larga historia —empujó su tazón de avena. Su apetito se había ido por completo.
—¿Eres mayor que tus hermanos? —preguntó Olivia con confusión.
—Algo así —Heaven se encogió de hombros—. En verdad no quiero entrar en detalles.
—A Heaven no le gusta hablar de eso —dijeron Marietta y Theodore a la vez.
Cho le sonrió con cierta comprensión—. No pasa nada, disculpa por preguntar.
—No te preocupes, yo también tendría curiosidad si fuera tú —Heaven le devolvió la sonrisa.
—Bueno, creo que es momento que nos retiremos a clase. Nos vemos más tarde —dijo Olivia y se levantó a la par de Anthony. Cho Chang y Roger Davies le siguieron los pasos unos segundos después dejando al trío de amigos solos.
—Aún no me adapto a que otra vez te hablas con Goldstein —dijo Marietta—. Creí que seguíamos odiándolo.
—Honestamente todo ya me da igual —se encogió de hombros.
—Yo también estoy sorprendido, y aún más porque me enteré por otra persona —Theodore señaló con discreción a la mesa de Slytherin—. Me preguntó que si ya se habían reconciliado, y estoy seguro de que estaba celoso.
Marietta ahogó una risa—. ¡Dios! Que bizarro suena Malfoy estando celoso de Goldstein. ¡Pero aún así! Su verdadero contrincante es George Weasley. ¿Viste lo que le regaló a Heaven por su cumpleaños? Yo fui su novia y nunca me regaló algo así de especial.
Heaven arrugó la nariz, mientras Theodore reía.
—¡Si lo ví! De pronto creí que tendría alguna nota declarándole su amor.
—Yo no creo que le guste a George —gruñó Heaven—. Es uno de mis amigos más cercanos.
—Potter tenías que ser —Marietta rodó los ojos.
—¿Y si no vamos a la clase de Adivinación? —sugirió Heaven intentando cambiar de tema, y que por suerte sus amigos no rechistaron al respecto.
—Ay, a mi si me gusta esa clase —Marietta hizo un puchero—. Pero podemos saltarnos Estudios Muggles.
—No, esa me esta gustando porque estamos aprendiendo sobre el arte muggle —dijo Heaven.
—Mejor hay que saltarnos Aritmancia, la clase me da dolor de cabeza —dijo Theodore arrugando la nariz.
—¿Y si mejor nos saltamos todas? —preguntó Heaven después de pensarlo bien un par de segundos y deseando que sus amigos accedieran.
—¿Qué te trae tan desanimada? —le preguntó Theodore acomodándole un mechón del cabello.
—No he podido descansar bien —respondió—. He tenido sueños bastante raros.
—¿Pesadillas? —cuestionó Marietta.
—No, lo peor es que los sueños son buenos. Me transmiten mucha comodidad y un poco de paz —se mordió el interior de su mejilla—. Pero no los entiendo. Y siempre salen las mismas tres personas. Una pareja joven con una bebé.
—¿Los has visto antes? —preguntó Theodore.
—No —respondió Heaven—. A veces siento que la bebé en el sueño soy yo —hizo una pausa—, pero no tiene sentido. No logro reconocer el rostro de las otras dos personas... aunque la mujer... a veces pienso que es Isabella, mi madre biológica... pero no tengo ni idea de quien es la otra persona.
—Que raro —murmuró Theodore—. A mi los sueños me dan miedo. A veces parece que intentan advertirnos o darnos mensajes.
Marietta se giró hacia Heaven—. ¿Por qué no le preguntas a Trewlaney? Ella a veces sabe interpretar los sueños.
Heaven abrió los ojos con exageración—. ¿Para que me diga que voy a morir porque alguien me lanzará una piña en la cabeza? No, gracias.
Theodore rió en voz alta, llamando la atención de algunos alumnos en el Gran Comedor.
—Tus hermanos y tú son muy groseros con la profesora Trewlaney. Ella es muy buena persona, y no es algo personal que les prediga su muerte, lo hace con casi todos.
—Nunca dije que me desagradara, sino que a veces dice cosas muy tontas —Heaven chasqueó la lengua.
—Opino lo mismo —dijo Theodore dandole un sorbo a su jugo de calabaza.
Marietta rodó los ojos—. Bueno, a mi si me gusta. Se complementa con la clase de Astronomía y Aritmancia; y eso me parece asombroso.
—Awww, a veces eres tan Ravenclaw que me das ternura —Theodore la rodeó con sus brazos.
—Quítate de encima, serpiente traicionera —dijo Marietta en burla, y Heaven rió tanto por el apodo como por la cara que puso Theodore ante él.
—Eres una grosera y le diré a... —se quedó en silencio y miró por detrás de Heaven, quien estaba sentada frente a él—. ¿Esa es Katie Bell? ¿Cuándo regresó?
—Anoche tengo entendido —respondió Heaven recordando lo que Hazel le dijo al respecto—. Harry se pondrá contento de verla, creo que si les hizo mucho falta para el equipo de Quidditch.
—Que bueno —dijo Marietta—. Fue terrible lo que le sucedió.
Y tanto Heaven como Theodore estuvieron de acuerdo con ella.
Al final del día e inesperadamente, Heaven terminó asistiendo a todas sus clases.
E incluso aceptó la propuesta de la profesora McGonagall cuando le pidió cubrir una sesión de tutorías a un alumno de primer año de Hufflepuff.
En su camino para dirigirse al Gran Comedor notó lo tarde que era, pues por uno de los ventanales del Colegio notó que el cielo ya se estaba oscureciendo.
Cuando estaba a tan sólo tres pasillos de su destino, reconoció dos voces discutir. Se acercó sin pensarlo mucho.
—¡Eres un idiota! —exclamó Hazel.
—¡Yo no sabía que sucedería eso! —respondió Harry.
—¿Por qué gritan? —preguntó Heaven y ocasionó que sus hermanos se sobresaltaron.
Hazel lucía demasiado molesta, y eso era algo raro en ella. Mientras que Harry parecía asustado, tenía el rostro pálido y sus manos temblaban ligeramente.
—Harry es un imbécil que no piensa, tiene el cerebro de adorno. ¡Seguro lo van a expulsar! —chilló llena de estrés.
Heaven confundida volvió a observar a cada uno, y por fin notó la ropa de Harry llena de sangre.
—¿Qué te pasó? —preguntó la rubia asustada—. ¿Estás bien? ¿Por qué no has ido a la enfermería? ¡Estás sangrando!
—Eh, no estoy herido... la sangre no es mía —Harry hizo una mueca.
Heaven se giró hacia Hazel—. ¿Qué sucedió? —miró a Harry—. ¿Qué hiciste?
Harry tenía los ojos brillosos y llenos de arrepentimiento.
—Harry —llamó una voz masculina detrás de ellos.
Para sorpresa de Heaven, se trataba de su padre acompañado de Lily. Ambos lucían molestos y desconcertados.
James le entregó su mochila a Harry—. No te expulsarán —dijo seriamente, y Heaven no recordaba la última vez que su padre ocupó ese tono—. Pero no tienes permitido continuar en el equipo de Quidditch por lo que resta del año.
—¿Qué? ¡No es justo! ¡Será el último partido de la jornada! Estamos a nada de ganarle a...
—Harry detente —dijo Lily echándole una mirada severa—. Lo que hiciste estuvo muy mal. Narcissa Malfoy exigía que te echaran del colegio, y con justa razón.
—¡Pero no fue intencional! Si yo hubiera sabido lo que pasaría, no hubiera ocupado ese hechizo. Ni si quiera lo conocía.
—¿Qué fue lo qué pasó? —preguntó Heaven con frustración al no entender nada.
—Tu hermano atacó al joven Malfoy con un hechizo que no conocía. Ahora se encuentra en la enfermería, fue bastante grave —explicó James haciendo una mueca.
—¿Qué hiciste qué? —preguntó Heaven mirando a Harry horrorizada, cayendo en cuenta que los rastros de sangre en la ropa de el azabache en realidad era de Draco. Sintió un nudo en su garganta.
—¡Todo es culpa del estúpido libro que encontró a inicios de año! —exclamó Hazel—. De allí lo sacó. ¿Quién en su sano juicio ocupa un hechizo que no conoce?
—Harry, ¿de qué libro habla Hazel? —le preguntó Lily con preocupación.
—Un ejemplar de Elaboración de pociones avanzadas que encontré en el salón de Slughorn el primer día de clases —explicó Harry—. Pero no todo es malo —hizo una pausa—, el libro me ha ayudado a mejorar en clase y...
—Y también te enseñó a casi asesinar a alguien en el baño —murmuró Hazel y Harry le volteó los ojos.
Heaven quería salir de allí en cuanto antes para dirigirse a la enfermería pero sabía que sería cuestionada al respecto. Así que se limitó a quedarse en silencio.
Observó a su padre tallarse el rostro con frustración mientras que Lily miraba a todas las direcciones menos a su único hijo varón.
—Harry creo que bien sabes que este año nuestra familia ha pasado por demasiado. No necesitamos más problemas de los que ya hay. Les quedan menos de dos meses para acabar el año, te suplico... —hizo una pausa para mirar a los tres—. Les suplico que eviten meterse en problemas. Yo entiendo que todo lo qué pasa en nuestro alrededor es sofocante, estresante y abrumador pero por esa misma razón necesitan mantenerse a raya.
—Harry creo que no comprendes la magnitud de lo que hiciste —esta vez fue Lily quien habló—. Sé que no eres una mala persona y sé que jamás intentarías lastimas a alguien de esa forma pero Hazel tiene razón. ¿En qué estabas pensando al lanzar un hechizo con el que no estás familiarizado? Cometiste un error, y debes pagar las consecuencias. No quiero escuchar alguna otra queja sobre tu castigo porque es lo que mereces. Siéntete agradecido con no haber sido expulsado.
Heaven miró a Harry asintiendo lentamente, luciendo bastante apenado. Lily al notarlo lo abrazó.
—Por favor, no des razones para que la gente te señale aún más de lo que lo hace —murmuró la pelirroja dejándole unas caricias en la cabellera oscura de Harry.
—Lo lamento, de verdad —murmuró Harry acomodándose las gafas con nerviosismo.
—Harry, no debes disculparte con nosotros —dijo James.
Harry asintió mientras se acomodaba en medio de sus hermanas. El matrimonio se despidió de los tres luego de unos largos segundos en silencio y abandonaron el castillo no sin antes volver a suplicarle a sus hijos que se mantengan lejos de los problemas.
El trío de hermanos caminaba por los pasillos intentando pasar por desapercibidos, pues al parecer la noticia se había esparcido como pólvora por el colegio, y cada alumno le echaba una mirada desaprobadora a Harry.
—¿Vamos a la sala común? —preguntó Hazel en voz baja.
Heaven estuvo a punto de negar, buscando una excusa para poder correr al ala médica. Necesitaba saber como se encontraba Draco.
—Tengo que ir por el libro primero —dijo Harry suspirando.
—¿Qué? —dijeron ambas chicas a la vez.
—No puedo deshacerme de él —replicó Harry—. Vamos, no es culpa del libro lo que sucedió.
—No puedo creer lo que estás diciendo —dijo Hazel exasperada—. ¡Suena como si estuvieras justificándote!
—No lo estoy haciendo, Janessa —dijo Harry comenzando a sonar molesto, y miró a Heaven—. Dime que tú si me entiendes, Vee. Debo recuperar el libro.
Heaven miró a ambos, y luego de un pequeño silencio habló:
—Lo siento, Harry. Estoy con Hazel, ese libro te ha dado problemas desde que lo encontraste y...
Harry rodó los ojos—. La verdad, no espero que lo entiendan. Ese libro me ha ayudado más de lo que lo imaginan. Ustedes no entienden lo jodido que es ser el elegido y saber que...
—No, no vas a justificarte otra vez con eso —gritó Hazel—. Harry, puede que tú seas el único elegido pero nosotras somos parte de tu familia, entonces si imaginamos lo jodido que es. No puedes decir eso cada vez que cometes un error para justificar tus horribles acciones. Simplemente no puedes.
—Gracias al libro te salvé de morir envenenada—dijo Harry con reproche.
—Harry te estás comportando como un idiota —dijo Heaven cruzándose de brazos—. Eres el que menos debería de estar molesto esta noche.
—No se está comportando como un idiota, es un idiota —refunfuñó Hazel dándose la vuelta y caminar hacia su sala común.
Harry hizo exactamente lo mismo pero en dirección contraria de la pelirroja, dejando a Heaven sola en medio del corredor.
En otra ocasión, estaría preocupada por la disputa entre sus hermanos pero si era honesta lo que más quería en ese momento es que los dos se fueran y para su buena suerte, así sucedió.
Heaven caminó por todo el castillo hasta llegar a la enfermería. Sus manos temblaban y sentía ganas de llorar.
Dudó por un par de minutos cruzar la puerta pero finalmente lo hizo.
Adentro se encontró con Theodore, Blaise, Eloisse y Astoria, quienes estaban sentando a alrededor de la camilla donde Draco estaba recostando con los ojos cerrados.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó Eloisse molesta—. ¡Por la culpa de tu hermano Draco está herido! —exclamó con rabia.
—Eloisse —musitó Astoria tirando de su brazo—. Heaven no tiene la culpa.
—No han hablado en semanas, ¿por qué querrías estar aquí? —la acusó Eloisse echándole una mala mirada.
—Eloisse —dijo Theodore negando con la cabeza y la nombrada desvió la mirada cruzándose de brazos.
Heaven parpadeó un par de veces y sintió las lágrimas comenzar a deslizarse por sus mejillas sin control. Ignoró las palabras de Eloisse por completo para evitar responderle de peor manera.
—¿Estará bien? —su voz salió quebrada.
Theodore la abrazó por los hombros—. Sí, Heaven. Estará bien —le besó la coronilla.
Eloisse la miraba con enojo, y Heaven podía entenderlo un poco pero le parecía injusta la manera en la que la Slytherin se estaba comportando. Astoria pareció notarlo, se despidió rápidamente y se llevó a Eloisse fuera de la enfermería.
—Eloisse realmente se preocupó por Draco, Vee —explicó Blaise—. No lo sientas tan personal. Probablemente más tarde se de cuenta que estuvo mal.
La rubia se encogió de hombros, no le importaba mucho si Eloisse estaba enojada con ella. Heaven solo quería que Draco estuviese bien.
—¿Te quedarás? —le preguntó Theodore a Heaven mientras ella tomaba asiento en una de las incómodas sillas.
—¿Crees que no deba? —preguntó ella con la voz pequeña.
—No, no es eso —Theodore le sonrió—. Intentaré venir antes de irme a la sala común.
—Adiós, cielito —se despidió Blaise saliendo de la enfermería de la mano con Theodore.
Heaven acercó la silla a la camilla de Draco, y le tomó la mano dejándole pequeñas caricias.
Draco se veía aún más pálido que de costumbre. Notó pequeñas cicatrices por debajo de sus orejas y también en sus manos.
Recordó la sangre en la ropa de Harry y no quiso imaginarse que tan mal debió ser para Draco.
Se acomodó en la silla, haciéndose pequeña. Pensando en lo mucho que extrañaba al rubio, y lo mucho que quería decirle todo lo que sentía por él.
En determinado momento, Heaven comenzó a sentir sus ojos pesados, y sin darse cuenta, cayó dormida en aquella incómoda silla dentro de la enfermería.
Cuando Draco despertó varias horas después, sintió el dolor apoderarse de casi todo su cuerpo. Soltó un quejido, lentamente recordando todo lo sucedió aquella tarde y en donde se encontraba.
En cuanto abrió los ojos, lo primero que notó fue a la joven rubia acomodada en una silla junto a la camilla.
Draco por un segundo creyó que se trataba de su mente queriéndole jugar una mala broma.
Aún estaba oscuro, la única claridad que se filtraba por la ventana era la luz de la luna, así que tardó en darse cuenta que Heaven estaba dormida.
En el intento de tomar un poco de agua de la jarra en la mesita de noche junto a la camilla, empujó el vaso ocasionando que este cayera al suelo y ocasionara un pequeño estruendo que despertó a Heaven.
—Perdón —murmuró Draco apenado.
Heaven se estiró—. ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame a...?
—No, no, estoy bien —respondió Draco—. Me sorprendió verte aquí.
—Oh —Heaven agradeció que estaban a oscuras y así Draco no podía verla sonrojarse.
—¿Heaven?
—¿Sí?
—¿Podrías ayudarme a servirme un poco de agua?
Heaven se levantó de la silla, dejando su túnica encima de esta, acercándose a la mesa y sirviéndole agua a Draco.
—Gracias —dijo tomando el vaso, cuando intentó sentarse, soltó un quejido de dolor pensando en que no debió hacer eso—. Perdón por despertarte —repitió el rubio.
—No pasa nada, de hecho, fue algo bueno, lo mejor es que regrese a mi dormitorio —murmuró Heaven.
—Debe ser muy tarde, Heaven, podrían descubrirte... —hizo una pausa—, y prefiero que te quedes conmigo.
—Está bien —dijo Heaven, quien accedió principalmente porque no tenía muchos ánimos para caminar hasta su sala común.
Heaven observó como Draco se movía a una de las orillas de la cama, dejando un espacio.
—Si vas a quedarte, mereces descansar al menos un poco, las sillas de aquí son bastante incómodas y no dejaré que duermas allí. Pero si te sientes incómoda...
Heaven no le dio la oportunidad de seguir hablando porque se recostó en la camilla junto a él, acomodándose con delicadeza sobre su pecho, rodeándolo con su brazo por el torso.
Draco sonrió ante la cercanía de Heaven. Solo Merlín sabía cuando la extrañaba. Como pudo, le dejó un beso en su frente, para luego comenzar a acariciarle el brazo con cariño.
—Lo siento mucho, Draco. Harry no debió...
—No es tu culpa, amor —murmuró Draco somnoliento.
Heaven sintió sus ojos llenarse de lágrimas y se aferró a Draco—. No quiero que te pase algo malo, nunca.
—Te quiero, Heaven —le dijo con sinceridad—. Siento mucho todo lo qué pasó entre nosotros, yo no quise...
—No creo que sea el momento para hablarlo, Draco —murmuró Heaven.
Draco suspiró—. Tienes razón.
Heaven se reincorporó, para mirarlo a los ojos—. Estoy molesta contigo pero nunca dudes lo mucho que te quiero.
—Estoy consciente de ello —dijo él con una pequeña sonrisa—. ¿Será mucho si pido que me beses? Estuve al borde de la muerte y...
—Eres un chantajista —rió Heaven en voz baja.
—Tal vez —respondió Draco pero para su sorpresa, Heaven unió sus labios con los de él, en un suave y delicado beso.
Cuando se separaron, Heaven regresó a su posición anterior, y Draco comenzó a acariciarle el cabello con cariño.
—No tienes ni idea de cuánto te extrañé —murmuró Draco.
Heaven sonrió pero no le respondió, y al cabo de unos minutos, volvió a caer profundamente dormida.
En cambio, Draco antes de seguirle los pasos, pensó en lo afortunado que era por tener a alguien como Heaven en su vida.
Dándose cuenta en ese momento que la amaba con todo su corazón, y dudaba mucho que los sentimientos que tenía por ella alguna vez pararan de crecer.
Y si era honesto, deseaba que ella sintiera lo mismo por él.
***
sin editar
nota de la autora:
💞💘💘💘💞💘💞💘✨💘💘💞 así estoy
espero que les haya gustado<3 y que hayan disfrutado de este mini maratón, les tqm <3
q creen q pase? creen q ya se reconcilien? 🧐
espero leernos pronto <3
all the love
Francia💞
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