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【 056 】



lvi. cruel words

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omnisciente

Heaven llegó a la sala común de Gryffindor, en donde no tardó más de un par de segundos en localizar a su hermano, quien se encontraba junto a Marietta, Ron y Hermione.

La castaña al notar como Heaven se acercaba al grupo, se levantó, retirándose del lugar.

—Hola, Heaven —la saludó Ron con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo estás?

Heaven le devolvió la sonrisa, y se sentó junto a él.

—Estoy cansada —respondió la rubia mientras se acomodaba en la alfombra—. Pero por fin, tengo el resto del día libre. ¿Qué hacen?

—Estamos esperando a Hazel —respondió Marietta.

—¿En dónde está? —preguntó frunciendo el ceño.

—Se le salió decirle Quejicus a Snape, y la castigó —se burló Harry alzando las cejas—. Tiene detención tres semanas después de clases.

Heaven sonrió burlonamente, y observó el libro que Harry tenía sobre sus piernas.

—¿Aún sigues obsesionado con el príncipe? —se burló nuevamente alzando las cejas.

Marietta soltó una risa al igual que Ron.

—No empieces tú también, Hermione acaba de recitarme un sermón al respecto —Harry resopló—. El libro me ha ayudado bastante.

—Como sea —arrugó la nariz—. ¿Darás la prueba para la clase de Aparición? —miró a Ron con intriga.

—Aún no lo sé —respondió nervioso—. No he logrado Aparecerme ni una sola vez.

Harry rió.

—Yo solo lo he hecho una vez —dijo Heaven encogiéndose de hombros—. Y estoy segura que fue por pura suerte.

—Yo si lo presentaré —se unió Marietta a la conversación—. ¿Tú lo harás? —suavizó su voz para preguntarle a Heaven.

—Ninguno de ellos pueden, deben cumplir los diecisiete antes del veintiuno de abril y... —la voz de Ron fue disminuyendo a la par de que sus ojos se agrandaron, luciendo algo apenado.

Heaven carraspeó, removiéndose incómodamente sobre su lugar.

—Supongo que lo intentaré —respondió mirando sus manos.

—Mejor cambiemos de tema —sugirió Harry cerrando el libro—. Por cierto, ahora que recuerdo...

¡Crac!

Tanto Heaven como Ron se sobresaltaron ante la aparición del par de elfos domésticos.

—¿Kreacher? —Heaven miró a Harry—. No me digas que también lo pusiste a...—fue interrumpida por la voz de la criatura.

—El ahijado de mi amo ha requerido los informes regulares sobre lo que me ha ordenado, y Kreacher ha venido a..

—¡Dobby también ha colaborado Harry Potter! ¡Y Kreacher debió avisarle a Dobby cuando piensa en visitar a Harry Potter para que puedan presentar sus informes a la vez!

Kreacher le echó una mala mirada a Dobby, y Marietta rió ante ello.

—¡Harry! —exclamó Heaven con frustración—. Ni si quiera puedes darle órdenes a Dobby.

—Ya lo sé, por eso le dije a Sirius que si me prestaba a Kreacher.

—Si Granger te escucha decir eso, te arrojará por las escaleras —comentó Marietta.

—Oh, ella definitivamente lo haría —dijo Ron riendo.

—A todo esto, ¿qué se supone que les ordenaste? —preguntó Marietta con curiosidad.

Heaven notó como Harry dudó en responder, y rodó los ojos con irritación.

—Les ordenó que espiaran a Draco Malfoy —respondió la rubia.

Ron y Marietta observaron la azabache como si no pudieran terminar de creer las palabras de Heaven.

—Da igual, ¿qué han averiguado?

—El pequeño Malfoy hace gala de la nobleza que corresponde a su sangre pura. Sus facciones recuerdan la elegante apariencia de mi ama y sus modales son los mismos que...

Heaven reprimió una risa, al igual que Ron.

—No me interesa saber que tan elegante y sangre pura es Malfoy, Kreacher, ve al grano.

Kreacher le hizo una falsa reverencia, y continuó hablando:

—El pequeño Malfoy come regularmente en el Gran Comedor, duerme en su respectivo dormitorio en las mazmorras, asiste a diversas clases, y en ocasiones disfruta de la compañía de...

Heaven mentiría si no dijera que comenzó a alarmarse, ella sabía muy bien que Harry había puesto al par de elfos a espiar a Draco, pero también lo había olvidado por completo, y no fue nada cuidadosa al respecto.

Así que cuando notó que Harry estaba al borde de la desesperación, le agradeció mentalmente a todos los Dioses cuando su hermano finalmente lo interrumpió para cederle la palabra al otro elfo.

—Harry Potter —dijo Dobby con emoción—, el niño Malfoy no ha estado violentando ninguna de las normas, al menos que Dobby sepa, pero sigue bastante enfocado en evitar que lo encuentren. Ha realizado visitas constantes al séptimo piso a veces en compañía...

El corazón de Heaven volvió a acelerarse, pero se tranquilizó cuando Harry volvió a interrumpir.

—¿Séptimo piso? ¿La Sala de Menesteres?

Dobby asintió con emoción.

—¿Has podido entrar e inspeccionar? —le preguntó Harry.

—Lo he hecho, señor. Justo cuando el niño Malfoy se retiró.

Kreacher bufó, parecía molesto con Dobby por hablar y dar la información sobre Draco.

—¿Qué has visto, Dobby?

—Nada fuera de lo común, Harry Potter. Dobby solo ha visto un área llena de cachivaches, un sofá, un armario y libros.

Heaven notó la cara de decepción de Harry, y en parte aquello le dio cierta satisfacción.

—Como sea, gracias, Dobby. Ya puedes ir a descansar, y tú Kreacher puedes regresar a la casa de Sirius.

—Y el sucio mestizo sigue dándole órdenes a Kreacher... —refunfuñó el elfo una vez más antes de desaparecer al igual que Dobby.

—¿Qué se supone que hace Malfoy allí dentro? ¿Leer? ¿Por qué haría un armario allí? —se preguntó Harry.

—¿Saben? Ya desearía yo poder ser un elfo y poder Aparecerme como si nada a todos lados. Malditas criaturas, las detesto pero son muy habilidosos —refunfuñó Ron, cambiando de tema, y ocasionando que Heaven y Marietta rieran.

—Harry, yo no suelo meterme en este tipo de temas, especialmente porque de todo de enojas —comenzó a hablar Marietta—. Pero, ¿no deberías estar más preocupado sobre lograr conseguir el recuerdo de Slughorn de Tom Riddle? —le preguntó suavemente.

—Es lo que yo le he dicho —bufó Heaven—. ¿En qué le va a ayudar andar detrás de Malfoy?

Harry rodó los ojos con irritación—. Ustedes no lo entenderían.

—No, de verdad no lo hacemos —dijo Ron arrugando el entrecejo.

—Sé que trama algo, y algo nada bueno —suspiró Harry.

—Yo sigo creyendo que te dejas llevar por la idea que tienes de él —murmuró Heaven.

Harry la miró mal, y se giró hacia Marietta—. ¿Podemos ir a cenar? Ya tengo hambre.

—Yo también —respondió Ron con una sonrisa.

En cuanto llegaron al Gran Comedor, se llevaron la sorpresa de encontrarse allí a Hazel, quien conversaba animadamente con Neville Longbottom y Ginny Weasley.

Harry miró a Heaven y alzó una ceja. La rubia resopló, comprendiendo lo que le intentaba decir.

Heaven de mala gana se acercó a Hazel y puso una mano sobre su hombro.

—¿Podemos hablar? —le preguntó la rubia.

Hazel pareció alegrarse con que Heaven le hablara así que asintió con emoción y se levantó de su lugar.

Ambas caminaron fuera del Gran Comedor, hasta un pasillo vacío y mucho más tranquilo.

—No estaba enojada —Heaven fue la primera en hablar—. Si es lo que crees, pero no quería hablar con nadie.

—Está bien —hizo una pausa—, yo quería disculparme, de verdad —suspiró Hazel—. No debí organizarte la fiesta sorpresa, debí saber que no te lo tomarías bien pero solo quería ayudarte a que te sintieras un poco mejor.

—No, no debiste hacerlo —murmuró Heaven mirando la pared detrás de Hazel—. Y nadie debió seguirte la corriente.

—No puedes enojarte con los demás, en serio, todo fue culpa mía —Hazel se encogió de hombros—. Y todos realmente teníamos una buena intención.

—¿Y por eso no tengo el derecho a enojarme? —replicó Heaven molesta.

—No dije eso, Heaven. Pero... —Hazel suspiró—, solo piensa en que queríamos ayudar, ¿de acuerdo?

—Y lo aprecio, pero no necesito que me ayuden a nada —dijo Heaven recargándose sobre la pared, cruzándose de brazos.

—Si lo necesitas, Heaven, no estás bien, y estamos preocupados por ti...

—Lo único que consiguen es que me sienta peor, y si eso para ustedes es ayudar, es mejor que no hagan nada —la interrumpió nuevamente.

—No sabemos que hacer —replicó Hazel con frustración.

—No hagan nada, entonces —repitió la rubia con obviedad.

—Pero es nuestro deber...

—¡No! ¡No lo es! —explotó Heaven—. Dejen de verme como un problema que necesitan solucionar. No necesito de su ayuda.

—Heaven...

—Es que nadie lo entiende, nadie entiende lo herida que quedé y con sus estúpidas e inservibles palabras o acciones me harán sentir mejor. Dejen de intentar ayudarme porque no lo conseguirán. ¡Solo quiero que me dejen en paz!

—Heaven, yo lo entiendo, pero somos familia y nadie de nosotros quiere que te sientas solas o apartada...

—¿Por qué eres tan insistente? Entiéndelo, Hazel. ¡Dios! A veces me alegro tanto de no compartir genes por completo contigo y con Harry, me salvé de ser igual de intensa e irritante que ustedes dos —las palabras salieron de Heaven antes de poder procesarlas, y al darse cuenta de lo que dijo, cerró los ojos, arrepintiéndose.

Hazel hizo una mueca y bajó la mirada a sus pies—. Sólo quería que tuvieras un día lindo, eso es todo —alzó la mirada y Heaven notó como se habían acumulado lágrimas en los ojos marrones de la pelirroja.

—Hazel, yo no quise...

—Lo sé —la interrumpió y se talló los ojos—. Es mejor que regrese.

Heaven la observó retirarse del lugar, y comenzó a llorar en silencio.

Heaven decidió saltarse la cena, y se encaminó hasta su sala común. Sin ánimos de ver o hablar con alguien. Ni siquiera a Draco.

Cuando llegó, se recostó sobre su cama, y lloró como no lo había hecho en semanas.

Se sentía mal de haberle dicho aquellas crueles palabras a Hazel, en realidad, ella no pensaba ni se sentía así.

Heaven estaba más que agradecida por tener a su familia allí con ella, y odiaba ocupar las peores palabras en los peores momentos.

Pero estaba tan harta de que Hazel le repitiera que solo querían ayudar, que simplemente explotó y sacó toda la ira de su interior.

Sin embargo, Hazel tenía razón.

Heaven no estaba bien, y a veces se preguntaba si alguna vez podría sentirse bien de nuevo. Pero si la joven rubia era honesta, lo veía algo imposible.

De pronto, recordó la carta que su padre, James Potter le había entregado el día de su cumpleaños.

Se levantó de su cama, y caminó hasta su escritorio, buscando el viejo pergamino hasta que lo encontró. Lo tomó entre sus manos y se regresó a su cama.

Con inseguridad, lo desdobló y comenzó a leer.

09 de abril de 1981

Hola pequeña.

Estoy seguro que cuando leas esto ya sepas todas la verdad. Y probablemente estés muy molesta conmigo.

Es decir, hoy recién estás cumpliendo un añito de edad y ya se puede notar el gran carácter que tendrás.

No sé que esté pasando por tu mente en estos momentos, pero quiero recordarte lo mucho que te amo y lo agradecido que estoy con que hayas llegado a mi vida.

En verdad eres mi pedacito de cielo, pequeña.

No me gusta el sentimiento de saber que en algún momento tendrás que saber todo y que me odiaras.

Pero en verdad quiero que sepas lo mucho que lo lamento, si es que te herí.

Jamás fue mi intención, pequeña.

¡Por Merlín! Estoy tan emocionado de verte crecer y estoy seguro que en el momento en el que leas esto, estaré tan orgulloso de ti y de todo en lo que te has convertido.

Según mi plan, es darte esta carta cuando cumplas diecisiete años, una edad especial para una bruja especial como tú ahora lo eres.

Oh, mi pequeña Heaven, aún tienes tanto por recorrer, y de nuevo, lamento mucho que a tu corta edad te haya tocado experimentar lo difícil que es la vida en algunas ocasiones.

Pero te aseguro que no será así para siempre.

Especialmente porque me tendrás allí junto a ti, apoyándote en cada decisión y paso que des.

Y esto es una especie de promesa que aplica hasta el fin de los tiempos.

Te amo, Heaven. Nunca dudes de ello.

Espero que hayas tenido un buen cumpleaños, pequeña.

Con amor, papá"

Heaven sonrió, limpiándose las cálidas lágrimas que se deslizaban sin cuidado por sus mejillas.

Se inclinó sobre su mesita de noche al lado de su cama, y sacó un par de fotografías que había traído de su casa.

Una era una de Isabella y James en lo que parecía la sala común de Gryffindor, riendo.

En cambio, la otra era de Lily y James bailando frente a su hogar en el Valle de Godric, luciendo extremadamente felices.

Heaven pensó en si de alguna manera ella interfirió en aquella felicidad de la pareja recién casada.

Le dolió su corazón de tan solo pensarlo e hizo una mueca. Regresó su mirada a la primera foto, observando específicamente a la rubia ojiverde con el uniforme de Slytherin.

Tenía tantas dudas acerca de aquella mujer, y también tenía tantas ganas de conocerla, aunque aquello la aterraba.

¿Qué tal si no llenaba sus expectativas? No quería que ser una decepción para Isabella Avery, o aún peor, que aquella rubia mujer fuera una decepción para Heaven.

Su corazón no lo resistiría, así que por lo mientras, Heaven prefería quedarse con la duda.

La joven admiró ambas fotos a la vez, y comenzó a llorar de nuevo. Sintiéndose tan impotente respecto a todo lo que acontecía en su vida.

A veces deseaba que todo fuera un mal sueño, pero lamentablemente era la realidad.

Suspiró, y volvió a acomodarse en su cama, deseando que el día siguiente fuera un mejor día hasta que cayó en un profundo y pacifico sueño.

***
sin editar

nota de la autora;

como les quedó el ojo? les gustó? siento q esta feo, help

por cierto, haber terminado de escribir el capítulo mientras sonó i bet on losing dogs, o'children y beautiful boy fue muy melancólico para mi gusto

la vdd no creí estar por estos rumbos tan pronto, pero hoLA

un capítulo medio sad como la escritora la vdd
esto es solo un warning de lo que se aproxima, así que mucho ojo.

así como mucho ojo con heaven q se le sale lo aries, q btw, el fact de que heaven sea así y q de vdd es aries es mera coincidencia JAJAJAJA

en fin,

espero leernos pronto <3 (maybe no tan pronto pq mi sanidad quedará por los suelos)

all the love
francia💞

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