【 031 】
【 xxxi. godric's hollow 】
《omnisciente》
Heaven caminaba por el estrecho pasillo del tren a la par de Neville, conversando casualmente sobre algunas especies mágicas de plantas.
Neville le prometió a Heaven enviarle de regalo por Navidad.
Antes de bajar del tren, se despidió rápidamente de Luna, deseándole unas agradables vacaciones decembrinas.
Una vez que bajó por completo, notó que sus padres se encontraban charlando amistosamente con Augusta Longbottom, abuela de Neville.
Caminó junto a él y Ginny en dirección a sus padres, no sin antes buscar con la mirada a Theodore para poder abrazarlo una vez más.
Se sobresaltó cuando unos brazos la rodearon.
—Te voy a extrañar mucho.—reconoció la voz de Theo.
Heaven se dio la vuelta para poder abrazarlo más fuerte.—Yo mucho más.
—Espero que la pases muy bien, Vee. Cuídate mucho, ¿si?—murmuró mientras le dejaba un pequeño beso en la frente.
—Tú también. Cualquier cosa que necesites puedes mandarme una carta. Sino, le preguntaré a mi papá si puedes pasarte unos días en mi casa.—murmuró Heaven.
—No creo que papá Potter quiera al hijo de un mortífago en su casa.—bromeó Theo.
Heaven resopló.—Yo te aviso, ¿si?
Theo asintió una vez antes de alborotarle el cabello a Heaven para luego girarse en dirección de Blaise Zabini y su madre.
Heaven solía sentirse mal respecto a Theodore, pues el joven no tenía más familia aparte de su padre, quien estaba encarcelado en Azkaban. Así que Gianna Zabini se encargó de cuidarlo en la ausencia de su padre.
Miró junto a la familia Zabini, y observó a Narcissa Malfoy acercándose.
Heaven sintió un nudo en su estómago cuando sus ojos se encontraron con los grises de Draco.
Heaven le sonrió sinceramente desde el otro lado de la estación, Draco le devolvió la sonrisa con la misma emoción, incluso con más.
Se giró sobre sus talones, y vio como su padre ya la esperaba con los brazos extendidos. Heaven corrió hasta él, colgándose de su cuello.
—Te extrañé mucho.—murmuró Heaven en el oído de su padre.
James sonrió.—Yo también, cielo.
Se separaron luego de unos segundos. James pasó su mano por el rostro de su hija, sonriéndole con cariño. El sentimiento de culpa comenzó a hacerse presente.
Heaven se acercó a Lily, abrazándola de la misma manera. Sin embargo, Heaven siempre había sentido el afecto de Lily de manera diferente. Y eso no significaba que no la quisiera, simplemente era diferente.
Durante años pensó y llegó a la conclusión que no era ningún secreto que la rubia se relacionaba más con su padre que con Lily. Esa era la explicación más lógica en su mente.
Aún así, Lily había sido una maravillosa madre para ella y sus hermanos.
Lily le acariciaba el rostro con delicadeza.—Te extrañé mucho.
—Yo también.—le respondió Heaven con una sonrisa.
Minutos después entre saludos, despedidas y buenos deseos, la familia Potter caminaba hasta el punto de Aparición dentro de la Plataforma 9¾.
—¿No pasaremos por Londres?—cuestionó Hazel.
—Hoy no, Hazy.—le informó James.
—Yo les prepararé la cena.—se adelantó Lily.
—Tengo mucha hambre —dijo Heaven tallándose los ojos.—, y sueño.
—Ahora que lo pienso, no te vi en el Gran Comedor en la mañana. ¿Desayunaste algo?—preguntó Harry con cierta preocupación.
Heaven solo entrecerró los ojos en su dirección y avanzó más rápido.
—¿Están peleados?—le preguntó James a Hazel en un susurro.
—¿Y cuándo no?—le respondió Hazel de la misma manera.
Lily soltó un suspiro.—¿Ahora que le hiciste?—le preguntó a Harry.
El azabache miró a los tres con indignación.—¿Por qué siempre creen que todo es mi culpa? Es decir, está vez, si lo es, pero no siempre...
James rió junto a Hazel.
—Como sea, no se como quiere que me disculpe si no me hable, ni si quiera se acerca.—murmuró Harry rodando los ojos.
—¿Qué pasó?—preguntó Lily.
Harry se quedó en silencio.—No sé.
Los cuatro notaron como la rubia se paró en seco, se volteó y se comenzó a dirigir hasta Harry; una vez frente a él, lo golpeó con su bolsa.
—¡No seas mentiroso!—exclamó con indignación.
Harry estuvo a punto de responder pero Lily supo que tenía que intervenir en ese momento.
—Lo discutiremos en casa, aquí no.—sentenció Lily mirando a ambos.
Heaven resopló para luego dedicarle una mala mirada a su hermano.
James volvió a reír una vez más, pensando en cuanto los había extrañado.
Se detuvieron en el punto de Aparición y miraron parar a los Malfoy junto a ellos.
Narcissa caminaba como siempre, derrochando elegancia y con la mirada fija al frente, con la espalda recta y el mentón algo levantado. Por otro lado, Draco caminaba lentamente detrás de ella, con sus ojos fijos al suelo mientras daba cada paso.
Heaven lo miró y se dio cuenta de las enormes ganas que tenía de hablarle, pero se resistió. También, le llegó el arrepentimiento de no haberle dirigido la palabra durante el viaje.
Suspiró y miró hacia su familia. Estaba realmente feliz por ir a casa.
Cuando volvió a observar el punto de Aparición donde se posicionaron los Malfoy, lo último que vio fue como ambos desaparecieron en un espiral.
—Me sorprende que Narcissa Malfoy se dejara ver públicamente. Tenía meses sin verla.—comentó Lily.—Y eso, que antes del escándalo de Lucius en Azkaban, solía verla frecuentemente en la florería del Callejón Diagon.
—De hecho, en general, la gente ya casi no sale.—dijo James suspirando.
—Tienes razón.—concordó Lily.
—Es hora de irnos.—anunció James.
Debido a que los tres era aún menores de edad, no podían Aparecerse por si solos, así que la familia Potter tenía la perfecta dinámica. Lily se Aparecía con Harry; mientras que James con Heaven y Hazel.
Y esta ocasión, no fue la excepción.
Heaven cerró los ojos, y cuando los abrió, sabía que ya estaba en el Valle de Godric.
Aún sintiendo el remolino en su estómago debido a la transportación, dio pequeños brincos de emoción.
Caía nieve de manera ligera, lo cual era bastante usual pues las fechas decembrinas se distinguían por ello.
Había luces navideñas por el pequeño zócalo dentro de aquella comunidad mágica.
El punto de Aparición era frente a la estatua de Godric Gryffindor, junto al parque mágico donde Heaven pasó gran parte de su infancia con sus hermanos.
Unos segundos después, apareció Lily acompañada de Harry.
James rodeó con sus brazos a sus hijas y comenzaron la pequeña caminata hasta su hogar.
James encantó los equipajes de sus hijos para que levitaran por el aire, siguiéndolos. Fue el primero en acercarse hasta la puerta para abrirla.
Los tres entraron empujándose. Provocando las risas de los dos adultos, quienes esperaban a que cada quien realizara su típica rutina de regreso su casa.
Harry solía quitarse todos sus abrigos, dejándolos tirados junto al perchero. Hazel corría hasta la cocina, tomando un paquete de galletas saladas y dejar la basura regada por todo el lugar. Heaven se quitaba los zapatos, dejándolos también junto al perchero, y jamás llevarlos a su habitación.
Sin embargo, esta vez sus malas costumbres se vieron interrumpidas por la presencia de un pequeño y esponjoso gato blanco.
Hazel fue la primera en acercarse y tomarlo entre sus brazos.—¿Quién es?—preguntó con la voz más chillona que alguna vez habían escuchado.
Heaven se acercó, comenzando a acariciar la cabeza del pequeño gato.—¿Desde cuándo tenemos un gato?
—Se llama Winter, y desde hace unos días. No les dijimos porque queríamos que fuera una sorpresa.—dijo Lily con una sonrisa.
—Yo lo llamo Bolita.—murmuró James, con la intención de molestar a su esposa.
Lily suspiró exageradamente.—Iré preparando la cena.
—¿Quieres que te ayude?—preguntó Heaven, caminando detrás de Lily, hasta entrar a la cocina.
—No es necesario, cariño.—le respondió Lily con una sonrisa.
Heaven asintió, girándose en dirección del fregadero para ir a lavarse las manos y luego sentarse detrás de la barra dentro de la cocina.
Miró hacía la entrada y se dio cuenta como ahora era Harry quién sujetaba al pequeño gato en sus brazos.
Hazel entró a la cocina arrastrando los pies, sentándose al lado de Heaven, no sin antes lavarse las manos.
—¿Dónde lo encontraron?—preguntó Heaven.
—En las calles de Londres, estábamos haciendo unas compras y cerca del punto de Aparición en el centro de la ciudad, escuchamos sus maullidos.—comentó James mientras entraba a la cocina.
—¿No los vamos a quedar?—preguntó Heaven recostando su cabeza sobre la barra.
—Sí.—respondió Lily.
—Me recuerda a Snowy.—dijo Harry entrando a la cocina aún con el gato en sus brazos.
—A mi también.—concordó Hazel.
Harry dejó al gato sobre el suelo, dándole una pequeña última caricia para luego también lavarse las manos.
Tomó asiento junto a Heaven, al hacerlo, la rubia se reincorporó y con todas sus fuerzas lo empujó del banco.
Todos miraron hacia Harry, pues el sonido del impactó los había tomado por sorpresa.
—¿Qué haces en el suelo?—le preguntó James intentando no reírse.
—Se cayó.—se adelantó Heaven a decir.
Hazel se reía a carcajadas, mientras que Lily miraba a los tres con los brazos cruzados.
Harry se levantó gruñendo.—Eres increíble.—murmuró enojado en dirección de la rubia.
—Ya lo sé.—le respondió con una falsa sonrisa.
—Ahora si, pueden contarnos qué pasó.—dijo Lily antes de girarse a seguir preparando la cena.
Los tres adolescentes comenzaron a hablar y gritar al mismo tiempo. Provocando que ninguno de los adultos pudieran comprender alguna sola palabra.
—¡Hey!—exclamó James, logrando llamar la atención de los tres.—Hazel, tu primero.
Heaven y Harry rodaron los ojos.
Hazel miró a sus hermanos antes de hablar.—No sé con exactitud qué pasó. Todo estaba bien hasta la noche de la Gala de Slughorn. Malfoy irrumpió la fiesta, Harry salió tras de él y Heaven tras Harry. Y desde entonces están así.—intentó explicar lo más rápido que pudo.
—Harry me llamó estúpida.—acusó Heaven mirándolo fijamente.
Tanto James como Lily miraron a Harry de manera recriminatoria.
—¡Y me disculpé! En mi defensa, estaba bastante enojado y luego, no se que se trae que se cree la defensora de los Malfoy. Se la pasa defendiéndolos todo el tiempo.—exclamó Harry.
—¡Eso es falso! Solo han sido dos veces, y ni si quiera los defendí. Te dije que no podías sacar conclusiones a lo idiota solo por algo que escuchaste o viste.—dijo Heaven defendiéndose.
—Harry, por mucho que estés enojado, no tienes porque insultar a tu hermana. Eso no está nada bien. ¿De acuerdo? Debes aprender a controlar tus emociones y medir lo que dices. Piensa dos veces antes de hablar y de actuar. Lo digo por experiencia propia.—dijo James mirándolo seriamente.
—Ya lo sé.—miró a Heaven.—De verdad, lo lamento mucho, Vee.
Heaven entrecerró los ojos para luego dar dos golpes en el banco junto a ella, indicándole que podía sentarse allí.
—Así —hizo una pausa para señalarlos.—, queriéndose se ven más bonitos.—comentó James alzando las cejas.
Los tres rieron a la par.
—Ahora cuéntame, ¿qué pasa con el joven Malfoy?—cuestionó James
Heaven sintió una ola de nervios, casi exponiéndose a sí misma, pues por unos segundos, creyó que le había dicho a ella.
—¿Estás bien?—preguntó Hazel mirando a Heaven con el ceño fruncido.
Heaven asintió.—¿Por qué no estaría bien?
Hazel se encogió de hombros.—No lo sé.
—... y es por eso que creo que Malfoy es un mortífago.—fue lo único que Heaven escucho decir a Harry.
—Ahí vas con lo mismo.—refunfuñó la rubia.
—¡Escuchas! ¡Papá! Te digo que se la pasa defendiendo a los Malfoy.
—El día del accidente de Katie Bell...
—No fue un accidente.—murmuró Harry interrumpiéndola.
—Ese día, Malfoy tenía detención. Lo sé porque Teddy me lo dijo.—mintió, lo sabía porque él mismo le había dicho.
—¿Y eso qué?—preguntó Harry.
—Eso prueba que él no realizó lo de Katie Bell, lo cual lo tomas como si fuera una prueba.
—¿Qué hay sobre el hecho de que no va a clases? ¿Lo que escuché la noche de la Gala? Y luego te quejas de que te dicen...
—¡Harry!—lo regañó Lily.
Heaven volvió a tirarlo del banco.
—¡Heaven!—exclamó Lily.
—¿Por qué estás a la defensiva?—preguntó Harry desde el suelo.
—¿Por qué estás tan obsesionado con Malfoy?—contraatacó Heaven.
—De seguro, tu amigo Nott te ha dicho algo al respecto y por eso actúas así de rara. De seguro, tu amigo Nott también es uno. No me extrañaría debido a...
Heaven le arrojó el banco de madera encima.
Hazel reía mientras veía los rostros preocupados de sus padres.
—Es que de verdad tú solo hablas porque tienes boca. No sabes por lo que Teddy está pasando y me parece sumamente irrespetuoso que solo porque su padre esté en Azkaban creas que Teddy tendrá el mismo destino. Él no le haría daño ni a una mosca.
—Heaven tiene razón.—dijo Hazel.—No deberías ir acusando a la gente solo por su demás familia. No sabes por lo que podrían estar pasando. Antes eras más comprensivo. ¿Qué te sucedió, Harry?
El azabache miró a sus padres en busca de auxilio.
—Tus hermanas tienen razón...
—Es que ustedes no lo entienden. Quiero y necesito saber como detener todo esto. Solo quiero tener una vida donde tenga la seguridad de que podré pasar más tiempo con mi novia, con mis amigos, con mi familia, sin saber qué hay un mago Tenebroso detrás de mi y de todos aquí. No saben con el miedo con el que despierto cada mañana de saber que algo les sucedió a ustedes o a algún ser querido.
El silencio se hizo presente. Todos habían captado demasiado bien el mensaje que Harry daba a entender.
Heaven se sintió ligeramente culpable, suspirando se acercó a él, abrazándolo.
—Todo estará bien, Harry. Todos saldremos adelante y lo haremos juntos. Pronto todo habrá sido una terrible pesadilla. ¿De acuerdo?—alentó James mirando a su hijo.
Lily también se acercó.—Lamento tanto que tengas que pasar por todo esto, cariño.
Harry asintió sin poder decir algo más. Y de un momento a otro, había una familia abrazándose en medio de la cocina de alguna de las antigua casas en el famoso Valle de Godric.
Se separaron, cada quien regresando a su lugar habitual, decididos a dejar toda esa charla detrás.
—¿Cuándo iremos a la casa de los Weasley?—preguntó Hazel.
—Creo que hasta después de Navidad.—respondió Lily luego de murmurar un pequeño hechizo.
Hazel suspiró pesadamente.—¿Puedo decirle a Fred que venga?
James rodó los ojos.—Aún no, señorita. Tengo planeadas unas cuentas actividades familiares.
—¿De verdad? Yo había invitado a Marietta a pasar unos días aquí.
Heaven frunció el ceño.—¿Por qué yo no sabía eso?
—Porque nunca te veo fuera de clases. Ni idea a donde huyes. Porque ni las veces que he ido a la sala común de Ravenclaw te encuentro allí.
James miró a Heaven con una ceja alzada.—¿En donde andas, Heaven?
—¿Y con quién?—preguntó Hazel con una sonrisa burlona.
Heaven rodó los ojos.—Dando asesorías, con media casa de Gryffindor. McGonagall me castigó y me puso a dar asesorías.—bufó.
James rió.—Sigo sin entender como es que no te agrada Minnie.—dijo pinchándole la nariz a la rubia.
—Me detesta.
—No lo creo.—respondió James tomando una galleta de las que Lily había sacado del horno unos instantes atrás.
Sin embargo, la pelirroja golpeó la mano de James dándole a entender que aún no podía agarrar ninguna.
Los tres adolescentes rieron.
—La cena está lista. ¿Dónde quieren comer? ¿Aquí o en el comedor?—preguntó mirando a los tres.
—¡Aquí!
—Me da flojera ir al comedor.
—En el comedor.
Respondieron los tres a la par.
—Aquí será.—dijo James para luego murmurar un Accio, atrayendo dos bancos más.
Lily había hecho uno de los platillos favoritos de cada uno de sus hijos. Waffles.
Los de Heaven llevaban frutos rojos alrededor junto con una poca de miel. Los de Hazel y James eran simplemente con jarabe de chocolate. Los de Harry y ella llevaban miel y trozos de las galletas que recién había horneado.
Los cinco comenzaron a comer, no sin antes agradecerle a Lily.
—¿Entonces cuáles son tus planes?—le preguntó Hazel a su padre.
—Es secreto.—le respondió con una sonrisa altanera.
—¿Cuándo veremos a Remus y Sirius?—preguntó Heaven.—Los extraño.
—Yo también.—murmuró Harry.
—Vendrán mañana. Para terminar de poner el árbol de Navidad.
Hazel abrió la boca con sorpresa.—Con razón sentí que algo faltaba.
—Estábamos esperando que llegaran ustedes para poder ponerlo juntos.
—¿Desde cuándo tenemos tantas actividades decembrinas?—preguntó Heaven con cierta curiosidad.
En los años anteriores, sus padres solían tener todo listo. Y solían pasarla en casa de sus abuelos paternos. Sus hermanos y ella, apenas y salían de sus habitaciones.
James miró a Lily, los dos habían pensado en organizar bastantes convivencias familiares antes de poder soltarle la noticia a Heaven.
—Queríamos intentar algo diferente este año.
—Deja de estar de negativa.—resopló Hazel.
Heavens frunció el ceño.—No lo dije por eso. A mi me gusta, solo que me resultó extraño.
—Ravenclaw tenías que ser.—bromeó Harry.
—Creí que no era lo suficiente.—respondió Heaven mirándolo mal.
—Bueno, si ya terminaron de cenar. Deberíamos ir a ver alguna película.—comentó James mientras se ponía de pie.
Se cubrió los ojos con una de sus manos, mientras que con la otra señalaba a sus hijos.
—De tin marín de do pingüe.—el dedo apuntó a la rubia.—Te toca escoger, Vee.
Harry y Hazel se quejaron en el camino a la sala de estar.
James había conseguido un permiso por parte del Ministerio para poder instalar diversos electrodomésticos en el hogar de los Potter.
Toda la familia estaba algo familiarizada con los aparatos muggles, a excepción del teléfono. El cuál aún no terminaban de comprender.
Se sentaron en el sillón más grande.
Heaven miró a Lily entrar.—¿Segura que no quieres que te ayude a recoger?
Lily se acercó y dejó un cariñoso beso en la frente de Heaven.—No, se que están cansados por el viaje. Ya mañana regresaremos a lo normal.
Heaven sonrió y asintió. Se acercó a la pequeña colección de películas que tenían y tomó su favorita. Alicia en el país de las maravillas.
—¿Por qué escogiste esa?—preguntó Harry de mala gana.
—Porque es igual de aburrida que ella.
Heaven rodó los ojos.—A mi me gusta mucho.
—Está bien.—le sonrió James.—Hoy le tocó escoger a ella y se aguantan.—mencionó mirando al otro par.—Ponla, cielo. Yo aún no le entiendo mucho.—murmuró arrugando la nariz.
Heaven puso la película y caminó hasta el sofá sentándose al lado de su padre.
—Mamá no me dejó ayudarle.—murmuró recostándose sobre el pecho de James.
—A ninguno de ustedes tres los dejará ayudarla. Recién llegaron.—respondió James.
—¿Mañana podemos ir a comprarle sus flores favoritas?—preguntó Heaven.
—Claro que sí.—respondió James con una sonrisa. Sintiendo como otra cabeza se recostó sobre él.
Hazel también se había acurrucado junto a él. James sonrió y acarició la cabellera de ambas.
—Las extrañé mucho.
—Y nosotras a ti.
—Me siento altamente excluido.—musitó Harry.
—Nada de eso.—dijo Lily sentándose en el otro sillón junto a Harry, el cual se recargó en el hombro de su madre. Harry simplemente rió y se acomodó más.
No habían pasado ni treinta minutos cuando los tres jóvenes se habían quedado dormidos. Sus respiraciones eran más relajadas.
—¿Se durmieron?—preguntó Lily en un susurro.
James asintió lentamente.
Lily sonrió con cariño.—¿En qué momento crecieron tanto?
—No tengo ni idea.—respondió James con una sonrisa llena de nostalgia. Pensando en la infinidad de veces que había sucedido este escenario.
Los dos se encargaron de despertarlos y convencerlos de irse a sus respectivas habitaciones. Y así lo hicieron.
Murmurando débilmente un "buenas noches" los tres subían por las escaleras hasta sus camas.
James y Lily entraron a la cocina, recogiendo el desorden que se había formado.
—Los extrañaba mucho.—murmuró James.
—Yo también, sin ellos, hay mucho silencio.—dijo Lily riendo.
—Lily...
—¿Si?—respondió ante el llamado alzando la cabeza. Se preocupó al ver como los ojos de su esposo se cristalizaban.
—¿Crees que sea buena idea decirle?—preguntó con seriedad.—Hace un rato me preguntó que si podíamos ir a comprarte flores.—siguió hablando ahora con la voz temblorosa.
Lily sintió una opresión en el pecho y un nudo en la garganta.—No es cuestión si es una buena o mala idea. Debemos hacerlo. Es lo correcto y ya nos hemos tardado. Demasiado.
—Tienes razón.—suspiró mientras se tallaba los ojos.—Todo saldrá bien.—intentó convencerse a sí mismo.
—Ya verás que si.—murmuró Lily recargando una de sus manos sobre el hombro de James.—Heaven te ama demasiado. Estará algo decepcionada pero su amor por ti, sobrepasará todo. Y valorará mucho la honestidad.
James asentía lentamente. Lily tenía razón. Heaven valoraba mucho la honestidad, y mientras él fuera el encargado de decirle, no podría salir tan mal.
Sin embargo, no pensaban en qué pudiese suceder si se enterara por su cuenta.
Ni tampoco pensaban en que Harry podría haber estado escuchándolos detrás de la puerta.
***
sin editar
nota de la autora;
No tengo ni idea de donde ha salido tanta inspiración para actualizar tan seguido.
En fin, procederé a llorar.
De verdad no tienen ni idea de todo lo que se viene, lol. Así que prepárense 🧘🏻♀️
Espero que les haya gustado.
No puedo creer que está a nada de llegar a las 100k leídas, me voy a mear.
Muchas gracias por cada leída, por cada voto y por cada comentario. Todo significa mucho para mi.
Btw, subí una nueva fanfic de James, por si quieren ir a leerla <3
Les amo mucho
Francia 💐
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro