【 028 】
【 xxviii. what a day 】
《omnisciente》
La clase de Historia de la Magia estaba por concluir, el auxiliar del Profesor Binns —un alumno de séptimo que al parecer necesitaba créditos extra— le arrebató el pergamino a Heaven de su banca.
La rubia le dedicó una mirada furiosa, y para su suerte funcionó, pues le regresó el pergamino.
Lo mismo sucedió con los dos alumnos detrás de ella; Ron y Harry.
—¡No! Sí a ella le dan más tiempo, a nosotros también.—exigió el pelirrojo.
—Señorita Potter, entregue su examen.—exigió el profesor Binns.
Solo le faltaban tres preguntas para terminar su evaluación trimestral.
Heaven hizo una mueca, y se giró para mirar hacía atrás. Se indignó completamente cuando notó que Ronald Weasley le estaba copiando descaradamente de su pergamino; y por ende, Harry le copiada al pelirrojo.
Soltó un gruñido.—Maldita cabeza de zanahoria.—murmuró para si misma.
—Señorita Potter.—repitió el profesor Binns.
El alumno de séptimo también la miraba con frustración. Al parecer, traía algo de prisa.
—Solo cinco minutos más.—pidió Heaven.
—¡Sí! Solo cinco más.—concordó Ron con ella.
Heaven rodó los ojos, se volvió a girar y echó un vistazo al examen de Ron, le faltaban el doble de preguntas que a ella, y era claro que a Harry también.
Solo le faltaban tres preguntas. Si no las contestaba, no le podía ir tan mal. ¿O sí?
Heaven sacó su Gryffindor interior cuando se dejó llevar por el impulso de levantarse de su asiento, dejando su pergamino en el escritorio del profesor Binns. Pasando por alto al alumno de séptimo.
—Ya no necesito esos cinco minutos.—dijo en un murmuro, y justo cuando se giró, el auxiliar del profesor Binns se encontraba arrebatándole el examen a su hermano y luego a Ron.
Los tres, que eran los únicos que quedaban en el aula, recogían sus cosas, listos para salir de su última clase del día y del último examen del trimestre.
Una vez a fuera, Harry le jaló un mechón del cabello a su hermana. Heaven reaccionó dándole un golpe en el hombro.
—¡Lo entregaste!—se quejó Harry.
—Voy a reprobar.—lloriqueó Ron.
—Ustedes no me quisieron ayudar ayer en Herbología. ¿Por qué los ayudaría hoy?—se cruzó de brazos.
Harry se rascó la ceja.—Ayer nos copiábamos de Neville, por eso no te ayudamos.
Heaven rodó los ojos.—Ni modo.
—¡Deshonra! Eras mi última esperanza, Heaven. ¿Sabes cuánto tuve que convencer al profesor Binns para que me dejara retomar la clase?—dramatizó Ron mientras fingía llorar en el hombro de Harry.
Heaven chasqueó la lengua.—Igual, no me sabía las ultimas tres.—se encogió de hombros.
—A mi me faltaban seis.—dijo Ron reincorporándose.
—¿Qué?—exclamó Harry.—¡A mi me faltaron nueve! ¡Mamá me va a matar!
Heaven y Ron rieron, pues tan alejado de la realidad no era. Tal vez, James Potter no le tomaba tanta importancia a las calificaciones de sus hijos, pues él estaba consciente que eso no los definía, sin embargo, se sentía bastante orgulloso del éxito académico con el que Heaven había arrasado los años anteriores; por otro lado estaba Lily Potter, quién aunque no ponía ningún castigo o regaño, llegaba a molestarse cuando salían bajos, pues aunque no fuera lo más importante, las buenas calificaciones, a su parecer, eran un reflejo del esfuerzo y de la dedicación, cualidades que podrían ayudarte a tener un buen futuro.
Heaven sintió un nudo en el estómago, ella se había dado por vencida en el ámbito escolar, toda su vida había creído que era en lo único en lo que destacaba, y a veces lo seguía creyendo, pero estaba cansada del estrés ocasionado por el estudio.
No estaba orgullosa de haberlo dejado de lado, pues estas últimas evaluaciones no habían sido tan satisfactorias para ella a comparación de los años anteriores. Pero algo dentro de ella la agobiaba tanto como para querer sobresalir.
Recordó la pregunta que Draco Malfoy le había hecho unos días atrás.
¿En dónde había quedado la Heaven Potter perfecta? Y a decir verdad, ni si quiera ella lo sabía. Solo esperaba que sus padres no mencionaran nada al respecto cuando notaran que había bajado sus calificaciones.
Hazel se acercó a ellos, llegando de la nada, se abalanzó sobre Ron, abrazándolo por detrás.
—¿Cómo les fue?—preguntó con suavidad.
—No me quejo.—murmuró Heaven.
—Yo tampoco.—dijo Ron.
—Mamá me colgará de la vieja casa de árbol.—dijo Harry algo irritado mientras se tallaba los ojos por debajo de sus anteojos.
Hazel rió.—Y yo le ayudaré a hacerlo.
—¿Qué haces por aquí? Creí que ya estarías arreglándote para la Gala de Slughorn.—le preguntó Heaven, alzando una ceja.
—Que bueno que tocas ese tema.—Hazel sonrío exageradamente.
—Ay, no.—murmuró Heaven.
—Mamá mandó unos lindos vestidos para que podamos escoger, el problema es que también mandó aretes y olvidé tomarlos. Así que de seguro Hedwig los sigue teniendo.
—¿Y dónde está Hedwig?—preguntó Harry sobre su querida lechuza.
—En la Lechucería.—respondió Hazel con obviedad.—Y tú... —se giró sobre sus talones, apuntando a la rubia.—Irás por ellos.
—No.—respondió Heaven.—Huele horrible allí arriba.—Ron rió.—Aparte, no voy a subir a la Torre Oeste y luego bajar a la Sala Común de Gryffindor, estás loca.
—Por favor. —pidió Hazel.
—No.
—¡Heaven! No quiero subir, me duelen los pies.—chilló Hazel.
—No me importa.—le respondió Heaven.
Harry y Ron reían, al parecer la pequeña discusión entres las jóvenes, los entretenía.
—Bueno, cambio de plan.—exclamó la pelirroja.
—Te escucho...
—Llevaré todo a tu dormitorio... y allí nos vemos.—se apresuró Hazel a decir antes de salir corriendo.
—¡No! ¡Janessa!—gruñó Heaven.
Ron y Harry reían a carcajadas.
—No puedo creerlo.—bufó Heaven
Harry hizo una mueca.—Ni modo, el karma es una perra.—se burló de su hermana.
Heaven entrecerró los ojos.—Te odio.
Harry sonrió con satisfacción.—Siempre un placer.—dijo mientras hacía una reverencia.
—Heaven, te acompaño a la Lechucería, también tengo que ir.—comentó Ron, sacando un sobre de su mochila.—Es para mamá.—murmuró avergonzado.
—Está bien.—aceptó Heaven finalmente.
Ambos se despidieron temporalmente de Harry, y emprendieron su camino a la Lechucería.
En momentos como estos, donde la joven rubia tenía que caminar por todo el Colegio, se cuestionaba si de verdad le gustaba estudiar allí.
Durante su camino a la Lechucería, Heaven y Ron hablaron sobre temas no tan relevantes, recordaron la vez en la que Harry se había tropezado subiendo a la Torre y había caído frente a Cedric Diggory en su cuarto año. En aquel entonces, los amigos y las hermanas de Harry solían vacilarlo con aquel chico de cabello dorado que desafortunadamente había perdido la vida a manos de Peter Pettigrew por órdenes de Lord Voldemort durante el Torneo de los Tres Magos, aunque en aquella ocasión habían sido cinco participantes.
Cuando por fin llegaron, Heaven agradeció a todas las deidades mágicas —y no mágicas— por haber terminado de subir la Torre.
—Necesito mejorar mi condición física.—murmuró Ron entre jadeos ocasionados por el cansancio.
Heaven rió.—¡Pero tú juegas Quidditch! Yo ni eso, y no me cansé tanto.—murmuró entre risas.
Ron rió junto a ella.—Bueno, pero tú eres de Ravenclaw, estás acostumbrada a subir muchísimas más escaleras a diario que yo.
Heaven sonrió de lado.—Buen punto.
Ambos entraron a la par a la Lechucería, Heaven arrugó la nariz al instante, detestaba el olor de aquel lugar.
La rubia observó a Ron identificar a su lechuza de manera rápida.
Pigwidgeon había sido un regalo de parte de Sirius para Ron. Era una lechuza más pequeña de lo habitual, lo cual solía llamar la atención de los demás pues era bastante adorable.
Ron frunció el ceño y se acercó a Heaven, quien aún seguía con la nariz arrugada e intentando localizar a Hedwig.
—Mira, esto es para ti. De parte de George... y Fred, creo.—le tendió un pergamino.
Heaven frunció el ceño pero lo tomó, lo miró por el suficiente tiempo como para darse cuenta que se trataba de un vociferador.
Ni si quiera lo había escuchado y ya estaba al borde de las risas.
—Gracias.—le agradeció suavemente.
Ron se encogió de hombros restándole importancia.
Mientras Heaven curioseaba el sobre entre sus manos, observó a su alrededor, dándose cuenta que no había tantos alumnos allí, y era bastante obvio. Las vacaciones estaban a tan sólo tres días de comenzar, el intercambio de cartas entre los alumnos y sus familiares no eran tan necesarias o relevantes como el resto de los días.
—¡Mierda!—exclamó Ron, ocasionado que Heaven se sobresaltara. El pelirrojo no pudo evitar reírse ante la reacción de la rubia, y luego de reír unos segundos, dijo: —Olvidé que tenía una reunión de prefectos con Hermione y los demás de Gryffindor. ¿No pasa nada si me voy?
Heaven negó con la cabeza.—Está bien, no pasa nada.
Ron le agradeció con una sonrisa y salió despavorido por la entrada de la Lechucería.
Heaven pensó por unos segundos que había estado fallando constantemente en sus deberes como prefecta de su casa; y se sorprendió al darse cuenta que Anthony no la había acusado. Supuso que era la culpa que carcomía al pelinegro.
Se dio la vuelta y por fin localizó a Hedwig en una de las "jaulas" —aunque no lo eran, pues no tenían rejas, y las lechuzas eran libres de entrar y salir— se acercó y acarició su plumaje lentamente.
Tomó las dos pequeñas cajas de los pendientes, dejó otra pequeña caricia en Hedwig y se dio la media vuelta para salir del lugar.
Una vez fuera, suspiró suavemente. El olor de la Lechucería por fin se había marchado de sus fosas nasales, aunque no del todo.
Se acercó al balcón de la Torre, la vista era preciosa. Sintió el aire en cada parte de su rostro de manera relajante.
Solo quedaban casi tres días más y sería libre por un par de semanas. Pero no todo puede ir tan bien. ¿Cierto?
Guardó las pequeñas cajas en su túnica y tomó el vociferador con fuerza, recargando sus brazos en el barandal de concreto, parte de la estructura del Colegio.
Abrió el sobre con una pequeña sonrisa, sin estar tan segura de que esperar.
¡Hola, cielito! ¡Hola, Vee! Te mando- te mandamos... ¡George que patético eres! ¿Yo? ¡Tú eres el que se peleó con su novia por el color celeste por si era más verde o más azul! ... ¡Cierra la boca! ... Bueno, bella Heaven como te decía... Ojo con el "bella Heaven" Te llaman Romeo, Georgie... ¡CÓMO DECÍA! A Fred y a mi se nos ocurrió una grandiosa idea que ya te contaremos cuál es pero para poder hacerlo necesitamos un permiso extraño del Ministerio. ¿Crees que tu padre, James conozca a un tal Vladimir Skirev? Te preguntamos a ti porque eres nuestra Potter favorita del momento... Obviamente no porque Hazel se enojó con Fred y no queríamos hablarle al baja novias, o sea, a tu hermano. ¡Como sea! Espero que lo escuches pronto, cielito- ¡TE QUEREMOS! Bueno, Georgie más de lo que debería- ¡Falso! ¡Cállate! ¡No, tú cállate! ¡No le creas! ¡Adiós, Vee! Dile-a-Hazel-que-la-amo. ¡Nos vemos pronto!
Heaven rió ligeramente, en definitiva, los gemelos le agradaban bastante. Y siempre había sido así. Aunque jamás habían sido tan cercanos hasta que Hazel y Fred comenzaron a salir oficialmente. Y si había alguna palabra para describirlos sería caos. Pero eran un caos divertido, agradable y simpático.
—¿De qué tanto te ríes, Potter?—preguntó una voz masculina bastante familiar.
Heaven se giró sobre sus talones. Y allí estaba él, Draco Malfoy, con su traje negro, su sonrisa burlona y peinándose su rubia cabellera.
La cantidad de veces que ahora se lo topaba por el colegio comenzaba a ser bastante sospechosas.
—De un vociferador de los gemelos.—le respondió simplemente.
—¿Las fotocopias?—Draco frunció el ceño.
Heaven negó con la cabeza entre risas.—¿Por qué a todos les pusiste apodos ligeramente graciosos y simpáticos y yo solo soy Potter rubia?
—Porque eres la Potter rubia.—respondió con obviedad alzando las cejas con diversión.
Heaven entrecerró los ojos.—¿No se te cansó el cerebro al elegirlo?
Draco rió.—Un poco.—pausó.—¿Cómo quieres que te llame? ¿Vee?—preguntó burlonamente.
—Llámame como quieras.—le respondió chasqueando la lengua.
—Está bien, Potter rubia.—dijo Draco suspicazmente.
Heaven rodó los ojos con cierta diversión.
—¿Qué haces aquí? Últimamente parece que me sigues por todo el Colegio.—preguntó Heaven.
Draco arrugó la nariz.—Si, claro. Eso desearías. De hecho, él que me persigue por todo el Colegio es tu hermano.
—Está enamorado de ti.—bromeó Heaven y Draco puso los ojos en blanco.
—No te dediques a la comedia, por favor, te morirás de hambre.—dijo Draco intentando sonar lo más serio posible, pero no pudo evitar reírse ante la mirada de indignación de la rubia. Heaven lo golpeó suavemente en el hombro mientras reían.—La verdad, es que vine a dejar una carta para mi madre.—comentó Draco un par de segundos después.
Heaven miró en dirección a la mano de Draco, ciertamente traía un sobre amarillento. Intento leer pero solo alcanzó a distinguir una "I" mayúscula.
—¿Irás a la Gala de Slughorn?—le preguntó Draco, metiendo el pergamino en el bolsillo de su pantalón.
Heaven sacudió la cabeza.—Sí.—respondió suavemente.
—¿Irás con alguien?—preguntó Draco intentando sonar lo más desinteresado posible.
—Iré sola.—dijo Heaven encogiéndose de hombros.
Draco frunció el ceño con sorpresa.—Oh, pues es una lástima.
—No es para tanto, es sólo la estúpida gala. Si no fuera porque para mi madre significa bastante, ni si quiera iría.—murmuró chasqueando la lengua.
Pero si era algo que le molestaba. Todos habían conseguido pareja a excepción de ella y aunque no era algo que la mortificaba, tampoco era una situación de su completo agrado. Pero jamás lo aceptaría en voz alta.
—¿Tú asistirás?—le preguntó Heaven, intentando desviar el tema.
Draco arrugó la nariz.—No, nadie me invitó.—dijo soltando un suspiro que Heaven encontró algo dramático.
Heaven soltó unas risas.—Creí que asistirías con tu amiga Eloisse.
—Bueno, resulta que está bastante interesada en una Hufflepuff como para haberme invitado.—bufó Draco.—Eloisse tiene algo con los alumnos de Hufflepuff, lo juro.
Heaven rió.—Igual, no creo que te pierdas de mucho. Para serte honesta, Slughorn no me agrada.
Esta vez, Draco fue quien rió.—A mi tampoco.—dijo y luego de una pausa, continuó hablando.—Pero si me apetecía asistir, al final, es una fiesta de navidad. Sería una buena distracción. Si tan solo un alma generosa se animara a invitarme.—concluyó cerrando los ojos de manera dramática.
El problema después de ello es que Heaven consideró invitarlo. La idea apareció tan rápido como se desvaneció.
¿Sería capaz de asistir a la gala con Draco Malfoy? ¿Qué le diría a Harry y Hazel? ¿Qué dirían Harry y Hazel?
Heaven desde que comenzó a interactuar más con el rubio platinado de Slytherin, solía olvidar de quien se trataba. Era Draco Malfoy. Y por alguna razón, había entablado una rara amistad con aquel joven.
Lo cuál era un gran dilema. Aunque no lo pareciera.
Ni si quiera se había tomado la molestia de informarle a sus hermanos —ni si quiera a sus amigos— de que había desarrollado una amistad con él. Con Draco.
Y si había algo que Heaven odiaba, era dar explicaciones.
Ni siquiera quería pensar en cómo Hazel y Harry se pondrían, aún más, cuando el par tenían sus sospechas sobre el rubio siendo parte del bando de Voldemort. O simplemente por el hecho de ser él, Draco Lucius Malfoy.
El infame alumno de Slytherin que se había encargado de hacerles la vida imposible desde el primer año.
Pero aún así, y por alguna razón que Heaven se rehusaba a aceptar, si quería invitarlo.
La rubia no había notado lo absorta que había quedado en sus pensamientos, pues se sobresaltó cuando Draco la tomó del hombro.
Heaven frunció el ceño, abrió la boca para decir algo pero Draco fue más rápido y la interrumpió.
—Era una broma.—dijo riendo.—No tenías que sobre pensarlo tanto.—resopló.—Merlín, Heaven, eres demasiado Ravenclaw.
—No es eso, de hecho...
—Porque, es decir —Draco la interrumpió una vez más.—, ¿qué dirían San y Santa Potter?—rodó los ojos.—Aparte, que gran escándalo sería una Potter y un Malfoy.—dijo mientras su voz comenzaba a disminuir de volumen.
La mano de Draco se deslizó hasta encontrar la de Heaven, para luego comenzar a trazar la palma de su mano con las yemas de sus dedos.
Heaven sintió un ligero cosquilleo por todo su cuerpo al sentir el contacto del rubio, así como también sintió como se sonrojó ligeramente.
Miró hacía donde todo estaba sucediendo y enroscó su mano alrededor de la de Draco.
Ambos alzaron la mirada a la par, con sus ojos encontrándose.
—Draco, escúchame...
—Y bueno, supongo que si vas sola es por alguna razón, debes tener opciones más interesantes que yo.—murmuró Draco.
Heaven lo miró con confusión.—Draco...
El rubio se soltó de manera brusca y dio un paso hacia atrás.—Deberías irte, se te hace tarde.—le dijo sin siquiera mirarla a los ojos.
Draco pasó por su lado, adentrándose a la Lechucería.
Heaven lo siguió con la mirada. ¿Qué mierda acaba de suceder? Y peor aún, ¿por qué se sentía tan abrumada?
¿Qué está mal conmigo? Se preguntó a si misma antes de comenzar a dirigirse a su dormitorio.
Heaven caminaba por el Colegio aún con confusión. Miraba su mano izquierda, aún sintiendo las yemas de Draco recorrer por la palma de su mano.
Así como también seguía procesando lo sucedido en la Torre Oeste.
Draco Malfoy siempre había sido un tipo de acertijo, fácil de responder pero imposible de comprender.
Y esta ocasión, lo volvía a confirmar.
¿Acaso Draco sentía algo por ella? Heaven sacudió la cabeza.
Quiso reír ante la estúpida pregunta que se había formulado dentro de su mente. Eso era imposible.
Pero ¿y si fuera cierto?, ¿ella cómo se sentiría al respecto?
Cerró los ojos. No tenía porque pensar en ello, porque era solo una tonta idea. ¿Pero y si...?
—No, ¿en qué estás pensando, Heaven Potter?—se preguntó a si misma.
Al abrir la puerta del dormitorio, no se sorprendió al ver a Hazel y Marietta riendo.
Era una escena difícil de asimilar, pues jamás se habían llevado tan bien. Y por un segundo olvidó que Marietta ya no era solo su mejor amiga, sino que ahora, también su cuñada.
—¿Por qué tardaste tanto?—preguntó Hazel, mirándola de reojo mientras Marietta terminaba de maquillarla.
Heaven sintió un nudo en su estómago.—Nada importante.—mintió.
Su amiga, Marietta, la miró con cierta preocupación en sus ojos.—¿Estás bien, Vee?
Heaven se encogió de hombros.—Solo estoy abrumada.—recostándose sobre su cama.
Una vez más, mirando su mano, y trazando con sus dedos, donde Draco lo había hecho unos minutos antes.
—¿Fred y tú se pelearon?—preguntó Heaven sin dejar de hacerlo.
Hazel rodó los ojos.—Por la estupidez más grande del mundo.
Heaven ahogó una risa.—El color celeste es más azul que verde.
Hazel alzó una ceja.—¡Verdad!
Ambas rieron.—¿Cómo te enteraste?
—George me mandó un vociferador.—murmuró mirando a Marietta de reojo.
La morena se reincorporó y miró a Heaven.—¿De verdad? ¿Qué te dijo? ¿Está bien?
Heaven también se reincorporó y se sentó.—Sí, me contó algo sobre un nuevo proyecto para Sortilegios Weasley y supongo que si esta bien.
Marietta sonrió.—Me alegro mucho.
—¿Por qué terminaron exactamente?—preguntó Hazel.
Marietta miró al par de hermanas.—Creo que no éramos las personas con las que queríamos estar.
—Suele suceder.—murmuró Heaven.
—La verdad yo nunca comprendí su relación, incluso Heaven y él tenían más química siendo amigos que ustedes estando como novios.—Hazel abrió los ojos con exageración al darse cuenta de lo que había dicho.—Ay, perdón. A veces no pienso lo que digo.
Heaven hizo una mueca, mientras que Marietta rió.
—No pasa nada, no dijiste nada que no fuera verdad.—dijo mirando a Heaven de reojo.
—Yo no estoy de acuerdo con ello. Solo era papá intentando emparejarnos. Pero ambos, George y Fred, siempre han sido muy buenos amigos para mi, y solo eso.—bufó Heaven.—Aparte, en ese entonces, a mi me gustaba Anthony.—terminó de decir, fingiendo una arcada.
Marietta y Hazel rieron.
—La verdad, yo estoy feliz que estés con Harry, hacen linda pareja.—le mencionó Hazel a Marietta.
—Gracias.
Heaven miró a Marietta.—Yo también pienso lo mismo. Jamás había visto a Harry tan feliz. Y a ti tampoco. Eso me vuelve muy feliz a mi.
Marietta le dedicó una cálida sonrisa.—Que tú pienses y digas eso, significa mucho para mi.
Heaven se levanto de la cama y abrazó a su amiga de lado.—Te quiero mucho, Marie.
—Yo más.—le respondió la morena recostándose en el hombro de la rubia.
Heaven se había decidido por un vestido formal suelto, este tenía las mangas sueltas de tul delgado y suave, esparciéndose con sencillos holanes por los hombros y brazos sin llegar al antebrazo. Mientras que en la parte del torso se acoplaba a su figura, resaltando su cintura, pues es la parte más ajustada del vestido. Caía poco a poco con más tul y holanes sencillos hasta llegar por encima de sus tobillos.
Después de terminar de arreglarse completamente, Heaven se giró hacia Marietta una vez más. Pues le había ofrecido que fuera como su acompañante, debido a que Harry asistiría con Luna Lovegood.
—¿Estás segura? Aún queda tiempo.—le volvió a insistir.
—Segurísima. Ya te dije que tengo cólicos y no tengo ánimos para fiestas.—le aseguró la morena.
Heaven le sonrió.—De acuerdo.
—Ahora ve y consíguete un novio.—animó Marietta.
—Para eso, mejor me quedo.—bromeó Heaven y se giró para salir de su dormitorio.
Bajó hasta la entrada de la sala común, donde ya se encontraban Hazel y Ron, junto a Luna y Harry.
—Te ves muy bonita, Heaven.—halagó Luna.
—Gracias, tú igual.—le sonrió.
—Hasta pareces que te bañaste.—bromeó Harry.
—Tú ni eso.—le respondió Heaven riendo.
Al llegar, los cinco se miraron entre sí. Y como si se hubiesen leído la mente, entraron a la par.
Había bastante gente, más de la que Heaven pudo haber imaginado, pues el lugar no era tan espacioso.
Por unos segundos, se arrepintió de haber asistido. Sin embargo, en cuanto distinguió a Theodore Nott acomodándole la corbata a Blaise Zabini a medio salón, pensó que no había sido tan mala idea.
Se acercó a ellos con una sonrisa.
—¡Potter!—le saludó Blaise.
Heaven le sonrió.—Hola, Zabini.—lo saludó con un beso en la mejilla.
—Llámame Blaise.
—Llámame Heaven.
Ambos rieron. La rubia se giró hacia a Theo, regalándole un cariñoso abrazo.—Te ves demasiado guapo.
—Dime algo que no sepa.—bromeó Theo.—Tu también te ves hermosa.
Heaven arrugó la nariz.—Creí que había menos gente.
—Nosotros también.—habló Theo por ambos.
—¿Con quién vienes?—cuestionó Blaise con cierta curiosidad.
—De hecho, vengo sola.—dijo Heaven intentando no sonar tan desanimada.
Theo le pasó un brazo por los hombros.—Puedes quedarte aquí con nosotros, no tenemos ningún problema.
—Así es.—concordó Blaise.
Heaven sonrió no tan convencida. Sin embargo, después de unos minutos charlando y conviviendo con la pareja, comenzó a sentirse más cómoda.
Entre risas, Heaven distinguió como el profesor Slughorn llevaba a Hazel y Harry por todo el lugar, presentándolos a media fiesta.
—Míralo, te dije que me detesta.—murmuró Heaven mientras bebía un sorbo de whiskey de fuego.—Yo también soy Potter, debería estar allí.
Blaise rió.—¿De verdad lo quieres?
Ambos chicos miraron a la rubia.—No, en realidad, no. Pero parece ser la única manera en la que la gente recuerda que yo también soy una Potter.—resopló mientras dirigía su mirada al vaso.
Blaise y Theo se miraron, sin embargo, antes de que pudiesen decir algo reconfortante, Heaven los interrumpió.
—Perdonen, creo que ya bebí demasiado.—murmuró dejando el vaso sobre la mesa.—Enseguida regreso.—dijo para luego atravesar al otro lado del salón, justo donde Hazel y Harry hablaban en susurros.—¿Sucede algo?
—Snape me acaba de decir que Dumbledore se ha ido y regresará hasta después de Navidad.
—¿Y eso es importante por qué...?
—Es justo lo que le estoy preguntando.—se quejó la pelirroja.
Harry gruñó.—Mañana les explico.—murmuró para luego mirar a Heaven, y luego de hacerlo por unos segundos, sonrió con diversión.—¿Estuviste bebiendo?
—Deja de estar de metiche.—le respondió Heaven con desdén.
—A papá no le gusta que lo hagamos... y es la segunda vez en este trayecto del curso en el que...
—Mejor me voy.—murmuró Heaven.—No estoy de humor para tus reflexiones.—dijo dándose la vuelta pero había chocado contra alguien, perdió ligeramente el equilibro, sin embargo, aquella persona la sostuvo por la cintura.
—Perdóname, Heaven, ¿estás bien?—le preguntó Roger Davies, también un alumno de Ravenclaw, un año mayor que Heaven.
—Si, gracias.—le sonrió.
Roger Davies la soltó y la miró ligeramente avergonzado.—Perdón yo, más bien, tú te ibas a caer y...
—No pasa nada. Gracias por no dejarme hacer el ridículo.
Ambos rieron, pero su momento fue interrumpido por Argus Filch, quien irrumpió la fiesta arrastrando a un enfurecido Draco Malfoy.
—¡Quítame las manos de encima, maldito Squib!—exclamó Draco.
Todos los presentes en la reunión guardaron silencio. Heaven miró a Theodore con confusión por lo que el castaño se encogió de hombros.
La mirada de Draco cayó en Heaven, quien para su mala suerte había quedado justo frente a él.
La rubia sintió sus mejillas arder, pues no estaba segura si había sido por las bebidas que había ingerido durante la noche o porque había logrado distinguir el fantasma de una sonrisa en las comisuras de los labios de Draco al verla.
Desvió la mirada cuando Roger la jaló hacia al lado, permitiéndole al profesor Slughorn acercarse al inesperado y desagradable espectáculo.
El rostro de Draco decayó al ver al joven Ravenclaw junto a Heaven.
Heaven al darse cuenta de aquello, involuntariamente se alejó del chico que se encontraba junto a ella.
—Profesor Slughorn, he encontrado a este merodeando por los pasillos, aclamando haber sido invitado a su fiesta.—acusó el conserje.
Heaven miró a Draco, y sus ojos se encontraron por un segundo. El alcohol que recorría en su sistema le dio el valor para dar un paso al frente para decir que Draco era su invitado, y poder ayudarlo a salir de allí.
Sin embargo, Draco al notar sus intenciones, se soltó bruscamente del agarre del conserje y dijo:
—¡Está bien! ¡Mentí! Quería escabullirme a la fiesta.—resopló.
Slughorn asintió sin darle mucha importancia.—¡Es navidad! No pasa nada, disfruta...
—Yo lo acompañaré afuera.—interrumpió el profesor Snape.
—Claramente, profesor.—respondió Draco rozando la ironía en su oración.
El ambiente volvió a la normalidad. Heaven estaba segura que algo no estaba bien, buscó a Harry con la mirada, y se dio cuenta que el azabache había decidido seguir a Draco y Snape.
Heaven resopló.—¿Por qué no me pudo tocar un hermano más cuerdo?—preguntó en voz baja.
—¿Qué dices?—le preguntó Roger Davies, quien seguía a su lado.
—Nada...—le respondió avergonzado.—Ahora vuelvo.—le mencionó antes de salir tras su hermano.
Al salir del lugar donde se estaba llevando acabo la fiesta, se quitó sus tacones, ya que estaba algo cansada de utilizarlos. Aunque se arrepintió repentinamente al sentir el frío pisó contra la planta de sus pies.
Siguió a Harry de manera sigilosa y a no tanta larga distancia, lo maldijo un par de veces hasta que llegó a un pasillo, parándose detrás de él.
—¿Qué crees que haces?—le preguntó en un grito ahogado.
Harry se sobresaltó y la miró mal.—Cállate.—le respondió de mala gana.
—Harry, de verdad que tu obsesión por Dra- Malfoy, comienza a ser sospechosa.
—Shhh.—la calló una vez más.
Heaven rodó los ojos y se recargó contra la pared.
—Tienes miedo, Draco.—se escuchó la voz del profesor Snape.—Intentas ocultarlo pero es bastante claro. Draco, yo puedo ayudarte...
—¡No necesito de su ayuda! ¡Necesito que me deje en paz!—esta vez había sido la voz de Draco.
Las voces cesaron y luego de unos segundos, Harry decidió hablar.
—Estoy seguro que Draco Malfoy es un mortífago.—murmuró Harry limpiando sus anteojos.
Heaven arrugó la nariz.—Lo que escuchamos no significa nada, Harry...
—¿Acaso eres tan estúpida? Pareciera que lo Ravenclaw lo tienes de adorno. ¿No se supone que deberías ser más inteligente?—preguntó frustrado.
Heaven había estado lo suficiente sensible en ese momento, y bastó para que las palabras de azabache la hicieran sentirse mal, sintió sus ojos cristalizarse.—Eres un idiota, Harry.—murmuró con la voz quebrada, lista para darse la vuelta y salir de allí.
—No, espera, Heaven, no lo quise decir con esa intención, es que no lo entiendes estoy harto de todo eso y si Malfoy es lo que creo que es, ayudaría a saber cuáles son los planes de Voldemort para poder acabar con él.
—Y no por eso puedes tratarme así de mal, eres un imbécil.—repitió y salió enfurecida con dirección a su dormitorio.
Vaya día que había tenido.
***
sin editar
nota de la autora;
dejen sus opiniones del
capítulo aquí o fake ——>
Estamos tan cerca de las 100K que quiero llorar
perdón si tiene errores, pero ando media dormida y me dio flojera releerlo para editarlo.
stan dreaven for clear skin
falta súper poquito para que termine el primer acto 🙈🙈🙈
BTW JAKAKSKAA sabían q shippeo a george con Heaven? 🙈🙈🙈 lo soñé y desde ahí no puedo parar JAJAJAJASJSJ
en fin
all the love
Francia 💘
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