【 022 】
【 xxii. too soon 】
《omnisciente》
Era un lunes por la tarde, recién había terminado de darle las asesorías a un slytherin de tercer año. McGonagall lucía menos enojada con ella y parecía acceder a quitarle el castigo.
Sonriendo debido a ello, Heaven Potter caminaba bastante abrigada en dirección del campo de Quidditch, pues un alumno de gryffindor -calculaba que era de segundo o tercer año- le dio el recado que su hermana Hazel, la estaba esperando allí.
No tenía ni idea de porqué había sido llamada con tanta necesidad, sin embargo, accedió sin rechistar.
Mientras iba concentrada en llegar rápido, pensó en que Marietta había tenido razón, la gente pareció olvidar el asunto del viernes anterior en el transcurso del fin de semana. Aunque si seguía recibiendo miradas juzgadoras, habían disminuido en gran cantidad.
Tal vez, porque la nueva notica en el colegio era la confirmación de la relación entre Ron Weasley y Lavender Brown. Todos estaban asombrados, pues todos creían que el último varón de los Weasley terminaría junto a Hermione Granger.
Pero algunas cosas resultaban extremadamente sorprendentes.
Al llegar miró con lastima a los integrantes del equipo, siendo reprendidos por Hazel.
—¡Así no, pedazo de inútil! ¡McLaggen, juro por Merlín que vuelves a fallar una vez más y te sacaré del equipo! ¡Harry! ¡Me vale mierda sólo ser la co-capitana, si vuelve a fallar lo sacaré! ¡Ron deja de ver a tu novia! ¡Harry! ¡Maldito miope! ¡La snitch acaba de pasar por tus narices, imbécil! ¡Deja de pensar en Travers!
Heaven soltó una risas, llamando la atención de su hermana quien la miró sonriendo inocentemente.
—¡Estás aquí!—chilló con emoción.—Creí que no vendrías, hace mucho frío.
—Ugh, ya sé. Pero entendí que era importante.
—En realidad solo es algo que escuché y te quería preguntar.
Heaven la miró mal y la golpeó en el hombro.—¡Hazel!—se quejó.—De haber sabido me hubiera ido a mi habitación a dormir.
Harry bajaba en su escoba, acercándose a su par de hermanas.
—¿Qué haces aquí? ¡Hoy es mi turno de dirigirlos! Regrésate.—le dijo empujándolo bruscamente.
Harry rodeó a Hazel aún arriba de la escoba, posicionándose al lado de Heaven.
—¿Ya hablaste con Marie?—preguntó el azabache aún dando vueltas en su escoba mientras Hazel le lanzaba golpes cada vez que pasaba por su lugar.
Heaven negó con la cabeza mientras arqueaba una ceja.—¿Marie?
Hazel hizo una mueca de asco para luego fingir una arcada.—Primero que todo, ew. Segundo, ¡Vete a tu lugar, o también te sacaré del equipo!
—No puedes—se burló Harry.—Recuerda que por mi eres co-capitana.
Hazel rodó los ojos y le mostró el dedo de en medio.
—¿Por qué McLaggen está en el equipo? Creí que no había quedado.—murmuró Heaven.
Los tres miraron al rubio que se burlaba de Ron ocasionando que Ginny le lanzara una bludger para provocar que McLaggen se tambaleara en su escoba.
—Está reemplazando a Katie Bell, no creas que nos encanta la idea, pero peor es nada.—dijo Harry frunciendo los labios.
—¡Regresa a tu jodido lugar, cuatro ojos!—refunfuñó Hazel una vez más mientras intentaba golpearlo.
Harry esquivó su golpe y la volvió a rodear.—Por favor, habla con ella.—le dijo a Heaven.
—Mejor cállate y regresa a jugar.
Harry bufó.—Heaven...
—¡Por Merlín, Harry! Heaven aún no está lista para hablar con su amiga, aparte, es problema de ellas, no tuyo. Así que cierra el hocico o te arrojaré de la Torre de Astronomía.—bramó Hazel con desesperación.
Harry rodó los ojos y se alejó volando.
—¿Ya te he dicho cuánto te amo?—dijo Heaven riendo.
Hazel le sonrió.—No, pero si sé cuanto lo haces.—respondió con una sonrisa superficial.
Ambas rieron y miraron hacia arriba. Ginny recién acababa de lanzar una Bludger hacía Harry, quién apenas la esquivó.
—No te vi.—le dijo la menor de los Weasley con una falsa sonrisa.
Harry la miró horrorizado. Mientras Heaven y Hazel reían.—¡Ginny, te amo!—exclamó Hazel en un grito.
Ginny miró a ambas hermanas Potter con una sonrisa y se cambió de posición.
Hazel volvió a mirar a su hermana rubia.—¿Qué te iba a decir?
—Si tú no sabes, yo menos, Hazy.
La pelirroja miró a su alrededor como si intentara recordar algo.—Hoy le tocaba entrenamiento a Ravenclaw.
—¿De verdad? Cómo no se nada sobre esto...—dijo Heaven mientras señalaba todo el campo con su índice.—No tenía ni idea. ¿Tienen algún partido antes de las vacaciones?
—Sí, por eso estamos practicando, pero eso no es importante. Cancelaron su práctica y como éramos el segundo equipo en la lista, estamos aquí.
Heaven frunció el ceño.—¿Y eso es importante por qué...
—Se canceló porque al parecer Goldstein se lastimó. Y como es el capitán del equipo, deben reemplazarlo para poder tan si quiera practicar.
—Oh, no sabía. Aunque sigo sin entender por qué es tan relevante...
Hazel la miró con recelo.—Se dice que su escoba tuvo un fallo. Y al parecer estaba llena de hechizos para que ese imbécil saliera herido si o si. ¿Fuiste tú?—preguntó directamente.
Heaven parpadeó con sorpresa.—¿Qué? ¡No! ¡Jamás haría eso!
La pelirroja se encogió de hombros.—Es que sería algo lógico, ¿sabes? Te hizo pasar por mucho y si lo hiciste, estoy completamente de tu lado. Así que con toda confianza...
—Te lo juro que yo no lo hice. Ni si quiera desperdiciaría mi tiempo en ello. Siempre he sido de la ideología que el karma llega solo.
Hazel rió.—Uy, pues alguien te ayudó a que el karma le llegara más rápido. Pero, como sea, ayudo a que tuviéramos una sesión más de prácticas.
—¿Y si fue alguien de algún otro equipo de quidditch? Es decir, qué tal si le hacen lo mismo a ustedes.
—Ay, Vee, te preocupas demasiado. Aparte, no lo creo, si fuera por el tema de quidditch, nosotros hubiésemos sido los primeros en ser atacados porque vamos encabezando la competencia.
Heaven no sabía si reír o preocuparse. Ahora temía que fuera inculpada por ello. Se talló los ojos con frustración, intentando pensar en quién podría haber sido. Y entonces, la imagen de Draco Malfoy recargado contra el barandal del mirador de la Torre de Astronomía se hizo presente en su mente.
—Me tengo que ir.—le avisó dándose la vuelta.
—Quedan como quince minutos, ¿no quieres esperar para luego ir por chocolate caliente?
Heaven negó.—Los alcanzo luego, ¿si?
Hazel asintió y regresó a su lugar.
La rubia sabía exactamente a donde ir para resolver su duda.
Al entrar a la Sala de Menesteres, Heaven se encontró con un Draco Malfoy recostando sobre la alfombra, rodeado de al menos una decena de libros.
El rubio alzó la mirada hacía ella y le regaló una sonrisa.
—¿Qué haces aquí tan temprano?—cuestionó el rubio mientras Heaven se quitaba los zapatos para acercarse a la alfombra.
—Lo mismo me pregunto.—contraatacó Heaven.
Draco rió y se reincorporó, quedando sentado.—Casi vivo aquí, por si no te habías dado cuenta.—murmuró algo avergonzado.
Heaven no le tomó mucha importancia y se sentó frente a él en la alfombra.—¿Qué haces?—le preguntó la rubia señalando los libros.
—El ensayo de Historia de la Magia.—le respondió con una mueca.—Por poco y me quedo dormido.—dijo riendo.
—Ugh, ya se.—concordó Heaven.—¿De dónde sacaste esos libros?
—Del área restringida de la biblioteca.
Heaven abrió la boca con sorpresa.—¿Cómo?
—Ser ahijado de Severus Snape tiene sus ventajas.—respondió Draco con aires de superioridad.
—Suertudo, a mi me detesta por ser hija de James Potter.
Draco soltó unas risitas.—¿Qué tiene que ver que seas hija de James Potter?
—Tengo entendido que no se llevaban nada bien.—le contestó arrugando la nariz.
El joven asintió lentamente.—No sabría que decirte, la verdad es que jamás he sido cercano a Snape como para que me cuente ese tipo de cosas.
—Pues a mi padre casi no le gusta hablar sobre su estancia aquí en Hogwarts, según él porque le da muchísima nostalgia, así que sólo nos ha contado un par de anécdotas.
—Mi padre tampoco, pero mi madre sí. Ella ama hablar sobre ello. Siempre me cuenta anécdotas con sus hermanas, antes de que Bellatrix se desquiciara o Andromeda fuera exiliada de la familia.
—Andromeda es bastante agradable.—le dijo Heaven con seguridad.
—¿De verdad?—preguntó Draco con un brillo en sus ojos.—Es demasiado hilarante que conozcas más a mi familia que yo.
Heaven le sonrió.—La vida es sorprendente.
—Sin duda alguna.—le respondió Draco con una sonrisa genuina. Luego de un par de segundos de silencio, el rubio volvió a hablar.—¿Sabes? Ya termine el ensayo, pero si quieres te puedo prestar los libros, ya están marcadas las páginas donde esta la información que utilicé, una vez que termines, los devolveré sin problema.
—¿De verdad?—preguntó Heaven tomando uno de lo libros y abriéndolo en una página al azar.
Draco asintió.—Por cierto, por fin traigo esto.—se inclinó hacia el sofá y jalo de su maletín la túnica de Heaven.
—¡Por fin!—bromeó Heaven.
—La verdad es que si la estaba hechizando, así que con cuidado, Potter rubia.—dijo Draco también bromeando mientras alzaba las cejas con diversión.
Heaven rió por unos segundos y supo que sería su oportunidad.—Hablando de hechizos.—hizo una pausa para tomar su túnica.—¿Sabías que Anthony Goldstein se lesionó y tendrán que reemplazarlo?
Draco abrió la boca con sorpresa y Heaven quiso reír.—¿De verdad?—repitió la pregunta que había hecho la joven unos instantes atrás.
La rubia asintió.—Al parecer, su escoba estaba bajo diversos hechizos, para que se lesionara de una forma u otra.
—Vaya...—murmuró Draco frunciendo los labios.
—¿Fuiste tú?—preguntó Heaven
Draco cerró los ojos, arrugando la nariz.—Depende.
—¿Depende?—preguntó la rubia entre risas.
Draco la miró antes de hablar.—Sí te vas a enojar, entonces no fui yo, pero, si me vas a agradecer, orgullosamente admitiré que si fui yo quién lo hizo.
—¡Draco! ¡Te puedes meter en problemas!—exclamó Heaven intentando no reír.
—Admite que valió la pena, no podrá jugar hasta Merlín sabrá cuando.—alegó Draco con una pequeña sonrisa.
Heaven lo miró con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza.—Eso está mal de todas formas.
—¿Estás molesta?—preguntó Draco.
Heaven no respondió, sino, de su mochila sacó un paquete de galletas y se lo extendió al joven slytherin.—Te las regalo.
Draco rió y las aceptó con gusto.—¿Esto es tu agradecimiento?—alzó una ceja juguetonamente.
Heaven lo miró y puso los ojos en blanco.—No, porque lo que hiciste estuvo mal.
—De nada.—canturreó Draco burlonamente mientras se metía una galleta a la boca.
Draco cerró la puerta tras de él al entrar al dormitorio de su amiga Eloisse, la joven estaba recostada en su cama con un par de libros y pergaminos a su alrededor.
—Tengo una teoría que Blaise y Theo están saliendo a escondidas, es decir, ya ni pasamos tiempo juntos y he tenido que convivir con mis hermanas.—se quejó.—Aparte, siempre están juntos y no se separaran para nada.
Draco se encogió de hombros.—Si estuvieran juntos, ¿ya nos habrían dicho, no?
—No lo sé. Claramente estoy en duda.—resopló Eloisse.—¿Dónde estabas?
—Con Heaven.—respondió y se recostó junto a ella.—Me gusta mucho.—dijo mientras se tallaba el rostro con sus manos.
Eloisse sonrió con emoción.—Dile.
—No, gracias.—murmuró Draco.
—Que aburrido, ¿para que esperar más?
Draco frunció el ceño.—Definitivamente deberías de dejar de pasar el rato con tus hermanas, te van a volver loca. Aún es muy pronto, demasiado pronto.
—Tienes razón.—concordó Eloisse.—¿Y tú no sientes si le gustas o por lo menos le llamas la atención?
Draco negó con la cabeza.—No, no lo sé y tampoco es como que me preocupe mucho, la verdad, es que probablemente solo se quede en eso. No tengo tiempo como para enfocarme en comenzar una relación.
—Sería una buena distracción.
Draco negó nuevamente.—No me gustaría ponerla en peligro.
—Es una Potter, ya está en suficiente peligro.
—Como sea,—refunfuñó Draco.—No tengo la cabeza para estas cosas, solo quiero arreglar el armario, terminar mi misión y estar a salvo con mi madre.—repitió su plan en un susurro.
—Yo siento que por lo menos le llamas la atención.
Draco la miró de lado.—No va a funcionar.—la amenazó.
—¡Draco! ¡Admite que jamás te había gustado alguien de esta manera!
Draco rodó los ojos.—Por eso, mucho menos quiero intentar algo. Ya tengo suficiente estrés.
—El otro día preguntó por ti.
—En verdad, detente.—bufó.
—Aparte, feo no estás. No tanto.
—Vete a la mierda.—la miró con recelo.
Eloisse rió.—Draco, le lanzaste no se que mierda a Goldstein sólo porque la molestó. ¿En verdad...
El rubio chasqueó la lengua.—De todas formas, siempre me cayó mal.
—Lo que intentó decir, es que, tu gusto hacia ella en vez de disminuir como piensas o quieres, en realidad, está aumentando.
—¿Y crees que no lo sé? Quiero que se detenga antes que sea muy tarde.
—No lo sé, deberías dejarlo fluir a ver qué sucede.—le dijo con una sonrisa socarrona.—Tu madre siempre te ha dicho que no reprimas tus sentimientos y emociones.
—Nunca ha funcionado.—bufó.
—Draco...
—¡Está bien! Dejaré que fluya, pero aún así, no creo que logre mucho. Es una Potter y yo soy un Malfoy. Es bastante improbable que surja algo más que nuestra rara amistad que tenemos.
—Puede que sea improbable pero no imposible. En un futuro me vas a agradecer lo insistente que soy.
—Te odio.—rodó los ojos por última vez con una gran sonrisa.
—Yo te odio más.—le aseguró Eloisse riendo.
***
sin editar
nota de la autora;
Esta bastante corto a comparación de los últimos capítulos que he subido, pero tenía muchas ganas de actualizar.
Aparte, aunque podrían ser considerados capítulos de relleno, son importantes para el desarrollo de la relación entre Draco y Heaven.
Gracias por leer esta historia, la verdad lloro del apoyo que recibe. Es bastante increíble.
Aprovecho para hacer spam y decirles que me sigan en tiktok, me encuentran como franciaxmalfoy.
Les amo mucho.
Francia 💓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro