【 018 】
【 xviii. hogsmeade tragedy 】
《omnisciente》
Draco Malfoy soltó un largo suspiro mientras observaba a Heaven Potter sentada al otro extremo del aula de Encantamientos. Aún no podía creer que gustaba de ella.
¿Por qué? Se lo preguntaba una y otra vez. ¿Habría sido por su cabello rubio dorado y brillante? ¿La manera en la que fruncía ligeramente su frente cuando estaba concentrada? ¿Su risa contagiosa? ¿Sus ojos verdes olivo? ¿Su aroma a cerezas?
Sacudió la cabeza y desvió su mirada al profesor Flitwick, sin embargo, la Ravenclaw que se encontraba sentada junto a su amigo, Theodore Nott, rió escandalosamente, llamando la atención de diversos estudiantes, Draco no fue la excepción.
—Deja de verla, así no conseguirás nada.
—Cállate.—murmuró el rubio a su mejor amiga.
—No lo haré, hasta que aceptes que te gusta.—se burló su amiga mirándolo suspicazmente.
Draco ya lo había aceptado a si mismo. Y eso parecía más que suficiente para sentirse avergonzado por las nuevas sensaciones que experimentaba al ver a Heaven Potter. Todo porque tal vez le daba algo de pena mostrarse tan vulnerable de esa forma frente a más personas. En este caso, frente a Eloisse Greengrass.
—Ya te dije que no.—mintió escribiendo en su pergamino.—Y aunque me gustara, hipotéticamente hablando, no habría que conseguir nada.
Eloisse alzó una ceja.—¿Hipotéticamente hablando, por qué dirías eso?
Draco frunció el ceño.—¿Qué no la has visto? Es diferente a Pansy...
—Eso es obvio. Todos somos diferentes. ¿A qué te refieres?
El rubio soltó un ligero quejido.—Es una Potter.—hizo una pequeña pausa para hacer una mueca.—Ser Santo y bueno es de familia, es decir, sus padres son los justicieros del mundo mágico y su hermano es el mismísimo San Potter. ¿Debo continuar?
Eloisse hizo una mueca.—No entiendo a que quieres llegar.
Se inclinó sobre ella, susurrándole.—Que yo soy un jodido mortífago, de esos que sirven al que ha intentado acabar con cada integrante de esa familia.
La rubia slytherin se tensó levemente—. No fue por decisión propia, Draco. Sabes perfectamente que tú...
—Como sea, simplemente es algo imposible.—la interrumpió rodando los ojos y apoyando el rostro en la palma de su mano.—Merece alguien mejor que yo.—murmuró para si mismo.
Eloisse sabía que a Draco no le gustaba en lo absoluto hablar sobre ese tema en específico. Todo lo relacionado a Voldemort era considerado un tema prohibido.
—Para ser algo hipotético, lo has pensado mucho.—intentó bromear y cambiar de tema.
Draco soltó un gruñido.—Cállate.
—A Malfoy le gusta la Potter rubia.—canturreó Eloisse en el oído de Draco.
El rubio platinado la miró mal y agradeció que la clase había terminado.
—¿A dónde vas?—preguntó su amiga al verlo dirigirse en dirección contraria.
—Debo terminar algunos asuntos.—le respondió encogiéndose de hombros.
—¿Qué asuntos, Draco?—preguntó Eloisse con preocupación al notar que su amigo se había tensado.
—Solo unos asuntos, nos vemos luego.—bufó Draco saliendo del aula, dirigiéndose a la sala de Menesteres.
Había pensando en otras alternativas para llevar acabo de misión y hacerlo de la manera más indirecta posible. Puede funcionar o tal vez no.
El rubio simplemente quería terminar su misión más rápido de lo contemplado, así que la idea de hechizar a alguien para entregarle un collar maldito al profesor Dumbledore, no le pareció tan mala idea. Solo era cuestión de esperar a quién, cuándo y cómo. Y bueno, que resultara.
Draco estaba harto, cansado y sofocado. Deseaba con todas sus fuerzas que todo terminara de una vez. Solo quería estar a salvo con su madre.
Mientras caminaba, localizó a la misma persona que no pudo evitar mirar durante toda la clase anterior.
Se acercó cautelosamente a ella y la tomó de la muñeca, arrastrándola a un pasillo vacío. Heaven terminó chocando contra el pecho de Draco.
—¿Qué mierda te pasa, Malfoy?—exclamó la joven Ravenclaw con el ceño fruncido, soltándose y alejándose bruscamente.
Draco hizo una mueca. No espero que reaccionara así.—¿Tienes el libro?
Heaven lo miró expectantemente.—¿Tienes mi túnica?
El rubio hizo una mueca.—La olvidé.
Heaven bufó.—Yo también olvidé el libro.
Draco entrecerró los ojos.—Mientes.—declaró cruzando los brazos.—No me lo quieres dar porque no te traje tu estúpida túnica.
—No me hables así, no es mi culpa que estés todo amargado.—dijo Heaven mirándolo con una ceja alzada.
Draco soltó un bufido.—Como sea, no creo necesitarlo ya. Pero gracias.—le dijo con una falsa sonrisa, decidido a marcharse.
—¡Espera!—le gritó Heaven.—Eres muy enojón.—se burló y Draco rodó los ojos.—No lo traje porque le pedí un par de libros más a mi tío Remus sobre hechizos antiguos qué tal vez te puedan interesar. Fred me hará el favor de entregármelos el sábado en Hogsmeade porque viene a ver a mi hermana. Y se me ocurrió darte todos juntos.—mencionó encogiéndose de hombros.
Draco abrió la boca pero no salieron palabras. La sensación en su estómago había regresado. Parpadeó un par de veces pues seguía perplejo ante las palabras de la rubia.
—¿Por qué?—preguntó luego de un par de segundos.
—Los que somos de Ravenclaw, somos de allí no solo porque somos considerados "inteligentes", sino porque lo que más valoramos es la sabiduría y las ganas de seguir aprendiendo.—le respondió mirándolo.—Me pareció interesante que estuvieras leyendo sobre hechizos antiguos. Y mi tío Remus tiene una gran colección de ese tipo de libros en su biblioteca. Solo es una pequeña ayuda. No le des tantas vueltas al asunto.
Draco se sintió culpable, pues realmente sus razones para pedirle el libro no eran tan inocentes. Ya que podría ser una herramienta útil para concluir su misión. La vergüenza lo invadió y apartó la mirada de la ojiverde.
—Sabía que tenías problemas pero no dimensionaba que tanto.—murmuró Heaven mirándolo ceja arqueada.—Solo te quise ayudar en tu adquisición de nuevos aprendizajes. Ayudar es bueno. A mi me gusta hacerlo. ¿Sabes? Es cuando haces algo por alguien sin pedir nada a cambio.
Draco la miró con indignación.—¿Acaso crees que no se que significa ayudar?—preguntó cuestionándose el concepto que las personas tenían de él.
Heaven hizo una mueca.
—¿Me estás juzgando, Potter rubia?—preguntó Draco con cierta indignación y diversión a la vez.
—¡No! Es sólo que...Mira, crecí con Harry
—El cara rajada.—corrigió Draco provocando las risas de la rubia.
Draco sonrió triunfalmente por haber hecho reír a la Ravenclaw.
Esta vez, fue Heaven quién rodó los ojos.—No te estaba juzgando, simplemente Harry siempre habla de todos tus aspectos negativos, y cuando pienso en ti es lo que más recuerdo. Pero en mi opinión, no eres tan mala persona, Malfoy.
El rubio, -que sentía miles de emociones recorrer por todo su cuerpo y prestó atención a cada una de las palabras de la chica- le sonrió con sorna.—¿Piensas en mí?
Heaven bufó.—Eres insoportable.
Draco rió y notó como Heaven estaba lista para darse la vuelta y salir de aquel pasillo, sin embargo, reaccionó tirando de su muñeca, atrayéndola hacia él, nuevamente.
—¡Malfoy!—protestó Heaven.
—No me dijiste cuando me darás los libros.—murmuró viéndola directamente a los ojos, luego bajó su mirada a su uniforme.—Ni porque traes la corbata azul demuestras lo Ravenclaw que se supone que eres, Potter.—dijo burlón tomando la corbata de Heaven, pasando sus dedos por la fina tela, para luego soltarla.
Heaven estaba demasiada confundida para reaccionar ante el insulto, que Draco le había dicho.
—¿Irás a Hogsmeade?—preguntó ignorando las acciones que el rubio había hecho.
—No, estoy castigado.—dijo Draco desviando su mirada a la pared detrás de Heaven.
—Bueno, pensaba dártelos allí, sino, te veo en la Sala de Menesteres, y, Malfoy, por favor, lleva mi túnica.
—Será mi prioridad.—dijo Draco listo para retirarse, pasó a un lado de Heaven, chocando sus hombros juguetonamente.
Heaven tomó su propia corbata y frunció el ceño. ¿Qué mierda había sucedido?
Por su lado, Draco iba pensando en qué tal vez, intentar algo con Heaven podría ser mala idea y algo poco probable, pero nunca imposible.
La primera salida a Hogsmeade tenía a los hermanos Potter demasiado nerviosos por distintas razones.
Hazel Potter se vería con su amado, Fred Weasley, ya que le había prometido ir a verla aquel día para pasar un poco de tiempo juntos.
Heaven Potter debido a que por fin había aceptado (esto fue gracias a la gran insistencia de su hermana Hazel, quién le repitió que nada le costaba a la joven rubia darle una oportunidad al pelinegro) a tener una cita formal con Anthony Goldstein.
Mientras que Harry Potter, estaba preparado para seguir su plan acordé el profesor Dumbledore se lo había pedido.
La situación entre los dos últimos -Heaven y Harry- no había cambiado en lo absoluto. La Ravenclaw seguía pretendiendo como si su hermano no existiera. Mientras que Harry buscaba mil maneras de acercarse a ella.
Los tres se encontraron en el vestíbulo del castillo, abrigados y con sus respectivos permisos.
—¡Que disfruten su día!—les dijo la profesora McGonagall sonriéndoles.
Heaven corrió hasta Anthony.—Hola.—lo saludó tímidamente.
—¿Nos vamos?—le preguntó el ojiazul y Heaven asintió.
—¡Esperen!—los llamó Hazel.—¿A dónde van?
—A las Tres Escobas.—respondió Anthony encogiéndose de hombros.
Heaven asintió no muy convencida.
—¡Hazel, espera!—gritó y caminó hacia ella, mientras Anthony la iba siguiendo.
—¿Qué pasa?—preguntó la pelirroja, deteniendo su paso con Harry al lado.
—¿En donde te verás con Fred?—preguntó Heaven.
—En las Tres Escobas, ¿por qué?
—¡Perfecto! Podríamos sentarnos todos juntos.—replicó Heaven rápidamente.
—No creo que sea buena idea...
Heaven miró a su hermana suplicante. No quería estar a solas con su acompañante.
Su relación no era clara, jamás lo había sido, solían besarse de vez en cuando y solamente un par de veces llegaron a algo más, sin embargo, Heaven se rehusaba constantemente a formalizar la relación.
Ahora mucho menos al perder los sentimientos que solía mantener por Anthony.
—¿Una cita doble?—repitió el chico luego de escuchar el improvisado plan.
Heaven asintió.—¿Genial, no?
Anthony hizo una mueca pero no se quejó. Simplemente se encogió de hombros con evidente decepción.
Heaven sintió una punzada en el corazón, sintiéndose un poco mal. De verdad lamentaba no querer a Anthony de la manera en la que él si la quería a ella.
Desvió su mirada y se fijó en la pareja pelirroja frente a ella, abrazados tiernamente.
Heaven sonrió, amaba tanto ver feliz a Hazel junto a Fred.
Escuchó como Anthony soltaba un suspiro de frustración pero decidió ignorarlo y se adentraron al local.
—¿Por qué pediste una mesa para cinco?—cuestionó Heaven.
—Harry se nos unió de último momento.
Heaven maldijo por lo debajo y se giró para sonreírle a Anthony.
Que por cierto, cada vez lucía más serio y molesto.
—Perdón por los inconvenientes.—le susurró Heaven.
Anthony suspiró.—No pasa nada. Solo que cuando te pedí una cita, no sabía que tus hermanos estaban incluidos.
Heaven hizo una mueca y tomó asiento, quedando a espaldas de casi todo el local. Anthony se sentó junto a ella.
—¿Cómo ha estado mi cuñada favorita del mundo?—preguntó Fred alzando las cejas con diversión.
—Bien, ¿y tú?—le respondió con una sonrisa.
—Excelente. Hace poco me escribí con Charlie y dijo que te mandaba saludos.
Heaven rió y se sonrojó ligeramente. Recordando el ligero enamoramiento que tuvo con el segundo de los Weasley cuando lo conoció durante las vacaciones de verano antes del cuarto año.
—Hace poco me envió una carta. Me dijo que nombró Heaven a un dragón recién nacido porque es color azul como el cielo.
—¿Quién es Charlie?—preguntó Anthony con el ceño fruncido.
—Tranquila, fiera.—se burló Fred.—Es uno de mis hermanos mayores, y cuando digo mayores, me refiero a que le lleva a Heaven unos siete u ocho años.—dijo burlón.
Heaven rio y le peinó el cabello a Anthony.
Hazel rió.—Adoro a Charlie y su obsesión por los dragones, es casi como la que tiene Harry con su estúpido libro.—mencionó señalando con la cabeza al azabache que no había pronunciado ni una sola palabra y parecía está muy concentrado leyendo.
—¿Sigues con eso?—preguntó Heaven seriamente.
—¿Realmente te importa?—contestó de manera descortés.
—Eres un idiota.—bufó Heaven.
—Gracias, ya lo sé.
—Aparte eres un descarado. ¿Apoco si eres muy valiente para estar sentando en la misma mesa que...
Harry empalideció ligeramente y agradeció que uno de los meseros llegó a la mesa.
—¿Les ofrezco algo?
Hazel se adelanto y pidió cervezas de mantequilla para todos. Justo en ese momento, se unieron Ron y Hermione.
—¿Qué hacen aquí?—le preguntó Anthony a Heaven en un susurro.
—Ni idea.—contestó restándole importancia.
—¿Podemos hablar en privado?—preguntó el
pelinegro levantándose de su lugar. Heaven asintió y ambos se alejaron de la gente.—No estoy enojado porque hayas arruinado nuestra cita intencionalmente, Heaven.
—Pero, yo no quise...
—Somos compañeros de casa, ¿recuerdas?
Heaven se sintió avergonzada.
—Ni si quiera te agrada Granger como para pasar una salida en Hogsmeade con ella.
La rubia rió forzosamente.—Perdón, Anthony, de verdad estaba nerviosa y no sabía cómo decirte que...
Anthony la interrumpió, dejándole un corto beso en los labios.—Déjame organizar el picnic del que tanto te he hablado e insistido y allí hablamos de todo lo que tenemos pendiente. ¿Te parece?
Heaven asintió sin decir algo más. Sin embargo, no se percató que cierto rubio de Slytherin había entrado al local y había presenciado aquella escena.
Ambos Ravenclaw llegaron a la mesa, sentándose en sus respectivos lugares.
Heaven notó como su hermano miraba a un punto específico detrás de ella, la curiosidad le ganó y se giró, sin embargo, solo vió como la puerta del baño de cerraba.
Se giró para encarar a Harry.
—¿A quién veías?
—A nadie.—respondió secamente, arrepintiéndose a los pocos segundos.—Es que me pareció ver a Mal...
—¿Qué hace mi pequeña Ginevra con Dean Thomas?—interrumpió Fred.
Todos miraron hacia el otro lado del local, la menor de los Weasley reía incontrolablemente al lado del Gryffindor.
Inmediatamente, todos se giraron -de nuevo- pero esta vez hacia Harry.
—Pues hablamos las cosas, y ahora somos amigos, creo —admitió inflando sus mejillas.
Heaven le dirigió una mirada que daba entender la frase "luego hablaremos" a lo que Harry simplemente asintió.
La tensión terminó cuando el mesero llegó con las bebidas y luego tomar la orden de Ron y Hermione, pues habían llegado después.
La plática se reanudó, los hermanos Weasley junto con Anthony y Hazel hablaban sobre el
Quidditch mientras Heaven analizaba el comportamiento de su hermano, quien de vez en cuando, se integraba a la charla.
—¿Estás bien?—le preguntó Heaven mirándolo.
—Sí, bueno, la verdad no. ¿Pero luego lo hablamos si?
Heaven sintió sin rechistar.
—¡Harry, muchacho!
—¡Profesor!—replicó Harry con tanto falso entusiasmo que Heaven no pudo evitar reírse.—¿Qué lo trae por aquí?
El profesor Slughorn y Harry entablaron una -no tan corta- conversación sobre una cena que solía organizar para ciertos alumnos.
—Los tres hermanos Potter están invitados, por su puesto.—dijo el señor con entusiasmo.—Granger, tu también puedes venir.
—Me encantaría.—replicó Hermione.
—¡De acuerdo! Les enviaré una lechuza.—finalmente miró a los otros tres en la mesa pero pasó de largo.
—No me invitó.—dijo Anthony ofendido.
—A mi siempre me cambia el nombre.—replicó Ron encogiéndose de hombros.
Todos en la mesa rieron.
Si alguna vez Heaven Potter tomara un poco de su tiempo para dedicarse exclusivamente a enumerar la cantidad de veces en las que ha terminado metida en todo tipo de situaciones junto a sus hermanos, probablemente tardaría años en terminar.
El grupo se había separado; Fred se había marchado luego de una -innecesariamente- larga despedida con Hazel, Anthony se había reunido con el resto del equipo de Quidditch de Ravenclaw, Ron y Hermione se habían quedado en el pueblo para comprar dulces.
En el camino de regreso al castillo, se habían topado con la tragedia que le había ocurrido a Katie Bell.
Lo cual, había conducido al trío de hermanos a estar en la oficina de la profesora McGonagall, mientras esperaban al profesor Snape.
—¿Por qué siempre que sucede algo, ustedes tres están cerca?—preguntó la profesora de Transformaciones con cierta frustración en su voz.
—Créame, Minnie, siempre me he preguntado lo mismo.—suspiró Hazel, recibiendo una mala mirada de parte de la profesora.
La puerta se abrió abruptamente, dejando ver al profesor Snape.
Ambos profesores miraban con cautela el collar.
—Le pusieron una maldición. Muy bien hecha, cabe mencionar.
—Conozco a Katie, ella jamás heriría a nadie.—dijo Harry—Sí lo quería entregar al profesor Dumbledore, no estaba consciente de ello.
—Por su puesto que no lo estaba.—dijo McGonagall
—Fue Malfoy.—sentenció Harry.
Heaven frunció el ceño y quiso reír ante la ridiculez. Pues recordó cuando el rubio le había mencionado que ese día estaría castigado.
—Harry...—lo reprendió Hazel en un susurro.
—Son acusaciones muy graves, Señor Potter, ¿tiene alguna prueba o solo es un poder incluido con ser el elegido?—preguntó Snape.
—Sólo lo sé.—respondió Harry.
—Retírense a sus respectivas salas comunes.—ordenó McGonagall.
Los tres asintieron y salieron de la oficina de la profesora.
—Harry, no puedes ir acusando a las personas sin tener pruebas.—dijo Hazel.—Sé que tienes ciertas sospechas de Malfoy pero eso es demasiado, incluso para él.
—Hazel tiene razón. Es ridículo.
—¡En verdad fue él! ¡Tienen que creerme!
—Malfoy no puede ser tan mala persona.—dijo Heaven firmemente.
—No lo conoces, Heaven.—bufó Harry.
—Tu tampoco.—contraatacó la rubia.—Tu ideas hacía él son impresionantes y no están bien. Ni si quiera están justificadas...
—¿Por qué lo defiendes?
—¡No lo estoy defendiendo! Te estoy haciendo entrar en razón para que dejes de ser un idiota.
Harry ignoró sus palabras.—¿Acaso sabes algo? No se me olvida que eres súper amiga de Theodore Nott. No dudaría ni por un segundo en que también es un jodido mortífago. ¿Serías capaz de traicionarme, Heaven?
—Harry, detente.—suplicó Hazel.
—¿Y él también es amigo de Malfoy, no es así?
Heaven tenía lágrimas en los ojos debido al enojo que recorría por todo su cuerpo.—¡Cállate! ¿Quieres? ¡No es mi culpa que estes así de estresado por los errores que has cometido! ¿Crees que no nos damos cuenta que el asunto de Marietta y Ginny te trae mal? Junto con todo el estrés que cargas por ser el elegido. ¡Pero eso no justifica que me trates así y que te comportes como un auténtico idiota! ¡Solo queremos ayudarte! Solo quiero ayudarte, Harry. Así que cuanto te estabilices, me buscas. No me gusta que me trates así. Ni tú ni nadie.
Hazel miraba a ambos con una mueca, sabiendo que tendría que haber la intervención de James Potter. Y no dudó en que lo primero que haría era ir a su habitación para escribirle.
Harry bajó la mirada a sus pies, sintiéndose culpable y bastante avergonzado.
Heaven suspiró y caminó hacia su sala común. Probablemente, una siesta la pondría de mejor humor.
***
18/02/21–subido
07/03/21–editado
nota de la autora:
HOLAAA, POR FIN APARECÍ Y LES TENGO DOS NOTICIAS.
1.-En mi perfil pueden encontrar una nueva historia que es una recopilación de momentos cruciales en la vida de Isabella Avery (la mamá de Heaven) en su época en Hogwarts, van a conocer más sobre ella y su familia. Sus aventuras con los merodeadores y sin fin de cosas más. ¡Vayan a agregarla a su biblioteca!
2.-Me abrí un tiktok, me pueden buscar como franciaxmalfoy, y estaré subiendo edits que varias amigas me han hecho de esta historia! No se los pueden perder! Los estaré subiendo mañana.
En fin, AHORA SI SE VIENE LO BUENOOO
¿Qué piensan de este capítulo? ¿Les gustó? 🥺
GRACIAS POR LEER Y YA LLEGAMOS A LAS 28K LEÍDAS
LES AMO, DE VERDAD.
btw, recuerden qué hay un grupo de WhatsApp! Por si quieren entrar háblenme al priv.
all the love
Francia💕
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