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【 010 】

x. how is she like


omnisciente

Isabella Avery estaba contemplando la vista desde la ventana en la sala de estar de la casa de Remus Lupin, sentada en un sillón individual justo al lado de una pequeña mesa.

Dejó soltar un suspiro largo y pesado. El recuerdo de haber estado en aquella casa hacía casi diecisiete años atrás, le provocaba aún más nervios.

—Un dato sobre Heaven, es que suele hacer lo mismo cuando está preocupada o nerviosa.—dijo Remus sentándose frente a ella.

—¿A qué te refieres?—preguntó Isabella con curiosidad.

Remus suspiró de la misma manera en que la rubia lo había hecho unos segundos atrás.

—Oh.—musitó Isabella mordiéndose el labio.—Muero por conocerla, Remus.

—Lo sé, Isabella —se levantó y se acercó a ella.—Cada vez estás más cerca de hacerlo—le sonrió con cariño.

—¿Crees que James se oponga?—preguntó regresando su mirada a la ventana.

Remus se sentó nuevamente.—Para que te lo voy a negar.—intentó bromear.

—¿Lily la trata bien?—cambió de tema abruptamente.

—Demasiado.—le aclaró Remus.

Isabella bajó la mirada.—Debió ser demasiado terrible para ella.

Remus asintió con lentitud. Estaba apunto de contestar cuando se escucharon murmullos y pisadas. Nymphadora Tonks entró tropezando con sus propios pies, cayendo al suelo. Remus caminó hacía ella para ayudarla.

—¿Estás bien?—preguntó Isabella con preocupación.

La chica asintió riendo.—Mejor de lo que estará el que viene detrás de mi.—dijo con burla. Remus rió e Isabella hizo una mueca.

—Ya lo creo.—afirmó Isabella.

Después de Tonks, entró el matrimonio Weasley.

El rostro de Molly decayó completamente al ver a la rubia frente a ella. Se giró en dirección a Remus dandole una mirada desaprobadora. Isabella sintió la mirada pesada sobre ella y se sentó incómodamente.

—Arthur Weasley—se presentó tendiéndole la mano. Molly lo miró de forma indignante.

—Isabella Avery.—se levantó del sillón y estrechó su mano con educación.

—¿Por qué me resultas tan familiar?—preguntó con el ceño fruncido.

—Es Isabella Avery.—repitió Molly con un tono de voz bastante diferente al usual. Parecía sonar más seria.

El Sr. Weasley captó de inmediato, abrió la boca debido a la sorpresa.—¡Por Merlín! ¡Molly, son idénticas!—exclamó en shock.

Sirius Black entró a la habitación mirando las paredes con concentración.—¡Lunático! Que color tan horrible escogiste para...—sus palabras quedaron en el aire. Pues se quedó sin pensamientos al ver a la rubia frente a él.—No se si quiero abrazarte o abofetearte.—dijo directamente.

Isabella sonrió a medias.—Me alegra verte, Orión.—dijo la mujer rubia con la sonrisa que tanto la identificaba.

Sirius miró a su amigo castaño.—Estás en problemas, te lo aseguro.

Isabella sonrió incómodamente. No sabía que hacer, se escucharon un par de murmullos más, Isabella reconoció las voces de inmediato. Sintió una punzada en todo el cuerpo debido a los nervios pero eso fue nada comparado a la expresión de James Potter al entrar a aquella habitación.

El hombre, sintió que el alma le había caído a los pies. Se quedó sin palabras.

En cambio, Lily Potter, su rostro reflejaba rabia y resentimiento.—¿Qué hace ella aquí?—preguntó bruscamente.

—Lo mismo me pregunto.—dijeron Sirius y Molly al mismo tiempo.

—Escuchen, han pasado casi 17 años y...

—Somos adultos, podemos ser civilizados.—interrumpió Isabella.

—¡Hasta la voz es parecida!—exclamó Arthur Weasley.

—¿No creen que esto es muy privado? Creí que nos habías citado para algo de la Orden.—se metió Kingsley, quien aparentemente acaba de llegar.

—Lo es.—habló Severus Snape, quien también acaba de llegar.—Lamento la demora. Vengo en representación de Dumbledore.

—¿Por qué?—preguntó Lily. James seguía sin decir una sola palabra.

—Ella es la nueva integrante de la Orden.—dijo Tonks con emoción. Sirius abrió la boca exageradamente en sorpresa, mirando de un lado a otro.

—¡Bienvenida!—dijo Arthur con educación, y por tercera vez, recibió otra mala mirada de su esposa. Isabella le agradeció en un susurro.

—¿¡Qué!?—exclamó Lily—No podemos confiar en ella.

—Lily yo se que...—Isabella fue interrumpida.

Potter.—corrigió la pelirroja firmemente.

Sirius tosió para ocultar unas risitas que quiso dejar salir ocasionando que Tonks lo golpeara en las costillas.

—Yo se qué he dado razones por las que no deberían confiar en mi. Pero esto lo estoy haciendo por mi hija—musitó seriamente.

—No tienes ningún derecho a llamarla tu hija.—habló James finalmente.—No he sabido nada de ti en años, no puedes llegar de la nada exigiendo.

—¡Claro que lo tengo, James!—protestó Isabella de regreso.

—Yo creo,ñ que primero deberían tratar ese asunto en privado —sugirió Remus—. Dumbledore fue quien la aceptó en la Orden. No hay vuelta atrás. Si Dumbledore confía en ella, todos debemos hacerlo —aclaró.

—Gracias, Remus.—Isabella le sonrió. Aunque aquella sonrisa se esfumó al ver a James Potter.

—¿Dónde podemos hablar en privado?—preguntó James de mala gana.

—Arriba.—dijo Remus cortésmente.—Los guiaré.

Tanto Lily como James, Isabella y Remus subieron por una escalera de caracol, llegaron a lo que parecía una pequeña y vieja biblioteca.

—Gracias, Remus—agradeció James.

Remus asintió y estaba decidido a salir cuando Isabella habló.

—¿Podrías quedarte?—preguntó suavemente.

—Si no les molesta, no hay problema.—dijo mirando al matrimonio Potter quienes negaron con la cabeza.

Remus se sentó en un pequeño sillón en la esquina de la vieja biblioteca en donde se encontraban. Dispuesto a escuchar y resignado a ser el mediador de la discusión que se aproximaba.

—¿Qué es lo que quieres, Isabella?—preguntó James rompiendo el hielo.

—Sólo dos cosas.—musitó la rubia.—Ayudar y bueno, conocerla.

—¡De ninguna manera!—protestó Lily.—Puedes ayudar, pero no puedes entrar a su vida como si nada.

—¿Y por qué no?—preguntó Isabella subiendo el tono de su voz.—James, yo intenté ponerme en contacto contigo, miles de veces.

Lily se removió incómodamente.

—¿Piensas que la abandoné, no es así? Tú sabes perfectamente porqué tuve que irme.

—¡No es justificación, Isabella! No te necesita. No después de tanto tiempo.

—Claro que lo es, no quería que pasara por la misma mierda por la que pasé mientras crecía. Merece algo mejor.—hizo una pausa. Sus ojos se llenaron de lágrimas.—No podía exponerla de esa forma... Yo no podía.

Un silencio incómodo inundó la habitación. Isabella sentía sus lágrimas caer sobre sus mejillas.

—Solo quiero conocerla, James. Antes de que sea demasiado tarde —miró a Lily—. No planeo quitarte tu lugar como su madre, por más que me duela, sé que ella nunca me cómo a ti. Y créeme te agradezco mucho por todo lo que has hecho por ella, Lily. Solo quiero conocerla.

Lily comenzó a llorar. Las fantasmas del pasado comenzaban a abrumarla cada vez más.

—Lo lamento tanto, necesito salir de aquí —dijo para salir de la habitación. Remus salió tras de ella.

Isabella miró con confusión a James quién también parecía estar bastante abrumado.

—Es culpa —dijo James sin más—. Últimamente...—carraspeó—, hemos discutido bastante al respecto. Parece que te invocamos.—hizo una pausa para reír—. Ella la ama, Isabella. Te puedo asegurar que jamás dejaría que le pasara algo malo, pero hay algo diferente, no lo sé, entonces a veces se enoja porque cree que Heaven es mi favorita. Yo amo a los tres por igual. Simplemente, con Heaven...—hizo una pausa—. Heaven siempre ha creído firmemente que Lily es su madre, la amó como una desde bebé, su amor por Lily es puro, genuino y para nada forzado, y mientras esto sucedía, Lily luchaba todos los días para poner su mejor rostro y no se...

—Es comprensible, supongo. El amor que Lily siente es diferente. Lily amo a tus otros dos hijos desde que estaban en su vientre, a Heaven tuvo que aprender a amarla. Debes ser más comprensible, James. Incluso si es difícil de aceptarlo porque es una realidad.

—Pero suena horrible —dijo James haciendo una mueca.

—Sigues teniendo tus ideologías de familia perfecta. ¿No es así?—rió Isabella.

James hizo una mueca.—Creo que si —hubo un silencio—. Creo que lo correcto es que se conozcan, pero deberías dejarme hablar con ella primero. Conociéndola sería bastante abrumador que pase todo un mismo día.

Isabella se limpió los rastro de lágrimas en sus mejillas—. Le he preguntado a cada persona que se que por lo menos ha convivido con ella. Pero tú eres el adecuado para contestarme mi pregunta. ¿Cómo es ella?

James suspiró—. Es demasiado parecida a ti. Demasiado. Es increíblemente encantadora, y es muy inteligente y no solo hablando académicamente. Es en verdad bastante astuta, pero a la vez es bastante distraída —sonrió—. La mayor parte del tiempo es tranquila... bueno, la verdad es que no, solo pretende serlo. Luce como si no rompiera ni un plato —dijo abriendo los ojos con exageración.

Isabella rió. Sonaba como ella cuando era adolescente.

—Suele ser un poco presumida con sus hermanos debido a que es Prefecta y estoy seguro que ganará el premio Anual, ni hablar de sus calificaciones, el año pasado obtuvo diez  T.I.M.O's. Es pésima jugadora de Quidditch, cabe mencionar. También suele quedarse dormida en todos lados. Le encanta leer, dibujar y hornear, aunque es terrible en esto último. Cuando entró a Hogwarts, estaba segurísimo que quedaría en Slytherin, a veces, es demasiado competitiva y siempre busca la manera para que todos hagan lo que ella quiere. Me recuerda bastante a ti —se encogió de hombros—. Sin embargo, cuando quedó en Ravenclaw todo tuvo sentido.

—Las mujeres Avery son de Ravenclaw. Yo fui la pequeña excepción —sonrió con nostalgia.—¿Cuál fue su primera palabra?

—Papá.—James sonrió altaneramente.

—¿Se lleva bien con tus otros hijos?

James rió.—Los tres se llevan bien entre sí, pero se la pasan discutiendo por todo.

—Es normal, supongo —murmuró con una pequeña sonrisa.

Dejaron pasar unos minutos de silencio.

—Realmente quiero conocerla—hubo un corto silencio—Remus me contó lo sucedido en el departamento de misterios.—Isabella pausó.—Cuando se entere que Sirius no era su padrino y que...

James recordó y cerró los ojos con fuerza.—Eso si le va a afectar. Que Bellatrix Lestrange sea su madrina. ¿Qué mierda te pasó por la cabeza?—su tono pacifico había desaparecido, ahora sonaba más enojado y alterado.

—Mi familia no estaba en una buena posición, éramos demasiado rudos para el bando bueno, y demasiado blandos para el bando malo. Al final, nuestra relación con los Black era meramente por supervivencia. Ellos tienen o tenían costumbres bastante anticuadas. Heaven tenía recién dos días de nacida. Lamentablemente yo estuve en cama durante esos dos días y al tercero, Regulus entró pidiéndome perdón y que había intentando todo para evitarlo. Ella, se autoproclamó la madrina, y siendo honesta, nuestra familia no estaba en posición de negarse. Como sabes, solo unos dos meses después, se enteraron que le dábamos información a Dumbledore y bueno, sabes el resto de la historia.

—Sólo a ti se te ocurrió meterte a esa casa—refunfuñó.

Isabella resopló con frustración.—Mira, James, no quiero seguir discutiendo. No dejemos que los problemas qué hay entre nosotros afecten a las misiones de la Orden. Porque son cosas complemente diferentes. Y ya no tenemos veinte años, ya no somos unos niños.

James la miró perplejo.—Has cambiado mucho.

—Y tú no has cambiado nada.—dijo la rubia negando con la cabeza.

—¿Cómo llegaste hasta acá?—preguntó James.

—No te vayas a enojar, pero jamás perdí el contacto con Remus. Ha sido esplendido conmigo.

James la miró con indignación.—Será mejor que bajemos.

—Aguarda.—lo tomó del brazo y lo soltó inmediatamente. Isabella tragó saliva.—Tienes que decirle, James. Las vacaciones de navidad se acercan, tienes que decirle.

Ya te dije que lo haré.

Isabella lo miró con desconfianza. Pero luego de unos segundos asintió.—Gracias.

Ambos adultos salieron, bajaron en completo silencio. Lily seguía llorando y Molly se encontraba consolándola.

—Isabella Avery.—dijo Snape mirándola con desagrado.

—Severus.—Isabella le devolvió el gesto.

—Dumbledore me dijo que fuiste a visitarlo a Hogwarts hace un par de semanas.

—¿Qué?—protestó Lily.—No puedes andar haciendo eso. ¿Y si Heaven te hubiera visto?

—No tienes de que preocuparte, Lily. Fue un día antes de que comenzaran el curso. Y no es como si Heaven supiera quién soy.—dijo amargamente.

—Tienes r-razón.—dijo Lily hipando debido al inconsolable llanto que tenía desde unos minutos atrás.

—Bueno, entonces. ¡Bienvenida, Isabella! Más que ser la Orden del Fénix, somos una familia. Y si Dumbledore ha confiando en ti. ¿Quiénes somos para cuestionar las decisiones de aquel sabio hombre?—dijo Kingsley

—Muchas gracias.—dijo Isabella con una encantadora sonrisa.

Molly le extendió la mano de manera desconfianza.—Bienvenida.

—Gracias.—susurró Isabella tomándole la mano firmemente.

—Faltan más integrantes, pero debido a distintas razones, no han podido asistir. Más adelante los conocerás.—dijo Remus mientras colocaba su mano sobre el hombro de la rubia, dándole un apretón para demostrarle su apoyo.

Arthur le sonrió educadamente.—Heaven es una jovencita maravillosa. Compartimos la misma curiosidad por el mundo muggle. Aunque claro, ella está más familiarizada.

Isabella le brillaron los ojos.—¿En verdad?

Arthur asintió con entusiasmo.

—¡Con razón!—exclamó Tonks de la nada. Todos miraron a la más joven de la habitación.

—¿Qué descubrimiento hiciste ahora, Nymphadora?—preguntó Remus con una sonrisa burlona.

—¡No me llames Nymphadora!—protestó mientras su cabello cambiaba de color.—Pero en fin.—su cabello regresaba a su color anterior y parecía más relajada.—¿Recuerdan que Harry, Heaven, Hazel y yo anduvimos curioseando los artefactos bajo llave en la casa de Sirius?

Lily la miró mal.—Si, claro que lo recuerdo. Fue una gran irresponsabilidad de tu parte, Tonks. ¿Qué tal si estaban encantados? Por alguna razón, Sirius no deja que nadie se acerque. Merlín sabrá...—fue interrumpida por la joven.

—Si, si, si. El punto es que, debido a que ninguno de los trillizos, bueno.—pausó mirando a Isabella.—Es la costumbre, lo lamento.—bufó.—¿Qué estaba diciendo?

Lily rodó los ojos mientras que los demás reían. Todos le tenían un aprecio especial a Tonks, pues era quien aligeraba el ambiente en situaciones tensas.

—Que ni Hazel, ni Heaven, ni Harry...

—¡Ah si!—se golpeó en la frente.—Que ninguno de ellos comparten lazo directo sanguíneo con los Black. Y aunque yo si, pues soy mestiza y no "podíamos" abrir la alacena. O eso, es lo que creíamos. Entramos porque Heaven, a final de cuentas, es sangre pura. Y aunque no sea una descendiente de los Black, la casa le es fiel a los sangre pura y por eso descubrimos los artefactos llenos de magia oscura de los Black. Que ahora, nos servirán para protegernos.

—A veces olvido lo lista que puedes llegar a ser.—bromeó Remus. Tonks le dio una mala mirada.

—¿Qué hay sobre el cuartel de respaldo?—preguntó James mirando a Kingsley.

—Yo creo que primero deberían inspeccionarlo.—sugirió Snape. Todos asintieron en conformidad.

—Yo podría encargarme de eso.—dijo Isabella.

—¿Podrías ahora mismo?—preguntó Kingsley. Isabella se encogió de hombros asintiendo—Lamento no quedarme más tiempo pero tengo algunos asuntos en el Ministerio. Fue un gusto verles el rostro una vez más.—se despidió para luego desaparecer.

—Yo tengo que regresar antes del anochecer a Hogwarts.—dijo Snape.—Le informaré a Dumbledore que todo ha salido bien. Y les manda esto.—les tendió unos pergaminos.—Buenas noches.—y también desapareció.

—¿Lista para tu primera misión?—preguntó Remus a Isabella.

—Yo no la consideraría una misión.—respondió la rubia.—¿Irás conmigo?

Remus asintió.

—Bueno, ya que todos se están yendo, yo también.—dijo Tonks. Se despidió de todos para luego desaparecer.

—Isabella y yo veremos lo de segundo cuartel—dijo Remus mirando al par de matrimonios frente a él.

—Con cuidado.—aconsejaron los Weasley para sonreírles y despedirse.

—Nuevamente, un gusto.—dijo Arthur.

Isabella sonrió y se despidió.

—Pues, estaremos en contacto ¿no?—dijo James torpemente. Isabella intentó no rodar los ojos. Lily sonrió forzosamente y desaparecieron.

—Bueno, yo también me paso a retirar. Para nada fue un gusto verte, Jeanette Avery, siempre ocasionando problemas.—dijo Sirius bromeando.—Heaven es maravillosa, no lo dudes. Que bueno que estás de regreso, aunque no se si me agrada aquello. Nos vemos pronto.—dijo para luego sonreír. Isabella le devolvió la sonrisa con nostalgia.

—Nos vemos, Sirius.—se despidió Remus y Sirius desaparecio.

—Ya que estamos solos.—Isabella se giró para mirar a Remus.

—¿Pasa algo?—preguntó Remus.

—Tal vez, le comenté a dos personas la situación sobre Heaven y temo que se entere antes de que James tenga el chance de decirle.

—¿Qué personas?

—Es una larga historia, de hecho. Una es Dumbledore, pero fue debido a que él intentó hacerles entrar en razón y ni James ni Lily accedieron. Tiempos más oscuros que nunca, se acercan. Y temo que lo que menos tenemos es tiempo.

—¿Crees que la diga algo al respecto?

Isabella hizo una mueca.—No lo creo.

—¿Y quién es la otra persona?

—Draco Malfoy. Un compañero de clase de Heaven.

—Si, lo recuerdo.—dijo Remus.—¿Estás segura que quieres que tu hija se relacione con el joven Malfoy?

—No es como si fueran a terminar juntos, Remus. Draco y yo tenemos un trato. Yo cuido de su madre, él cuida de Heaven. De lejos, pero lo hacemos. O al menos yo lo hago. ¿Por qué confié en un niño de dieciséis años?

Remus rió.—Tú dímelo.

—Me quejo tanto de tu amigos James que sigue siendo el mismo niño inmaduro y yo sigo siendo la misma ingenua.—suspiró.—Aunque no lo culpo, él pobre Draco tiene tantas cosas encima que sé que Heaven es lo último que le preocupa.

Remus la miró seriamente.—¿A qué te refieres?

Isabella lo miró.—Es algo bastante serio y secreto, Remus. Pero si, el heredero de los Malfoy ha sido reclutado como mortifago.

—¿Y a él le pediste que cuidara de Heaven?—preguntó Remus con una ceja alzada.—Los sangre pura tienen ideologías demasiado raras.

—Se que el chico no es malo, Remus. Lo vi en sus ojos llenos de tristeza el día que hablé con él. Yo alguna vez estuve en su lugar. ¿Recuerdas?—preguntó alzándose la manga de su brazo izquierdo. La marca tenebrosa seguía intacta.

—Tienes razón. Perdóname. No quise ofenderte.

—Se que jamás lo harías, Remus. Muchas gracias por todo.

—Sabes que no es nada. Me alegra bastante poder ayudarlos. Y bueno, si quieres mi opinión al respecto, De verdad espero que James se tome el tiempo de decirle a Heaven cuanto antes, aunque me preocupa un poco porque tiene una habilidad impresionante para ocupar las palabras equivocadas en los momentos más tensos.

—¿Crees que me rechace?—preguntó Isabella con inseguridad.

—No, Heaven es de mente abierta. Le dolerá, si, y es bastante obvio. Todos le hemos mentido en la cara. Nos odiará un buen rato, y tú tendrás que tomar esa ventaja. Es bastante comprensible. Así que no te martirices, Isabella. Estoy seguro de que te amará.

Isabella le sonrió con cariño. Entrelazó su brazo con el de él y se Aparecieron al lugar de la misión.

***
sin editar-10/11/20
sin editar

nota de la autora;

Pues tenía este capítulo en borradores y aunque aún no me convence, sentía que tenía que subirlo.

Tenía que dar contexto. uwu

Las tqm, gracias por votar y comentar.

Intentaré actualizar más rápido. Solo que últimamente me dejan miles de tareas y encima comencé la vida fit, por 10392919 vez en el mes JAJAJAKSA

Btw creen que James le diga a Heaven, yop alch nop JAKAKSKS pero idk que pasara más adelante 👁 pq no todo es tan sencillo

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