chapter twenty-three. just kiss me
𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 23 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ just kiss me ❞
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
DESPUÉS DE MI OTRO CASTIGO con Umbridge, salí lo más rápido que pude y demasiado agotada.
Solo quería llegar a mi cama y dormir tres días seguidos.
—Hazel Longbottom, dime que la cara de sapo no te ha castigado otra vez— la voz de Fred me hizo girarme.
—No lo diré— aseguré.
—¿Qué hiciste ahora?
Negué —Nada malo, ya sabes como es de delicada, solamente le dije vieja cara de sapo cuando paso por el pasillo.
Intento ocultarlo pero no pudo, una sonrisa se formó en su rostro, una sonrisa de orgullo.
—Choque de puños— extendió su puño.
Reí ligeramente, entonces choque mi puño contra el suyo.
—Se que estuvo mal y así pero, no era mi intención que me escuchara— pensé —O eso creo.
Rió —Esa señora tiene un super oído, el otro día nos escucho a Lee y a mi hablar sobre unas bombas fétidas que teníamos pensado encargar y le echamos la culpa a Harry.
Arquee ambas cejas, —Entonces fueron ustedes.
Asintió —Si, ¿Por qué? Dime que Harry no se ha enterado.
Negué —No, pero Filch si y ya lo tiene en la mira.
—Hola, Hazel— Cho se sentó junto a mí.
La miré de reojo mientras comía mi avena —Uh, hola.
—Se que no hemos hablado mucho— admitió —Pero quiero que sepas que estoy aquí para escucharte.
Fruncí mi ceño —¿Eugene te dijo?
—¿Decirme que?— su ceño, al contrario del mio, se aligero.
—Que me pelee con Cedric.
Negó —¿Ustedes pelearon? ¡No! Eugene me dijo que te habían castigado otra vez.
—Oh...— reí con nerviosismo.
Ya la regué, ¿Verdad?
—¿Está todo bien entre ustedes? ¿Por qué pelearon? Claro, solo si quieres contarme, no te voy a presionar.
—No es nada— negué —O bueno, lo es, creo, no lo sé, jamás me había peleado con él.
—Uh, bueno, supongo que todo tiene un arreglo, sea por lo que sea que hayan peleado, deberían hablarlo.
Asenri —Quiero hacerlo, pero cada vez que lo veo me da una terrible parálisis, no se que más hacer, es como si fuéramos dos desconocidos.
—No digas eso, Hazel— pidió —Ya veras que se va a arreglar, todas las parejas pelean, créeme.
—Tu eres la experta, iluminame— pedí.
—Vale, pues, lo principal es no gritar, a gritos nada se arregla— dijo, asentí dándole a entender que la escuchaba —Luego, nada de groserías, las groserías hará que ambos se enojen lo que me lleva al tercer consejo, hablen con tranquilidad y paciencia, nadie los obligar a estar felices el uno con el otro.
—Entiendo, ¿Y qué hago con eso de mi parálisis?
Pensó, mientras fruncia sus labios —Ahí si ya no se.
Solté un quejido —¡Ahh! No me digas eso, Cho.
—La única cosa que se me ocurre es que te lo imagines como un pedazo de hot-dog.
Reí ligeramente, de puro milagro la avena no de me fue a la nariz.
—¿Cómo un que?
—¡Eso hago yo! Cuando estoy nerviosa.
—¿Osea...?
—Cuando hablo con Finn— miró al chico, el cual estaba junto a Cedric en la mesa de Hufflepuff —Creo que me cae bien.
—¿Solo te cae bien?— miré lo mismo que ella.
Negó —No, creo que también me gusta, pero no se si siente lo mismo.
Suspire —Cuando ustedes empiecen a salir, yo arreglaré lo mio con Cedric.
—¡No! Ustedes son épicos, deben arreglarlo como dos casi adultos.
—No creo que seamos épicos— admití —Jamás había visto a Cedric así y ya se lo dije a Eugene pero... lo extraño un poco.
Frunció sus labios —Creo que tendré que aplicar la de Eugene.
—¿Qué cosa?
—Encerrarlos hasta que arreglen las cosas.
Negué —Haces eso y enviare una carta falsa de amor a Finn, advertida estas.
Sus ojos se abrieron tanto como pudieron, se me quedo mirando como si pensara en todos esos escenarios y en lo mal que podrían terminar.
—Vale, no diré nada más, pero ya ha pasado una semana, deberían hablar.
Encogí mis himrnos —Solo necesitamos tiempo.
SOLÍA SER MUY RENCOROSA y odiaba esa parte de mi, puesto a que me molestaba por cualquier cosa mínima y mi ley del hielo podría llegar a ser tan larga que me enfadaba luego conmigo misma.
Con Cedric era diferente, sabía que lo era, él había cambiado mi vida.
Habían pasado aproximadamente unas dos semanas desde la última vez que nos habiamos hablado y, confesaba que lo extrañaba y que parecería una tonta pero estar enamorada o enamorado te hacía hacer cosas tontas.
Como ahora, me quede paralizada cuando cruce el pasillo y miré a Cedric frente a mi, intentaba huir pero no encontré salida alguna así que no me quedo de otra cuando abrí la puerta de la aula sola y él, por alguna razón, entró también.
—¿Qué haces?— inquirí confusa.
Él negó —N-No lo se, creo que tuvimos la misma idea.
—Vale, adiós entonces...— intente abrir la puerta pero Cedric me llamo antes.
—Hazel, espera, necesitamos...— me detuve y él suspiró —Necesitamos hablar.
Asentí de acuerdo —Si, tienes razón.
—¿Quieres empezar o...?
—No, no, está bien, empieza tu— negué, cruzándome de brazos.
—Bien, si, uh... sé que crees que estoy enojado porque te juntas con Fred y así pero no es por eso, créeme, se que son amigos y está bien que cada quien tenga amigos...-
—Pero...— señalé.
Él negó —No hay un pero, solo es eso, no quiero ser un novio celoso ni impedirte que tengas tus amigos es que... me siento algo... ya sabes... inseguro aveces... y ya.
—Ced, esta bien ser inseguro, yo lo soy, todo el tiempo— negué —Pero que me hablaras de esa manera estuvo mal, no me dejaste explicarte que la única razón por la que no le dije a nadie era porque no sabía como... realmente lo iba a hacer.
—No estabas obligada, Hazel— aseguró —Estuve mal, lo admito, me merezco una bofetada, lo lamento.
—No soy una persona violenta pero...— encogí mis homnros —Si tanto insistes...
Retrocedió unos pasos —Uh, vale, Hazel, lo decía en broma.
Reí ligeramente —Lo se, yo también.
—Entonces... te dejaré la decisión a ti, sin presiones, entenderé.
Quería estar enojada con él, pero no podía, no podía enojarme con él.
Lo quiero, o amo, no lo se, solo sabía que una parte de mi se alteraba al verlo, al ver como es conmigo, al verlo simplemente sonreír. Quizá estaba enloqueciendo, pero cada vez que lo veía mi corazón palpitaba demasiado rápido y lo único que quería era tenerlo cerca.
Negué —¿Por qué nunca captas las indirectas, Ced? Acepto tu disculpa, ahora besame.
Fue como si hubiera estado esperando aquel permiso, ya que sin pensarlo colocó ambas manos sobre mi cintura y yo sobre sus hombros, sin romper aquel beso lento que nos unió, luego de juntar nuestra frentes en aquel silencio.
—Lo siento...— le escuche murmurar bajito.
Asentí con una sonrisa —Ya lo haz dicho.
Me separé un poco, mientras tomaba sus mejillas de nuevo pero, esta vez un poco más atrevido, más profundo y con un significado diferente. Mi corazón latió demasiado rápido para cuando me di cuenta de que nuestras respiraciones se alteraron pero nosotros no nos separamos.
Él hizo aquella táctica que sabía que me daba cosquillas, pasó sus besos a mi cuello, haciéndome sonreír y tratando de no reírme, entonces coloque ambas manos sobre su pecho mientras Cedric comenzaba a subirlas y alterando cada parte de mi cuerpo.
Ambos estábamos demasiado emocionados por lo que podría ocurrir en ese momento, pero, aquella emoción se vio desviada cuando la puerta se abrió, interrumpiendo nuestras respiraciones al creer que se trataba de algún profesor.
—¿Puedo abrir los ojos?— preguntó Milan, quien había ingresado con las manos cubriendo su vista —¿No quedaré traumada si los abro?
Aclaré mi garganta mientras el chico junto a mi brincaba tal como un gato.
—N-No— aseguré algo ajetreada —Nada esta pasando.
Mis mejillas se pusieron tal rojas que parecía un tomate, entonces, un poco desconfiada Milan quito ambas manos de sus ojos.
—Los vi entrar hace un rato— confesó la rubia, viendo detalladamente a ambos, pero no comento nada —Quería dejarlos solos, pero necesito decirles algo, a ambos.
Asentí, al igual que Cedric, quien parecía estar más tranquilo y puso toda su atención en ella.
—¿Estas bien?— le inquirió —¿Pasa algo malo?
—Lo mismo que dijo— señalé al chico junto a mi.
—No es nada malo, de hecho me esta yendo bien en la vida... pero no vine a hablar de eso— Milan intento no desviarse del tema —Tuve una idea, y luego Hermione me apoyo, la cosa es que en la proxima salida a Hogsmeade tendremos una reunión.
Sonreí animada —¡Uh! ¿Así como esas en las que se reúnen para leer?
Milan negó, formando una pequeña mueca —No exactamente, es para...prepararnos en DCAO. Ya saben, por lo de Umbrigde y su enseñanza teorica, y para protegernos de ustedes-saben-quien.
Mi ceño de aligero lentamente, notando como Cedric casi se ahogaba con sus propia saliva.
Sabía que intentaba no mostrarse nervioso o asustado frente a Milan o a mi.
—Bueno, enseñanzas estúpidas querrás haber dicho— admití —Pero te apoyamos en lo que sea que necesites.
Ced asintió —Sí, danos fecha y hora, y estaremos ahí.
—Sera en Cabeza de Puerco, el fin de semana— comenzó a contar ella —Hemos invitado a unos cuantos que nos parecian interesados en el tema. Ustedes podrían decirle a sus amigos de confianza.
Mi mente divago solamente en Cho, Neville, Finn y Eugene.
—¿Nevi ya sabe?— le pregunté.
—No, aún no— negó ella —Estuvo sumergido con sus plantas estos últimos días, no lo he visto mucho.
Asentí —Vale, entiendo, entonces te veremos ahí.
Cedric también asintió al igual, —Sí, espero que Umbridge no se entere.
—Que se entere, me da igual— encogí mis hombros, cambiando mi expresion cuando vi la de Milan —No literalmente.
—Eso sería todo, los dejo con lo que sea que estaban haciendo— termino por decir Milan, girando para irse, pero de detuvo a medio camino —Cedric.
—¿Pasa algo?— preguntó el castaño.
—Ese día tal vez esten chicos que te hagan preguntas sobre... ese día, sobre lo que viste— dijo cuidadosamente —Si aún quieres venir esta bien, y si no, tambien. De todas maneras, te defenderé si ellos se pasan de la raya, ¿okey?
Una sonrisa se formó en los labios del castaño —Okey, tu serás mi protectora, que suertudo soy.
Les sonreí a ambos.
—Me tengo que ir, chicos. Entonces lo vere ese día— se despidió rapidamente, comenzando a salir de aquel salón —Si no voy a clases ya, Hermione me mata por llegar tarde.
Ambos asentimos cuando ella cerró la puerta, el aire que había retenido en mis pulmones salió de mi cuerpo.
—Creo que deberíamos volver a clase— me giré a Cedric.
Quien, asintió de inmediato y tomó su mochila, así ambos regresamos a nuestros respectivos salones.
COMO HABÍAMOS PROMETIDO, llegamos hasta Cabeza de Puerco a la hora exacta.
—¿Tenemos que entrar? Aquí huele raro— Eugene formó una pequeña mueca.
—Si quieres apoyar a Cedric, si— le respondí, tomando de su brazo para empujarlo dentro.
Ambos, junto a Finn, Cho y Cedric nos adentramos hasta dentro del pequeño lugar.
—Ron— escuché a Hermione llamo cuando más personas comenzaron a acercarse —¿Quieres traer unas cuantas sillas más?
La saludé con un ademán y cuando todos se sentaron, en la barra comenzaron a sonar los vasos llenarse de cerveza de mantequilla, los cuales fueron recibidos por cada uno de ellos.
—¡Salud!— exclamó Fred mientras repartía los vasos junto a Eugene —Suelten el dinero, yo no tengo suficiente oro para pagar todo esto...-
Eugene saco de inmediato la bolsa donde resonaban un montón de galeones y con una sonrisa orgullosa dijo: —De eso me encargo yo.
La cara de Fred casi de le cae —Vale, me caes bien.
Reí ligeramente, mientras tomaba el vaso y bebí un poco, girandome a Cedric cuando me llamó.
—Tienes un poco de espuma— señaló.
Miré en un intento fallido —¿Dónde?
Él sonrió ligeramente, tomando de su bufanda y limpiando mi rostro —Ya está.
Después de eso planto un pequeño beso sobre mi mejilla sin previo aviso, haciendome sonreír.
Cho y Finn hablaban tranquilamente a mi lado, les sonreí a ambos, mientras la pelinegra desviaba la mirada e intentaba sacarle otro tema de conversación.
Reí al lograr mi cometido, poniendo ahora toda mi atención cuando miré a Milan levantarse junto a Harry.
—Hola— saludó —Hace unos días tuve una idea, la cual fue impulsada por mis amigos, incluyendo a Harry— comenzó a contar —Creemos que sería conveniente estudiar Defensa Contra las Artes Oscuras de una manera apropiada, y no como la profesora Umbridge lo viene haciendo.
Pude escuchar como algunos de los compañeros comenzaban a murmurar entre sí.
—Así que, creímos que era momento para tomar cartas en el asunto, y con eso quiero decir, aprender a defendernos como es debido, no solo en teoría.
—Eso, eso— Eugene aplaudió despacito, siendo el único.
Arquee ambas cejas, parecía que Eugene ya se había bebido dos cervezas de mantequilla.
Milan le sonrió, sintiéndose más animada con su pequeña introducción.
—Bueno, con eso quiero quiero decir aprender como es debido, poniendo en práctica los hechizos.
—Pero supongo que también querrás aprobar el TIMO de DCAO— comento un chico, al que reconocí como Michael Corner
Hermione asintió obvia —Por supuesto, pero también queremos estar debidamente entregados en defensa porque... porque...-
—Porque Lord Voldemort ha vuelto— interrumpió Cedric.
La saliva casi se me iba a la nariz de alguna forma, la cerveza de mantequilla casi se me resbalaba de las manos y la sala de quedo en total silencio.
A eugene casi se le cae la cerveza de mantequilla sobre su carisimo suéter, ignoré el hecho de que lo estaba tratando de limpiar, observando solamente al chico junto a mi.
—Ese es el plan es cuestion— Milan termino por decir —Si quieren unirse a nosotros, tendremos que decidir donde...
—¿Que pruebas tiene de que Quien-ustedes-saben a regresado?— pregunto Zacharias Smith, uno de los ex-amigos de Cedric.
Ninguno de mis tres amigos decía nada, ni siquiera Cedric se atrevió a mirarlo, solo yo.
—Su palabra— respondí —Las palabras pueden ser más que suficiente, si no le crees no se qué sigues haciendo aquí.
—Bueno, Dumbledore lo cree a ellos— el chico se refirió a Harry y Cedric.
—Si, les cree a ellos— dijo Milan con seriedad —Porque fue así. Ahora, no nos desviemos del tema de la reunión.
—Creo que tenemos derecho a saber que es exactamente lo que les permite afirmar que quien-ustedes-saben ha regresado.
Suspire, intentando no salirme de mis casillas frente a todos.
—Como dije al principio, esta reunión es para practicar sobre hechizos de defensa, porque sabemos que no aprenderemos nada con teoría.
—¿Y por qué?— contraataco Zacharias.
Merlín, no se calla nunca.
—Porque Voldemort a regresado, ¿acaso no escuchaste, idiota?— le respondió Milan por mi.
—Eso solo lo dice Diggory y Potter.
—Si, ellos lo dicen. Y sabes que, Zacharias, si ahora no te callas y escuchas antes de seguir diciendo tonterías, juro que mi lado licatropo saldra a la luz y será muy malo para tí.
—Dejalo, Milan— pidió Harry, cuando Milan estuvo a punto de explotar en ira.
Miré mal al chico, dejando la taza con cerveza de mantequilla sobre la mesa y cruzandome de brazos.
Había arruinado el ambiente bueno que teníamos y que insistiera en una manera tan grosera solo me hacia enojar más. Eugene no podía ayudarle, meterse en problemas le ocasionaría más problemas con sus padres, Cho estaba demasiado paralizada y atenta a lo que decían los demás, Cedric luchaba con un inmenso impulso de lanzarse a golpearlo ya que su rostro estaba colorado.
—Si solo has venido a escuchar lo mismo que Dumbledore ha dicho el año pasado no podemos ayudarte— respondí y senti como todos me miraban —Cómo dije, si no les crees, ya puedes irte, hay una puerta y estoy segura de que sabes como abrirla.
—Lo único que nos contó Dumbledore el año pasado fue que Quién-tu-sabes había matado a Viktor Krum y que este de aquí...— señaló a Harry —Y tu noviecito habían huido de él y llevado el cuerpo de Krum hasta Hogwarts. No nos contó los detalles ni nos dijo como habían matado a Krum, y creo que deberíamos saber...-
Harry se levantó esta vez, haciendo callar a Zacharias de inmediato.
—¿Quieres saber qué es exactamente lo nos permite afirmar que Quién-tu-sabes ha regresado?— cuestionó —Lo vimos, yo lo vi, el año pasado, Dumbledore le contó al colegio en pleno lo que había ocurrido, pero si tu no le creíste, no me creerás a mi y no le creerás a Cedric, y yo ninguno de nosotros piensa malgastar una tarde intentando convencer a nadie.
La sala se volvió a mantener en silencio, nadie se atrevía a decir nada y quizá era porque todos estaban tratando de aceptar el hecho de que Quién-tu-sabes había regresado.
Yo lo hice, lo acepte el año pasado, cuando Cedric estuvo apuntó de morir a manos de aquel mago oscuro.
—No vamos a hablar de Krum, ¿De acuerdo?— Cedric hablo por primera vez en la discusión —Si has venido a eso, bueno, Hazel ya te dijo que te puedes ir.
Pero ninguno se levantó, ni siquiera el chico, lo único que se podía escuchar en aquel momento era como Eugene bebía su cerveza de mantequilla hasta terminarsela.
—Bueno— Milan intento calmar las cosas, y seguir con el proposito de la reunión —Si queremos aprender defensa, tenemos que decidir como vamos a hacerlo, con que frecuencia, y en donde...
—¿Es verdad... — una chica de larga trenza interrumpio a Milan, ella se dirigia a Harry —... que puedes hacer aparecer un patronus?
Miré a Harry algo asombrada.
—Si— respondió él, dando un paso al frente, un tanto a la defensiva.
—¿Un patronus corpóreo?
Harry frunció su ceño, lo cual me hizo mirar a la chica esta vez.
—Oye, ¿Tú conoces a la señora Bones?
—Es mi tía— dijo la ella, sonriendo —Me llamo Susan Bones. Me contó lo de la vista. Bueno, ¿es verdad o no? ¿Sabes hacer aparecer un patronus con forma de ciervo?
El chico siguió respodiendole, poco a poc note como la reunión mejoraba y como el ambiente cómodo regresaba.
Pude ver cómo Harry se emocionaba un poco con cada pregunta que hacia y, me atreví a preguntarle unas cuantas cosas que había escuchado por parte de Cho.
Cuando la reunión se llevó casi toda la tarde, había un solo problema que era buscar en dónde se llevarían a cabo las reuniones.
—¿En la biblioteca?— propuse —Aunque no creo que la señora Pince se ponga feliz si nos ve haciendo escándalo en su biblioteca, a mi ya me tiene en la mira.
—¿Qué tal en alguna aula vacía?— Cedric propuso junto a mi —Conozco varias.
—Claro que conoces varias vacias, ¿verdad?— se burlo Milan y entonces supe que la indirecta era para nosotros.
El resto de nuestros compañeros nos dieron miradas confusas, Eugene casi se ahogaba de la risa que intentaba ocultar. Sentí mis mejillas ruborizarse rápidamente.
—Como decía...— Cedric aclaró su garganta —Quizá la profesora Mcgonagall nos deje la suya.
—Bueno, ya buscaremos un sitio, cuando tengamos el sitio y la hora de la primera reunion les enviaremos un mensaje a todos— finalizó Hermione, mientras rebuscaba algo en su mochila.
Saco un pergamino con una pluma y titubeo un poco mirando al grupo.
—Creo que ahora cada uno debería escribir su nombre, para que sepamos que ha estado aquí. Pero también creo que todos deberíamos comprometernos a no ir por ahí contando lo que estamos haciendo. De modo que si firman, se comprometen a no hablar de esto ni con la profesora Umbridge ni con nadie.
Antes de que alguien pudiera firmar, Fred tomó el pergamino y firmo sin pensárselo dos veces. Reí ligeramente, tomando la pluma y el pergamino, firmando y pensando en que quizá mis padres si estarían orgullosos.
La reunión terminó, algunos se fueron poco a poco y se despidieron unos a otros. En cuanto mire a la rubia, la llame con un ademan, así que ella se acercó rápidamente a sus amigos, se despidió con un movimiento de mano de Ron y Hermione.
Lo que no esperaba era que se despidiera de Harry con un beso en la mejilla.
Tanto cedric como yo nos quedamos algo asombrados mientras le sonreiamos burlones. Me crucé de brazos mirando a ambos chicos.
—Vaya, un poco más y se besan— le dije.
—Harry se quedó con ganas de beso— aseguró Cedric.
Asentí muy de acuerdo —Ya, míralo, pobrecito.
—¡Basta!— pidió Milan, haciendo una mueca de horror —Solo me despedí de él, no es para tanto.
Forme un puchero, mirando a Harry irse junto a Hermione y Ron —Mira su carita de achicopalado.
Cedric tomó mi mano —Sigo esperando a que se confiesen o lo haré yo mismo por ambos.
—¡Apoyo esa idea!— levante mi mano libre.
—Es que...— Milan murmuro —Creo que no es un buen tiempo para que triunfe el amor. Con lo de Umbridge y demás.
—¿Cómo que no?— fruncí mi ceño —Ced y yo nos acabamos de reconciliar así que si, el amor triunfa o que me parta un rayo si no es así.
—Espera...— la chica frunció el ceño, mirando ambos chicos —¿Mis padres se pelearon y hasta ahora me entere? Me iré de la casa, lo juro. Luego no lloren por mi.
Reí, —No intentes cambiarnos de tema, ya besense o no podre dormir.
—Será cuando menos lo esperemos, o eso creo, espero que si. Creo que, ambos estamos en el punto que sabemos lo que sentimos, pero ninguno se anima.
—Es más fácil de lo que crees, Milan— le sonreí —Solo... deben estar seguros de que ambos sienten lo mismo y de que ambos saben lo que quieren.
Cedric asintió, mientras me señalaba —Sí, lo que Hazel dijo.
—¿Se te acabaron los consejos, abuela Diggory?— se burlo Milan.
Miré confusa a ambos, intentando no carcajearme frente a el chico por el apodo.
Él negó —No, pero mi novia esta aquí y no quiero que me pegue por darte un mal consejo— susurró bajito, aunque aún así lo escuche.
Milan negó —Ah, y no crean que se me olvido lo que sea que vi en esa aula vacia, casi me trauman. Nunca hubiera superado eso.
Mi expresión cambió de inmediato y la sonrisa se me borro del rostro en una milésima de segundo.
—Pff, no se de qué me hablas— fingí demencia.
Ced asintió, intentando apoyarme, pero estaba tan nervioso como yo —Si, si, solo estábamos estudiando.
—Ya, seguro estaba buena la clase de anatomia— encogio sus hombros.
—Sabes, ya es muy tarde, se ve que el sol bajara en cualquier momento— miré al cielo
—No intentes cambiarme de tema— ella me imitó.
Miré a Cedric y el a mi, —Hmm, será mejor que nos vayamos, ¿No crees, Hazel?
Asentí —Tienes mucha razón, a esta hora asaltan.
—Adiós, Milan, cuídate— pidió el castaño.
Me despedí con un ademán —Adiós, Milan, vete con cuidado y cuida tus galeones.
Ambos corrimos rápido por las calles de Hogsmeade. Me aferré tanto a Cedric cuando este estuvo apunto de caerse
—Estuvo muy, muy cerca— finalice.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro