chapter twenty-seven. midnight rain
𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 27 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ midnight rain ❞
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( si votan y comentan full les pongo mil escenas de Hazel y Cedric en navidad )
ME MANTUVE CONCENTRADA en la revista el Quisquilloso que Luna me había entregado al salir de mi habitación. Ella parecía querer acercarse más a nuestro grupo de amigos y la aceptaba más que a nada.
—Hazel— llamó Cedric.
Lo miré —¿Qué pasa?
—Hoy en clase de Hagrid vimos unos... thestrals— formó una mueca —¿Tu... pudiste verlos?
Mi ceño de frunció al entender lo que trataba de preguntar.
—¿Qué si vi a alguien morir? Si, a mi abuelo pero ya lo supere, estoy bien.
Asintió —Vale, solo tenía curiosidad.
Los búhos se adentraron al gran comedor, mientras dejaban cartas por todos lados entre las decoraciones de navidad, pues Diciembre llegó demasiado rápido.
Una carta se posicionó frente a mi avena, cayendo y remojando todo el pergamino.
—Me lleva la que me trajo— murmuré en voz baja.
Tome la carta, haciendo a un lado la avena y abriendo esta misma.
—Uh, es de mi tía Emma— sonreí.
—¿Qué dice?— Ced se pego más a mi.
—No puedo leerla si me respiras en el oido— admití y el rió. Aclaré mi garganta entonces —Querida Hazel, me alegra escuchar la noticia de que vendrán a casa, no tienes idea de cuanto espere porque me salvarás de tu abuela, espero verlos pronto a Neville y a ti... sin olvidar al galán con el que...— me interrumpí.
—¿Qué más dice?— Cedric sonrió con arrogancia.
Me levanté —Nada.
Pero Ced tomo mi mano y me volvió a sentar junto a él.
—Hazel, ¿Qué dice?
Negué —Nada.
Mi rostro se puso rojo como un tomate, mientras Cedric tomaba la carta de mis manos y la leía en voz alta:
—... me dijiste que salías, espero conocerlo, ¿Lo invitaste para navidad? Espero que si, o si no tu y yo tendremos una larga charla. Con amor, tu tía Emma.
El chico se mantuvo en silencio luego de leer la carta, cerrando el pergamino y entregandomelo.
—No... me invitaste a tu casa para navidad— recordó.
Suspiré —Lo se, lo se.
—¿Por qué?— se preguntó.
No era por él, Cedric aún no tenía idea de mis padres, él había sido tan paciente conmigo que me había olvidado decirle.
Negué —No es... no es por ti, Cedric, lo juro, no es por ti.
—No es obligatorio— asintió —lo se, pero me hubiera gustado que me tomaras en cuenta también.
Decirle a Cedric que soy medio huérfana, en algún momento tendría que pasar.
Maldita sea, Hazel.
La campana sonó para la siguiente clase y entonces todos los alumnos se levantaron de sus respectivas mesas, dejándonos a ambos en silencio.
—Lo siento— susurré a Cedric antes de que se levantara.
Él asintió, besando mi frente y tomando su mochila —Lo se.
Entonces supe que la había regado otra vez.
¿CUÁNTAS VECES MÁS me perdonaría Cedric? ¿Cuantas veces más me amaría?
No lo sabía.
Tenía miedo de que se cansará de mi y me dejara, que terminara con todo.
“¡QUE TENGAN
UNA MUY HARRY NAVIDAD!”
Alcance a leer al adentrarme a la sala de menesteres junto a los chicos y Luna.
—Muérdago— dijo la última con aire soñador.
—Dicen que el muérdago se ha relacionado con la buena suerte y la prosperidad— soltó Eugene de pronto —Aunque yo lo veo más como una oportunidad para que dos hormonales se besen hasta las pecados.
Fruncí mi ceño con delicadeza, mientras le sonreía ligeramente —Ni lo pienses.
Él rodó los ojos —Hazel, no tenía pensado besarte a ti, que asco.
Lo empujé, adentrándonos más a la sala —¡Asco tu!
—¿Dónde pasarán navidad?— se preguntó Cho.
—En casa— respondí —Sola y abandonada.
—En mi casa, con mis padres, un elfo doméstico y solo— Eugene negó.
—¿Qué hay de ti?
—Finn me invito a pasar navidad con su familia, dice que su mamá quiere conocerme y la verdad es que me pone feliz— sonrió de lado a lado.
Eugene me miró mal —Aprende de Finn.
Rodé los ojos —No era mi intención, ¿Si? No quiero que Cedric me vea como la huérfana que necesita ayuda.
—No lo hará— Luna soltó de pronto —Conozco a Cedric hace unas semanas y siempre se pone feliz cuando algo tiene que ver contigo, hazel.
Titubee —¿Eres buena con los consejos, Luna?
Ella asintió —Mi papá dice que si.
—Mejor dale un zape— opino Eugene.
Cho frunció su ceño —Me perdí.
—Hazel no invito a Cedric para navidad a su casa, él quería que lo invitará pero no le dijo para no presionarla y Hazel como toda babosa que es, no lo invitó y ahora se siente mal— resumió Eugene.
—¿Esta es ya la tercera vez que se pelean, no?
Asentí —Algo así, no quiero que eso vuelva a pasar pero ahora no encontró como hacer que se sienta mejor.
—Ah, si, él se siente mal por eso— murmuró Eugene.
—Te aconsejo que hables con él, que lo invites y le digas la verdad— dijo Luna.
Fue como si todo mi cerebro se ilumara —¡Gracias, Luna!
Ella sonrió, cuando la sesión de la ED inició, Cedric decidió hacer pareja de duelo con Eugene, dejándome con Neville ya que Cho añadió a Luna con ella y su nueva amiga con un nombre extraño, se llama Marietta o algo así.
A decir verdad Neville había mejorado demasiado, incluso logró desarmarme en varias ocasiones, la cuales lo felicite.
—Lo están haciendo realmente bien— comentó Harry al finalizarse la sesion —Cuando regresemos de las vacaciones podemos empezar a hacer algunas de las cosas grandes... quizás incluso un
Patronus.
El entusiasmo llegó a mi rápidamente, saliendo luego de aquello tras Eugene y Cho.
ME SENTÉ SOBRE LA MESA de la biblioteca junto a Eugene, mientras el me miraba raro.
—¿Te conozco?
—Ja, ja, me exploto el riñón de la risa— respondí con sarcasmo.
Eugene rió —¿Qué pasa, Hazel?
—Escribí una carta para Cedric.
Sonrió —Hazel, te dicen Romeo.
Golpee su hombro —Eugene, tienes que dejar de leer tanta novela muggle.
Negó —Eso jamás, una chica de Hufflepuff me metió a ese mundo de novelas muggles.
Arquee ambas cejas —¿Entonces ya tienes novia?
—No es mi novia, Hazel.
—¿Qué tenemos nosotros con los Hufflepuffs? Cho sale con Finn, yo con Cedric y tu con esa chica, los tres de Hufflepuff.
Se quedó pensando mi conclusión, —Yo... bueno, mentira no es.
Asentí —Es muy raro, es como si tuviéramos una debilidad o algo así por ellos.
—Si... supongo que somos la pareja perfecta.
Sonreí —¿No que no eran novios?
Rodo los ojos —Ve a comer pan, Hazel.
Reí —Volviendo al tema de mi carta...— me senté junto a él —Planeo mandarsela hoy pero necesito una sincera opinión y se que tu mejor que nadie dices la verdad.
Suspiro —La clave esta en decir siempre la verdad por un tiempo, luego todos creerán que eres sincero y podrás mentir cuando quieras.
—Gracias por el tip innecesario, te leeré la carta— aclare mi garganta y dije:
Querido Cedric:
se que no soy totalmente perfecta, cometo errores todo el tiempo, pero tu me haz demostrado que aun así me quieres, se que lo que hice estuvo mal y que unas disculpas quizá no sean necesarias puesto a todo lo que te he hecho, la verdad es que no he sido sincera contigo del todo pero ahora que se que los secretos no funcionan en la relación, estoy dispuesta a decirte todo sobre mi loca familia.
Espero verte en la torre de astronomía hoy después de la cena.
Con amor, Hazel L.
—¿Qué opinas?
Asintió —¿De dónde sacaste eso?
—Ni yo se— encogí mis homnros —¿Entonces?
—Lo apruebo pero, ¿Hoy Cedric no tiene practicas de quidditch después de la cena?
Me quede procesando unos segundos, dándome cuenta que era verdad.
—¡Me lleva la que me trajo, soy la peor novia del mundo!
—Ex-novia— Eugene fingió toser.
Le miré con un puchero, apunto de echarme a llorar mientras su ceño se aligeraba.
—No lo decía en serio— añadió rápidamente.
—Olvídalo— me levanté de la mesa.
Ser olvidadiza no era mi culpa, preferir mantener mis cosas en secreto no era mi culpa.
Así me hicieron mis papás.
Pero volviendo al tema, él era sol, yo era lluvia de medianoche, y recién me había dado cuenta de aquello.
NO PODÍA ESPERAR A esta noche, no podía esperar ni un segundo más así que, al terminar mi clase de Astronomía, me fui corriendo hasta Pociones, esperando a Cedric afuera mientras caminaba de un lado a otro y me repetía en mi cabeza:
—Unas disculpas no son suficientes, pero lamento lo que paso— murmuré una y otra vez.
Cuando el timbre sonó y los alumnos de Hufflepuff acompañados de los Slytherin salieron, me quedé quieta cuando Finn salió y me miró confuso.
—Hola, Hazel— saludo.
—Hola, no se donde esta Cho— me apresure a decir.
Él sonrió —No iba a preguntar eso, pero creo que dijo que estaría en Encantamientos.
Asentí —Si, casi no compartimos clases.
—Lo se, que bueno verte, Hazel, ¿Quieres que busque a Ced? Dijo que se quedaría a hablar con Snape.
Negué —No, no, gracias, eres muy amable.
—Bueno, si necesitas algo dímelo.
—Gracias, Finn— me despedí con un ademán.
Cuando él se fue y la clase estuvo medio vacía, Cedric salió del aula y me miró en cuanto salió.
—Hazel...— comenzó pero lo tomé del brazo.
No dije nada y él tampoco, solo camine por el pasillo hasta encontrar un aula vacía y lo encerré ahí junto a mi.
Entonces me giré a él con los brazos cruzados —Debemos hablarlo.
—No tenemos, no es... no, lo entiendo, Hazel, tienes tus problemas familiares y así— negó —No tengo por qué presionarte en ese tema y solo quiero que sepas que no estoy enojado.
Asentí —Yo tampoco lo estoy, Ced.... me haces feliz, ¿Si? Y, amaría que vinieras a mi casa para navidad y realmente quería invitarte pero soy la persona mas olvidadiza que conocerás, soy reservada y aveces enojona pero así soy y sé que así me amas así que lo siento, no te mereces eso porque siempre haz sido lindo conmigo así que intentaré mejorar para no olvidarme.
Se sentía como si un gran peso se quitara de mi cuerpo, realmente lo sentía así.
Saber que tanto Cedric como yo no estábamos molestos era de lo mejor, porque estos eran problemas mínimos que se solucionaba solamente con hablar, no era una gran pelea como mi cabeza lo idealizo, era solamente un mínimo detalle.
Creo.
—Me alegro escuchar eso— admitió —Te amo, Hazel, demasiado como para dejarte ir tan fácil, nadie es perfecto y así como tu, yo soy la persona más paciente que conocerás así que te ayudaré y esperaré a que superes todo.
Mi ceño se aligero un poco —¿Dijiste que me amas?
Asintió obvio —Claro que lo hago, me apoyaste en el torneo, cuando casi muero por ese dragón, cuando volví y había perdido a todos mis amigos, cuando creí que estaba perdido pero te tenia a ti. Siempre estuviste ahí, Hazel.
Un suspiro salio de mis labios, mientras le sonreía ligeramente con el sentimiento de confianza más que nunca.
—Mis padres están en San Mungo— solté.
Espere impaciente a una reacción, pero lo primero que vi en Cedric fue su rostro cambiar a asombro.
—¿Ellos...?
—Son pacientes, si— añadí —Nadie lo sabe, no quería que nadie supiera, solo Neville y yo somos los únicos que sabemos y, en navidad los visitamos creo que por eso la idea de que vinieras a mi casa me aterro al inicio pero... ¿Qué más da? Me canse de guardar secretos a ti.
—De haberlo sabido, Hazel, ni siquiera te hubiera dicho algo al respecto, lo hubiera entendió si tu no quisieras.
Negué —Quiero que vengas a mi casa para navidad, Ced, tu y yo, mi abuela haciendonos preguntas incómodas, mi tía Emma dándonos esa platica y Neville huyendo a la cocina para no escuchar, así es como quiero pasar mi navidad si estas tú.
Me mantuve en silencio unos segundos.
—Así que, ¿Quisieras venir a mi casa para navidad, Cedric?
Él asintió —Si quiero.
Sonreí —Entonces pide permiso y lleva ropa extra, a y una cobija porque no se si Emma te dejara dormir en la misma habitación que yo.
Rio ligeramente —Lo haré.
—Te amo, también.
Como si estuviese soportando el no moverse, camino hasta mi y planto un largo beso sobre mis labios, haciéndome sonreír.
—No puedo creer que dijéramos nuestro primer Te amo en un aula vacía— admitió el cuando nos separamos.
Reí por lo bajo —Nada ni nadie es perfecto.
HABÍA LIBROS A MI ALREDEDOR, pues después de aquel pequeño encuentro con Cedric queríamos pasarnos juntos el resto del día pero ambos teníamos demasiadas tareas atrasadas.
Incluyéndome, no había podido ver a nadie los últimos dos días por estar sumida en tanta tarea.
—Hazel feliz, ¿Qué sigue? ¿Yo y Fleur volviendo?
Fruncí mi ceño al esccuhar la voz de Eugene —¿Qué?
Él avanzó hacia mi, tirandose hacia el suelo y soltando un largo suspiro. Mire cada uno de sus movimientos mientras él se encargaba de mirar el techo.
—Ya puedes preguntarme qué me pasa— me dijo.
—¿Que te pasa?— inquirí.
—De todo.
Entrecerré los ojos —¿Todo...?
—Es de esos días, Hazel— negó —Vigilame o me tiraré de la torre de Astronomía.
Suspiré —Siempre son esos días.
—¿Tu que tienes?— inquirió confuso.
Dejé de escribir —Lonnie esta enferma, presiento que es por el frío, la he dejado todo el día en el invernadero.
Se levantó, colocando ambos codos sobre el suelo —¿Cómo sabes que una planta esta enferma?
—Solo se sabe, cosas de mi cabeza— señalé mi cabeza —Si no se repone entonces...-
—¿Se puede morir por eso?
Asentí —Por eso y otras cosas más, espero que no pase o estaré en mi habitación diez años.
—¿Puedo hacerle un funeral si se muere?
Lo miré mal por dejando del pergamino —No es chistoso.
—Lo siento, quería saber.
—No, no puedes.
LOS DÍAS HABÍAN PASADO naturales, había hecho todos mis exámenes y por suerte logré terminar todas mis tareas, menos mal, por poco me llevo Astronomía.
Creo que ser Ravenclaw no significa ser un nerd y ya lo comprobé.
—Ya recibí la respuesta de mis padres— mencionó Cedric, mientras se sentaba sobre la cama.
Me senté sobre la misma, digamos que los alumnos de Hufflepuff son demasiado amables si les caes bien, en especial Hannah Abbot, de quien fue la idea de meterme a la sala común de Hufflepuff y quien le dio a Cedric un zape cuando vio que jamas me había invitado.
—¡Es Hazel, ¿Cómo no íbamos a dejarla entrar?!— exclamó cuando se entero.
Cedric encogió sus hombros —No lo pensé.
Ella rodó los ojos —Por supuesto que no.
—¿Qué dijeron?— inquirí al castaño, mientras recargaba mi mentón en su hombro.
Abrió la carta, por lo que me deje caer sobre la cama con la mirada al techo para que él tuviera la privacidad de leerla.
—Ellos dijeron que... si— me sonrió —Así que pasaremos navidad en tu casa.
Se dejó caer junto a mi, mientras ambos mirábamos el techo.
—Espero te guste el olor a café— le dije —Porque eso es lo único que mi abuela bebe, ah, si, veras a mi tía Emma dándonos regalos como bufandas o plantas no alucinógenas.
—No puedo esperar por eso.
—¿De verdad prefieres eso que pasar la navidad con tus padres?— me pregunté.
Él asintió obvio —Claro que si, si tu estas conmigo todo es mejor que eso.
Lo mire y él a mi —Eres un romántico, Cedric Diggory.
—Y me amas así— completó.
Asentí —No digas verdades.
Tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos, su mirada sobre la mía y nadie en la habitación más que nosotros.
La tentación de besarlo hasta cansarme se apoderaron de mi cuerpo de un momento a otro, ambos pensábamos lo mismo, estuve apunto de acercarme cuando la puerta de abrió y ambos nos levantamos con tanta rapidez.
Finn nos miró con los ojos bien abiertos, —Uy, perdón, no sabía que estaban aquí.
Le sonreí, formando un ademán para saludarlo, el cual correspondió mientras Cedric negaba.
—Está bien— se giró a mi —¿Quieres ir a ver las decoraciones en el gran comedor?
Le asentí, tomando su mano aún con más fuerza mientras aceptaba y así ambos salíamos de la habitación hasta el gran comedor.
Disfrutamos mucho las decoraciones, pues eran demasiado lindas para ser reales, al final, el profesor Fitwlick me llamó una vez que nos vio a ambos tomados de la mano.
—Ay, no— murmuré a Ced.
Él miro a su alrededor —¿Qué? ¿La Umbridge está por ahí?
Reí ligeramente, mientras negaba —No, es el profesor Fitwlick.
Caminé, mientras me detenía justo frente al profesor.
—¿Pasa algo, profesor?— inquirí con amabilidad.
Me miró serio —Ya que veo que a usted y al señor Diggory les gustan las decoraciones, me parece que están dispuestos a ayudar.
Titubee —Creí que era...— me arrepentí —Claro, nos encantaría ayudar.
Le tenía miedo a los castigos, ¿Qué más podía hacer?
Retrocedí cuando me paso la caja llena de decoraciones gracias a su varita, le sonreí y me di vuelta hasta Cedric, quien me miraba confuso.
—A... yuda... me— rápidamente tomo la caja de mis manos.
—¿Qué es esto?— metió la cabeza sobre la caja.
Suspiré —Esferas, ayúdame a ponerlas en las paredes.
—Creí que los prefectos tenían que hacer esto— admitió —Yo lo hice el año pasado.
Asenti —Si, pero el profesor quiere ayuda así que, ayuda.
DESPUES DE UNAS LARGAS horas ayudando al profesor con las decoraciones, terminamos demasiado cansados como para estar juntos más tiempo, además al día siguiente teníamos que tomar el tren para ir a casa y así fue.
Me levanté justo a las siete de la mañana, me bañe, me lave los dientes y baje con mi maleta en mano a duras penas, Eugene al verme bajar corrió a ayudarme y colocando mi maleta junto a las suyas.
—¿Dónde está Cho?— se preguntó.
Coloque ambas manos sobre mi cintura —Poniéndose las botas, dijo que bajaría en cuanto pudiera.
—¡Cho, apúrate que se va el tren y todavía tengo que desayunar!— le grito desde las escaleras.
Mientras Luna bajaba al igual, solo que con más tranquilidad.
—Feliz navidad, chicos— nos dijo.
Le sonreí, mientras ambos decíamos en unisonido: —Feliz navidad, Luna.
—¿Te gustaría que enviara más copias de la revista de mi papá?— Luna se detuvo unos segundos.
La miré y asentí con la cabeza, aunque a muchos no les gustará El Quisquilloso tenía muchisima información que me encantaba conocer, era un sentimiento muy raro pero siempre me quedaba leyendo por horas.
—Claro que si— sonreí —Envíame todos los que puedas.
Ella asintió —Vale, nos veo después de vacaciones.
Después de eso se fue dando pequeños brincos entre los alumnos, poco después Cho bajo casi corriendo y tropezando a media escalera.
La carcajada de Eugene logró escucharse hasta la sala común de slytherin, sin embargo, no pude evitar reírme ya que su risa era muy pegadiza.
—Díganme que solo ustedes me vieron— pidió formando una mueca.
Tomé mi estomago a duras penas —Eh... si, si, seguro.
—Bien, bien, eso me hizo quitarme el enojo contigo— aseguró el castaño mientras se limpiaba una lagrima —Vamos a desayunar antes de que mate a alguien.
Cuando el desayuno llegó, había pocos alumnos ya puesto a que al resto seguramente ya estaba más que listo para irse, en cambio nosotros desayunabamos lo más rápido que podíamos.
—Vave, he verminavo— Eugene se levantó de la mesa con la boca llena —Vavonos.
—Tienes avena en la mejilla— le dije.
Mientras Cedric se sentaba junto a mi y tomaba lo primero que encontró para desayunar, no sin antes plantar un beso sobre mi mejilla.
—¿También tarde?— inquirió a su amigo.
Él asintió —No fue mi culpa, el chisme estaba bueno.
Reí, mientras lo escondía en mi plato de avena, Cho se levantó.
—Iré a apartar los lugares— informó —Y apurense que si no se quedan aquí.
Asentí, mientras fruncia mi ceño —¿Dónde esta Neville?
Los tres encogieron sus hombros, justo cuando el mencionado se adentró con el cabello despeinado y recién despierto.
—Me dormí— fue lo único que dijo antes de tomar una manzana.
—¿Nos vamos?— inquirió Eugene y asentí.
Me levante junto a Cedric mientras los demás avanzaban, tomé a mi hermano del brazo.
—Vamos, en el camino compras algo— le dije y él asintió.
Solo así los tres seguimos a ambos chicos hasta el tren.
━━━━ AUTHOR'S NOTE: YA QUITENME LOVERRR
¿Soy la única que se dio cuenta que Cedric y Hazel son el: Él era sol, yo era lluvia de medianoche?
midnight rain su canción
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