chapter twelve. can i kiss you?
𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 12 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ can i kiss you? ❞
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CUANDO MENOS ME DI CUENTA, Fred ya se había sentado junto a mi en la biblioteca, mientras la analizaba.
—Vaya, ahora ya se por qué te la vives aquí— dijo él —Aunque el silencio no me gusta tanto.
Sonreí quitando la mirada de libro frente a mi —¿Qué pasa?
Encogió sus hombros —Solo pasaba a saludar y... a verte.
—¿Dónde me dejaste a George?— pregunté, pasando la página del libro.
—Uh, esta con el montón de chicas que quisieron invitarlo al baile— formó una pequeña mueca —¿Tú con quién fuiste?
—Con Cedric— sonreí aun más al mencionarlo.
—¿Recibiste mi regalo?— cambió de tema rápidamente.
Algo que me dejó realmente atareada, pero me las arregle para asentir —Si, fue muy dulce de tu parte, ¿Recibiste el mio?
—¿Cómo no recibir recetas nuevas para pociones que aprovechariamos en nuestros Sortilegios? ¡Fue el mejor regalo!
Reí ante su emoción —Me alegro mucho que te gustarán, me tarde media hora y una escapada a la sección prohibida solo por ese regalo.
—Eres la mejor— se atrevió a decir.
Le miré asombrada por su tono de voz, el cuál parecía diferente.
—Gracias— contesté.
Asintió levemente, bajando la mirada unos segundos.
—Hazy, ¿Tú y Cedric están... saliendo? Quiero decir, no es como si fuera algo que me incumba pero si hubiera la posibilidad de que otro chico te invitará a Hogsmeade y no es que por ese chico diga que yo, no, no, es sobre... un amigo que conozco y que tu en definitiva no conoces.
Mi sonrisa se borró lentamente, dándome cuenta que, las manos de Fred titiriteaban con nervios y su rostro se había teñido a un rojo.
—Bueno...— comencé —Cedric y yo aun no tenemos nada pero... estamos empezando, no se si me de a entender.
Rápidamente asintió, lo hacía tantas veces que temía que su cabeza se saliera de su cuello.
—Vale, entiendo, vale, seguro...— se levantó —Te veré después con más bromas para hacer, ¿Vale?
Asentí viéndolo irse sin dejarme decir nada más, totalmente confusa y mientras el silencio volvía a inundar el lugar.
—OH, POR MERLÍN— exclamó Eugene en la biblioteca.
Él había llegado unos segundos después de que Fred se fuera y desde entonces no le había contado nada de lo sucedido, ni a él ni a nadie más.
Le miré mientras intentaba aprenderme cuyo hechizo se encontraba entre las hojas de mi libro.
—¿Qué pasa?
Con tan solo acercar el periódico pude leer el enorme título en la primera plana.
EL GIGANTESCO ERROR DE DUMBLEDORE
leí, el resto y gigantesco artículo soltaba un montón de barbaridades sobre el profesor Moody, pero en especial sobre Hagrid.
—¿Hagrid es un semigigante?— me pregunté.
—Según la bruja Sketeer, sí.
Formé una mueca —Esa mujer no tiene nada mejor que hacer.
El timbre se dio para la penúltima clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Ambos nos levantamos de los pequeños cubículos y salimos disparados hasta la cabaña de Hagrid mientras Eugene no dejaba de leer y de murmurar maldiciones contra Rita.
—Te sale humo de las orejas— señalé metafóricamente.
Bufo —¡Es que no puede ser posible! Si, los gigantes son peligrosos pero no tiene que exponer a un maestro de esa manera.
Sin embargo, mis pasos se detuvieron al no encontrar a Hagrid por ningún lado en el campo.
—¿Han leído el Profeta?— preguntó Cho al llegar.
Eugene y yo asentimos al mismo tiempo, mientras, una mujer anciana de cabello gris muy corto, se paró frente a nosotros.
—Buenas tardes, muchachos, soy la profesora Grubbly-Plank— ella dijo con emoción.
La cuál no se intercambiaba con nuestras raras expresiones, algunos incluso murmuraba muy en alto.
—¿Dónde está el profesor Hagrid?— me atreví a preguntar.
—Se encuentra indispuesto— sonrió —Por aquí, por favor, saquen sus libros en la página cuatrocientos cuatro, por favor.
Confundidos aún, obedecimos siguiendo a la profesora; sin embargo, esa confusión se vio intercambiada cuando un hermoso unicornio blanco y brillante como la nieve se posicionó frente a todos.
—Chicos, atrás— pidió —Los unicornios prefieren el toque femenino, que las chicas pasen adelante y acérquense con cuidado.
Cho fue la primera en avanzar, se sabía que ella tenía un gran afán por los unicornios.
Debía admitir que estaba emocionada por la criatura frente a mi, era increíblemente hermoso, relinchaba impaciente a nuestro toque.
—¿USTEDES QUIEREN que Hagrid vuelva?— preguntó Eugene en las Tres Escobas.
El fin de semana había llegado y no había rastro alguno de Cedric, lo cual comenzaba a preocuparme demasiado.
Cho se encogió de hombros —Admito que el unicornio fue grandioso pero... nadie se compara con Hagrid.
Mi vista recorría cada mesa de la taberna, pero no había nada, nada de nada.
—¿Hazel? ¿Estás con nosotros?— Eugene movió su mano frente a mi.
Asentí —Si... si, claro.
Ninguno tenía expresión de estar seguro de mis palabras pero no podía hacer nada más que mantener esa mueca.
—Yo, tengo que, uh, tengo que irme— tomé mi chaqueta y salí de inmediato.
Durante la cena de ese mismo día tampoco había rastro de Diggory, nada de nada, ni una pista de él, lo cual comenzaba a asustarme demasiado.
¿Acaso se ocultaba de mi? ¿Había hecho algo mal durante el baile? Quizá me sobrepase un poco, quizá sea porque evite besarle ese día.
Estaba tan jodidamente confundida que nada de lo que me preguntará se resolvería. Ni siquiera la obscuridad de mi habitación en la noche de diciembre tan fría lo haría.
Incluso Lonnie estaba algo recaída, tenía que imaginar que era por el terrible frío que estaba haciendo pero, quizá debía llevarla al invernadero otra vez.
¿Qué es mejor que un sábado completo en el invernadero? Nada.
—¿Hazel? ¿Sigues ahí?— Neville se preguntó de pronto.
Levanté la mirada de la pequeña Lonnie y asentí —¿Si?
—¿Estas segura que estas bien?— arqueo una ceja y asentí.
—Perfectamente bien— sonreí volviendo a Lonnie —Bien... bien...-
—¿Esto es por Cedric?— se preguntó —¿Tengo... acaso tengo que lanzarlo de... las escaleras?
Reí ligeramente, negando —No, no, o bueno... si es por él pero no es que tengas que acudir a la violencia.
—Vale, sabes que puedes contarme lo que sea.
Asentí levemente —Si, lo se... es... que no lo he visto y, lo extraño, es todo.
Fue él quien esta vez me tomó de los hombros y me abrazo, sorprendiéndome totalmente, pues Neville no era de demostrar mucho cariño, ni siquiera cuando éramos pequeños.
—Wow, lo de Cedric realmente te afecto para hacerte más amoroso— bromee, haciéndole reír.
—Somos casi como mellizos— admitió en el abrazo —Si tu te sientes mal, yo también entonces.
Sonreí —Necesitaba ese abrazo, gracias, no me volveré a lavar los brazos.
Asintió separándose de mi —Nunca lo haces.
—Y el bullying sigue, ¿Eh? Se supone que soy la mayor, respetame.
Rio volviendo al montón de plantas que se encontraban frente a él, Lonnie parecía mucho más tranquila que antes, justo como yo.
—Sabes, deberías buscarlo, debiste haberlo hecho desde antes— aconsejo él.
—Lo pense— admití —Pero, ¿Y si solo esta evitándome para que no lo busque? Sería... no sé.
—Ve a buscarlo aunque tengas que ir hasta Hogsmeade— indicó o más bien, ordenó en un tono amable.
—Ya, ya, iré entonces— tomé mi mochila —Tampoco tienes que recurrir a la violencia, te has vuelto muy agresivo, ¿Te hizo daño juntarte con Ginny?
Negó sonrojado —¡No!
Reí —Solo bromeaba.
Cerré la puerta antes de que recorriera a la violencia y es que, Neville violento es algo que no quisiera ver.
QUE HAGRID VOLVIERA HABÍA sido un alivio para la mayoría de los estudiantes, pues parecía saber mucho más de los unicornios que de las criaturas exóticas.
Así era como nos despedimos de él al finalizar su clase de unicornios, esta vez, habíamos hecho un ensayo como TIMOS, quitando el hecho de qué tendríamos que cuidar a las criaturas.
—Bienvenido otra vez, Hagrid— me despedí con un ademán.
Él sonrió, imitando mi acción —Gracias, muchachos, recuerden traerme su ensayo para el final del año.
Asentí al igual que el resto de los estudiantes, a decir verdad un ensayo sobre los unicornios era demasiado interesante de hacer y muy fácil, pues la información recuperada debía ser de las clases.
También tendría que seguir el consejo de mi hermanito Neville si o si, buscar a Cedric era más difícil de lo que se escuchaba, pues según yo ya había hablado con medio Hogwarts sobre su paradero y todos me decían lo mismo.
—Se está preparando para la siguiente prueba— Hannah Abott dijo.
La rubia con el uniforme de Hufflepuff y cabello largo me miraba con una sonrisa.
—¿Preparando?— me pregunté, siempre nos preparamos juntos para las pruebas.
¿Desde cuándo eso cambió?
Ella asintió —Si, aunque también ha tenido muchos exámenes últimamente.
—¿Lo has visto en la sala común?
Ella asintió —Si, dijo que ustedes seguían viéndose, me parce extraño que preguntes por él.
Negué —Vale, pero que conste que no nos hemos visto desde el baile.
Su ceño se aligero, apuntó de soltar sus libros —¡Maldita sea! Me ha mentido.
Asentí —Si, eso parece...-
—Quizá solo esta abrumado— intentó animar —Dale tiempo y te buscará, Hazel, estoy segura.
Sonreí, había algo en el tono de voz y en la calidad de Hannah que me transmitía confianza.
—Si... vale, gracias— me despedí.
Tan rápido como pude avance por los pasillos, esta vez sola, pues la cena estaba por acercarse así que opte por irle al Comedor y sentarme en medio de ambos chicos.
—¿Ustedes dos por qué están enojados?— pregunté.
Ellos se miraron confusos —Estas confundida, señora— señaló Eugene.
Golpee su hombro con mi puño —¡No me llames señora!
—No te desquites conmigo.
—No lo estoy es que...— deje caer la cabeza sobre la mesa —Lo extraño.
—¿Aún no encuentras a tu romeo?— Cho pregunto.
Negué —No.
Eugene comenzó a acariciar mi espalda —Pobre Julieta, tan perdida sin su Romeo.
Menotee su mano —Aún lado, quiero vivir para la siguiente prueba antes de que Fleur me ataque por juntarme contigo.
—Fleur no haría eso, ella no es celosa— sonrió —Lo cual es un alivio.
—¿Ustedes están saliendo? Porque no entendí su historia— admitió Cho.
Él asintió con orgullo —Estamos en una estable y linda relación, y aunque ella sea mayor que yo no importa así que no empiecen.
—No íbamos a decir anda— justifique —Bueno, si, tal vez un par de chistes.
Cho rió junto a mi —¿Ya se te quito el labial de los dientes?
—¡No tenía labial en los dientes!
Negué, aguantando la carcajada —No, solo en el cuello, la lengua, los labios y posiblemente de más.
—No da risa— volvió la mirada a su comida —Además estábamos hablando de Hazel y su Romeo.
—Eso ya no es gracioso, es preocupante— admitió Cho y asentí.
—Ya no quiero hablar de eso— bajé la mirada a mi comida.
Toda la cena tuve que fingir que no me importaba cuando en realidad estaba muriéndome por dentro, por saber donde se había metido ese chico.
Y, antes de que pudiera sonar loca u obsesiva, en mi defensa ni siquiera sus amigos sabían dónde estaba o si estaba vivo sí quiera.
Quizá debía dejar el tema atrás y no buscarlo más, quizá debía parar de ser tan pesada.
Quizá...
REMOVI LA ALMOHADA para acomodarme y cobijarme más debido al frío, acurrucandome en mi cama y abrazando aún más el peluche de tigre.
No había nada mejor que dormir, amo dormir, es mi cosa favorita después de leer.
Pero los tapones funcionaban tan bien que ni siquiera me di cuenta de cuando una carta cayó sobre mi cara, golpeando mi ojo con la orilla del papel.
—¡Au!— solté un quejido.
Mirando confusa la lechuza, ¿Cómo demonios se había metido un búho aquí? Solo Merlín sabe.
La carta o más bien, la pequeña noticia estaba doblada torpemente y escrita en letra cursiva.
Ni siquiera me tomé el tiempo de leerla porque reconocí aquella letra, la nota era de Cedric.
Rápidamente tome mi bata, coloque mis pantuflas y salí de la sala común con el cabello despeinado, el cual intente arreglar en el camino.
El aire volaba tanto mi cabello y el frío aire se palmaba sobre mi pecho en advertencia de un posible resfriado, pues el aire en la torre de astronomía era mucho más violento.
Suspiré rendida y después de buscar con la mirada a aquel chico, mis esperanzas se fueron poco a poco.
O al menos eso estaban haciendo cuando el castaño tomó de mi mano antes de que saliera e intento abrazarme.
—¡Ugh, yo a ti te voy a lanzar desde aquí!— advertí.
—Hazel...-
—¡No puedes hacer eso!— Le empuje con todas mis fuerzas.
—Hazel, por favor, escúchame— pidió tomando mis manos.
Negué —No, Cedric, tú escúchame a mi.
Noté su expresión aligerarse, cambiándola a una de miedo.
—No puedes hacer eso, solo desaparecer de la faz de la tierra— suspiré —Tengo serios problemas de abandono así que no vuelvas a irte sin al menos decir adiós o... jamás lo hagas, ¿De acuerdo? Jamás me dejes.
Nuestras respiraciones eran lo único que se escuchaban en la Torre de Astronomía, ni había nada más que nosotros, sus manos tomando las mías y su mirada en mi.
—No lo haré... lo prometo— susurró bajito.
Las lágrimas inundaban mis ojos y solo pude tomarlo y aferrarme a él en un abrazo muy fuerte.
—No se vale romper promesas— ordene cerrando mis ojos.
Su risa fue música para mis oídos —Vale, eso también lo prometo.
Sorbi mi nariz, dejando recargada mi mejilla en su hombro, sentía como un gran peso era quitado de mi cuerpo, el alivio me inundó al saber que él estaba a salvo, que él estaba vivo.
Jamás en el mundo, aparte de mi hermano Neville, me había preocupado así por alguien, esa angustia de saber si esa persona podría seguir respirando podría ser una condena en momentos así.
Ambos nos quedamos así por bastante tiempo hasta que finalmente nos separamos y él seco mis lágrimas.
—No voy a dejarte, jamás— aseguró —No te desharas de mi tan fácil.
Reí ligeramente —Creí que te habías alejado porque te rechace en el baile.
Tomó mis manos, juntadolas con las suyas —Fui invasivo, no solo fuiste tú, Hazy.
Negué —Tenía miedo y entré en pánico, jamás había besado a alguien.
Los chicos de mi otra escuela estaban más interesados en molestarme que en conocerme, así que, estar nerviosa era algo entendible.
—Yo tampoco— soltó brevemente.
—¿Jamás has besado a alguien?— me pregunté confundida.
Negó —¿Es tan difícil de creer?
Encogí mis hombros —Creí que era la única.
Su mirada se poso sobre la mía, el silencio inundó la torre otra vez y sus ojos grises detonaban en mi una frase que siempre espere en él.
¿Puedo besarte?
Decía con tan solo mirarme, una pequeña sonrisa nerviosa se formó en mi rostro, sin importarme estarme congelando, le conteste.
Mi rostro se acercó al suyo lentamente, dejando que nuestras respiraciones se mezclarán y luego de unos segundos, el tacto de sus labios sobre los mios me hizo sentir mil cosas a la vez.
No había explicación alguna para describir lo que sentía en ese momento, lo único que sabía era que mis labios estaban sobre los suyos y que así se mantuvieron por unos segundos pero ninguno sabía que hacer.
Estábamos demasiado emocionados como para recordar que al menos yo ni él, sabía besar.
—No me siento diferente— admití, luego de separarnos.
Él negó, estando de acuerdo —Creí que sería diferente, quiero decir, se siente bien pero le falta algo.
Entrecerré los ojos —Vale, intentemos de nuevo entonces.
Tomé sus mejillas, intentando experimentar un poco más, mientras él me seguía la corriente. Entonces coloco ambas manos sobre mi cintura, mientras me aferraba a él y él a mi, está vez mi estomago revoloteaba como si estuviera lleno de explosivos.
Ambos supimos que está vez había sido diferente a la anterior, pues era como si nuestros labios se unieran por si solos en un perfecto rompecabezas.
Por un momento me olvidé de la intensidad sobre todo lo que sentía, mi corazón se había detenido y los nervios habían desaparecido, la felicidad inundó todo mi cuerpo y la paz también, porque Cedric me hacía sentir así todo el tiempo.
Él me hacía sentir segura y feliz, me hacía sentir como si nadie más en el mundo importará más que a él y es que, jamás había sentido esto.
Algunos dirían que cuatro meses era poco pero Cedric Diggory en definitiva había sido lo mejor que me pudo haber pasado.
AL DIA SIGUIENTE MIS ANIMOS habían sido mejor, me levante de la cama, cepille mis dientes y me di un baño con toda la felicidad del mundo.
Ahora me encontraba junto a mis dos amigos a quiénes no les había contado absolutamente nada de lo sucedido, no sabía cómo, no es como si una mañana normal llegarás y dijeras:
¿Qué tal chicos? ¡Adivinen que ha pasado! ¡Me he besado con Cedric en la torre de astronomía a media noche!
Debía buscar la manera y lo haría, hasta ahora solo pude suspirar abriendo el periódico y tratando de contener mi emoción, necesitaba contarselo a alguien o explotaría.
—La vida es hermosa, ¿No lo creen?— rompí la tensión —Quiero decir, es hermosa a cierto punto y es hermosa porque simplemente así lo es.
Eugene frunció su ceño —¿Eso qué significa?
Encogí mis hombros —No lo se, Cedric lo sabe...‐
Me interrumpí a mi misma cuando Eugene me miró con una sonrisa de picardia.
—Quiero decir, debería saberlo, no lo se, debería... no lo se.
—Deberías preguntárselo.
Le miré entrecerrando los ojos, —¿Qué te pasó en el cuello?
Abrió los ojos tanto como pudo, dejando el libro caer sobre su cereal mientras se cubría con la túnica.
—¿Qué?
Señalé mi cuello, indicándole dónde, mientras reía internamente al ver su rostro completamente rojo.
Como amo molestarlo de esta manera.
Tomó su libro lleno de cereal y se cubrió casi toda la cara con este mismo.
Cho negó con una sonrisa de oreja a oreja.
—Lo hare, quizá... cuando lo vea— murmuré.
—¿No se han visto desde el baile?— inquirió Cho con interés.
Ella no había estado muy sociable los últimos días, parecía recaída y creo que sabía el por qué, pues Harry realmente le gustaba y tener que tratar de olvidarlo de un día para otro era difícil.
Yo no sabría que hacer si de un día para otro Cedric desapareciera de mi vida.
Negué en respuesta de Cho, —Se ha estado preparando para la siguiente prueba.
Asintió cabizbaja, volviendo la mirada al diario, imite su acción luego de unos segundos.
—Señorita Longbottom, ¿Podría acompañarme a la oficina del director?— la profesora McGonagall se acercó hasta nosotros.
Mi expresión se aligero —Oh, ¿Ahora que hice?
Ella sonrió —Nada, necesitamos hablar con usted.
Eugene me empujó hasta hacerme levantarme, fue entonces cuando le seguí con nerviosismo.
—Los veo en el cielo— les dije a ambos.
Huye por su vida*
Ya hacía falta un besito y no me mientan q sé que ustedes también querían.
Espero se entendiera que no todos los primeros besos son perfectos y que Hazel y Cedric lo tuvieron a su manera 🤞
Recuerden votar y comentar si les gusto <3
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