Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

chapter thirty-eight. love's embarrassing

HEAVEN
━━━━ ★ ━━━━
⌇ ☾ ❪ chapter thirty-eight ❫  ೋ
۫ ₊˚ love's embarrassing ˚₊ ۫ ۫



Creo que la palabra diferente se encontraba más en mis pensamientos últimamente. Podía notar todo tan diferente a mi alrededor, incluso yo lo soy.

Quien diría que en tan solo dos años todo cambiaría, apenas podía recordar el día que regrese a Londres, tan feliz como para saber qué pasaría después.

—¿Quién necesita tantos libros?— se preguntó Cho, caminando junto a mi por el callejón diagon.

Bostece, realmente estaba muriéndome de sueño, pues Emma nos había levantado demasiado temprano para comprar nuestros útiles ya que sería la única hora en la que podría acompañarnos.

Encogí mis hombros —Me gusta leer— le arrebate la hoja de pergamino con la lista de útiles.

Emma se acercó a nosotras, cargando algunas bolsas —¿Quién sigue?

Neville recién salía de comprarse una túnica nueva, pues la suya estaba demasiado pequeña y si fuera de ravenclaw le daría la mía aunque creo que tendría que ser al revés ya que este último año mi hermano había crecido demasiado, ya está más alto que yo.

—Uh, yo no— me escondí detrás de Cho, mientras Emma alzaba ambas cejas.

—Vamos, Hazel— apuró ella y formé una mueca.

—Pero si me pincha con una de sus agujas, lloro— advertí y ella asintió.

Finalmente me adentré a la tienda, sin antes claro, tomar a Cho del brazo para que me siguiera adentro y al menos poder chismear juntas mientras me preparan la túnica.

—... pero entonces se que Mich anda con los dos, lo sé porque siempre la veo pegada a alguno de los dos y, por pegados me refiero a muy, muy pegados— finalizó ella frente a mi.

Abrí mis ojos con exageración —No te creo.

Ella asintió —Te lo dije.

—Yo creí que eran primos— admití, entrecerrando mis ojos.

—Se parecen físicamente pero no lo son, sus familias se conocen así que supongo que ellos deben de saber algo— encogió sus hombros.

—Créeme, Cho, muchas veces ni las familias se dan cuenta de lo que sucede.

—Hazel, ¿Acaso me escondes algo?

Negué —No se de qué me hablas.

—¿Qué es? ¡Dime!

Infle ambas mejillas, levantando el brazo que la modista me pidió levantar.

—Ya lo dije, no se a lo que te refieres.

Me analizó unos segundos, los cuales intente no mirarla a los ojos con ambas mejillas aún infladas de aire, solía hacer eso cuando ocultaba algo.

—No me digas, lo descubriré yo sola— se cruzó de brazos.

Asentí —Si tu lo dices.

—Ya está, déjame envolverte la tunica y estará lista— mencionó la adulta que terminaba de medirme dicha túnica.

Con cierto cuidado la desprendió de mi cuerpo y ahora solo tocaba esperar a que estuviese envuelta para ir a casa. Sin embargo, no esperaba nada más.

—Agáchate— ordenó Cho y fruncí mi ceño.

—¿Disculpa?— me giré confusa.

No obstante, ella tomó mi brazo y jalo de mi blusa para hacerme caer al suelo por completo, provocando que golpeará mi cabeza en el escritorio.

—¡Ay! ¿Por qué tanta agresividad?— inquirí molesta.

—¡Cedric, Finn! ¿Qué los trae por aquí?

Ah, por eso.

—¿Cómo estas, Cho?— escuché la voz de Cedric.

Esté es un buen momento para que la tierra me trague.

—Muy bien, ¿Qué hay de ustedes? ¿Cómo va la vida de adulto?

—Bastante bien, aunque algo insegura por todo lo que sucede— respondió Finn.

Hubo un segundo de silencio, en el cual me encogí detrás del escritorio.

—¿Qué estás comprando?

Cho miro detrás de ella —Uh, una nueva túnica, ya sabes, me hace falta.

—Entiendo...-

Ella aclaro su garganta, —Sí...-

—¿Hazel... ella está contigo? Me pareció ver a su tía pasear por la tienda de Ollivander— mencionó Cedric.

La forma en la que mencionaba mi nombre me hizo sentir muy mal.

—No, no esta— se apresuro a responder mi amiga —Me parece que se quedó en casa con su gato.

—¿Hazel tiene un gato?— preguntó con curiosidad la voz de Finn.

—Sí, ya saben, ella ama los animales, ¿Verdad, Cedric?

—¿Disculpa?

Negó —¡No lo dije con intención! Lo siento, quería decir que tu sabes que a ella le gustan las plantas y los animales.

No lo pude ver pero supe que asintió —Uh, si, me parece que sí.

—Bueno, tenemos que volver antes de la comida, nos vemos— se despidió Finn.

Los pasos de Cedric lo siguieron y, más tarde la puerta se abrió y se cerró, dejándome respirar por fin.

Sin embargo, la mujer que nos atendía regreso en ese momento y me miró tirada en el suelo junto a su escritorio, obviamente se molesto y casi nos echó de su rienda pero por suerte obtuve mi túnica.

—Eso fue vergonzoso— aseguró Cho.

Asentí en silencio —¿Te refieres a que casi nos echará a patadas o que mi ex casi me mira?

La pelinegra pensó —Ambas.

Sonreí sin gracia —Bueno, todo es vergonzoso últimamente.

Todo parecía así, parecía que ahora el amor es vergonzoso.


MI BELLO GATO GRIS se coló por la habitación cuando Emma abrió la puerta, asustandola por completo mientras lo maldecía en mil formas.

—Mi bebé solo esta jugando— reclamé, tomando al animalito para acariciarlo.

Ella tomó su pecho, aún asustada —Esa cosa no es un bebé, ni siquiera parece un gato.

—Si lo trataras bien dejaría de asustarte— sonreí, habían sido tantas veces en las que Pandora la asustó.

Emma se sentó junto a mi sobre el suelo, dandome un leve empujón mientras me sonreía.

—¿Todo bien?— inquirió y sabía a donde iba esta conversación.

—Sí, solo... estaba viendo que cosas me llevaré al colegio este último año— respondí con simpleza, si hablaba de ello me destrozaría sin razón.

—¡Ah! Recuerdo mi último año.

Sonreí —La abuela dice que apenas y te graduaste.

—Si, bueno, tu padre era el inteligente entre los dos— sonrió —Yo también lo soy pero no me interesaba demasiado en ello, prefería cerrar los ojos y esperar lo mejor.

—¿Lo extrañas?— inquirí y ella asintió.

—No se ha ido para siempre— aseguró —Es... extraño nuestras bromas, las veces que le robabamos galletas de la cocina a nuestros padres y las veces que nos castigaban juntos.

—Debió ser hermoso.

—Lo fue, así que respondiendo a tu pregunta, sí, lo extraño demasiado.

Desvíe la mirada a mi gato, acomodando mis hombros sobre el colchón de la cama.

—Lo dijiste, no se ha ido para siempre.

—Pero parece que sí— frunció un poco su ceño.

Me mantuve en silencio, no sabía que decir, no tengo tema de conversación alguno.

—¿Quieres un abrazo?— inquirió de pronto.

Negué, sin decir nada. Ella sabe perfectamente cómo me siento, como me he sentido las últimas semanas.

No es solo por Cedric, por alguna razón comenzaba a deprimirme en algunos momentos, quería llorar y sacar todo lo que contenía pero... no había razón para hacerlo, no tenía problema alguno o al menos que yo supiera.

Solo me siento triste.

—¿Me dirás cuándo necesites uno?— añadió y esta vez asentí.

—Bueno...— se levantó y beso mi frente con delicadeza —Te quiero.

—Yo también.

Después de eso la vi salir.

LAS COSAS ENTRE NEVILLE y mi abuela habían mejorado desde que nuestros nombres salieron en El Profeta, ella decía que por fin le hacíamos honor al apellido Longbottom, lo cual no sabía si me hacia sentir bien o mal.

A Neville le había animado demasiado, siempre ha sido un niño muy feliz, lleno de mucha esperanza y amor para dar pero muy inseguro sobre si mismo.

Jamás tuvo demasiados amigos, sus compañeros lo molestaban demasiado hasta el punto de hacerlo llorar. Siempre ha tenido días malos y siempre he estado preocupándome por él en secreto, pues yo he sido su única amiga todos estos años y él el mio.

Verlo crecer ha sido un honor.

—Emma, abuela, ella es Hannah— presentó mi querido hermano a la rubia.

El castaño me miró y asentí con la cabeza —Está bien, vas bien— le susurré desde lejos.

—Es mi novia— finalizó y una sonrisa ancha se formó en el rostro de Emma.

Yo también me había asombrado demasiado, según yo seguían siendo quedantes o como se les llame.

—¡Que maravilla!— saltó Emma en felicidad.

Me hice a un lado, dejando que concentrarán toda su atención en Hannah. La recibieron muy bien, demasiado diría yo, tanto que Neville al finalizar ahogo el aire que llevaba guardando un buen rato y se acercó a mi.

—Felicidades por tu nueva relación— le dije, con un tono animado.

—No sabía cómo decirlo pero me ayudaste— admitió —Gracias, Hazel.

Asentí —Cuando necesites mi ayuda estaré aquí.

Después de eso la cena comenzó, obligándonos a todos a juntarnos en la mesa del comedor para comer. Cho también se había asombrado con la noticia pero felicito a Neville por su valentía ya que, es demasiado valiente para todo.

—¿Me pasas el puré?— inquirí a Neville.

Él asintió, pasándome el frasco pero no lo soltó, lo cual me confundió.

—Hey, el puré es mío— fruncí mi ceño.

—Si, lo siento.

Noté como miraba atento la conversación entre Emma y Hannah, como si nuestra tía fuera a sacarle los ojos a Hannah en cualquier momento.

—Está bien, Nev, a ella le cae bien— aseguré.

—Si, es que... no lo se, es muy extraño.

Lo entendía. ¿Por qué? Había pasado por eso.

—No te preocupes, todo saldrá a la perfección, solo que Hannah tendrá que dormir en el sofá— miré la sala de reojo.

—Sí, por eso no tengo problema.

—Bueno, pero no hagan nada malo que mi habitación esta a lado y quiero dormir— formé una mueca.

El rostro de Neville se torno rojo, un rojo muy, muy rojo que me asusto al creer que explotaría.

—Solo bromeo, es broma, mira... ¡Ja, ja! Es broma— fingí reír pero no funcionó —Es broma, un experimento social.

—Lo se...— intentó calmarse —Y no haremos nada, calla.

—¿Neville, estás siendo agresivo conmigo? ¿Conmigo? ¿Qué te he cuidado y protegido desde que eras un camarón en el vientre de nuestra madre?

Había un tono de elegancia muy fingida en mi voz, pues mi intención era hacer que Neville se relajará antes de que tirara algún plato.

—No seas mentirosa, te enteraste de que iba a nacer hasta que nuestros padres llegaron conmigo en brazos del hospital— culpo.

Era verdad.

—¿Quién te dijo eso?— inquirí.

—Emma.

—Me las pagará.

Él rió, respirando con más tranquilidad y su rostro volviendo a la normalidad. Al parecer había logrado mi cometido y estoy orgullosa de eso.

El resto de la cena fue de maravilla, al terminar el día me di una ducha, lave mis dientes me fui a mi habitación, la cual por ahora compartía con mi amiga.

Sin embargo, al cruzar en la habitación de Emma, miré a Hannah intentar acomodar sus cosas sobre la cama.

—¿Emma te dejo su habitación?— me pregunté, haciéndola saltar —Uy, lo siento, no quería asustarte.

Ella negó —No te preocupes, y... sí, le dije que no era necesario pero insistió.

Sonreí levemente, adentrandome a la habitación —Sí, eso hace Emma.

—¿Puedo quedarme con ustedes? No quiero molestar ni nada, ella dormirá en el sofá y realmente me hace sentir algo... mal— formó una mueca.

Realmente no es como si hubiera mucho que hacer, si Emma toma una decisión se aferra a ella.

—Ojalá pudiera, pero convencer a mi tía de hacer otra cosa es bastante difícil— negué —Yo que tu lo acepto, su cama es más cómoda que el sofá.

Asintió —Sí... espero que no amanezca adolorida o ahora si me plantare en el sofá.

—Si es así yo te ayudo.

Ella rió ligeramente, dejando de hacer lo suyo para girarse a mi.

—¿Y cómo estas? No pudimos hablar mucho cuando llegue.

—Estoy bien— asentí —¿Qué hay de ti?

Señaló su sonrisa —Cansada, pero muy feliz de estar aquí, Neville ha sido muy lindo conmigo y muy atento, creo que jamás había encontrado a alguien así.

—Él realmente te gusta, ¿Verdad?— alcé una ceja, mientras ella asentía sin dudar.

—Claro que sí, no me importa lo que los demás digan sobre él— aseguró —Él me gusta y estoy dispuesta a defenderlo como lo he hecho.

No sabía qué decir en realidad, me asombro demasiado sus palabras y aunque siempre los vi demasiado enamorados, no creí que fuera hasta ese nivel de enfrentarse a los demás para defenderse entre sí.

—Vaya...— mantuve mi sonrisa —Con eso te ganas mi aprobación, Hannah, bienvenida a la familia, estamos algo locos pero te acostumbras.

Ella rió, esperé unos segundos en los cuales abrí mis brazos hacia ella y le di un buen abrazo acogedor.

—No suelo abrazar así que aprovecha— murmure y ella rió aún más.


EMMA DEJÓ A HANNAH dormir en su habitación mientras que ella dormirá en el sofá— informé a Cho, cuando me adentré a mi habitación —Dijo que la quería cómoda y no quería molestarnos si se quedaba con nosotras.

Ella no despego la mirada del libro —Debiste haberle dicho que se quedara aquí con nosotras.

Asentí, dejándome caer sobre el sofá frente a la ventana. Sofá recién puesto.

—Hannah sí quería pero Emma no— suspiré —¿Quieres hacer esa pijamada aún? Me siento muy cansada.

Ella negó —Yo estoy igual, me duelen mis ojos.

—Se te van a caer— bromee, haciendola reír.

—Como sea, quiero dormir.

Asentí de acuerdo, dejando que Pandora ronroneara sobre mi regazo mientras dejaba pequeñas caricias sobre su cabeza con pelaje gris.

—Gracias por eso que hiciste en el callejón diagon— mencioné de pronto —Si no hubieras estado me abría caído al otro lado del escritorio.

Cho encogió sus hombros, dejándose caer sobre las cobijas de mi habitación.

—Eso hacen las amigas— sonrió —Se que hubieras hecho lo mismo por mi.

Pensé —Bueno, primero me abría caído al escritorio y luego te hubiera empujado conmigo.

Ella rió aún más —Hubiera sido un desastre.

—¿Qué te digo, Cho? Soy un desastre total.

—Pero eres buena persona.

Negué —No, tu crees que Finn es buena persona.

Abrió los ojos tanto como pudo —¿Qué tiene que ver Finn con eso?

—Que te sigue gustando y deberían estar juntos— respondí —Son el uno para el otro, amables, leales e inteligentes, incluso les gusta el deporte.

—Eso no es...-

—¿Recuerdas la vez que me quede una hora escuchándolos hablar sobre Quidditch en el gran comedor?

Ella asintió —S...-

—Exacto, a eso me refiero.

Se mantuvo en silencio, Cho sabía que hablaba en serio, pues solía decir la verdad en forma cruda y sin ser cuidadosa. Emma dice que es una de mis virtudes y que debería sentirme orgullosa por eso, pero aveces esa verdad puede ser tan dura que puede causar emociones negativas en los demás.

Como esa vez en la que Eugene me pregunto mi opinión sobre si venía el huevo o la gallina primero, le respondí sin rodeos y comenzó una discusión de media hora, hasta que se harto y empezó a hablar del clima solo para hacerme callar.

—No se cómo decírselo y no pienso seguir rogándole a alguien que no me quiere— finalizó ella.

Lo sabía, se molesto.

Me levanté del sofá y me recosté junto a ella, —No digo que le ruegues...-

—¿Podemos olvidar el tema?

—Ni que hagas algo que no quieres.

Ella cubrió su rostro con una almohada —¡Hazel!

—¿Cómo quedaron? ¿Bien o mal?

—No te voy a decir.

—¿Bien, bien? O ¿Mal, mal?

Suspiró, dejando que la almohada resbalase de su rostro y mirara el techo con rendición.

—Bien, quedamos que nos daríamos un tiempo nada más, pero creo que ambos estamos listos para reponer nuestra relación— soltó.

Al menos ellos pudieron arreglarlo.

—Eso es bueno— aseguré —Pueden volver, ser los mismos de antes.

—Si...-

—¿Pero tú lo sigues queriendo?— alcé una ceja.

Me miró con obviedad —Claro que sí— se acomodó en su lugar, guardando un silencio total —¿Podemos hablar del tema mañana? Muero de sueño.

—El amor es vergonzoso— respondí, frunciendo ligeramente mi ceño.

Vi como ella asintió —Sí, lo es.

Finalmente suspiré. —Ya se suficiente, descansa.

Y sin más me recosté junto a ella y di la vuelta también, abrazando mi almohada y dejando que mi gato se colocará sobre mis piernas, cayendo así en un sueño muy profundo.

EN LA MAÑANA SIGUIENTE, luego de haberme levantado demasiado temprano, ducharme, cambiarme y peinarme para empacar las últimas cosas que tenía, arrastré la manga de mi sudadera por mi ojo, bostezando en el proceso.

Me siento demasiado cansada para caminar hasta la estación, tan cansada que me quedo sobre el suelo con mi gato en mi regazo, observando directamente a la ventana.

—Hazel, se hace tarde— informó Cho, colocando la bufanda sobre su cuello.

—No puedo, Pandora esta sobre mi— señalé al gato gris.

Quien ronroneaba entrecerrando sus ojos. Cho colocó ambas manos sobre su cintura, mirándome y luego al gato, así un par de veces hasta tomar al gato en sus brazos para quitármelo de encima.

—Vamos— apuró ella.

Finalmente me levanté, sacudiendo mi ropa, ella dejo al gato sobre la cama y yo cerré la maleta, agachandome un segundo y dándome cuenta de lo que aún colgaba sobre mi cuello.

El collar con la inicial C permanecía ahí, intacto, pues no me atrevía a quitármelo pero creo que ya es hora de hacerlo así que... con delicadeza me lo quito y lo observo cabizbaja.

—¿Segura que estás bien?— Cho tomó mi mano.

Asentí, no lo estoy, solo finjo estarlo.

—Sí, olvidé quitarme esto— sonreí levemente, dejando el collar sobre la mesita de noche —Supongo que no lo necesitaré más.

Tome al gato y la seguí fuera de la casa con la maleta cargando apenas con mi otra mano.

Así pues, permanecí todo el camino en silencio, recuperando la noción del tiempo cuando caminaba por los pasillos del tren luego de una breve despedida de Emma y mi abuela.

Como de costumbre, Neville se desaparecía apenas puso un pie en el tren, imagino que tenía que ir con sus amigos acompañado aún de Hannah, así que solo lo dejé.

Lo que si no deje pasar fue las miradas que recibía por los pasillos. Alumnos de primero hasta sexto año e incluso algunos de mi curso me observaban con curiosidad, haciéndome fruncir el ceño desconcertada.

—¿Qué está pasando?— inquirí a mi amiga.

Ella miro lo que yo, se había dado cuenta recién así como yo.

—No lo se, supongo que es por... lo de El Profeta.

La miré, había olvidado que mi nombre y el de Neville salía en dicho periódico envuelto en la noticia de la pelea en el ministerio.

—Bueno, debí haberlo previsto— admití —Vamos a un compartimiento antes de que me de un ataque por tanta atención.

Ella aceptó —Espera, falta Eugene.

Asentí, quizá mi gran amigo lograría que recuperará mi ánimo con sus chistes.

—¿Lo ves en alguna parte?— miré a todos lados pero no había rastro del castaño.

Lo cuál me pareció raro, pues tan solo sube al tren va a buscarnos pero esta vez no fue así.

Cho y yo quedamos en buscar primero un compartimento y esperar a que llegase como los últimos años pero, cuando no fue así me di a la tarea de salir y buscarlo. Me tomó aproximadamente medio camino y jamás lo logre, comenzaba a creer que se había esfumado de la faz de la tierra.

Salí directo a los pasillos luego de asomar mi cabeza a uno de los compartimientos vacios, sin embargo, mi gato me siguió por lo que opte cargarlo para que no se perdiera.

Estuve apunto de tropezar, por suerte logré sostenerme de la ventana del compartimiento junto a mi.

—Por todo lo bueno en este mundo— me quejé, sacudiendo mi rodilla del polvo.

— Huelo a agresividad, Hazel debe estar cerca. —soltó Milan, viéndome desde el compartimiento del frente —. Hola

Sonreí —Lo siento, se supone que nadie debía escucharme decir eso.

Ella nego — Tranquila, solo se escucho hasta Durmstrang

Mi mediano gato, el cual había logrado sostener, maúllo un poco más bajo, llamando nuestra atención.

Como si nos dijera sigo aquí par de babosas.

—Uy sí, Milan, él es Pandora— presenté —Pandora, ella es tu tía Milan

Milan abrió los ojos de par en par, y luego esbozo una gran sonrisa al ver el animal. — Si se come a Sookie, le doy mil galeones.

Negoció ella, y luego se acercó a darle caricias. Reí por lo bajo, mirando al gato.

—Es muy hermoso, Hazel— admiró.

Sonreí al escucharlo ronronear —Gracias, Neville me lo ha regalado estas vacaciones, creí que no sobreviviría el primer día.

— Mujer de poca fe —soltó con una voz graciosa —. Pero bueno, ¿Cómo estas?

Tome una gran bocanada de aire, ¿como responderle eso? Pasando tanta cosas por mi cabeza.

—Bien— dije con simpleza —¿Y qué hay de ti?

— Mejor... —miro sus zapatos —. Hablemos de otra cosa.

Fruncí ligeramente mi ceño, pero entendiendo totalmente. —Entiendo, pasan demasiadas cosas ahora, ¿No lo crees? Aveces pienso que no deberíamos estar aquí pasando esto siendo tan menores y eso que no te he contado lo que Emma se la ha pasado haciendo este verano.

Milan se despego de Pandora para observarme — ¿Emma te dijo que hace? Mi papá ni Tonks me quieren decir de que va todo esto ahora.

—Sí, aunque bueno, no es no es necesario porque literalmente se planta como gnomo al suelo todo el día fuera de la casa con su varita— respondí.

Solté una leve risa junto a ella, aún en medio del pasillo donde seguro le estaríamos a todo el mundo.

— ¿no quieres entrar a un compartimiento? —pregunto Milan —. No sentamos... A menos que tengas que ir a otro lado.

Asentí —Claro, debemos ponernos al tanto de los chismes y estoy segura de que Cho puede esperar más sin mi.

— Quizá se ahorca con una varita de regaliz —bromeo Milan, entrando en el anterior compartimiento conmigo por detrás.

—Ella tiene más ganas de vivir que yo, así que lo dudo— admiti, colocandome junto a Milan en el compartimiento —¿Y bueno, tienes chismes para mi?

— No hice nada interesante este verano, solo con los Weasley, Harry me comió, y Malfoy me beso la mejilla. —esto último hizo que ella se estremeciera —,¿y tu?

Pandora por poco sale volando al suelo, que suerte que los gatos caen de pie o si no me estaría odiando ahora mismo.

—¿Qué? De acuerdo, entiendo eso de Harry pero, ¿Qué?— abrí los ojos tanto como pude —Milan, ¿Estas con Harry y Malfoy?

Milan ni siquiera pudo responder a eso cuando añadí: —Dime la verdad.

— ¡que Merlin no te escuche! —chilló espantada —. No, solo salgo con Harry, y espero seguir así...

Hizo una breve pausa.

— Y con respecto a Malfoy, no se porque se porto bien conmigo y me saludo, casi siempre me insulta y así.

Solte una gran bocanada de aire, tomando de mi pecho con alivio.

—Ay, por poco me voy al más allá— asegure —Pero me alegro escuchar eso, creí que te referías a otra cosa con que Malfoy te beso, en fin, ¿Por qué su cambio de humor? ¿Es por Theodore o algo así?

— ¿Crees que Theo lo envío a conquistarme por él o algo así? —pregunto extrañada, porque no se le había ocurrido la posibilidad.

Encogí mis hombros —No, solo creí que le dio un zape para que se portara bien contigo.

— Podría ser... Aunque su madre le hizo una seña... No lo se, muy extraño —murmuró —. Pero solo hablamos de mi, mejor hablemos de ti, ¿como llevas el tema del que-no-debe-ser-nombrado? Y no hablo de Voldemort.

Aquello me tomo por sorpresa.

—Bien, creo...— formé una mueca —No lo se, cuando no me acuerdo me siento bien pero luego es... como si algo me hiciera falta y es cuando me quedo en cama todo el día pensando.

Guarde silencio unos segundos, mientras Milan colocaba su mano sobre la mía.

— Esta bien no estar bien —soltó ella, y luego de encogió de hombros —. Eso me dijo Ron cuando me vio triste este verano.

Milan sonrió de lado, lo cual me hizo sonreír a mi también.

—Siempre podrás contar conmigo, ¿si?

Asentí, mis ojos comenzaban a cristalizarse otra vez y se me hizo un gran nudo en la garganta que no me permitió hablar por un buen rato.

—Sí, pero no voy a llorar, eh— advertí, rodando los ojos para no llorar.

— Deberíamos hablar de cosas menos tristes... como... uhmmm, use vestidos coloridos todo el verano, fue un castigo de mi padre.

—¿De verdad? ¿Por qué te castigo?— sorbi su nariz —¿Qué hiciste, Milan?

— ¡yo soy adorable! —se defendió la rubia, pero alce ambas cejas al mirarla —. Bien, digamos que me porte mal con Harry y con los demás el día que nos despedimos en la estación... Y porque no escuche a mi padre cuando me hablaba, siento que solo me castigo para divertirse.

Negué en desaprobación —Tienes que hacer caso a tu padre, Milan, ¿sabes lo que yo daría por tener uno?

Milan no respondió, por lo que de inmediato añadí: —Es broma, ¡Pero si tienes que hacerle caso!

— En mi defensa, entre a mi mundo, justo cuando el me hablo, yo no controlo eso —señaló divertida.

—Bueno, entonces pon atención— regañe.

Deje que Pandora de recostara entre las dos, mientras él restregaba su cabeza sobre la mano de Milan para que le hiciera mimos.

— Esta bien, "mamá" —ella hizo una voz graciosa, sonreí —. Por cierto, si Pandora desaparece, yo me la robe.

Justo en ese momento mi sonrisa desapareció —Oye, oye, con Pandora no porque me muero.

Tome a mi gato de inmediato.

— Cuando te descuides... ¡PUM! —hizo un ruido extraño—. Me la robo, de todas formas Padma me ayudara a entrar a tu sala comun.

Entrecerre los ojos, aferrandome a mi gato —Consiguete el tuyo.

La puerta del compartimiento fue abierta y ambas nos giramos al culpable de la interrupción de nuestra conversación.

—¡Hazel! Aquí estas, pensé que te había dejado en la estación...— dijo Cho con cara de alivio —Uh, hola, Milan.

— Hola —saludo la mencionada, moviendo su mano una y otra vez —. Puedes llevarte a Hazel, yo me quedo con el gato. Buena oferta.

Me levante con mi gato en brazos, asegurándome de que estuviese completo.

—Ni lo pienses, Pan no está a la venta— negué.

— Entonces tocara de la manera ilegal —murmuró ella, acomodando en el asiento como si fuera a dormir una siesta —. Debo dormir, esta carita bonita no se mantiene sola.

Tanto Cho como yo reímos, mientras me despedía de ella con un simple ademán.

—Te veo en el gran comedor, Milan Potter— me burle.

— ¿en qué momento te volviste buena en Adivinación?

—Adiós, Milan— Cho se despidió con un ademán.

Ambas salimos hasta el pasillo, Cho entrelazo su brazo con el mío mientras volvíamos al vagón de raveclaw.

—Hay un chico que me pregunto por ti— mencionó mi amiga de pronto.

La miré —¿Qué?

—Se llama Allan, dice que se conocen y aquí mi siguiente pregunta, ¿Quién es?

Encogí mis hombros —Es un chico que conocí en una biblioteca hace unos días cuando llevaba a Neville a su cita con Hannah.

—Entiendo, bueno, está esperándonos en el compartimiento y por eso vine corriendo— ella admitió.

Poco después llegamos al dicho lugar, lo primero que Allan hizo fue despegar la mirada del libro que llevaba en su regazo junto a sus cosas.

Él ya llevaba la tunica de ravenclaw puesta, como la mitad de nosotros. Mantenía su cabello de rizos oscuros hacia atrás, algo despeinados pero muy elegantes y olía demasiado a perfume caro o bueno, no demasiado pero si lo suficiente.

—Hola— saludó con un ademán.

—Hola, no esperaba verte aquí— me senté junto a él —Lo siento, estaba con una amiga, ¿Me buscabas?

Él asintió —Uh, sí, bueno, esperaba poder saludarte nada más.

Sonreí —Bueno, hola.

—¿Cómo...— miró a Cho —Están?

Mi amiga asintió, acomodándose sobre su lugar —Estoy bien, gracias, iré a seguir nuestra búsqueda por Eugene.

Ella salió tan rápido como pudo, dejándome sola con el chico.

—Eugene es nuestro amigo— conté —Siempre viene con nosotras pero ahora parece estar desparecido.

Asintió —Entiendo, debe ser intrigante para ustedes que no aparezca.

—Exacto, más por todo lo que ha pasado, no lo vemos desde antes de las vacaciones.

—Hablando de eso, ¿Cómo fueron tus vacaciones?

—Ni bien, ni mal— encogí mis hombros —Es... digamos que bien.

Allan entendió aquello, bajando la mirada a Pandora, quien se sentó junto a él mientras se daba un baño.

—¿Es tuyo?— señaló a mi gato y asentí.

—Se llama Pandora, por si acaso, es macho, no le gusta que lo confundan— respondí.

—Es muy adorable— sonrió de lado a lado.

—Lo se, mi hermano me lo regalo— suspiré —Pero basta de hablar de mi, creo que me conoces más que yo a mi, ¿Qué tal tus vacaciones? ¿Todo bien con la biblioteca?

—Sí, las ventas siguen y aunque hay mortífagos por todos lados podemos protegernos.

—Eso es bueno, espero poder ir más seguido— aseguré.

—Ahora que me acuerdo...— se giró a una de sus maletas, sacando de ahí un libro de tamaño mediano con bastantes hojas y algo pesado —No sabía que genero podría gustarte así que traje de todo un poco.

Leí el título a mi lado y sonreí al tomarlo.

—Es muy lindo de tu parte— admití —¿Cómo sabes que me gusta leer?

Encogió sus homnros, mirando a otro lado un segundo —Hazel, un mago nunca rebela sus secretos, pero tampoco soy un acosador si es lo que piensas.

Negué —No lo hacia pero gracias por aclararlo.

Él rió, mientras su sonrisa se me contagiaba unos segundos.

—Bueno, gracias, lo leeré en mis tiempos libres que espero sea pronto porque entonces me quedaré casi pelona como en los timos.

Suspiró —No me recuerdes los timos que me pondré a llorar aquí mismo.

—¿Fue tan frustrante para ti también?

—¿Para quién no? Terminé en la enfermería como dos veces por gastritis nerviosa— se acomodó en su lugar.

—Yo no terminé en la enfermería— conte —Pero si estuve apunto de, a Cho definitivamente la tuvimos que llevar y duro drogada casi un día entero.

Rió al imaginarse esa escena —Lo entiendo, nos afecto a todos, si me lo preguntas y Dumbledore no esta cerca, creo que esos timos deberían ser ilegales.

Asentí totalmente de acuerdo, justo cuando una compañera de ravenclaw me entrega un pergamino pero no lo abro hasta que Cho regresa después de unos segundos.

Hazel L:
Me complaceria mucho que vinieras al compartimiento C a comer algo conmigo.

Atentamente,

Prof. H. E. F. Slughorn

—¿Ustedes saben quien es el profesor Slu-Slugh-orn?— inquirí a los dos.

Cho encogió sus hombros, mientras me giraba a Allan, quien asentía con la cabeza.

—Es el nuevo profesor, aún no saben que materia dará— dijo él.

—Supongo que Defensa Contra las Artes Oscuras, es la única materia que no dura con un profesor más de un año.

—¿Para qué quiere verme?— fruncí mi ceño.

No es como que sea algo que todos los profesores hagan, ni siquiera en el último año.

—Quizá quiere hablar sobre tu examen reprobatorio el semestre pasado— supuso Cho.

El miedo me atravesó —No lo creo, aprobé ese examen, lo juro.

—O quizá solo esta siendo amable— añadió Allan —Cómo cualquier... maestro, no lo se.

—Bueno, si no voy no lo averiguare así que...— me giré a Cho —Cuida de Pandora o te corto una mano.

La chica asintió, mientras Allan me miraba con una leve sonrisa.

Fue así como me despedí de ambos, cruzandome justo antes de llegar con mi hermano, quien en sus manos llevaba un pergamino idéntico al mío.

—¿También a ti?— inquirí —Que raro esta empezando este año escolar.

—Lo mismo, ¿Para qué nos quiere?

Encogí mis hombros —No tengo ni la menor idea.

La expresión de mi hermano cambió a una asustadiza —Ay, no, espero que sea algo bueno.

—Lo será, no te asustes tan pronto, ni siquiera conocemos a este profesor.


LO DIJE Y LO REPETIRÉ, no lo conocemos, ni siquiera lo pude reconocer cuando lo vi, pero me dio una ancha sonrisa al saludarme.

—Los Longbottom, vaya, es un honor verlos— mencionó él, sin dejar de estrechar la mano de Neville —Sus padres fueron una leyenda para el ministerio, sí, sí, también escuché lo que hicieron, jovencitos.

—¿Nos va a regañar?— murmuró Neville a duras penas.

El profesor Slughorn, un profesor calvo—y no es por faltarle al respeto—,  anciano, con un plateado bigote similar al de una morsa, nos había recibido en el compartimiento C.

—¡Oh, no, no! Nada de eso, hijo, solo quiero que tomen algo conmigo— señaló la mesa casi vacía —Siéntense, siéntense.

Obedecimos sin decir palabra alguna, no había mucho que decir, el profesor interrogó a cada uno de los alumnos que fueron llegando.

Me concentré en mi bola de nieve de chocolate frente a mi, mientras los demás hablaban con el profesor y presumían sobre sus familias y los logros que habían tenido, algo que al parecer al profesor le agrada escuchar.

Más tarde Harry también llego, igual de confuso que nosotros y se sentó a unos centímetros de mi y Neville. Había un par más de Slytherin, Gryffindor y Hufflepuff, pero me di cuenta que solo yo era de Ravenclaw.

—¿Y qué hay de ti, Longbottom?— se giró a Neville y a mi de un momento a otro.

Ambos lo miramos, pero nos dimos cuenta que se refería a mi.

—Me han dicho que sabes hacer hechizos sin necesidad de una varita, eso es algo de magos muy poderosos, sólo pocos pueden lograrlo— sonrió de oreja a oreja.

Asentí levemente —Así es, señor.

—El profesor Dumbledore me dio muy buenas referencias de usted, señorita Longbottom, con seis TIMOs más que su clase, eso es excelente, ¿No lo creen, muchachos?

Los presentes asintieron, pero entonces me encogí en mi lugar, cuando lo decía en esa forma sonaba a algo super increíble, modo del cual jamás lo había visto.

—Bueno, por eso considero que estudiar antes de los exámenes es bueno— me límite a decir.

—Por supuesto que lo es, tomen nota chicos, quizá estamos frente a una de los mejores Aurores que el ministerio podría tener.

Sonreí levemente, juntando mis manos sobre mi regazo.

—¿Si has pensado en dedicarte en eso, Longbottom?

Asentí con la cabeza —Sí, quiero de hecho, he visto varios folletos sobre el tema.

—Bien, bien, podría ayudarte, tengo muchas influencias en el ministerio— me observó luego de a su helado —Este es tu último año, ¿Verdad?

—Sí, profesor.

—¡Que maravilla! Bueno, iré poniéndome en contacto, quizá pueda conseguirte un puesto de practicante de inmediato.

No dije nada más, podría tener el futuro ya planeado con el profesor.

Fue el turno de Neville y a decir verdad, esos fueron los diez minutos más incómodos, pues nuestro padres fueron Aurores bien conocidos. Lastimosamente habían sido torturados hasta la locura por Bellatrix Lestrange y un par de Mortífagos.

Al parecer Slughorn se reservaba su
opinión de Neville para ver si tenía las aptitudes de nuestros padres pero por suerte sobrevivió como yo.

Fue un alivio tener que despedirnos de todos y casi salir huyendo del compartimiento. Pues, cuando menos me di cuenta, la vista del castillo se asomaba por las ventanas.

—Ya llegamos— mencioné a mi hermano.

Él asintió —Eso fue raro.

—¿La entrevista? No me lo digas, me sentí... rara— encogí mis hombros —No lo se.

Neville estuvo de acuerdo, fue así como cada uno volvió por donde vino listos para otro año escolar.



































━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: holaa, ¿Qué les pareció el cap? Espero que les guste y como prometí, en viernes <3

Hasta ahora, ¿Qué personaje de mi fic es su fav? 🐓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro